Baekhyun se dirigía a la sala común a la hora ordenada seguido de un pequeño grupo de criados que transportaban los alimentos del príncipe Chanyeol, caminaba por los pasillos cavilando en silencio los acontecimientos de la noche, se sentía confundido y ansioso en cuanto a la manera de actuar del hombre porque si bien aún respiraba, no podía decir que Chanyeol estuviera conforme con su actual condición, después de todo lo había engañado y si no hubiera sido porque lo había tocado bajo los efectos del alcohol y de manera íntima, así seguiría siendo.
Baekhyun se ruborizó furiosamente al recordar el momento en que aquellas manos descubrieron su cuerpo, su lado racional le decía que debía sentir ante todo miedo, pero una parte dentro de él se sentía cálida con el recuerdo, o caliente porque su rostro hervía pero había algo más, algo parecido a lo que sintió la tarde en que sus manos complacieron al monarca. Chanyeol lo confundía, sus actitudes con él eran frías y desprovistas de tacto alguno, no es que esperara algo más, sin embargo su cerebro se bloqueaba cada vez que sentía la intensa mirada del alto sobre él, era casi como si pudiera tocarlo, y Baek se convertía en una masa blanda y torpe que olvidaba como moverse de forma coherente, eso hasta que le hablaba nuevamente con su habitual tono hosco y recuperaba su normalidad, pero aún así no podía evitar sentir esa pequeña chispa que parpadeaba en su interior, Baekhyun entendía que el cuarto hijo de la casa hubiera enfurecido al verlo salir de las habitaciones del joven príncipe, se supone que no debía merodear por esos lugares privados con tanta libertad a no ser que fuese llamado, cosa que no sucedería porque solo estaba a su cargo, pero ¿qué podía hacer cuando las personas a su alrededor lo veían como un blanco fácil para amenazar y extorsionar con el fin de lograr sus objetivos?
Claro que la culpa había sido suya desde el principio, definitivamente debía recordar no meter las narices donde no lo llamaban, ni entrar a lugares donde el acceso era restringido, todo lo que hasta ahora había pasado era solo el pago por su testarudez, decidió que jugar con su vida, después de casi perderla aquella noche fatídica, era divertido y se coló en el palacio haciéndose pasar por eunuco, trayendo consigo que una vez más tuviera que preocuparse por mantener su cabeza en su sitio gracias a las constantes luchas de poder que se vivía entre los castrados, finalmente consiguió gracias a Kyungsoo estar bajo el ala de un noble del palacio haciéndose intocable, cosa que se fue por la borda cuando luhán lo descubrió y lo obligó a servir de alcahuete, y ahora su príncipe pensaba lo peor al haber malinterpretado todo, suspiró exasperado sintiéndose idiota por ser incapáz de dar un paso sin caer en un agujero, entonces se dijo que lo mejor sería comportarse digno y aplicado para que el príncipe no lo alejara, iba a estar un paso por delante de sus necesidades, aprendería hasta la hora en que visitaba el excusado si era necesario, mediría sus acciones y sus palabras y se compartaría como se esperaba de un guardián porque, aunque se empeñara en alejar de su mente las ideas negativas, el miedo de ser entregado a los oficiales estaba ahí, pulsando en su mente en forma de un afilado y curvo cuchillo que rebanaba sin piedad sus partes nobles.
Atravesó las puertas que daban paso a la sala común y caminó en dirección al pabellón donde a lo lejos esperaban los príncipes, Baekhyun frunció ligeramente el ceño al observar un grupo de criadas preparando una muy surtida mesa con todo tipo de alimentos, al parecer alguien se le había adelantado pero por suerte había previsto que los platillos fueran suficientes para todos, ya que sabía que Chanyeol no estaría solo.
Cómo de costumbre el príncipe heredero estaba ubicado junto a Chanyeol platicando algo que al parecer sólo era del interés de ellos, Baek a veces se preguntaba qué tipo de relación tenían realmente esos dos, porque el espíritu de competitividad era existente, lo había vivido en carne propia y por supuesto no había sido agradable, detrás de Yifan se encontraba el siempre sereno Zitao en una pose relajada, solo apoyando su espalda en uno de los pilares que sostenían el techo del pabellón, mientras acariciaba su espada con una de sus manos distraídamente, el príncipe Yixing se encontraba ubicado en una de las finas sillas justo frente a Yifan, y a Baekhyun le llamó la atención que sus ojos lo buscaran continua y prácticamente sin discimulo mientras daba pequeños sorbos al contenido de su copa, y Junmyeon quien por alguna razón que solo él entendía, se encontraba caminando sobre sus pasos tomando de vez en cuando algún trozo de la fruta que la servidumbre disponía para ellos en la mesa, Sehun estaba más alejado del grupo, de hecho parecía más interesado en el cielo que en lo que pasaba a su alrededor y Baekhyun lo agradeció porque, teniendo en cuenta los últimos acontecimientos no le apetecía mantener contacto visual o verbal alguno con él, básicamente por temor a la reacción de su príncipe ya que aún quedaba aquella conversación pendiente.
