《LA PRIMERA PELIRROJA》JAMES P...

By La-merodeadora-Black

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En donde Harry descubre la verdad de James y Lily Potter, sus padres Un dia lluvioso en el que decide averigu... More

《Prólogo》
<<Cast>>
《 punto importante 》
《Los segundos gemelos》
《 La Selección 》
《El comienzo de las amistades》
《¿y si les hubieran dicho? 》
《El lo siento de Navidades》
《Finales de primer año》
《 punto importante II 》
《 Cartas de verano》
《Doce años de gemelos》
《La primera predicción》
《pronto tendré un deja-vû contigo》
《 Jamás debí acercarme a ti》
《 ¡No te distraigas Diggory, o te ganaré! 》
《Son distintos caminos Regulus》
《Sospechas y traiciones》
《 Conociendo el futuro》
《 Una nueva etapa 》
《Verano del 73》
《Materialistas e insustanciales》
《 Y la bomba estalló 》
《 Bosque Prohibido 》
《 Los sacrificios de una amistad》
《Calla y abrázame》
《 ¿qué, una señal para besarme? 》
《 El primer novio 》
《 Los celos de un mejor amigo 》
《 Entre tu y yo nunca hubo conexión alguna》
《 Baile de invierno 》
《 Punto importante》
《El comienzo de todo》
《 A partir de hoy 》
《 La madriguera 》
《Es el proceso de la vida》
<< Nota importante >>
{We're back, bitches}
<<Estás condenada>>
<<El momento adecuado>>
<<19 de diciembre>>
<<Los ojos nunca mienten>>
<<No hay malos momentos en verano ¿cierto?>>
<<Creo que estoy enamorada de mi mejor amigo>>
{Segunda parte; La mejor amiga}

《 La primavera del primer año 》

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By La-merodeadora-Black

El sauce boxeador despidiéndose del invierno y dándole una calurosa bienvenida  a la primavera, primer grado, comienzos de primavera del 1972.



Los alumnos de Hogwarts habían regresado de las navidades hacia ya un mes y parecía que aún no se acostumbraban a volver a clases.

Esto ocurría sobre todo con dos gemelos pelirrojos.

¡Ya está! ¡He sobrepasado el límite!- suspiraba la gemela femenina.

Su amigo Remus, que se encontraba al lado suya leyendo, elevó la vista para ver el destrozo que rodeaba a la pelirroja.

No supo en que momento pero Malia llevaba la corbata en la cabeza,los apuntes esparcidos por toda la mesa, y el uniforme, como ya era costumbre, completamente desordenado.

La profesora Mcgonagall te mataría si te viera así- musito Lily.

Malia le miró fulminante.

Aun así, se querían demasiado como para decir que un par de meses antes no querían ni llevarse bien.

Alec, neandertal, baja ya del tren- se quejaba su gemela.
Ya voy aborto mal hecho- contestó.
Malia se golpeó la frente
¿Algún dia su hermano se daría cuenta de lo estúpido que sonaba ese insulto hacia ella?
Malia- la llamó alguien.
Al escuchar su nombre, Malia reaccionó dándose la vuelta y quedó en frente de otra pelirroja pero de ojos esmeraldas llamada Lily Evans.
Su... ¿nueva amiga?
Si bien habían superado los malentendidos y habían compartido muchas cartas a lo largo de las navidades, no sabían como actuar en persona.
Por lo que el ambiente se volvió un poco incómodo.
No fue hasta que Lily se atrevió y se acercó rodeando con sus delgados y pálidos brazos a Malia, que se encontraba entre confundida y agradecida.
Gracias- musitaron a la vez.
Soltaron una carcajada que disipó cualquier tensión.
Tras ello derivaron en conversaciones sobre las navidades, sobre los libros que se habían regalado, sobre... cualquier asunto.
Al fin y al cabo, las diferencias estaban superadas y la amisrad solo comenzaba a florecer.》

Alec observó a su hermana y su estado de ansiedad hasta que, en medio de aquel cómodo silencio,rompió en carcajadas.

Todos los de la sala podrían haber jurado escuchar el crujido del cuello de Malia y como su gemelo era observado con una mirada asesina como la de un basilisco.

¿Tu de que te ries estúpido?- preguntó su hermana enfadada.

Alec cesó la risa mientrsas sus labios se tornaban en una mueca miró serio a su hermana antes de responder:

-Yo no puedo ser estúpido porque entonces tu también lo serías.

Lily y Remus se golpearon la frente.

Gracias a Malia todos habían cogido esa manía cada vez que Alec decía algo tan sumamente estúpido que derivaba en una pelea de los Prewett.

