HIELO [en tu mirar]

By Envious_Sky

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[#1 SAGA ELEMENTAL] Thara y Märco. BOOKTRAILER cortesía de @BRECOSANCHEZTEAM https://drive.google.com/file/d... More

Adelanto
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10.
11.
11 (2da parte)
12.
14.
15.
16.
17.
18 (I PARTE)
18 (II PARTE)
19 (I PARTE)
19. (II PARTE)
20 (I PARTE)
20. (II PARTE)
20. (III PARTE)
FINAL
EPILOGO

13.

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By Envious_Sky

Thara

—¿Cómo te atreves? —dije entre dientes. Enojada. —Eres su amigo, la persona en quien más confía.

Darius sonrió.

—¿Cierto no?

La expresión de "con la misma vara que mides, serás medido" me parecía el complemento pacifista ideal para acompañar aquella otra que expresaba "no juzguéis o serás juzgado" y en las cuales pensaba intensamente hasta provocar humo saliendo de mi cabeza. Allí mismo, no podía concebir por qué o cómo el proclamado mejor amigo de Märco había osado poner los ojos sobre la misma mujer que su amigo, y no solo eso. La sangre me hervía al saber que ellos tenían una especie de pseudo relación, que según Darius, no habían querido sacar a la luz para no lastimarlo.

Mentiras.

Era una excusa desabrida y de muy poco hombre, para Darius en este caso. Ya después vería que conclusiones sacaba respecto a Livet.

¿Sería demasiado dura al juzgarlos?

Si bien mis palabras pasadas hacia el odioso líder alemán habían hecho mención a la falsedad de sus lazos, nunca las creí del todo ciertas. No podía entender cómo o porqué una persona se mantenía al lado de la otra por intereses superficiales

Ah, y ahí llegaba la doble moral a abofetearme duramente. ¿Cuál era ese motivo altruista por el que yo caminaba este pasillo hoy? La agria respuesta era confusa, por una parte, me había parecido entretenido seguirle el juego al líder todopoderoso y por la otra, extrañamente comenzaba a sentirme a gusto con su presencia e incluso su humor.

Si, estaba chiflada.

—Señora, ya es hora —dijo Brenda en voz baja y mirando alternadamente entre nosotros. El derechazo que le había dado a Darius había sido digna de algún drama de época.

Darius volvió a ofrecer su brazo y a regañadientes lo tome.

—Escucha... —volvió a insistir, —deja que sea yo quien le diga la verdad.

Lo mire entrecerrando mis ojos. ¿Es que era estúpido o qué? Märco podía leerme como a un folleto para niños y él me pedía que guardara su secretito.

Asentí escuetamente. No serían mis labios los que pronunciaran sus enredos con la pelirroja. Ahora, no sería lo mismo con mi mente. Tomaba eso como un karma instantáneo, Darius como mejor amigo y guardián debería saber que Märco leía los pensamientos y que ningún secreto estaba a salvo de él. Pero bueno...

Me encogí de hombros felicitándome a nivel mental por mi agilidad al solucionar conflictos de manera diplomática.

—Gracias.

**

La musiquilla elegida por la señora Violet comenzó a sonar apenas el director de la orquesta nos vio frente al pasillo.

Mi corazón latió rápido y con una profunda inspiración me infundí ánimos. Rememoré con cariño cada letra del mensaje que Melissa había enviado en la mañana y si no conociera a mi hermana, obsesionada con la lectura y ortografía, hubiese creído que era algún texto sacado de internet.

"Thara, como esa oruga que al fin alcanza la madurez convirtiéndose así, en una bella mariposa hoy ha llegado tu momento de brillar. Vuela alto, vuela seguro.

La percepción de la vida es efímera, por eso ama, odia, ríe y llora con intensidad. Nunca te conformes con una vida insípida.

Lamentamos no poder estar a tu lado (para ver la expresión del odioso líder alemán como gustas llamarlo) pero desde aquí podremos imaginar su rostro agrio.

PD1: cuando seas la gran y poderosa señora del clan le haces un gran dedo medio y vienes a visitarnos.

PD2: Te amamos. Melissa, papá y mamá."

Darius caminaba a mi lado serio, sus ojos firmes en la línea horizontal de su mirada. Antes de terminar el gran pasillo y a unos metros previos a mi prometido, me detuve e intentando que nadie más oyera, susurré.

—Espero que comprendas la abismal diferencia entre lealtad y fidelidad —lo observé seria a él, quien ante mis ojos dejó de ser el imponente hombre que se encargaba de proteger y velar por el bienestar de mi futuro marido. —Y el día en que el momento llegué, sepas hacer lo correcto. Eso —señalé su puño, —ha sido solo una deducción de mi parte.

Me sentí eufórica y orgullosa de mi misma al dejarle en claro que yo solo me hacía cargo de mis deducciones, no de su verdad. Ahora entendía porque la señora Violet se había molestado tanto con mi falta de carácter. La Thara de hace dos semanas atrás hubiese disfrutado la comidilla del chismerío que este insólito, pero esperado, triangulo trajese.

