Voy a poner las edades porque se que tengo a vari@s confundid@s.
Familia Calle Garzòn
Calle y Pochè : 41 años
Beth: 26
Emma y Salome: 16
Antonia: 14
Isabela: 10
Rose (la niña de Beth) : 9 meses
Familia Betancourt Sandoval
Natalia y Valeria : 41
Gabi: 17
Andrea: 14
Tomas: 8
- ¿Qué pasa? ¿No les gustó la sorpresa? – preguntó la deportista
Pochè escaneo todo el lugar y dos cosas no pasaron desapercibidas por ella, una era Salome participando de la coreografía y la otra era su esposa vestida de porrista
- ¡Mami! Llegaste temprano! – Antonia llegaba a saludar a su madre, mientras seguía mirando a su esposa intensamente
- ¿La cambiaste? – Beth saludó a su madre y agarró a su hija
- Si – la vista de la peliazul volvía a su nieta – Está hermosa con ese uniforme ¿Cierto que estas hermosa ovejita? – jugaba con los cachetes de su nieta.
- Hola mami – Isabela quería su atención también inmediatamente agarró una de las manos de su madre.
- ¡Guau! – Silbido – Lobito te ves espectacular – le dijo dándole una vueltita
- Emma dice que la coach me tiene guardado un puesto en el equipo – le dijo
- SI pero para cuando tu llegues la capitana va a ser Anto, asique mucha suerte con eso – Emma aparecía – Hola mami ¿Qué tal tu viaje? – preguntó atentamente
Antes de contestarle a su hija la morena se quedó mirando a Tomy, el hijo de Natt y Vale. El niño estaba embobado viendo como Isabela giraba en su lugar haciendo que su falda se levante – Se me hizo corto, por suerte. No veía la hora de verlas – le dijo Pochè acariciando el rostro de el perezocito – Conseguí el libro que querías – la cara de Emma se iluminó
- ¿En seri...? – Bella llegaba a saludar a la morena e intimidaba a la melliza
- ¿Cómo estás Pochè? – le preguntó la amiga de su hija
- Bien Bella ¿y tu? – contestó observando que la cara de su hija había adquirido un color rojo tomate y que despacito la melliza se había alejado silenciosamente.
Después de charlar un rato con el grupo, la deportista prestó atención donde pensaba que estaba el foco de la cuestión, más alejadas del grupo, estaban su esposa y su otra melliza - ¿Salo, Calle algùn problema? No sabía que te sabías las coreografía de tus hermanas pececito – agregó mirando a su hija
- Gorda... - Calle quiso intervenir
- Un segundo – la frenó la deportista – Primero lo importante – Agarró a su esposa y le dio un buen beso – Hola – saludó
Una sonrisa enorme se le dibujó a la castaña, Salome giró los ojos – Hola – respondió
- Ahora si, ¿Qué pasa? – Insistió – No es que no me guste ver mi pateo lleno de porristas pero ¿a que se debe todo esto? - Preguntó en general, todas estaban esperando la reacción de la peliazul.
Salome miró a su madre buscando ayuda – Salo va a hacer la prueba para ser porrista – dijo mirando a su mujer – Y la estamos ayudando a prepararse – informó
Pochè sonrió y miró a su hija - ¿En serio Salo? ¡Qué bueno! – Todas abrieron los ojos gigantes - ¡Basquetbolista y porrista! ¡Guau! – allí estaba el problema
- Eeee... En realidad – Salome se aferró a la castaña y agachaba su cabeza.
