Temporal: Presente Futuro

By s0l_26

91.7K 9.9K 2.5K

Nash ha decidido avanzar. Luego de haber estado muchos años viviendo un pasado que ya no existía y que era de... More

Book Trailer
Información Importante.
1. Gracias.
2. Te odio.
3. Costara lo que costara.
4. Mala Influencia
5. Hablando de idiotas
6. Mi Rival
7. Su indiferencia y su falta de memoria.
8. Auténtico.
9. Cara a Cara
10. Otro idiota.
11. Excepto tú.
12. Mi mejor opción.
13. Anestesia.
14. Estoy asustado.
15. Ahora vete.
16. Sentir.
17. Cable a tierra.
18. Perdido.
19. Vergüenza.
20. Algo más.
21. ¿Tiempo?
22. Demasiado Tentador.
23. Vístete y vete.
24. Lástima.
26. Historia.
27. Lo extraño.
28. El amor de su vida.
29. Persistente.
30. Nosotros.
31. Esa parte de él.
32. Obnubilado.
33. Te están esperando.
34. Incómodo.
35. Buena Noche.
36. ¿Por qué?
37. Pelea de perras.
38. Eso de amar.
39. Despedida.
40. Efímero.
41. Efecto Milo.
42. Alucinación.
43. "Eso".
44. Familia.
45. Inocente.
46. Real
47. Desesperado
48. Fluir.
49. Aunque doliera
50. Brújula.
51. Para bien o para mal.
52. Juntos.
53. La última vez.
54. Amor no correspondido.
55. Yo más.
56. La última vez.
57. Quizás.
58. ¿Novios?
59. Autocontrol.
60. La oportunidad perfecta.
61. Un buen tipo.
62. Agotado.
63. Amores fallidos.
64. ¿Avergonzado?
65. Meloso.
66. Para siempre (Final).
Importante!
Atemporal.

25. No quiero esperar.

1.4K 144 17
By s0l_26


Milo ni siquiera me miró antes de alejarse de mí y huir hacia la puerta. Yo, en cambio, permanecí un poco más en la habitación meditando ¿Yo, enamorado? No. Ya se lo había dicho, no me enamoraría de él pero sí podía decir y, de hecho caí en la cuenta de que se lo había admitido, que me gustaba y quizás más de lo que desearía.

Lo seguí con paso tranquilo y cuando llegué a la cocina lo encontré ayudando a Lance a preparar la carne que luego llevarían a la parrilla. Habían cuatro cervezas en la mesada junto a algunos apertivos, la tomé una ante la mirada cautelosa de Barb y  gracias al cielo no se atrevió a decir nada, no tenía ganas de pelear y mucho menos exponer a Milo. Después de todo había sido su culpa.

—¿Cómo se conocieron? —quiso saber la mujer como quien no quiere la cosa mientras yo elegía las aceitunas para comenzar a comer.

—Nash un día apareció con su novio en un bar y yo estaba con los amigos de éste —respondió Milo rápidamente. Los ojos de mis padrinos se fijaron en los míos.

—A Milo le gusta bromear a veces, en serio —los tranquilicé. —Josh... Josh es amigo de Milo y Alex. Él nos presentó.

—¿Alex? —fue el turno de Lance de indagar.

—Es mi hermanastro —respondió tranquilamente volviendo a la carne. —Fue el crush de Nash mucho tiempo.

—¿Crush? —consultó mi padrino bastante perdido. Negué con la cabeza y le tiré el carozo de la aceituna a Milo que se limitó a rodar sus ojos.

—Conocí a Josh en cuanto me mudé a la cuidad. Yo les conté eso —dije con tranquilidad. Él no me sacaría de mis casillas frente a mis padrinos. —Naturalmente Josh tenía otros amigos, Alex y luego Milo. Así nos conocimos. Pero no nos llevábamos bien.

—¿Ah no?

—Nop. Milo estaba celoso porque yo era más lindo que él y llamaba mucho la atención —respondí inflando el pecho. —Pero ya ven, incluso ahora soy irresistible hasta para él.

—Cuanta confianza Nash, me gusta oírte hablar así —rió Barb tirando su mano a mi cabello y revolviéndolo. —Todos sabemos que mi pequeño es una preciosura pero hace mucho que no lo decías. ¿Recuerdas Lance? Cuando era un niño siempre decía que él era el más lindo de todo el mundo.

