Corrían por los pasillos como si fueran en los rápidos. Aquello era peligroso, si se movían un poco, chocarían casi matándose. El destino quiso ayudarlas entonces y puso una reja en su camino. Aquella fue su oportunidad.
-¡Vamos!- Lisa se levantó y agarrándose por los tubos, ayudó a Jennie a salir por una escalera cercana que había.
Aquello les costaba la vida misma, pero peor fue cuando se encontraron con otra verja en su camino. Miraron hacia atrás, el agua las perseguía.
-¡Socorro! ¡Socorro!- ambas gritaban, pero no podían abrir la verja.
En aquel momento, un marinero pasó:
-Espere, señor, abra la reja, por favor- Lisa se lo pidió desesperada.
El marinero las miró, quería salvarse, aun así se ofreció. Los nervios no lo dejaban, el agua seguía subiendo y las iba a pillar. Las luces saltaban, aquello era mucho para el marinero; así que terminó dejándole las llaves a ambas y marchándose de allí hacia la cubierta superior. Lisa la cogió y aunque estaba llena de nervios, pudo por fin abrir la verja y seguir subiendo hacia arriba en el tiempo en el que el agua ya no llegaba a la cabeza, casi las cubría por completo. Una vez arriba empezaron a subir y a subir, tenían que llegar de una vez arriba. Habían pasado demasiado tiempo allí abajo.
Y bueno, no nos olvidamos de Jisoo y Rosé, estas seguían intentado subir a una de aquellas barcas, aquellas que ya solo quedaban unas cuantas para las miles de personas que aun seguían allí.
-Vamos, déjame subir a una de esas malditas barcas y salvar mi vida, maldito ingles-Rosé no tenía mucho sustento en el arte de esperar - Vamos.
-Aléjese si no quiere que le pegue un tiro- el oficial le apuntaba y Rosé se sentía aun más desesperada. - Lo haré, Dios sabe que lo haré.
En aquel momento uno de los desesperados iba a saltar y coger el barco; a lo que el capitán, como dijo, le disparó. Aquello comenzó un tumulto a lo que Rosé fue empujada. El marinero se creyó que iba a saltar y…
-¡No, Rosé!- Jisoo corrió hacia ella -Rosé, no por favor.- esta la cogió entre sus brazos.
-Lo siento, Jisoo, supongo que no era mi día- se miró su chaleco encharcado de sangre - Sál…. Sálvate tu…- Jisoo no pudo evitar soltar una lágrima estrechándola entre sus brazos - Prométemelo- de repente notó como Rosé se le iban las fuerzas, Park Roseanne fallecía.
-Odios, mi amor- y dándole un pequeño beso, se lanzó prácticamente a una barca.
Quería salvarse, iba a salvarse y punto, pero aquello no iba a ser fácil. Las barcas se apuñaban incluso a la hora de bajarla del Titanic. Los oficiales empezaron a cortar las cuerdas, Jisoo lo miró y quiso ayudar pudiendo así tirarse la barca de una vez al agua.
Jisoo, sin en cambio, cayó un poco más lejos en el momento en el que el barco cayó al agua. Nado entonces todo lo que podía, la gente que ya estaba en el agua empezaba a nadar a la barca y no le iba a permitir que cogieran su asiento. Su única mentalidad era aquella.
Lisa y Jennie corrían ya de una vez para arriba, pasando entonces por el salón donde Jennie observó que Wook no se marchaba, aún seguía allí:
-Espera, espera, espera- indicó a Lisa que se paró corriendo - Señor Jung- este la miró, el barco ya estaba demasiado tumbado - ¿no va a intentar salvarse?
-Lamento no haber construido un buque más sólido, Jennie-su voz estaba apagada.
-Se está hundiendo-Lisa la cogió de la mano e intentó llevársela.
-Espera- Wook se acercó y dándole su chaleco, se despidió - Te deseo suerte, Jennie- esta lo miró.
-Y yo a usted y dándole un último abrazo, lo dejó allí huyendo con Lisa.
Arriba la situación seguía crítica, el agua estaba más y más cerca y la gente más y más nerviosa. Ya no era Titanic, ya era más agua que buque. Incluso la banda de música lo sabía:
-Caballeros, Ha sido un honor tocar con ustedes esta noche- el violinista comenzó a tocar a lo que sus compañeros lo siguieron; si iban a morir, al menos lo harían juntos.
