Por mi bien

By LightDark01

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Después de un largo año de lucha contra ella, Catra finalmente ha capturado a Adora. La Horda está ganando. C... More

Capitulo 1 - Parte I - Destrozadas
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capitulo 30 - Parte I - Epílogo
Capítulo 31 - Resumen de la Parte 1
Capítulo 32 - Parte II - Avanzar
Capítulo 33
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40

Capítulo 34

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By LightDark01

Las noches de verano en Luna Brillante siempre habían sido cálidas y tranquilas. Los pueblos y reinos más pequeños de los alrededores disfrutaban de una atmósfera tranquila de los Bosques Susurrantes, respetando el poder regenerativo del bosque mágico. De vez en cuando, una pequeña reunión podía ser organizada por el Reino Lunar, en ocasiones especiales.

Sin embargo, no había ninguna reunión en Luna Brillante esa noche.

Era una celebración.

"Por favor, sírvanse de estos deliciosos aperitivos. Son de Plumeria!"

"Si tiene demasiado calor con el traje, hay un perchero en el gran salón."

La Princesas de las Montañas del Este y la del Valle del Oeste Profundo habían llegado, llevando con ellas a muchos civiles que estaban todos extasiados con la idea de encontrarse con sus aliados perdidos, de hacía tanto tiempo.

"¿Has visto a esa fornida comandante mágica? ¡Qué mujer!"

"Aquí hay comidas exclusivamente vegetarianas para aquellos cuyos estómagos no puedan procesar la carne".

"Prefiero a esa caliente líder de los Desechos Carmesí..."

Los soldados Magicats y los sureños charlaban y bailaban alegremente con los norteños. Era una escena que ninguna princesa podría haber previsto.

"¡Señora, sus zarpas están en mi plato!"

"¡Tío Isidore, enséñame a hacer magia!"

"Recuerdo los viejos tiempos, cuando los Magicat aún vivían en Luna Media... qué pena, su reino solía ser tan hermoso."

"Abran paso, abran paso..." ¡Mierda! ¡Cuidado!"

Adora sabía que no debería haber elegido su traje favorito de tres piezas para el baile. Aquí estaba ella, cubierta de salsa de cangrejo, sintiéndose más avergonzada que el camarero que seguía disculpándose con ella.

"No es gran cosa. No te preocupes por esto! Lo prometo, ni siquiera me gusta este traje." Cerró la chaqueta para ocultar la mayoría de las manchas, pero el olor era espantoso.

"Mis padres tenían razón. ¡Soy un desastre total! Estaba destinado a arruinar el atuendo de She-Ra algún día!"

Adora sonrió torpemente mientras le daba palmaditas en la espalda. Pensó que incluso tendría que darle un abrazo para deshacerse de él hasta que viera una salida. Glimmer estaba teniendo una acalorada discusión con Bow al lado del buffet.

Para unirse a ellos, Adora tuvo que deslizarse entre dos princesas que trataron de hablar con ella cuando reconocieron a la portadora de She-Ra. Fingió ser llamada para una conversación importante por sus aliados más cercanos. El Escuadrón de Mejores Amigos tenía asuntos muy serios a su alcance en este momento.

"Te lo digo, Glim. ¡Ella te gusta!"

"¡De ninguna manera!" Glimmer lanzó sus manos al aire. Sus ojos brillaron cuando vio a su amiga. "Adora, por favor dile a Bow que no hay manera de que me enamore de una chica que tenga la audacia de llamarme enana."

"¿De quién estamos hablando?" Dijo Adora riendo, muy consciente de la identidad de la mujer en cuestión.

"¡Ni siquiera la conozco! La conocí ayer."

"Bueno, no hay mejor ocasión que una fiesta para conocer a alguien", sonrió Bow satisfecho.

"¿Estás tratando activamente de hacer que te golpee la cara? ¡No quiero conocerla! ¡No me importa Anya!"

"Sigue diciéndote eso, ratoncito". Glimmer se quedó inmóvil ante el sonido de esta nueva voz. "Serías mucho más creíble si dejaras de mirarme fijamente."

Adora tuvo que tragarse una risa cuando se dio la vuelta y descubrió a la comandante Magicat de pie detrás de ellos, una mano en su cadera y un brillo travieso en sus ojos. El brillo se tornó rojo en un segundo. Adora no podía negar que era hermosa, con sus pantalones de cintura alta y elegante, su camiseta sin mangas y, sobre todo, los brazaletes dorados de serpiente que enmarcan sus bíceps. Una gargantilla dorada a juego estaba envuelta alrededor de su cuello. Glimmer visiblemente atragantada.

