Edades ; 17 y 18 años
Localización ; Instituto de Magia, Seúl
Un par de hechizos mal ejecutados después, Jisung salía corriendo hacia el baño más cercano para escapar de las miradas de los más interesados en sus desgracias. No conseguía dominar los hechizos relacionados con las gemas -las de los elementos naturales-, los problemas no acababan ahí; no sólo conseguía hacer estallar todas y cada una de las piedras preciosas sino que su futuro dependía de aquella asignatura más que ninguna otra. Toda su familia había trabajado con la gemas para la curación de enfermedades o para profecías. Él no se podía permitir ser la oveja negra de la familia, eso traería deshonra a sus padres.
Respiró profundamente antes de salir a mojarse el rostro con agua fría. ¿Qué estaba haciendo mal? ¿Tendría que abandonar la magia? Era lo que más amaba, pero parecía resistírsele con el paso de los cursos. Su reflejo en el espejo parecía todavía más triste que él. Necesitaba la ayuda de alguien rápidamente.
Al salir del baño se tropezó con un chico de último año; pelo azabache, ojos de un profundo color azul pero más rasgados que los suyos y un rostro serio. Lo más posible es que fuese de una familia de mestizos, eran los más fuertes y preparados. Se disculpó y, antes de que el mayor pudiese decirle algo, corrió de nuevo hacia el pasillo. Ninguno de último año tenía fama de codearse con los más jóvenes y menos de ser amables con ellos.
Después de las clases se escabulliría al jardín para practicar con las gemas.
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Changbin se sorprendió cuando notó que alguien se chocaba con él y se disculpaba como quien hubiese visto a un fantasma. ¿Aquel chico rubio había huido de él? Sabía que sus dotes para socializar eran pésimos pero no que diese miedo. Sin embargo, no le dedicó más en sus pensamientos. Un alumno de un curso anterior había vuelto a hacer estallar las gemas de fuego y agua. Según su profesor se debía a un control nulo del poder y que era uno de sus alumnos menos desarrollados en el campo. Sintió lástima, el manejo de las gemas no era magia fácil y lo exigían muy pronto.
Aun así, el hecho de tener que limpiar el estropicio a modo de castigo por llegar tarde le pareció lo peor que le había pasado en meses. Ni siquiera había empezado la clase, sólo habían sido cinco minutos tarde. Terminó de recoger y reconstruyó cada una de las gemas para, a continuación, guardarlas en la caja. Agua y fuego rotas, pero, tierra y aire estaban sólo agrietadas. Posiblemente tenía alguno de los signos de nacimiento relacionados con las últimas.
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El guardia que comprobaba que todos estuviesen en sus cuartos ya se había retirado y, Jisung, no esperó ni un segundo más para ir hacia el jardín. Deseaba llegar al siguiente curso para poder teletransportarse en el instituto. Haría mucho menos ruido y sería más sencillo no ser detectado. Llevaba su capa negra y, escondidas dentro, las gemas que le había regalado su madre para que practicase y le pudiese ayudar con el trabajo familiar lo más pronto posible.
El jardín estaba iluminado con la luz de una luna llena y el reflejo de las flores en el gran lago que se situaba en su centro. Allí, despojándose de la capa, se sintió en paz después de una semana larga. Abrió la caja y observó como brillaba cada gema con el color de su elemento. Deseaba no tener que romperlas hasta saber controlar aquel poder a la perfección. Quería sentirse orgulloso de él mismo.
Alzó su varita para recitar el hechizo de la gema de agua pero un ruido le paró. El chico del baño le observaba atento desde lo alto de uno de los árboles. ''Mierda, uno de los guardias nocturnos. Me la he cargado.''
- Sabes que no puedes salir de los cuartos después de que el guardia se vaya, ¿no? -Su voz sonaba algo ronca pero suave, le recorrió un escalofrío-.
- Lo sé, pero necesitaba practicar algo y...-Se quedó pasmado al ver sus movimientos al bajar del árbol- no tengo tiempo ni un lugar.
- Espera, el chico de las gemas. Cómo me dijo el profesor que te llamabas. -Se acercó algo más y por fin pudo verle el rostro.- Han Jisung, el chico de las gemas.
- Ese mismo, Han Jisung, el chico que no sabe controlarlas. -Suspiró y su cuerpo se destensó. Incluso un chico de último año conocía su torpeza-.
- Bueno, eso tiene solución. -Se aclaró la voz y le mostró una sonrisa que lo derritió por dentro.- Seo Changbin a su servicio, experto en reparación de gemas y utilización.