Calle siguió por ella – Va a dejar el equipo de básquet gorda – le dijo – La entrenadora de porristas no permite que estén en otros clubes – informó
Pochè miró a su hija pero la joven seguí con la cabeza agachada y estaba casi detrás de la castaña – Bueno... al menos ahora de una vez podremos verlas a todas juntas ¿cierto? dijo para sorpresa de las demás - ¿Necesitan practicar más? – preguntó
- De hecho ya estábamos terminando – Calle trataba de ver más allá de la reacción de su mujer
- ¡Perfecto! Tengo una idea – les dijo – Ya que están todas aquí ¿Por qué no hacemos una parrillada? Yo me encargo – consultó – Salo si quieres puedes invitar a Pete – le dijo
- ¿Puedo invitar a Timmy– preguntó Lexi
- Por supuesto Anto... pueden invitar a los que quieran – le dijo – Voy de compras – agarró a Rose de los brazos del cangurin – Me llevo a la mariposita – le dijo saliendo
Las niñas fueron a hacer sus respectivas llamadas, entre otras cosas. Natt, Vale y Beth se acercaron a la fotògrafa – ¿Soy yo o algo no está bien? – preguntó la latina
- No eres tu, algo definitivamente no esta bien – le aseguró Calle
- A lo mejor es el impacto de perder su discípula deportiva – opinó Beth – Mami siempre vio a Salome como su sucesora en la cancha – dijo
- Yo solo quiero decir una cosa – habló Vale
- ¿Qué quieres decir amor? – preguntó su esposa
- Suerte Dani – dijo – porque por la forma en que Pochè te miraba con el uniforme puesto, puedo apostar que la bestia está despierta
Calle sonrió, ella también se había dado cuenta
- ¿Ustedes se acuerdan de que yo soy su hija no? – Preguntó el cangurin - ¿Cómo vas a decir ese tipo de cosas enfrente mio? – indagó asqueada
Natalia la miró - ¿En serio Beth? ¿En serio? – preguntó sorprendida – Después de la cantidad de veces que las has agarrado haciéndolo, te molestas por lo que dijo Vale...
- Tienes un buen punto – le dijo Beth – Aun así creo que deberías hablar con ella mamá – aconsejó
- Lo voy a hacer, no te preocupes – afirmó la castaña
- Nosotras nos vamos a sacar estos uniformes ¿Vienes Dani? – ofreció la latina
- ¿Sacarme el uniforme que tiene loca a mi mujer? ¡Si claro! – ignoró a sus amigas y se fue a hablar con Salome que la miraba desahuciadamente
- Salo... - la llamó – No te preocupes...
- Ni siquiera protestó – el pececito pretendía un poco más de oposición de parte de Pochè
- Dale tiempo cariño, tiene que reflexionar la noticia – la consoló
- La perdí mamá, perdí mi cosa especial con ella. Lo se – le dijo
- No digas eso cariño, vas a ver que no – acariciaba su espalda – Porque no vas a cambiarte, ya debe estar por llegar tu novio – Calle definitivamente no podía posponer la charla con su mujer.
...
La castaña no quería posponer la charla con su mujer, pero las cosas que Pochè le estaba haciendo con tan solo mirarla, la distraían. Desde que la ex jugadora volvió del supermercado y se puso a hacer la parrillada, Calle y ella no habían parado de seducirse mutuamente. La fotògrafa exageraba su caminar más que nunca, le susurra cosas, la miraba, la tocaba, se agachaba más que de costumbre, bailaba con sus hijas al ritmo de la música, que Natalia en su pelea con su hija mayor se encargó de manejar. Muy por contrario, la seducción de Pochè era distinta. La peliazul solo se limitaba a mirar a su mujer de formas exorbitantes. Mordía su labio inferior, le guiñaba los ojos, dejaba que sus ojos se estancaran en el trasero de su mujer por varios minutos y cada vez que la fotògrafa se acercaba a ella, la deportista dejaba que sus propias manos hicieran lo que quisieran.
Ahora mismo Calle se acercaba a la parrilla con su meno de costumbre
- Ven aquí – Pochè tiró de su mano y usando sus fuerzas la subió a la mesa que estaba usando de ayuda para cocinar. Calle dejó las piernas abiertas a propósito incitando a su esposa que se metiera entre ellas, cosa que la morena no tardó en hacer – Dime un cosa – le dijo a la castaña - ¿En el colegio cuando usabas este uniforme, también movías el trasero así? – preguntó pícaramente mientras colocaba sus manos en las piernas de su mujer.
- ¿Por qué crees que hacía lo que quería? – Respondió preguntando – Tenía el mundo a mis pies – siguió - ¿Por qué? ¿Te molesta? – provocó
- Para nada... Solo trato de imaginarme que hubiera pasado si te agarraba por uno de los pasillos caminando así – le dijo subiendo aun más sus manos. Los dedos estaban tapados por la corta falda del uniforme
- ¿Qué hubieras hecho? – Calle también quería entrar en la fantasía
Pochè subió aun más las manos, tanto que mientras toda su palma se deleitaba con el trasero de su mujer, sus dedos meñiques jugaban con el elástico de su ropa interior –
Pues haría algo muy sencillo – le avisó – Te obligaría a deletrear una palabra para mí – le dijo mientras seguía jugueteando con ella.