—Y pensar que en ese tiempo no era tan guapo —rió Milo con fuerzas contagiando a los otros dos. Rodé los ojos pero no dije nada. En cambio salí al exterior a preparar el fuego para comenzar el asado.

La ventana que conectaba el patio con la cocina estaba abierta, pensé en cerrarla para que el humo no ingresara pero se podía oír la charla claramente y se comenzaba a poner interesante.

Es claro que Nash ahora se ha convertido en un muchacho guapo —comentó Lance relajadamente. —Pero incluso antes de su adolescencia, y en contra de lo que sus papás pensaba, yo siempre creí que era demasiado para Ian, digo, el tipo no es tan guapo —dijo bruscamente. El ambiente se tensó de inmediato y el silencio se extendió por unos largos segundos.

El amor es tan raro ¿A que sí? —consultó Milo restándole importancia al comentario pero sí hablando más bajo que anteriormente. Estoy seguro que ninguno de los tres pensaba que yo estaba oyendo aquello. —Quiero decir, cuando te enamoras no te fijas en lo exterior ni el interior tampoco. Es como si tus sentidos estuvieran nublados por completo, no te das cuenta de nada. Incluso te lo pueden decir todos y aún así no lo aceptas. Pero uno no puede hacer nada para ayudar, sólo el tiempo puede y a veces ni siquiera eso funciona. —tomó un respiro. —Claro que al parecer este tipo si es un buen partido después de todo ¿Pueden creer que tiene varios candidatos además de Nash? —no hubo respuesta audible, pero si un suspiro sonoro por parte de Milo. —Sospecho que es por ser tan condescendiente, además ayuda el hecho de que estén todos demasiado ocupados para prestar atención que él es más falso que las sonrisas de Nash cuando se encuentra con gente nueva. Creo que por eso hacían buena pareja... claro que Ian no podría ocultar su esencia por siempre y es por eso que todo terminó en cómo está ahora.

¿Y cómo es eso? —quiso saber Barb.

Mal, supongo. En realidad, eso espero... —dijo incluso más bajo. —No me malentiendan, yo... yo sí creo que ellos se amaron en su momento, pero sospecho que el amor de Ian fue distinto al de Nash.

¿A qué te refieres? —consultó Lance interesado.

Muchas veces tú quieres mantener algo para siempre y eso te confunde. No creo que Ian sea alguien a quien le guste perder y eso fue lo que pasó con Nash, pero no creo que haya sentido lo mismo que él. Quería a su amigo, lo quería para siempre pero cuando las cosas se pusieron serias él no pudo resistirlo, no pudo aguantarlo. No voy a defenderlo, ni nada, detesto al tipo —aseguró con rapidez. —Pero creo que no pudo romper el corazón de Nash al decirle que no sentía lo mismo, o quizás ni él mismo se había dado cuenta de eso. Entonces huyó. La gente huye cuando se asusta —ahora comenzaba hablar de él. —Pero entonces se volvieron a encontrar y ambos habían extrañado a quienes habían sido tiempo atrás... lógicamente no funcionó. No había manera que lo hiciera. El problema está en que ambos extrañan eso y siempre van a querer volver a sentirse igual, por lo menos hasta que otra persona los hagan sentir igual o incluso mejor.

¿Crees que ellos volverán? —esta vez fue Barb quien bajó la voz.

Supongo... desearía decirles que no. Pero Nash aún tiene cosas que resolver con él y no creo que tanto tiempo pase de un día para otro —suspiró y se oyó la silla arrastrarse. —Me pone contento verlo bien ahora, me gusta ser parte de eso también, pero cuando volvamos será todo muy diferente. Él lo sabe y yo lo sé...

¿Y tienen que volver? —consultó Lance con seriedad, pero antes de que siquiera pudiera procesar la pregunta el teléfono de Milo comenzó a sonar y lo oí disculparse.

Rápidamente cerré la ventana y me alejé en busca de leños mientras lo veía salir al exterior con el aparato pegado en su oreja. Se acercó a mí y habló amenamente con quien parecía ser su madre, por la charla que tenían, hasta que lo oí despedirse y pararse tras de mí q.

