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By milenawalters

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¿Que el idiota, mujeriego y engreído mejor amigo de tu hermano mayor intente seducirte para dormir contigo? ... More

𝑆𝑖𝑛𝑜𝑝𝑠𝑖𝑠
I
II
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IV
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VI
VII
VIII
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XI
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XIII
XIV
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XIX
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XXI
XXII
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XXV
XXVI
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XXVIII
XXIX
XXX
XXXI
Epílogo

IX

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By milenawalters

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 IX

~☤~

Apenas Claire salió de mi casa, le dije a Sarah que se fuera. Estaba muy enojado con ella por la forma en la que le había hablado a Claire, que se fue llorando. Aunque no podía echarle la culpa a Sarah. Aquí, el único culpable, soy yo.
Mis sentimientos hacia Claire estaban cambiando completamente, y no sabía cómo manejarlos. ¿Dónde quedó ese chico mujeriego al que no le importaba ninguna chica? ¿Acaso Claire Schonfeld está cambiándolo?
Salí corriendo a buscar mi moto y fui tras ella. Para empezar, quería hablarle, y decirle que el beso lo hice porque en serio lo deseaba, que no era otra de mis conquistas, y que Sarah no significaba nada. Además, era peligroso que ella estuviera sola por la noche, más que nada porque su cuerpo llamaba la atención de cualquiera, y con sólo una camiseta larga, podría volver loco a más de uno. Cosa que no era su culpa, pero aún así me llenaba de rabia saber que hombres querrían tocarla sin su consentimiento.
Conduje a toda velocidad siguiendo el camino a su casa. El suelo aún estaba mojado por la lluvia, y no podía controlar muy bien mi moto ante esto. Aún así, no me importaba. Quería llegar hasta Claire, y decirle todo lo que comencé a sentir por ella, aunque ni siquiera yo lo tuviera claro.
Entonces la vi. Estaba al lado de un auto, que al divisar la patente, supe que era de James. No quería ni mirarlos, porque sabía que él querría besarla, y ella respondería a ese beso. Porque él no era un idiota como yo. Él en serio la quería, y no arruinaría nada con ella.
Pero tenía en claro, que yo también la quería. La quería por todo lo que vivimos juntos desde que éramos pequeños. La quería desde que comenzó a hacerse la difícil conmigo. La quería desde que todos empezaron a desearla. La quería, y me estaba asustando por eso.
Y ahora ella estaba en el auto de James, el chico perfecto para ella, que no la lastimaría con sus actitudes egocéntricas y egoístas, como yo lo hacía.
Fue cuando sentí un horrible dolor en el pecho, que sólo significaba una cosa: estaba muriéndome de los celos. Estaba celoso de que James fuera bueno para ella. Estaba celoso por no haber sido yo quién la llevara hasta su casa. Y estaba celoso por saber que James la amaría tanto como yo lo hago.
Tenía que dejar de pensar en ella, y la única forma era estando con otras mujeres que lograran hacerlo. Estaba seguro de que Claire no querría ni verme por lo sucedido en mi casa, así que me ignoraría. Lo cuál, si quería olvidarla, sería bueno.
O quizás debía demostrarle lo que sentía, y hacer lo posible para que ella también lo sienta. Sé que si no sintiera nada, no hubiera seguido mi beso, pero si de algo estaba seguro, era de que al ver a Sarah en la puerta, esos sentimientos que tenía hacia mí, se habrían esfumado en el aire.
Entonces pensé en que no debía mostrarme débil ante ella. Seguiría siendo el mismo mujeriego y engreído que siempre, y tarde o temprano, mis sentimientos hacia ella desaparecerían. Después de todo, es dos años menor que yo, es la hermanita de mi mejor amigo, y estaba enamorada de otro de mis amigos. ¿Podía algo empeorarlo?
Volví a mi casa al saber que Claire estaba con James, y que la llevaría a la suya. Estacioné la moto como pude, dejándola en el suelo sin importar nada. Al entrar, lo único que hice fue buscar en el refrigerador una cerveza. Me odiaba a mí mismo por lo que había ocurrido, sabiendo que había echado todo a perder con la única mujer que quería.
—¡Maldita sea! —grité, golpeando la mesa con el puño.
Yo jamás lloraba, ni mucho menos por una mujer, pero pude sentir como una lágrima caía por mi mejilla.
¿Qué me has hecho, Claire Scholfeld?

