Fast & Beautiful [The Gazette...

By sugarmeli

1.3K 83 8

Kai vive locamente enamorado de Reita, el chico que jamas le hará caso. Aoi ama a su hermano, pero no de la m... More

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
20
21
22
23

19

49 3 0
By sugarmeli


Kyo


Debía ser un verdadero romántico, eso o un verdadero idiota, votaba por la segunda. Sin embargo, no me podía explicar cómo entre mas me olvidaba de Toshiya, menos placentero el sexo con cualquiera se volvía. Después de la fatídica reunión con Mana, me encontré completamente decepcionado de Toshi, como si todas aquellas características por las que lo amaba y lo creía especial se desvanecieran en el aire. Ciertamente era mas complicado que eso, pues cada que tenía sexo pensaba en él, ahora ni sentido tenía, ya no podía pensar en nadie y simplemente dejaba de disfrutarlo. Así de jodido estaba.

—¿Estás bien? —la voz de Kai me despertó de mis ensoñaciones.

Lo miré sin entender al principio lo que me había dicho—. Sí...No —contesté al reaccionar y al notar que mi acompañante me miraba como si estuviera loco.

Kai y yo nos habíamos vuelto bastante cercanos desde el día en que casi me acuesto con él, un poco irónico a decir verdad, no podía encontrar a alguien que estuviera tan jodido en ese sentido como yo. Intentamos una vez acostarnos sin estar ebrios y no resultó nada bien, ninguno de los dos conseguía prender al otro lo suficiente, lo bueno era que sus pláticas eran entretenidas.

—¿Estás pensando en Toshiya otra vez? —negó sonriendo con la lata de cerveza en la mano. Estábamos en un pequeño bar que no tenía problema en dejar pasar a menores de edad, eso o mi apellido los impresionaba bastante.

Asentí—. No es sólo Toshiya, todo este asunto, todo me tiene realmente estresado —cubrí mi cara con las manos.

—Bienvenido al club —le dio un sorbo a su bebida—. Necesitas desahogarte de vez en cuando.

—Desahogarme, no puedo tener sexo sin pensar que es aburrido, no puedo desahogarme.

Soltó una carcajada—. El sexo no es la única manera, ¿sabes? ¿Has intentado hablar de lo que te molesta?

Fruncí el ceño—. ¿Y volverme una chica? Seguro y después hacemos una fiesta de pijamas y nos pintamos las uñas.

Kai giró los ojos. 

—Un día vas a explotar y me queda claro que eso nunca es bueno.

Había visto muchas formas en las que todos explotaban, desde Aoi hasta el mismo Kai y no creía que eso fuera a pasarme a mi, es decir, yo me sabía controlar. Además de que no tenía nada qué contar, nada de qué hablar. Creo que a nadie le interesaría saber en la clase de problemas en las que estaba metido y ciertamente las personas que más me importaban lo sabían, ¿para qué hablarlo?

—Puedes hablar de cómo te sientes al respecto —pareció leer mis pensamientos

Le di un enorme trago a la cerveza—. Entonces necesitaría un psicólogo y tendríamos suerte si no acabamos en la correccional o peor, el psiquiátrico. ¿Cómo te sientes tu al respecto? —pregunté verdaderamente interesado.

—Jodido —bufé ante la respuesta y él se revolvió en su asiento—. Sigo sin entender cómo chicos como nosotros pueden aguantar esta clase de presión y aún así aquí estamos, bebiendo como si nada pasara. Aoi y Uruha están considerando largarse una vez que todo esto termine, y lo peor es que no pienso que sea mala idea.

—Si alguien está más jodido que nosotros, seguro son los Shiroyama —comenté mientras Kai asentía.

—Sakito tiene que acostarse con Mana y no le parece alarmante, si Shou se entera seguro nos mata a todos. Tu hermano se la vive en el hospital mientras dan a Nao de alta y aun así todos parecen tener alguien en quien apoyarse, Hitsugi y Ni-ya viven en su mundito de amor; incluso Toshiya y Die les irá muy bien después de esto.

—Suzuki no parece estar muy acompañado —hice una mueca.

Kai alzó una ceja—. ¿Crees? Además de tener el apoyo de Aoi, desde que rompió con Ruki se la vive saliendo con Yomi —hice un gesto al no reconocer el nombre—. El chico bajito que es amigo de Uruha —asentí al recordar al enano regordete—. Y ahora, aquí estamos nosotros, bebiendo porque no nos queda de otra.

—Creo que la pregunta esencial es: ¿Crees que saldremos vivos de esto? —me aterrorizaba pensar en eso pero ahora que la conversación se había tornado seria, mas valía preguntarlo.

