Fast & Beautiful [The Gazette...

By sugarmeli

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Kai vive locamente enamorado de Reita, el chico que jamas le hará caso. Aoi ama a su hermano, pero no de la m... More

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By sugarmeli


Reita


No sé a que velocidad manejé, no sé ni cómo estacioné el carro, de hecho tengo problemas para recordar como llegué al hospital. Sólo sé que escuchamos el choque, manejamos a toda velocidad hacia donde estaba y lo llevamos.

No puedo explicar muy bien como me sentía, es decir, todos estábamos conscientes del riesgo que representaba correr los autos de esa forma. También sabíamos la clase de peligro que la modalidad de Nao representaba, pero aquello, iba mas allá de mi. Jamás habíamos estado en un choque tan fuerte, jamás nos había pasado a uno de nosotros, al menos no así.

¿Qué se suponía que debíamos hacer en un caso como ese? Solo éramos adolescentes, metidos en líos de adultos y era yo quien tenía que levantar el teléfono y comunicarle a los padres de Nao lo que había pasado, era mi responsabilidad. Temblaba solo con la idea, pero no podían hacer mucho si sus padres no estaban al tanto.

Miraba fijamente el teléfono, estaba sobre la mesa de la recepcionista. Llevaba mas de cinco minutos debatiéndome qué decir cuando sentí una mano sobre mi hombro, me giré hacia Ruki, quien tenía los ojos mas vidriosos que cualquiera de nosotros, supuse que era por ser el mas sensible.

—Llámalos, cada minuto que pase...Nao —se le quebró la voz.

Terminé por asentir, marqué el numero y suspiré cuando escuché la voz adormilada del padre de Nao. 

—Señor Murai, habla Akira —cuando alguien habla a altas horas de la noche, nunca puede ser nada bueno.

-x-

Nao dio la vuelta en U de manera perfecta, derrapando un poco, pasó por una enorme avenida en el carril de la izquierda. Todo iba bien hasta que un estúpido conductor de un enorme tráiler se cruzó el alto, llevándose el Lotus de Nao desde el costado derecho y estrellándolo contra un poste. Una equivocación que no había sido nuestra estaba haciendo que mi amigo, casi hermano, se estuviera debatiendo entre la vida y la muerte.

Lo peor de todo el asunto no fue explicar como había sucedido el accidente, lo peor fue tener que inventar una excusa del porque estábamos en la calle tan tarde. ¿Qué decía? Obviamente no podía decir nada de las carreras, nos salíamos siempre sin permiso, hacíamos siempre lo que queríamos y estábamos metidos en eso. Al final solo tuvimos que resolverlo diciendo que nos escapamos para ir a una fiesta. El conductor del tráiler, estaba ebrio, no sé si para nuestra buena suerte, fue culpa de él.

Estábamos en la sala de espera, parecía que me había quedado sin habla; Ruki era quien hablaba con los padres de Nao, ya había pasado una hora desde que habían llegado y nos habían comunicado el estado de mi amigo, el cual, no era para nada alentador.

El choque provocó que varias de sus costillas se rompieran y una de ellas perforó su pulmón. En ese instante se encontraba en el quirófano, no sabíamos qué esperar, no sabíamos nada.

-x-

Dos horas. Seguía en la operación. ¿Cuánto duraban esas cosas? Sentía un agotamiento, tal vez por estar tanto tiempo sentado, tal vez por el desvelo, tal vez por todo, los ojos se me cerraban en esa pequeña e incomoda sala de espera.

Un increíble estruendo me sacó de mi ensimismamiento. Aoi estaba encima de un sujeto desconocido, lo tenía agarrado por el cuello con la mano izquierda y con la derecha le propinaba golpes. Shou estaba en un extraño estado zombie, pues solo lo miraba sin ninguna expresión en el rostro, no se movía ni siquiera. Tardé varios segundos en entender que Aoi estaba golpeando al conductor del camión, quien había salido ileso del accidente.

Avancé rápidamente hacia mis amigos, Aoi azotaba al conductor casi con desesperación. Nunca lo había visto así, parecía que estaba punto de llorar; tomó toda mi fuerza de voluntad para tomarlo por los hombros y quitárselo de encima.

—¡Déjame! —gritó—. Lo voy a matar, por su culpa Nao está ahí adentro y él como si nada. ¡Lo voy a matar! —forcejeaba.

Lo arrastré como pude al baño al final del pasillo, Shou le dirigió una mirada severa al conductor pero nos siguió. Kai al ver el alboroto fue con nosotros,  Ruki permaneció con los padres de Nao.

—¿Por qué no dejaste que lo matara? —exigió Aoi pegándole a la pared al punto de hacerse daño en el puño.

Kai lo abrazó por detrás alejándolo de la pared, los celos me invadieron haciéndome olvidar de todo por un momento. 

