Fast & Beautiful [The Gazette...

Von sugarmeli

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Kai vive locamente enamorado de Reita, el chico que jamas le hará caso. Aoi ama a su hermano, pero no de la m... Mehr

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Von sugarmeli


Nao

Yo era el que estaba mas lejos, la adrenalina había hecho que el alcohol bajara en menos de un minuto, no estaba tan ebrio, aun era perfectamente capaz de darme cuenta de lo que pasaba a mi alrededor y la verdad, no era nada bueno.

Traía un vaso en la mano, Aoi traía una botella de cerveza y eso era todo, nuestra gran defensa en contra de diez matones que lucían mucho mas experimentados que una bola de adolescentes con un par de copas encima. Estaba asustado, sí, ¿lo iba a demostrar? No.

Nadie se movía, la tensión era impresionante. Uno de los matones, uno alto de pelo azul se acercó un poco a Aoi, quien se hizo hacia atrás indicándole a su hermano que hiciera lo mismo, pues Kouyou se escondía detrás de él.

—Mira, que bonito niño —sonrió refiriéndose a Kouyou—. Y no es del equipo, así que sin problemas me lo puedo quedar —se lamió el labio inferior de forma vulgar.

Todo sucedió en cámara lenta después de eso. Aoi empujó a Kouyou hacia atrás con la mano derecha, la izquierda sostenía la cerveza, lanzó la botella al aire para tomarla por el cuello, en cuanto estuvo de regreso en su mano la lanzó directo contra el matón del pelo azul. La botella se estrelló en la frente del tipo causando que sus movimientos se retrasaran por unos segundos, los cuales fueron aprovechados por Aoi quien le soltó un puñetazo directo.

—Ojalá no hubieras hecho eso —pronuncié corriendo hacia ellos, pues en cuanto el matón recibió el golpe los demás se abalanzaron contra el equipo. 

No íbamos a ganar ni aunque los planetas estuvieran alineados. Aprovechando el vuelo que llevaba me lancé contra uno de los dos que peleaban con Shou, caí sobre él por completo. Con un puñetazo azoté su cabeza contra el suelo, debíamos dejar a los mas posibles inconscientes para que la pelea fuera justa, pero el gusto no me duró tanto, recibí una patada en las costillas, la cual me sacó volando directo al pavimento.

Giré la vista y logré ver a Kouyou entrando a la casa de Reita, no tenía mucho tiempo para distraerme, el tipo que me había pateado lo había vuelto hacer mientras yo seguía en el piso. No supe como hice pero logré tomarlo del tobillo antes de que me diera un tercer puntapié, lo hice caer a mi lado, me levanté como pude y en cuanto iba a ser yo el que iba a dar una patada otro tipo se me subió a la espalda. ¿Qué no se cansaban? Me agaché lo suficiente para tirar al tipo de mi espalda, me incorporé respirando agitadamente, no podía pensar bien.

Shou sonreía mientras que una herida que traía en la cabeza sangraba en exceso—. ¿Crees que con eso me asustas? —dijo y mi vista se dirigió a su oponente quien tenía una navaja en la mano. Casi entré en pánico sino fue porque vi a Reita acercarse por detrás y soltar un codazo directo en la nuca, el matón cayó de bruces. Mi distracción costó caro porque sin darme cuenta recibí un puñetazo directo a mi hermosa nariz.

—Hijo de puta —me le lancé de regreso. Nunca ganaríamos así, eran mas que nosotros.

—Nada pueden hacer solos —escuché a lo lejos, golpeé al tipo en el estómago y me giré, ahí estaba Nightmare en grey.

Kyo parecía un mono subido en un tipo, Sakito tenía atrapado a otro por el cuello y miraba sonriendo a Shou, mientras Hitsugi le había quitado a Aoi uno de los tres tipos de encima. El mas drástico fue Reita que en cuanto pudo sometió a uno de ellos tirándolo al pavimento, torciéndole el brazo; al ver que ahora éramos mas, los matones dejaron de pelear y salieron corriendo, todos excepto el que Reita tenía en el piso.

