Narra Marco.
Pase 5 dias recluido en un departamento que me regalo mi padre, lo peor es que no me salve de llamadas eroticas de mi sensual omega y es que es tan lujurioso que causas sensaciones desconocidas en mi.
Claro que no me salve de muchos insultos, por que, en sus palabras soy "un alpha cobarde que se le esconde el pene cuando debe usarlo". Intente explicarle por que no me quede, pero esta muy enojado y no le intereso.
Mis padres me dijeron que es mejor que me quede aqui por un tiempo... Sii! Me echaron de mi peopia casa señores. Dijeron que ahora que Armando es mi alma gemela, no podemos vivir juntos, por que somos muy jovenes y blablabla.
Marque el nunero de Armando en mi telefono.
- ¿Que quieres?- pregunto cortante sin saludar.
- Mi madre me dijo que tu celo acabo ayer ¿Por que no me comentaste nada?-
- Por que no es de tu incumbencia... al fin y al cabo no lo pasaras conmigo y sera mas doloroso.- recrimino.
- ya te dije que lo siento.- rodee los ojos.
- Ya te dije que no me importa.-
- Dejame compensarte y ven a cenar a mi departamento- invite orgulloso del lugar.
- Marco... no te hagas el ambientero... te lo regalo tu padre, y me invitaras a ver Netflix y ¿ Sabes que es lo peor? VEREMOS NETFLIX DE VEEEERDAD, no sera una excusa para follar.- dijo molesto.
- ¿es que solo te interesa eso? - dije enojado.
- No, es que parece que a pesar de ser tu alma gemela, no te causo ni el mas minimo interes o deseo... de nada. No me esperes.- dijo y corto.
Tan bello, esbelto y sensual que es mi omega y aún así cree que no tengo interés en el.
Claro que quería marcarlo... pero no sin haber preparado lo que el se merece.
No quiero que se repita la situación del camping, osea... fue genial... fue la primera vez que intimamos, pero no había preparado nada romántico para el.
Volví a marcar su número.
- ¿Que?- dijo.
- Te quiero- susurre.
- ohhh ¿por qué eres tan endemoniada mente dulce?- dijo.
- ¿vendrás a verme?- pregunte.
-si a las 4.- dijo.
- Te espero bonito.- dije y corté el teléfono.
Narra Armando.
Y aquí me encuentro todo sonrojado y emosionado por que Marco me dijo "te espero bonito" deberían golpearme.
No puedo creer que yo haya tratado tan mal a este chico, que es sin duda alguna, la dulzura en persona.
Eran las 3 de la tarde, me fui a bañar y a cambiar, realmente no me puse nada sensual por que dudo que valla a pasar algo más de lo planeado. Un pantalón de Jean, una remera roja, zapatillas a juego y un buzo.
A las 3:45 de la tarde estaba listo, y le avisé a los padres de Marco que iría a ver a su hijo.
- Armando.- me llamo su madre.
-¿sí?-
-Nosotros estamos de acuerdo en que tu y mi hijo sean almas gemelas, siempre lo hemos apoyado, también lo apoyamos cuando TU eras su pesadilla personal, no lo arruines por que nosotros no volveremos a apoyarte a ti.- dijo.
- S...si- dije.
Di media vuelta y me fui de allí.
Ya lose... ya lose... ¿quién mejor que yo para saber y recordar todo lo que le hice a Marco?
No sé en que momento comencé a llorar, ni cuanto tiempo camine, pero estaba frente al edificio de Marco.
Me seque la cara y tome un poco de aire.
El portero me dejó pasar, debido a que el ya le había dicho que vendria.
Subí por el ascensor y toqué la puerta de su departamento.
Al abrirla me encontre con Marco envuelto en una toalla.
- Hola alfa- dije.
El sonrió y junto nuestros labios.
- Bonito, no estés triste- dijo
¿ Como demonios lo sabe ? ¿ lee la mente?
Me tomo del brazo y me hizo entrar.
El lugar era lindo.
- vamos a mi cuarto, voy a vestirme.- dijo.
Asenti.
Me senté en la cama del cuarto mientras el fue al baño a ponerse ropa interior. Luego salió y se puso un pantalón cómodo.
- ¿Que has echo esta semana aquí?- dije.
- pues... no mucho... ver series, ver películas y leer, 3 libros.- dijo contento.
Es increíble lo distintos que somos.
Me pare y camine hasta el lentamente.
- te extrañe- dije.
Lo abracé y dejé mi cabeza en su pecho.
El me rodeó con sus manos la cintura y las dejo descansar en mi espalda baja.
- yo también Armando.- dijo dando un besito en mi cabeza.
Nos sentamos en la cama, el debajo con las piernas abiertas y yo arriba.
- Sabes... jamás me imaginé ser la parte pasiva de una relación.- haciendo círculos en la piel de su pecho descubierta...
- ¿Y te gusta?- dijo inseguro.
- Solo por que tu eres la parte activa.- dije sonriendo.
- estamos muy melosos hoy.-
- tu estás meloso, yo siempre lo soy.-dijo.
- no es cierto.- dije.
- Bueno tal vez yo también extrañé a mi omega...y aun más por que estaba en celo y no paraba de llamar- recalco.
- Bueno... tal vez ese omega, realmente quería pasar su celo contigo, hasta se había preparado para ti- susurre lo último.
- ¿Tu sabías que vendría tu celo?- dijo enojado.
- si...-
- ¿Y por qué no me lo dijiste?- pregunto ofendido.
- no me preguntaste y vivimos en la misma casa.- me defendí.
- Podría haberte echo daño, sabes que aún no me controlo, lo sabes...- dijo separándose.
- no puedes enojarte por esto.- dije conmocionado.
- pues si...- dijo.
- Adiós.- dije ofendido.
- No te vallas.-
- Para que voy a quedarme, si cada comentario que hagamos será inicio de una pelea.- dije besando su mejilla .
- En serio lo siento.- dijo.
Me abrazo por detrás descansando su cabeza en mi hombre.
- ¿Te quedarás?- dijo besando mi cuello, justo donde debería estar su marca.
- si. - dije.
Narra Marco.
Soy un idiota. Solo yo echo a perder todo, cuando tienes a tu frío omega, todo cariñoso.
- ¿tienes hambre?- dijo sonriendo.
- si.- mi estómago hacia ruidos.
- estas muy Delgado - dijo.
- tal vez.-
- ¿quieres empezar a hacer ejercicio conmigo?- dijo.
- no lose.- dije son ánimos.
- bueno...-
Hicimos milanesas con puré de papas. Estaban muy ricas. Armando se sorprendió que repitiera de porción, por que según el siempre como una, ni más, ni menos de lo que me sirven... y tal vez tenga razón.
Nos sentamos a ver una película, estábamos sentado y estaba abrazando a Armando, cuando sentí que comenzó a acariciarlo mi pierna. No era cerca de mi aparato reproductor... pero... estaba más cerca que mi rodilla.
Y al cabo de un rato estaba duro... muy excitado, Armando me miró y luego miró mi entrepierna.
- Eres un maldito pervertido.- dijo riendo.
- yo... yo...- dije tartamudeando.
- shhhh! Yo lo arreglo- dijo.
Se puso de rodillas sin dejar que dijera palabra,bajo el cierre de mi pantalon abrió mis piernas, se acomodó y desde allí abajo me sonrió de la forma más sensual que hubiera visto.
Creo que mi erección creció 1000 veces más.