Un joven pelinegro se encontraba medio recostado sobre una cama de la enfermería, sus grandes brazos estaban cruzados y tenia su cabeza recargada sobre estos, Sirius estaba dormido aun lado de Casidi y parecía estar muy cansado por que no noto cuando la pelirroja se despertó.
Identifico de inmediato en donde estaba después de todo habia estado ya varias veces en esa misma posición, ella estando herida y sin ser consciente de los últimos sucesos, veía borroso por no llevar sus gafas y lo que vio en la mesita de noche la pareció distinguirlas como estas, trato de tomarlas pero cuando quiso levantar su mano noto que algo la sostenía, vio para bajo y noto el cuerpo de alguien sobre ella, tomo sus gafas con la otra mano y cuando enfoco bien, miro a lado de su cama, en ella se encontraba dormido Sirius.
Su pelo negro estaba recogido a media coleta, aun vestía su pijama y el era el que sostenía su mano, sus propias manos era la que la sostenía y su mejilla estaba recostada sobre sus dedos, los movió tratando de acariciarlo y lo sintió frío, noto que no llevaba su bata y recordó que se la habia dado la noche anterior pero ella la habia rechazado, algo apenada trato de tomar una de las mantas de la mesita de noche y posteriormente se la coloco.
Empezó a recordar que habia pasado antes de desmayarse, recordó la pelea que habia tenido y como habia entrado a la habitación de los merodeadores.
- ¿Como te encuentras? - Madam Pomfrey se acerco a ella al verla despierta - Me alegra de que despertaras necesito que tomes estas pociones - la señora le entrego unos frasquitos mientras que revisaba su vendaje - Ya sabia que eras una niña imprudente pero me habian dicho que eras lista -
- De que habla - Casidi tocio un par de veces por el sabor de la poción y noto que Sirius se removió sobre su brazo pero pareció no despertarse (aunque realmente si estaba despierto y pendiente en la conversación)
- Debió haber venido inmediatamente a verme, para curar sus heridas, se estuvo desangrando durante un buen rato, perdió fuerza y energía y por eso se ha desmayado -
- Mis heridas ¿Están bien? -
- Nada tan malo, la herida de la pierna no fue fuerte apenas la ha cortado, el problema fue la del brazo - miro su brazo - Era profunda pero no quedara marca, solo necesita reponer fuerza y se podrá ir dentro de un día -
- Ha visto a Dumbledore o Mcgonagall necesito hablar con ellos -
- Si quieres contarle quien te ha echo eso no es necesario ya saben que fue algún Slytherin pero tus amigos no supieron decirle quienes específicamente - negó, la verdad no quería hablar de eso con ellos no principalmente - De todos modos la profesora Mcgonagall no tardara en venir pero tengo entendido que el profesor Dumbledore no esta -
- ¿No esta? -
- No, ayer por la noche ha venido a preguntar por usted pero le pidió a la profesora Mcgonagall que le enviara una carta en cuanto despertara, que por cierto tendré que ir avisarle - Pomfrey recogió los frascos vacíos y los llevo a su escritorio.
Casidi pensó entonces a donde pudo haber ido Dumbledore, sabia que el anciano no le iba a dar clases de oclumancia pero no sabia que saldría del colegio.
Pomfrey se despidió y prometió volver enseguida luego desapareció y escucho como cerraban la puerta, la pelirroja respiro hondo y volvió a dar una mirada sobre sus heridas.
- ¿Como te encuentras? - la voz de Sirius la hizo darse cuenta de que el estaba despierto, el pelinegro la vio desde la silla y con una mano coloco mejor la manta sobre sus hombros, ni Casidi ni Sirius se dieron cuenta que seguían tomados de la mano, parecia somnoliento.
- Bien - Seguía molesta con ellos pero nada mas al ver el rostro recién levantado de Sirius la tranquilizaba un poco parecia que habia dormido poco- ¿Que hora es?
- Deben de ser como las 9 -
- ¿Te has quedado toda la noche? -
Sirius sonrió y empezó a mover su pulgar sobre su palma esta vez la pelirroja recordó donde se encontraba su mano y un sonrojo se apodero de ella.