Mermista, Seahawk y Perfuma, que estaban charlando cerca, se dirigieron hacia ellos. Adora echó un vistazo a Mermista. Era raro verla salir hoy en día. Parecía cansada, pero mejor que de costumbre.

Pronto se formó un círculo alrededor de Glimmer y Anya.

"Sólo quiero decir..." Las mejillas de Glimmer se volvieron de color carmesí brillante.

Una carcajada malvada apareció de la nada. "Creo que tienes su lengua, Anya." Como si hubiera usado la magia de teletransportación de Glimmer, Catra rodeó a su comandante. El corazón de Adora dio un vuelco. Llevaba un precioso traje azul, con guantes sin dedos. La forma en que los ojos de Catra buscaron los suyos hizo que Adora se sintiera mareada. Tuvo que mirar hacia otro lado para evitar ruborizarse.

Catra se paró al lado de Anya. Exactamente en la misma pose. Sonriendo exactamente de la misma manera.

Perfuma y Bow les entrecerraron los ojos. "Espera un minuto..."

"Vosotras dos parece que estáis..."

"Sí, se me olvido mencionarlo. Soy la sobrina de Catra", Anya se encogió de hombros. Por un segundo, sólo el estruendo de la multitud impidió que resonara entre ellos un silencio aturdido.

"Oooh, por supuesto, ¡Catra es tu tía!" Bow sonaba como si hubiera descubierto la rueda. Glimmer seguía mirando a Anya, Adora miraba fijamente las caras mágicas de las dos mujeres, preguntándose cómo no había hecho la conexión antes.

"Sí. Eso es cierto Arrow", contestó Catra en un tono desinteresado. Incluso su forma de apodar a la gente era la misma. Adora sonrió. Se alegró de que Catra hubiera encontrado una familia por ahí. Pero no pudo evitar preguntarse, ¿Qué tan difícil fue descubrir que tenía una sobrina de su misma edad, que probablemente la conoció antes de que se volvieras más joven y fueras secuestrada por un tirano?

"Así que, Glimmer", intervino Mermista. "Si quieres salir con Anya como una verdadera princesa, significa que tendrás que pedirle permiso a Catra para poder cortejarla."

"¡¿Perdón?!"

Adora estalló entre risas al ver a su amiga indignada. Glimmer estaba echando humo. Era adorable y un poco aterrador también. Catra decidió burlarse de ella a su vez, pero no dejaba de vigilar a Adora para ver sus reacciones. Tenía una vibración extraña, ver a Catra y a Glimmer bromear sin amenazas de muerte. Adora estaba segura de que ninguna de ellas se sentía cómoda todavía, pero parecía que querían dar lo mejor de sí mismas. Eso calentó el corazón de Adora. El resto del pequeño grupo también disfrutó de la pelea de gatos y ratones. Seahawk se estaba riendo mucho. Anya parecía encantada con el giro de los acontecimientos. Y Mermista...

Sus ojos se encontraron. La princesa de agua sonrió torpemente y luego apartó la mirada. La cara de Adora cayó con tristeza. Al menos su amiga estaba ahí fuera divirtiéndose con ellos. Su salud era más importante que cualquier sentimiento de pena que Adora tuviera.

"Falta algo en esta escena... ¿Dónde está Scorpia?"

La pregunta de Bow devolvió a Adora a la realidad. La ausencia de la princesa abrazadora no había pasado desapercibida, pero no había tenido la oportunidad de mencionarla desde el regreso de Catra.

"¿No está con la Horda?" preguntó Perfuma. Glimmer y Bow abrieron de par en par sus ojos, el pánico congelando sus lenguas. Habían olvidado que la huida de Catra de la Zona Prohibida y su viaje con Scorpia, Rogelio y Kyle había permanecido en secreto dentro del Best Friend Squad. Nadie más sabía lo que realmente pasó después de que Catra fuera arrojada a esa prisión nebulosa.

Adora agitó sus dedos mientras esperaba la respuesta de Catra. El secreto tenía que ser revelado algún día, pero ella esperaba que pudiera esperar hasta después de la victoria.

"Me puse en contacto con ella cuando salí de la Zona Prohibida", respondió Catra con indiferencia. Ella mentía tan fácilmente... "Se me unió y me ayudó a encontrar a los Magicats. Todavía está allí, pero vendrá pronto".

