Hablarán De Ti Y De Mi [CLEXA...

By PalmeraVanti

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Clarke Griffin esta finalizando la carrera de secretariado ejecutivo y consigue la mejor oportunidad laboral... More

¿Y ésta quién es?
JaneCG y Lexa
4 "Lo siento" 2 Encuentros de manos y 1.000 Sensaciones
¿La secretaria o la escritora? ¿Habitación o café? ¿Traje gris o negro?
Jefa - Empleada
¿Dos días para qué?
Va por dentro
El sabor de un beso
Otro beso robado
¿Quieres una jefa?
Sígueme el juego
Elixir
Así sabe un Cinnamon Dolce Latte
Un orgasmo como analgésico
Tanta vida de repente
Una buena explicación
Un pasado doloroso
****** --- ACLARACIÓN--- ******
El crujir de un corazón ajeno
Celos con sentido
Zumos que prometen despertar sobresaltos emocionales
Flores de papel
Vas a despertar a la galaxia con tus gritos
Coronación al amanecer
Atracadora de reinos prohibidos

Segunda oportunidad con chocolates y flores de papel en mano

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By PalmeraVanti

Clarke POV

— ¿Me has plantado por veinte minutos par...  Raven comenzó su reproche pero la interrumpí.

— Quince. — La corregí.

— Diecisiete.  Dijo acercando hacia mi rostro la muñeca de su mano que sostenía la pizza para que pudiera apreciar la hora en el reloj pulsera y al notarlo realicé un gesto que pretendía le diera ternura para aplacar su enfado — ¿Me has plantado por diecisiete minutos por estar con una sexy millonaria en su BMW último modelo? 

Lo siento Rae, había olvid... 

— Estoy tan orgullosa de ti amiga.  Entrelazó mi cuello con sus brazos haciendo equilibrio con la pizza y la cerveza.

Me llevó un poco de tiempo asimilar esas palabras y cuando logré hacerlo me separé de su abrazo para observarla con el ceño fruncido — ¿Como? ¿No estás enfadada por la espera?

— ¡No! Que yo te imaginaba rodeada por cientos de pañuelos descartables llenos de tus fluidos nasales culpa de esa sexy millonaria y me encuentro con tu hermoso cuerpecito bajando del coche de otra sexy millonaria. Eres la puta ama Raven movió la cabeza sorprendida mientras reía.

¿Pero qué dices Raven? Niylah es solo una amiga. —

— ¿Solo una amiga, eh? Una amiga te mira así Se colocó frente a mi y me observó fijamente — Con ojos de < Abre esa maldita puerta de una puta vez que muero de hambre. > No con ojos que gritan < Abre las piernas frente a mi rostro de una puta vez. > — No pude evitar reír ante su comentario, sus formas muchas veces impedían mantener la seriedad con ella.

Tomé las llaves y respondí mientras abría la puerta para evitar mirarla — Vale, puede que ella no lo tenga muy en claro.

— ¡Lo sabía!  Dijo en tono de victoria mientras ingresaba.

Raven rápidamente colocó las cosas sobre la mesa ratonera frente al sofá para luego sentarse, yo copié su gesto. Nos dispusimos a comer pero luego de solo dos bocados en silencio Raven habló.

Cuéntamelo todo, en un solo día la jefa te ha dejado y tu ex ha aparecido. 

En primer lugar, Niylah no es mi ex, es una amiga y en segundo lugar, ella también será nuestra jefa ahora.

¿Qué me estás contando?  Alejó de un movimiento el trozo de pizza que se dirigía a sus labios y la sorpresa se dejó ver en sus labios separados y sus ojos abiertos descomunalmente.

Lo que oyes, el señor Gustus asociaría la compañía con su empresa. 

Vaya.  Colocó el trozo de pizza sobre la mesa y sus labios se curvaron hacia abajo — Debería estar sorprendida por la noticia, pero es que no puedo con la idea de que te tires a las dos jefas. 