- Si y también los chicos, aunque nos fue difícil convencer a la enfermera - sonrió con diversión - Fue Dumbledore el que dijo que no habría problema alguno el que nos ayudó -
- ¿Donde están? -
- Lili apareció por la mañana, pero no se ha podido quedar aun cuando quisiera, Evans no puede faltar a ninguna clase, James la siguió para asegurarse de que estuviera bien por que según el ya no podía dejar a ninguna dama caminar sola, y Remus se a tenido que ir a clases con Peter ya que el ultimo le va muy mal en transformaciones y ninguno se puede dar el lujo de perderlas - Sirius se quedo callado pensando en si decir o no lo que tenia en mente.
- ¿El niño como esta? -
Miro todas las camas alegrándose de que el no estuviera como ella.
- ¿Que niño? - imagino que todavía no sabían la historia por consiguiente no tenían idea que habia pasado - ¿Que ha pasado? - y Sirius lo confirmo - Yo no he podido dejar de pensar una y otra vez en lo que dijiste anoche - el pelinegro perdió su vista en las mantas de la cama - Dijiste que nosotros lo hicimos, que los Slytherin estuvieron, me hace pensar que... fue por la broma que les hemos echo -
Los merodeadores ya tenían la suposición correcta.
- ¿Que broma hicieron? -
Sirius respiro hondo, le empezaba a dar vergüenza el contarla, sabia que a ella le gustaban pero aquello era algo diferente a lo que ella podía considerar bueno pero al mirarla a los ojos no pudo evitar contarle la verdad.
Le relato como es que habian entrado a su sala común y habian destruido el lugar, sobretodo el y James, habian pintado las paredes de rosa a los cuadros de animales o con bigotes, que habian entrado a sus habitaciones y tomado sus ropas, cortado sus logos de la casa de Slytherin y los suplantaron por un logo que decía "serpientes rastreras" con una imagen de una rata, los merodeadores no habian echo nunca una broma que afectara a tantos a la vez, que los dejara en humillación y ofendiera su casa de una manera muy cruel, en todo el tiempo Sirius evito mirarla a la cara esperando gritos y regaños pero solo escucho como Casidi suspiraba, y después no pudo dejar de mirarla cuando ella le dijo tranquilamente sus errores y lo que hubiesen logrado.
Le explico los limites que debían considerar y en las consecuencias que podrían tener, el pelinegro le pidió que le contara quien le habia echo eso, pero ella se negó argumentando que después ellos hirian a cobrar venganza y provocarían mas problemas y un ciclo sin fin de venganzas, y como Sirius no lo negó no se volvió a tocar el tema aunque el chico trato de hacerla mas de una vez, lo único que Casidi si le dijo fue del niño que la había acompaño esa noche.
- Haci que como vez creo que por deber y por que ha sido su culpa tendrán que ayudarme a cuidarlo, no se si los Slytherin podrían cobrar otra ves represarías contra el, pero quiero asegurarme que se encuentre bien al menos estos días -
Sirius sonrió como bobo mientras decia
- Solo tu Stone eres capaz de preocuparte más por el bienestar de otros que sobre el tuyo - respiro con profundidad - No lo dudes, ayudaremos al Gryffindor, le diré a los chicos e inmediatamente nos pondremos de acuerdo -
- Pero no intenten averiguar quien ha sido que si no esta vez si me molestare en serio con ustedes -
- Jamas haríamos eso - Sirius se llevo una mano al pecho y se reclino sobre la silla por fin soltando la mano de Casidi (aunque ella deseó que no lo hubiera echo)
- Si, si lo que tu digas - Lo vio a los ojos y rió nada mas al ver su rostro - Son de lo peor - murmuró
- ¿De que te ríes? -
Sabia que debia de estar enojada con ellos, que debia de castigarlos y golpearlos incluso pero no valia la pena, eran jovenes unos niños que aun no maduraban para convertirse en los grandes hombres que serian, necesitaban tiempo, espacio y comprension, sabia que la mejor manera de ayudarlos era de apoco, con paciencia y cariño.
