Junto a Ti

By MelyWolf

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El amor es la cosa más complicada que existe. Sin embargo: es el sentimiento más sincero que hay, cuando se e... More

Epílogo
Primer beso
Lucky Item
Reunion.
Reunion part.2
Primer amor.
Confusiones.
El enemigo: Miyaji.
Tsundere
Celos
Perdedor
Takao Family
Un conejo y su dije.
Two Words
Una triste noticia
Un suceso inesperado
Más de 30 días...
Epílogo: My Happy Wedding
Epílogo: My Happy Wedding part.2
Epílogo 02: Mis días junto a ti.

7 días...

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By MelyWolf

Holap señoritas fujoshiii's! :D

¿Cómo están? Espero que maravillosamente bien!

Nos leemos al final :3

Notas:

Emergencia: el paciente debe ser atendido de inmediato (en menos de 1hr.) ya que su vida esta en grave peligro.

Urgencia: el paciente debe ser atendido en un lapso que no exceda las 5hrs. (en este caso el paciente aun puede aguantar su herida, lesión o enfermedad).

Código Rojo: Emergencia con riesgo de vida inminente.

Código Amarillo: Urgencia. No hay riesgo de vida inminente, pero el paciente debe ser atendido en un lapso razonable de tiempo.

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~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Capitulo 16 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

En la recepción, la joven enfermera atendía una llamada mientras anotaba en un papel con su fina y pulcra letra la urgencia de ese momento.

-Si, de inmediato mandamos una ambulancia. Intente permanecer calmada. –corto la comunicación para rápidamente teclear unos números. –Código Amarillo. Zona 5, distrito 3. Una madre y su niño fueron atropellados por una moto frente al Aomori Bank.

-Vamos saliendo.- contesto la voz del otro lado de la línea, cortando de inmediato la comunicación.

-¿Esta todo bien? –se acerco otra enfermera igual de joven, tendiéndole un café.

-Si, es un código amarillo, nada tan grave.- colgó el manófono, tomo el café con una de sus manos, desparramándose en la silla giratoria, acariciando su cuello. –estoy cansadísima y aun me faltan 4 hrs. para salir.

-Es normal, te toco doble turno ya que Hikari se enfermo.-se sentó a su lado la otra enfermera, dándole un sorbo a su café, checando la bitácora de las visitas.

- ¡Tks! Ya ni me lo recuerdes, hoy tenia planes para salir y todo se fue al carajo. Ya estoy de mal humor. –se acomodo nuevamente en su silla, arreglándose el uniforme.

-Oye… aun no ha venido el jovencito… mmm.. Mido-kun ¿verdad?. –volteaba las hojas de la bitácora checando los nombres de las visitas de ese día.

-No, aun no ha venido. Además estas buscando en la equivocada, debe ser en la lista color azul, es ahí donde están los nombres de las personas autorizadas por algún familiar para cuidar del paciente, en dado caso de que ellos no estén. –lo saco de la pequeña gaveta que tenia al frente, extendiéndoselo a su compañera.

-Que raro, ya ha tardado, el siempre es muy puntual. –recostó su rostro en su mano apoyada en la mesa, hojeando la bitácora. –La señora Takao ya deben estar preguntando por él.

-No, la señora Takao tuvo que ir a alcanzar a su esposo, por eso no se ha quedado. Tiene media hora que se fue. Ahorita el chico esta siendo atendido por Narumi.

El sonido de la puerta eléctrica abriéndose de par en par, llamo la atención de las enfermeras volteando a su dirección.

Caminando a paso ligero, se acercaba a la recepción un joven alto con gafas y cabello verde.

-¡Mido-kun! –dijo la joven que ya tenia más tiempo en el hospital. –Ya estábamos preocupadas por ti. –veía como el peliverde, dejaba en la mesa de la recepción un oso de peluche color rosado, otro de color azul y pequeño ramo de hortensias.

-Tuve un inconveniente.- contesto serio, tomando la bitácora y la pluma que le extendía la otra enfermera, firmando al lado de su nombre. –¿Hay noticias?.

Ambas chicas negaron con la cabeza. –Te dije que seria un poco tardado su despertar. Se llevo un fuerte golpe perdiendo mucha sangre, más la operación…-tomo de las manos de Shintaro la bitácora y el bolígrafo.-Lo importante es que ya esta fuera de peligro, su cuerpo simplemente se esta dando el tiempo de sanar completamente. Tampoco esta en coma, ya te lo dije, así que no tienes porque preocuparte Mido-Kun, puede despertar cualquier día.

