A través de ti (En físico y e...

By Maggmon

13.5M 103K 15.6K

© Todos los derechos reservados. Está totalmente prohibida la adaptación o copia de la novela. Obra registra... More

¡Adelanto!
Ultimo adelanto!
¡PRÓXIMAMENTE EN PAPEL!
¡DISPONIBLE EN FÍSICO!
PRÓLOGO (editado)
Capítulo uno (editado)
Capítulo dos (editado)
Capítulo tres (editado)
Capítulo cuatro (editado)
Capítulo cinco (editado)
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Epílogo
AVISO IMPORTANTE
¡LA VUELTA A WATTPAD!
¡VUELVEN HUNTER Y CHLOE!

Capítulo 43

13.5K 1.2K 296
By Maggmon

Chloe

Me levanto mucho mejor, tan bien que no veo necesaria la compra que hice. Llevo el test de embarazo en mi bolso y me encamino hacia la biblioteca, esta vez no tienen por qué mandarme a casa para descansar, estoy bien.

Mientras continúo con mi rumbo hacia el trabajo, pienso en lo que pasó con Hunter, el accidente que tuvimos cuando el condón se rompió. He tomado la píldora del día después, por eso estoy en parte tranquila, mi período tiene que llegar sí o sí.

Estoy totalmente segura de que no es nada, y que solo era un malestar, uno que ya pasó. No hay que alarmarse.

Llego a la biblioteca, y Marie me ve igual de bien, de la misma manera que me siento. Pero aun así me pregunta cómo estoy, solo por si acaso.

Luego de haberme acomodado, le envío un mensaje a Hunter, para asegurarle de que en verdad estoy bien, y que me encuentro en el trabajo. De todas maneras, insiste en que me haga un test.

Quiero no pensar en eso que llevo en mi bolso, prefiero poner mi cabeza en el trabajo, hay mucho para hacer y no puedo distraerme por posibilidades que en verdad creo que son lejanas.

Hay libros por acomodar, así que es hora de ponerme a trabajar. Y luego, continuar con la limpieza de la biblioteca. Definitivamente, mi cabeza se mantendrá muy ocupada hoy.



A la salida del trabajo, Marie tuvo la idea de ir a cenar juntas. Hace mucho no lo hacemos, así que me pone muy contenta que hoy se nos presente esta oportunidad.

Nos dirigimos a un restaurante, cerca de la biblioteca, y pedimos nuestros platos. No quiero cargar el estómago de golpe, ni comer algo pesado, así que voy por las hamburguesas veganas con papas al natural. Mientras que Marie tiene la suerte de comer patatas fritas.

Durante la cena nos ponemos al día, hablamos de todo, y, más aún, de Blaine y Hunter. Ambas recordamos nuestra época de adolescentes, cuando llorábamos por amor y entre lágrimas decíamos que no teníamos suerte con los chicos.

—Ahora pensamos en esas chicas y nos reímos —le digo.

—Es lo bueno de superar los fracasos, aprender a reírte de ellos.

—Creo que los chicos influyeron bastante.

—Pensé que Blaine iba a ser otro idiota, pero me sorprendió.

Sonríe enamorada. Esta noche Marie no me contó sobre sus absurdas peleas, sino sobre los momentos lindos que estuvieron teniendo, y eso me agrada demasiado.

Las hamburguesas están deliciosas, así que decido terminar con la última que me queda. Pero, a mitad de uno de los tantos bocados, mi estómago se queja.

¿Es en serio? ¿Otra vez?

Suelto el tenedor, y choca contra el plato de manera brusca. Llevo mis manos hacia mi estómago, y frunzo el ceño. Respiro profundo, como si quisiera sanar así mi dolor, pero no funciona.

—¿Chloe, te sientes bien?

Ante la pregunta de Marie siento arcadas. Me levanto de inmediato, y corro hacia los sanitarios.

Al entrar, me dirijo a uno de los individuales. Mi cabeza está en el retrete, devolviendo las hamburguesas que en estos momentos me resultan asquerosas y para nada deliciosas.

