Junto a Ti

By MelyWolf

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El amor es la cosa más complicada que existe. Sin embargo: es el sentimiento más sincero que hay, cuando se e... More

Epílogo
Primer beso
Lucky Item
Reunion.
Reunion part.2
Primer amor.
Confusiones.
El enemigo: Miyaji.
Tsundere
Celos
Perdedor
Takao Family
Un conejo y su dije.
Two Words
Una triste noticia
Un suceso inesperado
7 días...
Epílogo: My Happy Wedding
Epílogo: My Happy Wedding part.2
Epílogo 02: Mis días junto a ti.

Más de 30 días...

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By MelyWolf

Holaaap bellas señoritas! :D
Les traje capitulo versión "Libro de anatomía" EHHHH! xDD
Disculpen de antemano, si tiene faltas de horrorgrafía y redacción lela, no tuve tiempo de checarlo.
Pero bueno…
No las entretengo mucho… así que a leer… ;3
Nos vemos al final…! :D

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Capitulo 17 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Tic Tac.

Una y otra vez.

Las manecillas del reloj avanzaban, haciendo el único ruido en su silenciosa habitación.

El sol, ya había salido hace un par de horas y otra vez, había pasado otra noche sin dormir bien.

Su mente se alborota, hasta altas horas de la madrugada, para conciliar el sueño solo una hrs., despertar nuevamente con el amanecer, y quedarse así todo el día, como ya le ha estado sucediendo desde que salió del hospital, hace más de un mes.

Y hace más de 30 días, que no sabe nada de él.

Aunque Shintaro sabe mucho de su condición, de sus avances y de cómo se encuentra.

El celular, con ese tono meloso, resonó fuerte y claro en su habitación, a pesar de que provenía de la otra, de la de su hermana. Escucho el abrir de la puerta y el como ella bajaba rápidamente las escaleras para que él no pudiera escuchar nada. Otra vez.

Abrazo su almohada con fuerzas, hundiendo su cara en ella. ¿Por qué le hablaba a su hermana y no a él? ¿Por qué, si quería saber como estaba, le marcaba a todos, menos a él? ¿Acaso estaba asustado? ¿Acaso pensaba que le gritaría o algo por él estilo? ¿Desde cuando Shintaro se había vuelto una… oveja? Podría ser tímido, ¡pero no cobarde!, de eso estaba muy seguro…

Pero ahora lo evade.

Y eso le duele. Mucho. Porque lo cuida desde las sombras y él lo necesita consigo, así como lo tuvo durante los 7 largos días en el hospital.

Lo necesita… aunque ya no sean nada…

Aquel día, el 8vo., cuando despertó, pudo escuchar claramente una dulce y suave voz que de inmediato reconoció.

Primero tuvo que acostumbrarse a la luz, pues sus ojos llevaban cerrados días enteros aunque él no lo sabía. Porque para él, los días no habían pasado. Se le había detenido el tiempo en el "me voy a casar" y "serás mi mejor recuerdo".

Así que, cuando abrió los ojos, su madre lo miraba con cálidas lagrimas que caían en su mejilla hasta perderse a un costado de la cama. Su hermana estaba igual y su padre, siendo hombre de vieja escuela, simplemente las aguanto.

No entendía nada, y luego vino el shock.

¿Qué le había pasado… ¡que!? ¿Un accidente? ¿Un ebrio? ¿Una operación? ¿Cuidados intensivos? ¿8 días? ¡WTF!

Todo eso era demasiado, para su aun muy lastimado cuerpo que sufría los estragos de las emociones, y su muy revuelta mente con tanto que pensar. Sumado a eso, él dolor que sintió en su pecho, cuando no le vio ahí. ¿Qué tal, que en esos días que estuvo dormido, se había casado?

Pero gracias a Oha Asa que no fue así. Porque, aunque no le pregunto directamente a sus padres por él, una enfermera muy amablemente le pregunto por el joven peliverde, que si ya había venido a visitarlo, que se pondría muy contento en cuanto supiera que estaba bien, que ya había despertado.

