Estamos agarrados de la mano mientras tratamos de salir de un ataque de parte de los Cyberman. Al principio había sido una buena idea para entretenernos, pero todo había terminado en un completo desastre.
El Doctor había conseguido quitarle la cabeza a uno. Divisamos la TARDIS haciendo que nuestro paso se acelerara para poder llegar. Entramos los dos haciendo que cerráramos la puerta en el instante.
- Sabes, es asqueroso pensar que estas agarrando la cabeza decapitada de una persona- señalo hacia donde había puesto la cabeza.
- No ofendas a Handles- alza la cabeza del Cyberman haciendo que hiciera una mueca.
- ¿Handles? ¿Le pusiste nombre a...?- escuchó como el teléfono empieza a sonar-. Luego continuamos esta discusión.
Contesto el teléfono mientras gritaba que necesitaba al Doctor para salir de un apuro. Le pasó el teléfono para que pueda hablar con ella. El Doctor me ve con una sonrisa, al parecer esta feliz.
- Bueno, digamos que en algunos aspectos estoy un poco atrasado- responde el Doctor-. Si, por supuesto que se lo diré- el Doctor cuelga inmediatamente-. Muy bien. Clara nos invitó a su cena de Navidad. Accidentalmente inventó un novio a su familia.
- Así que tú fingirás ser su novio.
- Muy bien. Solo espero no haya otro intento de invasión en la Tierra. O que un crucero no vaya estrellarse contra un planeta por la ambición de un hombre.
- Tú si eres encantadora- comenta sarcásticamente.
- No, soy realista en cuanto lo que nos ha pasado en las últimas navidades. Pero acepto ir.
El Doctor empieza a caminar alrededor de la consola mientras habla sobre lo emocionado que se encuentra por celebrar otra Navidad más. Dejamos la TARDIS cerca del conjunto departamental donde vive Clara.
- Navidad, sorpréndeme- digo antes de salir al exterior.
Empezamos subir las escaleras. Volteó a la mitad del camino para ver como al Doctor se acerca a mi. Parece estar muy emocionado por algo. Si algo es seguro, es que le falta condición para seguir con estas aventuras,
- ¿Qué sucede?- le preguntó.
- La razón por la cual Clara quería hablar conmigo era debido a que había inventado un novio. Así que fingiré ser su novio- yo solo asiento-. Pero no se como podría presentarte a ti.
- Fácil. Puedes decir que soy tu prima o tu hermana. Y antes de decir que no nos parecemos, recuerda que hay hermanos que no se parecen en nada. Te lo dejo a tu disposición.
Llegamos al departamento de Clara mientras arreglo mi vestido. Toco la puerta, siendo Clara quien nos abre, parece estar completamente aliviada de que hayamos aceptado su propuesta. Se me acerca para abrazarme y luego se dirige al Doctor.
- Estoy muy feliz que hayan aceptado- comenta Clara mientras nos dirigimos a su comedor.
En la mesa se encontraban sentados dos personas. Un hombre y una mujer mayor que nos mira atentamente a ambos. Tienen curiosidad sobre nosotros. El Doctor se presenta ante el papá y la abuela de Clara.
- Mi nombre es Abigail Smith, es un gusto conocerlo- estrecho su mano.
- ¿De donde se conocen?- Nos pregunta su el señor Oswald.
- Clara y yo trabajamos juntas en Coal Hills. Yo imparto la clase de Física- es lo primero que se me viene a la mente-. Por consiguiente, le presente a mi hermano, ¿verdad, Clara?
- Si, si. Por supuesto. Ya les dije como nos conocimos. Pero no hay nada de que temer- trata de relajarse.
Pasamos el tiempo conociendo a la familia de Clara. Pero también tenemos la preocupación de que nos encontrábamos en esa nave, tratando de escapar de un fatídico final. Una vez que terminamos, yo me levanto de mi lugar mientras veo a la familia Oswald.
- La gente se divierte cuando está bien acompañada- digo con una sonrisa-. Pero tenemos cosas que hacer.
- ¿A donde se dirigen?- me pregunta el señor Oswald.
- El primo del hijo de una tía muy, pero muy lejana viene a visitarlos. Y John y Abigail, les prometí que los acompañaba a recogerlo al aeropuerto- digo en un susurro-. Pero no podemos perder mucho tiempo, que ya se nos hizo tarde. Fue un gusto conocerlos.