¡Que Niylah es solo una amiga! — Molesta di un golpe sobre la mesa consiguiendo que la botella de vino desestabilizara, pero Raven fue más veloz y la cogió antes de que llegara a derramarse.

Ya, tranquila, solo bromeo. 

Lo sé, y créeme, no me afectaría tanto si no supiera que a Niylah le cuesta entenderlo.

¿Quieres contarme? 

Éramos amigas desde la infancia, muy unidas, inseparables a decir verdad. Un día Niylah me confesó que lo que sentía por mí era algo más que amistad y fue bastante difícil continuar luego de aquello. —

Ha pasado tiempo, tal vez ha conseguido olvidarte. 

Esas palabras quedaron resonando en mi mente, tal vez Raven tenía razón, tal vez la mirada de Niylah solo reflejaba el afecto que sentía hacia nuestra amistad y lejos habían quedado sus intenciones de acercarse a mí de otra manera. Es que joder, teníamos una amistad tan bonita que reconocer que lo de mi madre fue la excusa perfecta para alejarme de ella buscando conseguir que me olvidara dolía bastante.

¿Y con la egocéntrica de Woods que ocurrió? 

Le conté todo, repitiendo textualmente cada una de esas palabras que al salir de sus delineados labios como afiladas cuchillas habían conseguido clavarse en mi mente y las recordaba a la perfección.

El rostro de Raven mostraba confusión cuando la historia iba llegando a su fin, lo cual me llamó la atención y decidí interrogar al respecto.

¿Por qué esa cara?

Raven, que se encontraba perdida en sus pensamientos, al escucharme ladeó su cabeza buscando reaccionar y luego habló — Nada, es que... ¿Sabes? Hoy antes de cerrar la compañía la vi y se veía bas...  Detuvo sus palabras y su mentón se tensionó.

¿Qué? — Pregunté confundida.

Nada, se la veía bastante bien. 

¿Por qué iba Raven a mentirme? Que mentía era evidente, lo demostraban sus ojos esquivando mi mirada y el movimiento algo nervioso de su mandíbula hacia ambos lados, y aunque moría por saber qué ocultaba, sabía que no me lo diría, por lo que opté no decir más nada respecto al tema.

Finalizamos la cena, coloqué dos cucharillas en el helado y nos dispusimos a ver una película. Para cuando ésta finalizó eran la una de la madrugada según las palabras entre bostezos de mi amiga.

Gracias por la compañía. — Me acerqué separando mis brazos para abrazarla, ella entendió el gesto, separó los suyos y nos dedicamos un abrazo afectuoso.

No agradezcas. Pensé que estarías peor. 

Ya ves, soy fuerte, como bien has dicho tú. — Sonreí dentro de su abrazo cuando sentí sus manos jugando con mi cabello y la despedí con dos besos.

Cerré la puerta en cuanto el coche de Raven tomó marcha y las lágrimas se hicieron presentes. ¿Fuerte? De fuerte nada.

La oscuridad de la noche logra que la soledad pese aún más dentro, los pensamientos se disparan y la mente comienza un largo viaje entre recuerdos e imaginación que extiende desvelos.

Me di un baño que intente prolongar buscando conseguir que Alexandria Jasmin dejara de doler.

< Ya sabes, para que digas que los negocios se han dado gracias a mí y calles lo sucedido entre ambas. >

< ¿No habrás pensado que esto era algo serio? >

< Motivarte satisfaciendo las ganas de mi que irradias desde el primer día me pareció la mejor opción. >

< No hay un lazo que nos una, nunca hubo promesas y mucho menos amor, solo fue sexo, del bueno, es cierto, pero ya. >

En aquel silencio dónde solo podía oírse el sonido de las gotas de agua cuando explotaban contra el suelo de la tina, esas palabras entonadas por su voz volvían a repetirse en mi memoria, una y otra vez. Volvían a resonar esos versos carentes de sentido, dónde se excusaba dándole fin a lo nuestro.

< Te quie... >

De pronto mi corazón paso de dar golpes apagados por la tristeza, a firmes y motivados por la esperanza.

