CONFIÓ EN TI

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La mirada de Miguel se mantenía en el piso, su respiración seguía agitada por el reciente ejercicio, yo me encontraba de cierta manera aliviado por lo que acababa de pasar, hace mucho tiempo que no sentía mi corazón agitarse de esa manera, estaría sonriendo si no fuera por la visible herida del muchacho que solo hacia hervir la sangre.

Los demás quedaron en silencio dándonos espacio, me puse a la altura del chico y lo mire a la cara, sus morenas mejillas estaban rojas por lo reciente y su cabello pegado a su rostro, había escuchado a varios marinos míos decir que Miguel no era exactamente atractivo pero que tenía algo en su persona que no dejaba olvidarse de él, para mí era diferente.

Cuando estaba a punto de preguntarle por el moretón dos de los chicos levantaron a Miguel por los brazos acorralándolo contra el mástil, el moreno saco un gemido de dolor por el golpe, yo me levante de inmediato al ver la acción de mis hombres, Gogo camino decidida hasta Miguel con cara realmente molesta y un golpe en su mejilla sonó como eco en el barco, todos miramos sorprendidos las acciones de mi primer oficial.

– ¡¿Quién te has creído?!– soltó con furia la mujer, nadie tenía el valor de intervenir, pues ya se conocía el temperamento de la mujer.

Ahogue cierto sentimiento controversial si dejar a Gogo hacer lo que ella dispusiera. Me mire débil por un segundo, apreté los puños y mantuve la baja tratando de tranquilizarme, ¿Por qué me sentía tan inquieto?

– ¡¿Cómo te atreves a tratar a nuestro capitán de esa manera?! –Siguió la oficial con el mismo tono que uso al golpearlo –No mereces ni el más atisbo de consideración que se te muestra. Eres un imbécil si crees que te puedes burlar así del capitán y de todos nosotros– coloco su antebrazo en el cuello de Miguel amenazando asfixiarlo.

<<Eres un traidor Rivera>>

<< ¿Así pagas nuestra hospitalidad?>>

<<Deberían echar al niño al mar>>

<< ¡No merece nuestra consideración!>>

Eran los gritos que algunos de mis tripulantes daban hacia el joven, la cara del niño estaba oculta tras los mechones de mata mojada, me quede mirando con detenimiento al verlo tan vulnerable, sentía muchas cosas en mi pecho revolverse con sentimientos muy dolorosos dentro de mí.

Verlo de esa manera me hizo acordarme de mi mismo en aquellos oscuros tiempos donde solo dependía de mi hermano, Miguel no contaba con nadie aquí en este barco, se sentía solo y desorientado, perdido en el mar con un puñado de locos que decían ser sus dueños.

Me compadecí una vez más de él, aun sabiendo que me volvería a fallar, no podía mirarle de esa manera tan triste y derrotada, dejando como los demás escupían a sus pies y Gogo lo insultaba una y otra vez.

Respire profundamente antes de dar mi orden nuevamente.

(Ok, aquí Takkito ;p solo para aclarar que estoy experimentando de esta nueva manera, espero que le puedan entender y si no, puuusss luego le arreglo... ya continúen)

Un hombre había acorralado a Hiro en el granero que estaba a un lado del lugar donde se alojaba con su tía y su hermano, una pequeña broma no le había salido del todo bien y el resultado fue este.

El pobre niño mitad asiático estaba asustado y temblando, no era la primera vez que algo así le resultaba catastrófico, aunque con una mordida de perro, el estómago gruñendo, el hombre con escopeta dispuesto a dispararle y el pan que tenía en la boca no valían la pena, no quería quedar con ganas de una rebanada de algo mientras su tía conseguía abrir el bar que tanto esperaba.

Naufragio De TempestadesWhere stories live. Discover now