Estúpidamente Perfecto © [TERMINADA]

V

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 V

~☤~

Al finalizar la última clase, quedamos con Jonah vernos a la tarde en Starbucks. La pasé muy bien con él, en realidad, así que no pude negarle. Era una buena persona, pero tal vez sólo podría verlo como un amigo.
En el pasillo, vi a mi hermano y a sus tres amigos hablando, aunque se notaba una especie de tensión entre ellos. Dejé mis cosas en mi casillero, intentando que no me vieran, y al cerrar la puerta de éste, me hallé con un chico de cabello negro y ojos miel, que tenía su brazo delante mío.
—Hola, Matt —dije, seria.
Él me sonrió. Matt era casi tan idiota como Dylan, no me sorprendía que alguna vez hayan sido amigos.
—Hola, Claire —dijo, corriendo un mechón de cabello de mi rostro. Yo aparté su mano.
Los chicos y chicas presentes parecían tener la vista en nosotros, sin desviarla ni un segundo, al igual que el grupo de mi hermano. Matt era popular, y yo era la hermanita de Mike Schonfeld, a la que apenas conocían.
—¿Qué quieres Matt? —dije, sonando grosera, cosa que no me importaba.
—Daré una fiesta el viernes —dijo, aún con una sonrisa en su rostro—, y quería saber si estarías ahí.
—Pf —dije, sarcástica—, por supuesto, no me la perdería.
Sinceramente, no soportaba a Matt. No me alejaba de él porque sabía que Dylan nos estaba mirando, y quería vengarme por lo que había hecho a la mañana.
—Vamos —dijo, mostrándome una sonrisa seductora—, te divertirás.
Hayley y Sheila salieron de una de las aulas, y al verme hablando con Matt, se acercaron emocionadas hacia mí.
—¿Qué sucede? —preguntaron al unísono.
—Estaba invitando a su amiga a una fiesta que daré el viernes por la noche —dijo Matt, apresurándose a responder—, ustedes también pueden venir.
—¡Claro que iremos! —dijeron, inquietas.
—Intenten convencer a Claire —dijo Matt, señalándome con la cabeza.
—Estará encantada —dijo Sheila, rodeándome el cuello con su brazo—. Estaremos allí.
Matt me clavó una mirada que me sonrojó, y esbozó una media sonrisa en su rostro.
—Te veo allí, preciosa —dijo, pellizcándome la mejilla con sus dedos.
Corrí mi rostro y él se fue. Miré con mi mejor cara de odio a mis dos amigas.
—¿Qué demonios acaban de hacer? —les pregunté, enojada.
—¡Matt Evans te dijo preciosa! —gritó Sheila, saltando en el lugar por la emoción.
—No iré —dije, cortante.
—¡Vamos, Claire! —dijo Hayley, sacudiéndome del hombro—, ¡Dylan estará ahí, y será mi oportunidad para estar con él!
—Ellos se llevan horriblemente mal, lo sabes, ¿cierto? —dije.
—¿Y? —dijo, encogiéndose de hombros—, él no se perdería una fiesta.
—Por favooor —dijo Sheila, como una niña caprichosa.
—Okay —dije, harta—. Iremos.
Una mano se posó en mi hombro, y al darme vuelta, me encontré con Mike, que me clavó una mirada penetrante.
—Vámonos —dijo, tomándome del brazo.
Me zafé de él, pero le hice caso, fulminándolo con la mirada. Me despedí de mis amigas, y al alejarme, Mike me preguntó, enojado:
—¿Qué quería ese idiota?
Rodé los ojos, y le respondí:
—Me invitó a su fiesta. Por cierto, no necesito que me vigiles todo el tiempo, ¿si?
—Si no hubiera estado vigilándote, ya estarías en la cama de ese imbécil —respondió, señalando con el dedo a donde había estado Matt.
—No seas ridículo —le respondí—, jamás estaría con él.
—¿No? —preguntó, y rió sarcástico—, estuviste a punto de acostarte con Dylan. Eres una fácil.
Sentí una presión en el pecho al escuchar las palabras de mi hermano. Una lágrima se me escapó de los ojos. No podía creer que Mike me había dicho eso.
—Claire —dijo, intentando colocar su mano en mi hombro—, no quise decir eso... —siguió, arrepentido.
Lo dejé hablando solo, y me alejé de él. Pasé por su grupo de amigos, que me siguieron con la mirada. Al salir de la preparatoria, rompí en llanto.