Al principio no entendió. Pero solo le basto, con voltear a ver la mesa que había a un costado de su cama y conto. 7 objetos. 7 lucky ítems y entonces comprendió. No le había dejado solo…

Sus ojos se llenaron de lagrimas y abrazo el oso azul con fuerzas, bajo la mirada preocupada de la enfermera que no sabía que hacer con el paciente que lloriqueaba a moco tendido. ¿Qué sentir? ¿Qué pensar? Ese día jamás le dijo que lo había dejado de querer ni mucho menos, le había hablado con la verdad, y ahora se preguntaba… ¿por qué sus padres arreglaron esa boda? Tantas preguntas, que quería hacerle en cuanto lo viera…

Pero ese día, no llego.

Luego de pasar otra semana más en el hospital, bajo minuciosas observaciones, le dieron de alta. Al llegar a su casa, su habitación estaba perfectamente limpia, preparada, para su llegada y Midorima, seguía sin aparecer. ¿Por qué? ¿Acaso no quería verlo?

Después descubrió que Shintaro se comunicaba con su hermana al menos 2 veces al día, preguntando por él. Pero cada vez que quería contestar o que los descubría hablando por celular, Nana "sutilmente" le decía en clave, que "el Halcón había dejado el nido" y colgaban.

No tenia manera de contactarse con Midorima. No contestaba su celular, ni mensajes, ni correos. E ir a su casa seria un riesgo, pues no sabia que sucedía en el lugar. A las 3 semanas, se canso de intentarlo, pues su hermana no cedía.

Bruja malvada. Porque no sabia lo mucho que dolía que él marcara, que preguntara todos los días por como estaba y no tenerlo cerca. Solo quería escuchar su voz, aunque fuera solo un momento.

Y ahora estaba ahí, abrazando su almohada. Bajo el silencio de las semanas que tenia sin salir, en parte, porque su cuerpo aun sentía los leves estragos del accidente y la medicación, aunque esto más bien ya era una simple excusa, y en parte porque en realidad, no quería, estaba demasiado triste, como para sonreír.

Volvió a acurrucarse en su cama, poniéndose boca arriba, soltando un profundo suspiro.

Un mes y una semana, desde la última vez, que rompió a llorar.

Escucho el timbre y la voz de Nana al abrir la puerta. Cerro los ojos, oyendo levemente que charlaba con alguien y casi muere del susto, gritando, cuando abrieron la puerta de su habitación de golpe.

-¡Takaocchi…! –ahí estaba parado frente a él, con el pie extendido a todo lo largo, su rubio amigo que tampoco había dejado de visitarlo desde hace semanas.

-Kise-chan… -lo miro molesto, pegado a la pared sujetando fuerte su camisa. –¡Casi me provocas un infarto! ¿¡Que no recuerdas que aun estoy un poco delicado!?

-Tonterías. Ya ha pasado más de un mes desde que saliste del hospital. –le sonrió apoyando sus manos en sus caderas.- Solo quieres andar holgazaneando. –vio como el modelo, empezó a revolotear por su cuarto, sacando ropa de los cajones del armario. –Vístete…- le lanzo una muda de ropa cómoda y limpia a la cama y se dedico a sacar la pelota de básquet que guardaba también en ese lugar y un par de zapatillas. Volvió a verlo. -¿Qué?

El azabache lo vio incrédulo.

-¡Anda! ¿Qué esperas? ¿Que te vista yo o que? Tienes que apurarte, lo demás nos están esperando en la cancha.

-Espera… ¿Qué? –seguía sin entender nada.

-Que iras a jugar básquet con nosotros, genio. – Kise sonrió de lado, provocando una sonrisa en el azabache al comprender que estaba usando el mismo leguaje sarcástico que él.

-Pero…

-Nada de "pero", te estuvimos llamando y no contestabas. Así que tuve que venir hasta aquí para obligarte a mover ese holgazán trasero. Hace mucho que no juegas y ya te debes estar oxidando.

El moreno lo miro, ampliando más su sonrisa, pero de inmediato bajo el rostro viendo la ropa que le había aventando a la cama con algo de tristeza. Kise camino hasta la cama, sentándose a su lado.