Odio cómo el cuerpo actúa ante el vómito. Lo odio por completo. Las lágrimas brotan de mis ojos por cada arcada.

Hasta que por fin me calmo. Mi cabeza está caliente y mi boca sabe mal. Me pongo de pie y salgo hacia los lavabos. Marie está parada allí, con los brazos cruzados. Ni siquiera la escuché entrar.

Abro el grifo de agua fría y me mojo la frente, la nuca, mis muñecas. Me enjuago la boca, y Marie me convida una goma de mascar, se lo agradezco.

—¿Otra vez?

—Habré comido muy de golpe, eso es todo.

Me estudia con la mirada. No me gusta que me mire así.

—¿Te has estado cuidando? —la miro—. Tú y Hunter, ¿se han cuidado?

—Pues... sí.

—¡Cuánta seguridad!

Ruedo los ojos y suspiro.

—Hemos tenido un accidente, ¿vale? Pero tomé la píldora del día después.

—¿Y si falló el efecto? —me río—. No te rías, no me parece gracioso.

—Te estás alterando por nada.

—¿Sí? —coge mi bolso, recién me doy cuenta de que lo lleva colgando del hombro. Lo abre y saca de allí el test de embarazo.

—¿Has hurgado en mi bolso?

—Tu celular comenzó a sonar, era tu padre para saber dónde estabas. Y ahí lo encontré.

Asiento.

—Lo compré solo para dejar tranquilo a Hunter, él insiste en que lo haga.

—Y no me parece mal, estoy de acuerdo con él.

—Es solo un dolor estomacal.

—¡Ya deja de decir eso! Pude haberte creído antes, pero ahora no. Ni quiero preguntar por tu período.

—Soy regular, siempre llega el once de cada mes —Marie pone los ojos en blanco—. ¿Qué?

—¿En dónde tienes la cabeza, Chloe? ¡Hace dos semanas tuvo que haberte venido la regla!

Saca su celular, y me muestra el calendario. Marie tiene razón, dada la fecha en la que estamos, hace dos semanas tuvo que haber pasado.

—Oh...

—¡Te voy a matar! ¿Desde cuándo eres así de despistada?

No tengo respuesta, porque la verdad ni sé. Puedo meter como excusa al estudio, he estado muy metida en ello.

He estado tan metida en mis libros, trabajos prácticos, Hunter, mi padre y su resfrío, metida en otros temas que he olvidado la fecha. Me siento una completa idiota. Aunque bueno, lo soy.

¿En qué cabeza cabe haberme olvidado de los días así? ¡Más con el accidente sexual que tuvimos! ¡¿Cómo demonios me voy a olvidar de mi período?!

—Haremos el test de embarazo, aunque bueno, sospecho el resultado —no le respondo, me quedo en silencio, maldiciendo mi falta de atención—. Chloe, te estoy hablando —pasa su mano frente a mis ojos, pero no consigue mi atención. Sigo metida en mis pensamientos, en mi completa estupidez—. No me hagas la gran Edward Cullen en estos momentos, no te quedes tildada, ¡vamos!

Pude haberme reído de su broma sobre el vampiro que nos enamoró, pero no lo consigo.

Me dejo llevar por Marie, es ella quien hace posible cada uno de mis movimientos. Escucho que me regaña por ser tan colgada, la escucho maldecirme por no responderle.

Soy una completa idiota que está a nada de hacerse un test de embarazo, el cual tiene todos los puntos a dar positivo.

Maldición, ¿cómo se respiraba?





Me encuentro sentada en el piso frío del baño del departamento de Marie. Ambas en silencio, esperando a ver el resultado.

—No sé cómo pude haber sido tan despistada —rompo con el silencio.

—Creo que ya no es momento de pensar en ello. Estamos esperando el resultado de algo que cambia la vida de toda mujer.

—¿Estoy preparada para lo que sigue?

Marie me mira, mis ojos se llenan de lágrimas y ella se sienta a mi lado. Me abraza y llora conmigo.