No ahora.

—¿Qué te sucede? —preguntó Märco cuando llegué a su lado. Él beso mis nudillos, —Pareciera que hubieses comido heces en lugar de estar festejando tu boda.

Miré esos fríos ojos azules y una resolución se abrió paso en mi cabeza: yo los calentaría.

"Quiero que sepas que deseo esto con todo mi corazón"

"Märco Sneider, yo te elijo ahora y siempre."

Lo que esperaba era recibir una mirada de sorpresa más no una lastimera. Por una fracción de segundo, que es lo que se habitúa decir en estos casos, pude ver ese hielo cristalizarse. Fragmentarse a causa de mis palabras.

—Lo sé.

Märco

Había aprovechado el ajetreo que mi madre estaba haciendo con la boda y la elección del súbdito de Thara para realizar un pequeño viaje y que nadie notara mi ausencia.

Lamentablemente el viaje relámpago hasta Luxemburgo había resultado frustrante.

Después de que Darius informara que el pequeño clan allí radicado no había tenido oportunidad de defenderse o pedir ayuda, decidí que lo mejor era un análisis directo de la zona de la catástrofe.

—¿Crees que preveían el ataque y por eso su ímpetu en aliarse? —pregunté en voz alta con una sola idea en mente; quien hizo esto buscaba esconder algo.

Íbamos en el avión después de haber coordinado una visita con uno de los sobrevivientes del ataque. El centinela nos había informado que nadie notable había visitado la cuidad, pero que una noche previa a los ataques, se había visto una celebración privada por la llegada de alguien en casa de los líderes.

—No lo creo, son demasiados años esperando la aprobación —respondió Darius con seriedad, él ojeaba un informe que Joseff había enviado de nuestra frontera. Lo único que tenían en común los ataques era el clan involucrado. —Según recuerdo el anciano líder de Luxemburgo no tenía posibilidad de ver el futuro... destacaban más bien en habilidades físicas —rascó su barbilla, —y los pequeños aliados de las últimas décadas poseían habilidades básicas.

Había algo escapando de mi razón.

Una vez que descendimos del avión, y posterior a avisar al piloto que estaríamos de regreso en unas cuatro horas nos dirigimos a la ciudad, no sin antes detenerme en un lugar en concreto.

El ambiente allí era lúgubre. Para la mayoría de la población, humanos, había pasado como un trágico accidente a causa de una perdida masiva de gas y que había finalizado con un par de explosiones seguidas.

—Oh, señor —se acercó el tipo a cargo de la investigación y quien a partir de ahora nos rendía cuentas. — Al fin ha llegado.

—¿Qué es lo que ha sucedido? Visité la casa de mi prometida y es un desastre, además de estar alejada del epicentro de las explosiones es una de las pocas que han sufrido daños masivos.

—¿Los Wellton? —me miró confundido. —Lo lamento señor, con tantas víctimas no habíamos reparado en ellos.

Eso encendió las alertas en mi cabeza.

—¿Cómo no reparar en ellos si es que gracias a su hija menor la alianza con el clan Sneider se llevó a cabo? —maldije, —¿Ya comenzaron con la búsqueda de mi cuñada y su madre?

Él palideció. En ese momento un policía humano se acercó a nosotros. Se identifico como Liam Brooks y mencionó su cercanía con la familia de Thara.

—El señor Amadeus Wellton se encontraba alterado estos últimos días —comenzó. —La joyería cerró sus puertas hace un par de días atrás y el le indicó a su hija y esposa que tomasen un viaje.

Extraño. Si algo sucedía con Wellton por qué no enviar a su familia hacia Alemania junto a su otra hija.

—¿Qué sabes sobre eso?

El humano, Liam, nos aclaró que el señor Amadeus había recibido una llamada que lo había dejado desestabilizado. El día anterior a la explosión de su hogar un par de hombres lo había visitado. Ellos eran gente "normal" como Liam llamaba a los humanos, un dato de vital importancia se le había escapado al centinela y era que esos hombres que habían visitado a mi suegro eran gemelos. Lamentablemente su descripción física correspondía al 90% de la población de la zona, de contextura física atlética, rubios y de rasgos fuertes.

—¿Qué es eso? —preguntó Darius cuando retornábamos a casa en el avión. Entre mis manos el pequeño detalle que había podido rescatar desde los escombros.

—Algo valioso.

Tomé con cuidado el teléfono de mi cuñada prometiendo regresarlo a sus manos.

**

Thara estaba evitándome.

Después de que groseramente le dijese que sus familiares no asistirían a la boda ella salió de la oficina echa una furia.

No podía decirle la verdad. No todavía.

La puerta del despacho se abrió de poco y la figura de mi madre me sorprendió.

—¿Madre?

