Que. Acaba. De. Pasar. No puedo creer que Hangyul se haya ido corriendo, así como así, para colmo cuando entró a su jeep, en rio en mi cara, ¿acaso parecía ridícula? Creo que mejor me levanto. Me suele el trasero. Ahora que recuerdo, Hangyul me dijo que no tenía mal trasero ¿y por qué estoy pensando en eso ahora? Que idiota, será mejor que me valla de una vez, igual ya llegué tarde, así que no me importa llegar rápido.
Nunca había tenido que tocar la puerta de la clase por llegar tarde, así que me sentí extraña el tener que esperar unos minutos para que el profesor Son me abriera.
-Señorita Yon, que raro que llegue a estas horas.
-Perdón profesor, es que me dieron un golpe con el coche.
-Bueno ¿tiene alguna justificación?
-No, pero pense...
-En ese caso, tendré que apuntar su tardanza.
-Pero... -me interrumpió.
-Lo siento, usted conoce las reglas como nadie –se pone a un lado para dejarme pasar. Bajo la mirada al entrar para evitar las miradas de los demás, deben estar sorprendidos, Yon Sunhee llegando tarde en su primer día de clases. Nunca antes visto.
-Como les estaba diciendo, hoy tendremos un alumno nuevo, sacaba muy buenas notas en su instituto anterior, así que estoy seguro que les será de mucha competencia –el profesor Son sonríe al decir eso último.
¿Alumno nuevo? Pienso a la vez que me siento al lado de Eunbi. No me gusta que entre gente nueva al instituto y menos a mi clase, tengo miedo de que sea una amenaza para mi puesto en la clase. Es mi último año de instituto y tengo que esforzarme mucho si quiero entrar a una buena universidad como siempre lo he soñado.
-No sé a qué hora estará llegando, ya que se suponía que debía estar aquí antes de que toque el timbre, espero que solo sea porque es su primer día, no me gus... -pero antes de que el profesor terminara de hablar, alguien entra a la clase y de ja a todas las chicas embobadas y a los chicos soltando bufidos, alguien con el pelo grisáceo, alguien que ya he visto antes.
Alguien como Hangyul.
-Bueno, justo estábamos hablando de usted joven...
-Lee, Lee Hangyul.
-Bueno joven Lee, estoy seguro que tiene una excusa perfecta para comunicarnos porqué ha llegado tarde justo en su primer día de clases –Hangyul ignora las palabras del profesor y se pone a inspeccionar la clase, o más bien, a todas las chicas. Cuando su mirada llega al último pupitre, se encuentra con la mía. Al principio se queda viéndome algo sorprendido, pero después empieza a reírse.
-Pues, me choqué con un coche –dice sin dejar de mirarme.
-Al parecer todo el mundo tiene esa excusa –le dice el profesor Son intentando llamar su atención.
-¿Todo el mundo? -Hangyul se da la vuelta y por fin mira al profesor.
-Una compañera suya acaba de llegar hace unos minutos y resulta que le pasó lo mismo –no era una excusa, era la verdad.
-¿Se chocó? Eso es muy raro –dijo rascándose la barbilla.
-¿Por qué es raro joven Lee? -por un momento pienso que Hangyul le iba a decir algo sobre mi, pero solo sacude la cabeza.
-No tiene importancia –le responde.
-Bueno, entonces todos reciban con un aplauso al joven Lee, por favor –dijo dirigiéndose a la clase.
Toda la clase aplaude y algunas chicas le gritan, incluida Eunbi, lo que hace que me dé la vuelta y la fulmine con la mirada. El profesor Son decide ignorar la extraña bienvenida de las chicas hacia Hangyul y lo invita a sentarse.
-Por favor Lee, siéntese en la última butaca –Hangyul empieza a avanzar hasta la última fila. Al pasar por los sitios saluda a algunas chicas. Una, es sentarse atrás de Mingi y otra es...
Que no se siente detrás de mí, que no se siente detrás mío, que no se siente detrás mío.
Genial, se sentó detrás mío.
-Ese chico está que arde –dice Eunbi mirando hacia atrás y luego me susurra. -¿Acaso no lo has visto? Pareces ser la única que no se a fijado en eso. ¿Estás bien Sunhee?
Me he quedado tan quieta que parezco una estatua.
-Tengo algo que contarte Eunbi –le digo tratando de no darme la vuelta, no quiero verlo.
Durante toda la clase, sentí dos ojos clavados a mi espalda, cuando estaba por terminar la clase, decidí darme la vuelta y en efecto, alguien estaba mirándome. El imbécil de Hangyul. Aún no puedo creer que haya respondido a todas las preguntas del profesor, este tonto no tiene nada de tonto. Y bueno... en mi caso no hablé durante toda la clase, lo que fue raro, siempre respondo a todas las preguntar, pero supongo que la entrada de Hangyul me dejó desorientada.
Algo me cae en la espalda, me doy la vuelta y veo un papelito en el suelo. Lo recojo encontrándome con los ojos de Hangyul. ¿Él me lo ha tirado?
Espérame en el recreo.
¿Esperame en el recreo? ¿Este enserio se piensa que voy a esperarlo? Aunque tal vez quiera hablar sobre el tema de la denuncia. Mi carnet ¡lo tiene él!
¿Y qué te hace creer que haré eso?
Doblo el papel y se lo lanzo. Lo agarra justo en el aire y lo abre. Se ríe antes de tirármelo nuevamente.
Porque tengo tu carnet.