"¿Cómo encontraste a los Magicats?" preguntó Glimmer, alegre de encontrar una razón para cambiar de tema.

"Tuve suerte." La respuesta de Catra no satisfacía a nadie. Adora sintió que su ansiedad se elevaba de nuevo. Le molestaba que Catra se sintiera misteriosa.

"Básicamente", reveló Anya, "Se perdió en el desierto y hemos estado vigilándolo durante un tiempo por si visitantes no deseados intentaban encontrarnos".

"No lo entiendo", dijo Mermista en su típico tono aburrido. "Estabais contemplando el desierto, entonces Catra se perdió y por casualidad disteis con ella ¿No?"

"...Sí."

"Los Magicats tienen formas eficientes de esconderse", agregó Catra. "Si ellos no quieren que los encuentres, nunca lo harás."

"Vaya. Me hubiera encantado tener ese conocimiento para esconder a Salineas de la Horda. Todos el Norte, en realidad".

Era como si un cubo de agua helada hubiera caído sobre sus cabezas. Anya levantó una ceja, cruzó los brazos y se detuvo frente a Mermista. " Salineas, ¿verdad? He oído hablar sobre tu reino. Tu padre llamó loca a nuestra reina cuando advirtió al Norte sobre Hordak".

"¡DE ACUERDO, VAMOS A BAILAR!" gritó Glimmer. Ella agarró la mano de Anya y la teletransportó a la mitad de la pista de baile. Anya miró a Mermista durante un segundo, pero rápidamente se concentró en la brillante princesa.

"Lo que sea..." Mermista se encogió de hombros mientras seguía a Seahawk, ignorando a todos los demás con gran dedicación.

"¿Alguien quiere explicar de qué se trataba eso?" preguntó Catra. Perfuma y Bow miraron sus pies con incomodidad, y Adora lo tomó como una señal para separar al Magicat del grupo desmontado.

Ella guió a Catra suavemente a través de la multitud, saludando a otros invitados en su camino. Satisfecha con su lugar entre la gente, se volvió para mirar a Catra, que tomó su cintura con una sonrisa. Adora se sintió deslumbrada por su proximidad. Antes ni siquiera parpadeaba con la cara de Catra tan cerca de la suya. Pero ahora viendo sus pecas con tanta precisión que podía contarlas, con la música y el ambiente cursi a su alrededor, hizo latir su corazón de emoción. Pudo ver que Catra también estaba feliz, en sus brazos, liderando el baile que irónicamente les recordaba a un baile más tenso, el Princess Prom.

"Adora", susurró Catra. Adora mojó sus labios, inclinándose a ella. "Sabes que te quiero, pero... hueles a cangrejo."

Catra estalló en una risa cuando Adora le dio un puñetazo en el brazo. "¡Qué manera de arruinar el momento, Catra!"

"Por suerte para ti, me gusta el cangrejo".

Antes de que Adora pudiera reaccionar, Catra la lamió desde la clavícula hasta su oreja, ganándose un gemido de la princesa.

"¡Catra! Todo el mundo puede vernos!"

"¿Y qué? Déjalos."

"¡Catra!"

"No es mi culpa si sabes deliciosa."

"Oh, por los Primeros..."

"Conviértete en She-Ra si quieres ropa limpia. Pero no estoy segura de querer bailar con una gigante".

"Sí, qué pena que sólo me convierta en She-Ra si hay una pelea. Ha-ha..." Adora se rascó la nuca torpemente, evitando el contacto visual. La reina frunció el ceño.

"¿Nunca usas su poder de otra manera?"

"Nunca". Adora mantuvo la mirada de Catra, gritando internamente a su corazón para que dejara de martillear. Catra entrecerró los ojos. Esos ojos azules y amarillos la incomodaban cuando escudriñaban su alma...

"De acuerdo".

Adora parpadeó sorprendida. No esperaba que Catra lo dejara pasar. Respiró aliviada, recordándose a sí misma que debía intentar sonar natural. "Sí, pero no siento que deba cambiar todo el tiempo."

"Claro. Pero si quieres hacerlo sin una buena razón, todavía puedes, ¿verdad?"

"... Correcto."

"Me encantaría convertirme en El Gato y entrenar con She-Ra algún día."

"¿El Gato?"

"Así es como lo llamamos. El guerrero de la máscara".