—Es bueno saber que no soy el único que se hace esa pregunta y la respuesta es —suspiró—: no lo sé. Quisiera ser positivo y decirte que tendremos un final feliz, lo cierto es que no tengo idea, esto no es como en las películas que confían en sus habilidades y además saben como patear traseros. Vamos, yo he estado en peleas pero nunca han sido mas allá de la preparatoria con chicos como nosotros, Gackt y Mana son de la mafia, pueden hacernos la vida miserable o matarnos con sólo chasquear los dedos. Es por eso que me aterra que Sakito vaya y se meta con ellos como si fuera cualquier cosa. Incluso si saliéramos vivos, no sé como seguir con mi vida después de esto, yo no tengo problemas en casa como Aoi, no podría dejar a mi madre, tampoco tendría a donde ir, ni dinero —sonrió de lado—. Tampoco una verdadera razón para no huir y olvidarme de todo esto.

Negué, le hice señas al mesero para que me trajera mas cerveza. 

—Huir no es la respuesta, nunca lo es.

—¿Tu no huyes de tus propios sentimientos al acostarte con el primero que se te cruza? ¿No es lo mismo? ¿No huimos de nuestros problemas peleando de la forma en la que lo hacemos? Cuando todo esto termine, seguirán nuestros problemas, la forma en la que Toshiya nos entregó a la mafia, el hecho de que Sakito se vendió por un Camaro. Que Aoi y Uruha sean hermanos, que yo no pueda estar en la misma habitación que Reita, el que Nao esté en cama por quien sabe cuanto tiempo. Todo eso seguirá ahí.

—Suena muy fatalista si lo pones así.

—No encuentro como ser optimista Kyo, ya no.

—Podríamos tener sexo —sugerí. 

—Seguro —Kai le dio otro sorbo a la cerveza.

-x-

La conversación con Kai me había dejado peor, razón por la cual, había terminado afuera de la casa de Toshiya. Si quería que las cosas marcharan bien, tendría que comenzar a arreglarlas y tomando todo el poco valor que me quedaba toqué el timbre, sabía que él abriría, su padre se la vivía en el trabajo y su madre estaba demasiado débil para siquiera levantarse de la cama. Parecía sorprendido de verme ahí, pero lo supo disimular al instante.

—¿Qué quieres? —preguntó calmado.

Hice lo que cualquiera hubiera hecho en mi lugar, le solté un puñetazo con todas mis fuerzas, tan fuerte que mi puño ardió después de haber atestado el golpe, la adrenalina era tanta que en ese momento no lo sentí. Dejé su labio sangrando por el golpe, no hizo nada por devolverlo, aun si yo estaba esperando que lo hiciera.

—Supongo que me lo merecía —dijo al fin.

Eran más de las siete, todo estaba oscuro a nuestro alrededor, excepto por las débiles luces que iluminaban a duras penas la expresión de su rostro.

—Te mereces mucho más que eso —le contesté escupiendo veneno—. Sólo que no lo vales. Te libero de tus problemas o relaciones con nosotros, no te quiero cerca, no quiero volver a ver tu cara. Si te acercas a Gazette9 o Nightmare en grey o a quien sea que tenga que ver con nosotros, recibirás más que un golpe. Sé que tal vez te tengamos que ver para eso del trabajito para el que nos vendiste, fuera de eso la advertencia está hecha. Habían una y mil maneras de ayudar a tu madre, escogiste la peor y siendo así, tú eres quien lidiará con las consecuencias, no yo, ni nadie que me importe —sabía que iba a decir algo pero no lo dejé, me alejé directo hacia mi auto sin mirar atrás, para mi todo el asunto de Toshiya había terminado.

Abrí la puerta de la Escalade. 

—Kyo —me llamó aun desde su puerta, no me volteé. Tampoco entré al carro para que supiera que lo estaba escuchando—. Ten cuidado con Die —dijo captando mi atención, giré la cabeza—. Va detrás del menor de los Shiroyama y no se detendrá a hasta obtenerlo. Al menos te debo eso —se metió a la casa con media sonrisa pintada en el rostro, ese maldito.

¿Qué se supone que significaba lo que acababa de decir? Uruha jamás le daría entrada a alguien como Die, a nadie considerando que andaba de noviecito con Tora; y que él y su hermano tenían una especie de relación ahora. Sin embargo las palabras de Toshiya me dejaron bastante perturbado. Genial, más problemas. Planeaba dirigirme a casa y sólo dedicarle una llamada a Aoi, pero no me quedaría tranquilo sólo con eso; así que terminé desviándome a la casa de Suzuki.