¿Esperanza de que? Esa arpía no merecía siquiera que le permitiera completar la frase.

Porque eso es lo que era, una arpía de dulces labios encantadores, como si se encontraran delineados por un rouge de miel y caramelo que te incitan a probarlos. Una arpía con manos mágicas que estimulaban cada trozo de piel que rozaban. Una arpía que mentía casi tan bien como follaba. Una arpía que jugó a secuestrarme el corazón y al verse con el juego ganado desde el comienzo, se aburrió rápidamente.

Me tomé un tiempo para pensar en darle o no la posibilidad de explicarlo, tiempo que se prolongó durante el lapso en que terminé el baño y me vestí cómodamente para dormir.

Si no le daba la oportunidad ¿Cómo la olvidaría?

El móvil sonó a mi lado sobre la cama y al cogerlo una notificación de Lexa actualizando su historia consiguió que mis labios esbozaran una sonrisa.

Sin pensarlo un segundo me recosté y luego ingresé a Wattpad, cuando llevaba solo dos minutos de lectura, en la parte superior de la pantalla del móvil apareció un WhatsApp de Lexa.

Tal vez el destino estaba trabajando a grandes velocidades y respondió a mi pregunta poniendo a Lexa nuevamente en mi camino, volviendo a despertar las mariposas en el vientre al leer su nombre.

Hablamos sobre mi teoría con respecto a las flores y cuando leí su risa comenzaron a florecer en mi interior las ganas de poder oírla a pocos centímetros.

Me despedí diciéndole que al finalizar la lectura del capítulo le daría mi veredicto.

En cuanto llegué al final del capítulo me encontraba rendida a su forma de expresarse mediante la escritura, la manera en que conseguía atraparme con su historia era sorprendente y la mejor parte resultaba ser esa exquisita sensación de necesitar más.

Ingresé a su chat tecleando un < Increíble > que al instante borré con una sonrisa pícara en mis labios, quería tentarla a esperar mi opinión.

Coloqué el móvil sobre la mesilla de luz y me digne a dormir las pocas horas que restaban para ingresar al trabajo.

*

La primer mañana que nos regalaba la primavera cumplía con los requisitos de un día de dicha estación. La brisa con la temperatura adecuada y un cielo perfectamente azul ameritaban una caminata hacia el trabajo.

El ritmo de un Nueva York acelerado en sus primeras horas acompañaba mis pasos a destiempo. Mis pensamientos se dieron el gusto de tomar vuelo mientras mis ojos disfrutaban de los colores que comenzaban a asomar en los trozos de naturaleza que conservaba la ciudad.

Alexandria Jasmin o Lexa; las mujeres que dividían en dos mis pensamientos y sentimientos. Dos personalidades tan distintas, las dos caras de una moneda, blanco o negro, mar o montaña, día o noche, otoño o primavera.

Alexandria Jasmin había adelantado el otoño en mi, deshojando sin mucho cuidado mi sentir, dejando mi corazón desnudo y tiritando ante el invierno que estaba por venir.

¿Podría Lexa devolverle la primavera a mí interior?

Podría al menos hacer el intento.

Debido a mi caminata llegué unos minutos más tarde que los de costumbre al trabajo, pero de igual manera cumplí con el horario de ingreso.

Raven ya sé encontraba en su escritorio, por lo que me acerqué hasta ella.

Rae. 

Se giró hacia mí y esbozó una sonrisa que le devolví en el momento — Hola Clarkie. —

Iré a por un café, he decidido caminar hoy y no me ha dado tiempo a nada ¿Quieres uno?

Si no es mucha molestia. — Se encogió de hombros abandonando el encendido del pc en ese movimiento.

Claro que no, enseguida vuelvo. 

Al salir, el coche del señor Gustus con Titus al volante comenzaba a adentrarse en el ingreso al estacionamiento.

Pretendí seguir mis pasos pero la voz de Gustus lo impidió.

Clarke. — Su rostro comenzaba a asomar del otro lado del cristal oscuro que descendía a un ritmo constante — ¿A dónde vas? — Preguntó y pude sentir su mirada estudiándome.