No, yo saqué la inteligencia de mamá así como su belleza y también la parte bromista y coqueta de papá, tu en cambio... creo que eres producto de la tía Margarite- bromeó su hermana.

Fue entonces cuando Lily y Remus no pudieron evitar estallar en unas incesantes carcajadas.

Los Prewett habían estado desde comienzos de año quejándose sobre su tía Margarite, la que siempre acababa siendo insulto entre ellos.

《GIDEON, FABIAN, A CLASES- ordenó Molly.
Dos gemelos de trece años somnolientos, bostezaron, y se despidieron a duras penas de su delicioso desayuno.
Ya vamos tía Margarite- respondieron.
Alec, que se encontraba desayunando con ellos, escupió el zumo de calabaza.
¿Que me habéis llamado?- preguntó la mayor de los hermanos comenzando a tener un extraño tic en el ojo.
Las comadrejas se miraron entre sí antes de salir corriendo del gran comedor como si les persiguiera el diablo.》

Esa fue la primera vez que la mencionaron y la primera vez que Molly tuvo una charla con la profesora Mcgonagall sobre porque los prefectos no pueden tirar a los alumnos al lago negro.

Bajo ninguna excusa.

Desde entonces, Molly había desarrolado un extraño tic en ojo cada vez que alguno de sus hermanos pequeños hacían algo mal.

Lo que era continuamente.

Remus quiso volver a centrarse en la lectura tras haber visto a su mejor amiga a punto de perder los estribos, pero un ruido sordo se interpuso en sus planes.

Y como de costumbre, Alec yacía en el suelo con Malia encima suya golpeandole.

A lo largo del curso habían visto como Malia tenía una fuerza descomunal o como Alec era un debilucho.

Lo habían demostrado el primer día de clases cuando James y Malia se conocieron porque este se río de los dos gemelos que peleaban en el suelo, o en una clase de vuelo en la que acabó Malia volando por todos los jardines con una escoba en la mano y otra en la que estaba sujeta mientras su hermano iba en otra escoba intentando lanzarle bludgers, o aquella vez que, nadie sabe como, pero cuando Remus escuchó unos gritos en el cuarto de al lado, al que pertenecía Alec, se encontró con Skyler, David y Jack animando a Malia mientras esta intentaba estrangular a su hermano con una almohada.

Y gracias a Merlín, ninguna vez fueron detenidos.

De hecho, Madame Hooch, profesora de vuelo reciente, los había animado a que el año que viene hicieran las pruebas de Quidditch.

Y volviendo al tema, como había supuesto Remus, Malia golpearía a Alec con lo primero que encontrara en su camino.

Lo que en un principio fueron sus medias que habían desaparecido con las que creo una especie de látigo para luego convertirse, el arma, en James.


En resumen, Sirius y Peter acababan de aparecer con James, el cual se encontraba como arma de Malia en esos instantes, en la sala común.

Remus sonrió ante la presencia de aquellos tres.

se habían convertido en sus mejores amigos y no podía estar más agradecido por tenerlos en su vida.

Todo comenzó un día en el que Remus no podía dormir porque al día siguiente sería luna llena, así que se habia desvelado por completo.

Se encontraba de espaldas a sus compañeros pero cuando escuchó un golpe como el de una persona al caer al suelo se giró confundido.

Lo que creyó que sería una persona caida, era la sexta maravilla del mundo para Remus.

¿Para que mentir? Era la primera.

Ante el se encontraba un baúl entero de chocolatinas de todo tipos, diferentes formas, diferentes sabores... más chuches, grageas, regalices...

Y al lado suya se encontraba un James sonriente con las gafas en el puente de la nariz a punto de caerse.

Vi que estabas despierto y como no podía dormir y sabía que te gustaban las chocolatinas, pensé que podríamos compartir unas cuántas- explicó sonrojado.

Dos segundos después, Sirius y Peter los acompañaban.

Remus, extrañamente, se puso feliz.

Solía tener un mal humor los días antes de la luna llena, pero aquel día, fue un chico feliz de once años compartiendo chocolates con sus compañeros de cuarto en una desvelada noche, en la que no existían más preocupaciones que las de si mañana podrían ir a clases sin necesidad de ir al baño o a la enfermería por culpa de tantas golosinas.

Por eso, cuando al día siguiente se levantó y vio a Peter con la boca manchada de chocolate babeando, agarrado a una almohada, a Sirius abrazado a su pierna con unos pelos despeinados por completo, y a James, con las gafas en el suelo, y sin saber como, sin pantalones, sonrió.

Todo aquello era solo el comienzo de una gran amistad.

...

Aquella mañana, en el dormitorio de los leones de tercer grado predominaban los ronquidos.

En primer lugar se encontraba Landon, el chico atractivo y misterioso de pelos blancos y flequillo violeta que encandilaba a toda la población femenina de Hogwarts.

