Naufragio De Tempestades

By 17Takkizza19

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Hiro Hamada tomo la decisión de emprender una búsqueda suicida adentrándose a aguas desconocidas con una fach... More

PROLOGO
"ENCARGO ESPECIAL DE CORTEZ"
"LA DESESPERACIÓN DE UN NIÑO"
"COSAS DIFÍCILES DE CONTAR"
"DETENIDOS EN EL MAR"
"DOLORES DE MOMENTO"
"APROVECHANDO LA CONFIANZA"
"ESPERANZA A LO LEJOS"
Aviso super @#$&#!!
CONFIÓ EN TI
15 COSAS SOBRE TAKKITO
"EL NIÑO NO CAYO DEL CIELO"
"MIEDO DE PERDERSE"
"NO ME DIGAS ADIOS"

"REENCONTRAR Y DESAPARECER"

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By 17Takkizza19

Miguel hablaba entre dormido, toda la noche no dejaba de moverse y susurrar por ayuda, la respiración se le dificultaba y sudaba a mares, solo llevábamos en esa isla una semana y la preocupación me estaba comiendo, me mantenía siempre cerca del moreno por cualquier cosa, Mimi se encargaba de las curaciones y del alimento de nosotros, resulto ser alguien agradable con quien me entendí fácilmente, haciendo de la estancia en aquel lugar un poco menos pesada.

La gente del lugar era muy amable, todos saludaban y se ayudaban entre ellos, la mayoría eran jóvenes y había muy pocos niños, ningún anciano a la vista, salvo quizás el jefe.

Tome una enorme calada de respiración, el tiempo había sido duro, ya habían pasado meses desde que arribamos del puerto de Veracruz con las esperanzas de encontrar a mi hermano, ahora me encontraba sin barco, sin tripulación, en una isla apartada del mundo, viviendo con un puño de personas y un esclavo enfermo de gravedad, me estaba quejando, bufando de mi suerte, sentía al niño berrinchudo surgir dentro de mí, mira al decaído niño y volví a suspirar, me sentí injusto y comprimí mis enojos.

Me sentía derrotado, en toda esta semana no deje de pensar que quizás todo había sido mi culpa, yo alenté la tripulación a seguirme a una búsqueda sin sentido, y que quizás el ataque haya también sido a causa mía, porque me preguntaba ¿Cómo no me había dado cuenta que era perseguido por un grupo de piratas? Quizás pensé que tenía todo controlado, quizás me confié demasiado, quizás el mar lo sentía demasiado chico para mí.

Miguel soltó un gruñido incomodo, trato de moverse y yo lo ayude a voltearse para estar mejor, Mimi entro esa tarde nuevamente con una sonrisa, un plato de pescado frito y dos vasos, uno con agua el otro con la medicina del morocho.

– ¿Qué tal? ¿Qué dice nuestro enfermito? – Miguel solo entre-abría los ojos

–A estado mejor– le conteste yo con una sonrisa –Pescado... otra vez– ella hizo una mueca

–Por lo menos di que no los usamos como sacrificio humano para los dioses de la isla– bromeo ella

–Ya, solo es un pequeño chascarrillo–

–Chascarrillo mis nalgas capitán– tape rápidamente su boca, solo ella sabía de mi verdadera posición, para los demás yo solo era un esclavo liberado, pues me encontraron estaba sin mi estupenda gabardina y sin botas

–Shh, ¿Quieres que me liquiden Mimi? – ella me quito las manos de mala gana

–Mira capitán, yo soy muy buena persona si me lo propongo, pero nadie aquí se traga su historia– me acuso

–Ya se, ya se, me arrancarían la piel de los pies– había contado que Miguel y yo éramos muy buenos amigos, y que caímos del barco en un ataque pirata – ¿Pero qué más quieren que les cuente? –

–otra cosa, cualquiera, escucha, todos se preguntan por qué Miguel tiene marcas de esposas y tú no, tu piel está más cuidada que la del chico moreno, y si de casualidad te llegan a ver usar palabras fifirufu o cualquier otra que usa toda esa gente estirada te clavaran la estaca por el culo. Así que miente mejor– la chica tenía razón, las personas que nos llegaban a ver me hacían demasiadas preguntas, en algunas tuve la torpeza de contradecirme, y lo peor es que Miguel estaba dormido la mayor parte del día por lo cual no podía ayudarme, era preferible para mí no salir de la cabaña.