Sus ojos me recorrieron de pies a cabeza y al encontrarse nuevamente con los míos una de sus cejas se arqueó en una uve casi perfecta.

Lo observé con desconcierto por su mirada y luego hablé — A comprar un par de cafés. — Respondí señalando con mi índice hacia el Starbucks que se encontraba cruzando la calle.

Si, bueno, eso puede esperar, sube que yo estaré allí en unos minutos. 

Sonreí, con la sonrisa insincera atacando, pero respondiendo a mi formalidad y buena conducta — Por supuesto señor Gustus. — Di media vuelta y volví a ingresar a la compañía.

Desde lejos pude ver a Raven observándome confundida mientras ladeaba su cabeza, por lo que antes de llamar al elevador me acerqué a su escritorio.

¿O Starbucks trabaja a velocidades inimaginables o me has jodido el café? 

Te lo ha jodido el señor Gustus, ha dicho que lo deje para luego y me ha pedido que suba. — Me encogí de hombros y comencé a caminar de espaldas al elevador.

Lo mandaría a tomar por culo, pero la paga es buena. 

Sonreí ante su comentario y me voltee cuando ya me encontraba cerca del elevador para oprimir el botón.

Ingresé a la oficina y me ubiqué en mi sitio, desde esa posición observé la silla ejecutiva de cuero blanco que se encontraba del otro lado del escritorio y suspiré, en un mundo donde un puesto vale más que un corazón, aún le resta mucho por aprender.

El señor Gustus no tardó en llegar y tender sobre el escritorio varias carpetas.

Debes llevar todo a < CreditNow >, antes pasa por recepción que Raven debe colocarles el sello a algunas. 

Vale. — Respondí pensando en que conocería la empresa de Niylah.

Bajé con todas las carpetas que debía llevar, las coloqué sobre el escritorio de Raven y juntas comenzamos a buscar cuales tenían el sello y cuáles no. Me pidió que le tendiera el sello que estaba en el otro extremo, por lo que debí inclinarme para poder cogerlo.

Raven le colocó el sello a los que no tenían y luego acomodó las carpetas para facilitarme el agarre.

Café pospuesto, segunda parte. — Bromeó y yo saqué mi lengua a modo de burla antes de girarme en dirección al elevador.

Por un momento pensé que no le había escrito a Lexa sobre el capítulo, debía decirle lo maravilloso que me había parecido y...

Ese aroma

Su perfume desordenó mis papeles de un soplido y cuando levanté la vista allí estaba, observándome con esos ojos que ameritaban unos cuantos suspiros de mis pulmones.

Buenos días señorita Woods. — Saludé con formalidad al pasar por su lado mientras mis entrañas se retorcían por dentro.

Y lo que pretendía que fuera solo un cruce de miradas con saludo formal de por medio se perdió en cuanto sentí su agarre sobre mi brazo. Confundida me giré en busca de una respuesta y me encontré con sus ojos destellando.

Te ves hermosa con esa blusa rosada. 

¿Cuán débil podía resultar si con una sola frase mi corazón solito juntaba sus partes y amontonándolas entre sus manos volvía a tenderlas en dirección a esos perfectos ojos esmeralda?

Finge que no te importa, finge que no te importa, finge que no... — Mi mente comenzó a pronunciar aquello hasta que mi sistema se lo creyó y consiguió que mis facciones adoptaran algún gesto que evidenciara desinterés.

Te he traído algo.

El esfuerzo que realizaba mi cuerpo por no mirar su boca y no pensar en acorralarla contra la pared comenzaba a agotarme y estaba prácticamente segura de que no sería capaz de resistirme a una jugada que implicara un acercamiento de su parte.

Abrió su bolso y metió una de sus manos dentro, pero antes de que llegara a coger lo que me daría la voz de Niylah se hizo audible a lo lejos.

¿Clarke? —

Mi giré en su busca y la encontré caminando hacia mi con un enorme y colorido ramo de flores.