—¿Está todo bien? —consulté cuando sus manos se cruzaron por mi abdomen y su cabeza se apoyó en mi espalda.

—Mamá quería saber cómo lo estaba llevando —dijo despreocupado. —Creo que metí la pata con tus padrinos...

—¿Por?

—Le dije que quizás tú volvías con Ian —susurró.

Me costó lograr que me soltara, cuando lo hizo y pude quedar cara a cara con él,  debí sujetar con mentón con fuerzas para que me mirara a los ojos.

—¿Por qué les dijiste eso? —se encogió de hombros. —¿Quieres que sea así?

—No. Claro que no. Ya te dije que no me gusta verte roto —dijo de inmediato. No lo había dicho tan directamente, pero sí lo había insinuado. —Pero son cosas que pueden pasar. No importa lo que nadie diga.

—Me importa lo que tu pienses Milo. En serio. También lo que piensen mis padrinos. Yo... me cansé de sentirme triste.

—Lo sé, yo también —suspiró acercándose para darme un abrazo que duró menos de lo que me hubiera gustado. —Iré a traer las cosas, termina de armar el fuego.

—De acuerdo —acepté besando su frente antes de dejarlo ir. Él me sonrió enormemente y se retiró con calma. Otra vez esa sensación de miedo por sentirme bien se hizo presente pero la deseché de inmediato aprovechando ese momento para prender un cigarrillo fuera de la presencia de Milo y de mis padrinos a los que tampoco les gustaba aquel vicio.

El resto de la noche fue tranquila, hablamos de cosas triviales con respecto a la universidad y el trabajo de mis padrinos y pudimos tener una cena tranquila. Yo tenía claro que el tema de Ian saldría en más de una oportunidad y suponía que era razonable pero contra más lo pudiéramos posponer mucho mejor.

No me dieron más de una cerveza y los odié por ello. Debía pedirle a Milo que aclarara aquel malentendido porque odiaba que me controlaran como un niño. 

Luego, ayudamos con los platos y finalmente partimos a la habitación. Ni Barb ni Lance preguntaron por el hecho de compartir la cama pero supongo que no hacían falta explicaciones, ya habían visto lo cercanos que éramos y no había mucho que aclarar tampoco.

—Puedes acomodar tus cosas si quieres —dije cuando noté que Milo miraba el armario vacío. —No sé cuánto nos quedaremos, pero espero que no sean pocos días así que...

—Está bien, gracias...

—Iré por un baño —avisé notando su incomodidad. Quiero decir, ambos sabíamos lo que habíamos hablado en el hostel pero no es que fuéramos a hacerlo enseguida. ¿Acaso no se había dado cuenta que podía ser paciente?

Lo observé asentir y partí al baño de la habitación. Pensé en decirle que dormiría en el sofá del living, digo, no tenía tanto sueño aún y allí había un televisor, podía buscar una película para distraerme. No quería que se asustara más de lo que ya estaba y sería amable de mi parte hacerlo. De hecho, tenía el discurso estudiado para sonar casual cuando oí la puerta del baño.

Por entre el vidrio esmerilado vi ingresar a mi compañero.

—¿Pasó algo? —consulté abriendo la puerta y sacando mi cabeza. Él se encontraba completamente desnudo, con sus manos cubriendo su miembro.

—¿Puedo bañarme contigo? —quiso saber con su rostro rojo y su mirada en el piso.

Lo estudie unos intensos segundos. Milo estaba temblando y no era por el frío. Estaba nervioso, expectante, intrigado y hasta quizás excitado. No podía ni siquiera mirarme a los ojos y quizás eso era algo bueno porque mis ojos tal vez reflejaban ese tipo de emociones, y tal vez más. Suspiré provocándole un respingo y abrí la mampara por completo.

—Apresúrate, hace frío y no quiero tener que cuidarte de nuevo.

Milo arrastró sus pies hasta quedar frente a mí y me miró tímidamente cuando el agua comenzó a mojar su cuerpo desnudo. Yo me acerqué un paso y busqué el shampoo para poner en su cabello mientras él sólo bajaba sus manos a mis caderas y fijaba sus ojos en mi abdomen.

—Estoy un poco nervioso —dijo cuando apagué el agua y comencé a masajear su cabello. —La última vez estaba borracho y por más que estuviera consciente y de verdad lo quisiera, ese hecho ayudó mucho.