Sus ronquidos eran constantes y flojos, hasta que, sin motivo aparente, soltaba un ronquido atronador que podría despertar a sus compañeros de habitación de no ser porque aquellos tenían un sueño mucho más profundo que el de un koala.

Mason era también otro caso especial, casi nunca roncaba, pero cuando lo hacía, parecía el canto de un hipogrifo combinado con un pato graznando.

Marlene podía confirmarlo.

No en vano había convivido nueve años con esos ronquidos extraños, que gracias a merlín, podía haberse librado de ellos.

Y por último, los gemelos Prewett.

Esos tenían sincronía hasta para roncar.

O un día roncaba uno y el otro dormía plácidamente o simplemente roncaba unos minutos otros y el otro lo hacía minutos después.

Era algo muy extraño.

Pero a fin de cuentas, el sueño profundo no venía a cuento.

Ayer habían ido al pueblo Hogsmeade, y habían acabado un poco más felices de la cuenta, ya que sus poros rebosaban cerveza de mantequilla y otras sustancias de las que seguramente no se acordarian.

Unos golpes secos en la puerta fueron los primeros sonidos diferentes a los ronquidos usuales de aquella mañana.

Hestia Jones, "la pelirroja perdida" como solían llamarla, pues bien podría haber sido la trilliza de Gideon y Fabian al ser de la misma edad, pelirrojos, y que pasaban todo el día juntos, se encontraba esperando a sus mejores amigos.

¡Landon! ¡Mason! ¡Gideon! ¡Fabian! ¡ARRIBA AHORA!- exclamó.

Viendo que no le hacían caso decidió recurrir a una pequeña técnica que funcionaba siempre :

Los celos.

Abrió la puerta y comenzó a fingir sollozar.

¡Zack Johnson se ha metido conmigo!- mintió gritando a los cuatro vientos.

O lo suficientemente alto para levantar a sus cuatro amigos.

¿¡QUE ACABAS DE DECIR!?- gritaron.

Nada, que os quiero mucho y que tenemos que irnos a clases, resacosos de mierda- respondió.

Fabian le miró fulminante y le lanzó una almohada que Hestia cogió al vuelo.

No por nada ella era una de las tres cazadoras del equipo de Gryffindor.

Odio tu capacidad para no tener resaca y que aún asi hayas bebido el triple que nosotros- se quejó el pelirrojo.

Porque si de algo se había ganado fama Hestia Jones aquel año era de consumidora de alcohol a raudal sin resaca.

Podía beber y beber, que por muy mal que acabara, al día siguiente, no tendría resaca.

La ojimiel se lanzó encima de la comadreja I, y le dio un pequeño frasco.

Sirve para la resaca, me lo dio Ben Thompson- explicó.

Fabian soltó un gruñido.

Ben Thompson era un Ravenclaw, que realmente no tenía ningún defecto, si bien era muy tímido y tenía un pequeño grupo cerrado, una vez que cogías confianza con el, era imposible no cogerle cariño.

Y aun así, Fabian se preguntaba continuamente como Hestia que era tan extrovertida, espontánea y alocada podía hacerse amiga, y peor aún, que le gustara alguien tan asocial, tímido y cerrado como Ben.

Los polos opuestos se atraen- canturreo una vez su hermano cuando salió el tema.

Aquel día, Fabian estuvo de mal humor por completo.

Y es que aquellos cuatro eran muy protectores con su preciosa amiga Hestia.

Pero Fabian sobrepasaba esos limites de protección.

El se excusaba diciendo que era normal, pero solo había que sumar dos más dos para darse cuenta de lo que realmente pasaba.

Claramente, Fabián Prewett nunca admitiría sentir algo por su mejor amiga.

La voz de su mejor amiga sonó en la habitación devolviendo a la realidad.

No te quejes, que ayer te lo pasastes muy bien con la rubia de huppelpulf- contestó Hestia.

Fabian arqueó una ceja ¿acaso había notado una pizca de celos en la voz de su mejor amiga?

Por un motivo que ni el queria reconocer y desconocía en aquellos momentos, su corazón empezó a latir con un poco más de rapidez de la cuenta de lo usual.

No fue hasta que Hestia se levantó de encima suya y se dirigió a sus amigos que reaccionó.

Se abofeteo mentalmente.

Hestia solo era su amiga ¿cierto?

Esa pregunta sonaba en su cabeza mientras caminaba hacia el gran comedor con sus amigos hasra que unos toques en la cabeza lo volvieron a sacar de sus pensamientos, por tercera vez consecutiva en aquella corta mañana que llevaba.

Eh tio ¿donde anda esa pequeña nuez? - bromeó Mason.