Te he traído esto. — Me lo tendió.

Niylah, sabes que no me gus...

Lo sé, son artificiales. — Me guiño un ojo y se acercó hasta dejar un suave beso en una de mis mejillas.

Buenos días Alexandria Jasmin. — La saludó Niylah sin acercarse.

Buenos días Niylah. — Respondió el saludo sin demasiadas ganas.

¿Te gustan las flores? Solo he traído un ramo para Clarke, pero podríamos quitar una si quie... —

No, te agradezco. — La vi quitar su mano del bolso para luego cerrarlo.

¿Que iba a darme? — Pregunté al ver que en sus manos no había nada que hubiera cogido del bolso.

Mi padre me había pedido que te diera unos papeles, pero parece que los he olvidado en casa. — Se encogió de hombros y de esa manera se ganó un latido de mi parte.

Vale, yo debo salir ahora, si quieres paso a buscarlos. 

Los ojos de Alexandria Jasmin incrementaron su tamaño en ese momento permitiéndome apreciar con mayor facilidad las líneas de su iris — No te preocupes, los traeré mañana, no era urgente. 

La observé con detenimiento y pude notar lo nerviosa que se encontraba — Vale. — Volví a responder sin dejar de estudiarla con la mirada.

¿Vamos Clarke? —

Confundida voltee hacia Niylah — ¿A dónde?

¿Tienes que llevar esas a mi empresa, no? — Preguntó señalando con su índice las carpetas que tenía entre mis brazos.

Ssssi. — Respondí arrastrando la decimosexta consonante del alfabeto gracias a la dubitación.

Te llevo en mi coche, vamos. — Esbozó una de esas sonrisas que pretendían robar suspiros y comenzó a caminar hacia la puerta de ingreso.

No veía la necesidad de ir hasta su empresa, si ella se encontraba allí mismo y debía irse ¿Por qué no llevaba las carpetas ella misma? Pregunta que no obtendría respuesta y tampoco podía pedirla ya que era mi jefa y debía hacer lo que ordenara.

De pronto una sensación de vacío atacó mi pecho y al voltear Alexandria Jasmin ya no se encontraba allí, la ausencia de su aroma me hizo saberlo con anticipación.

Suspiré pretendiendo seguir los pasos de Niylah fuera de la compañía pero desvié mi camino para colocar el ramo sobre el escritorio de Raven.

Muy bonitas.  Ironizó, o al menos así lo interpreté gracias al tono que utilizó para realizar la frase.

Son artificiales, no necesitan agua, déjalas en algún lado que luego las recojo. — Raven solo asintió y cuando salí de la compañía Niylah ya sé encontraba dentro del coche.

Me adentre en el lado del acompañante y nuevamente Niylah recorría un trozo de Nueva York en su coche con mi compañía.

Entonces... – Comenzó a hablar con la mirada en las calles movidas de esa mañana — ¿Me contarás lo que anoche quedó en el tintero? 

Y yo que mantenía las esperanzas en que no lo recordara — Solo... — Buscaba las palabras adecuadas pero me resultaba difícil completar una oración explicando nuestra relación — Yo confundí las cosas. — Breve, pero real.

¿Confundiste?  Frunció su entrecejo y alejó la mirada de las calles para depositarla en mi.

Creí que le pasaban cosas conmigo, al igual que... — Un nuevo silencio me sorprendía, referirme a sus sentimientos para conmigo en pasado cuando los míos estaban más que presentes resultaba doloroso.

Al igual que a ti.  Completo la frase y cuando la busqué con la mirada no encontré sus ojos, nuevamente estaban prendidos al horizonte.

Un incómodo silencio se apoderó del pequeño lugar, podía sentirse la duda de ambas sin saber si hablar o no hacerlo, hasta que llegó el momento de detenernos en un semáforo, momento que Niylah aprovechó para conectar nuestras miradas nuevamente.

¿Quieres contarme?  Preguntó con voz suave.

