Capítulo 36

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Chloe

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Chloe

No puedo concentrarme en el estudio, no puedo ni siquiera ordenar los libros por orden alfabético en la biblioteca.

Mi mente está fuera de todo lo que hago, de cualquier actividad que haga o intente hacer. Mi mente está con él desde que Paul trajo la noticia sobre la operación.

Aunque, a decir verdad, desde que Riley dijo que la familia de su amiga está ahorrando dinero para su operación de la vista, he averiguado sobre el tema.

Todo lo que Paul me había contado, luego de lanzar la noticia, yo ya lo sabía. Pero por Hunter decidí no tocar el tema antes, porque sé muy bien que es un tema bastante sensible y no quería ponerlo en esa situación.

Siento nervios, miedo, ansiedad. Soy una mezcla de emociones, las cuales muchas de ellas no debo manifestar. Él nos necesita fuerte, y voy a luchar lo más que pueda para serlo. Me necesita y, por supuesto, que pase lo que pase estaré a su lado.

Cuando Paul trajo consigo la noticia, Hunter actuó como si no le hubiese dicho nada. Me pregunto si cayó en la noticia, o tal vez prefiere no hacerlo. No lo sé. No sé nada porque desde esa noche esquivó todas mis preguntas al respecto, hasta que decidí no tocar el tema, porque claramente no quiere hablar sobre ello.

Aunque de nada sirve acumular los sentimientos. De nada sirve esconderlos, porque tarde o temprano esa bolsa que acumula y acumula termina estallando, y he ahí todos los problemas. Y no quiero que Hunter oculte lo que sea que esté sintiendo. Me gustaría que se animara a liberar lo que piensa, pero tampoco puedo presionarlo. Debo entender que necesita su espacio, su momento, más aún luego de la noticia.

El teléfono de mi casa comienza a sonar, dejo mis apuntes de lado y atiendo.

—¿Diga?

—Chloe, habla Paul.

—Oh, hola.

—Marie me pasó tu número. Es que estuve llamando a tu celular.

—Debe estar en silencio, aún no he familiarizado con él, ¿está todo bien?

—De hecho..., no muy bien que digamos. Hunter te necesita. Hoy su médico de cabecera le dio turno para que se realice el estudio, y... desde ese entonces no ha dejado de llorar —me desplomo en el sofá. Como si las emociones de Hunter hubieran llegado a mí—. No quiere salir de la habitación, no quiere hablarme. Ni conmigo, ni con sus padres. Tal vez contigo sí lo haga, últimamente eres quien le pone los pies sobre la tierra.

—Ni bien termine mi conversación contigo salgo para allá.

—¿En serio, puedes?

—Por favor, Paul. Por supuesto que sí. Cuentas conmigo en todo lo que necesites, ¿de acuerdo?

—Gracias, Chloe. En verdad, te lo agradezco.

Y tal como se lo dije, ni bien cuelgo el teléfono, cojo las llaves y me dirijo hacia el departamento.

A través de ti (En físico y en Ebook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora