Capitulo 61: "Pechos"

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Estadio de Las Liberty – Entrenamiento del equipo

¡No, no y no! ¡Esa no es la jugada! ¿Qué demonios te pasa hoy Garzón? – Sue tenía los nervios a flor de piel. Con Poché fuera de foco el equipo simplemente no encajaba.

- Perdón coach, tiene razón. Soy un desastre – la peliazul estaba abatida

Sue la miró fijamente, no era normal en la deportista tener ese estado de ánimo. Buscó a Beth en el costado de la cancha donde normalmente practicaba con las porristas pero en lugar de encontrarla allí, la vio en el banco mirando el entrenamiento. La niña tenía la misma cara de abatida que su madre – ¡Una vez más! – les gritó a las jugadoras caminando hacia Beth.

Cuando llegó al banco se sentó junto a la niña - ¿Por qué no estás entrenando pequeña Garzón? – cuando la niña podía ir con Poché a los entrenamientos, no se perdía la rutina de las porristas.

- Hoy no tengo ganas – le contestó a baja voz y sin mirarla

- Se que hay una razón atrás de eso – le dijo muy segura la entrenadora – y estoy segura de que es la misma razón que tiene a tu madre tan preocupada y sin poder concentrarse en mis jugadas – dijo mirando de costado a la niña – Me gustaría que me la dijeras pequeña – pidió en un tono no muy suave.

- Es por mi mamá – Beth pensaba que tal vez hablando con la coach podía ayudar a sus madres

- ¿Le pasó algo al embarazó? – preguntó con temor

- No exactamente. Mamá no se sentía bien y mami se quería quedar pero mamá le aseguró que todo estaba bien y que cualquier cosa le avisaba. Vinimos igual, pero mami Poché no se quedó muy tranquila – contó Beth – Yo tampoco, mamá no tenía buena cara - agregó

- ¿Y por qué no se quedaron? – Sue veía poco creíble que alguien pudiera con la cabeza dura de su jugadora.

- Porque la tía Natt...

- ¿Esa es la latina loca de las tartas cierto? – Así conocía el equipo a Natalia

- Si, si. La loca de las tartas se quedó con mamá y prácticamente nos echó de casa – en realidad literalmente las sacó a empujones a las dos.

- Entiendo... entiendo – contestó Sue – Bueno pequeña Garzón, si tu madre les dijo que les avisaba cualquier cosa, es porque así será ¿cierto? Trata de tranquilizarte que yo voy a tratar de que mi jugadora estrella haga mis jugadas – aconsejó parándose del banco. Le dio una última mirada contemplativa a la niña y se marchó a dar indicaciones.

Mientras tanto en la casa Calle Garzón

- Quiero a Poché conmigo Natt – confesó la castaña desde el sillón

- ¿Estás jugando conmigo Daniela? Porque si es así, déjame decirte que después de asegurarme que esas dos – señaló su estómago – salgan sanas y salvas de ti, me voy a encargar de patearte el trasero las veces que sea necesario para salir del cuadro de stress que tengo – le dijo

- No estoy jugando – se cruzó de brazos – Quiero a Poché acá, conmigo, consintiéndome, mimándome, cuidándome y prestándome atención sólo a mí, a nadie más – resultó posesiva la artista.

- No estarás exagerando gordita – la cargó Natalia – Además como si eso no pasara ya. Cada vez que tú estás en la habitación, prácticamente hay que disfrazarse de payaso para que el bomboncito asustado te preste atención – resaltó

- Todavía está enojada por la última vez que hiciste eso Natt – la latina lo recordaba y reía automáticamente.

- Sólo dejé que Vale me maquillara un poco – mintió para defenderse

Cuando, donde y como el amor quieraWhere stories live. Discover now