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Han pasado ya cuatro días desde lo de Race.
Y yo retrocedí.
No quiero verlo, no quiero ver a nadie. Cierta amargura se instaló en mi sistema, una tristeza que me quitaba el apetito, las ganas de hablar; lo único que quería era quedarme todo el tiempo recostada sin encontrarme con ningún rostro, pero no podía hacerlo.
Sin embargo, lo que pasó esa noche me ayudó a entender que sigo siendo la cobarde que no sabe nada de la historia de las personas con las que está obligada a convivir, y que con cada descubrimiento salía más herida. Ya no quiero meterme en la vida de los demás.
Me levanto cada mañana antes de que los demás despierten, hago la comida que será para todo día, y espero a que Ethan me acompañe al río para lavar la ropa, y hacer las demás tareas. Y es solo con él con quien paso el tiempo, un tiempo reducido en el cual casi no hablamos, no hablo.
-Lo de esa noche no fue tu culpa, Zoe-comenta en voz baja, mientras toma la caja de provisiones que le entrego para dejarla sobre la carreta junto a las demás. Hoy iremos a aquel pueblo, el día ha llegado, iremos al lugar donde estará la única persona que podría saber cómo hacer que vuelva mi hogar. El nerviosismo, el temor de no encontrarla me llena.
Sin responder, tomo otra caja del suelo, y se la entrego.
-Zoe...-me mira por un momento, esperando alguna respuesta de mi parte, pero no llega-No has hablado sobre ello, y no hace bien, no comes, incluso pareces más cansada que cuando apenas llegaste.
Porque no he estado durmiendo, él no lo sabe. No sabe que noche tras noche cuando cierro los ojos, sueño. Nuevamente comencé a soñar cosas mucho peor que las pesadillas, y no son recuerdos de Zoe. Soy yo, junto a mis padres, junto a mis amigos de la infancia, incluso junto a Race y Sook. Junto a un Azael que me ama. Cada vez que intento descansar, las imágenes aparecen detrás de mis párpados, llevándome a un mundo imaginario, extraño, pero que por alguna razón me hace feliz. Despierto temblando, con náuseas, y dolor de cabeza, por eso prefiero no dormir más, esperando que esas fantasías irreales se alejen de una vez.
Tomo una respiración profunda, y sigo entregándole las cosas.
Ethan toma la caja de mis manos, pero la deja a un lado. Da unos pasos hasta quedar frente a mí. Me quedo mirando su pecho subir y bajar con tranquilidad-Zoe, por favor, háblame-ruega, colocando una de sus manos sobre mi hombro.
Me remuevo ante su toque, alejándome, y observo su rostro en el instante que lo hago, en el cual aparece una mueca de sorpresa-Zoe...
<<Quiero decirle, pero...No>>
-Zoe...
-Solo estoy cansada, Ethan-susurro finalmente-Estoy cansada, y confundida.
Apartándome de él, lo rodeo para seguir subiendo las cajas.
-¿Y por eso te alejas de las gemelas y de mí? ¿Hicimos algo mal? -pregunta a mis espaldas. <<Por supuesto que no, es todo lo contrario, ustedes hacen las cosas tan fáciles, pero no quiero acostumbrarme>>-Está bien-dice finalmente, dándose por vencido, la decepción en su voz, me quiebra un poco más-Debes ir a hablar con Azael, te va a contar sobre cómo serán las cosas una vez que lleguemos al pueblo.
¿Azael?
-¿No puedes decirme tú?-pregunto en voz baja. Me giro para mirarlo, encontrándome con aquellos ojos claros y dulces.
Ethan niega-No, es demasiado complicado. Ve, yo termino.
Asiento, aceptando sus palabras, y me vuelvo hacia la entrada del búnker, sin embargo, la imagen de su rostro con aquella mueca de tristeza vuelve a pasar por mi cabeza, y eso provoca que en el momento en que mis ojos están por desaparecer de su vista me detenga, y hable.
-Ethan-lo llamo, y este se gira al instante.
-Te agradezco mucho por todo...-admito, con una pequeña sonrisa.
-Yo también te agradezco-responde confundiéndome-Quieras creerlo o no, haz traído vida, las cosas contigo han sido diferentes desde el comienzo, pero no en un mal sentido, y espero que pronto logres comprender que ese par van a despertar en algún momento y se darán cuenta de lo buena que eres.
¿En serio cree eso?
En silencio, bajo las escaleras con cuidado, preparándome nuevamente para tenerlo frente a mí. Y para mi sorpresa lo encuentro apenas cruzo el marco de la puerta metálica, está junto a Race, hablando en medio del pasillo a pocos metros de mí. Tratando de controlar mis emociones, camino despacio en su dirección. Es irónico como estoy dirigiéndome hacia quien he intentado alejarme en estos últimos días.
En el instante en que los dos pares de ojos caen en mí, mi pongo rígida, incómoda.
-¿Podemos hablar?-pregunto apartando la mirada de ambos.
-Bien...Race, encárgate de todo eso antes de que marchemos-demanda Azael, y su compañero asiente-Ven-es a mi a quien le habla.
Lo miro un poco dudosa, pero él ya me está dando la espalda, encaminándose hacia su habitación.
Sigo sus pasos.
Observo su espalda ancha mientras camino, sin poder evitarlo, delineo con mi mirada su cuerpo, y de manera inconsciente, me acerco más a él, hacia su calidez.
