Camila miraba preocupada para reloj cada cinco minutos. No es que pensara que Lauren necesitaba a alguien para vigilarla, sino que su novia se había ido de casa muy temprano, sin embargo, la noche ya había llegado y la chica simplemente había desaparecido.
El día había sido largo para Camila, la menor había llevado y buscado a Judie de la escuela, había ido al trabajo y ya había regresado, incluso, hasta el supermercado ella había ido. Sabía lo que Lauren quería comprar y acabó yendo ella misma, sin esperar la mayor, pues sospechaba que la chica estaría cansada.
Una sonrisa sondeó sus labios al imaginar que Lauren había sido aceptada en su trabajo y probablemente el dueño había pedido inicio inmediato de sus servicios. ¿Quién no contrataría a Lauren? La chica era trabajadora desde muy joven y Camila ya había presenciado esto algunas veces en el pasado, aunque no sabía que ella sería tan importante en su vida.
Su atención fue dirigida hacia la puerta al oír el sonido de las llaves. La menor sonrió instantáneamente y se acercó al lugar, no esperando que Lauren la mirara al entrar por la puerta. Simplemente se lanzó en sus brazos, atando los brazos en su cuello y riéndose de la reacción asustada de la chica por haber sido tomada por sorpresa.
- ¡Hola! - Camila murmuró sonriendo genuinamente. Las esferas verdes la miraron meticulosamente, dejándola ansiosa por saber cómo había sido su día. - Como te fu... - Su voz fue silenciada por los labios suaves de Lauren tocando delicadamente los suyos, haciéndola olvidar por un momento cómo se respiraba.
- ¡Hola! - Lauren respondió sonriendo amablemente. - Te extrañé. -murmuró, haciendo que el estómago de Camila se revolcara en su interior.
- Yo también te extrañé. -Dijo, pincelando su nariz en la de Lauren. - Como...
- ¿Dónde está Judie? - Lauren interrumpió otra vez plantando un beso casto en la cara de su novia.
- En la habitación, jugando.
- ¿Puedo ir a verla? La echo de menos. - Camila asintió y se soltó de Lauren, siguiendo a la mayor, que corrió hacia el ambiente, saltando sobre la cama tan pronto como entró en el lugar.
- ¡Lauleeeeeen! - La niña gritó emocionada al oír la risa ardiente de Lauren y luego se levantó, se lanzó a los brazos de la más grande con entusiasmo. - ¿Sabías que hoy dije la Letla que quieres que hable dos veces? - Preguntaste orgullosa y Lauren arqueó sus cejas sorprendida.
- ¿Ah, sí? - Preguntó, poniendo un beso en la frente de Judie. Camila se pegó en el marco de la puerta y sonrió con la escena, cruzando los brazos mientras analizaba todo.
- Sí. ¿No es así, tía? - Preguntó y Camila asintió.
-Sí, de a poco está progresando. -Respondió sonriente. Lauren sonrió para niña, pero a la niña le extrañó aquella sonrisa. Aquella no era la sonrisa que Lauren le daba. Algo faltaba.
- ¿Por qué tus ojitos están tristes? -Preguntó en voz alta lo que Camila también había notado. Lauren negó con la cabeza y rió bajito.
-Sólo estoy cansada. El día fue corrido. - Replicó, mirando a su novia al oírla chasquear la lengua en el paladar de la boca.
- ¿Podemos hablar? - Camila preguntó y Lauren suspiró, asintiendo. -Ven aquí. -Dijo dulcemente, extendiendo la mano para la mayor. - Deja que Judie siga jugando y ven. - Lauren asintió y se levantó de la cama, acariciando la cara de Judie antes de caminar hasta Camila y entrelazar sus dedos en los de ella.
Se detuvo cuando sintió una mano pequeña y cálida enredarse entre los dedos de su mano libre. Su mirada bajó hasta la niña, que la miraba de una manera indescifrable.
- ¿Vuelves para jugal conmigo? - La mayor asintió sonriendo, viendo a la pequeña sonreir animada.
Las adultas comenzaron a caminar lejos de allí y Camila se sentó de lado en el sofá, tirando a Lauren consigo.
- ¿Ella comentó si le gustó la escuela? - Lauren preguntó y Camila suspiró, apoyando el codo en la parte de atrás del sofá antes de hundir los dedos de la misma mano en el cabello.
- No pudiste, ¿verdad? - preguntó, viendo a Lauren mirarla unos segundos antes de asentir avergonzada.
-Quienes salieron perdiendo fueron ellos. - Camila dijo sinceramente, llevando la mano libre hasta la cara de la mayor con dulzura. - ¿Dónde estuviste, entonces? -Preguntó curiosamente, viendo a Lauren llevar su mano hasta la mano de Camila que estaba en su cara y plantar el beso en la región antes de acostar la cabeza sobre la mano de la chica.
-Caminé las dos primeras horas, pero luego decidí imprimir más currículos e intentarlo de nuevo.