- La capitana de las porristas nunca acepta órdenes de nadie – le dijo
- Dije que te obligaría – se inclinó para agarra entre sus dientes el labio inferior de su mujer
- No va a ser nada fácil – susurró la castaña pasando su lengua por el labio resentido que había dejado su esposa – Y más si la palabra es muy larga – susurró volviendo a pasar su lengua por el mismo lugar, la peliazul seguía el movimiento con sus ojos y sus manos en la parte baja lo imitaban tocando piel sensible.
- Solo me hace falta una letra – basquetbolista versus porrista
- Pues oblígame... Dame lo mejor que tengas nena – provocó
- Dame una S... – Pochè iniciaba el deletreo mientras seguía las caricias por debajo de la pollerita – Dame una E... - Calle la miraba esperando a ver con que iba a salir – Dame una X...
- Te fala una – le dijo provocativamente la castaña
- Tu me la vas a dar... Dame una... - uno de los dedos pulgares dejó de jugar en el elástico y se movió directamente para jugar con la parte ya humeda de Calle
'- Oooo – Fue la reacción de la fotógrafa
Pochè se alejó de ella – La basquetbolista tiene de perra a la porrista – rio
Calle la miró - Vuelve acá – exigió. Rachel agitó en negativa su cabeza – Pochè ... no lo voy a repetir... vuelve – presionó.
- No te tengo miedo Daniela – respondió pícaramente
- Pues deberías – la castaña se bajó de la mesa y caminó hacia su mujer
- ¿Necesitan algo? – Emma llegaba al lado de sus madres
- Mmm... ¿Puedes ir cortando la verdura si quieres? – le dio una tarea sacándole la lengua a su mujer. Emma la había salvado
Calle y Pochè se hablaban con la mirada mientras observaban a su hija por un rato. El perezocito no paraba de mirar hacia el sector de la pileta donde Bella se divertía con los demás. Calle sabía que si había alguien que podía manejar esta situación era su esposa
- Voy a preparar la mesa – dijo la fotògrafa . Le dio un pequeño beso a su mujer y acarició la cabeza de su hija, luego se fue.
- No va a pasar nada si solo sigues mirándola – le dijo Pochè a su hija
Emma volvió la vista a las verduras – No estaba mirando a nadie – se protegió
- Cariño... llevas años babeando por Bella – habló la morena – no es ningún secreto para nadie – agregó.
Emma la miró preocupada
- Em – Pochè dejó lo que estaba haciendo para acercarse a su hija - ¿Te gustan las mujeres? ¿Te gusta Bella? – la deportista tenía un presentimiento pero no quería dar por hecho nada.
El perezocito dejó que sus lágrimas cayeran – No lo se – confesó – Quiero decir... Me gusta Bella, eso seguro... pero no lo se – dijo bajando su cara
- Ey – Pochè hizo que alzara su mentón – tranquila – imposible ver los mismo ojos de Calle y no derretirse – poco a poco ¿Si? Vamos despacio – dijo - ¿Miras otras chicas?
¿Alguna vez has mirado a los pechos de Natalia?– era un método infalible
- ¡Nooo! ¿Cómo se te ocurre? Es la tía Natt – saltó nerviosa – Y no se, cada vez que una chica se me acerca, me quedo sin voz, me pongo nerviosa, no se qué decir. A Bella ni siquiera puedo mirarla a los ojos – Emma se estaba abriendo – Solo basta con que me diga hola y todo mi sistema nervioso se para – Se notaba que era la más intelectual de s hijas.
- Em, de alguna forma tienes que empezar – le dijo su mama – Prueba con un ¿Cómo has estado? ¿Estás de novia? O sacando algún tema de conversación – aconsejó
- Encima de todo tiene diez años más que yo – siguió buscando las negativas – Es la mejor amiga de Beth mami – dijo – Estoy casi segura de que me ve como su hermanita menor – afirmó agarrándose la cabeza
Pochè giró los ojos ante lo exagerada de su hija – Em... - la peliazul lo tenía que hacer, sabía que desde Beth tenía prohibida las lecciones, pero esa situación lo requería – Em... esta noche misma, vamos a empezar a trabajar en ti – le dijo recibiendo la atención de la castañita
- ¿Esta noche? ¿cómo esta noche? – preguntó curiosa
- Si esta noche empezamos el entrenamiento – le afirmó la peliazul
- ¿Entrenamiento? ¿Qué entrenamiento? ¿Tengo que leer algo? ¿Vamos a ir a la biblioteca o algo así? – le preguntó una verbirrágica Emma para su sorpresa
- Em... tranquila, confía en mi ¿sí? Tan solo no hagas planes para esta noche – avisó mientras miraba para la pileta y veía a Beth jugando con Rosie, Natalia tomando en una reposera igual que Bella, Vale ayudaba a Callecon la mesa, Pete y Salome se besaban en la pileta... ¿Qué?