Los minutos siguen avanzando mientras estamos así, con el rostro empapado por las lágrimas, abrazadas.

—Creo que es el momento —dice Marie—. ¿Quieres que lo vea por ti?

Niego con la cabeza y me pongo de pie. Debo enfrentarme al test, a lo que sea que diga allí.

Me acerco hacia donde lo dejé, y sin mirarlo, lo cojo con mi mano derecha. Suspiro profundamente, cuento hasta tres, y lo miro.

Lo sigo mirando. Mis manos comienzan a temblar. No puedo dejar de mirarlo. Mi mundo se detuvo.

—Positivo —digo de manera costosa, y lo repito aún más segura.

Marie me mira, y luego pone atención al resultado. Me vuelve a mirar y noto que no sabe cómo reaccionar. Creo que está esperando una señal de mi parte para hacerlo.

Vuelvo a observar el resultado, mis manos dejan de temblar, y mi corazón deja de latir con fuerza. No sé cómo lo consigo, pero me tranquilizo.

Y en la tranquilidad en la cual me encuentro, sonrío. Me detengo a mirar las dos rayitas, y mi sonrisa se extiende aún más.

Estoy experimentando una felicidad un tanto extraña, ya que no me esperaba tal reacción. Me veía llorando en el suelo, con mi mejor amiga abrazándome. Pero a diferencia de ello, estoy sonriendo, imaginando cosas, dejando volar mi cabeza.

—Entonces... ¿te felicito? —Marie sonríe—. No te lo quería decir antes, pero la idea de ser tía me ponía muy feliz. Y ahora veo el resultado, veo tu sonrisa, y sé que puedo ser feliz tranquila.

Me río.

—Mi reacción es extraña, ¿no debería estar llena de miedo, llorando?

—Creo que fue mejor haber reaccionado así. Me parece que una parte tuya, una muy escondida, quería ver el positivo. Y con el correr de los meses, te vas a sentir más preparada para ser madre, más segura. Nos encargaremos de ello.

Le sonrío y asiento.

—Gracias, amiga.

La abrazo. Y esta escena tampoco estaba en mis planes. Esperaba un abrazo de lágrimas, no de sonrisas felices.

—Ahora el paso que sigue.

Suspiro.

—Contárselo a Hunter.

No me he detenido a pensar en él.

¿Cómo se lo va a tomar? ¿Compartirá mi felicidad o sentirá que pasó demasiado pronto y que no estamos listos?

Para obtener respuestas, debo enfrentarlo. Y estoy a un paso de su departamento, pero antes, necesito prepararme para ello. Necesito un té de Marie.



Toco timbre, y espero a que uno de los dos me abra. Es Paul quien me recibe.

—Te dejaré pasar solo si prometes no vomitar mi departamento como casi vomitas mi auto.

—Tranquilo, me siento mucho mejor.

Actúa como si desconfiara de mi palabra, pero, finalmente, me deja pasar. Es jueves, el día donde los mejores amigos ven Grey's Anatomy. Lo recordé al ver un capítulo pausado en la televisión.

—Hunter se está bañando —se sienta en el sofá y lo sigo—. El único ser en este mundo que detiene la mitad de un capítulo para bañarse. A veces odio a tu novio.

Me río y pienso que tiene razón. Pero luego mis pensamientos se dirigen a la noticia que tengo que darle, y mi corazón se acelera.

—¿Segura de que te sientes bien? —miro a Paul—. Tu rostro cambió por completo en segundos.

—Sí, estoy bien.

Pese a todos mis nervios, trato de sonreírle. Una puerta a mis espaldas se abre, y cuando volteo, veo a Hunter secándose el pelo con una toalla azul marino.

—Oh, hola, cariño —dice al verme, y se acerca para depositar un beso corto en mis labios—. ¿Cómo va todo?

—Bien.

Me mira y me estudia con sus hermosos ojos verdes. Sabe lo que está pasando, sabe a qué he venido. Está a punto de decir algo, pero el sonido del timbre nos interrumpe.

