Ernesto había invitado a cenar a Calle y a Poché porque tenía algo importante que contarles y las chicas no habían podido negarse. Llevaban varias semanas sin verlo porque la universidad estaba consumiendo el tiempo de todos y dejándoles solamente espacio para respirar, así que apenas tuvieron un tiempito libre decidieron juntarse para ponerse al día.
Cuando Daniela y María José llegaron al restaurante notaron de inmediato que Ernesto estaba acompañado y que el "algo importante" que tenía que contarles era más bien "alguien importante".
- ¡Hola niñas! - le dio un abrazo a cada una - Os presento a Facundo. Facu, Calle y Poché.
- Un gustazo, Ernesto me ha hablado muchísimo de vosotras - el chico les dio un abrazo cariñoso.
- Me gustaría decir lo mismo, pero literalmente es la primera vez que escucho tu nombre - María José le acercó la silla a Dani, luego se sentó y miró a su mejor amigo con una ceja alzada - así que me gustaría una introducción apropiada.
Facundo soltó una carcajada, lo que hizo que Ernesto empezara a reírse.
- A ver, que tampoco es algo que lleve mucho tiempo - Ernesto le tomó la mano a Poché y le plantó un beso en los nudillos - estaba esperando a ver si era algo formal o no.
- Estaba esperando a ver si yo era digno de presentar o no - Facundo hizo la aclaración - y obviamente lo soy.
Los cuatro rieron al mismo tiempo y María José le guiñó un ojo a Ernesto como diciendo "ya me cae bien".
- Quiero toda la historia - Calle apoyó los codos en la mesa - mientras más detalles, mejor.
- ¿Os acordáis que después de la cena el día que os comprometisteis me tuve que quedar un rato en el restaurante porque había habido un problema con uno de los meseros?
- Ah sí, porque le habían intentado vender una botella a Pipe y se supone que eso estaba prohibido - Poché recordó el episodio.
- Bueno, cuando salí del restaurante y me subí a mi uber este capullo estaba adentro - Ernesto miró a Facundo y esbozó una sonrisa que le iluminó el rostro - entre tanto caos me equivoqué y elegí la opción de uber pool, y pues nada, conversamos todo el camino hasta que llegamos a su hotel y antes de bajarse me pidió mi celular.
- O sea, directo al grano - Dani le comentó al rubio.
- Joder, que si uno se encuentra al amor de su vida en un uber en París tiene que ser mazo de estúpido de no pedirle el número ¿No? - Facundo le tomó la mano a Ernesto.
- A ver, a ver - María José puso las manos con fuerza en la mesa - ¿Amor de tu vida?
- Mira pelos locos, tú te enamoraste de Calle por escucharle la voz, así que no puedes decir nada - Ernesto la regañó entre risas - ¿Puedo seguir con la historia?
Poché sonrió y asintió.
- Vale. Pues bueno, le di mi celular, el tío no me habló como en dos semanas y yo pensé que había sido una alucinación o alguna cosa así porque coño, conversamos de mil cosas y cuando nos despedimos no queríamos despedirnos y ya saben ... cosas gays - el rosto de Ernesto se tornó rojizo y bajó la mirada por un segundo - la cosa es que el día que entré a clases me llegó un mensaje de un número desconocido que decía "mira la vida dónde nos vuelve a encontrar" y pues yo súper paranoico sin tener puta idea de quién era empiezo a mirar pa todos lados y lo veo apoyado en la entrada del edificio de ingeniería.
- No te creo - Daniela lo miró escéptica - es demasiado hermoso para ser real.
- Le he dicho que deberíamos patentar la historia y la mandamos a Disney para que la hagan película - Facundo comentó muy serio.