Fabian sonrió.

Pasarían los años y Mason siempre encontraría la manera de combinar su preocupación y la atención a sus amigos con su sarcasmo característico.

¿Como sabes cuando te gusta alguien?- respondió a través de una pregunta.

Casualmente, Mason, que miraba distraidamente a los alumnos que se aglomeraban por los pasillos, posó su mirada en Malia, la hermana pequeña de sus mejores amigos, durante unos instantes.

Finalmente, miró a su mejor amigo y colocó una mano en su hombro hasta que respondió:

-Ya iba siendo hora de que te dieras cuenta de que te gusta Hestia.

Y otra vez se quedó sumergido en sus pensamientos mientras Mason iba hacía donde se encontraba la pequeña pelirroja de once años.

¿Porque tan sola?- preguntó como saludo.

Si Malia se había asustado por la repentina aparición de Mason, no dio muestras de ello.

Hola a ti también Mckinnon- respondió.

Me encontré con Hestia por el camino que venía algo pensativa y mis amigos siguieron hacia delante- añadió mientras comenzaban a caminar juntos.

Parece que no es la única pensativa hoy- responde el rubio mientras le pasa un brazo por los hombros y la gira disimuladamente hacia donde su gemelo Fabian se encontraba, como había cogido costumbre esa mañana, sumergido en su propia burbuja.

No obstante, la acción de Malia fue muy distinta a la que Mason se esperaba.

La pelirroja sacude la cabeza de forma negativa como respuesta.

Aún les queda mucho camino por recorrer para darse cuenta de que deben estar juntos- responde abriendo las puertas del gran comedor.

¿y tu pelirroja? ¿Crees que algún dia encontrarás a alguien que te sumerga tanto en profundos pensamientos?- bromea su "hermano" mayor.

Malia niega al instante y fija la mirada en un punto específico al final de la mesa de los leones donde se encuentra James intentado entablar una conversación, mas bien siendo ignorado, por su amiga Lily Evans.

No lo creo, por lo menos hasta un par de años no me veo en el plan romántico, hasta entonces, tendré que cuidar que mi mejor amigo miope no tropiece en ese camino- responde como despedida.

Mason suelta una pequeña risa al ver como James es llevado por un tirón de orejas por la Prewett hasta donde se encuentran sus otros amigos.

Pelirroja, si crees que no encontrarás el amor, te equivocas, me da a mí que ya lo has encontrado- musita al aire.

...

Molly Prewett se encontraba haciendo la ronda con su mejor amiga, Mery Jhonson.

A diferencia de su hermano pequeño, Zack, Mery, una tejona a honor, era una de las mejores personas que podía existir en el mundo.

Por eso había encajado desde el primer momento con Molly.

《Molly acababa de subirse al tren tras haberse despedido de sus padres y hermanos pequeños.

Y pensar que el año que viene tendría a sus pequeños gemelos correteando por los pasillos...

Y que en tres se encontrarían los últimos Prewett.

La pelirroja de doce años quería llorar de felicidad y de abrumacion solo de pensarlo.

Haberse quedado despidiendo de su familia tanto tiempo no le había venido bien pues todos los compartimentos estaban ocupados desde hace largo rato.

Podría ir con sus compañeras de habitación o con Axel, un ravenclaw que conoció el año pasado y que se había convertido en su mejor amigo.

O con Arthur Weasley.

Al pensar en el pelirrojo de ojos miel se sonroja por completo.

Sacude la cabeza para ahuyentar la vergüenza que le daría encontrarse con el susodicho en esos instantes, y toma rumbo en busca de un compartimento.

Va tan distraida mirando que compartimentos libres hay que se da bruces contra un equipaje abandonado que supone perdido al verlo en mitad del pasillo vagón.

Joder, mira que dejarlo aquí abandonado... - se queja en voz alta.

¡Perdón! ¡Perdón, perdón, perdón! ¡Estaba metiendo a mi lechuza y se me había olvidado meter el equipaje!- exclama una voz chillona detrás suya.

La leona se da la vuelta y se encuentra con una castaña de ojos azules con una cara de preocupación y mirada intensa.

Molly no sabe porque, pero ver esa expresión, le hace reir fuertemente.

La tejona, ya que lleva el uniforme de la casa de huppelpulf, le mira confundida.

Perdón, parecías preocupada- explica Molls.

Eso parece recordarle algo a la chica.

¡pues claro que lo estoy! ¡seguro que te has hecho daño!- responde.

Y sin saber como, la tejona carga todo su equipaje, no sin antes sacar un botiquín de primeros auxilios.

Molly ve que se ha hecho un buen moratón en la pierna y accede a que la castaña se lo cure, aunque duda que pueda curar bien una niña de doce años.