—¡Llegó el helado! —festeja Paul y se dirige a la puerta.

—¿Segura de que todo va bien? —se sienta a mi lado.

—Lo sabré cuando hable contigo. Estoy bien, pero el todo que dices, depende de ti.

—Me estás asustando.

—Adoro cuando no se tardan con el delivery —Paul nos vuelve a interrumpir, pero ninguno de nosotros despega la mirada del otro—. Esto... ¿todo bien? —ninguno responde—. ¿Quieren privacidad?

—Sí —le contesta Hunter.

—No —contraataco yo, y Paul nos mira el uno al otro.

—¿Sí o no?

Hunter quiere decir algo, pero hablo antes que él.

—Soy yo la que tiene algo para decir, y no me molesta que Paul esté presente.

—Bien —Paul se sienta en el sofá individual y apoya sus pies sobre la mesa de café, para luego, degustar del helado—. Suéltalo.

Hunter lo mira de mala manera, esperando a que él en verdad nos deje solos. Pero mi risa lo lleva a acomodarse aún más en el sofá.

Me pongo de pie y camino unos pasos lejos de ellos. Me creo que estoy a punto de dar un discurso importante, cual presidente de la nación.

Pero en realidad estoy juntando fuerzas de valor, y ánimos para decir que estoy embarazada. Miro a Hunter y me observa impaciente, nervioso. Mientras que Paul se lleva grandes bocanadas de helado a la boca. Por eso quería que se quedara, logra calmar mis emociones con sus cosas.

—Lo voy a soltar así sin más.

—Por favor —dice Hunter, aunque estoy segura de que sabe lo que estoy a punto de decirle. Solo está esperando oírlo de mi boca para que sea real.

—Estoy embarazada.

Paul deja de comer helado, me mira boquiabierto. Hunter se queda unos segundos congelado, procesa la respuesta a su duda, su pensamiento se vuelve real.

—¿Seré papá? —pregunta lleno de emoción y asiento, igual de emocionada.

—¿Seré tío? —Paul, como siempre, nos hace reír.

Sonrío feliz, y Paul se pone de pie al mismo tiempo en que Hunter lo hace. Pasa por su lado, y lo empuja, obligándolo a que vuelva a sentarse.

—¡Seré tío! —me abraza—. Por fin alguien me llamará tío Paul.

Cuando se aparta de su enorme abrazo, veo su sonrisa sincera, y feliz. Una emoción que no me imaginaba de él. No sospechaba de que se lo iba a tomar mal o algo, solo que no esperaba tal felicidad.

—Solo espero que no salga con tu cara fea.

Me río.

—Ya estabas siendo demasiado bueno conmigo.

Me sonríe, y luego me deja espacio para que vea al hombre de mi vida, al otro protagonista de este momento.

Paul pasa por su lado, le da un apretón de hombros, para luego coger el pote de helado y encerrarse en su habitación.

—Tus sospechas se hicieron reales —digo para acabar con el silencio—. Estoy embarazada, estamos esperando a nuestro primer hijo —sonrío, pero él no lo hace. No me devuelve la sonrisa, se queda parado en donde está, con sus ojos fijos en mí—. Sí, sé que puede ser muy apresurado, y que no sucedió de una manera... buscada, tal vez. Pero estoy feliz, de una manera extraña, lo estoy.

—¿Y crees que yo no?

—No lo sé, es que estás allí parado y...

Se acerca a mí, posa sus manos a los costados de mi rostro. Hace que lo mire a los ojos, mientras que en los míos las lágrimas brotan.

—Chloe, la noticia que me has dado es la más importante en la vida de todo hombre, al menos para mí. Es un antes y un después y, en definitiva, necesitaba procesar la información de que voy a ser padre —sonríe—. ¿Y sabes qué? Realmente deseaba que el resultado fuera positivo, solo que no sabía cómo te lo ibas a tomar si te lo decía.

Me regala la sonrisa más hermosa de todas. Una sonrisa que puede competir con el resto de las que me regaló, y la cual, saldría ganadora sin dudarlo.