—No voy a obligarte a nada Milo —aseguré con calma. —Es sólo un baño...

Asintió dejándome continuar con su cabello. Él se quedó estático, apenas respirando, por varios segundos hasta que se movió suavamente hasta poner sus brazos sobre mis hombros  antes de  comenzar un caliente beso. Comenzó travieso, alejándose y acercándose a su antojo. Mordía mis labios entre sonrisas y esquibaba como un profesional mis intentos de devolverle el gesto. Luego profundizó el beso, intercaló su lengua y empujó mi cuerpo contra la pared pegando en suyo sobre el mío sin ningún tapujo. 

Mis manos se apretaron en su trasero robándole un hermoso jadeo antes de que fuera él quien rosara con intensión nuestros miembros semierectos. Su piel estaba caliente y nada tenía que ver con el agua que lo había recorrido segundos antes. 

Cambié de lugar con él, fui yo quien lo acorraló contra la pared y me sorprendí al sentir su mano temblorosa y suave en mi miembro.

—Wow tranquilo —susurré sintiendo mi respiración espesarse de golpe. Pero claro que él no se detuvo, comenzó a masajear con más intensidad consiguiendo un jadeo irresistible de mi parte. —Milo...

—¿Qué? —consultó volviendo a mis labios antes de unir su miembro al mío y poder masturbarlos a los dos. —¿No te gusta?

—¿En serio preguntas eso? —sonreí empujando mis caderas sobre su agarre.

Bajé mis labios a su cuello y me resistí con fuerza de no morderlo. La última vez había dejado una marca, me había dado cuenta de aquello pero no estaba seguro si Milo lo había hecho. De todas maneras, esta vez no tenía ganas de que Barb estuviera de chismosa.

—Vamos a la cama —susurré en su oído y él detuvo los movimientos para mirarme a los ojos. Su pecho subía y bajaba con fuerzas, sus manos comenzaron a temblar y aflojó el agarre en nuestros sexos, sin embargo asintió.

Prendí la ducha para sacarnos los restos de jabón y nos secamos rápidamente antes de caminar a la cama. Él aún temblaba cuando lo recosté y retomé los besos esta vez llegando a su pecho donde besé sus pezones mientras una de mis manos retomaba los masajes en su entrepierna. Sus caderas se comenzaron a mover para mantener el contacto y apresurar el ritmo mientras de su boca no dejaban de salir pequeños jadeos que hacían que mi cuerpo se calentara aún más que antes.

—Quiero hacerlo —jadeó cuando inconscientemente mi mano había descendido hasta tocar su entrada, pero que al darme cuenta de lo que hacía, la había retirado con rapidez.

Me separé de él y lo miré sorprendido. No pensé que cedería tan fácilmente, no pensé que pudiera llegar a desearlo tanto como yo. Su rostro estaba sonrojado pero su mirada era decidida.

—Pero tú sabes que...

—Lo sé —tragó saliva. —Ya sé quien deberá ser el pasivo Nash. Aún así quiero estar contigo.

—No quiero presionarte

—Mira Nash—dijo dándome un empujón para quitarme de sobre su cuerpo y me mirarme seriamente. —Si no quieres hacerlo conmigo, lo entiendo. Sólo tenías que decirlo antes, maldita sea.

—No, hey... —pedí cuando vi sus intenciones de abandonar la cama. Me arrimé a él y lo sujeté con fuerzas acercando mi rostro al suyo. —Quiero. Quiero hacerlo contigo, pero no quiero que te sientas obligado, no quiero presionarte. Puedo esperar si hace falta Milo.

—No —dijo posando sus labios en los míos. —No quiero esperar. 

Continue Reading

You'll Also Like

3.2K 326 3
Ya había perdido la cuenta de cuantos rubios había asesinado ¿Que diablos significaba? ¿Por qué lo decia sino lo cumplía? Miro a su alrededor para de...
264K 19.8K 55
Book trailer y descripción hecho por @mulfxedits; https://www.instagram.com/p/COl0EpuHAHh/?igshid=fptiy08xr7uy ¿Que se supone que se hace cuando tu...
38.8K 1.1K 43
"me gustaría ser más cercana los chicos del club, pero supongo que todo seguirá siendo igual, no?"