Los tres salimos del departamento de Clara mientras nos vamos corriendo hacia la TARDIS. Estamos listos después de ese pequeño descanso que nos dio Clara con la cena de Navidad. Realmente lo necesitábamos.
- ¿Qué hacían ustedes mientras yo no estaba con ustedes dos?- nos mira curiosa.
- Tratábamos de mantenernos a salvo de los Cybermen y los Daleks- responde el Doctor-. Por cierto, te presento a Handles- le muestra la cabeza del Cybermen.
- ¿Eso no te da algo de miedo?- preguntó asustada.
- Si, pero prefiero mantenerme alejada de alguna de sus locuras.
Escuchamos el ruido de la TARDIS, que no presagia nada bueno para nosotros. Nos detenemos bruscamente haciendo que termináramos agarrando de cualquier lado de la consola. Me acercó a Handles, quien parece estar conectado a la consola. Acercó para poder ver mejor nuestra ubicación.
- Se ha encontrado Gallifrey- dice Handles con su voz robótica.
- Vamos no digas tonterías. Gallifrey se encuentra congelado en otro universo. Doctor parece que tiene un mensaje- empujo la pantalla hacia su dirección.
El Doctor lo empieza a leer mientras Clara se acerca lentamente para ver cómo se le quedaba viendo asombrada por la nota. Una vez que termina me sonríe satisfecho mientras frota sus manos.
- Querida, tenemos una invitación por parte la Orden Papal de parte de la Madre Superiora Tasha Lem- comenta con una sonrisa.
- ¿Y que le responderás?- preguntó con cierta curiosidad.
- Que por supuesto que si iremos.
- Demonios, pensé que dirías que no. Y esta es la historia de como pasamos otra navidad sin tranquilidad- comentó decepcionada-. Aún recuerdo la primera vez que nos intentaron atacar. Estábamos huyendo de los Daleks porque les habíamos robado el Tirinium para su arma. Terminamos en un set de grabación tratando de buscar a Sara Kingdom. Como extraño a Steven.
Escuchamos el motor de la TARDIS anunciando que habíamos llegado a nuestro destino. Agarro mi chamarra para poder salir decentemente. Veo cómo se acerca una pequeña escolta, en medio una mujer de vestido negro. Tiene una especie de máscara pintada.
- Bienvenidos a nuestra nave- dice Tasha Lem-. Me alegra que hayan aceptado nuestra invitación.
- Yo fui obligada- murmuro haciendo que Clara se aguante la risa.
- Me alegra conocer a la Joya del Universo- comenta con una sonrisa-. He escuchado tantas historias de ti, que parecían ser escritas por la imaginación de la mente humana- comenta entusiasmada.
- ¿Que puedo decir? No he leído mucho de lo que se hable de mi. Pero lo poco que leí es que todo es cierta.
- No hay tiempo que perder, tenemos mucho de que hablar. Síganme.
El Doctor empieza a caminar. Yo solo lo detengo con mi mano, haciendo que me mirara sorprendido.
Nos llevan por los pasillos hasta que llegamos a un pasillo, donde está todo arreglado para comer. Me siento en uno de los lugares mientras siento la mirada de la Madre Superiora.
- Lamento que tenga que hacer esto pero tienen que ser enviados- dice Tasha mientras pasa su mirada del Doctor a mi y luego regresa al Doctor.
- ¡Oh no! ¡Esto es una trampa!- me levantó de inmediatamente siento que somos transportados.
Somos transportados a un planeta. No se si somos enviados nuevamente a la Tierra. Aunque por la nieve, puede ser cualquier planeta. Veo que el Doctor se nos acerca, para asegurarse que nos encontramos bien.
- Es bueno que las dos se encuentren bien- siento su mirada.
Doctor, Clara miren- señaló hacia lo que parece ser luces de un pueblo.
- Excelente, estamos salvados. Tenemos que buscar ayuda y encontrar la manera de salir de aquí lo más pronto posible.
Estoy completamente de acuerdo contigo- miro al Doctor por unos instantes-. No tenemos la TARDIS.
- Pero tenemos a Handles- enseña la cabeza del Cyberman.
- ¿Podrías dejar de hacer eso? Realmente es desagradable que hagas eso en cada cosa que hagas. Pero supongo que es bueno, ahora que lo pienso.
Empezamos a caminar hacia donde se encontraba la luz, para nuestra suerte es un pequeño poblado. La gente camina de un lado para el otro sin percatarse de que llegamos nos miramos entre los tres para poder saber que está sucediendo. La gente está caminando por las calles como si el siglo XIX se hubiera quedado congelado.
