Hongjoong a la mañana siguiente despertó en el apartamento de la empresa muy espantado cuando se percató del pequeño problema. Desesperado por ayuda, fue hasta el apartamento original de su amiga pelinegra. Ahora se veía frente al espejo del baño de Soojin, él estaba molesto, mientras Soojin y San lo veían.
—No se ve tan mal...—murmura San
—¡¿Qué no se ve tan mal?!—grita Hongjoong.—mira ésta maldita marca, ¿crees que voy a poder ligar con esto?, ¡qué hijo de perra!—exclamó para su encuentro de anoche.
—Tranquilo...—menciona con una sonrisa nerviosa.
—¡¿Cómo quieres que me tranquilice cuándo pasa esto?!.
San selló sus labios en señal de quedarse callado. Y Soojin reconfortándole como la madre que solía ser, le pasa la mano por los hombros y le sonríe, para luego ver amenazante al pelirrojo. Hongjoong se sintió pequeño. Rara vez Soojin se enfurecía en serio, cuando sabía que su comportamiento era horrible, ella aconsejaba como una madre pero también regañaba como una.
—Lo siento...—susurró.
—¿Por qué estás tan estresado?—preguntó ella—Woo mencionó que te fuiste con su amigo.
—Sí.
—¿Y qué te tal?
—Pues...
Hongjoong no sabía si decirle la verdad a sus amigos, pues había prometido no decirle a nadie. Y Soojin estaba bien, ella era como una tumba, San también lo era pero si por algún caso Wooyoung le pedía que le contase, obviamente no cerraría la boca porque el enano lo controla fácilmente.
—Creo que te gustó, hyung—Dice sonriendo San.
—No me sorprendería de ser así, parece su tipo. Sin duda Hongjoong disfrutó de buenas rondas anoche. Solo mira lo que hay en su cuello—se burló Soojin.
—No fue él... —suspiró—Fue otro cliente, luego de que Seonghwa se marchara.
— ¿Te aprendiste su nombre, hyung? —sonríe levantando las cejas.
—Habrá más de un encuentro. Te lo aseguro —sonrió Soojin.
—Luego nos critica a nosotros.
—¿Sí recuerdan que estoy aquí y ustedes están hablando en mi cara?.
—Sí, ¿y?.
—No fue nada!. El trabajo es el que me importa.
Soojin y San sonrieron queriéndose burlar de él. Hongjoong había renunciado completamente a fijarse en alguien más, por aquel causante cuyo nombre a mencionar en casa de Soojin estaba prohibido, ella juró que jamás quería escuchar del peli azul después de lo que le hizo a su amigo.
—¿Dónde tienes tu maquillaje, Soojin?—Preguntó Hongjoong sonriéndole
—Estás loco si crees que el maquillaje te quitará tu mutilado en el cuello—dice con desaprobación.
—Por favor~ sabes que me multarán si se dan cuenta lo que tengo en el cuello.
—Tienes demasiado dinero como para pagar una pequeña multa, Hongjoong.
—Él es avaricioso, Soo...—susurró San
—Por favor, Soojin.
Soojin pareció meditarlo un poco pero al fin de tantas, era su amigo y no podía negarse para ayudarle.
—Con algo de hielo y un leve masaje estarás bien... Y algún cuello de tortuga no te vendría mal.
Mientras Hongjoong sostenía su paño con hielo después de haber desayunado algo de la comida casera de Soojin junto con San. Porque si algo que hacían esos dos era escabullirse en el hogar de ella para poder comer algo bastante decente.
Los tres hablaban un poco de sus actividades durante la semana poniéndose al día; ya que no habían visto a Hongjoong luego de que desapareciera de la faz de la tierra en dos semanas seguidas. Toda la conversación en compañía de café.
—¿Y tú por qué desapareciste?—preguntó finalmente.
—No tenía ganas de ir al pub, tampoco al edificio de habitaciones —responde esquivo.
San chasqueo la lengua en desacuerdo a las excusas que ponía Hongjoong. Entonces ella se percató que estaba escondiendo algo. O más bien a alguien.
—Okey. Esto no me suena bien... ¿Si fue cierto lo de los clientes externos?.
—Claro...—mencionó con la tasa en sus labios
—Mientes—golpeó suavemente la isla—. Nunca llevas a nadie a tu departamento, están prohibidos los encuentros fuera o en casa del cliente. Y tú nunca eres poco descuidado como para llevar a alguien a tu apartamento. Habla Hongjoong.