—¿Quién te envió? —no hubo respuesta, por lo que Reita lo alzó del cabello y azotó su cara fuertemente contra el asfalto—. Dijiste que no nos querían ver sobre un auto. ¿Quién? —Gritó.

—Seguirán viniendo, mientras corran carreras para Gackt —contestó el matón con dificultad, Reita miró de inmediato a Kyo, quien le confirmo la identidad del sujeto para el que corríamos las dichosas 50 carreras.

—¿A qué te refieres?

—Te paso el mensaje o corren para Mana-sama o no corren —dijo con una mueca—. Ya no tengo mas que decir, déjame ir —trató de zafarse pero fue imposible.

Después de unos cinco minutos la patrulla del residencial de Reita apareció, hubiera preferido que lo hubieran hecho desde antes, pero bueno. Se llevaron al sujeto que se negó a decir otra palabra.

Cuando por fin se fue, los dos equipos nos quedamos afuera en silencio, procesando lo que acababa de pasar. Al parecer había mas de un mafioso interesado en las carreras de autos, mas de uno interesado en nuestros equipos, por alguna razón sentía que nos habíamos metido en un asunto mas grande de lo que podríamos comprender.

Kyo iba a comenzar a hablar cuando Kouyou salió de la casa disparado hacia su hermano. 

—Yuu, ¿estás bien? —lo abrazó—. Me asusté. ¿Quiénes eran? ¿Por qué querían hacerte daño? —respiraba bastante agitado.

Aoi miró a Tora, quien había salido detrás de Kouyou, al parecer él lo estaba distrayendo de todo el alboroto hasta que ya no pudo impedir que el otro saliera—. No te preocupes, tipos de una preparatoria que se pusieron locos porque no los invitamos —sonrió pero la acción pareció dolerle pues hizo una mueca debido a su labio que sangraba. El pelinegro tomó de la mano a su hermano y se lo llevó para adentro.

—Ese teatro no le va durar mucho —dijo Kyo negando con la cabeza y entrando también.

En menos de dos segundos Kai apareció echando fuego por los ojos—. ¿Se puede saber por qué no me avisaron? —preguntó frunciendo el ceño.

—¿Cómo querías que lo hiciéramos? Digo estábamos peleando —se quejó Reita.

Kai suspiró—. Solo me preocupo eso es todo —sonrió limpiándole la sangre que tenía Reita en la barbilla—. Pudo haberles pasado algo, sino fue porque Kouyou le avisó a Kyo lo que estaba pasando —hizo una mueca.

—¿Por qué no saliste entonces?

Kai se alzó de hombros—. Alguien se tenía que quedar a tranquilizar a Ruki y Kouyou para que no hicieran un escándalo, toda la fiesta hubiera salido —lo dijo con cierto pesar—. Al final al único que hubo que tranquilizar fue a Kouyou, al parecer Ruki confía en ti y en su hermano —volvió a sonreír.

Reita asintió. Yo esperaba otra reacción, aunque debo de admitir que la forma en la que Ruki había actuado me descolocó por completo, es decir, uno siempre espera que su novio se preocupe por uno, ¿no? ¿Sería que habría problemas en el paraíso? No lo creía, mi suerte no era tan buena.

—Eres un maldito inconsciente, ¡tenía una navaja! —la voz de Sakito me sacó de mis sueños despiertos.

—¿A ti qué te importa? No pasó nada, deja de ponerte de nena y deja de gritar —Shou también estaba gritando.

—Claro que me importa y no por ti, no te emociones, imagínate que ese cabrón te hubiera hecho algo, hubiera arruinado la fiesta, aunque ahora que lo pienso, mínimo te hubiera quitado esa estúpida sonrisa de la cara —dijo con furia.