"¡Oh! Y tú eres Cat-ra."

"Hordak no tiene originalidad..."

"¿Porque Kat-riska es original?"

"Hey." Catra la señaló con el dedo. Adora pensó que había cruzado la línea, pero la sonrisa en los labios de Catra la tranquilizó. "En primer lugar, no puedes hablar de mi cultura de la que no sabes nada. Y segundo, ni siquiera lo pronuncias bien. Ninguno de vosotros lo hace bien."

"¿Ah, sí? ¿Cómo debemos pronunciar su nombre, Su Majestad?"

"Es Katrrrishka, no Katriskaaaa."

Adora sonrió y volvió a probar, haciendo que Catra se riera cuando no pudo mover la lengua. La reina besó la mejilla de la princesa después de dos fracasos. Adora se quedó callada, disfrutando del pequeño ronroneo que podía sentir de la mujer felina.

"¿Qué le pasa a Mermista?"

"Oh..." Adora apretó los brazos alrededor de la cintura de Catra. "Ella...ella ha estado bastante deprimida por un tiempo."

"Parece que todos vosotros os pusisteis melancólicos de alguna manera."

"¿Qué quieres decir?"

"Castaspella también se ve como la mierda, y no te ofendas, pero tú también, Adora."

Adora la empujó suavemente, mirándola a los ojos en estado de shock. "¡No me veo como una mierda! Quiero decir, estoy un poco cansada por todas las batallas, pero no es algo que nadie más no sienta!"

Catra no contestó. Miró su cara pensativamente, antes de encogerse de hombros. Volvió a preguntar por Mermista, para gran disgusto de Adora. Ella deseaba que Catra no fuera tan obstinada.

"Un mes después de tu marcha, Mermista se enfermó de nuevo." Adora miró a la princesa del agua desde lejos. Estaba bailando con Seahawk con la habitual cara de vergüenza que llevaba alrededor del marinero. Sin embargo, un velo de tristeza teñía esa expresión. No era notorio para nadie que no conociera a la princesa. Adora había aprendido con el tiempo a reconocer sus expresiones faciales. "Se puso tan enferma que pensamos que la perderíamos. Tratamos de recuperar Salineas, pero fracasamos".

Fracasé.

"Intentamos contactar con Entrapta", Adora prosiguió. "Pero perdimos toda comunicación con ella. No tenemos ni idea de lo que le pasó desde que os fuisteis. Sabemos que sigue viva gracias a la nueva tecnología de la Horda, pero eso es todo lo que sabemos".

Catra miró hacia otro lado preocupada. Adora le dio un momento para que se recuperara. ¿Cuanto tiempo lleva Catra siendo devorada por la culpa?.

"¿Y luego? ¿Cómo curaste a Mermista?"

"Yo... tuve que..." Adora luchó con sus palabras. Su garganta estaba seca. "Tuve que romper su conexión con su runestone".

Las cejas de Catra casi desaparecen bajo su máscara. "Oh... Así que perdió..."

"Todo su poder. Si. No ha sido la misma desde entonces."

Catra acarició la mejilla de Adora. "No te culpes."

"Es... es difícil."

"Lo sé. Pero fue por su propio bien. Lo que Hordak le estaba haciendo a su piedra podría haberla matado si no hubieras intervenido".

Adora la miraba a los ojos, centrándose en cada uno. ¿Era la misma Catra de antes? ¿La antigua Catra diría lo mismo en esta situación? Había algo en ella que Adora no podía precisar. Algo nuevo. Algo sabio.

Era aterrador.

"Sí, pero... Ojalá no hubiésemos tenido que ir tan lejos. Ni siquiera estoy segura de poder reconectarlas correctamente..."

Catra ahuecó su cara con ambas manos, devolviendo los ojos de Adora a los suyos. "Estoy seguro de que puedes. Deja de preocuparte por eso ahora."

Catra se inclinó y la besó. Adora sabía lo audaz que era. Estaban mostrando su relación con el mundo entero ahora, con un solo beso. Probablemente no les facilitaría las cosas a ambas, como socias de guerra de dos alianzas diferentes. Angella seguramente le diría después que no era el momento de sumergirse en el romance. Eso sólo traía conflictos de intereses.

Pero a Adora no le importaba. Había echado de menos a Catra. Ella quería a Catra. Quería mostrar su amor a todo el mundo.

Podrían morir en la próxima batalla. Este era el momento perfecto para el romance.