-Estas muy flacucho.

-Es que no he comido bien.

-Mooo Takaocchi, la ultima vez te dije que debías alimentarte bien. –hizo un mohín con sus labios.- Tu cuerpo ya funciona un 80% en su totalidad, pero aun necesita reponer muchas energías.

-Lo se… -suspiro de nuevo.- es solo que… -no sabía que decir, en cierta parte estaba feliz de que su amigo fuera a visitarlo, por otro lado, tampoco tenia muchas ganas de que los demás notaran su tristeza.

-Vamos… - el rubio se levanto de la cama, jalando de las manos del azabache obligándolo a levantarse. – Aun es verano y tienes un par de amigos allá afuera que mueren por verte.

-Esta bien… - sonrió de manera sincera y se cambio rápidamente, poniéndose sus zapatillas y tomando el balón de basket.

Ambos muchachos bajaron las escaleras platicando como un par de loros.

-Mamá… - menciono el moreno, asomándose por la puerta de la cocina, mientras su madre terminaba de lavar los platos de la comida. –Voy a salir…

-Esta bien cariño, solo no te sobre esfuerces y vayas a llegar tarde. –lo miro de reojo, sonriendo.

-No mamá lo prometo… -se acerco, dándole un beso en la mejilla, para salir rápidamente hacia a la puerta de la casa.

La señora salió de la cocina, limpiándose las manos en el delantal, mirando como ambos jovencitos salían del hogar, Kise volteo un momento a ver a la madre del azabache, leyendo en sus labios un "Gracias", para corresponderlo con una sonrisa y echarse a caminar detrás de Takao.

Kazunari también sabia que el motivo porque el toda la kiseki estuviera al pendiente de él, incluyendo Akashi, era porque Midorima se los había pedido, pero también sus preocupaciones hacia su persona, era de manera sincera. Al menos Kise se lo había demostrado, por lo que no pudo negarse en ir a jugar basket con él.

Al llegar al parque, después de una larga platica y bromas, miro que efectivamente, ya casi todos estaban ahí: Kagami, Kuroko, Aomine, Murasakibara y Himuro.

Sin borrar su sonrisa, se decepciono un poco, al no ver a Midorima en la reunión, tenia la ligera esperanza de poder encontrarlo en el lugar. Algo que no paso desapercibido por el rubio.

-¡Miren quien ya decidió salir! –dijo con voz chillona, alegre y lo suficientemente alto para que el moreno no se enfrascara en tristes pensamientos.

Todos los que estaban en la cancha, voltearon a verlos, sonriendo.

-Takao-kun…- sonrió Kuroko al verlo.

-Hey! Takao How are you? – Kagami se acerco acariciándole la cabeza. De un momento a otro se vio rodeado.

-Vayaaaa… -sonrió Aomine en forma burlona. – Pensé que venían hincados o algo por el estilo, tardaron demasiado.

-Lo siento. –se llevo una mano detrás de su cabeza.- Lo que pasa es que no había escuchado sus llamadas y estaba… dormido. –sonrió, sintiendo un peso en su cabeza.

-Mooo ¡Hola Takao-chin! – menciono Atsushi recostando su barbilla en la cabeza del azabache detrás de él. –Me alegro mucho de verte, toma… -le extendió al frente una bolsa de color rosa. –Son fresas con chocolate. Tus favoritas.

Takao la sostuvo con sus manos, mirando a Himuro que le sonreía frente a él.

-Atsushi quiso pasar a la dulcería antes de llegar al lugar, sabía que esta vez si vendrías. –Kazunari vio a Himuro y luego la bolsa, brillándole los ojos, de todas maneras, tenia mucho tiempo que no comida un postre.

-Muchas gracias… -sonrió.- En serio…

-Si si si, todos estamos contentos porque el Halconcito ya esta aquí, pero venimos a jugar. – dijo el peliazul rascándose la barriga.- Entiendan que me muero de ganas patearle el culo a Bakagami.

-¿A quien estas llamado Bakagami? ¡Ganguro!