Se ajusto los lentes, soltando un hondo suspiro. –Si, esta bien… -contesto cordial, tomando sus pertenencias.-Muchas gracias, con permiso.- y se dirigió hasta el final del pasillo, perdiéndose tras las puertas del elevador.

-Vaya… que chico tan raro. –seguía mirando el lugar por donde se había ido el joven. –Siempre trae esos extraños objetos y las flores del mismo color, ya hasta me aburrieron.

-Son objetos de la suerte. –se sonrojo la otra enfermera, tomando un sorbo de su café.

-¿Eh? ¿Cómo lo sabe… -miro que a su lado, tenia un pequeño osito en color azul. -¡EH! ¿Tu también la escuchas?

-Si, ya no me digas nada quieres… -le espetó volteando a otro lado. –Además, acuérdate que ya estoy de mal humor por estar tanto tiempo encerrada aquí.

-Ok ok…

-y las flores… -volvió a sorber su café, sin quitar su sonrojo.- eso es porque el joven tiene los ojos de ese color.

-¿Cómo lo sabes?

-Su mamá los tiene de ese color…

-Ah… -se paro repentinamente, mirándola sorprendida.-Espera, ¡le trae flores!, no me digas que ellos son…

-¡Si, ya cállate! Tiene una semana viniendo aquí y apenas te acabas de dar cuenta. Que lenta eres… -su sonrojo se tiño de un color mas fuerte…

Recorrió aquel pasillo que lo llevaría hasta la habitación donde se encuentra su chico. Por el camino, saludo a una que otra persona con la mano, lo que lo hizo caer en cuenta que no era el único viniendo hacer varios días al hospital.

El día que ocurrió el accidente, otras personas, además de Kazunari también salieron heridas a causa de ese imbécil ebrio, que ya cumplía una sentencia de 5 años en presión por semejante locura. Al menos eso le menciono Akashi, la noche anterior.

Llego al lugar, abriendo la puerta de la habitación, encontrándose a la enfermera.

-Hola, me alegro de que ya hayas llegado. –la enfermera lo vio de momento, para luego seguir acomodando la almohada del azabache.

-Si, tuve un inconveniente. – saludo con una leve reverencia, mirando a su alrededor, notando que alguien faltaba, la enfermera le sonrió.

-La señora Takao tuvo que irse un poco antes, tenia un asunto que atender.

-Entiendo. – notaba como la joven terminaba de acomodar la almohada de Takao, que seguía durmiendo con un respirar calmado y pausado. Checo una vez más el suero, y los claves conectados de su cuerpo a la maquina, haciendo unos pequeños apuntes en la cuadernillo que tenia en su brazo. Cuando termino de anotar, paso al lado del joven directo a la puerta.

-No te preocupes. – dijo antes de salir, el peliverde la miro de reojo.- en serio que ya esta mejor, te lo prometo.

-Si, gracias. – escucho como la puerta tras él se cerraba de manera casi silenciosa.

Se acerco a las cortinas, jalando de la pequeña tira para abrir las persianas, dejando que los rayos del sol entraran a esa oscura habitación iluminándola al completo. No es que hubiera un paisaje en su totalidad hermoso, ya que habían varios edificios a su alrededor, pero al menos habían arboles, y eso generaba aunque sea un poco de tranquilidad.

Camino, parándose de frente a la mesita que esta junto a la camilla. Movió sobre de ella varios objetos que ha venido trayendo desde que Takao esta ahí. Un pequeño barco en una botella, una estrella de peluche, un gato de la suerte, una vela morada, la figura de un pez, un libro de arte y por ultimo, su nueva adquisición: el oso de peluche azul, que acomodo en una esquina, perfectamente sentado para que estuviera lo más cerca que pudiese de su chico.

Miro el florero, largo y alto en color blanco, que rebozaba de flores. Con su mano vendada, las acomodo, haciendo el mayor espacio posible para colocar el nuevo ramillete, quitando las que trajo el tercer día, que ya daban señales de quererse marchitar. Las tiro a un lado, donde se encontraba el bote de basura y tomo entre sus manos el jarrón, lo puso en medio, alrededor de todos los objetos de la suerte. Respiro hondo, su trabajo en ese pequeño lugar ya había terminado.

Giro su cuerpo, quedando ahora frente al azabache, que ni movía su cuerpo, salvo por la respiración, y el pitido de la maquina que indicaba que su corazón estaba latiendo, era lo único que llenaba de ruido esa silenciosa habitación.