Hongjoong maldecía el cómo su amiga podía leer con facilidad sus mentiras y ser muy meticulosa para pensar.
—Deberías decírnoslo, Hyung. Solo estamos nosotros, puedes sentirte confiado, somos tus amigos—menciona con preocupación San.
—Bien. Me atraparon.—suspira— No tuve clientes como les dije anoche. Solamente fue Siwon y solo fue porque sentí que debía acostarme con alguien por distracción. Siwon me contacto en ese momento y le di mi dirección para que pudiera llegar. Fue un momento de desesperación personal.
—¿Fue por él? —preguntó molesta su amiga.
El pelirrojo pareció pensarlo. Pero estaba acorralado ya no podía retractar sus respuestas, esto no iba a terminar bien.
—Sí.
—Hyung... ¿Por qué volviste a caer?. Sabes lo mal que te pones cuando él regresa. No puedes seguir así, pone tu valor en juego, tu trabajo, tu estabilidad emocional.
—No pueden meterse en mis decisiones todo el tiempo—menciona sin mirarlos a los ojos.
—Nos preocupamos por ti.
—No es necesario—su comisura se eleva.
—Basta— Soojin habla seria—, ya debes entender que no eres su juguete, Hongjoong. No puedes seguir de esa manera, cada que vuelve tu accedes a sus caprichos y cuando lo obtiene se marcha y desaparece en meses dejándote mal. ¿Qué más quieres?.
El silencio gobernó al trío de amigos por largos minutos solo mirándose entre sí.
Hongjoong luego de levantarse y colocar la silla del comedor en su lugar.
—Gracias, Soojin te debo una—mencionó como si el asunto no fuese importante.
Caminó hacia la salida con las miradas atentas a su espalda.
Soojin suspiró y San solo apretó los puños sobre la mesa. Era imposible hablar de ese tema sin que terminaran discutiendo.
Hongjoong caminaba hacia su apartamento sus ánimos habían decaído mucho más veces en esas semanas
Solo quería encerrarse y dormir. Siempre era lo mismo, el tema de conversación de Jiseok no iba bien en nada, y marcharse era lo que hacía siempre, es que por más que le pregunten, el mismo tampoco tiene respuesta para ello. Ojalá supiera por qué lo hace; también se lo pregunta cada vez que lo ve y sale su nombre de esos labios.
Sí tan solo fuese capaz de abandonarlo del todo, tampoco es como si no tratase de alejarse, pero de alguna manera absurda cede. Siempre accede.
Pero, bueno, él así de rápido como vuelve así mismo se va, sin dejar rastro. Entonces no quiere torturarse con esos pensamientos, por ahora. Solo por ello no significa que debería dejar su trabajo de lado.
La semana de estresante trabajo había comenzado para Seonghwa. Y no solamente de trabajo, sino la última llamada de Haneul no lo había dejado descansar ni un poco el fin de semana. ¿Realmente todo se iba a acabar así?, él no tenía intensión de querer hacerlo, era doloroso que le pidan algo que él no quiere hacer sin que le den una oportunidad antes.
Navegando en esos pensamientos que le oprimían el pecho. Sube al ascensor y justo cuando las puertas iban a cerrarse, el peligris corría a toda velocidad.
—¡SEONGHWA!
Al entrar jadeando, solo así Seonghwa se percata que el grito había sido con él.
—¡Hey! ¡Te grité para que detuvieras el elevador y no lo hiciste, casi lo pierdo!—hace un puchero.
—Lo lamento. Estaba distraído, supongo—menciona cabizbajo.
Wooyoung al verlo decaído como todos los días, le codea y pregunta.
—¿Qué tal la pasaste el otro día?, ¿Hongjoong fue bueno contigo?.
—¿De que es-... Bueno, estuvo bien.
—¿Bien? , vamos, conozco a Hyung, y él no es algo con lo que tu expreses con un simple "estuvo bien".
Seonghwa sonríe ante la charla. Sabía que eso pasaría así que solo se limita a reír un poco.
—Así que, ¿tampoco vas a contarme?. ¡Tssk! Ayer fui a beber algo para verme con Hongjoong y se negó a darme detalles, se limitó a llamarme "mocoso entrometido", pensé que te sacaría algo a ti. Pero... Bueno...