Sonrío y acaricio su mejilla.

—Y yo creí que iba a estallar del llanto al ver el resultado, pero no fue así, me sentí feliz.

Apoya su cabeza en mi frente y ambos cerramos los ojos. Hunter guía a una de mis manos hacia su pecho, para que sienta el latir de su corazón, para que note lo que le genera la noticia de ser padre. Es un latir hermoso.

—Nuestro primer hijo... —lleva su mano hacia el vientre que aún no crece, y cuando lo miro, sigue llevando la misma sonrisa de hace un rato. O tal vez nunca dejó de sonreír.

Verlo de tal manera me da toda la certeza de que este embarazo es deseado pese al accidente que pasamos.

Su sonrisa me da la seguridad de que no es apresurado. Más lo miro y más siento que no es demasiado pronto, y todo debido al enorme amor que le tengo.

¿Soy demasiado joven? Tal vez.

¿El bebé interrumpirá mi estudio y no me recibiré nunca? Jamás. El bebé no será el problema que la sociedad tanto califica cuando estás encaminada a ser alguien.

¿Estoy lista? ¿Estamos realmente preparados? Pues, ahora que estoy con él, siento que sí. Siento que pase lo que pase vamos a estar listos y, sobre todo, juntos. Siempre juntos.

No estoy asustada. No le temo al mañana ni a todo lo que nos espera. Sé que juntos haremos hasta lo imposible para darle una buena vida al fruto de nuestro amor.

Estoy embarazada, voy a ser madre. Y tal vez no todas las mujeres sueñan con este momento, pues yo siempre fui parte del grupo que sí lo hace.

Ya comienzo a imaginarme todo. Desde mi vientre crecido, hasta los días que me esperan. Y, por supuesto, acompañada por el hombre que amo.

Este amor no tiene fecha de caducidad, seguirá creciendo cada vez más, si es eso posible. Me dio tanto amor en tan poco tiempo, que siento que en verdad somos algo interminable. Somos uno para siempre, y tal vez es una medida de tiempo larga, pero con él todo es real, todo es posible. Lo fue desde un principio, y lo sigue siendo. Entonces, el para siempre, es algo seguro cuando voy de su mano.

Hunter y yo, siempre nosotros de la mano del amor. Lo pensé una vez y lo sigo sosteniendo con un sabor dulce a que seguirá siendo así.

Siempre.

—Entonces, la idea de vivir juntos, no parece una locura, ¿no?

Me toma por sorpresa, no esperaba que dijera algo así.

—¿Qué?

Sonríe.

—He pensado en la idea de vivir contigo, y no me parece algo descabellado. Quiero todo contigo, Chloe. Todo. No te digo que lo hagamos ahora, ya, porque claro que no es fácil. Pero no está mal tener la idea, ¿no? Y luego hacerla realidad.

—Quiero que todo se haga realidad contigo.

Nos sonreímos para luego abrazarnos. Nos rodeamos con nuestro amor, nos protegemos con él y la llama del amor se aviva más aún.

—¿Tienes idea de cuánto te amo, Pulgarcita?

—Creo que por primera vez ese apodo no me molesta —nos reímos y lo miro a los ojos. En ellos veo mi mañana, mi pasado mañana, mi vida entera—. Te amo más, Hunter Orwell.

Continue Reading

You'll Also Like

115K 5.2K 54
tus amigos llevaron a un amigo a tu casa desde ahi se conocen y pasar de los dias se van gustando
96.9K 17.2K 34
En un mundo guiado por las apariencias, April Wilson es arrastrada inevitablemente a ser la chica nueva de la preparatoria del pueblo al que su papá...
965K 49.7K 45
Desde el momento que subí al tren del expreso de Hogwarts y choque con Draco y Blaise mi vida no volvió a ser la misma. Más cuando el sombrero selecc...
7.7M 419K 17
[Segunda temporada de El Playboy es mi Niñero] Ariel fue engañada y traicionada por un playboy. Él la abandonó y ahora ella está intentando pasar pág...