Jalo la pequeña silla que estaba a unos cuantos metros detrás de él y se sentó, cerca de su rostro, para dar inicio a una singular platica…

-Hoy he hablado con los senpais, han llamado preguntando por ti, acerca de cómo estas. Le he dicho que bien, que has ido sanando día tras día. –tomo su mano, enredado sus dedos con los suyos.- dicen que en cuanto terminen la mudanza, piensan venir a visitarte, mover todas sus cosas a la gran ciudad de Tokyo no es sencillo, al menos eso imagino. –lo miro detenidamente, esperando a que su rostro le diera alguna señal, minúscula, algo que le dijera que Takao lo estaba escuchando, pero al no ver nada, continuo.

-El entrenador también me llama todos los días, dice que debes recuperarte pronto para que luego pongas a todos a sudar como cerdos ahora que eres el capitán, incluso a mí, ya sabes… tu eres el único que logra… controlarme… - sonrió ligeramente ante esa afirmativa, viéndolo de nuevo, esperando que si admitía algo tan vergonzoso como eso, el azabache casi saltara de la camilla burlándose de él, pero no, no era tan sencillo.

–Tu hermana también te extraña, dice que no tiene a nadie a quien molestar y la casa se escucha extrañamente silenciosa, aunque no vayas a decirle que te lo dije. – acaricio con sus dedos vendados, los cabellos negros, peinándolos detrás de su oreja para ver mejor su rostro. –Ella… no es la única que te extraña en realidad, todos los hacen, los muchachos también me marcan a diario o mandan un mensaje preguntando por ti... -acaricio su mano, dándole un pequeño beso en el dorso… -Y siempre les digo…que pronto estarás bien… porque tu eres muy fuerte… incluso más que yo… -lo ultimo lo menciono casi en susurro.

El primer día había sido realmente difícil y muy duro. Aunque los golpes que se había llevado, milagrosamente no habían dañado ninguno de los órganos vitales, si habían sido lo suficientemente fuertes como para provocarle heridas internas graves, por lo que tuvo que ser operado de emergencia al llegar al hospital. Sumado a eso, su cuerpo tenia que soportar una operación que podía si bien, podía salvarle la vida o no aguantarla y morir en el proceso.

De cualquier manera, su padre había accedido a la operación ya que si no lo operaban, debido a sus heridas internas, también podía morir, no había de otra. Siendo ese motivo lo que había puesto a la madre del ojo de halcón en un muy mal estado.

Tras la operación, que duro aproximadamente 4 hrs. las más largas y angustiantes de toda su vida, trasladaron al moreno al sexto piso, conocida por ser la unidad de cuidados intensivos. Donde sus padres y él, pasaban día y noche velando por su salud.

Al tercer día, lo bajaron a planta, ya que Kazunari había luchado por su vida todo ese tiempo, quedando, ante el asombro del doctor y las enfermeras, estable de salud. Ahora su cuerpo, solo encontraba recuperando energías.

Y Shintaro, seguía ahí, desde que todo había sucedido, velando por su seguridad. Asistiendo día con día con la esperanza de que, al despertar, viera esa preciosa y radiante sonrisa de la cual, seguía tan enamorado. Y como olvidar esos bellos orbes azules, del mismo color de las hortensias que diariamente le traía, siendo las flores favoritas de Midorima, o las que se habían vuelto sus favoritas a raíz de que le conoció, porque sencillamente le recordaban a él, incluso antes de que supiera que estarían juntos…

Su mirada entristeció rápidamente, ante ese pensamiento, se supone que él ya tenia todo un plan de vida diseñado, que aparentemente, tenia controlado llevándolo a la perfección. Se casaría con él, se mudarían juntos a un apartamento en la ciudad de Tokyo, estudiarían, se graduarían, trabajarían e incluso, envejecerían, pero para el mayor, todo era juntos. Incluso estos momentos tan difíciles, lo vivirían, pero juntos, bajo el titulo de novios o esposos. No obstante, aunque seguía a su lado, ya no eran nada…

Las horas pasaron rápidas, para su mala suerte, porque no quería despegarse ni un segundo de él.

Escucho la puerta abrirse, obligándolo a alzar el rostro, que se encontraba ligeramente recostado al lado del moreno sin dejar de sujetar su mano, para ver la altiva figura del señor Takao entrando a la habitación.

-Perdona la demora, Midorima. –menciono su padre con voz pastosa.

-No se preocupe señor. Para eso estoy aquí.-se levanto de la silla, cediéndosela al progenitor de Kazunari.

-¿Cómo ha estado hoy? – su padre paso al lado del mas alto, dejando su chaqueta en el respaldo de la silla, tomando asiento enfrente de su hijo.

