—Le avisaré a mi madre que pronto te llevare a conocerla, por suerte no hay mucha distancia de aquí a Bristol así que no tendremos que preocuparnos por el viaje.
Acepté sin remedio alguno. Ya estaba decidido y era demasiado tarde para pedirle que echara sus ilusiones a la basura. Una vez conociera a su familia no habría vuelta atrás. Nuestra relación se convertiría oficial...
Luego de eso, él rellenó el silencio tras mi última oración con su entusiasmo a que conociera su nueva casa, que Bristol era un lugar bastante pintoresco y pacífico, muy parecido a Monroe por lo que aseguraba que me encantaría visitarlo. Por alguna razón, había imaginado esta situación. Sabría que él tendría más emoción de vernos otra vez y hablaría sin parar. Mientras yo miraba sus gestos al articular alguna palabra, con suma atención, sin encontrarle ni un rastro de nerviosismo Terminamos conversando hasta tarde y el movimiento de gente en la cafetería había disminuido, prácticamente no quedaban estudiantes y sólo se veía gente adulta tomando una bebida caliente tratando de relajar el estrés del trabajo antes de regresar a sus hogares. Entonces Adam se quedó mirando la ventanilla detenidamente, dándole de lleno uno de los últimos rayos de luz en el ojo izquierdo, permitiéndome observar con detenimiento su color avellana y luego volteó repentinamente a verme, con una sonrisa traviesa, había descubierto que lo estaba mirando y se sentía orgulloso de aquello.
Viendo que se estaba aproximando la noche, propuso regresar a casa antes que oscureciera y así pudiera tomarse el tren hacia Bristol. Se le notaba un tanto deprimido al descubrir que el tiempo que compartiríamos sería tan corto, y aprovechó la ocasión para sostenerme de la cintura mientras caminábamos, dejándome un espacio para que apoyara mi cabeza sobre su hombro y así darme pequeños besos, repetida veces. En verdad estaba descargando todo el amor que se había guardado estos días para ofrecérmelo plena y exclusivamente a mí, con cada roce de nuestra manos o esos besos que estaban lentamente logrando estremecerme. Esto era lo que me gustaba de él, ¿Y La inseguridad? Seguramente había sido un error dudar de nuestra relación, ambos éramos el uno para el otro y nadie ni nada debía cambiar eso. Ni siquiera mi depresión o el pasado.
Lo doloroso fue ver su mirada triste, con cierta melancolía, al tener que separar nuestros caminos, moviendo lentamente su mano en vaivén, saludándome con bastante pesar. Le devolví el gesto y antes de seguir soportando esa escena me di la vuelta para entrar al edificio. Me superaba la situación, la gran mentira que me había inventado para una vez más fingir ser alguien que hace tiempo había muerto. Lo supe al abrir la puerta de mi hogar y ver que todo el peso que cargaba de culpa se desvaneció y me sentía en paz, cómoda y segura en el lugar que a su vez irónicamente resultaba mi propia cárcel.
Observé una bolsa de plástico sobre el sofá, repleto de comestibles, latas y paquetes además alguna que otra ropa esparcida sobre el colchón del mueble. Entonces mis oídos comenzaron a escuchar un extraño movimiento dentro de lo que aparentaba ser la cocina. Caminé con extrema lentitud, atravesando la sala, hasta llegar al lumbral de la cocina y así comprender a que se debía tanto bullicio. Mi querida mejor amiga estaba intentando preparar algo decente de comer. Ella volteó a verme al sentir mis pasos y se quedó estática, como si la hubiera encontrado haciendo alguna travesura o algo por el estilo.
— ¿Qué estas cocinando? Huele a filete —Le dije acercándome al mueble mientras percibía el olor ahumado de carne en el aire.
—Estaba planeando darte una sorpresa —Suspiró un poco decepcionada— Matthew me contó que te encantaba el filete con salsa barbacoa así que busqué la receta para prepararlo aquí.
—No deberías esforzarte tanto por mi...—La abracé con cariño.
—Te lo prometí ¿Verdad? Eres mi amiga, mi mejor amiga y si logró sacarte una sonrisa cocinándote tu plato favorito, me hará muy feliz.
Inmediatamente al oírla la estreché entre mis brazos, causando que derramara un poco de salsa sobre la mesada de mármol de la cocina, aunque poco me importó.
—Vamos, ayúdame con la mesa, esto ya debe estar casi listo.