- Recordé la vez del gran comedor como se te agrando la lengua -
El pelinegro se cruzo de brazos aparentemente molesto.
- Sabes no me cuesta trabajo pensar quien fue - Sirius se paro de la silla y se sentó sobre la cama a un lado.
- ¿A no? -
- No -
- Entonces eres mas listo de lo que pensé -
- Por que crees que estoy aquí y no en clases -
- Por que aprovecharías cualquier excusa para no entrar -
Sirius rió - Creo que ya me conoces mas de lo que puedes admitir -
- Y tu a mi también -
- Por supuesto, por que crees que se que fuiste tu quien me hizo aquella broma, me lo merezco admitió, por mi patanería del otro día por eso espero estar a mano -
- No fui la única -
- ¿A no? - Sirius se acerco mas a ella - ¿Quien es el cómplice? -
- Por que te lo diría -
Se estaban envolviendo en una sensacion agradable, en un paronama unico y romantico, no sabían el porqué tampoco lo estaban haciendo de forma intensionada.
- Para también castigarle - Sirius recargo sus manos a lado de la cintura de Casidi y su rostro se acerco peligrosamente al de ella.
-¿Que haces? - sonó nerviosa y trago saliva reparando en la cercanía a la que habían llegado ¿En qué momento había sucedido?
- Castigarte - repentinamente Sirius coloco sus manos sobre su estomago y le empezó a hacer cosquillas.
Casidi rió y se removió sobre la cama, empezo a sacudirse y mover la cabeza de lado a lado pidiendo a Sirius que parara pero solo escuchaba como este reía con fuerza y colocaba su piernas de lado a lado dejando a Casidi arrinconada, el estando completamente arriba de ella, le soltó unos manotazos, la cobija y la almohada terminaron por los suelos, hasta que Sirius la dejo respirar un momento.
- Sirius - sonreía sin disimulo, todavía sentía las manos de Sirius sobre su cuerpo y su rostro se puso rosado ademas de que aun sentía cosquillas sobre ella y soltaba risas nerviosas - Sirius no por favor - dijo cuando vio como este volvió a colocar sus manos a lado de su cintura.
- Me gusta mas verte reír que llorar - Sirius la veía desde arriba y no fue capas de evitar analizarla.
Su cabello se encontraba esparcido sobre la cama, era como rayos rojos salir de su cabeza, la tenue luz que entraba por las ventanas iluminaba su pálido rostro, sus mejillas estaban rosadas, sus pecas resaltaban, sus ojos cafés brillaban y sus pupilas estaban dilatas, vio su pecho elevarse arriba y abajo por la agitación, sintió sus pequeñas manos sobre su pecho tomando su camisa en un puño pero lo que mas le encanto fue su sonrisa, nunca la habia visto sonreír tanto, sus labios rosados se estiraban y sus dientes blancos sobre salían, su risa era como una melodía que lo atraía y supo que podía escucharla las veces que fueran necesario y que no se cansaría de ella.
- A mi me gusta mas cuando estamos enojados que cuando estamos contentos - dijo Casidi en broma tratando de pretender que Sirius no notara sus nervios.
- Perdón - dijo el en un susurro - Por lo que paso anoche y por como te hable en la clase de Defensa contra las artes oscuras -
- Sirius no tienes que... - pero el pelinegro no la dejo terminar.
- No me digas que no tengo que disculparme por que si tengo que hacerlo - tomo un cabello pelirrojo de ella y lo retiro detrás de su oreja - No se lo que me paso en la clase, pero la verdad es que no se lo que me pasa cuando estoy contigo, actuó como un completo asno -
- ¿De que hablas - habia hablado tan bajo que Sirius no supo si se lo habia imaginado o si lo habia dicho de verdad pero de una o otra forma prefirió aclararlo.
El pelinegro quería saber si ella le era capaz de decir que era lo que estaba provocando en el, que si ella pasaba por lo mismo.