-Altezas -hizo una profunda inclinación hacia los monarcas en cuanto estuvo lo suficientemente cerca, el silencio se hizo presente y las miradas se dirigieron a él inmediatamente haciendo que el chico enrojeciera y deseara desaparecer, levantó su cuerpo quedando completamente derecho y sin apenas darse cuenta posó su mirada en Chanyeol, quien por primera vez en el día tenía sus ojos fijos en él, solo así, sin ningún indicio de resentimiento o furia contenida, provocando que su pecho hormigueara y sin poder evitarlo sus labios esbozaron una pequeña sonrisa, misma que aunque no fue correspondida por el cuarto príncipe, tampoco fue rechazada.
-Baekhyun -exclamó el príncipe heredero sonriendo levemente -Siempre es un placer volver a verte.
Baek repitió su reverencia está vez más simple agradeciendo sin palabras la bienvenida, y mirando hacia atrás al grupo de criados que lo habían acompañado dió una orden muda para que sumarán los alimentos al banquete.
-Me tomé la libertad de traer algunos platillos de acompañamiento para ustedes, espero que sean de su agrado y los disfruten.
-Eso pasará sin duda alguna, sobretodo porque los haz traído tú.
Chanyeol se removió incómodo en su puesto y terminó el contenido de su copa tratando de no mostrarse alterado ante las palabras de Yifan, conocía a su hermano y sabía que entre más signos de molestia mostrara, mayor sería su empeño en fastidiarlo.
-¿Es tu eunuco Chanyeol? -preguntó Yixing con voz baja y armoniosa observando sin pudor el rostro y anatomía en general de Baek.
-Lo es sí, lleva poco tiempo a mi servicio.
-Creo que es muy hermoso, sus facciones podrían poner celosa a más de una dama que conozco.
-Sin dudas una criatura interesante -aportó Junmyeon y baekhyun casi levanta ambas cejas por la sorpresa, ya que era la primera vez que lo escuchaba hablar -¿Estás seguro de que es un chico?
Chanyeol bufó vertiendo vino en su copa y casi terminándola por completo antes de hablar con evidente sarcasmo en su tono, y Baek realmente deseó que la tierra se abriera y lo sepultara tres metros bajo la superficie.
-Te lo puedo asegurar.
-Bueno no uno completo -refutó Junmyeon acercándose al aludido para inspeccionarlo de cerca -No olvidemos que es un eunuco, está feminizado.
-Por favor Junmyeon deja de ser insensible estás lastimando al chico.
-Yixing hyung tiene razón -habló Sehun por primera vez -No hay necesidad de hacerlo sentir incómodo.
Junmyeon se retiró no sin antes dar un último vistazo a Baekhyun decidiendo sentarse alrededor de la mesa que ahora estaba completamente servida sin volver a proferir palabra, Chanyeol observó a Baekhyun desde su lugar evaluando su reacción, el rostro del pequeño guardián estaba en llamas, y aunque reconocía que los ácidos comentarios de su hermano le irritaron, por alguna razón prefirió no inmiscuirse en el asunto, algo así como un castigo bien merecido. Baek se posicionó detrás de Chanyeol y se mantuvo en silencio mientras sus majestades se alimentaban, tan solo verificando que cada copa o vaso fuera rellenado y que cada cosa estuviera en su lugar.
Un ruido procedente de la entrada hizo a todos ponerse en actitud defensiva, Zitao prácticamente saltó desde su sitio para colocarse delante del príncipe heredero listo para desenvainar su espada, y Baekhyun hizo todo lo que pudo para no esconderse detrás del cuerpo de Chanyeol, que ahora estaba de pie al igual que todos sus hermanos, la figura de un viejo y cansado mensajero interno se hizo visible entonces, caminando precipitadamente en dirección al pabellón, una capa de sudor manchaba su frente y su rostro desencajado era una clara muestra de que seguramente era portador de malas noticias.