—Deja que se desahogue —le dije un poco mas brusco de lo que hubiera querido.

—¿Ya viste como tiene los puños? —contestó mirándome con rabia, Aoi mientras, parecía haber entrado en un estado de shock tenía los puños ensangrentados, se había logrado abrir severamente por los golpes. No decía nada solo dejaba que Kai lo sostuviera por la cintura.

—Lo sé, pero tiene que desahogarse, todo esto, es demasiado —pasé la mano por mi cabello.

Kai asintió—. Es demasiado, pero no es la solución, matando al tipo este no van a hacer que Nao se ponga mejor, no harán que Kouyou regrese —dijo cruelmente—. No harán que las carreras sean menos peligrosas, no harán que nuestros problemas se arreglen —Aoi se dejó caer, nunca lo había visto así—. Dejando que se destroce los puños no lo vamos a ayudar —parecía tan maduro de repente.

—Deberías de preocuparte menos por Aoi —solté sin quererlo realmente, tal vez la situación me estaba rebasando y no me había dado cuenta.

—Rei... —comenzó Shou quien fue interrumpido por el mismo Kai.

—¿Por qué? Hasta donde yo me quedé soy el novio de Aoi, tengo todo el derecho a preocuparme y aunque no lo fuera, es mi amigo y está mal —dijo con seriedad.

Bufé. 

—Claro, tanto te ama que lo primero que hizo fue...

—Reita —volvió a advertir Shou.

Kai sonrió—. Independientemente de lo que haya o no haya hecho Aoi yo soy su amigo, si tu novio prefiere la compañía de alguien mas, no te descargues con nosotros —sin poder controlarme me acerqué y tomé a Kai por el cuello de la camisa—. Me preocuparía de la misma forma si fueras tu —dijo finalmente, abrí mucho los ojos al cruzarme con su mirada—. Tal vez mas, pero a ti eso te importa poco —lo solté sin haber comprendido lo que había dicho—. Si crees que me voy a sentir mal porque Aoi ama a alguien mas, estás muy equivocado, lo sabía desde un principio —soltó.

—Kai —Shou miraba a todos lados, como si presintiera que el fin del mundo estaba a punto de desatarse.

—Lo que de verdad me duele es ver a la persona que en realidad me importa con alguien mas, hacer todo por ella y que ni te voltee a ver. ¿Qué tengo que hacer para que te des cuenta Reita? —no había terminado de decirlo cuando mi estomago se revolvió y un increíble mareo azotó mi cuerpo.

Ruki entró al baño en ese momento—. Nao ya salió de la cirugía, está estable —dijo con una hermosa sonrisa en el rostro, se abalanzó a abrazarme, sin embargo mi mirada no se desvió ni un instante de Kai.

-x-

Llevaba dos días en terapia intensiva, aun no se sabía cual sería el progreso, aun lidiaba con su vida, podía empeorar y no despertar, o podía mejorar, nada se sabía. Ahí estábamos tratando de ocultar que algo faltaba, tratando de aparentar que estábamos bien, porque después de todo, éramos amigos y debíamos apoyarnos.

—¿Quién va a ir hoy? —preguntó Aoi, ya estaba mas calmado, se había disculpado del arranque violento que había tenido en el hospital. Ahora volvía a ser el mismo Aoi que conocíamos, supuse que todos los problemas se le habían juntado y simplemente explotó.

—Yo —contesté acomodándome. Todos estábamos en la sala de mi casa, yo no había hablado con Kai, no sabía que decirle ni mucho menos a que se refería cuando dijo eso—. Ruki irá un poco antes que yo —expliqué.

Aoi se frotó los ojos, todos lucíamos bastante cansados—. No quiero sonar fastidioso pero, tenemos que seguir corriendo —torció la boca.

Shou suspiró. 

—Odio estar de acuerdo con Aoi, necesitamos cubrir el lugar de Nao, no sabemos cuando regrese o si va a ...

Kai negó—. No lo digas —tragó amargo—. Tenemos a Tora, pero no creo que sea lo suficientemente bueno para correr en la modalidad de Nao —explicó mirando a Aoi.

El pelinegro asintió. 

—Yo correré las carreras de Nao y Tora las mías —explicó.

Negué de inmediato—. Estás loco si piensas que te voy a dejar correr contra una patrulla, Aoi no te ofendas pero eres un inconsciente —dije con severidad.

—Hitsugi también lo es —trató de excusarse—. Admitámoslo, Shou solo sabe hacer Drift y tu Viper solo funciona en drag. Lo haré bien, tenemos que hacerlo así, soy el único lo suficientemente bueno para hacerlo, además si no lo hacemos corremos mas riesgos que estando en el auto —en ese momento su celular sonó avisando que tenía un mensaje. Lo sacó despreocupadamente, mientras lo veíamos esperando a que terminara de leer. Sin embargo en menos de un minuto lo vi palidecer—. Hijo de puta —soltó el teléfono tirándolo con asco—. Está loco, no me jodas, está loco —temblaba con violencia.