- ¡Pete! – Grito la basquetbolista haciendo que el chico se separara de su hija – ¿Tengo que repetirte la charla? – En realidad no había sido muy charlada la cosa, la única que había hablado había sido Pochè.
- No señora Garzòn – contestó el muchacho alejándose aun más de su novia
Pochè se quedó mirándolo por un buen rato, luego continuó su escaneo. Lo siguiente que la hizo frenar fue Antonia entrando al jardín de la mano de Timmy – ¡Timoteo! – nada de nombres cortos - ¡Ven para acà ! – lo llamó. Emma a su lado giraba los ojos
- Si Pochè...
- Señora Garzòn Calle para ti – le dijo apuntándolo con el cuchillo
- ¿Cuáles son tus intenciones con mi hija? – le preguntó haciendo que el muchacho se sonrojara
- ¿Intenciones? Ningunas, sólo somos amigos – aclaró temblando
- ¿Tengo cara de tonta yo? ¿Emma tengo cara de tonta? – preguntó
- Un poco si mami – El joven soltó una risa nasal
- ¿Acaso te estás riendo de alguien que tiene un cuchillo en la mano? – presionó
- No... nooonono – empezaba le tartamudeo nervioso – No tiene cara de tonta señora Garzòn Calle
- Vuelve a contestar mi pregunta entonces... y esta vez con la verdad – le dijo
- Amor – Calle había seguido de cerca la interacción y hacía su aparición para evitar una catástrofe – Deja en paz a los chicos – le dijo la castaña acariciándola para tratar de tranquilizarla – Timmy , Anto te está buscando – Calle le tiró una soga de auxilio al muchacho
- Nada de manitos – le dijo la peliazul antes de que alcanzara a huir – te voy a estar vigilando – usó la famosa seña de llevarse dos dedos a los ojos.
- ¡Marìa Josè! – Calle la retó
- Nada de Marìa Josè, ese chico quiere comerse a una de mis princesas, el otro ya se la estaba comiendo... en mi piscina Calle, en mi cara – Calle y Emma se miraban – Y mira pa allá – la deportista señaló donde Jules seguía bailando mientras Tomy seguía mirándola admirado – Lo tiene loco gorda, loco...
- Isa tiene diez años mami – Emma la quería hacer razonar
- Eso no tiene nada que ver Emma, yo a los diez años... - La mirada de su esposa frenó
- ¿Tu que a los diez años? – preguntó su hija
Calle intensifico la mirada – Eeee... nada, ya está listo esto – salió del paso – Vamos a comer – les dijo – Pásame el pedazo de carne que se me cayó – Emma lo había dejado para dárselo a algún animalito
- ¿para que? – Calle no adivinaba que quería hacer su esposa con esa carne
- Lo voy a cortar en tres, un pedazo para Pete, otro para Timmy y otro para Tomy – explicó
- ¡Pochè! ¡Mami! – se quejaron las otras dos
- Es broma Dios, es broma... Vamos... - les dio un empujoncito – Tu ve adelante mío – le dijo a su esposa – Necesito algo para distraerme – y el trasero de Calle era lo mejor.
Después de la comida
Se habían quedado sentados en la mesa, hablando y riendo de distintas cosas. Haciendo planes distintos, entre otras cosas.
- Pues esta tarde podríamos jugar al paintball – Ofreció Natalia
- Yo no soy con Calle– Se anticipó la pleiazul que tenía a Rose cabalgando en sus piernas
- Yo no soy con Pochè – Le siguió su esposa
Todas giraron los ojos
- Entonces yo no juego – dijo Beth
- Yo tampoco – se le unieron sus hermanas y primas
- ¿Y por que no? – les consultó su madre
- Porque cada vez que juegan en contra – contestó Beth – Mami Pochè nos termina matando a todas para quedarse a solas en el campo con mamá y hacer vaya a saber que cosas - justificó su salida del juego.