•••

—¿Y te besó? —preguntó Sheila por teléfono, y podía sentir su emoción.
—Te he dicho que sí como unas diez veces —dije, cansada.
Se escuchó un grito de parte suya a través del teléfono, y tuve que quitarlo de mi oído para que no me reventara el tímpano.
—Te dije que lo tenías loco —dijo, y podría jurar que estaba sonriendo.
—Luego llegó Sarah a decirme que dormiría con él, ¿lo olvidas? —pregunté—, sólo me estaba usando, Shei.
—Nonono queridita —dijo, haciendo una voz como si fuera mi mamá—, esa perra llegó a arruinarles el momento, y de no haber sido por ella, tú y Dylan...
—Ya, suficiente —dije, sabiendo lo que diría—. Él la llamó para acostarse con ella, ¿si? Y a mí solo me vió como otra de sus conquistas. Lo peor, es que ni siquiera lo soy. Es decir, él no me interesa.
—Pero le seguiste el beso... —dijo, alargando sus palabras.
—Sólo estaba confundida, ¿de acuerdo? —dije seria, luego suspiré con los ojos cerrados—. Si Hayley se llega a enterar de esto... —seguí.
—Tranquila amiga—respondió—, después de todo, Dylan no tiene un cartel en su frente que dice "propiedad de Hayley Smith".
Reí.
—Sé que no estará feliz aún así —comenté.
—Como sea —dijo, con desinterés. Después, intentando cambiar de tema, siguió con tono pícaro—: Entonces... Si no es con Dylan, ¿será con James?
Rodé los ojos al escucharla.
—No, Shei. James es increíble, pero mi hermano no estará feliz si se entera de que estoy en algo con él —suspiré—. Además, no quiero estar con nadie ahora.
—Como quieras —dijo, y supuse que se había encogido de hombros.
—Nos vemos en una hora —le dije, refiriéndome a la escuela.
—¡Nos vemos! —respondió, e hizo un sonido de beso con su boca. Me reí.
Al cortarle, sólo pensé en quedarme tirada en mi cama todo el día, viendo mi serie favorita, en la que aparecía el amor de mi vida, Dylan O'Brien. "¿Por qué no hay chicos como tú en el mundo?", le dije al póster que tenía de él pegado en la pared.
Me levanté para ducharme rápidamente. Tenía media hora para prepararme, y bajar a desayunar. Así que, como nunca, tardé diez minutos en bañarme, y cinco en vestirme. Opté por un jean blanco, una camiseta negra, unas botas largas y una chaqueta de peluche color piel. Ordené un poco mi habitación, y encontré debajo de la cama la camiseta de Dylan, que no sabía en qué momento me había quitado. Entonces, recordé que mi ropa estaba en su casa. "¡No!", grité para mí misma. Si los chicos visitaban su habitación, pensarían que dormí con él o algo por el estilo. ¡Dios, no!
Decidí dejar su camiseta en uno de mis cajones. Sería en vano llevarla a la escuela, porque no tenía pensado hablar con él. Como dije, iba a ignorarlo completamente.
—Buen día —dijo Mike, bostezando, al verme bajar las escaleras.
Se encontraba sentado en una silla con la cabeza en la mesa, como si no tuviera ganas ni de vivir.
—Buen día —respondí, buscando algo para desayunar en el refrigerador—. ¿Vives? —pregunté con ironía, mientras lo tocaba con una cuchara de madera que había en la alacena.
—Algo así —dijo, lanzando otro bostezo—. Alcánzame algo para comer —agregó, señalando la heladera.
Le di un yogurt de vainilla, y yo tomé uno de frutilla. Él agradeció con la cabeza, y lo bebió como pudo.
Luego de que Mike terminara de desayunar y de prepararse para la escuela, fuimos hasta su auto, en el que me llevó hasta Dalton School. Estaba nerviosa por ver a Dylan y a James, así que lo primero que hice al llegar, fue buscar a Sheila y a Hayley, que no estaban por ninguna parte. Maldije entre dientes, y seguí a mi hermano, quién se fue con su grupo de amigos.
—Hola —dije, después de que todos saludaron a Mike.
James me saludó con una media sonrisa, pero Dylan ni siquiera respondió a mi saludo. Tenía la mirada perdida, puesta en un punto del suelo, y tenía unas grandes ojeras como si no hubiera dormido en toda la noche. Su cabello estaba despeinado, al igual que su ropa, que estaba arrugada. Lo peor de todo, es que aún seguían viéndose sexy.
¡Basta Claire!
—Entonces, ¿iremos a la fiesta de Matt? —escuché decir a mi hermano, y quité la vista de mi celular.
—Pensé que te caía mal —dije, entrometiéndome en su conversación.