Claramente la juzga mal pues en cuestión de segundos el moratón ha desaparecido.

¿Cómo lo has hecho?- pregunta asombrada.

Mi madre me enseñó desde muy pequeña a cuidar las pequeñas heridas, ya que solía golpearme constantemente, adoro la medicina y todo la salud, la verdad que me gustaría mucho ser medimaga de mayor- confiesa abochornada la ojiazul.

A diferencia de como la tejona espera que Molly reaccione, esta solo amplía su sonrisa.

Es impresionante que tengas tan claro ya lo que quieres hacer- responde.

La castaña sonríe antes de golpearse fuertemente la frente.

¡Por merlín no me he presentado! ¡Soy Mery Jhonson!- dice enérgicamente mientras le tiende la mano.

Molly le acepta sin titubear la mano.

-Molly Prewett, un placer.》

Desde aquel entonces, la amistad de aquellas dos solo había ido en progreso.

Ambas eran una caja de sorpresa para la otra, y curiosamente, el incesante parloteo y la energía de Mery combinaba a la perfección con la tranquilidad y perfección de Molly.

Porque, hay ocasiones, en las que las personas que mejor funcionan juntas, son las que se complementan entre ellas.

Aquella lección la habían aprendido a lo largo de aquellos cuatro años de amistad entre ellas.

Junto con Alex y Louis.

Por puro capricho del destino, todos eran de casas distintas.

Louis, era un orgulloso Slytherin, que cuando Molly lo conoció, a primeras vio un prepotente, y luego comprobó lo adorable e inofensivo que era aquel chico.

Alex era un ravenclaw orgulloso, tímido pero con ocurrencias divertidas que siempre sacaba de apuros a sus amigos.

Mery era la huppelpulf que le ponía demasiada energía en todo, incluso en el Quidditch, sin duda alguna, era la mejor bateadora de la generación en huppelpulf.

Y por último, Molly, que siempre había querido ser una prefecta perfecta, unida a los leones, y que curiosamente, sus mejores amigos eran de otras casas.

Eso no significaba que no se juntara con los de su casa, no por algo su novio era de la misma casa que ella y sus compañeras de cuarto eran igual de importantes que sus otros mejores amigos.

Pero como la lección que aprendieron se podía aplicar, especialmente a ellos.

En ocasiones, las personas funcionan mejor cuando se complementan.

Por eso Molly estaba tan agradecida de tener a tales amigos.

Recordar todos los momentos con ellos y como se conocieron la pusieron especialmente feliz.

Hasta que vio una cabellera roja como la de las brasas inconfundible acompañada de una azabache despeinada.

Ya sabía de la extraña amistad de su hermana pequeña Malia con el miope, que realmente se llamaba James Potter.

Y por mucho que quisiera a su hermana, no podía dejarla sin más en un pasillo con su mejor amigo a altas horas de la madrugada.

Debía ejercer su función como prefecta, sin peros algunos.

Por lo qu fue tras ellos y cuando les iba a tocar la espalda para llamarlos, se fijó en algo.

Eran muñecos.

Muñecos idénticos a aquellos dos.

No entendía porque, pero al girarse, vio a su mejor amiga, Mery siendo agarrada por el joven Potter y a Malia riendo.

Entonces cobró sentido toda aquella situación extraña.

Aún así era demasiado tarde.

El líquido pegajoso se esparció rápidamente por todo el cuerpo de la prefecta.

la táctica abeja- musitó su hermna antes de salir corriendo con su mejor amigo.

Mientras su mejor amiga intentaba aguantar la risa porque dos niños de primero se la hubieran jugado y Molly intentara quitarse el pringue, aún se podía escuchar las carcajadas de aquel combo mortal.

Extrañamente, Molly también reía.

No solo porque acababa de ver que su propia hermana ya tenía alguien que la complementaba como lo hacia Arthur, Mery o sus amigos con ella, si no que también había recordado aquel día en el que se creó "la táctica abeja."

《Era un domingo de verano.
El sol brillaba en todo su esplendor, dando sus primeros rayos en el jardín de los abuelos de los Prewett.
Thomas y Pauline eran los abuelos más afortunados del mundo.
Eran los únicos que tenían los últimos descendientes prewett, ya que los padres de Jackson habían muerto en la guerra de Grindelwald.

Aun así, Jackson siempre los recordaba como unos heroes.

Y sus hijos, que no conocieron a sus abuelos paternos, los querían como si llevaran una vida con ellos.

Pero sus abuelos maternos si estaban en el mundo, y los malcriaban como sus padres no lo hacían.
Thomas y Pauline eran incapaces de decirles que no a sus nietos, les preparaban todas las tartas y dulces que quisieran y jamas podían negarse a estar con ellos y disfrutar de cada segundo a su lado.