- Disculpe- nos acercamos a un hombre que caminaba elegantemente con su frac, su sombrero y su bastón-. Estamos un poco perdidos, ¿pero en donde estamos?
- Están en el pueblo de Navidad- nos mira a los tres.
- Muchas gracias.
Empezamos a caminar por las calles hasta que llegamos al centro del pueblo. Me gustaría saber cómo saldremos de aquí. Tengo miedo de que algo suceda.
- ¿Estás bien?- me pregunta el Doctor.
- No- me tapo la boca al ver que no podía mentir-. Eso es extraño.
- ¿Por qué?- pregunta Clara.
- Yo quería mentir al Doctor para no preocuparlo, pero al final dije la verdad.
El Doctor saca su destornillador sonico mientras empieza a analizar aquel lugar. Clara tampoco le agrada la idea de encontrarnos aquí. Veo cómo el Doctor lee los resultados que le da el destornillador.
- Genial, no podremos decir mentiras- comenta el Doctor completamente molesto.
- Debe de haber una forma de salir de aquí.
Empezamos a caminar en dirección al centro. Vemos un enorme reloj a la mitad del pueblo marcando la hora. Decidimos entrar para ver que había en el interior. Aparentemente estaba abandonado hasta que veo una luz que brilla en una de las paredes. Me acercó lentamente para ver una grieta.
- ¡Oh no!- es lo único que logró decir al verla-. Creí que nos habíamos deshecho de esto hace mucho tiempo.
- ¿Tiene algo de malo?- pregunta Clara confundida por nuestra reacción.
- No tiene algo de malo, tiene mucho de malo- aclara el Doctor.
- No la toques- le advierto al ver que estaba por hacerlo-. Si su luz te toca, toda memoria de ti desaparecerá para siempre- comentó haciendo que se retroceda.
Seguimos viendo aquel lugar hasta que el Doctor sacó discretamente su destornillador sonico. Creo que tiene planeado hacer algo por sacar a Clara de aquí. Veo cómo empieza a parpadear la luz.
- Clara, necesito que me ayudes a verificar que la TARDIS se encuentre en las afueras de la ciudad.
- ¿Lograste traerlo?- pregunta emocionada.
- Eso es lo que creo. Ve a ver.
- ¿Y ustedes?
-Nos encargaremos de este lugar. Cuando te hayas asegurado de que este aquí. Asegúrate de que esté todo bien.
Clara sale rápidamente mientras yo volteó a él. Me quedó sorprendida por lo que acabé de hacer, ¿acaso acaba de mentir para mantener a salvo a Clara de esta cuestión peligrosa. Me acercó a él rápidamente.
- ¿Acaso acabas de mentir?
- No puedo mentir en un lugar así. Es prácticamente difícil de hacerlo.
- Pero no imposible- susurró-. En cierta manera le dijiste la verdad. Trajiste la TARDIS, ¿para que?
- Para poder sacarlas de aquí. No pienso que sufran por mi culpa- yo solo doy una pequeña sonrisa-. Clara es más fácil de distraerla, pero tú. Bueno... ¿que puedo decir?
- ¿Cuantas veces te debo de decir que yo iré a donde tú vayas? Eres mi esposo. Se que debes de quedarte aquí. Y no pienso dejarte solo una vez más. Hemos tenido fallas como todo matrimonio, pero también es nuestro deber cuidarnos uno al otro. Déjame elegir esta vez.
- Esta bien- comentó rendido-. Como tú digas.
- Muchas gracias- me acercó para abrazarlo rápidamente.
Nos separamos para ver cómo el destornillador anuncia Clara ya se encuentra en el interior de la TARDIS. Él solo agita el destornillador mientras escuchamos el ruido de la TARDIS en medio del murmullo. Le agarro las manos para sonreírle.
-Espero que esta vez tengamos la vida tranquila que tanto habíamos planeado en Gallifrey- me acercó para besarlo.
- Me parece una excelente idea.
- Y... no se... pensaba en la posibilidad de que tuviéramos otro hijo- le sonrió.
- ¿Es lo que deseas?- yo asiento con la cabeza-. Creí que no dirías eso después de lo que pasó con James.
- El destino de James estaba escrito mucho antes de que lo empezáramos a planear. Pero con este nuevo pequeño será completamente diferente. Porque al menos no lo veremos morir antes de tiempo. Y podrá estar con nosotros por mucho más tiempo.