-¿A quien llamas Ganguro? ¡Bakagami!

-Ay dios, ya empezaron con sus escenas de matrimonio. –Kise expulso aire fastidiado.

-Deja los calmo… -Kuroko se acerco al par, que ya estaban vociferándose obscenidades, clavando sus dedos en las costillas de los dos mayores.

-¡TETSU, KUROKO! –ambos gritaron adoloridos, apretando el área lastimada con sus manos. Provocando en Takao una ligera risa.

-Ya esta Kise-kun, ahora procede a hacer el juego…

Después de hacer el sorteo, los equipos fueron divididos e jugadores. El primero se conformo por Kagami, Tatsuya, Kise y Takao. El segundo, por Aomine, Murasakibara, y Kuroko.

Así fue, que el partido amistoso dio comienzo, extendiéndose por más de una hora y media sin que ambos equipos dieran tregua, sin permitir que algunos de los dos anoten puntos, y por lo tanto, sin poder romper el empate que hasta hace 15 minutos llevaban.

Kise trotaba agotado, hasta el banco que había en la cancha del parque siendo seguido por los demás.

-Por Kami, estoy agotado… -tomo la botella del banco, abriéndola para beber agua con desesperación, y mojando sus cabellos rubios con lo que había sobrado, para refrescarse. Se sentó de espaldas frente al banco. –En serio, tomemos un descanso, luego haremos el desempate.

-Opino lo mismo… -Takao se sentó en el banco, tomando también una botella con agua, al lado de Himuro y Kuroko, que respiraban agitados ante el partido tan demandante.

Kagami se boto boca abajo en el césped debajo del árbol y Aomine cerca de Kise boca arriba, extendiéndole el rubio una botella con agua a su novio. Murasakibara se acerco a la mochila que había llevado, sacando de ella de una bolsa de papas fritas.

-Murasakibara-kun, te va a hacer daño. –lo vio Kuroko, mientras el grandulón ya engullía un puñado de frituras.

-Mooo es que tengo hambre…

-Tu siempre tienes hambre… -le excepto Kagami, viéndolo con algo de asco. Lo que menos se le antojaba era comer con tanto calor y ejercicio.

Kazunari veía al grandulón casi con la misma expresión que el pelirojo, cuando un par de voces conocidas para él, llamo su atención. Se asomo ligeramente estirando su cuello, sin levantarse del lugar, mirando sobre el arbusto.

-Oigan…- musito Takao, observando con detenimiento las dos siluetas que paseaban por el lugar. –¿Ese no es su ex-capitán?. –señalo con su dedo, siendo rodeado en menos de un segundo por los demás presentes, mirando a las dos personas.

-¿Ese es Akashicchi? ¿y esta con…? – Kise abrió los ojos ante la sorpresa.

-Ese no es… ¿Nijimura-senpai? – achico los ojos Aomine intentando enfocarlo mejor. –Si es Nijimura-senpai.

-¡Mooo increíble! Eso quiere decir, que lo que dijo Himurocchi aquel día era verdad…

-Vaya, estoy sorprendido… – menciono Kuroko sin cambiar su expresión.

-Si, se te nota un chingo. ¡AY! – se quejo Aomine bastante adolorido, en cuanto sintió nuevamente la mano de Kuroko clavarse en el mismo lugar que antes. Kagami se echo a reír fuerte.

-Bueno, eso es normal. –dijo Himuro sin sorprenderse al igual que el peli-lila. –Son novios…

-¿¡NOVIOS!? –gritaron todos al mismo tiempo, escondiéndose inmediatamente detrás del árbol y los arbustos, en cuanto Akashi se detuvo y giro medio cuerpo buscando con la mirada fría, ese conjunto de voces, voces que le eran taaaaan familiares.

-¿Qué pasa Akashi? –lo miro de reojo Nijimura, deteniéndose, sosteniendo su mano.

-Nada… -sonrió ligeramente al sentir sus dedos abrazarse a los suyos. –Sigamos Shuuzou-san.

-Ya te dije que me quites el "san" –apretó un poco más su mano.