Seonghwa sonrió con la promesa de aquel. En su momento hasta parecía como qué no le importase; y sin embargo ya tenía razones para asegurar que el pelirrojo era alguien en quien confiar.
—A Yeosang no le gustará saber tus visitas frecuentes en los bares.
—Tenía meses de no ver a Hongjoong Hyung, y estaba preocupado, hace tiempo no nos veíamos por el trabajo y cuando decidí saludarlo y quedáramos con los demás, no obtuve respuesta en su celular.
El ascensor se abrió y continuaron caminando hacia sus oficinas.
—¿Seguro que tu presencia no es porque te gusta la atención del chico del otro día?
—¿San?—bufó—¿bromeas?, es un pesado, pero eso no quita que sea mi amigo. Cuando Yeosang vuelva debo presentárselos, espero que San no se vuelva loco. ¡Ah, extraño tanto a mi Hehet! —dice con una voz acaramelada.
—¿Cuándo vuelve?.
—Dentro de dos semanas—expresa con exagerada tristeza.
Seonghwa sonríe. Antes él también extrañaba así a Haneul y sonaba como él. Más bien ahora la extraña más que nunca y ahora sin ninguna promesa de que vuelva.
Se adentra a su oficina directamente va tras su escritorio, dejando su bolso y encendiendo el ordenador.
En su escritorio hay varios marcos de fotos de ambos, cuando eran estudiantes, cuando se graduaron juntos, una de su boda e inclusive algunos collages qué ella había hecho para él.
¿Debería ir deshaciéndose de ellos? Bueno, tampoco es una opción como si tuviera el valor para hacerlo. Es que eran pruebas de lo mucho que se amaban mutuamente. La verdad, no logra explicarse cómo es que todo comenzó a fallar.
Solo recuerda cuando ella comenzó a hablar el suceso inimaginable para él : el divorcio.
•••
Era el día en el que ella regresaría de su viaje de Japón, de una junta que recién le había platicado. No mucho, claro, ella tampoco dio detalles; solamente le dijo que se iría por cinco días.
Seonghwa trató de hacer todo su trabajo lo antes posible, entregó la lista de conteos qué se le había pedido, abrochándose el saco y tomando sus cosas se marchó al supermercado, quería darle una cena cuando ella volviera, ya que los últimos meses ella estaba muy estresada y ni siquiera le gustaba hablar.
Una cena romántica quizás le quitaría el estrés y quizás pruebe suerte y esta vez puedan hablar sobre sus aspiraciones de completarse como una familia.
Comprando lo necesario llegó a casa y se dispuso a cocinar, muy animado.
Luego de terminar se dio una ducha y se puso ropa cómoda para esperarla.
Cuando la puerta principal se abrió y ella entró con su maleta, un sonriente Seonghwa salió a recibirla.
Ella sonrió más bien por compromiso.
Y cómo era costumbre él se acerca para plantarle un beso. Cosa que ella ni siquiera trató de seguir.
Pero para Seonghwa estaba bien, ella debió estar agotada por el viaje.
—Hani, ¿Tienes hambre? ¿Quieres ducharte antes de cenar?
—Subiré a ducharme.
Ella trata de rodearlo para poder pasar y subir los escalones. Cuando se percata qué Seonghwa la abraza por la espalda y pone el mentón en su hombro.
—No sabes lo mucho que te extrañé.
—Seonghwa...
¿Seonghwa? Sí, estos días lo llamaba así y no con los pegajosos sobre nombres.
—¿Sí? —preguntó sin dejar de abrazarla
—Debo hablar contigo de algo importante. Así que déjame subir para que haga mis cosas rápido y bajar contigo ¿bien?
Él asiente y la suelta. Minutos más tarde cuando ya se encontraban cenando. El silencio estaba gobernando en casa y eso no era normal.
—¿Qué era lo qué querías decirme?
La castaña eleva la vista y suspira.
—Seonghwa. Estos últimos meses no han sido los mejores.
—Lo lamento por estar ausente últimamente.
—Me refiero, ambos hemos estado aislados... y realmente creo que en lo que mi momento sentía se ha vuelto algo extraño—carraspea—Lo que quiero decir es que mis sentimientos han cambiado y esto afecta nuestro matrimonio.
Seonghwa analizaba cada palabra.
—Creo que debemos tomarnos un tiempo.
—¿A qué te refieres con tomarnos un tiempo? Haneul, estamos casados... no somos novios con comodines.