- ¿Os vais a callar para poder terminar de contarla? - Ernesto giró los ojos fingiendo molestia y los chicos guardaron silencio - Me acerqué a saludarlo, nos dimos el abrazo más awkward de toda la historia y me dijo que me invitaba un café, así que me salté la clase de informática, fuimos a por el café y terminé saltándome todas las clases de ese día. Le conté toda la historia con mi padre, a Facu le encanta el fútbol así que cuando le dije quién era mi papá casi se infarta y por un momento creí que iba a ser como toda la demás gente que se quiere juntar conmigo porque mi padre es dueño del Barça, pero no ... tuvo sus 5 minutos de "pero ya, en serio, ¿De verdad es tu padre?" y cuando se le pasó pudimos seguir hablando con normalidad. Estuvimos juntos todo el día, me invitó a su piso, pedimos pizza, vimos una película y cuando me iba a ir me dijo que me quedara a dormir ... y pues me quedé.
- ¡Directo al grano! - Calle soltó una carcajada - ¡Me encanta!
- O sea Ernesto, te burlas de que las lesbianas son muy rápidas para todo y mírate - Poché lo molestó.
- Vale, vale, que nosotros también somos rápidos a veces - Ernesto frunció el ceño y luego sonrió - después de ese día no volvimos a separarnos, pero yo no sabía si éramos algo o no porque Facundo no decía nada, pero era súper romántico y me compraba chocolatitos y me dejaba notitas en el celular ... pero no hablábamos de qué éramos.
- Que conste que yo no hablaba de eso porque para mí estaba súper claro - Facundo lo interrumpió un momento.
- Claramente yo no sabía esa parte - Ernesto encogió los hombros - así que un día se acercó a darme un beso mientras desayunábamos y entré en pánico y le pregunté qué éramos y me dijo "lo que tú quieres que seamos, somos" y le pregunté que qué diría si yo le dijera que quería que fuéramos novios.
- Y empecé a llorar - Facu reconoció entre risas - porque es que chicas, decidme que no estoy loco. Llega este chaval con todo el problema de su padre, que no quiere nunca en su vida decir que es gay y todo ese lío en la cabeza ... ¿Cómo esperaba que yo lo presionara a ponerle etiqueta a lo nuestro? Obviamente yo estaba cagado de miedo que si le decía que quería algo serio iba a agarrar sus cosas, se iba a ir corriendo y no lo iba a ver nunca más.
- Ok, Facundo tiene mucha razón - Poché asintió - le diste todas las razones del mundo para que no quisiera etiquetar nada.
- Eso lo entendí después - Ernesto sonrió y le dio un beso en el cachete a Facu - en resumidas cuentas llevamos 2 semanas oficial y etiquetadamente juntos.
- Ay, es que voy a llorar - Calle dijo emocionada - esto es demasiado hermoso, en serio se ven muy felices juntos y hacen muy bonita pareja.
- No saben lo feliz que me hace esto - María José suspiró y miró a Facundo - si le rompes el corazón te mato.
- Eso no va a pasar, pero gracias por la amenaza - el chico rió - ¿Y vosotras? Me dijo Ernesto que estáis preparando la boda, ¡Eso sí es emocionante!
Poché tragó con fuerza e intentó disimular su estrés lo mejor que pudo. Sabía que tenía que contarle a su mejor amigo lo que estaba pasando, incluso cuando ya había decidido no decirle nada a Dani, pero no había tenido la oportunidad de hablar con el chico.
- ¡Sí! - Calle respondió con un aplauso - Todavía no escogemos el lugar, pero ya tenemos el menú y las flores.
- A ver, espera - Ernesto la interrumpió - ¿No se supone que iba a ser un matrimonio chiquito? Yo había entendido que iba a ser para sus abuelos ¿O entendí mal?
- No, no, sí es así - Daniela comenzó a explicarle - pero al final nuestros amigos igual están allá así que mejor ya de una vez invitamos a todos.
- ¿Entonces es la boda oficial? - Facundo miró a la morena confundido.
- No ... - Calle respondió un poco frustrada - queremos hacer nuestra boda más adelante.
