Esa noche, Kuramochi decidió llevar a cabo un pequeño plan para sacar la verdad.
Por impulso había apostado más dinero del que se podía permitir, pero no sólo eso, sino que había salido una película que se moría por ver, y si no acababa con la apuesta pronto, no podría ir a verla.
Con ayuda de su novio compraron algo de cerveza y luego la llevaron al dormitorio sin que nadie se diera cuenta. Sawamura no parecía el tipo de persona que bebía, así que seguramente con un par de tragos empezaría a hablar.
Por si acaso, decidieron no invitar a Miyuki, a diferencia del pitcher, no era tonto y seguramente los detendrían en cuanto supieran que algo malo estaba pasando.
— ¿Listo para darme todo tu dinero? —Le pregunto Ryo a su novio mientras le entregaba las cervezas.
— Si esos dos estuvieran saliendo lo hubiera sabido hace mucho, por otra parte, ¿Estas seguro de que es una buena idea meter cervezas al dormitorio, Ryo?
— Está bien, los de tercero lo hemos hecho desde primer año, luego te diré donde deshacerte de las botellas. Sólo asegúrate de que Sawamura no salga, ¿Puedes hacer eso?
— Si.—Kuramochi tenía algo en mente y decidió que si iba a haber un momento para preguntarle esto, este sería el mejor, pero aún así, aunque estaban saliendo, Youichi no podía evitar sentir un nudo en la garganta cuando hablaba con su novio.— Oye, Ryo, ¿Qué harás si ganas el dinero?
— ¿Hmph? ¿Ya te dio miedo?
— No, no es eso, sólo curiosidad.
— Haruichi rompió su bate de madera, otra vez. Así que supongo que iré con eso. Realmente no necesito el dinero pero me estaba matando el aburrimiento.
"Un brocon, hecho y derecho" Pensó Kuramochi, claro que nunca se lo diría.
— ¿Quieres subir la apuesta?
Ryo levanto una ceja, claramente interesado.
— ¿Qué tienes en mente?
— Si yo gano, hay una película que quiero ver, tendrás que usar tu día libre para ir conmigo, ¿Qué te parece? —Pregunto Kuramochi, sin poder evitar desviar la mirada. Aunque llevaban un tiempo saliendo, casi no habían tenido ninguna cita gracias a los entrenamientos. En si la película no era nada del otro mundo, pero era una de las pocas a las que Ryo le mostró interés. Aún así...no podía evitar estar nervioso...
— Claro.
— ¡¿En serio!? —Solto Kuramochi.
— Si. Aunque si pierdes vas a tener que dejar que te tome unas fotografías con el uniforme de porrista de Seidou.
La pura imagen le helo la sangre a Youichi, sin embargo sabía que lo peor de ese escenario no sería eso, sino la reacción de sus compañeros de equipo, y tal vez la escuela entera.
— S-si, está bien.—Fue su culpa por darle la oportunidad a su novio de torturarlo.
Aún así, Kuramochi se sentía optimista, y una pequeña sonrisa escapo de sus labios al imaginarse su próximo día libre.