-Eso lo hare cuando tu me llames por mi nombre.- ambos siguieron caminando, pero Akashi no dejo de mirar con la colilla del ojo, ni un momento hacia el lugar donde provenían las voces.

-Eso estuvo cerca… -suspiro Takao aliviado.

-¡Pero que lindoooo…! –canturreo el modelo emocionado y ligeramente sonrojado. –Nuestro capitán al fin ha encontrado el amor.

-O alguien que lo controle… -manifiesto el peliazul, sentándose en el banco. Sacándole una pequeña sonrisa a Kazunari y Tatsuya.

-No seas grosero Aominecchi, deberías estar feliz por nuestro capitán. –le regaño.- Ahora que lo pienso.- se llevo un dedo índice a la barbilla, ladeando la cabeza.- ¡Deberíamos hacer una reunión! ¡O salir todos juntos al Karaoke! – dijo emocionado.

-¡Ni se te ocurra, menos con Akashi, no esta invitado!

-¿Por qué? –preguntaron Kagami y Takao al mismo tiempo, con Tatsuya riendo ligeramente, la parecer ya conocía la historia.

-No quieren saber…- el rubio se avergonzó, al recordarlo.

-Íbamos algo seguido al karaoke en aquellos tiempos de Teiko, y una vez se nos ocurrió invitar a Akashi-kun –inició la historia el chico fantasma.

-¿Akashi canta? –volvieron a repetir juntos Kagami y Takao.

-Si… pero se equivocó en letra, así que le ordeno al dueño del karaoke que cambiara la letra de la canción porque estaba equivocada y no él.

-¿QUÉ? – mencionaron nuevamente al mismo tiempo el pelirojo y el azabache sonriendo ante tal locura.

-Eso era cuando Akashi estaba con su "yo soy absoluto" y "jamás me equivoco" –dijo el moreno canela haciendo una voz burlona.

-Sabia que eran Uds… -sonrió, como solo sabe hacerlo un yandere, mirándolos a todos de manera asesina.

Ellos gritaron, levantándose rápidamente de sus lugares, corriendo a unos metros de él, menos Kuroko y Murasakibara, que comía unas gomitas azucaradas con su expresión aburrida. –Hola Akachin.

-Hola Atsushi, Tetsuya. –les miro cortes, para caminarse de inmediato frente a los muchachos. -Deberían aprender cual es su lugar. – Akashi comenzó a hacer una especie de baile donde les "quebró el tobillo" a todos, tirándolos de culo al piso.

-Vete a la mierda Akashi. – todos voltearon a ver a Daiki, pálidos, era hombre muerto.

-Te extrañaremos Aomine…O tal vez no. –dijo Kuroko sin inmutar su expresión.

-¡No Akashi no le hagas nada! – lo abrazo Kise dramáticamente por las piernas cuando el pelirojo saco un par de tijeras de sus mangas. –Ya sabes como es este imbécil, perdónale la vida.

-¡No me llames imbécil! –le grito molesto Aomine.

-Ya déjalos Akashi, ya sabes como son… -se encamino entre los arbustos Nijimura.

Pero hubo algo, que llamo la atención de todos. Una risa, que hace más de un mes no escuchaban, si bien no era tan escandalosa, era lo suficientemente fuerte para haberlos echo callar a todos, mirándole. Takao reía, mucho, abrazando su barriga aun tirado en el piso.

-Takaocchi… - susurro el rubio, con sus ojos brillando de alegría, ligeramente sonrojado. Él mejor que nadie sabia por la tristeza que había estado pasando Kazunari desde que salió del hospital sin saber nada de Midorimacchi, y el escucharlo, aunque sea un poco alegre, le tranquilizaba sobremanera. Todos como él, también sonrieron.

-Vaya, parece que ya estas mejor. – ladeo su sonrisa Nijimura, extendiéndole la mano que muy amigablemente le estrecho Takao, levantándole del suelo.

-Si, muchas gracias… de verdad. Por todo.–le sonrió Kazunari con todos sus dientes, porque Nijimura, había sido quien se lo había llevado al hospital en su auto, cuando ocurrió el accidente. Le estaba muy agradecido.