Shou lo hizo a un lado—. Se te quita lo sexy cuando gritas como mamá —y se encaminó a la casa sonriendo.

—Hijo de ... —Sakito lo iba a a seguir pero Hitsugi lo detuvo—. Es un bastardo, lo detesto —se zafó del agarre de su amigo—. Vamos que todavía tienes que llegar a la carrera —a diferencia de los demás, se dirigieron al Camaro de Sakito.

Algo hizo click en mi cabeza—. La carrera —pronuncié cayendo en cuenta.

-x-

Ahí estábamos a dos cuadras de una estación del metro, que mejor lugar para encontrar una patrulla. Kai ya me había trazado tres rutas posibles para llegar al almacén de encuentro, siempre me preparaba tres por si no lograba librarme de la policía a tiempo, de todas maneras  se quedaba en contacto por el satélite en caso de que surgiera algún contratiempo.

—¿Estás seguro que puedes correr? —no era la primera vez que lo preguntaba, pero de verdad que no me cansaba que lo hiciera, se mostraba mas preocupado por eso que por...ok, no me haría ilusiones.

—Sí, con la pelea se me bajó la borrachera —sonreí irónicamente—. Gracias por venir —le dije sinceramente.

Se alzó de hombros—. Alguien tiene que apoyarte, ya que gracias a sus ideas el equipo no puede estar completo —la razón por la que no estábamos completos era que unos se habían quedado a cuidar la casa de Reita, porque, después de todo la fiesta continuaba.

Solo estábamos Reita, Kai y yo, bueno y por supuesto Ruki, quien también nos había acompañado. Que considerado era, aunque pensaba que solo lo había hecho para acompañar a Reita y a Kyo, estaba ahí, era lo importante.

Por si no lo habían notado Ruki me gustaba, bueno no me gustaba, me encantaba. Bueno mas bien como que estaba enamorado de él. ¿Cómo me sentía al respecto? Mal, ¿cómo se sentirían ustedes si estuvieran enamorados del novio de uno de sus mejores amigos? Es decir, no solo tenía novio, Reita era casi mi hermano. Iba en contra de todos los códigos habidos y por haber, aun si rompieran mañana, el código de hombres decía que no podía hacer nada al respecto. Era un asco, pero la amistad de Reita era demasiado importante para mi, mas que cualquier enamoramiento. Esperaba que fuera pasajero, porque de verdad que verlos juntos me estaba matando por dentro.

No es una sensación agradable ver a la persona que quieres con alguien mas, lo peor era que ya eran novios cuando me empecé a enamorar de Ruki, antes ni siquiera nos hablábamos, para esos momentos, hablamos horas por Internet y celular. Teníamos tanto en común, aunque él solo me veía como amigo, siempre me demostró su amor por Reita y eso rompía mi corazón en mil pedazos, odiaba sonar como niñita. Pero era la verdad.

Lo irónico de todo el asunto era que nadie lo sabía, me estaba comiendo por dentro y yo no se lo había dicho a nadie, ¿para qué? Decirlo en voz alta solo lo haría real y estaba muy feliz en mi periodo de negación masiva, gracias. De todas maneras no era como que se pudiera hacer algo al respecto, probablemente solo se haría un mega drama y en el arranque hasta podría perder a uno de mis mejores amigos y eso, jamás me lo perdonaría. Sería un buen amigo sobre todas las cosas.

—Solo ten cuidado, ¿está bien? Porque de verdad que tu estás bien loquito —Ruki sonrió y con eso se alejó. Se fue con Reita, me quedé embobado como treinta segundos antes de subir a mi preciosa.

Mi carro era un Lotus Espirit V8, la máquina más hermosa que ha pisado la faz de la tierra, el único carro del equipo que poseía dos turbos y me sentía orgulloso por eso. Cuando uno huía de la policía no era importante la velocidad, era mas importante la destreza, claro que nadie le decía que no a unos cuantos caballos mas de fuerza.