A pesar de ser de noche pude notar a Uruha, Aoi y Reita en el jardín de este junto al Lancer de Aoi, los tres reían mientras jugaban con un pedazo de tela manchado de aceite. Kai y yo no éramos los únicos que actuaban como si el mundo no se estuviera cayendo poco a poco a nuestro alrededor.

—Miren que bonita escena —me bajé recalcando el comentario con sarcasmo.

—Lo era, pero la tenias que cagar —contestó Suzuki girando los ojos y recargándose en el Lancer, que en ese momento tenía el cofre abierto, había un montón de herramientas esparcidas por el piso—. ¿A qué debemos el placer de tu visita? —la pregunta estaba cargada de sarcasmo.

—Vine a ver a tu mamá.

—Lástima que no le gustan los enanos.

—No fue lo que dijo anoche.

Reita abrió la boca para contestar cuando Uruha nos interrumpió. 

—¿Les molestaría hacer esos chistes después? —lucía bastante molesto—. Parecen niños —negó mientras caminaba hacia el Lancer revisando el motor.

—¿De cuándo acá, él es el maduro? —preguntó Reita haciendo puchero—. Bueno, ¿qué haces aquí enano endemoniado? —le dediqué una seña obscena y me giré hacia Aoi quien no había dicho nada hasta el momento.

—Vengo de ver a Toshiya —comencé, los tres de inmediato me pusieron atención—. Le partí la cara.

—Vaya, ya era hora —Aoi terminó por sentarse en el piso—. Debió de haberte dicho algo importante para que te hayas tomado la molestia de venir —tomó una botella a su lado y le dio un trago.

Asentí—. No sé si fue importante, pero creo que deberían saberlo. Me dijo que Die iba tras de Uruha y no se detendría —expliqué.

El castaño palideció ante el comentario, mientras cerraba el cofre del auto—. ¿Qué quieres decir? —lucía realmente preocupado.

—No importa lo que haya querido decir —Aoi se levantó y fue hacia él—. No dejaré que se acerque.

—Falta una semana para el trabajo de Gackt y Mana —comentó Reita—. Las cosas van a ponerse peor cada vez, debemos andarnos con cuidado, si pasa una atrocidad tendremos que involucrar a nuestros padres y eso no ayudaría en nada —los tres estuvimos de acuerdo.

—El Lancer está listo, entre más rápido terminemos con esto, mejor.

Miré a los hermanos y caí en cuenta. 

—¿Qué haces aquí? ¿Tus padres te dejan estar tan noche fuera de la casa? —no era tan tarde, solo que los padres de Uruha se habían vuelto una verdadera pesadilla desde lo ocurrido con Aoi.

Uruha se alzó de hombros—. No están en casa, mi tía está enferma y salieron corriendo. Me costó una eternidad convencerlos de que me dejaran aquí porque tenía exámenes, al final accedieron pero me dejaron a cargo de una amiga cercana de la familia, que por supuesto no le importa lo más mínimo dónde estoy o que no debo de acercarme a Aoi, lo cual hizo que pudiera arreglar el Lancer más rápido —explicó con una sonrisa en su rostro.

—Que oportuno —parpadeé varias veces. Tal vez de vez en cuando la suerte estaba de nuestro lado.

Claro, no duró mucho. Permanecimos en silencio unos minutos, hasta que vimos dos autos desconocidos pararse frente a nosotros, nos pusimos alerta de inmediato. La experiencia nos había enseñado que nunca era nada bueno. Y lo rectifiqué cuando vi a Die salir de uno de los autos con una enorme sonrisa plasmada en su rostro.

—Debí suponer que Toshiya te iría con el chisme —dijo mientras otros cinco salían de ambos autos, los conductores se quedaron adentro sin apagar el motor—. Lo cual es terriblemente malo para mi, ¿sabes? Yo planeaba esperar a que el trabajo para Gackt y Mana estuviera listo, pero así —chasqueó la lengua—. Tuve que adelantar muchos planes y esto te incluye a ti —señaló a Uruha.

—Vete a la mierda Die —soltó Aoi colocándose frente a su hermano

—Ahí estarás revolcándote muy pronto —sonrió aún más e hizo una señal, los cinco matones fueron mucho más rápidos que cualquiera de nosotros.

Dos de ellos se fueron directo contra Suzuki, quien recibió un golpe en el estomago que lo mandó al piso y antes de que se pudiera recuperar, uno de ellos le puso el pie en la espalda impidiendo que se moviera. Aoi por su parte fue más rápido, empujó a Uruha hacia atrás y le soltó un golpe a la nariz al que se le había acercado primero y una patada al segundo. A mi sólo se me acercó un sujeto enorme, supongo que por ser el mas bajo creyó que no le daría problemas, me soltó el golpe que supe esquivar con rapidez, sin embargo antes de que pudiera hacer algo más, Die sacó un arma, una pistola automática para ser exactos. Me dejó tan impresionado que el sujeto logró tomarme por atrás de los brazos, no podía moverme igual que Reita. 