Y la verdad era que no sabía si quería hacerlo; era mi amiga, las amigas se confían esas cosas, pero también era su empleada, contándole el romance fugaz que había tenido con su socia, y si me detenía a pensarlo por un momento era bastante turbia la situación.

Decidí contarle amortiguando ciertas situaciones, el hecho de que ambas nos buscamos fue real, por lo que no tuvo alteraciones esa parte de la historia en mis palabras.

Ese primer encuentro dónde ignoró mi saludo y el segundo, cuando recordó mi nombre, ya me había colocado a sus pies.

Le comente sobre el beso en el elevador y al recordarlo mis labios volvían a cosquillear como en aquel momento. El segundo beso en el baño, dónde con delicadeza abrió de par en par las ventanas para regalarle a mi alma un soplo de primavera.

Y obvie el detalle sexual, no era algo que quisiera hablar con Niylah, al menos de momento. Pero con el simple hecho de recordarla entre mis piernas una punzada de calor se hizo con mi bajo vientre.

La miras demasiado ¿Lo sabías?  El coche se había puesto en marcha desde el comienzo de mi relato y para cuándo Niylah emitió esa pregunta ya estábamos aparcando frente a un edificio, no muy grande pero si lujoso, con un gran cartel dónde se apreciaba el nombre de la empresa.

Busco su mirada porque necesito encontrar ese desinterés, ese < No siento nada > que ella jura que domina sus intenciones para conmigo, pero es que no lo consigo, cada vez que miro sus ojos, cada vez que mi reflejo se dibuja en ellos, me gritan todo lo contrario, me muestran mi nombre tatuado en su centro del amor. —

Pues gracias al cielo que no te dedicas a la interpretación visual, porque morirías de hambre.  No pude evitar bajar la mirada, mis ojos habían comenzado a cristalizarse y no quería que Niylah me viera así — Lo siento Clarke, siento tanta sinceridad, pero a veces es necesario que así sea, ya te ha dicho que no le importas y no solo te lo ha dicho, lo ha demostrado ¿Por qué sigues pensando que siente algo por ti? 

Su mirada...

Vale, la mirada ¿Y qué ganas con la mirada? Si las acciones valen más que mil palabras seguro lo hacen también más que mil o tal vez millones de miradas. Clarke, por favor, que solo se estaba divirtiendo un rato.  Ladeó su cabeza negando y alejó su mirada, aparentemente molesta.

Hoy iba a decirme que me quiere. — Comencé a jugar con mis manos mientras mi vista contemplaba los movimientos.

¿Iba? 

Si, eso creo, no ha llegado a finalizar la frase.

Pensé que Niylah querría seguir hablando del tema, que buscaría alguna aclaración sobre aquello, pero para mí sorpresa no fue así, abrió la puerta del coche y bajo esperando que yo hiciera lo mismo para luego colocarle la seguridad a su BMW..

Niylah se adentró en la empresa y yo seguí sus pasos observando como todo aquel que se cruzaba en nuestro camino la saludaba con muchísima cordialidad y respeto, haciendo lo mismo conmigo cuando me descubrían a su lado. Entregamos lo papeles a su recepcionista y nos dirigimos a su oficina, me daría unos papeles que debería entregarle al señor Gustus.

No sé en qué momento me convertí en una paloma mensajera de contratos, pero allí me estaba, sola, en una increíble oficina decorada a la perfección, esperando a Niylah; se había retirado en cuanto el móvil sobre el escritorio sonó y del otro lado habló su secretaria pidiéndole que bajara.

Unos pocos minutos más tarde la joven recepcionista apareció a mi espalda comunicándome que Niylah no podría atenderme ya que le habían surgido ciertos imprevistos, por lo que abandoné la empresa y al salir tenía un coche esperando.

La señorita Niylah ya le ha facilitado la dirección de su empresa a nuestro chofer señorita Clarke. 

Vale, muchas gracias. — Respondí saludando luego cordialmente a la muchacha con un apretón de manos, no sabía su nombre, por lo que pretendí disimularlo tras una sonrisa.