– ¿Pero qué hago? ¿Qué digo? Ya conteste a todo, me quiero largar de aquí lo más rápido posible– bufe molesto, tenía cuidado de no tragar ni una espina del pescado mientras Mimi revolvía el brebaje de Miguel, este escuchaba entre la conciencia y el limbo.

–Algo diferente, algo muy difícil de digerir y por lo cual ya no sospechen de ti, perdona no poder ayudarte más, pero aquí yo solo soy la enfermera del niño– el brebaje se me hacía asqueroso, pero ella tenía razón, deje mi mente pensar mientras levantaba con cuidado a Miguel para que tomara el medicamente, a lo que le chico solo juntaba las cejas en señal de asco.

El moreno soltó otro gruñido inconforme con el amargo sabor del brebaje, hacia señal de querer escupirlo, pero le tape la boca no dándole esa opción, me miro molesto y yo le negué con la cabeza.

– ¿Ya hablo? – se refería a Miguel y a su falta de comunicación.

–Ni una sola palabra, solo gestos como ahora– El chico quería ahorcarme con la mirada, Mimi rio

–Es una lástima, pero no sé si sea conveniente, ellos también quieren escuchar su parte de la historia– tomaba el plato y los vasos vacíos

– ¿Es que no se cansan? –

–Son las reglas Hiro– ella se encogió de hombros y salió de la cabaña

Me volví a sentarme junto a Miguel tratando de pensar, seguía con dudas de lo que había pasado aquella vez, cuando atacaron el barco y perdí la conciencia, a lo mejor el chaparro lo sabía, pero por el momento se quedaría igual de silencioso que siempre, Miguel me miraba y yo le devolví una sonrisa tratando de consolarlo.

.

.

.

Salí un momento de la cabaña, dejando a Miguel durmiendo, quería encontrar una forma de salir de ahí, no podía seguir ignorando que haya afuera había gente esperándome, más aun Miguel tenía que regresar y volver con su familia, se lo había prometido.

A unos cuentos pasos escuche unos gritos, corrí siguiendo el sonido y lo que encontré no me gusto. Atrás de unas palmeras, apartadas de la aldea se encontraban dos sujetos amordazando a Mimi, ella pedía por ayuda pero ellos taparon su boca con un trapo. Enojado salí de mi escondite a encararlos, no medí la fuerza que ejercí y aplique unos métodos de defensa, la adrenalina gano sobre mi razonamiento y rompí el cuello de los chicos con mis manos en un rápido movimiento.

Mimi tapo su boca no pudiendo creerlo, por un momento su voz se apagó dejándola en sollozos, tome sus manos tratando de reconfortarla, me había excedido, pero ya era tarde para arrepentimientos.

Pedí su ayuda para llevar los cuerpos lo más lejos posible de ahí, era de noche y nadie de la aldea se daría cuenta de lo que estábamos haciendo.

Cuando todo se calmó le pedí a Mimi una explicación, ella seguía algo afectada y temblaba un poco por lo que había ocurrido, me miro con lágrimas en los ojos, como si esa fuera la última vez que me vería.

–... Tienen que irse... Ahora, o si no...– No pudo terminar por que otro llanto la embargo –Perdóname, pero les dije sin querer, no era mi intención, pero me acusaron de conspiración–

No podía imaginármelo, creerme que ella había contado lo único que le pedí que guardara, ahora no sabía lo que pasaría.

– ¿Qué ocurrirá? – pregunte con algo de miedo

–Te mataran– dijo tragando grueso –Para liberar a tu amigo de la esclavitud, tendrán que matarte. Por eso se tienen que ir. Aquí no solo hay esclavos sino también asesinos. Tiene que irse Hiro o si no el jefe... solo, solo váyanse– Veía dolor en sus ojos, no quería irme y dejarla sola

–Ven con nosotros– La tome de la mano con delicadeza, esperando que lo considerara, sin embargo ella negó

–Lo siento, pero no puedo– Tartamudeo pensando si decirme lo siguiente – Hay alguien más aquí, alguien que al igual que tu es muy especial para mí. Pero él se encuentra muy enfermo, y si yo lo tomara para irme de esta isla temo no ser lo suficientemente fuerte para cuidarlo. Por eso te pido Hiro que seas tú quien lo cuide por mí– sus ojos suplicantes no me dejaron negarme –Sé que tienes que cuidar a Miguel, pero entiende por favor– volvió a pedirme

Me encontraba en una encrucijada que no tuve tiempo de resolver cuando una luz nos llamó la atención, era fuego.

