¿Es obvio, quien es el Alfa y quien el Omega ?

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Narra Exequiel.

Miedo. Miedo es lo que me provocaba toda esta situación, tengo temor a que este hombre se sobre pase conmigo, terror a que me mate cuando lo aburra.

Y desde que no está me la he pasado llorando como una Magdalena, en este cuarto solo hay un tele y nada de ventanas.

La puerta se abrió y me seque las lágrimas.

- Hey ¿Estas bien? ¿Alguien te hizo algo?- dijo preocupado.

Negué intentando contener mis hipidos.

- ¿Por qué lloras entonces ?- dijo.

- no, no es nada.- dije.

- Nadie te hará daño.- dijo tranquilo.

- Escucha, tengo una reunión esta noche y serás mi acompañante.- dijo seriamente.

- si.- dije.

- en un rato vendrá un diseñador a tomar tus medidas y ver que tiene para ti.- dijo.

Y efectivamente entró un hombre y tomo todas mis medidas, incluso la de mis pies y 4 horas después me trajeron un traje verde con detalles plateados y unos zapatos negros bien lustrados.

- Estas precioso Chico.- dijo orgulloso.

- gracias- susurré.

- ahora solo falta el cabello!- miro extrañado mi pelo negro.

- hay que cortarlo.- dijo.

Estaba inseguro, pero que iba a decir.

Y media hora más tarde mi cabello caía al costado izquierdo y del lado derecho tenía un rapado con un bonito diseño.

- Oh me encanta.- dije sonriendo.

- estás prexiosooooo- dijo

- muchas gracias.- sonreí.

- Ohh ya es hora debemos ir con tu hombre.- dijo viendo su relog.

- Es mucha molestia si pregunto...¿Qué hora es?- dije con miedo.

- tranquilo, yo no muerdo, son 12:30, media noche.- dijo y guardo su relog.

Salimos del cuarto a una gran casa donde solo hay pasillos, pasillos y más pasillos.

- ¿Cómo sabes ubicarte? Esto es un laberinto.- dije confundido.

- me se ubicar por qué trabajo aquí desde los 17 años y tengo 25, una vida entera.- dijo sonriendo.

- claro.- dije.

Bajamos por una escalera y en el pie de esta se encontraba Farlan.

- oh! Estas precioso! Es perfectoo!- dijo contento.

Me sonroje y susurré un inaudible "gracias"

Me tomo de la mano y ambos subimos al auto.

La verdad que fue un viaje bastante incómodo, no por algo en especifico, sino por qué no conozco a esta persona.

Al llegar a destino el chófer lo anunció y ambos bajamos del vehículo.

Era una casa, una mansion, bellísima, había luces y el jardín estaba decorado, personas centadas en bancos, charlaban muy tranquilos.

- No se te ocurra pedir ayuda por qué no te la darán y me avisarán de inmediato, y tu también de inmediato irás a parar a un burdel o a un descampado.- dijo serio.

Asentí seguramente tembloroso del miedo.

Agarro mi mano fuertemente y comenzamos a caminar, las mujeres y hombres acompañantes me miraban mal, sin embargo cuando se acercaban a saludar lo hacían con cortesía, Farlan recibía muchos saludos, invitaciones y alguna que otra propuesta para un trío.
Si ! Esta gente no tenía vergüenza!