- ¡Eso no es cierto! – se defendió la deportista
- Mami el último partido me disparaste solo para eso – se quejó Antonia
- Pero si ese es el objetivo el juego, aniquilar a tus enemigos – explicó la deportista
- ¡Pero yo era de tu equipo mami! – Antonia tenía un buen punto - ¡Y demorraron casi una hora en salir del campo – señaló a sus madres. Calle estaba roja tomate evitando recordar todo lo que ella y Pochè hicieron esa tarde
- ¿Acaso es mi culpa que ustedes apesten disparando? – Pochè no tenía nada de vergüenza – Además si yo quiero tomar de rehén a su madre, no veo el problema, el juego lo permite – les dijo
- Al menos deberías tratar de que la rehén no sea tan ruidosa cuando la están "torturando" – Habló Beth
- Pues yo debería decir lo mismo cada vez que tu y Diego se demoraban una hora en llegar desde el coche a la casa – el cangurin había heredado lo mormonal
- ¡Mami! – todas se habían tapado los oídos. Beth tenía el mismo color que su mamá castaña.
- Nada de Paintball entonces – concluyó Natalia - Nos quedamos en la pileta no más – para ella no era ningún problema
- ¿Vamos a ver los partidos mami? – Salome estaba lista para evaluar el equipo que ahora dirigía su madre.
- No te preocupes pececito, eso lo hago después – Pochè rechazó la ayuda de su hija
Calle pudo ver tristeza en los ojos de Salome.
- ¿Esta noche vemos pelis en casa? – le preguntó Gabriela a sus primas rompiendo la incomodidad - Todas contestaron afirmativamente menos Salome que optó por no decir nada y rogar que eso pasara desapercibido.
- ¿Por qué no contestaste? – Por supuesto que a Anto no se le iba pasar - ¿Tienes algo que hacer? – preguntó su hermana y ahora todos las miradas estaban sobre ella
- Empiezo un entrenamiento con mami – dijo mirando a su madre para que la ayudara. Calle hizo lo mismo pero con diferentes objetivos
- ¿Un entrenamiento? ¿Qué entrenamiento? -¿Y porque yo no puedo participar? – Antonia seguía con las preguntas
Pochè evitó la mirada de su esposa – Este... Emma va a empezar el gimnasio conmigo y...
- ¿Gimnasio tu? – Salome dudaba de su melliza
- ¿Y porque a la noche? – Antonia no paraba nunca
- Porque primero serán unas pruebas para ver como seguimos y tienen que ser lo más pronto posible, así podemos empezar – Pochè rogó que con eso se calmara el zoológico
Las miradas seguían, pero no venían más preguntas. La peliazul se relajó hasta que su esposa se paró de su silla y dijo – Marìa Josè te necesito en la cocina un segundo – la castaña caminò y la Pochè se levantó para seguirla
- ¡Domiada! – Gritó Natalia
- ¡Mormonales! – esa fue Beth
Calle la esperaba apoyada en la mesada.
- Dime cariño – Pochè se hizo la simpática
- ¿Porqué no dejaste que Salome vea los videos contigo? – directo al grano
- No es necesario que lo haga – contestó evasoramente
- Pochè...
- No Calle, escúchame, se que piensan que estoy enojada con ella por haber dejado el equipo de básquet, pero no es así. En absoluto – le aseguró
- ¿Y entonces? Porque no me puedes decir que no tienes nada para decir al respecto – dijo la castaña – se que algo te perturba – agregó
- ¿Por qué no me lo dijo? Quiero decir, nuestras hijas nos dicen todo, hay veces que demasiado – recordó la vez que Beth había tenido su primera vez, como el cangurin saltaba en el sillón cantando "I just got Laid"
- Tenía miedo...
- ¡Exacto! ¿Ves? Algo mal debo estar haciendo con ella como para que me tenga miedo. La presione demasiado y eso se acabó. Me estoy equivocando, quiero decir, incluso dejé sola a Emma con su asunto... esta noche todo cambia – dijo
La castaña se había olvidado por un instante de ese asunto - ¿Qué vas a hacer esta noche Pochè? – Calle tenía un presentimiento, y con la mirada la morena se lo confirmó – ¡No, ni se te ocurra! – la frenó
- Pero gorda...
- Marìa Josè ... tiene dieciséis años, no la puedes llevar a un club de stripers – dijo firmemente
- Yo tenía trece cuando...