Aoi dio mas pelea, pero ya eran tres contra uno. Uno de ellos acertó a darle con el codo en la espalda haciéndolo caer de rodillas y entre dos lo tomaron de los brazos levantándolo, Die se acercó entonces con el arma apuntándole directamente. Traté de zafarme pero me fue imposible.

—Tu decisión, Uruha —sonrió satisfecho mientras Aoi trataba de zafarse, tenía bastantes golpes—. Te subes al auto o lo mato —toda la escena parecía salida de una pesadilla. Jamás creí a Die capaz de algo así, la amenaza parecía real, demasiado real—. Imagínate que mato al mejor piloto de los dos equipos, así no sólo estarías condenando a muerte a tu hermano —le puso la pistola debajo de la barbilla al pelinegro que lo miraba sin miedo, al contrario, parecía lleno de rabia—. Estarías asegurando la muerte de los demás —nos señaló entonces a mi y a Reita con el arma—. Mas valdría matarlos en este momento —se volvió de nuevo con Aoi—. No me hagas hacerlo, sería deprimente para todos y te llevaría de todos modos —no quitó el arma de la barbilla del otro.

El castaño se movió con dificultad, parecía estar temblando de los pies a la cabeza. 

—Ni se te ocurra Kouyou —advirtió Aoi entonces—. No te atrevas a irte con él —uno de los dos matones que lo sostenía le soltó otro golpe.

—Yuu —la voz de Uruha tembló—. Basta, iré contigo, no le hagas nada —para mi sorpresa la ultima frase la dijo con completa calma.

Die rió—. Sube a tu carruaje princesa —le señaló el primer auto, un Mercedes clásico negro con los cristales de doble vista. Todos tratamos de movernos, ninguno lo logró—. No te preocupes Shiroyama, te lo devolveré cuando me haya aburrido de él —le dijo cuando el castaño se subió al carro—. Aunque, quien podría aburrirse de ese cuerpo, tu lo sabrás mejor que yo —se rió mas fuerte.

—No te atrevas a tocarlo, estúpido —se movió tratando de zafarse, no funcionó.

Finalmente, Die subió al Mercedes y los matones que nos sostenían nos aventaron al piso. Todo pasó muy rápido después de eso, vi como se subían al auto, vi a Uruha aventar algo hacia Aoi, quien se levantó como alma que lleva el diablo, recogió las llaves y corrió al Lancer. Me moví por mero instinto y corrí hacia el auto plateado seguido de Suzuki, nos subimos y no habíamos terminado de cerrar las puertas cuando Aoi ya había arrancado. Era una locura, perseguirlos y, ¿luego qué? Ninguno de los tres estaba pensando.

La casa de Reita estaba en un residencial, lo cual era una desventaja y una ventaja. Como solo había transito local no había nada para detener que los tres autos fueran como locos, la ventaja era que para salir de ahí tendrían que pasar por vigilancia. ¿Por qué los habían dejado pasar en primer lugar? Sin embargo las esperanzas se fueron al traste cuando al llegar a vigilancia, los autos se llevaron con ellos la barra que los separaba.

Aoi aceleró entonces, ese chico podría ser muchas cosas pero era impresionante al volante y con las modificaciones que le habían hecho al auto, no le fue difícil alcanzarlos. El carro donde estaba Uruha iba enfrente, teníamos que librar el de atrás primero, lo cual hacía que fuera más complicado. En cuanto salimos a las calles tuvimos que tener cuidado, no había casi autos, pero la mayoría salían de su trabajo, comenzaría a haber trafico pronto. Shiroyama se metió en sentido contrario para tratar de alcanzar o ponerse al nivel del primer Mercedes pero duró poco, pues otros autos venían directo hacía nosotros.

Reita iba de copiloto y parecía leer todos los movimientos de Aoi, pues de inmediato le indicaba lo que podía hacer y Aoi lo escuchaba sin chistar, vaya equipo que eran esos dos. Vi a Suzuki sacar su celular y aventármelo—. A tu derecha —Aoi dio el giro demasiado brusco, supo estabilizar el auto de inmediato.