Ella sonrió con calidez y dejó una bandeja de té sobre mi escritorio.

—Deberías ingerir algo —dijo con tono preocupado. —Te casaras en veinticuatro horas y no seria adecuado que te desmayases en plena ceremonia.

—Me alimenté ayer.

Ella tamborileo sus uñas sobre mi escritorio tomó asiento sin que yo se lo ofreciese. Lo que llamó mi atención, mi madre nunca aceptaba un trato menor al de una reina.

Volvió a ofrecerme el té y a regañadientes tomé un par de sorbos.

—Necesito saber que la decisión que estas tomando es la correcta —moduló despacio. —Todo lo que veas, será por tu propio bien —me desestabilicé y terminé por caer al piso, entre mi silla y las patas del escritorio. —Te amo, eres mi vida. Siempre debes saber eso.

—Eres un holgazán y obeso. —escuché la chillona voz de Thara cerca. Los tibios rayos del sol hacían que mis parpados se viesen negados a abrirse, —Mira nada más, esa barriga que se te sobresale. Aquí la embarazada soy yo... y tu pareces un globo a reventar...

Abrí de repente los ojos. Buscándola.

Inspirando profundamente, terminé por ubicarme por completo en un jardín que había visto una sola vez en mi vida y donde todos tenían la entrada prohibida. ¿Qué demonios...?

La sangre se me congeló al verla caminando a mi derecha. Ella tenía el cabello más largo y acariciaba con pereza su vientre mientras peleaba con un perro excedido de peso. Un husky. Su rostro rebosaba de vida, pero su mirada era triste.

—¡Con cuidado! —bufó.

A la distancia divisé a Darius que corría tras un niño que utilizaba un ridículo sombrero de paja. Todos caminaban hacia el mismo lado; el mausoleo familiar hecho de piedra caliza.

Una agria sensación se asentó en mi boca. ¿Así que este sería mi futuro, mi mejor amigo con la mujer que había elegido como señora del clan...?

Según mis cálculos el niño tendría unos cuatro años. ¿Cuánto le duraría la fidelidad a mi querida prometida?

—¿Qué? —preguntó ella enfocándome.

Carraspee; —¿Puedes oírme?

—No soy sorda —respondió irónica. — ¿Qué decías de Stefano?

El aludido cayó exageradamente y su sombrero voló por los aires. Cabellos tan rubios como la arena se dejaron ver. Quise correr y acercarme, pero su madre ya estaba en ello.

—¡Stef! —gritó Thara, y hasta ese momento reparé en el ramo de flores que traía. Crisantemos, mis favoritos. —¿Estas bien? No corras tan rápido, papá no va a ir a ningún lado.

Un escalofrío potenciado recorrió mi cuerpo al ver a Darius levantar al niño. No solo porque parecía una fotografía mía de niño sino por lo que le dijo...

—Mi señor... —sacudió de sus pantalones las pequeñas hojillas y miró a Thara. — No debería bromear con eso mi señora, a Märco no le haría gracia...

—A Märco no le hacían gracia varias cosas —respondió ella a la defensiva, —pero eso de que importa ahora. Él se fue ¿no?

¿Qué?

—¡Märco! ¡Märco, despierta! —oí en la lejanía la voz de Livet y abriendo mis ojos pude enfocarla. —¿Estas bien, mi amor? ¿Qué te sucedió?

—¿Qué haces aquí? —balbucee alejándome de su tacto y tratando de mantener fresca cada imagen del ¿sueño? —¿Dónde está mi madre?

—La señora Violet se fue hace un par de horas. ¿Qué te sucedió?

—¿Y Thara?

Su gesto se agrió.

—Con su súbdita —dijo con desdén. —Haciéndose amiguitas. Brenda Harris fue la elegida.

Rememoré vagamente las candidatas que se habían elegido para Thara y no recordé a la señorita Harris.

—Quiero sus datos...

—Pero señor... —interrumpió, —ya fueron todas controladas y...

—¿Estas cuestionando una de mis ordenes?

—En absoluto —se retractó. —Yo solo quería ahorrarme el trabajo de ir hasta la Torre a buscar el informe. ¿Ya no confías en mi palabra?

**

La marcha nupcial comenzó a sonar lo que me pareció una eternidad después de estar como una estatua frente al altar. Mis padres sonreían emocionados y el resto de los distinguidos invitados a mi boda se veían intrigados.

La suerte estaba echada.









Bueno, bueno, bueno *se aclara la garganta* estaré actualizando tres caps de esta historia ya que las actualizaciones para esta misma tendran que esperar hasta enero (todavia no sé si mediados o fin de mes) y allí subiré lo que queda (esta novela tiene 21caps). Estaré trabajando en mis otras historias, que tengo inactivas  desde hace varios meses atrás.... 

En fin, ya saben como es esto; ¿dudas? ¿teorias? en los comentarios respondo todo.... o bueno, lo que pueda ya que los emojis no sé que ponerles (?

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