Se encogió de hombros, y Connor se apuró a responder:
—Sí, pero es una fiesta Claire, quizás ni siquiera lo veamos ahí.
—¿Tu irás? —me preguntó James, y Dylan alzó la vista.
—No lo sé —suspiré—, mis amigas querían ir, así qué tal vez las acompañe.
—Entonces —dijo mi hermano—, en mi casa a las 9. Iremos todos juntos —miró a Dylan, quién estaba usando su celular—, ¿y tú?
Connor tuvo que darle un codazo para que reaccionara, y Dylan se sobresaltó. Después de clavarle una mirada fulminante a Connor, le respondió a Mike:
—Sí, supongo. Habrá alcohol y sexo, no me perdería eso por nada —y luego me miró.
—Debe ser en lo único que eres bueno —murmuré, pero al parecer los chicos lo escucharon. Dylan no fue la excepción.
Él rió pícaro.
—¿Sabes en qué más soy bueno? —señaló sus labios, refiriéndose a "besar"—. Tú debes saberlo mejor que nadie —siguió, mirándome desafiante y con una sonrisa en su rostro.
Lo fulminé con la mirada, al igual que Mike, y puse los ojos en blanco. Dylan sólo levantó sus manos con inocencia, y volvió a mirarme con su lengua sobre el labio inferior. James lo miró, y luego a mí. Después desvió la vista hacia el infinito.
—Llegaremos tarde a la primera clase —dijo Connor, intentando romper la tensión, y golpeó a Mike y a James para que reaccionaran.
Ellos asintieron, y se fueron, no antes de asesinar a Dylan con la mirada. Ahora sólo estábamos él y yo, y pretendía dejarlo solo, pero me tomó del brazo.
—Claire... —dijo, con una mirada vacía en su rostro—, ¿puedo hablar contigo?
—No —dije, haciendo cara de confusión, y frunciendo el ceño.
—Por favor —dijo, atrayéndome hacia él—, quiero explicart...
Me zafé de su brazo antes de que pudiera terminar de hablar, y me dirigí hacia mi casillero, donde se encontraban Sheila y Hayley apoyadas mirando la situación con atención. Hayley parecía querer asesinarme, o al menos eso decía su mirada.
—¿Qué hacías hablando con Dylan? —fue lo primero que preguntó.
—Hola Hayley —dije, con tono sarcástico porque ella no me había saludado.
—Hola Claire —me lanzó una sonrisa falsa—, ¿qué hacías hablando con Dylan?
Sheila tragó saliva, nerviosa.
—Sólo me preguntó si iría a la fiesta de Matt —respondí, encogiéndome de hombros.
Ella me miró con los ojos entrecerrados, pensando en si creerme o no.
—De acuerdo —dijo, alzando las manos levemente como queriéndose calmarse—. Entonces, el irá a la fiesta... —dijo para ella misma—, ¡tengo que verme bien! —siguió, emocionada.
—Podríamos ir a comprar ropa al centro comercial hoy —dijo Sheila, después de estar callada unos minutos.
—Sí, por supuesto —dije, y la miré preocupada.
Hayley se despidió de nosotras. Tenía una clase diferente, así que Sheila y yo quedamos solas, justamente para hablar sobre lo sucedido con Dylan.
—Cuéntame lo que en verdad pasó allá —dijo, tomándome de las manos, y luego señaló el lugar en dónde Dylan y yo estuvimos.
—Me dijo que quería hablar conmigo, supongo que por lo de anoche, pero no quería escucharlo —dije.
—Él parecía triste —dijo mi mejor amiga, mirando a todas partes menos a mis ojos—. Cuando viniste con nosotras, él no te quitó la mirada.
—No me importa lo que haga, Shei. No me interesa, ¿sí? Deja de intentar convencerme de que él siente algo por mí, porque no es así. Su ex novia llegó a su casa y dijo que dormiría con él, ¿entiendes eso? No significo nada para él —respiré varias veces, intentando tranquilizarme.
Sheila alzó las manos en forma de inocente, y dijo:
—De acuerdo, pero sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, y si sucede algo entre ustedes dos, quiero ser la primera en enterarme.
Le sonreí ya más calmada, y ambas fuimos a nuestra primera clase. Ambas teníamos Literatura, así que nos sentamos en bancos contiguos y charlamos cuando el profesor no nos veía.


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Buenasss! Estoy de vuelta con un nuevo capítulo de "Estúpidamente Perfecto", desde ya les doy las gracias a todos porque estamos por llegar a las 500 vistas! 🥰🥰
En serio muchísimas gracias, voten si les gusta y comenten para que podamos seguir creciendo! ❤️

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