Como era costumbre, por el único por el que estaba preocupado como oponente era Hitsugi, empezando con el hecho de que era un inconsciente. Yo siempre traté de no dañar propiedad pública, solo choqué dos veces y no dañé mucho a terceros. En cambio a Hitsugi le valía, una vez hasta tiró un poste de luz. ¿Cómo es que no le pasó nada? Tenía un pacto con el diablo, seguro, nadie podía ser tan tranquilo y manejar como bestia o tenía personalidades múltiples o algo. Una vez casi se lleva a una anciana, ¡una anciana! Sin contar las innumerables veces que ha chocado con las patrullas, era un salvaje. Me preocupaba el hecho de que se atravesara en mi camino, porque esquivarlo representaba el verdadero reto. La única ventaja verdadera que tenía sobre mi, era que su auto era mas pequeño que el mío un Audi TT , pero como siempre, no era cuestión de ventajas o velocidad, era destreza.

Entré al carro. Lo mas difícil no era huir del policía, era encontrarlo y además que estuviera dispuesto a perseguirte, eran contadas las patrullas en Japón que eran lo suficientemente rápidas para seguirnos el paso. Solo si encontrabas una patrulla Charger, sabías que podría perseguirte, solo dependía del policía perezoso para que la carrera comenzara. Eso, era cuestión de suerte, tuve carreras que perder por no encontrar un policía y no llegar nunca al punto de encuentro, odiaba perder así, pero a todos nos pasaba de vez en cuando.

Aceleré a una velocidad normal, Hitsugi se había ido para la izquierda y otro competidor mas iba a mi lado, no me podía importar menos.

—En el semáforo —escuché a Kai en el audífono—. Hay una patrulla, suerte —dijo.

Sonreí, era experto en hacer que se enojaran, a nadie le gusta que un niño rico con cara bonita se crea mas que ellos, era fácil darles en el orgullo. Giré a mi derecha y tal como Kai había dicho ahí estaba la patrulla, lista para mi, no fue nada difícil, bajar la velocidad, acercarme y darles un pequeño toque con la defensa del carro. Sonreí con suficiencia al ver la indignación del policía por lo que había hecho, le enseñé la lengua y moví la cabeza de un lado a otro. En menos de un minuto escuché el motor del Charger, lo había conseguido. Cambié a reversa y apreté el acelerador suavemente no quería ir muy rápido desde el principio para asegurarme que el policía iba a seguirme. El sonido de la sirena fue la confirmación.

Me tuve que ir en reversa toda una avenida principal, pues el semáforo se me atravesó. Al parecer el policía se sentía muy capaz, pues desde el principio aceleró sin importarle que yo fuera de reversa; era mas divertido así, que ellos también se sintieran pilotos. Di la vuelta hacia la izquierda, en lugar de seguir en reversa cambié la velocidad y aceleré para irme derecho, lo que provocó que la patrulla tuviera que frenar para no chocar conmigo. Seguro le saqué un susto, porque después de eso aumentó su velocidad.

—Vete derecho dos calles y luego a la derecha e inmediatamente a la izquierda —escuché a Kai—. Tienes que perderlo en la siguiente avenida, sino te vas a alargar mucho —me advirtió después de quince minutos.

—Lástima, yo me estaba divirtiendo tanto —dije fingiendo pesar—. ¿Alguna ruta en particular o improviso? —la pregunta quedó en el aire cuando vi que de frente venía otra patrulla—. Salió de la nada como margarita —pronuncié y sin aviso di una vuelta completa en U, no era fan pero había que hacerlo, la que venía detrás no tuvo tiempo de reaccionar y chocó de frente contra la otra.

—Que bonitas formas, en serio —el sarcasmo de Kai resonó en mi oído. Sonreí y aceleré.