Tomé el móvil y sin pensarlo mucho entre al chat con Lexa para darle mi opinión sobre el último capítulo y al ver que respondió al instante pude sentir como mis labios lentamente comenzaban a curvarse.

Lexa POV

La observaba con el odio devorando con desesperación mis entrañas, ésta resultaba la segunda vez que interrumpía un momento que pretendía fuera importante para Clarke y para mi.

Buenos días Alexandria Jasmin.  Me saludó a la distancia.

Buenos días Niylah. — Devolví el saludo con la misma carencia de afinidad que ella.

¿Te gustan las flores? Solo he traído un ramo para Clarke, pero podríamos quitar una si qui...

Menuda manera de justificar su accionar sólo para conquistar a Clarke, somos unas cuantas mujeres en la compañía, debería desarmar el ramo completo ¿Iba de intereses y conveniencia? hipócrita.

No, te lo agradezco. — Alejé mis manos del pequeño ramo de flores de papel y volví a cerrar el bolso.

Calrke, al notar que no cogí nada del bolso me preguntó que le daría, hábilmente respondí que mi padre me había encargado unos papeles pero los había olvidado en casa, luego realicé un encogimiento de hombros.

Si mi percepción no me jugaba una mala pasada, el pecho de Clarke había incrementado su tamaño al notar ese gesto en mi, de solo pensar que sus pulmones me habían regalado un suspiro de esos contenedores de sentimientos, mis pulsaciones respondieron más rápido de lo habitual.

Pero el agradable descontrol de mi interior se transformó en desesperación cuando me dijo que podría pasar ella misma por los papeles.

No te preocupes, los traeré mañana, no era urgente. — Respondí suplicando que aceptara.

Sus ojos me observaban, analizadores, buscando la respuesta a alguna pregunta, que, fuese cual fuese esa interrogación, la resolución que le ofrecerían mis ojos no sería más que mi rendición ante su belleza.

Pero todas mis intenciones por recuperar a Clarke se desmoronaban cada vez que los labios de Niylah emitían palabras. Su boca trazaba palmos invisibles que acrecentaban cada vez un poco más la distancia entre su corazón y el mío, yo que solo quería cogerlo y echarme a volar.

¿Por qué no fui valiente? Por qué no le tome la mano y despegamos juntas en un vuelo que me permita mostrarle el mundo como yo lo entiendo mientras admiraba la forma en que se las ingeniaba para que yo entendiera el suyo.

Clarke caminó hasta el escritorio de Raven, le tendió el hermoso ramo de flores y yo escondí mi figura tras una puerta que encontré cerca. Tantos años fingiendo trabajar aquí y no sabía que teníamos una sección de lunch a un lado del elevador.

Con el cuerpo pesado y sin energías me giré en dirección al elevador y lo llamé, mi padre me quería trabajando ese día y aunque deseara cualquier cosa que no involucrara verlo, carecía de opciones.

La pequeña pantalla del elevador mostraba que este se encontraba detenido en un piso por lo que debía esperar. En ese tiempo comencé a pasear mi mirada por la compañía, divisé un cesto de basura justo a un lado, abrí mi bolso, me deshice de la caja de chocolates, luego tomé el pequeño ramo — Dais vergüenza. — y lo arrojé también dentro.

El elevador al fin llegó y bajando mis párpados me dispuse a afrontar el día laboral.

Para mi suerte esa mañana mi padre tenía una reunión pactada, la cual quiso que presenciara, cualquier opción que implicara no estar con él a solas resultaba válida para mi.

Al fin a las 10:45 am éramos libres y la reunión había resultado fructífera.

¿No te irás tan temprano, verdad?  Preguntó mi padre al ver que me había puesto de pie y comenzaba a caminar hacia la puerta.

No. — Respondí sin mucho interés, abrí la puerta y salí de allí.

En cuanto llame al elevador pude sentir a mi móvil vibrar y al cogerlo un mensaje de JaneCG se coló dentro acariciando con delicadeza. El elevador llegó, presioné el botón y continué con los mensajes al ver que JaneCG se mantenía < En línea >.