-Majestades la reina Yeong requiere su presencia en los aposentos del príncipe Minseok... -habló el pobre hombre intentando regular su respiración -Su alteza ha caído gravemente enfermo.
El primero en reaccionar fue Junmyeon quien a pasos agigantados se dirigió a la salida sin decir una palabra, los demás lo siguieron al instante después de compartir miradas preocupadas y significativas, Baekhyun sabía que el príncipe Minseok era débil, de hecho, el rumor que circulaba entre los empleados del palacio era que la posición del heredero al trono, había sido originalmente pensada por el Rey Sejong para él, pero con el pasar del tiempo sus problemas de salud comenzaron a salir a flote, y el Rey decidió nombrar a Yifan príncipe heredero, dejando así contentos a los ministros de la corte.
-¿Dónde está JongIn? -la voz de Sehun transportó a Baekhyun al presente quien caminaba de forma automática detrás de Chanyeol. -Debemos avisarle, no lo he visto desde el entrenamiento.
-Baekhyun -lo llamó Yifan -Busca a JongIn y dile que lo esperamos en la alcoba de Minseok.
Baek miró a Chanyeol en busca de aprobación, sabía que no debía refutar una orden del príncipe heredero pero no pudo evitarlo, Yifan pareció no prestarle atención a ese detalle y Chanyeol asintió con su cabeza indicándole que podía retirarse.
-Yo voy a ver a Padre, quizá necesite que le ayude en algo y de esa manera poder ir a ver a Minseok -habló Yifan adelantándose unos pasos a los otros seguido de Yixing.
-Te acompaño.
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Kyungsoo cayó en la cama con un jadeo, su respiración era un caos y un hormiguero abrumador se había instalado en su vientre haciéndole estremecerse de anticipación, JongIn sonrió de medio lado acercándose a él deshaciendo el nudo de su túnica dejándola caer mostrando su glorioso cuerpo, provocando que Kyungsoo ahogara un gemido mordiendo su labio inferior y repasara a conciencia y sin pudor el hermoso y trabajado abdomen del joven monarca, sus dientes atraparon su labio inferior y realmente no sabía de donde salía tanto descaro pero simplemente no lo podía evitar, no cuando JongIn acentuó la curvatura de sus labios viéndose aún más sensual mientras gateaba en su dirección.
Fue cuando la ropa del eunuco comenzó a desaparecer que el chico se hizo consciente de lo que estaba por suceder, el príncipe retiró cada prenda con tortuosa lentitud aprovechando para acariciar la piel expuesta que dejaban sus manos a su paso con ojos brillantes de exitación, hasta que llegó a los pantalones y las piernas del eunuco comenzaron a temblar, joder allá abajo no había nada, ni siquiera recordaba la forma que tenía su pene antes de ser cortado y el temor se apoderó de él temiendo que el alto sintiera repulsión, por lo que su instinto lo llevó a dirigir sus manos a las contrarias cuando estas se detuvieron en su cintura para deshacerse de ellos.
-Alteza... Yo no soy... No creo que entienda que mi cuerpo no es normal... No...
El rostro de JongIn cambió drásticamente de ser cálido a frío y completamente serio y Kyungsoo sintió sus ojos arder, entonces el joven monarca acercó sus labios a lo contrarios dejando un suave y corto beso, acción que repitió por cada palabra que salía de su boca.
-Sé lo que eres Kyung, sé que eres hermoso, sé que tu piel es tan suave que podría confundirse con la seda más exquisita, sé que tus labios son dos lonjas carnosas y apetecibles que forman un corazón cuando sonries, y también sé que eres perfecto para mí.
Kyungsoo se estremeció, sus ojos se empañaron y su corazón se saltó un latido sabiendo que ese día se entregaría en cuerpo y alma, pero había algo que debía hacer antes.
-Debo ir al baño por un momento -susurró sintiendo su rostro arder, y Jongin comprendiendo a medias se retiró para dejarlo libre, el eunuco caminó rápidamente internándose en el área de los baños, entonces se quitó la única prenda que cubría su desnudez y agachándose, retiró la barra de metal que obstruía su uretra limpiándola para dejarla en un lugar seco y limpiarse a sí mismo antes de suspirar profundamente y caminar de vuelta sobre sus pasos, JongIn esperó pacientemente pero mirando con insistencia la puerta por donde había desaparecido su amante, preguntándose qué estaría haciendo cuando de pronto la pequeña y hermosa figura del más bajo captó su atención, no estaba preparado para lo que sus ojos vieron, la anatomía del chico era cautivadora, curvas, sonrojos, y entre sus piernas una uve perfectamente delineada, no había nada, ni una marca y JongIn lo amó.