Aquellas eran los últimos minutos del Titanic. El capitán se preparaba para morir con su buque, como un capitán debe de hacer. Los matrimonios que decidían casarse juntos, se preparaban para morir juntos. Juntos se daban sus últimos besos, sus últimas caricias para pasar a la otra vida. Ni la muerte los iba a poder separar, los 40 años de matrimonios llenos de amor eran más fuertes que cualquier hundimiento. Las pobres familias que no tenían la suerte de subir a esos barcos para no separarse, se unían para poder ser una familia hasta los últimos momentos. Niños que aun quedaban, tomaban sus dulces sueños que una madre y un padre les contaban dibujándoles el mundo en el que conseguirían despertar en un mañana. El barco de los sueños, llegaba a su fin y sueños que empezaron quedaron en eso, simples sueños que morían bajo agua.
Lisa y Jennie llegaron arriba al tiempo de ver como el barco se levantaba aún más, el hundimiento entero llegaba.
-Cuando más tiempo nos quedemos sobre el barco, mejor- Lisa agarró a Jennie y empezó a llevársela hacia la parte de arriba del barco, donde iba todo el mundo.
Era la zona más alta que empezaba a elevarse, allí es donde se dirigieron ambas. Corrían entre miles de personas intentando salvar su vida tras quedarse sin barco. Todo era un caos. Lisa dirigía a Jennie entre la multitud. Esta no la soltaba, estaba muerta de miedo, pero no lo quería hacer notar. El barco cada vez estaba más inclinado y la gente le costaba más llegar. La mitad caían hacia el agua donde quedaban absorbidos por el agua. La otra mitad resistía como podía, como lo intentaban Lisa y Jennie que cada vez era más difícil. Parte del tiempo era Lisa la que llevaba a Jennie, hasta que por fin llegaron al final del barco. Lisa agarró a Jennie con todas sus fuerzas y la pegó a ella, no la iba a dejar caer.
Jennie miraba el barco que ya casi se separaba unos 5 metros del agua, daba auténtico terror ver aquella escena. Madres agarradas a sus hijos, deseando morir; caras de terror presenciando lo que se les venía encima… aquello era descomunal. Esta se mantenía pegada al pecho de Lisa, tiritaba no tanto de frio si no de miedo.
Pensar que hacía unas noches atrás había estado allí, a punto de morirse y que gracias a alguien que ni conocía, había prolongado su vida para vivir los mejores momentos de su vida. Miró entonces, en aquel lugar volvían a reunirse de nuevo, esta vez juntas:
-Jennie, aquí fue donde nos conocimos- Lisa la miró y besándola la abrazó aun más fuerte a ella.
No iba a dejar que muriera, no mientras ella estuviera allí, aunque la imagen no hiciera pensar aquello. El barco había llegado a ponerse casi vertical al agua, daba auténtico miedo. LA gente volaba casi por aquel empinado casco tumbo al agua. Los que no caían, se tiraban por el lado en el que se sujetaban Lisa y Jennie. La mitad caían en el agua y más o menos se salvaban. Los demás, caían en las aspas llegando al agua ya muertos.
De repente, Lisa y Jennie llegaron al punto en el que tuvieron que agarrarse a la valla para no caer, no podían aguantar más.
-Agárrate, Jennie- Lisa se puso tras esta, intentado aguantar también.
Y, cuando nada podía ser peor, lo fue: el barco se quedó sin luz, el pánico se apoderó aun más de aquel barco. Fue entonces cuando el Titanic avisó, aquella sería su última vez sobre el agua. Rugió como nunca antes había hecho y su madera empezó a abrirse, el barco se iba a romper en dos, aunque más bien, se rompió en dos cayendo la parte alzada sobre la gente que ya había caído.
Al partirse el barco en dos, una de las chimeneas quedó al lado de la raja, lo que hizo que se desplomase. Jisoo, que aún estaba en lucha por salvarse del lugar miró de donde provenía aquel rugido. Fue la última visión que tuvo: aquella inmensa chimenea arrebatando su vida en medio del mar.
Jennie Y Lisa se miraron y pensaron que podrían salvarse, pero nada de eso. El transatlántico seguía inundándose, por lo que comenzó de nuevo a elevarse y elevarse hasta quedó completamente horizontal al agua. Ya solo quedaba una cosa, que se hundiera. Aquella sería su última oportunidad:
-Sujétate- Lisa dejó a Jisoo y dando la vuelta, se puso por el otro lado no sin mucho esfuerzo - Dame la mano.
-No puedo- Jennie casi colgaba de aquella valla.
-Vamos- extendió sus manos y la ayudó a ponerse por el otro lado de la valla - Vamos, dame la mano. No te soltaré, vamos- la agarró del brazo y Jennie consiguió ponerse al otro lado.
Ambas se colocaron. Solo veían agua delante de ellas. Aquel lo era el final de las dos y, como si después de la calma viene la tempestad, el Titanic se quedó en silencio, para acto seguido precipitarse a su hundimiento.