- Estoy diciendo de que eres la primera chica que es mi amiga, que no se lo que debo sentir hacia ti o que es lo que debo o no debo hacer, eres la única chica a la cual no puedo tratar como es mi costumbre y eso me vuelve loco, si tengo que controlar esto o si seria algo normal, estoy confundido por que no se reconocer lo que estoy sintiendo jamas lo habia experimentado de esta forma - La miraba con profundidad recorriendo todo su rostro y cuerpo - Ahora me doy cuenta de que es lo que se siente perderte y me preocupa depender de ti, el verte herida me hizo temer de la peor forma posible jamas me habia asustados de esa forma solo lo habia sentido con los chicos o con Regulus pero aun asi es diferente, no sabes lo que pensé y sentí la vez que te vi en la cena con los Potter y no se si eso esta bien, no se que debo pensar o si debo dejarme llevar - susurro.
Casidi se sintió repentinamente nerviosa, no quería escucharlo no quería mirarlo mas ni quería que el estuviera sobre ella, era un gran problema eso que Sirius decía, lo empujo con sus manos para alejar su rostro y trato de sentarse sobre la cama pero solo pudo alejarlo unos centímetros antes de que volviera hablar.
- No quiero arruinarlo, por eso te pido que lo ignores, te pido que no me hagas caso y que me perdones si vuelvo actuar de ese modo, solo déjame aclarar mi mente y dame tiempo para acostumbrarme -
No sabia que pensar ni como actuar pero sabia que no estaba bien que ambos tuvieran aquella cercanía, sabia que no estaba bien que Sirius sintiera eso ni que ella estuviera en el mismo camino.
- Quiero que olvides todo lo que he dicho antes y que después de hoy actuemos normal solo quería decirte esto para desahogarme para saber si tenias alguna idea de lo que me pasa - Casidi negó con lentitud -¿Lo olvidaras verdad? - asintió estaba segura que lo que le pasara a Sirius no era nada mas que una faceta, que ambos eran amigos y que se querían como tal - Entonces comprenderás que lo que voy hacer es por dos razones, una es por la gratitud que siento al echo de que perdonaras nuestra tontería y mi estúpido comportamiento - Sirius volvió acercarse a ella pretendiendo susurrarle y que lo siguiente se quedara solo entre ellos - Y dos por que no puedo evitarlo - sintió su aliento fresco, su aroma a menta y de repente sus labios fríos estampados contra los suyos.
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El mes de enero y parte de febrero pasaron con rapidez, Casidi apenas pudo darse cuenta, se recupero de sus heridas y no le dejaron cicatriz alguna.
Estuvo atenta a los profesores y siguió teniendo las clases de oclumancia con Dumbledore para su suerte, ya que desde que había peleado con Bellatrix las pesadillas habían vuelto pero más fuertes que antes, esta vez solo soñaba con mortifago y personas que le hicieron daño, se imaginaba a ellos dañando a sus parientes y torturando a las personas que quería, incluso en una ocasión tuvo que usar de nuevo la poción de dormir sin soñar.
Para su alegría volvió a ser amiga de Sirius aunque desde lo que habia pasado en la enfermería los hacia actuar de manera diferente al menos de parte de el, Casidi se repetía una y otra vez que aquello solo fue por la situación en la que estaban, por que era probable que Sirius se sintiera culpable y por qué haci era el (llevado y sin vergüenza alguna), que la pelirroja lo olvido completamente, actuó lo más normal que le fue posible, no volvió a sacar el tema a la luz y haci como se lo pidió Sirius lo olvido por completo, incluso visitó a Sirius en sus prácticas de quidditch, lo apoyo y se alegró de que quedara en el equipo, fingió que no se ponía nerviosa cuando el estaba muy cerca de ella, y no le contó a nadie ni siquiera a ningún otro merodeador ya que por suerte ellos no los habian visto en el acto.
De echo los chicos fueron los que los interrumpieron un segundo después de su beso, James habia entrado gritando y corriendo diciendo que venía a ver a su pelirroja favorita y que la sacaría de su confinamiento, Remus entro detrás con una enorme barra de chocolate y Peter solo les siguió algo más distante, en cuanto ellos escucharon su llegada Sirius se bajó de la cama inmediatamente y con risas recibió a su mejor amigo como si nada hubiera pasado, Casidi solo pudo tranquilizarse y no mirar a la cara a Black ignorándolo en todo el día.