-No tienes que agradecer, Takao-kun… -Shuuzou vio a su alrededor y noto que faltaba alguien. -¿Y Midorima? Pensé que estaría aquí.

El rostro de Takao se entristeció rápidamente, sin borrar su sonrisa.

-Es complicado…-menciono Kagami.

-Ya veo… -el pelinegro volteo a ver a su pareja, que también lo miraba con sus ojos desiguales comunicándose mudamente.

-Kazunari…- el moreno alzo la mirada hacia el pelirojo menor, que lo observaba serio. –No es que Shintaro no haya querido venir a verte.

-No tienes que expli…

-Déjame terminar. –le interrumpió Akashi.- él motivo porque el que no ha podido visitarte es porque su papá lo ha mantenido ocupado todas estas vacaciones con algunos tramites, movimientos y cosas que debe aprender de las empresas que poseen. –Takao lo miraba en silencio. –Llega hasta altas horas de la noche y se lo vuelve a llevar temprano. Ha estado así desde que él señor Midorima se entero que falto a un partido por ir a cuidarte. Pero eso no es todo… –Akashi suspiro, bajo la mirada expectante de todos.- Se que no debo ser yo quien te lo diga, pero a estas alturas mereces una explicación y aunque Shintaro ha querido escaparse por venir a verte, no ha podido hallar la manera y queda poco tiempo. El motivo por el que él se casa, es porque su familia esta apunto de irse a la quiebra.

Todos los miraron estupefactos.

-Su papá es un gran socio de otra compañía poderosa como la de ellos. Y la única manera en que no terminen en la calle… ya la sabes. Los detalles del acuerdo, tampoco me los menciono de manera profunda, pero por lo que me explico…-expreso serio. -no tiene otra salida…

Takao apretó los puños con fuerza. Si no hubiera corrido ese día, si hubiera escuchado la explicación que tenia que darle…

-¿Y Shin… lo han visto? ¿Cómo esta? –pregunto preocupado por su chico y lo más claro que pudo, no quería que se le quebrara la voz.

-No es que, quisiéramos dejarle solo… -le miro Kuroko, apoyando su mano en su hombro.

-El problema es que Midorimacchi nos evita. A todos. Aunque le decimos que lo podríamos ir a alcanzar al lugar donde este… él simplemente… –dijo Kise con deje de tristeza en su voz.

-Shin chan…-susurro siendo imperceptible para los demás.- …otra vez esta… ¿solo? –su pecho punzo. – quiero estar con él… la debe estar pasando muy mal…

-Escúchame bien. –se acerco Akashi a Takao. –hace un par de horas hable con Shintaro, mañana al parecer irán a una restaurant donde habrá una especie de reunión con otros empresarios para entablar una posible unión. El lugar se llama Daigo. Su padre no te ha visto, por lo que podrás hablarle sin problemas.

Takao solo asintió con la cabeza…
No tenía nada que perder…

.

.

.

.

.

Al llegar a su casa, sonrió.
Al menos había sido un buen día. Pudo ver a sus amigos, jugar un rato baloncesto y ahora entendía más lo que había sucedido con su Shin chan. Mañana, sin dudas, iría al lugar, y sin importar como, lo vería.

Abrió la puerta.

-¡Estoy en casa! –grito fuerte y claro, como hace mucho que no lo hacia.

-Bienvenido a casa Kazu-chan. –le miro su madre con una cálida sonrisa, asomada por el marco de la pared que da hacia la sala.

-Oye mamá… -dejo la pelota de básquet en el suelo, junto a su mochila. –Te importaría si mañana…

-¡ONII CHAAAAAN! –su hermana grito, asustando a todos en la casa, escuchando el golpeteo de sus pies en la segunda plantan, bajando las escaleras de manera apresurada, tropezando. Que si no fuese porque su hermano corrió rápidamente hacia ella cachándola habría sufrido un peligroso accidente.

-¡Nana! ¿Qué que puta madre te pasa!? –le grito su madre fúrica.