- Ya lo se... pero no... no, no la vas a llevar y punto – se afirmó en su decisión
- Amor... Siento lo que te voy a decir, pero la Sangre Calle no trae entre sus genes saber conquistar gente, son pésimos en eso – la boca de la castaña se abría
- ¿Cómo te atreves a decir eso? – Era un insulto – tengo que recordarte que yo hago un chasquido y tengo a quien quiera – le dijo
- Primero que tu no le vas a chasquear a nadie mientras tengas ese anillo puesto ¿De acuerdo? – celos on – Y segundo... gran parte de tu éxito se debe a que eres la mujer más hermosa del planeta tierra Calle, y si encima agregas el movimiento perfecto de trasero, eres irresistible – la fotògrafa no pudo evitar sonreír ante esto – Pero cuando tienen que hacer el trabajo duro, cuando tienen que remar, no saben hacerlo...
- Eso no es cierto ... mira a Anto...
- Anto probablemente ate en una silla a su pareja hasta que acepte casarse con ella – reflexionó
- Si eso es cierto – aceptó Calle
- Escucha amor... Emma ni siquiera puede mirar a los ojos a Bella... y si logro que mire a los ojos a alguien que esta bailando desnuda, va a ser un gran avance – dijo
- No quiero que ni tu ni mi hija vayan a lo de Mary solas...
- Entonces ven con nosotras – buena idea – Y de paso te enseño un par de cositas a ti también – Pochè se le acercó sutilmente
- ¿Y porque no empiezas a darme las clases ahora? – la castaña le siguió el juego y puso los brazos alrededor del cuello
- Lección número uno - Pochè la apretó contra la mesada – nunca dejes de usar este uniforme cuando yo este cerca – le murmuró para después besarla
- ¡Dios! ¡Otra vez no! – Nuevamente Antonia interrumpía su momento - ¡Porque siempre tengo que ser yo la que las vea! – Se quejaba
- ¿Puedes dejar de hacer tanto escándalo? – le pidió Pochè – Era solo un beso – se justificó
- ¿Un beso? ¿Un beso? ¿Y las manos en el trasero? ¿Y las fotos? ¿Y los ruidos? – Seguía exagerando – En serio... tenemos que hacer algo – les dijo la joven – esto no puede seguir así – les dio un ultimátum
- Gorda – la peliazul interrumpió el cacareo de su hija - ¿te acuerdas que el verano pasado, esa tarde que estaba lloviendo muy fuerte en la casa de campo y tú me mandaste a ver qué estaba haciendo Anto en la casita? – Apenas Pochè preguntó, Antonia recordó el momento y abrió los ojos enormes
- Si me acuerdo... me dijiste que estaban con Timmy jugando a las cartas y que estaban bien ¿Por qué? – le preguntó curiosa
- Porque en realidad...
- ¿Saben que? – Antonia la interrumpió – Estaba exagerando, después de todo ustedes se aman. Y es bueno andar demostrándose el amor – dijo saliendo del paso.
Calle la miró raro – Voy a hablar con Emma sobre su entrenamiento ¿Si? – le dijo a Pochè y salió de la cocina
- Nos vemos cariño – la deportista disimulo
- Chau mamá – Antonia también disimuló
Apenas Calle se fue Antonia se acercó a su madre – Tenemos que arreglar algo... una seña o algo así... como poner una media en la puerta, o decir "me voy a poner la remera azul algún tipo de señal o código – le dijo a su madre
Pochè se rio – Tengo una idea mejor – le dijo a su hija – La contraseña es la siguiente... escucha bien – se acercó al oído de su hija – Te vuelvo a ver besando con alguien llamado Timoteo y te vas a levantar conmigo a correr todos las mañanas – amenazó
- ¿No te parece un poco larga la contraseña? ¡Oye! – cayo tarde pero cayó – ¡No serías capaz! – le dijo
- Ooo si... sería muy capaz – dijo caminando hacia la puerta
- Mami... tengo una duda – Anto la frenó ¿Tus pechos tienen nombre? – llevaba tiempo con la misma duda
- Por supuesto – contestó su mama –Te presento a Antonia uno y Antonia dos – bromeó
- ¡No es cierto! – protestó
- SI claro que es cierto... Dile hola a Antonia uno y a Antonia Dos – se levantó el busto y luego caminó rumbo al jardín
- ¡Mami! – gritó protestando – No sigas - Anto había una sola
- Vamos a comer el postre Antonia tres – Pochè seguía bromeando
- ¡Mama! Dile a mami que Antonia hay sola una