Fue hasta febrero que Casidi supo que tenía razón en pensar que lo que habia pasado solo era una broma y jugarreta de el pelinegro, el 14 de febrero hubo una salida a Hogsmeade, por el dia del amor y la amistad, Casidi fue invitada por los Weasley ya que querían verla y saber cómo se encontraba.
Paseo por el pueblo con Gideon, Fabián además de Bill y Charlie, fueron a la tienda de bromas (Fabián y Gideon compraron de todo), tomaron cerveza de mantequilla (solo los adultos) visitaron la dulceria (donde Bill y Charlie se volvieron locos) y la casa de los gritos (mientras que los gemelos contaban historias de terror logrando que Bill y Charlie se asustaran) y en un momento donde Fabián, Bill y Charlie se perdieron por el pueblo ella y el otro gemelo pasearon por los alrededores terminando por encontrarse a Sirius con una chica de Revenclaw.
Ambos se estaban besando muy apacionadamente detrás de una tienda y Casidi noto que Sirius la miro desde esa distancia pero no dejo de soltar a la chica, la pelirroja solo los ignoro y siguió caminando por los alrededores platicando con Gideon sobre Molly y Arthur.
En otra ocasión cuando Casidi iba acompañada por Dorian grey a su siguiente clase también se encontró al pelinegro muy encariñado con otra mujer pero esta vez de su misma casa de echo pudo identificarla como su compañera de cuarto y del mismo modo que en febrero solo paso de largo.
Aquello la tranquilizó, que su tío anduviera sobre sus ligues y no sobre ella significaba una sola cosa, nada pasaba en entre ellos, solo eran amigos que habían confundido su amistad un momento, nada más, no había nada por lo que preocuparse.
Mientras que con el pequeño Black su relación de amistad había crecido, ambos podían llevarse bien durante las clases y Casidi era capaz de sacarle pequeñas sonrisas al chico y en escasas ocasiones una risa, había entendido como tratar a Regulus para no tener disputas además de unos mejores métodos de enseñanza.
Con Severus se distanció más de lo que ya estaban, el chico no se disculpaba aún con ella y Casidi estaba dispuesta a no hablarle hasta que el se diera cuenta de su error pero sabía que pronto tendría que abrirle los ojos y hacerle saber que él no era el chico que molestaba y dañaba a otros por el simple echo de ser de la casa enemiga. Le confundía el chico no solo por que aveces se peleaban y otras se reconciliaban, su amistad iba y venía con una facilidad innata ¿Eran verdaderos amigos? ¿O solo conocidos?
De ahí en adelante todo fue alegrías para ella.
Con Lili paseaba por los jardines y estudiaban para las clases, fue a tomar el té con Hagrid, acompaño a la profesora Mcgonagall a comprar materiales para sus clases un fin de semana, se acercó a los padres de Neville cuando ayudo a Franck a vestirse para una cita con Alice, estudio con Remus en la biblioteca, comió con Peter en las cocinas, paseo con James en su escoba, comió varias veces en la mesa de Hufflepuff con Dorian y Dereck, y haci paso la primavera, solo a principios de abril fue cuando algo cambio sus rutinas.
Una mañana del primer día del fin de semana había recibido una carta muy breve de parte de Dumbledore que pedía verla en su oficina por la noche cuando todos los alumnos estuvieran dormidos, espero hasta que el último alumno subió a su habitación, fingió dormir en su cama hasta que se aseguró de que sus compañeras estaban dormidas y ya vestida salió de la Torre.
- Buenas noches Casidi - le saludó un cuadro, se percató que sus escapadas nocturnas eran tan comunes que los cuadros ya eran capaces de identificarla.
Camino con sigilo tratando de no ser escuchada, se desvió varias veces cuando casi se topaba con algún prefecto pero logro llegar a la oficina del director, dijo la contraseña, subió las escaleras y tocó la puerta, entro cuando se dio la orden y vio como Dumbledore estaba vestido y listo para alguna expedición, no llevaba su habitual bata larga elegante y antigua, llevaba una bata oscura y más corta, un bolso en donde destacaban pergaminos y su varita en la mano derecha como si el director llevará rato esperando su llegada.