Kyungsoo se dirigió a la cama y se posicionó en el centro de la misma mirando con ojos grandes y asustados a al príncipe mientras este se acercaba a él y ubicándose entre sus piernas comenzó a repartir besos por doquier, mientras recitaba lo impresionante que era su cuerpo y como deseaba enterrarse en él hasta lo profundo, Kyungsoo respondió a cada beso, introduciendo su lengua y chupando los labios suaves dejando salir a flote su lujuria, permitiéndose tocar y acariciar el ancho pecho del príncipe y su espalda, JongIn llevó dos de sus dedos a su boca y los chupó sacándolos brillantes por la saliva y entonces sin dejar de mirar los orbes del eunuco lo penetró, mirando maravillado como las caderas del más bajo se contraían y sus ojos se cerraban hasta acostumbrarse a la intromisión, y comenzaba a soltar jadeos que le supieron a gloria.
-¿Te gusta soo? Dime si te gusta porque ahora mismo siento que puedo morir dentro de tí.
Kyungsoo asintió con su cabeza desesperado, nunca pensó que sería capáz de sentir, pero algún punto dentro de él le estaba demostrando lo contrario y ahora era un manojo de gemidos que el alto intentaba opacar con su boca, bajó un poco más sin dejar de bombear atacando los botones rosados del eunuco succionándolos con avidez, mordiendo suavemente y pasando su lengua, introdujo un tercer dedo en el canal del chico y empujó hasta el fondo robándole un grito, subió con su lengua por el cuello dejando marcas, lamiendo desde allí hasta la parte trasera de su oreja derecha, entonces separándose se colocó de rodillas entre sus piernas y tomó su miembro duro como una roca en su mano, escupiendo en él y frotándolo de adelante hacia atrás casi perdiendo la cordura por la vista, antes de acercarse y adentrarse en Kyungsoo de una sola vez.
JongIn contrajo su mandíbula obligándose a esperar al menos un par de segundos mientras su amante se aferraba a sus hombros -Oh Kyung te sientes tan bien... -susurró antes de salir de él con calma y volverse a enterrar hasta el fondo, marcando un ritmo que poco a poco comenzó a acelerar hasta convertirse en un golpeteo constante que innundó la habitación de gemidos y sonidos obscenos de besos húmedos, Kyungsoo estaba en una nube, su interior se apretaba alrededor de la polla del príncipe y sus caderas se levantaban con cada embite encontrándose con fuerza, haciéndolo jadear desesperado y sin vergüenza.
-Ahhh... Príncipe...
-Lo sé... -murmuró JongIn capturando los labios contrarios y succionándolos con ansias, mientras sus manos se posaban en las caderas del eunuco y las sostenían empujándose más adentro y más rápido, rotando las propias como por inercia al sentir como el orgasmo se formaba en su vientre descendiendo rápidamente hasta su polla.
-Kyung... No puedo más... Te deseé tanto.
Entonces ocurrió algo que asustó al más bajo, porque el golpeteo insistente en algún punto dulce dentro de él aumentó su placer a tal grado que tuvo rasguñar la espalda del monarca y gritar alto para canalizar el calor que se propagó dentro de él mientras el príncipe bramaba su nombre y se liberaba, y aunque Kyungsoo no vió su semen brotar supo que había tenido un orgasmo, y fue tan maravilloso que lo dejó exhausto y satisfecho, ignorando que tras la puerta Baekhyun estaba hecho piedra, tratando de procesar lo que sin querer había descubierto.
No sabía qué hacer, la situación era cuando menos desfavorable para la pareja y Baekhyun temía por la vida de su amigo, no era un secreto que los príncipes tenían una vida sexual altamente activa, pero para eso estaban las concubinas y si alguien comentaba lo que acaba de pasar entre esas cuatro paredes Kyungsoo se vería en graves problemas, porque aunque la relación entre dos hombres dentro del palacio no era algo completamente extraño de encontrar, seguía siendo abominable y siempre terminaba en castigo para la parte más débil, lo pero era que las habitaciones de los príncipes y nobles, así como la de las reinas y concubinas favoritas nunca estaban solas, del otro lado de la puerta vigilaban soldados y eunucos de bajo rango, y esta vez no era la excepción, algo que al parecer había olvidado el príncipe JongIn y que ahora Baekhyun debía solucionar, por suerte desde el momento en que pasó a ocupar el título de guardián, su rango se había elevado y ahora estaba por encima de la mayoría de los eunucos, ya que solo eran unos pocos los podían llegar a este nivel, así que haciendo uso de su poder se acercó con rostro serio a los castrados de bajo rango que custodiaban la entrada y quedando a corta distancia de sus rostros para hacer más letal el peso de sus palabras les habló.