----------O----------

Todo iba bien. O, al menos, no tan mal. Catra nunca había esperado que la Rebelión le diera una bienvenida tan cálida. Aunque Lucio le había asegurado que los Magicats eran muy populares en su tiempo, Catra se había presentado con más miedo en su corazón del que le hubiera gustado.

No es que le importara lo que todos pensaran de ella. Si se hubiera escuchado a sí misma, se habría quebrado diez veces desde su regreso y probablemente habría sido expulsada de Luna Brillante. Se requería una gran cantidad de auto-control para mantener la calma cada vez que alguien expresaba sus dudas con respecto a su historia. O cada vez que un norteño le decía lo asombrosa que se había vuelto ahora que estaba bajo la buena influencia de los Magicats.

Se alegró de haber traído una blandita y pequeña pelota anti-estrés con ella. Era de Anya técnicamente, pero ella se la había dado cuando se dio cuenta de que Catra necesitaba momentos para relajarse. Anya también la había ayudado mucho, junto con Lucio y otros políticos mágicos, a dominar un rostro sereno y a aprender a hablar sabiamente. La definición de sabio, al menos.

No es que Catra no supiera cómo hacerlo antes. Ella había tratado con Hordak durante un año como su comandante y había sido muy buena en su trabajo. También había pasado toda su infancia intentando sobrevivir al abuso de Shadow Weaver. Mentir y engañar había sido una habilidad que había tenido que adquirir rápidamente. Pero es cierto que su forma de actuar era diferente a la de los rebeldes. La Horda era más directa. Menos hipócrita. No pretendían ser santurrones.

De alguna manera los Magicats sabían más que ella, a pesar de haberse retirado del mundo durante más de quince años. Habían hecho resoplar a Catra cuando se ofrecieron a enseñarle a actuar como una reina Etérica. Su ego había sufrido mucho la primera vez que Lucio le dijo que podía leerla como un libro y presionar sus nervios a voluntad. Así había comenzado una serie de lecciones muy molestas que duraron meses, para aprender a hablar como los engreídos hechiceros de Mystacor.

¿Y todo esto para qué? Para ganarse la aprobación de la gente con la que no quería volver a hablar nunca más.

Necesitaba a esos norteños, sin embargo. Tanto como la necesitaban a ella.

Catra bebió de su copa de champán pensativamente mientras observaba la diversa multitud del baile. No parecía que estuvieran en guerra. La atmósfera era muy diferente a la del Reino Magicat, donde cada día era un día de entrenamiento, o un día de investigación en el laboratorio de tecnología, o un día de exploración en el desierto.

Los Magicats nunca se tomaron un descanso. No desde la masacre.

Pero podían divertirse llegado el momento. Catra miró con diversión mientras Anya sumergía a Glimmer en un falso enfado. Sparkle era una persona extraña, negando la obvia atracción que sentía por su comandante, no, por su sobrina. Catra no entendía lo que Anya veía en ella. Tal vez fueron sus bromas. Ella podría entenderla. Ella misma disfrutaba burlarse de Adora.

Catra suspiró mientras pensaba en la rubia. Estaba preocupada por ella. Algo estaba mal, y la descarada mentira que Adora pensó que había hecho sobre She-Ra no la tranquilizó. Pero Catra no la presionaría para que revelara la verdad. Después de todo, es mejor ocultar algunas verdades por un tiempo. Ella más que nadie lo sabía.

Adora la había dejado para ir al baño, poco después de su charla sobre Mermista. Catra sospechaba que era sólo por la incomodidad de su mentira mezclada con su culpabilidad con respecto a la princesa Salineana. Ojalá no se hubiera ido, porque tan pronto como Catra se quedó sola cerca del buffet, se formó un círculo a su alrededor, lleno de princesas y civiles que querían estrecharle la mano y agradecerle por traer a su gente de vuelta.

Hace nueve meses, estas mismas personas la miraron con desdén cuando la enviaron sin remordimientos a otra dimensión para ser torturada, de la que nadie había salido antes sino era con algo de ayuda.

La hipocresía...

Pero Catra sonrió. Ella les dio la mano. Se recordó a sí misma por centésima vez que se necesitaban el uno al otro. Por ahora. Después de todo, ella les había hecho daño, y ellos le habían hecho daño a ella. Se podría decir que estaban en los mismos términos. Ahora podrían trabajar juntos. Tal vez.

Catra tenía que hacerlo. Por Adora. Por los Magicats.