- Creo que estaré de acuerdo contigo- yo sonrió al escuchar-. ¿Que te parece este lugar para vivir?
- Creo que necesita un buen cambio- comentó con una sonrisa.
En efecto, los siguientes semanas, pasamos el tiempo arreglando aquel lugar, los habitantes de Navidad habían sido amables con nosotros. Arreglamos el lugar para que fuera decentemente habitable para todos.
Poco tiempo después, el Doctor fue elegido como gobernante de aquel pueblo. La gente iba y venía para pedir los consejos de mi amado Doctor. Haciendo que me sintiera completamente orgullosa de él. La gente nos aprecia y nosotros a ellos.
Después de una década de estar en aquel lugar tuvimos a nuestra hija. Era tan pequeña en mis brazos. Me gustaría decirle a James que tiene una hermana menor. Él se hubiera puesto completamente feliz con la noticia.
- Prométeme una cosa- le digo el Doctor cuando tengo a nuestra hija en mis brazos.
- Lo que sea para mis dos mujeres.
- Prométeme que la llevaremos a Gallifrey cuando decidan sacarnos de aquí.
- Haré todo lo posible.
Si se preguntan por el nombre de ella decidimos llamarla Ananda, que significa felicidad. Aunque el Doctor le hubiera gustado llamarla Sarah, Rose, Amy o Susan. No lo culpaba, pero nos habíamos hecho la promesa de ponerle un nombre completamente diferente.
Algunos meses después el Doctor se acerca parece preocupado por algo importante. Lo miró por un instante mientras el se sienta en la silla mecedora de Ananda. Pone sus manos en su cara.
- ¿Sucede algo?- le preguntó al Doctor que parece preocupado.
- Si, hay algo importante que debo de decirte. Porque seguramente nos afectaré a los tres el resto de nuestras vidas.
- ¿Que es lo que sucede?- preguntó nerviosa.
- Es sobre la grieta que encontraste el día que llegamos aquí- le agarro la mano para que pueda continuar-. Esa grieta no es cualquier grieta. Esa grieta tiene a nuestra gente del otro lado. Solo basta que diga mi nombre.
- ¿Y que estamos esperando?- comentó emocionada-. Ya quiero que Nanny conozca a Ananda.
- Abigail, no es fácil- me quedó sorprendida al escuchar aquella palabra-. Hay una flota completa afuera de Tranzelore esperando el momento adecuado para atacar en el momento que ellos crucen. Están en peligro al igual que nosotros.
- Así que es mejor que se queden ahí- el Doctor asienta con la cabeza-. Que desesperación. No podemos salvar a los nuestros.
- Se que estas desesperada en estos momentos, pero creo que tú y yo sabemos que es la mejor opción- veo cómo se acerca a la cuna de Ananda para observarla detenidamente a ella-. Es mejor que se quede como está en estos momentos.
- Si, concuerdo contigo. Después de todo, Handles tenía razón aquel día- lo abrazo por atrás-. Es mejor que sigamos con nuestra vida tranquila- lo abrazo rápidamente.
Así pasaron los siguientes años tranquilamente. Ananda creció convirtiéndose en una gran mujer. Tiene un gran corazón, es sencilla con un sentido humor increíble. Para nuestra mala suerte, el Doctor ha estado envejeciendo, es su última encarnación. Le he dicho que le puedo pasar una de mis regeneraciones, pero se niega rotundamente. Pidiéndome que las guarde para cuidar a Ananda en un futuro. No puedo obligarlo hace algo que no quiere.
Me encuentro en la calle caminando por la calle pensando en todo lo que estaba ocurriendo. Pero no había nada que no pudiera hacer. Mi hija me está pidiendo que haga todo lo posible para que no le pasa nada al Doctor. Escuchó una voz que me llama. Veo a Clara que esta ahí sonriéndome.
- ¡Clara!- gritó emocionada.
- ¡Abigail!- responde.
Empiezo a correr para poder darle un abrazo. Era bueno encontrarme con mi amiga, después de 300 años de estar lejos de nosotros. Tal vez ella trate de encontrar la manera de convencerlo completamente.
- ¿Como llegaste aquí?- preguntó sorprendida.
- La TARDIS me trajo hasta aquí. ¿Donde esta el Doctor?
- Es mejor que me sigas, tengo algo que contarte antes de que lleguemos ahí.