Fue Shou quien recogió el teléfono, su semblante cambió de inmediato—. Para que veas que pienso en ustedes, te hice el favor de terminar lo que empezaste —leyó enseñando el celular. 

Era una fotografía, al principio no se alcanzaba a distinguir, una vez que le ponías atención se podía distinguir perfectamente la silueta de un hombre. ¡Estaba muerto! Parecía que le habían disparado, lo mas perturbante de la fotografía fue que el hombre era aquel conductor que había chocado contra Nao.

—¿Quién envió esto? —pregunté casi gritando.

—Gackt...

-x-

Caminé por el pasillo del hospital, para ese momento ya me sabía de memoria el camino. Cada vez eran mas las cosas que tenía en la cabeza y a pesar de que todas eran serias y probablemente atentaban contra mi vida, lo único en lo que podía pensar era en Kai, Kai y sus palabras de absoluto desprecio hacia mi persona.

O sea, ¿Kai sentía algo por mí? Y, ¿ya no? Entonces ¿Por qué había aceptado estar con Aoi? ¿Por qué no me dijo nada desde un principio? Por supuesto que yo le habría correspondido. Ni siquiera hubiera intentado estar con Ruki desde un principio y no era que no lo quisiera o algo por el estilo, pero Kai era distinto a los demás, en tantos sentidos.

Iba a abrir la puerta, cuando la voz de Ruki me detuvo justo a fuera, parecía estarle hablando a Nao.

—Tienes que ser fuerte, ¿de acuerdo? Sé que fui un cobarde, te prometo que cuando despiertes te diré la verdad y se la diré a todos. Fui un tonto, yo quiero estar contigo, desde ese día que fuimos a tu casa me di cuenta. Nunca en mi vida me había sentido tan cómodo con una familia, tu familia es genial, te quieren tanto y me abrieron las puertas de su casa y yo te abrí las de mi corazón. Cuando me sonreíste esa vez que me puse de necio y te compré un helado, siento que te quiero mas cada vez que recibo uno de esos mensajes ridículos tuyos en las mañanas, eres una nena y me encantas así —silencio—. Despierta Nao, por favor, te vas a poner bien, te lo prometo —mas silencio.

Sentí como si me hubieran dado un golpe en el estomago. ¿Cuándo había pasado eso? ¿Cuándo mi novio se había enamorado de uno de mis mejores amigos? Lo mas importante parecía ser que Nao le correspondía. ¿Por qué no me había dicho nada?

De pronto me sentía traicionado y tonto por no haberlo notado antes. Me pregunté cuanto tiempo llevábamos engañándonos los unos a los otros. Abrí la puerta con cuidado, para hacerle notar a Ruki que ya estaba presente.

Él se giró y me sonrió de lado—. Trato de hablarle, dicen que así despiertan mas rápido —se alzó de hombros.

—Cualquier cosa que resulte —le contesté mirando a mi amigo.

Ver a una persona así puede ser de lo mas impresionante, no solo se ven débiles, sino también vulnerables, todos esos cables conectados, las máquinas haciendo ruidos extraños. Nao tenía una pierna rota, tenía un enorme collarín puesto, unos cuantos parches repartidos en su cabeza y tenía la cara muy hinchada debido a los golpes del impacto. Podía decir que ese cuerpo ahí acostado no era ni el diez por ciento de lo que en verdad era Nao.

—Ponte el cubrebocas —dijo Ruki. A terapia intensiva solo permitían entrar dos personas a la vez y solo si estábamos cubiertos de pies a cabeza. La razón era que podíamos provocarle un infección y empeoraría las cosas—. Se ve tan indefenso —dijo rozando unos de los raspones que tenía en el brazo—. Ya no quiero que sigan corriendo —su voz fue firme.

Negué. 

—Sabes que no podemos hacerlo.

—Claro, si no los mata la mafia se terminarán matando en un carro —dijo con ironía.

—Ruki.

—Todas las personas que de verdad me importan están metidas en esto, de repente suena lógico que Aoi no quisiera a Kouyou cerca de este ambiente y ahora ni eso. Es solo que no entiendo cuando dejó de ser un juego —hizo una mueca.

Mi celular sonó en ese momento, recibí una mirada reprobatoria por parte del enano, tuve que salir de la habitación pues los celulares pueden interferir con la señal de los aparatos.

Abrí el celular que registraba un mensaje nuevo.

"Si sigues corriendo tu amiguito Nao no será el único en el hospital, besos, Mana"

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