•••

Mike fue a buscar a Claire, pero James se lo impidió. Él lo tomó del brazo, y le dijo que seguirla sólo complicaría las cosas. ¿Cómo pudo decirle eso a su hermana? Si hablaba con él, simplemente lo mataría. Así que sólo fui rumbo hacia la calle, a buscar a Claire.
—¿A dónde vas? —me preguntó Mike, con tono amenazante y fuerte.
Lo ignoré completamente.
Al salir, miré hacia todos lados, buscando a una chica de cabello negro corto. Claire caminaba hacia cualquier lugar, ya que su casa se encontraba en otra parte.
—¡Claire! —le grité, y ella se dio vuelta para mirarme.
Sus preciosos ojos azules estaban hinchados y rojos por el llanto. Me partió el alma verla así, y en lo único que pensé fue en abrazarla. Era la primera vez que no la imaginaba en mi cama.
—Tranquila —le dije, cuando ya tenía su cabeza apoyada en mi pecho, mientras le acariciaba el cabello—. Él no tiene idea de como eres —le susurré.
—Me llamó fácil —dijo, entre llantos.
—Créeme cuando te digo que no lo eres, y yo lo sé mejor que nadie —dije, y al levantar su cabeza, le sonreí.
Ella lanzó una media sonrisa, pero la borró instantáneamente de su rostro.
—Tú le dijiste que casi nos besamos —dijo—, esto es, en parte, tu culpa.
No sabía qué decirle. Tenía razón, la culpa también había sido mía.
—Perdóname por eso —le dije, secando sus lágrimas. Ella hizo una mueca.
—Ya es tarde, Dylan —dijo, e intentó irse.
—Espera —seguí, y la tomé del brazo, atrayéndola hacia mí—. Por favor.
No tenía idea de qué demonios estaba pasándome. Quería besar a Claire, necesitaba hacerlo, pero de una forma diferente a la que siempre quise. Sus labios estaban muy cerca de los míos, y sentía su respiración mezclándose con la mía. Admiré su precioso rostro con mis ojos, y lo acaricié suavemente con la yema de mis dedos.
—Eres hermosa —le susurré, inconscientemente.
—Estoy segura de que le dices eso a todas las mujeres con las que quieres dormir —me respondió, mirándome directamente a los ojos.
—Tal vez, pero a ti te lo digo en serio —dije, y sin perder tiempo, acerqué mis labios hacia los suyos.
—No seré otra de tus conquistas, Dylan —me dijo, colocando su mano en mi pecho y alejándome de ella—. No caeré en tu juego de seducción.
"Juego de seducción", eso pensaba de mí. Un maldito seductor que sólo usaba a las mujeres, así me creía. Y lo peor, era que no estaba equivocada. Siempre había sido un idiota con ella, y lo seguiría siendo.
—Una noche conmigo te hará olvidar de todo, preciosa —le dije, y me arrepentí al segundo.
Claire se apartó de mis brazos, y enojada, comenzó a caminar hacia quién sabe donde. Mientras mi mente sólo pensaba en ella, y en lo cerca que había estado de probar sus perfectos labios.

_____________________

Nuevo capítulo de "Estúpidamente Perfecto"! La historia subió muchísimas vistas en tan pocas horas, y en serio gracias ❤️
Si les gusta, por favor voten y comenten para poder participar de los Wattys2019!
Gracias lectores! 😻❤️