Los dos jóvenes volvieran de la casa de los gritos bromeando.
-No hicimos bienvenida- susurró de repente unos-.
-De que hablas James?- preguntó su acompañante-.
-Que no hicimos una broma de bienvenida- aclaró el azabache-.
-Que tienes planeado Jimmy?- preguntó sonriente la joven-.
Pensó un minutos antes de contestar.
-Hagamos una broma a él profesor nuevo, Ann- dijo sonriente-.
-A él idiota de DCLAO?- preguntó ella, el sólo asintió- que haremos?
-Vamos a teñirle el cabello de rosa- respondió con una sonrisa, ella se carcajeo-.
Si, como todos los años tenían nuevo profesor en DCLAO y el de este año era totalmente idiota, egocéntrico y no le agradaba a nadie.
Luego de comentarle a sus amigos la broma, quieres aceptaron gustosos, Anna se pasó toda la tarde haciendo la pócima hasta que la puedo terminar justo antes de la cena.
-Aquí la tengo- susurró cuando llegó al comedor-.
-Como haremos que la beba- preguntó Colagusano-.
-Eso dejamelo a mi- susurró Sirius al tiempo que sacaba su varita y llenaba de humo todo el lugar-.
Leeon corrió rápidamente al asiento del profesor. Al llegar allí vacío toda la pócima en la copa del susodicho. Volvió rápidamente a su lugar, una vez sentada la niebla se desvaneció, gracias a la profesora McGonagall.
Toda la cena estuvieron pendiente a que el profesor tomará su "zumo de calabaza". Cuando la cena estuvo a punto de terminar James codeo a sus dos mejores amigos y estos avisaron a los otros dos, moviendo su vista al sujeto que se encontraba tomando su bebida.
Los jóvenes volvieron la vista a sus platos. Minutos después se escucho un gritó, ellos miraron de donde provenía el gritó, al igual que todo alumno. Las carcajadas no se hicieron esperar, el profesor de DCLAO tenía el cabello totalmente rosa.
La profesora McGonagall se levantó, con una pequeña sonrisa y les ordenó que cada uno fuera a su habitación, menos ellos. Cuando todos sé fueron ella los guió hasta su oficina, queda conocían de memoria.
-Expiquenmen porque lo hicieron- exigió sentándose-.
-Hacer que?- preguntó inocentemente James-.
-Teñirle el cabello a el profesor Oliver- dijo con una mirada severa-.
-Nosotros no lo hicimos profesora- dijo inocentemente Remus-.
La profesora lo miró un poco incrédula , pero después de todo el era un prefecto y no podía mentir.
-Bien, les creeré, pero no quiero ni una broma más- reprendió con seriedad- pueden irse- agregó-.
Los muchachos salieron con una sonrisa en la cara.
<A quien engañó se que no me harán caso... Definitivamente Volvieron Los Merodeadores>