"¡Oye, Catra! Necesito hablar contigo."

Catra se sacudió al escuchar a esa princesa burbujeante gritar su nombre. Incluso sin usar sus poderes, Sparkles parecía haber aparecido de la nada, con su madre flanqueada a su lado.

"Sabes, no necesitas mi permiso para salir con Anya. Es una chica grande. Ella puede hablar por sí misma."

"¡¿Qué demonios...?! ¡No se trata de eso! Deja de molestarme con esa... situación. ¡No hará las cosas más fáciles entre nosotras!" Glimmer la miro, mientras que Angella escondía una sofisticada sonrisa detrás de su mano. Vale, Catra admitió que debería dejar de burlarse de Sparkles. Pero era muy gracioso.

"Está bien, está bien... ¿entonces de qué se trata?" Catra le dio la espalda al círculo de princesas que había estado hablando con ella durante un buen rato. Bueno, hablando de ella, sobre ella, sin esperar realmente una respuesta de ella. Era como estar de vuelta en la Horda.

"A Glimmer le gustaría hablar contigo en privado", respondió Angella en nombre de su hija. "Y me he unido a ella para preguntarte lo mismo."

"¿Qué?" Catra frunció el ceño.

"Mañana tendremos nuestra primera reunión como dos Alianzas y como socias. Antes de eso, me gustaría tener una reunión privada contigo, Katriska. Si no te importa, por supuesto".

"Um... seguro, vale."

¿Por qué esta reina hizo que todo fuera tan formal? Hizo que Catra se sintiera incómoda. No porque ella pusiera una barrera política entre las dos. Eso fue obra de Catra. No, la inquietaba porque Angella le pidió permiso y la trató como a un igual. Incluso cuando fue encarcelada el año pasado, le habló como si no hubiera ningún obstáculo entre ellas. A Catra le gustó. A pesar de todo, a pesar de la parcialidad de Angella hacia Mystacor, a pesar de no haberla defendido adecuadamente después del juicio, a Catra todavía le gustaba como persona.

Ugh, ella odiaba eso.

Glimmer agarró su mano y se la llevó lejos de la multitud. Las princesas parecían decepcionadas al ver a la reina robada de su compañía. Catra hubiera preferido seguir estando zonificada entre ellas, en lugar de seguir a Sparkles hacia el Bosque Susurrante.

Catra miró por encima de su hombro en un intento desesperado de ver si uno de los suyos consideraba esto como un secuestro. Anya se rió desde lejos, y Catra la miró con ira. Oh, vale, ella discutiría con su sobrina más tarde. Desde un pinto de vista físico, ella no era capaz de ganar contra Anya, que era más fuerte y más ágil que ella. Pero Catra nunca lo admitiría, así que solo podía regañarla.

"Vale, estamos bien aquí."

"Entonces, ¿de qué se trata todo esto? ¿Quieres que me disculpe por haberte arrastrado por el barro el año pasado?" Catra sonrió con desprecio mientras se centraba en su garras.

"Bueno, ahora que lo mencionas... sí, me gustaría que te disculparas por atacarme a mí, a mis amigos, a mi madre, a mi reino..."

La cara de Catra se cayó. El espanto hizo que su corazón se volviera loco en su pecho.

Disculparse.

"Oh, wow. Era una broma, Glitter. Me refiero a cuando te puse celoso en prisión. Por cierto, ¿Adora se quedó con el suéter o lo quemaste cuando me fui?", se rió. Maldición, Catra no podía evitar ser mala. Debería haber seguido con las bromas poco dañinas de Anya.

"Y yo," continuó Glimmer, ignorándola, "Me disculpo por lo que te hice."

Catra frunció el ceño. "¿Qué has hecho exactamente, excepto tratar de romperme las rodillas en el campo de batalla?"

"Es más bien lo que no he hecho, en realidad." Glimmer parecía incómoda. Eso era raro. "Debí haberte ayudado durante el juicio. Debería haber dejado de lado mi odio por ti y tratar de entender por lo que has pasado. Pero sobre todo... Sabía que no era justo enviarte a la Zona Prohibida y no hice nada hasta que fue demasiado tarde. Incluso intenté evitar que Adora fuera tras de ti."