-Bien, esta estable… recuperándose. – el ojiverde camino hacia la puerta. –Con permiso, nos vemos mañana... –pero su voz lo detuvo antes de salir.

-Shin kun…

-¿Si?

-No tienes porque bajar la mirada cuando te hablo…no te odio. Sabes perfectamente que nada de esto es tu culpa aunque sientas que es así. –suspiro.- Si no supiera que realmente quieres a mi hijo… ni siquiera te permitiría estar aquí. Que te quede claro…

No pudo decir nada, salvo emitir un sonido que le confirmara que lo había escuchado. Apretó la manija de la puerta, volteando a ver al señor directamente a los ojos.

-¿Puedo?

-Si, por mi no hay ningún problema… -menciono el señor, con una ligera sonrisa.

Midorima se acerco a Takao, tomo su rostro, como si de algún objeto frágil y de enorme valor se tratase, y acerco sus labios, dándole un casto y dulce beso. –Te amo… -susurro, acariciando su mejilla para salir más tranquilo del lugar.

Pero antes de que pudiera despedirse de una manera más tranquila del señor, su celular sonó. Lo saco del bolsillo de su pantalón, levanto la tapa, viendo en la pantalla el nombre de su hermana. Acepto.

-Hermano…

-¿Si?

-Ya vas a regresar ¿verdad? –en la voz de su hermana podía percibir que le diría algo, no muy bueno.

-Si, ¿porque? ¿Sucedió algo? –pregunto algo afligido.

-Papá… -suspiro- se entero que faltaste al juego.

-¿Qué? –apretó el móvil con fuerzas. -¿Pero como…

-Ni yo lo se, simplemente llego a preguntarle a mamá donde has estado y demás… esta, molesto.

Se le revolvió el estomago, sintiendo una enorme pesadez en su cuerpo. –Voy… para allá. –contesto sin ánimos y colgó.

-Vete ya. Cualquier cosa te aviso. Lo prometo. –le aseguro el padre de Takao.

-Si, muchas gracias. –hizo una leve reverencia y salió rápidamente del hospital.

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-…Si Midorima, yo se que cuidar de tus socios es importante. –Siempre le hablaba con tanta formalidad, que si no fuera porque se parecían tanto físicamente, la gente no pensaría que eran padre e hijo. –Pero esto es ridículo, faltar a un partido de campeonato solo por ir a cuidar a ese jovencito que ni de familia reconocida es. Si fuera el caso contrario, al menos lo entendería. –se ajusto los lentes molesto.

-Primero, el partido no era de campeonato, solo era un partido amistoso para reclutar estudiantes a la escuela. Y segundo, Takao no es un socio, papá…- suspiro pesadamente. –Es un… amigo.

-Amigo, socio, para mí es lo mismo. Si pueden ayudarte a crecer monetariamente, bienvenido, si no, no entiendo cual es el caso de entablar relaciones de ese tipo.

-Ese es TU problema, que no sabes cual es la diferencia. –se esforzaba para no alzarle la voz a su propio padre.

-No y ni me interesa. –dio media vuelta dirigiéndose hacia la puerta de la habitación de su hijo. -Prepárate, este tipo de irresponsabilidades no son bienvenidas en los Midorima. A partir de mañana vendrás conmigo y es una orden. –cerro la puerta detrás de él, dejando a Shintaro aferrándose con fuerza al borde de la cama, mientras aun permanecía sentado en ella, apretando los dientes, aguantando las ganas de llorar.

-Prometiste no dejarme solo… Takao… -murmuro.- por favor despierta…

…despierta…

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¿Y bien?

¿Qué les pareció?

Disculpen si estuvo medio fofo o aburridon, pero esto también dará pie para el siguiente capitulo, que lo subiré, si Dios quiere, mañana como a la misma hora C:

También les tengo otra noticia, ya me voy acercando al final… por lo que… prepárense, porque desde ahora se los digo bellezas, el capitulo final será dividido en 2 partes, porque ya casi lo tengo terminado.

Así es… como leyeron, ya casi, y eso es debido a que siempre que comienzo una historia, se como quiero el principio y el final, pero lo que lo que a veces me cuesta es desarrollar la parte de en medio, es decir, los eventos que llevaran a los protagonistas de la "A" a la "Z"… pero bueno, esa ya es otra historia. X3

Y como siempre, Muchas Gracias por seguir aquí conmigo, leyendo esta historia que con amor, escribo para todas(os) Uds. ^u^

Se despide, con abrazos y mordidas.

Mely Wolf.

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