- ¿Cómo estás? - La menor preguntó preocupada.
- ¿Sinceramente? - Preguntó y Camila asintió. -Un poco conmocionada. -Confesó respirando hondo. - Tengo certeza de que el me contrataría, Camz, pero luego... - se tomó un descanso para mirar a su novia. - Entonces vio en mis antecedentes que ya estuve en la cárcel. - La menor se sintió enferma al pensar que aún había gente prejuiciosa por ahí y, al imaginar la sonrisa de Lauren muriendo al recibir la noticia, se contuvo para no demostrar que estaba enojada con esa información.
-Ven aquí. -Camila llamó, tirando de Lauren a sus brazos al instante siguiente. La mayor no protestó, sin embargo. Sólo se dejó acomodar en la curva del cuello de Camila. Esto hasta que sintió un pequeño cuerpo cubrir a las dos y giro la cara para encontrar Judie allí. La niña la analizó minuciosamente antes de pronunciar:
- ¿Un árbol plecisa de paciencia, recueldas? - Preguntó solemnemente. - Lo lograrás, mantente calmada. -La pequeña dijo, haciendo sonreír a Lauren instantáneamente.
- Todavía no puedo pagarte ese helado. -Lauren dijo apenada y decepcionada de si misma. - Te lo debo. - Judie analizó la forma en que la sonrisa de Lauren vaciló y negó con la cabeza.
- ¿Quién necesita helado cuando te da caries? - Dijo, viendo reír a Lauren, tanto por la frase, como porque Judie le dio a R. - Me gusta más que sonrías así. - Dijo honestamente, volviendo a abrazar a ambas mujeres.
- Camila, voy a robarte a tu sobrina. - Lauren lo dijo en un tono empalagoso, demostrando que se había derretido al oír hablar a la niña y luego recibió un beso en la cara de su novia.
-Sólo te dejo si me robas junto. -Ella susurró, haciendo que el corazón de Lauren se disparara en el pecho. Le encantaba esa sensación de estar enamorada. Sobre todo cuando ese alguien es Camila.
- Trato hecho. - Lauren replicó, dando un casto beso en Camila antes de sonreír.
- Entonces no te queremos triste. - Camila dijo y Lauren asintió, hundiendo su cara en la curva del cuello de la menor mientras acariciaba la espalda de Judie, que todavía estaba acostada sobre el regazo de las dos.
- Creo que iré a ver a Normani esta noche. - Lauren informó.
- ¿Puedo ir contigo? - Judie preguntó y Lauren miro esperanzada a Camila esperando una respuesta.
-Sólo si yo puedo ir también. - La chica dijo cruzando los brazos y tanto Lauren como Judie se rieron.
- Los celos son feos, tía. -La niña dijo, oyendo reír a Lauren.
Camila iba a decir algo, sin embargo su celular sonó.
-Ponle un poco de abrigo para que nos vayamos y yo voy a contestar. - Ella dijo, viendo a Lauren asentir y levantarse, tirando de Judie en su regazo.
- Bien. - Lauren dijo, viendo a Camila responder a la llamada.
- ¡Hola! - Dijo.
- ¿La Srta. Camila Cabello?
- Ella misma. ¿Quien habla?
- Habla Thomas Linhares, de la clínica. Llamamos por parte de su madre. - Camila sintió su corazón latir rápido en su pecho.
- ¿Qué pasó? ¿Está bien? - Se asustó al preguntar.
-Ella está bien en la medida de lo posible, señorita, sin embargo insiste en hablar con su persona. ¿Podría venir? - Camila se mordió el labio inferior y asintió. Cuando se dio cuenta de que el muchacho no podría verla negó con la cabeza por su estupidez.
- Claro, estoy en camino. - Informó.
-No se demore. Ella está muy impaciente.
Camila de inmediato se preocupó. ¿Qué le pasaba a su madre?
- ¿Lista para irnos? - La dulce y suave risa de Lauren sonó después de su pregunta. La chica ahora volvía con una judía completamente abrigada y sonriente. La risa de la más grande cesó al ver la expresión de miedo en la cara de Camila. - ¿Qué pasó, amor?
- Voy a agarrar un abrigo. - Ella dijo, caminando hacia Lauren para besar sus labios de una manera inocente. - Parece que vamos a tener que cambiar el curso de nuestro viaje. - Informó.
- ¿Qué? ¿Por qué? - Lauren me preguntó confundida.
-Eso es lo que tengo que averiguar. -Hablo, viendo a Lauren aún más confundida. - Llamaron de la clínica. -Dije con preocupación. - Algo le pasó a mi madre y ella quiere verme. - Lauren frunció el ceño sorprendida.
- ¿Qué quiere? - Preguntó.
- Eso es lo que intento averiguar. - Dijo, corriendo a su habitación al momento siguiente en busca de un abrigo. Sólo esperaba que no ocurriesen más desastres porque estaba harta de cosas malas.
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Quedan cuatro capítulos para terminar esta historia y ya estoy ansiosa.