<<Detente>>
Me regaño mentalmente, avergonzándome de cómo mis sentimientos y pensamientos me confunden, la realidad y mis fantasías se hacen presentes, provocando...Que solo quiera estar a su lado.
-¿Realmente me amas?-pregunté mordiendo mi labio inferior, intentando ocultar mi inseguridad.
Antes de que pudiera decir algo más o negar lo dicho, me rodeó con sus brazos, y me estrechó. Su dulce aroma, su calor me abordó mientras apoyaba la cabeza sobre su pecho, escuchando el tranquilo palpitar de su corazón ¿Cómo es que provoca que sienta tanto? ¿Cómo es posible sentir que estás a punto de estallar por acumular tantas sensaciones?
-¿Cómo podría no hacerlo? Mi Zoe.
-¿Zoe?-me sobresalto cuando escucho su voz profunda que busca traerme a la realidad, sin embargo, lo hago tarde, porque en el momento en que alejo los pensamientos, choco directamente con él. Mi frente golpea su pecho con suavidad, y elevo la cabeza avergonzada.
-L-lo siento-murmuro, inspirando profundamente. Sin contenerme, pellizco una de mis mejillas, despabilándome, castigándome. Azael frunce el ceño con confusión, pero no dice nada.
-Pasa.
-¿Pasar? ¿Adónde?
<<Eres una tonta>>
Aclaro mi garganta, ignorando mis propias palabras al ver que estamos frente a su habitación.
-Estás muy distraída-comenta, cerrando la puerta detrás de nosotros.<<¿Por qué siento que me hormiguea el cuerpo? ¿Acaso estoy enferma?>>-Creí que vendrías a preguntarme en algún momento pero no lo hiciste-no es un reproche.
Lo miro caminar hasta sentarse en la punta de la cama, esperando a que haga algo más que respirar y pestañear. Mis ojos viajan por sus jeans oscuros, sube hasta su camiseta gris; en vez de tenerme en su rostro, sigo los dibujos de sus brazos hasta detenerme en sus manos marcadas con tinta.
-Lo lamento, he estado ocupada-susurro cohibida.
-Alejándote de los demás.
-¿Qu-eé?-tartamudeo, chocando con sus ojos. Cierro mis manos en puño al sentir con una fuerza aún más grande el cúmulo de emociones, por una acción tan simple.
<<¿Es que acaso en un fututo ni siquiera podré mirarlo para no sentir esto? ¿Por qué cada vez se siente más difícil de controlar?>>
-Entiendo que quieras apartarte de Sook y Race, incluso de mí, pero sabes que hieres a las gemelas, ellas te aprecian mucho...
-No, yo...yo solo...
-No las vas a lastimar de la manera en que crees que lo harás, ellas no están bajo una extraña ilusión, saben perfectamente quién eres y te quieren-sus palabras me hacen sentir cierta culpa que me entristece aún más-... Incluso Ethan pudo ver en ti lo que yo no pude al principio.
<<¿Qué acaba de decir? Él...deja de ilusionarte>>
-Basta-susurro para mí misma. Masajeo mi rostro al sentir una punzada detrás de mis ojos.
-Zoe, ¿qué te ocurre? -vuelve a hablar, un deje de preocupación cubriendo su voz, llenándome de estupor. Azael hace el amague de levantarse, de dirigirse hacia mí, quien intentó conversar manteniéndose a unos pasos de la salida.
-No, espera-levanto mis manos al aire, como si fuera un escudo-Lo siento-digo rápidamente al ver lo confundido que está por mi comportamiento-Lo siento, no he dormido bien, solo estoy cansada ¿Qué debías decirme sobre el pueblo?
-Zoe...
-¿Qué?-respondo rápidamente sin mirarlo.
-Zoe, mírame.
Lo hago.
Los latidos de mi corazón se aceleran.
-Las personas de ese pueblo no son buenas, ¿está bien?-asiento sintiendo preocupación-Son más que "malos", son peligrosos, son escorias que pueden lastimarte si te apartas de nosotros. Hace demasiado tiempo que no vamos, pero te van a reconocer.
-¿Reconocerme? No comprendo-admito, dando dos pasos hacia él.
-Van a creer que eres la Zoe que vivió con ellos.
-¿Ella vivió...?
-Todos lo hicieron menos yo, ¿entiendes? Debes comprender la situación-remarca sus palabras mientras se para con lentitud, como si temiera que reaccione de manera negativa. Resisto de hacer algo tonto, por lo que solo miro el suelo-No puedes apartarte principalmente de mí, creerán que eres mi pareja. Soy el único que podrá protegerte en ese infierno, ¿comprendes? Los demás deben cuidarse, se encontrarán con personas, con recuerdos que han querido olvidar.
-Es-stá bien-trato de decirlo con confianza, pero la inseguridad se filtra por mi voz-Yo...-ahogo un grito al levantar la mirada del piso y tenerlo frente a mí.
Azael eleva una de sus manos hacia mi rostro, pero antes de que toque mi piel, la baja-Quédate aquí a descansar un par de horas, yo iré a encargarme de lo que falta.
Sin decir algo más, se marcha, dejándome sola en la penumbra con un millón de preguntas, y nuevas sensaciones.
Hello, volví 😁
¿Cómo están mis Viajeros de mundos?
Lo sé, es corto, perdón 😧 Necesitaba esta explicación para lo que está a punto de venir ¿Qué piensan? ¿Qué creen que le pasa a Zoe? ¿Qué creen que ocurrirá en aquel pueblito? Los leo ❤
Pregunta general: ¿Desde qué país me lees?
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