Por eso, cuando Amber y Jackson debieron marchar una semana de negocios en verano, estos, aceptaron encantados de quedarse a cargo de sus nietos.

Los cuales, se encontraban correteando por el jardín.

Molly, la mayor, de nueve años, saltaba a la comba, un artilugio muggle que su abuela le compró en un mercadillo de Londres dos días atrás cuando la pequeña se quedó prendada del objeto.

Gideon y Fabian jugaban con dos espadas de goma e iban vestidos con dos batas de su abuelo, que actuaban como armaduras.

Y Alec molestaba a su hermana cogiendole de las trenzas mientras esta intentaba descansar y disfrutar del sol.

Lo que era imposible.

Aun así, el ambiente desprendía tranquilidad.

Los abuelos disfrutaban de sus nietos mientras tomaban una limonada cuando escucharon el grito de Alec.

No supieron en que momento pero Fabian había agarrado a Malia y Gideon reía en el suelo del pringue que desprendía su hermano pequeño, mientras Molly miraba atentamente al muñeco que no sabía de donde había salido que era idéntico a Malia.

¡esto es la tactica abeja!- proclamaron los gemelos.

Alec pegó una patada al suelo, un gesto característico de sus berrinches.

Y el caos comenzó cuando Alec se abalanzó encima de sus hermanos que, por consecuente, también acabaron pringados.

Los abuelos no podían aguantarse más sin reir.

Tan distraídos andaban que no fue hasta que notaron el peso de cinco pequeños que no eran otros que sus nietos que se dieron cuenta de lo que era realmente la táctica abeja.

Una táctica para que, si había algún problema, todos se ocuparían de ello.

Realmente no era muy complicado verle el sentido, Alec estaba molestando a Malia, y fabian salió en su defensa, Gideon, que nunca se supo de donde sacó el peluche y el liquido pringoso se encargó de rescatar a su hermana pequeña mientras Molly agarraba a Alec.

Y luego todos acababan pringados por la abeja.》

Molly ahora reía de la estúpida enseñanza incoherente que le buscaron a aquel momento.

Sin embargo, aquella noche durmió con una gran sonrisa en su rostro.

Recordar momentos de su familia tanto como vivirlos, era una de las cosas que más disfrutaba aquella pelirroja.


...


La clase de pociones era impartida por el profesor Slughorn.

Un hombre que rondaría entre la edad media, de pelo castaño ennegrecido, dejando entrever algunas canas recientes, su piel, a juzgar por su cara, tenía mucha historia, pues algunas arrugas comenzaban a marcarse, y sus manos ante el tacto eran ásperas.

Tenía unos ojos grises caóticos y una sonrisa bonachona que era medianamente tapada por un pequeño bigote acompañado de una pequeña barriga sobresaliente.

A primeras podía parecer un buen hombre, y no es que no lo fuera, pero no era tan imparcial como los alumnos esperaban y siempre dejaba ver sus preferencias en los alumnos.

Y gracias a merlín que no tenía nada que ver con la sangre que tenía cada alumno.

Más bien se guiaba por la capacidad y la virtud del alumno al desenvolverse en la materia...

O por la rama genealógica.

O eso supusieron al notar el desastre que Sirius era en pociones y que aún asi no paraba de decirle que estaria encantado de tenerlo a partir de quinto grado en el club de eminencias.

Un club prestigioso que Slughorn montaba con la élite exquisita de inteligencia.

Por ello, a Alec ya le había caido mal.

No puede ser que sea un profesor tan superficial- se quejó.

Vamos, si a ti se te dará bien la asignatura, ya verás- animó Skyler.

Malia soltó una pequeña risa con David, su pareja en pociones.

El barullo incesante que habían creado los alumnos ante sus conversaciones cesó cuando el profesor entró en el aula.

Alec entrecerró los ojos ante la sonrisa del profesor pero tan solo se limitó a soltar un largo suspiro cuando este comenzó a escribir con la tiza mágica en la pizarra.

Muy buenas a todos alumnos, a lo largo de este curso, ya que está comenzando a acabar, he podido comprobar quienes tienen la virtud y la sutileza para esta interesante materia- anunció el profesor.

Por lo que, haré parejas para que personas que van especialmente bien en la materia ayuden a otras que...- comenzó a decir pero se detuvo para pensar en las plalabras correctas.

Son un completo desastre- finalizó Sirius.

La clase soltó una pequeña risa unida mientras el profesor sonreía levamente.

Todas las personas pueden mejorar señor black, todas las personas pueden- respondió el profesor.

Sirius pasó olimpicamnete del tema y se pasó el resto de la charla lanzándole trozos de pergamino a Peter que estaba delante suya.