Catra parpadeó sorprendida. Si había algo que no esperaba, era una disculpa de Glimmer. Se sentía incómoda, muy incómoda. Era mucho más fácil tener una buena razón para despreciar a la princesa y actuar malvadamente. La razón era Adora, por supuesto. Luchar con Glimmer, especialmente ahora que Anya decidió que le gustaba, sería difícil. Catra sabía que llegaría el día en que debería disculparse con ella, pero aún así era difícil de aceptar.

Pero Catra había empezado a entender la forma de pensar de Glimmer ahora que tenía que proteger su propio reino. Incluso entonces, la disculpa se le atascó en la garganta. Lucio diría ahora mismo que al menos debería mostrar algo de justicia. No es que Catra no lo supiera. Pero escuchar las palabras de su antiguo yo en su mente era demasiado molesto como para ignorarlas.

"Bueno, si te hace sentir mejor, me merezco tu odio. Y yo también te odiaba. Me robaste a Adora".

"Así no es como debería ser esto." Glimmer intentaba con todas sus fuerzas no enfadarse. Eso fue bonito. "Pero veo tu punto de vista. Y lo siento."

La lengua de Catra ardía por las púas que estaba reteniendo. Tenía que ser justa. Tenían que verse como iguales, o nunca podrían trabajar juntas.

"Pero de todos modos", continuo Glimmer. "Tratemos de seguir adelante, ¿de acuerdo?"

Catra tenía que disculparse, tenía que disculparse, tenía-

"Claro. ¿Entonces...cual es el punto de todo esto?"

Glimmer suspiró. La disculpa llegaría algún día. "Quería hablar contigo sobre Adora."

Catra inconscientemente adoptó una postura más seria. "Adelante".

"Ya que vosotras os habéis reunidos, y sé que ella confía en tu gente..." Glimmer parecía más triste de lo que creía. "No le ha ido muy bien últimamente."

"No me digas." Catra levantó una ceja. "Nunca la había visto tan deprimida. ¿Qué ha pasado?"

"No lo sabemos. Ella no nos dice nada."

"¿No lo hace? ¿No se supone que son la Pandilla de los Amigos Geniales o algo así?"

"Escuadrón de Mejores Amigos. Y sí, ella solía confiar en Bow y en mí, pero han pasado al menos seis meses desde que nos ha dicho algo... íntimo, ¿sabes? Es tan cerrada como una ostra cruda".

"¿Cómo le va en el campo de batalla?"

"Bien, supongo".

"¿Qué quieres decir?"

"Bueno, ella entra cuando hay una batalla, por supuesto, pero siempre parece reacia a pelear."

Catra se mordió el labio. Esto no era bueno. Luchar por un propósito más grande siempre había sido la motivación de Adora. Si ayudar a la Rebelión no empezaba a ser suficiente...

"Supongo que empeoró después del incidente de Mermista".

"¿Ella te contó sobre eso?" Glimmer parecía enfadada por un segundo. "Sí, se puso incómodo entre ellas, y Adora se culpa a sí misma por fallarle."

"Bien. ¿Qué quieres que haga exactamente? ¿Quieres que la mantenga quieta mientras sostienes el cuchillo en su garganta hasta que hable?"

"Yo no iría tan lejos", se rió Glimmer. Catra se sorprendió de que realmente lograra hacerla reír. "Pero si pudieras hacer que se abriera un poco, sería genial. Para ella."

"Vale, bueno, veré qué puedo hacer. Gracias por decírmelo, Sparkles".

"No, gracias por la ayuda."

Se miraron la una a la otra, la inesperada gratitud que subsiste entre ellas. Y... se puso raro. Su nueva dinámica era demasiado confusa para el gusto de Catra.

"Bueno, yo sólo..." Glimmer se rascó la nuca. "Volveré a la fiesta y eso..."

"Sí, claro. Hazlo. Anya es paciente, pero sería descortés hacerla esperar", resopló Catra. Glimmer puso los ojos en blanco y se teletransportó a la pista de baile, dejando a Catra sola. Habría sido descortés para cualquiera menos para Catra, que estaba contenta de poder volver sola.

Se detuvo en su camino cuando pensó que había oído un sonido. Pero detrás de ella, los Bosques Susurrantes estaban tan tranquilos como siempre. Se encogió de hombros y siguió adelante, sin darse cuenta de las dos sombras que corrían entre los árboles.

----------O----------

Adora saltó sobre una raíz gigante bloqueando su camino. Aterrizó sobre sus pies con seguridad, sintiendo que los músculos de sus piernas se flexionaban fácilmente para darle un empujón para correr de nuevo. Siempre le ha encantado sentir su fuerza. Su cuerpo nunca le fallaba. Era algo en lo que podía confiar en todo momento.