Corrimos hasta la aldea con cuidado de que no nos vieran, el jefe estaba a la cabeza de la multitud con una antorcha, no había rastro del hombre bonachón que se supone que conocí.

La cabaña estaba ardiendo, me alarme pues Miguel estaba adentro, quería correr pero Mimi me detuvo y me indico otro camino.

Llegamos a la parte trasera de esta, las ramas secas que estructuraban la cabaña ardían como el infierno, la cabaña estaba al borde de la aldea lo que nos facilitó camuflarnos entre la oscura maleza. La chica me pidió romper unos palos, Miguel estaba justo en el borde de esto asustado, sin poder hablar y moviéndose con una tremenda dificultad, corrí a su lado y lo cargue, mire en sus ojos alivio.

Salimos del problema con cuidado sin que nos vieran, mi cabeza daba vuelta, todo pasaba tan aprisa que si me detenía a pensarlo no me daría tiempo de moverme, no tenía tiempo. Mimi nos condujo hasta el otro lado de la isla donde había una balsa oculta bajo unas ramas, deje a Miguel con cuidado bajo una palmera y ayude a la chica a sacar unas provisiones que ella tenía igual ocultas y empecé a preparar el bote para nuestro viaje.

Me movía rápido sin reparar en nada como mis años de aprendizaje me lo permitían, quería estar lo más lejos de esa isla lo más posible, la chica se fue prometiendo regresar rápido, veía como Miguel luchaba por mantenerse despierto y es que a estas alturas su mejoramiento era poco, me estrese al idearme viajar con él en un bote en alta mar, seriamos unos simples náufragos, apreté los ojos no queriendo seguir con eso, esto era una verdadera pasada.

Mimi volvió al poco tiempo junto con alguien y lo que vi me dejo mudo. Frente a mí estaba un Tadashi demacrado y envuelto en hojas curativas, gimiendo y luchando por avanzar, no lo pensé dos veces para correr a socorrer a mi hermano. Quería llorar de alegría, la emoción que hasta el momento no había sentido tan sinceramente, quise preguntarle muchas cosas como: ¿Por qué estaba allí? ¿Cómo había llegado? ¿Qué paso en el ataque? Y un montón de cosas más.

Me trague mis preguntas cuando vi las luces de unas antorchas acercarse, el miedo y la ansiedad se volvieron a instalar en mí, teníamos que seguir. Con cuidado deposite a mi hermano en el bote y después a Miguel, trate de convencer a la chica para que se fuera con nosotros pero ella seguía insistente en quedarse, no pude hacer más de lo que ella había hecho por nosotros, le agradecí sinceramente y le prometí regresar por ella, Mimi solo me sonrió y negó diciendo que todo estaría bien y pronto me alcanzaría, quise creerle pero en su cara solo había esfuerzo por hacer sentir mejor, titubee pero logre empujar el bote al mar con el remo.

Solo íbamos yo y dos chicos convalecientes, las estrellas nos guiarían y en dado caso de perdemos prometí protegerlos.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::.

Y estamos a nada de terminar esta telenovela toda chingona XD, chicos en serio una disculpa por tardar tanto en actualizar.

Ustedes dirán: Pero Takkito ¿Por qué nos hiciste esperar tanto por un capitulo tan corto? Pues la verdad tenía un discurso súper SAD del por qué, pero me dije "ellos no necesitan saber eso" y pus lo borre.

En fin, nuestro Hiro tiene una gran carga, se cree responsable de muchas cosas, y una de ella es el malestar de cierto ángel moreno mexicano, el ultimo capitulo me hará llorar personalmente aunque a ustedes no, o bueno no creo, pero es que agregare una canción que me dio justo en el kokoro para este fanfic.

Eso es todo, creo que el siguiente capítulo tardara pues será el final y es que ser mortal sigue sin ser fácil (Joder Saitama, quien como tú). Por fas, pásense por mi perfil y chequen mis otras historias con las que también me tardo en actualizar ;)

Ok, ahora sí, Bay y muchos kisus.

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