-¡L-Luego me regañas mamá! –se aparto de los brazos de su hermano.

-Y ahora tu que… -Takao la miro abrumado.

-¡Cállate y escúchame! –su hermana lo miro preocupada, eso lo puso de nervios.- Me acaba de hablar Yuki, sus padres le acaban de dar la noticia a ella y a su hermano de que han adelantado la boda. ¡Mido-chan se casa mañana!

Kazunari, palideció.

Sus piernas comenzaron a temblar, sintiendo que en cualquier momento se desplomaría. Su madre lo miro preocupada y entendió lo que haría a continuación. No lo detendría.

Reacciono, sacando su celular y la cartera que estaba dentro de su mochila de manera desesperada. -¡Vuelvo más tarde! – grito, para que su padre también lo escuchara deslizando la puerta de su casa, quedándose petrificado en el lugar, cortándosele la respiración, en cuanto lo vio ahí parado. A la persona, que más quería ver…

Lo jalo del brazo, llevándolo afuera de su hogar abrazándolo con fuerzas.

La hermana de Takao se acerco casi de manera silenciosa hacia la puerta, cerrándola. Dándoles privacidad, en medio de la oscura calle.

-Shin…chan… -la voz de Kazunari tembló, aferrándose a él con fuerzas.

Más de diez minutos demoraron abrazados, sin decir una sola palabra. Sintiendo la calidez de sus cuerpos, que tenían más 30 días sin poder tocarse, notando como Shintaro lo aferraba más a su cuerpo, obligándolo a pararse de puntillas.

-Estas muy delgado… -por fin rompió el silencio, sin dejar de sostener con sus dedos vendados la cabeza del azabache recostada en su hombro.

-Tu también… -paso las manos por su espalda, que conocía mejor que nadie por la cantidad de veces que le había robado caricias, sintiendo con más claridad, sus huesos.-Shin…-deslizo sus manos hacia su rostro, sin que Midorima dejara de abrazarlo. Obligándolo a verle. –Tampoco has dormido bien… -acaricio sus mejillas, sin apartar la mirada de esos hermosos orbes verdes, cargados de tristeza, con pronunciadas ojeras a su alrededor detrás de esos cristales.

-Tu tampoco… -acaricio su rostro con mano derecha, notando también sus pronunciadas ojeras, sin dejar de aferrarlo a su cuerpo. –Takao yo…

-No te preocupes… -rodeo su cuello con sus brazos, recostando su mejilla izquierda con la contraria, hablándole casi al oído. - No te vayas a enojar con Akashi… pero, me lo ha contado todo. –lo abrazo con más fuerzas en cuanto percibió el cuerpo contrario tensarse. – Ahora entiendo porque debes casarte…

-Por favor… perdóname…- su voz comenzó a quebrarse.

-No tengo porque, en realidad no es tu culpa. No eres mal hijo… solo te tocaron mayores responsabilidades y deberes para con tu familia. Ahora lo comprendo… discúlpame a mi por no haberlo hecho antes… -dijo lo ultimo en un hilo de voz, aferrándose a la necesidad de ser fuerte y no llorar.

-Tenias tus motivos… no lo dije de la manera correcta y apropiada. Nunca se me ha dado bien el comunicarme… -acaricio su cabello con ternura. ¡Dios, como le hacia falta abrazarlo!… -Takao… -el moreno pudo notar como se le cortaba la voz. –Me acaban de avisar... que han adelantado la boda…

-¿Te casas mañana? –Midorima asintió con la cabeza, aferrándolo un poco más a su cuerpo.

-Pero yo… necesitaba verte… Ya que no nos volveremos a ver hasta el final del verano. Cuando inicien las clases… -suspiro de manera deprimente.

-Si… es verdad… -Kazunari llevo sus dedos a la cabeza del mayor, jugueteando con su cabello. –Al menos me alegra que tu papá no haya decidido cambiarte de escuela. Así podrás ayudarme con el equipo… así podre seguir a tu lado...