—No le hables a Hiroto, no aún —advirtió Shiroyama—. No podemos involucrar a la policía —dio una vuelta a la derecha, el Mercedes se metió por una calle estrecha. Habíamos logrado perder al segundo auto, sin embargo justo cuando Aoi iba a entrar a la calle, el auto se nos atravesó impidiéndonos el paso, el pelinegro fue lo bastante rápido para frenar el Lancer, cambió la velocidad y se echó de reversa esperando encontrarse con el Mercedes al final de unas cuantas calles. Giró a la izquierda para ponerse en marcha y fue cuando escuchamos el sonido de las sirenas, no podríamos continuar, nos rodearon en menos de dos minutos. Los dos autos habían desaparecido.

—Ahora es buen momento para llamar a Hiroto —comentó Reita mientras dos oficiales se acercaban a nosotros.

-x-

—No digan una palabra —fue el consejo que nos dio el padre de Hiroto. 

Terminamos como era de esperarse en la comisaría, los tres encerrados en una celda esperando a que vinieran a sacarnos. Ni el apellido de Suzuki, ni el mío fueron suficientes para librarnos de esa. Así que ahí estábamos, esperando a que el padre de Hiroto hiciera todo el papeleo mientras, Aoi golpeaba la pared con el puño como si pudiera tirarla.

Ninguno dijo nada acerca de Uruha, era algo que teníamos que resolver por nosotros o se armaría un escándalo y no podríamos entregar la droga, lo cual nos pondría en riesgo a todos. Claro, no teníamos ni idea de cómo solucionarlo y tal como Reita había dicho antes, las cosas parecían empeorar por minuto, cada momento que desperdiciábamos ahí encerrados era tiempo que Uruha pasaba en manos de la mafia y no había manera de decirle a nadie.

—Toshiya debió decirle a Die en el momento en que te fuiste —concluyó Reita, estaba sentado en el piso con las rodillas levantadas y los brazos apoyados en estas—. ¿Cómo supo Die dónde estábamos? Bien podía estar en su casa.

Algo hizo click en mi cabeza—. Soy un verdadero idiota —los otros dos me miraron sin entender—. Die debió estar con Toshiya, sólo tuvieron que seguirme, sabían que iría a advertirles, que Kouyou estuviera con ustedes les resultó de lo lindo —yo también estaba sentado en el piso recargado en una pared, hice la cabeza hacia atrás para darme contra ella por mi estupidez. 

Por un momento pensé que Aoi se me iría a los golpes, yo lo habría hecho, se limitó a dedicarme  la mirada más dolida que jamás he recibido, no podía imaginar lo que debía estar pasando, yo no me sentiría igual si algo le pasara a Takanori, porque yo sólo veía a mi hermano como eso, mi hermano. Ellos sin embargo se veían como algo más además del cariño convencional de familia.

—Nunca creí que así empezaría tu historial delictivo —la voz de Takanori nos sacó a los tres del sepulcral silencio en el que habíamos caído—. En serio Tooru, de todas las formas en las que hay para atraparte, una simple persecución en la calle.

Me levanté enseguida—. Cállate, no tenemos tiempo, tienen a Uruha —el semblante de mi hermano cambió al instante—. Estábamos tratando de rescatarlo.

Takanori sacó su celular, buscó un mensaje y me lo enseñó, era de Kouyou de hacía apenas veinte minutos.

—Dile a mi hermano que estoy bien, que no haga tonterías. Nos veremos la próxima semana —leí en voz alta. Aoi se acercó a nosotros sin poder creer lo que acababa de decir—. Obviamente Die lo hizo escribir eso —dije de inmediato.

—Después me llegó esto —me volvió a mostrar el celular.

"Dile que no intente nada ahorita, la próxima semana estaremos seguros. Estaré bien."

—Creí que era raro pero, Kouyou es raro. Supuse que había pasado algo con sus padres y después llamaron a la casa para decir que estabas aquí. Pagué la fianza de los tres, el padre de Hiroto nos ayudó, iban a hablarle a nuestros padres y entonces estarían aquí por diez años

Los tres asentimos.

—Tenemos que ir por él —dijo Aoi con decisión.

Takanori se mordió el labio. 

—El primer mensaje si sonaba como que Die lo pudo haber mandado, el segundo...

—¡NO LO VOY A DEJAR AHÍ! —Aoi se revolvió el cabello, parecía que se lo iba a arrancar.

—¿Y qué vamos a hacer? —preguntó Reita.

-x-

La respuesta llegó dos horas después, eran pasadas las tres de la mañana, pero ahí estábamos en casa de Suzuki, todos, como si al día siguiente alguno fuera a asistir a la escuela, como si no nos pudiéramos escapar de nuestros padres para tener una reunión como aquellas. Al menos en el caso de lo que tenían padres que realmente se preocuparan.