- Jo macho, no estoy entendiendo pero es que nada - Facu se sentó más derecho y miró a Dani sin entender qué trataba de decir - os vais a casar, pero en realidad no os vais a casar y la boda real es en un par de años ... pero estáis organizando esta como si fuera la real, aunque no sea la real ... ¿Eso?
- Mientras ustedes aclaran esto voy a aprovechar de ir al baño - Poché fingió estar riendo - ahora vuelvo.
La peliazulada fue al baño, intentó calmar un poco su mente y cuando salió se encontró con Ernesto en los lavamanos.
- Tía ... - el chico le lanzó una mirada que decía todo.
- ¿Tan obvio es?
- ¿Me puedes explicar a qué estás jugando? ¿Por qué estás haciendo esto si se nota a leguas de distancia que no es lo que quieres?
- Porque Calle quiere y no puedo cancelar todo cuando faltan tan pocas cosas - la chica suspiró - no es la boda ideal, pero es con ella.
- ¿Tú de qué vas Poché? ¿Qué es esa mierda de "no es la boda ideal"? - Ernesto levantó un poco la voz - Eres la primera que me dice que haga lo que me hace feliz y que me preocupe por mí primero y mírate ... dispuesta a casarte por la felicidad de Daniela a costas de sacrificar la tuya. Tienes un doble discurso de mierda.
Ernesto se dio media vuelta y empezó a caminar hacia la mesa.
- Ernesto, espera - María José lo tomó del brazo - no pretendo que entiendas, pero no te enojes conmigo.
- Es que ni siquiera es enojo tía, es decepción - el chico dijo molesto - Daniela te ama con toda su alma y ella misma dijo que quiere otra boda después ... ¡Dile que no quieres la boda de ahora y ya! ¿Crees que no te va a entender si se lo dices?
- No sé - la peliazulada sintió cómo sus ojos comenzaban a humedecerse - no sé nada Ernesto, ya no sé nada.
- Tranquila, a ver.
Ernesto la abrazó y volvieron a meterse a la parte de los lavamanos.
- ¿Qué es lo que te da miedo? - le preguntó más tranquilo - Y no me digas alguna tontería como "lastimarla" o "decepcionarla", porque te conozco y sé que hay algo más.
- Ernesto, estuve a nada de perderla - Poché empezó a hablar - Calle estuvo literalmente a punto de morirse y nunca en mi vida sentí más miedo que esos días en los que no se despertaba. Después pasó lo de Arístides ... y no estuve ahí para evitarlo.
- Oye, oye, oye - Ernesto la tomó por los hombros - lo que pasó no fue tu culpa. Nada de lo que pasó fue tu culpa y eso lo tienes que tener muy claro porque no puedes estar con Daniela por lástima.
- ¡No estoy con ella por lástima! ¡Estoy con ella porque la amo!
Las lágrimas caían por las mejillas de María José y Ernesto la abrazaba cada vez con más fuerza.
- Poché, te voy a decir algo que a lo mejor no te va a gustar, pero alguien tiene que decírtelo - el chico respiró hondo antes de volver a hablar - si te vas a casar con Calle porque sientes que tienes que compensarla por las cosas que han pasado, entonces no te tienes que casar. Así de fácil. Y así como tuviste los ovarios de separarte de ella para poder empezar a crear una vida aquí para las dos, entonces ten los ovarios de decirle que no estás lista ... porque amiga mía, no lo estás. Por más que intentes engañarte, tú no te quieres casar ahora.
La peliazulada rompió en llanto y Ernesto la abrazó un momento antes de decirle que se enjuagara la cara y pusiera su mejor sonrisa para volver a la mesa.
- Disfrutemos la comida, tomémonos un buen vino y mañana tú y yo vamos por un café para conversar de esto.
Poché asintió, le dio un beso en el cachete al chico y abrió la llave del agua helada para atacar la hinchazón de sus ojos antes de que pudiera ser notoria.