-Si llegó a escuchar el más mínimo comentario sobre lo que sucedió dentro de esa habitación, sabré que fueron ustedes... Y voy a encargarme personalmente de que pasen una larga jornada recibiendo azotes por ello.
Los empleados tragaron en seco bajando sus miradas y Baek aunque no le gustaba intimidar a los demás se sintió satisfecho porque está vez era necesario, volviendo a su actitud serena se colocó nuevamente frente a la puerta y con voz solemne llamó al príncipe JongIn.
-Alteza... La reina Yeong solicita su presencia en los aposentos del príncipe Minseok.
Kyungsoo saltó en su lugar al lado de JongIn al escuchar la voz de Baek, y procedió a vestirse rápidamente mientras el joven monarca centrándose solamente en el nombre de su hermano mayor colocó nuevamente su larga túnica y anudándola correctamente se dirigió a la puerta. Baek ignoró completamente el aspecto del príncipe y pasó a explicarle los acontecimientos sin más dilación, al cabo de pocos minutos Kyung ya se encontraba frente a él impecable como siempre, aunque algo sonrojado y sin mirarle directamente a los ojos ni una sola vez, pero aún así decidió no hacer ningún comentario y se alejó de allí en dirección a la alcoba del príncipe Minseok no sin antes mirar a los eunucos menores una última vez a modo de recordatorio.
Baekhyun se detuvo frente a las puertas de la alcoba del príncipe y empujándolas se adentró en la primera estancia de la misma, encontrándose con Jongdae quien al parecer estaba tan perdido en sus pensamientos que no notó su presencia, suspiró profundamente sintiendo pena por él, sabía por medio de Kyungsoo que su relación con Minseok era estrecha y especial pero al no ser miembro de la familia ni empleado directo de la misma, no tenía ni remotamente derecho de estar con él en un momento como ese, Zitao también se encontraba allí, de frente a la entrada y tan serio como de costumbre además de Soo que había hecho acto de presencia casi junto a él, estuvieron así durante al menos media hora hasta que la habitación principal se abrió de un momento a otro y por ella salió con rostro grave y paso rápido Luhan.
-Necesito que me acompañen -fue lo único que dijo después de una rápida mirada al par de eunucos para posteriormente dirigirse a la salida, Baek y Kyungsoo lo siguieron en el acto, el joven médico prácticamente corría por los pasillos hasta que girando hacia su derecha se internó en una de las habitaciones que colindaba con El salón de los notables, y que al parecer era un herbario espacioso, lleno de canteros y estantes donde reposaban diferentes frascos cubiertos por paños blancos.
-¿Que está pasando? -preguntó Kyungsoo extendiendo sus manos cuando luhán comenzó a cargarlos con recipientes de diversos tamaños que contenían algún polvo de hojas secas y remedios florales ya elaborados, Luhan los miró a ambos como valorando si debía decirles o no, para luego voltearse nuevamente y hablar casi en un murmullo.
-El príncipe Minseok ha sido envenenado.
Baekhyun casi deja caer uno de los envases que Kyungsoo le había extendido al tiempo en que los recibía del médico, aquello era serio, ¿Por qué envenenar al príncipe Minseok? Era la persona más noble y cálida que Baek había tenido la oportunidad de conocer, además su salud era delicada por lo que no suponía ninguna amenaza para el trono.
Luhan suspiró volteándose hacia ellos sosteniendo un pequeño mortero y algunos pergaminos en sus manos, acentuó su ceño y abrió su boca con intención de decir algo para luego cerrarla y retomar la marcha hacia el lugar donde esperaba su paciente, Baekhyun sintió que perdía la paciencia cuando el médico estuvo a punto de atravesar la puerta y comenzar su camino de regreso sin decir una palabra, así que organizando como pudo su pequeña carga en uno de sus brazos contra su pecho tomó el codo de Luhan obligándole a detenerse.
-Explicate por favor -le pidió en voz baja mirando directamente sus ojos, el médico elevó una de sus cejas moviendo sus ojos hacia el lugar donde el chico lo sostenía, pero comprendiendo que no tenía escapatoria decidió que lo mejor era contarles sus sospechas para poder volver a su trabajo.