JaneCG

En línea

Espero impaciente 🤗       01:30

HOY

Me ha encantado el cap!           11:07

Aunque siempre consigues dejarme con ganas de más      11:07

Dependiendo de la situación eso puede ser bueno o malo        11:08

Qué es en este caso? 😅         11:08

Bueno, muy bueno        11:09

 🙈           11:09

Cómo te ha encontrado la primavera?        11:10

Sola 😅         11:10

A ti?           11:10

Igual 😕           11:11

Jo              11:11

Muero de hambre y sueño, no he bebido mi café matutino          11:12

Las puertas se separaron y comencé a caminar fuera, levanté la mirada del móvil bastante desconcertada al percibir una brisa rozando mis mejillas.

Me encontraba en la terraza, allí, en ese mismo lugar dónde el día anterior había destrozado dos corazones al mismo tiempo. Mi propio cuerpo no era capaz de escapar de su encanto y solo se esposaba a su recuerdo.

El móvil volvió a vibrar pero esta vez en mi mano, miré la pantalla y me encontré con un mensaje tentador, pero no lo suficiente para quitar a Clarke de dentro.

JaneCG

En línea

¿Sigue en pie el Cinnamon Dolce Latte?          11:15

No respondí, simplemente guardé el móvil y me dejé caer abandonando mi peso sobre una de las paredes. Su recuerdo atacó, nuevamente volvían a brotar lágrimas de sus precisos ojos y los míos las contenían con un esfuerzo sobre humano.

De pronto el sonido del elevador me sorprendió, volví a erguirme y sequé las lágrimas que probablemente para esa altura habían jugado con mi maquillaje. La imagen de Raven apareció delante de mis ojos y me recrimine una y mil veces encontrarme en ese estado.

Caminó hasta mí, con sus manos ocupadas y se detuvo dejando una distancia de un paso entre ambas. Apoyó dos vasos de Starbucks sobre una pequeña elevación de concreto y me tendió la caja de bombones y el ramo de flores que había abandonado en el cesto junto al elevador.

Aturdida ante la confusión conseguí cogerlas y luego levanté mi vista en su busca, sus ojos se encontraban esperando la coalición y sus labios sonrieron al verme llegar. Acercó sus manos hasta mi rostro y con ayuda de sus pulgares acomodó el desastre que había causado la tristeza en el.

No la cagues esta vez. — Me desafió con la mirada, pero aunque procuraba mostrarse infalible con ella, pude percibir cierto afecto.

Se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia las escaleras de emergencia.

¿Raven?

Detuvo sus pasos y en una aparente dubitación al fin terminó por voltearse hacia mi — Shhh. — Llevó uno de sus dedos índice a los labios y con el otro señaló las puertas del elevador que comenzaban a separarse.

La vi sonreír mientras la puerta de la escalera de incendios se cerraba haciendo a un lado su imagen y abriéndole camino a la búsqueda desesperada de mis ojos por encontrar a la dueña de esa feromona que se había hecho con cada célula de mi piel cuando mi sistema consiguió captarla.

La imagen de una Clarke desorientadamente hermosa llegó a mis pupilas desbordando mis intenciones y una segunda oportunidad llamaba a mi puerta con chocolates y flores de papel en mano.

ACLARACIÓN:

Ante todo debo disculparme por esta gran ausencia con tod@s las lector@s que eligieron invertir un poco de su tiempo en leerme. Estuve (y aún estoy) con problemas personales que me alejaron bastante de la escritura, no obstante hoy estoy aquí y espero que esta vez para quedarme. Tal vez no logre siempre actualizaciones semanales como antes, quizá me lleve un poco más de tiempo, solo les pido paciencia, entiendan que esto lo hago como hobby ya que escribir es algo que realmente me gusta, también amerita una inversión de tiempo de mi parte y eso lo dificulta un poco, pero espero poder traerles actualizaciones no tan distantes.

Por cierto, se viene nuevo fic y el segundo OneShot dedicado a este shipp.

Saludos a tod@s.

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