Por ello mismo, he creado unas parejas que serán así hasta quinto grado, donde los TIMOS decidirán si sois aptos para seguir en la materia.
Sin más dilación, tenéis las parejas en la pizarra, una vez que estéis situados, os escribiré el proceso de la poción que tendréis que preparar para mañana- dijo como últimas palabras.

La tiza dejó de escribir a la par que los alumnos se levantaban en tropel en dirección a la pizarra.

James soltó un pequeño grito de júbilo.

¡nos ha tocado juntos Lilyflor!- exclamó feliz.

Sirius se llevó la mano a la frente.

Quejicus...- protestó.

No era sorpresa que James o Sirius odiaran a Severus Snape.

Todos lo sabían por las infinitas bromas que había podido sufrir el pequeño Slytherin a lo largo del curso.

Todos, menos Slughorn.

O simplemente le gustaría ver como la clase acababa estallando.

Malia se quedó mirando fijamente el nombre que fijaba al lado suya.

Evan Rosier.

¿Quién nargles era Evan Rosier?

Creo que somos pareja- dijo alguien detrás suya.

Al girarse vio a un chico de pelos azabaches como los de su mejor amigo y unos ojos verdes hipnotizantes, una piel medianamente pigmentada morena, unos hoyuelos que acompañaban a unos dientes blanquecinos que contrastaban con su piel fina y lisa con su nariz chata.

Malia tuvo que parpadear dos veces para asegurarse de que no era un modelo de la revista del corazón de brujas o de alguna revista de medimagos que cuidan los dientes.

Ah, si, soy Malia Prewett- se presentó tras haberlo analizado.

Evan Rosier, aunque supongo que ya lo sabes- bromeó el chico.

Malia esbozó una pequeña sonrisa mientras se dirigía a la mesa seguida de su nuevo compañero.

Sirius, que estaba sentado detrás suya con Snape, no pudo evitar quedarse mirando al chico que acompañaba a su amiga.

Malia notó que era observada por alguien asi que se giro.

¿Que pasa Sirius?- preguntó.

No obstante, la única respuesta que recibió por parte del ojigris fue el silencio.

La pelirroja frunció el ceño y se giro de nuevo hacia delante sin comprender aún la actitud de su amigo.

Sin notar que estaba siendo observada de reojo por su compañero.

Bueno alumnos, tal vez hagamos algún cambio a lo largo de los siguientes cursos pero os aseguro que funcionareis muy bien todos juntos, ahora, pondré las instrucciones para elaborar la poción de solución de hipo, tienen todos los ingrefientes en los armarios ¡A trabajar!- ordenó.

Bien, yo iré a por los tubos de ensayo y las probetas, si quieres- dijo Evan.

La leona asintió y se dirigió al armario en busca de los ingredientes que estaban escritos en la pizarra.

Cuatro bezoars, una ramita de olivo, sal cristalina...- comenzó a nombrar en voz alta.

Evan era mi mejor amigo- soltó alguien a espaldas suya.

Mal no pudo evitar sobresaltarse y de no ser por la agilidad de Sirius, los ingredientes habrían acabado completamente inútiles.

¿Qué?- preguntó Malia confundida.

Sirius se rascó la nuca.

Te explicaré después de clases- prometió el Gryffindor.

Su mejor amiga asintió y se dirigió de nuevo a la mesa donde su compañero ya organizaba los tubos.

Vale, aquí dice que tenemos que trocear la rama de olivo y exprimir el jugo de los bezoars mientras se calienta la sal cristalina a doscientos...-  dijo Evan.

Pues en marcha, yo me pongo con el jugo de los bezoars que es complicado- se ofreció la chica.

Perfecto, seremos buenos compañeros si nos va así- comentó Evan.

Malia le dio la razón mientras comenzaba a hacer su labor.

Una vez dispuestos, fue incapaz de no observar al slytherin.

¿Porque Sirius y Evan habrían dejado de ser amigos y ahora Sirius le mirara con tanto odio?

Ni siquiera parecía un mal chico.



...






Bien, continuaremos en la siguiente clase, las pociones llevenlas al armario donde serán guardadas, no olviden poner las etiquetas- dijo Slughorn.

Ha sido una buena clase- le dijo Malia a su compañero.

Sin duda, me gusta que seas mi compañera Malia- corroboró el slytherin.

Malia sonrió.

Sisi todo muy bonito, me la llevo- interrumpió Black.

Evan ni siquiera se inmutó simplemente alzó una mano en señal de despedida mientras veía como Malia y Sirius se perdían por los pasillos.

Oye, que había quedado con el miope- se quejó la chica.

Vamos, estará entretenido con la pelirroja- justificó.

Y era cierto.