La sombra seguía huyendo delante de ella. Ella la había visto antes, merodeando a Catra y a Glimmer cuando estaban ocupadas hablando en secreto...

Adora había hecho un gran desvió para rodearla. La escurridiza sombras había sentido su presencia tan pronto como pisó el Bosque Susurrante, y huyó. Era rápida, pero no era nada que Adora no pudiera manejar. Ella la alcanzaría y la obligaría a revelar sus intenciones.

¿Era una espías de la Horda? ¿Una asesina? ¿Estaban tratando de llegar a Catra o a Glimmer?

El miedo se adentró profundamente en el pecho de Adora, aferrándose a su furiosamente palpitante corazón. Miró hacia su mano, donde llevaba la espada como un anillo. Estaba brillando en su dedo corazón. Llamándola.

Superando su miedo desenfrenado, una sensación más firme se elevaba en ella. Una sensación de poder ilimitado. Ella era fuerte. Ella quería ayudar.

Adora se mordió el labio, hasta que sintió el sabor de la sangre en su lengua. Se concentró en el camino, pensando sólo en la fugitiva sombra. Sacando sus miedos de su mente. No era nada. Podía hacer lo que tenía que hacer. Llegar hasta ella, interrogarla. No necesitaba su ayuda.

La sensación de poder se desvaneció.

Sentía que estaba alcanzando al espía. Podía oírlo jadear desde lejos. Sin embargo, se apretó la nariz cuando se dio cuenta de que se estaba acercando al campamento de los sureños.

¿Qué demonios...?

"¡Alto ahí mismo!"

Adora no pensó. Ella agarró el anillo, lo volvió a convertir en su espada y se transformó en She-Ra.

"Joder..." Maldijo, agarrando el mango. Ni siquiera había dicho las palabras mágicas esta vez. Su corazón latía erráticamente en su pecho. El poder era fuerte. Era brillante y asombroso. Era atractivo. Ella podría vivir en esta comodidad.

"¿Qué crees que estás haciendo?"

Ella miró hacia arriba.

La líder del sur, Huntara, la miraba con furia, golpeando el suelo con el pie. Detrás de ella, un pequeño lagarto la miraba con miedo en los ojos.

"¿Por qué persigues a mi mensajero? ¡Ahora está aterrorizado!"

"¿Mensajero?"

Adora no entendía. No podía procesar la información. Tenía que volver a ser ella misma. Su cabeza palpitaba al tener que concentrarse.

"Oye, She-Ra... ¿estás bien?"

¿Lo estás?

¿Te encuentras bien?

¿Se preocupan por ti? Puede. Tal vez sólo te necesitan cuando eres fuerte. Cuando eres She-Ra.

Realmente no sienten nada por ti. Sólo te usan, Adora.

Tienes que parecer fuerte. No por ellos. Por tu bien.

No les muestres lo asustada que estás.

Adora gritó mientras volvía a ser ella misma. Se desmayó en el suelo, respirando de forma descontrolada. Puntos blancos cegaron su visión y un horrible silbido la dejó sorda.

Mierda, estaba empeorando.

"¡Hey, hey! Princesa, ¿Necesita que pidamos ayuda?"

"¿Qué?" Adora se puso de pie aturdida. Sólo entonces se dio cuenta de que Huntara se arrodillaba ante ella y le daba palmaditas en la espalda. "No, estoy... estoy bien. Lamento lo de... Yo..."

"Está bien. No nos asustes así en el futuro, ¿Vale?"

Adora asintió. Se olvidó de preguntar cuál era el mensaje. Se fue y vomitó entre los arbustos.

----------O----------

¿Sera que Shadow Weaver esta implicada en lo que le esta ocurriendo a Adora? Ojala Entrapta no lo este pasando muy mal. (Nuevo capítulo el sábado 12 de Octubre)

Supongo que todxs habéis visto la carta que escribió Adora para Catra y la que nunca le dio. Donde le decía que la echaba mucho de menos entre otras cosas ¿No? 

Si os interesa hace poco subí la traducción de un Lapidot, podéis encontrarlo en mi perfil (No lo he subido a FFN )

No sé si lo sabéis pero se ha anunciado que en enero habrá un concierto en Barcelona de Vocaloid, el primero en España y ha sido toda una sorpresa.

LightDark01 (Twitter)





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