—Mejor dime. ¿Cómo vamos? Para saber si acelero o paso y me compro un café.

Kai bufó—. No hay rastro de Hitsugi, el otro es a dos calles de ti, así que para mi salud mental apúrate, no quiero escenitas de ultimo momento —aseguró.

Pisé el acelerador pasándome un alto—. Solo porque quiero regresar a la fiesta ...Hijo del... —el Audi TT de Hitsugi se puso justo frente a mi y para colmo una patrulla aun lo seguía, todo iba tan bien.

—Ignóralo y llega al almacén —dijo Kai, lo cual era precisamente lo que me proponía excepto que...¡Me pasé el alto a una velocidad no muy permitida frente a un policía! Era obvio que iba a ir por los dos...Si yo me desviaba corría el riesgo de que me persiguiera a mi y le dejaría el camino libre a Hitsugi.

—Seguro lo hizo a propósito...

—Tienes que perderlos a los dos.

—¿Cuánto falta para llegar?

Tardó un minuto en contestar.

—En tiempo estás a cinco minutos, menos de cinco avenidas grandes.

Golpeé el volante con fuerza, odiaba eso pero era lo único que podía hacer y podía contar con el hecho de Hitsugi no se lo esperaría. La única forma que tenía para sobrepasar a mi contricante era si me subía a la banqueta, pues la calle era de un solo sentido y conducir entre los carros significaba ir detrás de Hitsugi.

No me quedo de otra, si había peatones no lo haría, afortunadamente era muy tarde. Di el volantazo, haciendo que varios carros frenaran de golpe, me subí a la banqueta y doliéndome hasta el alma me llevé tres botes de basura y un buzón enorme, aceleré lo mas que pude y giré bruscamente a la derecha, metiéndome a un pequeño callejón que me llevó a otra avenida.

—Síguete derecho —escuché el aparatito de Kai ir a mil por hora, seguramente me estaba trazando una nueva ruta para que no tuviera que cruzarme con Hitsugi de nuevo—. Apúrate, porque si Hitsugi se deshace del policía va a llegar antes que tu —lo cual no sería nada bueno. 

Tenía que ganar yo, mínimo para que valiera la pena, todavía sentía algunos efectos del alcohol, mi cuerpo me dolía por la golpiza y aun así ahí estaba de necio compitiendo, ya lo menos que podía hacer era ganar. Aceleré inconscientemente y di vueltas en las calles apropiadas, por fin vi la puerta del almacén y no había nadie cerca, lo había logrado, aunque yo supongo que fue la emoción o el alcohol o todo, porque me lleve la puerta del almacén en lugar de esperar a que lo abrieran.

El carro se apagó de inmediato por el impacto, no había sido muy fuerte, para mi, pero mi preciosa.....

—Argh —me bajé en histeria.

-x-

—Da de saltos que no es grave —dijo Reita. Tuve que regresarme con Hitsugi y dejar mi Lotus en el almacén.

Lo miré con absoluto desprecio—. No quiso prender y TÚ no eres mecánico, así que no puedes decir que no fue grave —hice como que lloraba.

—Solo a ti se te ocurre manejar en ese estado —se burló Ruki sentándose en las piernas de Reita mientras me entregaba otro vaso de vodka—. Mejor tómale, ahoga tus penas en alcohol, porque en lo que encuentran un mecánico las 24 horas vas a tener que esperar hasta el lunes para llevarlo a reparar —hizo una mueca.

—La vida no es justa —hice puchero, le di un sorbo a mi trago y me percaté de algo—. Oigan...y ¿Aoi? —les pregunté.

Reita miró a todos lados. 

—No sé, no lo he visto desde que regresamos. ¿Por qué?

Señalé con la cabeza hacia las escaleras de la casa donde Tora tenía a Kouyou agarrado por la cintura y le decía cosas al oído. 

—No creo que eso le guste mucho —torcí la boca. 

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