A lo largo de la clase de pociones, James no había parado de molestar a aquella pelirroja, Evans.

Malia aún no entendía que tan obsesion podía tener una persona con otra que apenas conocía.

¿Tan estúpido volvia el amor a las personas?

Si así era, ella no quería comprobarlo.

Chask, chask.

Los sonidos de unos aspavamientos delante de malia la volvieron a la realidad.

¿En que pensabas zanahoria?- preguntó su amigo.

En que el amor vuelve estúpidas a las personas, o eso creo. O por lo menos cometemos estupideces cuando nos enamoramos o actuamos de manera extraña, creo.- respondió.

Sirius asintió aún analizando la respuesta de su amiga.

Malia solía perderse divagando en su mente en tantas ocasiones que de vuelta de su desconexión tenia ocurrencias extrañas o pensamientos profundos.

¿No estarás tu enamorada verdad enana?- le pinchó su amigo mientras le apretaba los mofletes.

Claramente no- respondió apartando de un manotazo las manos de su amigo.

Eso, que yo no me entere de lo contrario que el tío se las vera conmigo- le defendió su amigo.

Sirius al igual que todos los amigos de Malia empezaban con su carácter protector compulsivo y celoso a muy temprana edad.

Malia y Sirius siguieron caminando hasta llegar a los jardines exteriores de Hogwarts.

Caminaron y caminaron derivando en conversaciones triviales hasta que Malia recordó el porque estaban allí.

¿Tu no tenías que contarme porque Evan y tu dejasteis de hablaros?- cuestionó la medio metro.

Cierto, muy cierto- suspiró su amigo.

Sirius se sento en el césped recien cortado mientras daba unas palmaditas al suelo de al lado suya haciendo referencia a que Malia se sentara con él.

La chica accedió pero se arrepintió al instante al notar como su piel se estremecía y se ponía como la de una gallina ante el tacto de sus piernas levemente desnudas por cierta parte con el cesped recien cortado, pues no paraba de pinchar su piel.

Así que optó por subir las piernas encima de su mejor amigo.

Este no rechistó, si no que busco una postura más cómoda para su amiga.

Bueno... creo que es una historia muy larga pero podría resumirla- dijo el pelinegro.

Podría escucharla entera, ya sabes que no tengo problema alguno en ello, pero me da a mi que esa historia es para otro momento -supuso su amiga.

Apenas llevaba un año de conocer a Malia, y Sirius seguía admirando y sorprendiéndose ante la capacidad de Malia para adivinar en que situacion se encontraban las personas y como mejor sobrellevarlas.

Es un don- dijo un día ella.

Es un fastidio, pareces una loca de esas adivinas como la profesora Cintia de adivinación- contestó Gideon.

Aquel dia gideon fue a la enfermería porque su hermana le había tirado al lago negro y se encontraban en pleno invierno por lo que cogió un grave resfriado, que gracias a merlín, no causó una pulmonía.

Sirius asintió y se dispuso a contar brevemente la historia.

Los Black son una familia muy respetada en el mundo mágico como sabrás- comenzó su amigo.

En esta ocasión fue Malia la que asintió acorde a su amigo.

Había visto en innumerables ocasiones como los Black eran noticia en el periódico el profeta o como eran mencionados en las reuniones de negocios de sus padres.

Los Prewett también eran considerados de los sagrados veintiocho, pero la pelirroja sabia que sus padres no tenían las ideas elitistas y puristas de clase alta que llevaban otras familias puras como las del linaje Black.

Pues bien, sabrás que los Rosier también lo son- continuó el morocho.

Desde muy pequeños Evan y yo coincidimos en todas las reuniones que los Rosier y los Black organizaban pues son familias muy cercanas, por lo que desde muy pequeños, Evan y yo fuimos muy amigos.

Pero con los años yo me empecé a dar cuenta de que todas esas reuniones tenían ese aire etilista que repudio, así que comence a mostrarle mis quejas a Eban, quién se encontró en desacuerdo conmigo.
Ante tales ideas distintas, simplemente nos distanciamos, y creo que el tomó un mal camino o decisión por eso no me gustó verle contigo hoy.- concluyó.

Malia analizó bien las palabras de su amigo.

Sabía que no le había mentido pero, bien sabía que esa historia guardaba mucho más de lo que aparentaba.

Tan solo tenían once años, una simple discusión era el pan de cada día.

Sin embargo, accedió a dejarlo estar y disfruto de una gran tarde con uno de sus mejores amigos junto con el té que Hagrid, el guardabosques al cual le hicieron una visita en mitad de la tarde, les ofreció.

Tiempo al tiempo- le enseñó su abuela Pauline cuando era muy pequeña.

Tiempo al tiempo.












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