Le cuento todo lo que había pasado en su ausencia. Parece sorprendida por todo lo que digo. La verdad resumo todo lo que había pasado en los últimos 300 años. Ella parece completamente sorprendida por verme aún joven.
- Yo solo me he regenerado 5 veces, más las otras 12 que obtuve gracias a mi padre, hay mucho de mi para un buen rato- comentó con una sonrisa.
Llegamos a la casa mientras me quito la capa. Ananda se acerca a mi para abrazarme. Me separo para presentarle a Clara, quien solo alza una ceja al ver que se parece mucho a los dos.
- Es un gusto conocerla, mis papás han hablado mucho de usted- comenta Ananda emocionada mientras estrecha su mano.
- Espero que hayan sido cosas buenas- comenta divertida.
- Si me hubieran dado la oportunidad de escoger mi nombre, me hubiera puesto Clara- comenta con orgullo.
- Cariño, ¿Por qué no vas a pasear al pueblo? Clara, tu padre y yo tenemos muchas cosas de que hablar.
- Por supuesto.
Ananda nos deja a solas mientras yo solo señaló hacia las escaleras. La guió hasta el cuarto del Doctor. Toco la puerta para después pasar. Él se encuentra en una silla observando hacia el pueblo.
- Traje una visita- le digo con una sonrisa para después dejar pasar a Clara.
El Doctor se levantó de su silla mientras se acerca a nosotras. Parece muy emocionado de que esté ahí. Tal vez ella lo haga entrar en razón sobre darle alguna de mis regeneraciones.
- Es bueno tenerte de vuelta, Clara- comenta con una sonrisa.
- Es extraño para mi- comenta Clara-. Tiene poco que los vi- le agarro la mano al Doctor-. Aún no puedo creer que hayan tenido energía para poder hacer una hija maravillosa.
- Como te dije, fue al poco tiempo de que nos encontramos aquí- comenta divertida.
- Es mejor que vayamos a la TARDIS.
Los tres salimos. Entre Clara y yo llevamos al Doctor en la TARDIS, pero somos llevándose de Tranzelore. Esperamos varios minutos hasta que finalmente aterrizamos. Soy la primera en salir al ver que nos encontramos nuevamente en la nave de Tasha. Hay una mesa puesta.
- Excelente, primero encierras a tus enemigos en Tranzelore y luego los invitas a comer.
- Era necesario. Aparte, quiero compartir la festividad de Navidad.
Escuchamos como se habría la puerta para ver cómo el Doctor bajaba. Los tres tomamos asiento para poder cenar. Me doy cuenta que ya estaba servido.
El Doctor y Tasha empiezan hablar sobre lo sucedido con el Silencio. Sobre todo, con la cuestión de River Song. Siento la mirada de Tasha, supongo que para ver cuál sería mi reacción en cada mención de su nombre.
- Pero te trato de matar- ataca Tasha.
- Y felizmente casado- comenta con una sonrisa.
- ¿Y que hay de ti, Abigail?- Ahora se dirige a mi-. Por lo que escuché no tenían una buena relación.
- Cuando no sabía quién demonios era. A pesar de eso, crié a mi hijo para que la buena Melody no se sintiera sola y tuviera un amigo. Y sinceramente, me alegra que mi esposa y ella se hubieran casado, a pesar de que no recordaba quien demonios era yo- digo satisfecha.
- Creí que eras de esas personas que no les gustaba cambiar de decisión.
- Es de sabios cambiar de opinión. Eso es lo que dicen los humanos.
Escuchamos unos ruidos que provenían de afuera. Le agarro la mano al ver que eran Cybermen, y no solo eso, también había Daleks ahí.
- Esto no acabará nada bien- comento.
Al parecer habían hecho una trampa para nosotros, para obligar al Doctor a sacar a los Señores del Tiempo para poder atacar. El Doctor revierte la polaridad mientras él le da un recado a Tasha de que aún resistiera. Los tres nos dirigimos rápidamente a la TARDIS.
- Eso estuvo muy cerca- me dirigió a la consola, pongo mi destornillador en la consola para que pueda ser enviada nuevamente a Tranzelore.
No pasa mucho tiempo hasta que llegamos nuevamente. Los tres bajamos de la TARDIS. Todo sigue completamente igual a como lo dejamos. Escuchamos unos pasos acercarse rápidamente hacia nosotros.
- Mamá- escuchó la voz de Ananda-. Estaba preocupada por ustedes.
- Y nosotros de ti- comentó con un abrazo-. Es mejor que vayamos a casa.