- Buenas noches querida -
- Buenas noches profesor - se acercó con lentitud y tomó asiento pero se paró enseguida cuando Dumbledore le indico que mejor estuviera de pie -¿Que sucede? ¿Por qué me ha llamado?-
- Como sabrá ya somos poseedores de un horrocruxs pero no lo habíamos destruido aun por petición mía - asintió y vio como Dumbledore tomaba polvos de su chimenea - No había querido destruirla por que no tenía aun el otro horrocruxs en mis manos, quería estar seguro de su paradero y ahora que con arduas investigaciones lo he conseguido de echo está en este bolso - Dumbledore le dio unas suaves palmadas al objeto y Casidi vio lo que parecía un bulto - Pero no podemos tener dos horrocruxs en un mismo lugar, es demasiado arriesgado, inadecuado y tonto -
- Haci que destruiremos uno - concluyó, el viejo asintió.
- No es necesario que me acompañe si no lo desea -
- Por supuesto que no, yo iré con usted - sacó su varita de la bota - Me alegra que me contemplara para esta misión -
- A mi me alegra contar con su valentía, es agradable hacer esto acompañado de la persona correcta -
- No lo dude ni por un segundo, siempre podrá contar conmigo -
- Es arriesgado-
- Nada que no haya echo ya-
- Pero me obedecerá en lo que le ordené -
-¿A qué se refiere?-
Dumbledore suspiro y la miro muy severamente con las manos sobre su estómago.
- Que si resulta mal y te pido que te vayas sin mi, tendrás que hacerlo - negó al instante - No podré dejarte ir hasta que me prometas eso -
- No puedo no lo haré, la última vez que me dijo eso usted se puso muy débil y por consiguiente..-
- Mori - Dumbledore se subió sus gafas de media luna y se sentó sobre su escritorio - Señorita Potter tiene que entender que al igual que en sus tiempos usted era indispensable, ahora lo es, mucho más que yo, debo admitir, es la persona mas fuerte y valiente que he podido conocer y sé que usted al igual que yo sabe lo valiosa qué es y lo que puede pasar cuando salgamos de estos muros -
- Pero no le conté los secretos y todo lo que va a pasar para que usted se arriesgue de nuevo y muera, no dejaré que ni usted ni nadie lo haga, por algo estoy aquí, por algo e interferido tanto, para cambiar el futuro que conocemos, pero no a costa del pasado -
-¿No cambiará de opinión verdad?-
- No -
- Es tan terca como su padre -
- Si lo he podido notar -
Dumbledore respiro de nuevo y se levantó de el escritorio camino a la chimenea tomo los polvos y dio media vuelta.
- Esta bien venga señorita Potter - sonrió y corrió a su lado, agarro un puñado de polvos y por petición de Dumbledore dio una extraña dirección dejándose ser consumida por las llamas para posteriormente aparecer en una sombría mansión.
La luna llena paso de estar en el horizonte a posicionarse en medio del cielo, pasaron horas en las que la oficina del director de Hogwarts quedó vacía, en algún lado del mismo país se encontraba este y una alumna destruyendo lo que parecía un anillo cualquiera pero dentro llevaba una maldad pura que a cualquiera dañaría con solo tocarlo, ambos levantaron sus varitas y dirigieron diferentes hechizos sobre el, mientras que a muchos kilómetros de ellos pero en el mismo Hogwarts tres alumnos se encontraban en media transformación para ser animagos ilegales, bebiendo de una poción y repitiendo unos encantamientos, preocupados por su amigo el cual se encontraba en alguna casa abandonada transformándose a la luz de la luna llena, ni los chicos se imaginaron que esa noche lograrían su cometido, ni el licántropo sabía que desde ese momento no volvería a estar solo, ni la chica a mitad de la nada en la mansión abandonada sabía que el haber destruido aquel anillo perjudicaría de manera radical el futuro.
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