—Yo iré por él —fue Sakito quien tuvo la iniciativa una vez que les contamos lo que había sucedido.

—¿Cómo harás eso exactamente? —la seriedad de Shou en la pregunta denotaba preocupación a leguas.

 —No sabemos con exactitud donde está, no sabemos si está con Mana —inquirió Kai cerrando los ojos.

Sakito se levantó de su asiento junto a Hitsugi y comenzó a caminar por toda la sala—. Tal vez, pero es lo único que tenemos. Die no es tan estúpido como para ocultarlo en su casa, sabe que lo encontraríamos; es obvio que está con Gackt, seguro les podré sacar información. Tengo que ver a Mana el miércoles, hoy es domingo —miró su reloj—Ya es lunes, no falta tanto.

—No sabemos si mi hermano soporte hasta el miércoles —Aoi estaba sentado en uno de los sillones individuales, no había hablado en todo el rato parecía estar perdido en sus pensamientos, al menos hasta ese momento.

—No va a matarlo.

Nos quedamos en silencio, sabíamos perfectamente que no iba a matarlo, al menos podíamos contar con eso hasta la próxima semana, era lo que podía pasar durante esa semana lo que nos preocupaba y aunque nadie había dicho la palabra o siquiera la intención, era obvio que todos sabíamos cuales eran las intenciones de Die con Uruha.

—Uruha es más fuerte de lo que crees —Tora también estaba ahí, merecía saber todo lo que estaba pasando y más si se trataba de su novio o su antiguo novio o quién sabe qué eran en ese momento.

—Cualquiera se puede quebrar ante esa situación —comentó Aoi con furia.

—Me refiero a que no se dejará tan fácil y si Die no se propone matarlo, resistirá más de lo que tu piensas. Tal vez para el miércoles haya aguantado lo suficiente —lo dijo aunque no lo creyó, nadie lo hizo.

Sakito seguía caminando alrededor de la sala—. No puedo adelantar mi cita con Mana, se vería muy obvio —se alzó de hombros, realmente lucía preocupado, algo muy raro en alguien con su carácter.

Shou suspiró profundamente se levantó directo frente a el rubio—. ¿Qué vas a hacer exactamente? ¿Cómo vas a buscar a Uruha? ¿Le vas a decir a Mana: "disculpa tengo que recorrer tu casa"? Porque me queda más que claro que vas a acostarte con él —Sakito torció la boca incapaz de desmentirlo—. Y lo peor es que no encuentro una sola razón para decirte que no lo hagas, porque eres la única esperanza de Aoi —todos nos mirábamos, era una plática que no deberíamos estar escuchando—. Aún así no quiero que lo hagas, si pueden hacer eso con Uruha, tu...Tú te estás entregando por voluntad, nada te asegura que saldrás de ahí —se acercó a Sakito quien se hizo hacia atrás por mero impulso.

—Confío en que saldré de ahí y con algo de suerte saldré con Kouyou —miraba al piso, su voz permanecía firme y segura.

—¡NADA TE LO ASEGURA! —la voz de Shou se incrementó haciéndonos sentir aún mas incómodos.

Sakito alzó la mirada, conocía esa mirada siempre la mostraba cuando estaba seguro de que algo saldría exactamente como él quería y se burlaría por ello. 

—Esa clase de gente no hace promesas a lo idiota —fue lo único que pronunció.

—Claro, ahora tu eres el experto en la mafia —apuntó Shou con sarcasmo.

Hitsugi se levantó en ese momento, parecía dispuesto a terminar la discusión de esos dos, no mostraba expresión en su rostro para variar. Sakito alzó la mano para detener cualquier cosa que el chico fuera a decir.

—Los conozco más de lo que piensas, crecí rodeado por ese tipo de gente —se hizo el silencio, si las actividades de Sakito y su forma de vida eran un misterio para muchos de nosotros. Su pasado lo era aún más y escuchar algo como aquello tan de pronto nos descolocó por completo—. Además, ¿a ti qué te importa después de todo? —su altanería regresó.

Shou bufó después del claro desconcierto que el comentario había provocado.

—Me importas, una cosa es que no te soporte y otra que no me importe verte arriesgar tu vida de esa forma. Es una locura y tu estás perfecto pensando en ser la puta de Mana.

—Lo hago por nosotros —contestó como niño chiquito.

—¿Por quién? Ahora con lo de Kouyou lo entiendo, pero, ¿antes? ¿Por un Camaro? Un maldito carro que yo o cualquiera de nosotros te puede comprar, a ti eso no te importa. Quieres hacerlo por tu cuenta y a la mierda con todo lo demás. Al final no eres tan diferente a Toshiya —escupió. Todos debimos haber sostenido la respiración. Shou se giró hacia Aoi—. Lo que necesites pídemelo, pero no puedo estar aquí —tomó sus cosas dispuesto a irse.