Los cuatro nos dirigimos nuevamente al edifico. El Doctor y Clara empiezan a discutir. Ella insiste en quedarse, pero él dice que no. Es muy peligroso, aún para nosotros quedarnos aquí.
- Prométeme que nunca te irás. O que nunca te separarás de mi- grita Clara.
- Clara... - trato de intervenir al recordarme a Rose.
- Lo prometemos. Pero, por ahora, necesito que me traigas algo de la TARDIS- comenta el Doctor.
- Yo la acompaño.
Regresamos nuevamente a las afueras de la ciudad. Me detengo a unos metros antes. Me aseguro de que ella haya cerrado la TARDIS. Sacó mi destornillador sonico. Aprieto el botón para que pueda ser enviada directo a su tiempo.
- Lo siento, Clara. Espero que comprendas que esta es una guerra que debemos de luchar nosotros.
Cierro mis ojos mientras siento como me golpea el viento. Hay cosas que solo nosotros debemos de combatir. Decido regresar a casa en lo que pensaba que iba a pasar con nuestros demás némesis. Debía haber alguna manera de vencerlos.
Los años pasan más rápido de lo que uno pudiera pensar. Ananda se queda en cada momento con el Doctor, verificando que todo este bien. Me acercó al Doctor para ver que está debilitado.
Poco a poco nos todos aquellos que alguna vez nos atacaron ya no estaban ahí. No más. Nunca más. Excepto por unos viejos conocidos.
- ¿Aún siguen ahí?- me pregunta Ananda sorprendida.
- Siguen sin dar tregua. Al parecer quiere acabar con la Guerra del Tiempo- comentó desanimada.
- Debe de haber una manera de hablar con ellos. Debe de haber una manera.
- No la hay- comenta el Doctor-. Si fuera por ellos, convertirían en todos en Daleks hasta que fueran la única especie en el universo.
Ananda se quedó en silencio por unos instantes. Se que no le gusta estar de brazos cruzados, pero no había mucho que hacer. Quedamos los tres en silencio cuando escuchamos el ruido de la TARDIS. Clara había logrado regresar a nosotros, después de todo. Nuestra Chica Imposible siempre encontraba la manera de tratar de salvarnos.
Escuchamos las puertas de nuestro hogar en los últimos 700 años. Volteó para ver a Clara con cara de preocupación. Me señala molesta por lo que hice la última vez que la vimos.
- Se lo que vas a decir. Pero era necesario- respondo antes de que empiece a reclamarme.
- Si, claro- comenta molesta.
- Estabas en peligro- responde el Doctor con su voz cansada.
Clara voltea hacia donde se encuentra él. Ella se acerca triste. Él le da la noticia de que ya no tendremos nunca más al Doctor. Cada vez se encuentra más cerca la hora de su muerte. No me gusta pensar en la idea de no tenerlo cerca.
- Ananda. Es mejor que nos dejes a solas- le digo a mi hija haciendo que refunfuñe en el momento en lo que sale del cuarto.
El Doctor le empieza a contar sobre nuestras vidas. Como nos conocimos, como nos educaron, nuestra trágica historia de amor y cosas que fueron necesarias repetirle que ya sabía gracias a los dos.
- Llego mi momento. Llego mi tiempo- me mira.
-¿Es necesario que hagas esto?- preguntó preocupada.
- Sabes que si. Es la única forma- dice agarrando su bastón.
Las dos lo ayudamos a levantarlo. Empieza a caminar lentamente hacia la Torre. Mi esposo iba a enfrentarse a su primer enemigo. A los Daleks. Lo sigo a una corta distancia. Me quedó al pie de la Torre. Siento algunas lágrimas recorrer mis mejillas. El Doctor se va enfrentar a una gran amenaza.
Veo cómo empieza a gritar a la última nave que se encuentra dispuesta a luchar. Siento una mano agarrando mi brazo. Veo que es mi hija, quien parece estar realmente preocupada por la situación.
- Mamá- escuchó su voz quebrándose-. No quiero que nada malo le suceda a papá.
- Por supuesto que no. Ya veras como lograra salirse con la suya- trato de animarla, pero se que no servirá de nada.
Hago que Ananda mire hacia otro lado mientras el Doctor habla con los Daleks. Minutos después veo aquella grieta en el cielo. Una luz sale de ella haciendo que se refleje por todo el pueblo haciendo que tapara mis ojos por unos instantes.