-El príncipe comenzó a presentar fuertes dolores en la región abdominal en el horario de la madrugada, llamaron inmediatamente al médico real y su diagnóstico fue mala recepción de los alimentos pero al cabo de una hora la evacuación de sus intestinos comenzó mostrando sangre, además se sumaron a estas continuos vómitos e hipotensión, sus pulmones comenzaron a fallar y su piel se tornó violacia, por lo que llegué a la conclusión de que había ingerido Ricina.
Luhan siguió su camino y Kyungsoo lo siguió rápidamente acompañado de un consternado Baekhyun quien no dejaba de dar vueltas a las palabras del joven doctor.
-¿Estás completamente seguro? -cuestionó Kyung a lo que Luhan solo respondió con un asentamiento -Pero la Ricina es un veneno muy potente, si es así solo le quedarían unas horas antes de perder totalmente la conciencia y...
-Morir -interrumpió Luhan con voz grave -El mayor problema es ese, que el maldito veneno mantiene a la persona en todos sus sentidos sufriendo cada una de las fases.
-¿Sobrevivirá? -preguntó Baek con evidente preocupación en su voz.
-Eso espero, por el momento intentaré limpiar su sangre y estómago, pero esta es una batalla que solo el cuerpo del príncipe puede ganar, de su organismo depende todo, el veneno circulará por su sistema durante cinco días, si su majestad logra soportar tres de ellos estará bien.
Baekhyun sintió pena por el noble príncipe, porque definitivamente su cuerpo era débil, y eso significaba que las esperanzas eran demasiado pobres para él, aún así elevó una plegaria al cielo desde su corazón para que el príncipe Minseok fuera fuerte y superara lo que estaba por venir.
Llegaron a su destino y se adentraron detrás de Luhan, el lugar era lúgubre, y Baekhyun se estremeció sin poder evitarlo cuando su vista se encontró con el cuerpo delicado del príncipe Minseok siendo perforado por las finas agujas de acupuntura que uno de los doctores le practicaba, un pequeño grupo de médicos y ayudantes se dedicaron a trabajar con las hierbas y aceites que ellos habían transportado bajo el asesoramiento de Luhan, haciendo que el olor a medicina fuera asfixiante, normalmente el protocolo impedía la aglomeración de personas en el cuarto del enfermo pero en este caso la misma reina Yeong solicitó la presencia de la familia para de alguna manera hacer que su primogénito quien aunque débil y respirando trabajosamente, se encontraba consciente, se sintiera apoyado, Baekhyun paseó su vista por la estancia ubicando a cada uno de los hijos de la corona dirigiéndose inmediatamente hacia Chanyeol quien no apartaba sus ojos del lecho de su hermano, caminaba tan concentrado en llegar a su lado que no se percató del desnivel que separaba el umbral de la puerta de la habitación en sí, terminando por tropezar y caer directamente al piso llevándose consigo una delicada mesita de tres patas sobre la que descansaba un jarrón con agua.
El estruendo fue tal que llamó la atención de todos en la habitación, en especial de la reina Yeong quien hasta el momento había permanecido en silencio observando cómo los médicos trataban el cuerpo de su hijo, Baekhyun quiso desaparecer cuando los ojos de la morarca se encontraron con los suyos, enrojeció de vergüenza al notar sus ropas mojadas e intentó ponerse de pie lo más rápido posible cuando un par de grandes manos en sus brazos lo incorporaron.
-¿Estás bien? -preguntó Yifan evaluando visualmente el aspecto del chico en busca de heridas.
-S-si alteza por favor no se preocupe.
La reina Yeong con observó incredulidad al príncipe heredero acercarse al eunuco y ayudarlo, por lo que más curiosidad le causó fue la atención que mostró el cuarto hijo al intercambio para nada apropiado del heredero al trono con el empleado, se levantó lentamente de su silla sin despegar sus ojos de la escena mientras miles de suposiciones se formaban en su cabeza.
-Eunuco torpe... Retirate y arregla tus ropas, es una falta de respeto para la familia real tener que observar tu desaliñado aspecto.
Fue entonces que Chanyeol caminó los pasos que lo separaban de su guardián y haciendole una señal con su cabeza, salió de la habitación sabiendo que Baekhyun lo seguiría, mientras la segunda esposa elevaba una de sus cejas pensando que definitivamente el destino le estaba dando la oportunidad de su vida ese día, muy pronto sus objetivos se cumplirían quizá más rápido de lo que ella misma imaginó.