Vi a Sakito apretar los puños hasta hacerse daño con sus propias uñas en las palmas.

—¿Y tu qué sabes? —dijo antes de que el Shou pudiera salir de la sala—. Todo lo que quieres lo obtienes —fueron las mismas palabras que Toshiya me dijo alguna vez—. No sabes lo que es pasar todo un día sin saber si vas a comer. Sabes lo que es que tus padres no te volteen a ver, pero no sabes lo que es pensar que todo los días tu madre puede amanecer muerta por ahí a causa de sus malditas drogas o algún cliente enfermo que la golpeó mientras tenían sexo...Y si tanto te molesta que sea la puta de Mana pues ese mi problema, no el tuyo. Y ahora te aviso que también lo seré de Gackt y lo disfrutaré mucho más que si estuviera cont....

—Saki...—Hitsugi trató de interrumpirlo.

—No vengas a juzgarme cuando no sabes nada de mi Kohara —parecía querer llorar de coraje.

—¿Y quién tiene la culpa de eso? Ciertamente yo no —salió disparado de la sala.

Sakito iba a salir corriendo detrás de él, Hitsugi lo alcanzó a detener negando con la cabeza.

 —Hijo de puta —fue lo único que pronunció Sakito y de pronto abrió mucho los ojos. Cayó en cuenta en dónde estaba y lo que había dicho frente a todos, nos miró sorprendido y vi sus mejillas encenderse con fuerza.

Reita tomó la cajetilla de cigarros y se la ofreció—. Siempre es bueno saber que hay gente igual de jodida que uno —sacó uno para él y se volvió a sentar. Sakito asintió agradeciendo el gesto.

—Necesitamos un plan —dijo Ruka rompiendo el extraño silencio.

—Como siempre —mi sarcasmo no se hizo esperar.

***

Uruha

No tenía idea de donde estaba, Die había cubierto mis ojos poco después de que habíamos perdido el Lancer, había atado mis muñecas mientras reía sin parar. Traté de no mostrar el miedo que sentía, pero el temblor en mi cuerpo denotaba lo contrario y eso parecía animarlo más, maldito. Era obvio que no iba a matarme, me había hecho mandarle ese mensaje a Ruki y era precisamente lo que me preocupaba, prefería la muerte antes de que ese desgraciado me pusiera un dedo encima. Sin embargo no pasó poco cuando sentí su mano en mi mejilla.

—Te va a gustar, te aseguro que será mil veces mejor que cualquier cosa que te haya hecho Shiroyama.

—Imbécil —fue lo único que dije.

Perdí la noción del tiempo, no supe cuánto tiempo estuvimos en carretera, estábamos en las afueras de Tokio, aunque no podía decir donde. Me sentía terriblemente cansado y sentía en mi pecho una opresión basada en miedo, ira y ganas de llorar; pero todo eso me lo aguantaría, no dejaría que Die me viera débil.

Bajamos del auto y fui guiado a través de lo que imaginaba era un enorme jardín, subí varias escaleras antes de sentir el calor de una casa. Debía ser enorme puesto que tuve que subir varias escaleras más y caminar por un largo pasillo, hasta que nos detuvimos. Escuché el sonido de un cerrojo y el abrir de una puerta. Para ese momento sólo estábamos Die y yo, supuse que los otros matones se habían ido a sus respectivas habitaciones o lo que sea. Sentí como me empujaba dentro de la habitación y caí irremediablemente al piso, pensé que estaría frío, mi sorpresa llegó al darme cuenta que había caído sobre alfombra. Traté de levantarme, Die tomó de nuevo mis muñecas y me arrastró a lo que asumí era un enorme tubo.

Finalmente sentí como quitaba la venda de mis ojos, fue difícil acostumbrarme a la luz, por lo que no vi nada en un principio. 

—Bienvenido a tu nuevo hogar —dijo con sorna. Al principio pensé que sería una especie de celda, sin embargo, estaba en una enorme habitación y yo estaba amarrado a una de las orillas de una increíble cama de estilo antiguo. A decir verdad toda la habitación estaba adornada de esa forma. Sin duda debía ser la mansión de Mana, no podía pensar en nadie más con aquel gusto. Tenía un espejo de cuerpo completo frente a la cama, un escritorio pegado a la pared derecha junto a la ventana que al parecer daba al jardín trasero, lo imaginé puesto que estaba cubierta con grandes cortinas de terciopelo azul, la alfombra en la que me encontraba era roja. Todo, desde la colcha de la cama hasta los sillones eran de color azul y pequeños detalles en rojo—. Esta es mi habitación —explicó Die—, mi cama —señaló el mueble al que me encontraba atado—. Si te portas bien te dejaré dormir conmigo, de lo contrario, creo que encontrarás muy cómodo esto —señaló varios cojines tirados en un rincón detrás de mío.