-¿Qué vamos a hacer, Lisa?- preguntó Jennie asustada.
-No lo se- en ese momento la mente de Lisa iba a mil por hora, tenía que hacer algo - No lo se.
Y como una cuenta atrás, el Titanic comenzó a bajar rumbo a su tumba acuática.
-Lisa.
-Aguanta, Jennie- Lisa miraba, no tenían escapatoria, tendrían que saltar al agua o esperar a llegar a ella.
La gente no aguantaba, ya caían. Todo eran gritos y golpes contra parte del barco, muchos ya no aguantaban, estaban cansados. Jennie miró a Lisa: si iba a morir, al menos lo haría junto con la persona que más amaba, y no le importaba.
Miró entonces al tiempo en el que el sonido más aterrador le volvió a la realidad: los gritos de miedo de la gente que caían hacia su muerte.
De repente, la velocidad de hundimiento del Titanic empezó a más, y aquello se dirigió más y más ligero hacia el agua. Jennie agarró más fuertemente la mano de Lisa y se preparó.
-Esto se acaba- Lisa se incorporó un poco, también estaba muerta de miedo.
-Dios mio, Lisa-Jennie observó aquello, se acababa todo - Dios, Dios.
-Sujétate-Lisa se acercó más y la agarró por la cintura - El barco nos succionará hacia el fondo- aquello era la único que podía hacer - Respira hondo cuando te avise. Patalea hacia la superficie y no dejes hasta que estés fuera- el corazón de ambas iba a mil, y el agua estaba cada vez más cerca - No te sueltes de mi mano-Jennie asintió apretando aún más fuerte su mano - Lo conseguiremos, Jennie- la miró - Confía en mi- solo unos metros.
- Confío en ti- aquellas fueron las últimas palabras antes de que el agua las tapara.
-¿Preparada? ¿Preparada?- un metro - ¡Ahora!- ambas cogieron aire al tiempo en el que el transatlántico las absorbía.
El agua estaba helada, pero ambas aguantaban. Jennie intentaba subir a la superficie pero no podía. Lisa observó sus intentos y agarrándola, la tiraba hacia arriba, pero estaba demasiado cansada y por más que tiraba, parecía que estaban en el mismo sitio. Jennie y Lisa se agarraban, pero no podían. Aquello parecía un remolino y por más que quiso Jennie y Lisa aguantar sus manos, estas terminaron por deshacerse y Lisa salió disparada al sentido contrario de Jennie, que pronto se perdió de vista. Esta solo la buscaba, pero solo veía agua y más agua a su alrededor, así que optó por salir disparada a la superficie.
-¡Lisa!- empezó a gritar nada más una bocanada de aire frío entró de nuevo en sus pulmones - ¡Lisa! ¡Lisa!- pero nada, no escuchaba su voz por ningún lado - ¡Lisa!- Solo veía a gente chapoteando, intentando luchar por su vida.
Repetía su nombre una y otra vez, pero nadie respondía por allí. Tenía que encontrarla, no podía perderla, no de aquella manera. Optó entonces por moverse de un lado a otro, tenía que encontrarla, pero de repente, alguien luchando por su vida se agarró a ella y empezó a empujarla para abajo. No podía respirar.
-¡Lisa!
-Jennie- por fin Lisa la vio y pegándole un puñetazo, la liberó de casi morir ahogada. - Jennie.
-¡Lisa!- por fin se encontraban.
-Nada, tienes que nadar- Lisa no la dejó hablar, solo la cogió por su chaleco salvavidas y la arrastró lejos de allí - Vamos- ambas nadaban con dificultad - ¡Vamos! Sigue nadando- quería llevarla hacia un lugar lejos del agua.
-¡Está muy fría!-Jennie casi no podía respirar.
-Nada, Jennie - poco a poco llegaron a una tabla lo suficientemente para las dos. - Ven, sube aquí- Lisa dejó que subiera primero - Vamos.
Lisa intentó también, pero si subía ella, terminarían ambas de nuevo en el agua, así que dejó que Jennie se quedara en ella. Prefería que ella estuviera en aquella tabla, ella era fuerte, podría sobrevivir, Jennie tenía que sobrevivir antes.
-Quédate ahí, Jennie.
-Sí, Lisa- Lisa empezó a mirar mientras se colocaba enfrente de Jennie - ¿Y ahora que?
Lisa agarró la mano de esta:
-Ahora todo ira bien- el frio empezó a calar en Lisa, empezó a tiritar - Todo irá bien- tiritaban - Los botes volverán a por nosotros, aguanta- Jennie asentía tiritando - Tuvieron que alejarse por la absorción, pero volverán- aunque estaban muy equivocadas.
Solo tenían que esperar… esperar a la salvación, o esperar a la muerte.