—Seonghwa. Esto no está funcionado, lo he pensado durante meses, y nuestros pensamientos e ideales ya no son los mismos. Tu quieres una familia, y yo no me encuentro lista para dártelo, y mucho más ahora que ya no estoy segura si siento algo por ti...
—No estás hablando en serio...
—Lo siento mucho...
—¿Esto no te parece suficiente? Sí, hay ocasiones en las que quiero estar contigo pero tú me evitas, pero también te dejaba en paz porque creía que estabas muy cansada, nunca mencionaste sobre la distancia emocional entre nosotros. Pero no por ello he dejado de amarte...
—¡Oh! ¡Dios! Seonghwa no empieces con eso—espera un momento para volver hablar—... No quiero darle más vueltas al asunto, tampoco quiero que terminemos como enemigos. Pero quiero el divorcio.
Los ojos de Seonghwa se acumularon de lágrimas, la cena cayó pesada.
No sabía en qué no podía formular palabras.
—Voy a contactar un abogado para esto. Y creo que lo mejor será que me vaya por el momento mientras llegamos a un acuerdo. Lo siento mucho... de verdad.
Ella dejó sus cubiertos y se levantó en rumbo a su maleta que tenía lista. Y se marchó dejando a Seonghwa comenzando a sumirse en llanto y preguntándose qué había hecho mal, quería correr tras ella pero no pudo moverse.
Esa situación había pasado hace tres meses. En esos cuando ella se fue y solo se había molestado en llevarse algunas cosas pero sin mediar palabra alguna.
•••
Ahora, tal como decía la llamada sobre las tres semanas, más cerca para cuatro meses de su separación. Él aún no estaba bien y no quería tomar la decisión. Y como pensamiento fresco de hace dos días. Susurró.
«¿En serio fue más bien influencia de los que nos rodeaban?»
La última vez Hongjoong le planteo el problema según su punto de vista, aún así su subconsciente tenía dudas de la veracidad de esa opinión. No era suficiente, debe contarle y decirle todas las cosas para que el pelirrojo se las replantee. Necesita su ayuda.
Esa noche, no muy constante la vida nocturna como solía ser siempre; aun así Hongjoong estaba allí en su taburete con una mano sosteniendo su barbilla. Juraba que aún la noche estuviera sola, él conseguía algo, era Kim Hongjoong, claro que sí.
Su frustración crecía aun cuando ninguno de sus amigos estaba allí, ellos sí tenían trabajo, ¿por qué él no?. Ah, seguramente es porque el día de hoy no estaba tan provocativo, ese estúpido cuello de tortuga le cubría absolutamente todo el cuerpo, sí, aún la marca no había desaparecido del todo.
«Seguro me veo como un puberto y virgen...»
Suspiró y bebió de su mojito cuando a través del vaso vio aparecer la cara que jamás creía volver a ver.
Casi se atraganta con la bebida cuando vio acercarse aquel rubio con un traje azul marino hacia él. Se obligó a calmarse y recuperar un poco la compostura.
—Buenas Noches.
—¿Qué haces aquí? — de inmediato se regaña mentalmente por sonar sorprendido.
—Vine a agradecerte.
—¿Qué cosa?.
—Wooyoung dijo que quiso hablar contigo de nuestro encuentro—sonríe— Realmente estoy agradecido por cumplir con tu palabra y...
—Ah, era eso... —le interrumpe— No te creas tan importante, lo hice más por mí que por ti, tengo ciertos estándares, sería imprudente que algunos se enteraran que hubo un cliente que no quiso que se la chupara, sabes~—bufó y vuelve a beber.
El rubio sonríe claramente por su arrogancia. Y Hongjoong se pregunta por qué es así cuando alguien en pocas palabras le ha escupido sus agradecimientos.
—¿Estás ocupado?.
El balde de agua fría cayó sobre él. Su orgullo le quemaría cuando acepte qué no lo está. Sin encontrar alguna excusa por lo aires.
—En realidad ya me iba, estoy aburrido—dice levantándose de su lugar y arreglando su casi abrigo—¿Ya encontraste tu camino a terapia?—se burla.
—La verdad es que sí.
—Me gustaría decir que me alegro, pero no tengo por qué alegrarme por ti. Nos vemos...
Seonghwa lo detiene de la muñeca y lo mira con determinación.
—Y la terapia consiste en hablar contigo...
Nos estaremos leyendo 💚🍉