- ¿Qué ganas con todo esto, Changbin?
- No tener que volver a limpiar el estropicio. Y, me gusta controlarlas. Me relaja el poder que transmiten.
'' Oculta por la oscuridad, la gema débil no puede brillar.''
Changbin se quitó su propia capa y la apoyó en una las rocas que rodeaban el lago. Tomó la caja entre sus manos y sacó la gema del elemento fuego, el elemento de Leo su signo. La lanzó sobre sus cabezas y recitó el hechizo; la gema empezó a resplandecer como si estuviese ardiendo. Un fuego que evocaba tranquilidad y calidez, contrarrestaba con el color blanquecino de la luna. Jisung no podía quitarle el ojo de encima. El mayor irradiaba poder, era fuerte.
La gema bajó con delicadeza hasta su lugar en la caja, encajó a la perfección sin ninguna fisura.
-Jisung, ¿cuál es tu signo? No os lo han explicado todavía pero vuestro elemento de nacimiento es el que mejor dominarás al principio. Tu cuerpo tiene un vínculo especial con él.
- Soy Virgo. Por lo tanto mi elemento es tierra. -Tomó entre sus dedos la gema, que resplandeció al toque-.
- Lánzala al aire y concéntrate en ella. Nadie más te ve, estamos tú y yo.
Hizo lo que le mandó el mayor. La lanzó todo lo alto que pudo y abriendo los ojos hacia ella, respiró profundamente, recitó las palabras del elemento tierra. Una luz de color verde resaltó el cielo nocturno. Brillaba y hacía florecer los capullos de los árboles. La tierra tenía el poder de la vida. Jisung no podía creer lo que estaba ocurriendo. Su poder nacía grácil de su varita.
- Wow, eso es lo que yo me suponía. Tienes un poder inmenso, Jisung. Por eso se rompen las gemas. -Changbin tomó la gema del elemento tierra y la colocó en su lugar.- No eres ningún inútil, más bien el profesor lo es.
- Es la primera vez que no me siento como uno, sinceramente. -Soltó el aire contenido y dejó que sus ojos se deleitasen con las flores brotando- ¿cómo lo has hecho?
- Yo no he hecho nada. -Tenía gema del agua en sus manos y se la ofreció.- Mi elemento es el fuego, el tuyo la tierra. Tú lo has conseguido solo.
La gema del elemento agua y los ojos de Changbin compartían aquel azul que traía la paz a quien más la necesitase. Nunca había reparado de aquella manera en la gema, siempre le tuvo pavor. Notó como el mayor se colocaba tras él y se enseñaba cual era el hechizo del agua. Recitó y, con respiración tranquila, repitió el proceso. Una llovizna empezó a mojarlos y acabar con toda la ansiedad que su cuerpo había acumulado durante meses. La luz que invadía el jardín era azul, un azul que se tornaba violeta cuanto más poder le prestaba a la gema.
''Algún día brillarás.
Mi luz solar.''
Se giró y sus ojos chocaron con los del mayor en los que se reflejaba aquel color violáceo que su hechizo había conseguido crear. Dejó la gema flotar por encima de sus cabezas y esperó a que el chico reparase en él. Changbin dejó que una sonrisa se escapase y bajó la mirada hasta posarla en el rostro preocupado y extasiado de Jisung. Era una imagen preciosa. Su mano, desafiando cualquier mandato que su cerebro le hubiese proporcionado, acarició la mejilla del más joven.
- Por lo que veo, tierra y agua funcionan bien juntas. -En sus ojos había motitas brillantes antes de decir- sabía que podías hacerlo, Jisung. Se necesita mucho poder para romper una de éstas. Te lo prometo.
'' Solo el ser natural que has estado escondiendo.''
En un movimiento rápido, la gema del elemento fuego volvió al cielo. El rostro de Changbin se tornó serio de nuevo e hizo bailar al agua con el fuego; Jisung miraba impresionado el cielo que estaba ardiendo pero no con fuego sino con hielo. La luna había dejado aquel color blanquecino y había adquirido uno azul, del mismo azul que los ojos de Changbin.
Sin pensarlo, llevado por la emoción del momento, bajó la gema del agua ante la atenta mirada del mayor y reactivó la de su elemento. Quería verlos bailar juntos en aquella noche. Changbin tomó por la cintura al más joven y lo abrazó contra sí. Jisung se apoyó en su frente, cerrando los ojos por unos segundos antes de atreverse a rozar los labios ajenos.
Los elementos bailaron aquella noche al compás de sus dueños.
'' y la luz azul de la luna...''