Me apresuré en tomar los utensilios de uno de los cajones, manteles para cubrir el espacio que cada una ocuparía en la mesa y saqué dos platos medianos de cerámica de la alacena, cargando todo entre mis brazos, incluidos los vasos. A duras penas llegué a la mesa y arrojé todo sobre ella para así acomodar cada cosa en su sitio. El departamento tenía un delicioso aroma a carne que te daba ese cosquilleo en el estómago en señal que el hambre comenzaba a asomarse. A los pocos minutos apareció Natalie cargando una gran bandeja humeante que apoyó sutilmente sobre la mesa y se quitó los guantes de tela que con anterioridad se había puesto por precaución. Decidió sentarse en la silla enfrente de mí y me dedicó una sonrisa, complacida. Era extraño para ella ser "femenina", acostumbraba comer pizza y tomar café, y seguramente le causaba felicidad demostrar que también tenía aptitud culinaria. Por un segundo se me ocurrió que quizás Matthew estaba teniendo cierta influencia en su comportamiento.
— ¿Cómo fueron las cosas con Adam? ¿Preguntó algo sobre Michigan?
Levanté la vista del plato y no pude evitar soltar un suspiro de resignación.
—Sí.
Se quedó callada unos segundos, dudando de lo que me preguntaría a continuación.
— ¿Le dijiste sobre...?
Sabía lo que insinuaba. Obviamente se trataba de mi intento de suicidio.
—Claro que no –Y bajé la vista nuevamente al plato mientras me dedicaba a cortar un pedazo de filete —No supe como contarle lo que sucedió y no me quedó otra opción que mentirle.
— ¿¡Le mentiste!? —Soltó el cuchillo y tenedor, sorprendida —Sara...Adam sabrá entenderte tal y como lo hice yo, no tengas miedo.
Otra vez esa angustia en su voz. Otra vez ese nudo en su garganta que delataba lo doloroso que había sido verme en ese estado.
—L-Lo sé pero ya empecé con esta mentira y no sé cómo detenerla. Le mentí sobre mi padre y mi hermana, le oculté mi muñeca y ni siquiera mencioné nada sobre el puente ¿Cómo se supone que me pueda comprender después de haberle hecho eso?
—Sabes que te ama y lo hará–Me contestó compasiva, tratando de convencerme.
— ¿Crees que me seguirá amando cuando se entere todo? ¡Mira esta muñeca! ¡Mira las ojeras que delatan las noches de insomnio! —Y ella enfocó sus ojos a mi muñeca descubierta en la que se notaban las cicatrices profundas y frunció el ceño — ¡Soy un maldito monstruo! ¿Cómo podría él amarme cuando me convertí en esto?
No soporté más. Mi respiración estaba agitada ante la descarga de todo lo que llevaba guardándome los últimos días. Estaba tan harta de mi misma, de estar en el lugar más frio de la oscuridad sin escapatoria y que ni siquiera todas las muestras de cariño de Adam y Natalie lograran calmar el dolor con el que cargaba. Natalie me miraba detenidamente, angustiada, con sus ojos también cristalinos, como si se estuviera concentrando en descifrar cada palabra que había gritado con desesperación para entender mi dolor. Ella se levantó con extrema lentitud de la silla, causando un leve chillido contra el suelo y caminó hacia mí. La miré confundida, buscando el motivo de su reacción, cuando conseguí como respuesta la calidez de sus brazos rodeándome.
—Deja de cargar con todo esto sola Sara ¿Cuántas veces tendré que decirte que estoy aquí para ti? Deja que tus demonios se liberen de una vez por todas.
—Lo siento, lo siento tanto—Repetí sollozando.
Al llegar a ese punto nuevamente, noté que estaba dentro de un círculo vicioso, donde cada noche, cada día, terminaba de una u otra forma cayendo al pozo de nuevo y sólo Natalie estaba para detener cualquier locura que quisiera cometer contra mí misma. Mis muñecas estaban pidiendo a gritos que tomara una cuchilla y cambiara el dolor por la sensación de placer y liberación que provocaba el hacerte un corte. Odiaba tanto tener esos pensamientos suicidas que únicamente podía llorar, llorar y llorar desconsoladamente en el hombro de mi amiga, odiándome con la mayor rabia posible mientras recibía las suaves palmeadas de Natalie tratando de consolarme. Ya no recordaba cuando había comenzado a tener esos pensamientos.
Simplemente se transformaron en algo rutinario en mi vida.
/////////////////////////////////////
Hola a todos! ¿Cómo estan? ♥
Espero que les haya gustado el capitulo y les este gustando la trama, perdon por tardar tanto en subir el capitulo D:
Ya saben! Pueden dejar su comentario, critica, consejo, sugerencia o idea aca abajito o por inbox ♥
Saluditos, y se me cuidan!