No puedo dejar que se quede con ella. Tendré que verlo.
---
La clase ha terminado. Me quedo unos minutos demás guardando mis libros. Eunbi se fue hace rato diciéndome que se moría de hambre y que me esperaría con los demás en la cafetería. Así que no hay casi nadie en la clase, solo algunos alumnos y Hangyul. Estoy por llamarlo, pero sale por la puerta ¿Acaso no quería hablar conmigo? Y yo como idiota quedándome a propósito, mejor me voy.
No avanzo tantos pasos cuando siento que unas manos me jalan de la cintura y me da la vuelta.
-Necesitamos hablar –dice Hangyul.
-Ya lo sé, no tenías que jalarme de esa forma.
-Entonces, ¿en qué quedamos?
-¿Cómo que en qué quedamos? Me das el carnet y punto.
-Entonces pagame y punto.
-¡Ya te dije que no voy a pagar nada! -grito. Algunas personas que pasan por el pasillo que nos queda mirando.
-Baja la voz, no estamos en un circo –ruedo los ojos.
-Genial, ahora me llamas animal.
-Tu misma lo has dicho –Hangyul sonríe y ya no lo soporto más.
-Mira bicho...
-Es Hangyul –al decirlo su cara se contrae y aprieta los puños.
-Dejé que me insultaras la primera vez porque traté de ser cortes, pero te advierto que no una segunda.
-¿Cortes? ¿Desde cuándo tú eres cortes?
-Siempre lo he sido –se encoje de hombros.
-Insecto –le digo solo para molestarlo.
Mis ojos se cierran al ser empujada sobre los casilleros. Hangyul me tiene agarrado por los brazos y no me deja moverme, abro los ojos para encontrarme con los suyos. Su mirada está llena de descontrol y cólera, en este momento que no sabe controlar su ira. Intento zafarme de su agarre por segunda vez, pero Hangyul enreda sus piernas con las mías y me inmoviliza por completo.
-No vuelvas a llamarme así ¿entiendes? -suena tan calmado que por un momento pensé que no estaba enfadado, pero no me atrevo a mirarlo porque sé que descubriré la verdad.
-¿Por- por qué? -tartamudeo.
-¡Porque si joder!
-Suéltame -le digo, pero esta vez Hangyul me coge de la barbilla y levanta mi cara para que pueda verlo.
-Si vuelvo a escuchar que me llamas así otra vez te juro que... -pero antes de que pudiera terminar, uno de los guardias nos grita.
-¡Ustedes dos! ¡Suéltense inmediatamente! -Hangyul no le hace caso.
-Ya conocen las normas ¡nada de relaciones en el instituto!
-¿Qué? -decimos al mismo tiempo. Aprovecho esa situación para soltarme e ir con el guardia.
-Nosotros no somos novios –le digo.
-Si y yo soy el director... -dice sarcástico.
-No te van los chistes –dice Hangyul.
-Tú, a dirección, ahora –dice el guardia apuntando a Hangyul.
-¿Y qué le hace pensar que voy a ir? -me doy la vuelta para mirarlo. Pensé que por ser inteligente sería respetuoso, pero al parecer me equivoqué. Hangyul no es más que un rebelde, imbécil, arrogante con ataques de furia.
-¡Niño irrespetuoso, venga aquí ahora mismo! -Hangyul se dirige al guardia, pero en vez de quedarse junto a él, lo pasa de largo. Antes de que venga hacia a mí, me voy corriendo por el pasillo.
Después de esperar diez minutos en el baño para no tomarme con el guardia, me dirijo al comedor, ya tenía hambre y queda poco para que sonara el timbre. Abrí las puertas y lo primero que captan mis ojos es a Hangyul. Está sentado en la mesa de los jugadores de football, ósea, la mesa de los populares. Ignorándolo, me dirijo a una de las mesas del centro, donde se encuentran mis amigos.
-¿Por qué tardaste tanto? -dice Vernon.
-Tenía que hacerle unas cuantas preguntas al profesor –miento.
-Cuando no... -dice Yeri. Veo a Eunbi, su cabeza está apoyada en su mano y parece estar viendo algo en la mesa del frente.
-Míralo tan guapo, tan...
-Inalcanzable –dice Chanyeol. Me doy la vuelta para ver a quién está mirando y no es nadie más que Hangyul.
-Es un imbécil Eunbi, pierdes tu tiempo.
-¿Lo conoces? -antes de que pueda contestar me dice. -Verdad, ibas a contarme algo ¿no?
-Sí, desgraciadamente lo conozco –todos me prestan atención. -Se chocó conmigo esta mañana.
-¿Qué? -dicen todos al unísono.
-Y se quedó con mi carnet, aún lo tiene –les cuento la historia completa. Al terminar, levanto la mirada para ver como los populares dejan sus asientos, incluido Hangyul y Wonho, el más bullicioso de todos se pone encima de una mesa y se prepara para dar el anuncio que todos esperan.
-¡Hoy tendremos una nueva pelea! -el comedor entero, golpea la mesa para dar más emoción. -¡Hoy, en el mismo lugar de siempre, nuestro amigo Hangyul y nuestro capitán Seungyoun pelearán! ¡Pueden empezar sus apuestas ahora! -¿Una pelea? Bueno Hangyul tiene pinta de ser un chico que siempre acaban en peleas. ¡Peleará con Seungyoun! Nadie le ha ganado una pelea a ese chico. Esta pelea no me la pierdo.