Volvieron a quedarse en silencio. Sin romper el abrazo. Sin saber que sus pensamientos estaban sincronizados, rogando a Dios, a Oha Asa, a cualquier deidad, que el tiempo se detuviera en ese momento y no volviera a avanzar nunca más… pero la realidad no era así, era cruel y despiadada… con pruebas inevitables, que solo debes aprender a superar…

-Shin… Mañana iré a tu boda. –murmuro.

-¿Qué? –lo aparto unos pocos metros de su cuerpo, impresionado. - No Takao…

-Escúchame… por favor. –Midorima lo vio perplejo, sin entender. – La única manera en que se nos meta a la cabeza a los dos, que tu y yo ya no seremos nada, es viviendo esta realidad… juntos.

-Pero, Takao… -cerro los ojos, suspirando con tristeza. Su moreno lo entendía bien. Si había algo que nunca le pediría es ser su amante, por respeto a su futura esposa, pero sobre todo, por respeto a él. Porque lo valora tanto, que sabe que no es ningún plato de segunda mesa, ni alguien tan insignificante como para tener escondido.

Tomo su rostro… acariciando con la punta de su nariz su mejilla, perdiéndose en esos platinados ojos azules, que como los de él, también cargaba una profunda tristeza.

Su celular sonó.

Se separo de Takao, volviendo a su altura y porte recto, sacando del bolsillo de su pantalón, el móvil.

-Shintaro, diga.

-¿Dónde estas Midorima? –Takao pudo escuchar al otro lado de la línea, la voz molesta de su padre.

-Salí a caminar un momento, estoy cerca.

-Entonces ya regresa, tienes que dormir, no podemos darnos el lujo de llegar tarde mañana.

-Si… ya voy. –mordió su labio inferior frustrado. Su padre corto la llamada.

Se miraron un momento, sin decir nada, a pocos metros de distancia el uno del otro.

-Takao… yo… -tomo sus mejillas con sus manos, acercando sus labios a los contrarios, pero el azabache bajo su rostro.

-No lo hagas… -La mirada de Takao se volvió cristalina. – Tenemos que respetar a tu futura esposa…

A Midorima se le hizo un nudo en la garganta. –Esta bien… -beso su frente, con fuerzas y profunda tristeza. –Ya… debo irme…

-Si…-sostuvo su mano, aferrándola con fuerzas. –Nos vemos mañana…

-Hasta mañana…- y la soltó.

Viendo como la silueta del mayor se perdía entre las oscuras calles. Giro su cuerpo, pero no pudo entrar a su casa. Se recostó de frente en la pared, dejándose caer de rodillas, tapando su boca con su mano derecha, evitando dar un grito de dolor, al sentir como sus amargas y abundantes lagrimas bañaban sus mejillas.

Aquella noche… La hermana de Shintaro entro a su habitación. Sus ojos se le llenaron de lagrimas, al ver que su hermano, lloraba con fuerzas en silencio, con su rostro escondido entre sus piernas, aferrando el dije de Halcón con su mano.

Por lo que solo pudo acercarse a él, de manera silenciosa y abrazarlo con fuerzas, llorando junto a él.

Porque le dolía y mucho, verlo así, sentirse inútil por no poder hacer nada por él. Como él, que había hecho tanto por ella...

¿Por qué la vida era así…cruel?

¿Por qué?

¿Por qué...?

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Señoritas… que creen… ¿QUÉ CREEN?
Efectivamente… el próximo capitulo es el Final…
¿Y que creen?
Qué sip, sera dividido en 2 partes…
¿Y que creen?
Aun tengo que checar la redacción y saber exactamente en que punto lo voy a cortar, porque esta… laaaaargooooooo como Murasakibara :D (Joder! Insisto, soy un asco haciendo bromas xD ! )
En fin… nos vemos… y ya veremos, si me aman o de plano me queman y me tiran al rio ganándome sus odios de por vida owó !

Se despide, con abrazos y mordidas.
Mely Wolf.

Pd: ¿Final feliz? ¿Final triste? ¿Final feliz? ¿Final triste? MUAJAJAJA –se frota las manos como un villano de película-

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