Abrí los ojos de la impresión, Die se volvió a arrodillar frente a mi, trató de rodear mi cuello, me hice hacia atrás de inmediato. Sin embargo me encontraba en mucha desventaja, atado y entre él y la cama no había mucho qué hacer. Me tomó con fuerza del cabello, traté de simular aunque me dolía bastante—. Aquí se hace lo que yo digo —me soltó y colocó algo en mi cuello, parecía un collar—. Tu eres mi mascota —me horroricé al darme cuenta que era un collar de perro.

—Estás enfermo.

—Al contrario mi querido Uruha, disfrutarás esto tanto como yo. Bueno tal vez no tanto, ahora se trata de mi —volvió a sonreír satisfecho—. Y nada me hará mas feliz que tener al pequeño hermano de Shiroyama gimiendo como perra ante mi.

Omití el comentario y entrecerré los ojos—. ¿Todo esto se trata de mi hermano? —no pude evitar hacer la pregunta, ya eran demasiados comentarios respecto a Yuu.

—Siempre me has parecido encantador, con tus aires de inocencia y tus pequeños shorts corriendo por todos lados. No es como si te quisiera de novio o algo por el estilo —se levantó y se sentó en el taburete del escritorio frente a mi—. Me gustaba mirarte. Tu hermano siempre fue mi rival en las carreras, ¿lo sabías? Corríamos en la misma modalidad y vaya que era una pesadilla, el muy idiota se la pasaba presumiendo de sus talentos al volante obteniendo la atención de todos, yo siempre era el segundo. No lo dudé dos veces en sugerirlo a él cuando Gackt me pidió que encontrará un equipo para su juego con Mana, quien iba a pensar que Gazette9 y Nightmare en grey se volverían tan amigos y nadie reparó en mi. Bola de niños consentidos —lo miré sin entender una sola palabra, parecía alguien muy acomplejado—. Y después el escándalo estalló, los hermanitos Shiroyama estaban enamorados y a uno lo habían corrido de casa —se levantó con indignación—. Eso era mas de lo que podía soportar, Aoi siempre se había llevado la gloria y también tenía algo que a mi me agradaba. Tú —me miró con malicia—. Todo eso se termina ahora, no descansaré hasta quitarle a todos ustedes todo lo que siempre han querido, empecé con sus ganas de correr, ahora tienen que hacer el trabajo de Gackt volviendo miserable algo que adoran, los autos. Y tengo lo que Shiroyama más ama en el mundo, tú.

—¿Por eso hiciste todo esto? Por mera envidia, que triste —no pude evitar comentar, sin embargo mi atrevimiento lo pagué con una cachetada que hizo que mi vista se nublara.

—Haré que tu hermano se arrastre pidiendo perdón por su arrogancia después de que termine el encargo de Gackt, y cuando lo haga, lo mataré —dijo con simpleza y supe que hablaba muy en serio—. Todos y cada uno de los Gazette9 y Nightmare en grey caerán esa noche por el atrevimiento de ignorarme, por sentirse mejores que yo y que Toshiya. Malditos niños consentidos que lo tienen todo, los haré pagar su arrogancia y egocentrismo. Los destruiré poco a poco empezando por el peor de todos, tu hermano.

Para ese punto no me importaba que pudiera hacerme, era mas que claro que estaba completamente desquiciado. Lo único que tenía en la cabeza era avisarle a Yuu, alguien tenía que advertirles que el juego de Gackt y Mana estaba planeado para matarlos. 

Continue Reading

You'll Also Like

88.4K 12.8K 57
- Yo te compré. ¡¿Qué crees que estás haciendo?! - Me compró para su satisfacción - sonrió de lado mientras bajaba su ropa interior. - Pues bien, har...
17.1K 2.1K 14
Yibo fue adoptado por la familia Xiao, cuando tenia 7 años. Su llegada fue motivo de mucha felicidad para la familia, tener otro hijo hombre, aunque...
247K 17.5K 35
Con la reciente muerte de su padre el duque de Hastings y presentada en su primera temporada social, Annette empieza a acercarse al hermano mayor de...
134K 15.9K 25
"-Jaebum es mejor que tú. ¡Tienes que aceptarlo! ¡Ya no somos nada y no hay más que hablar!" La ahora, ex novia de Youngjae, decide terminar la relac...