Cuando, donde y como el amor...

By CMariia22

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María José Garzón mejor conocida como Poché , es una aclamada jugadora de básquet en Londres hasta que es ele... More

Capitulo 1: ¡Cuidado por donde caminas... o corres!
Capitulo 2 : Una objeto Castaño volador SI identificado
Capitulo 3: "Tobillos , hielo y antiinflamatorios"
Capitulo 4: Mi hija. Mis padres
Capítulo 5: Superchica al rescate.
Capitulo 6: De pobre no tengo un pelo.
Capitulo 7: Poche ella es Beth. Poche este es Hipo.
Capitulo 8: "Como conseguir amigos en tres pasos fáciles"
Capitulo 9: Golpes de calor.
Capitulo 10
Capitulo 11: "Eres mi prisionera"
Capitulo 12: ¿Estás loca o borracha o qué?
Capitulo 13: Tu me cuidas, yo te cuido.
Capitulo 14: Voy por ti
Capitulo 15: La última posibilidad
Capitulo 16: Simples espectadoras
Capitulo 17: Yo ya te pertenezco
Capitulo 18: ¡Señor Si señor!
Capitulo 19: Tu ganas y yo pierdo
Capitulo 20: ¿Alguien quiere preguntar algo?
Capitulo 21: El primero pero no el último
Capitulo 22: La despedida
Capitulo 23 : "La Bestia"
Capitulo 24: Marche Presa
Capitulo 25: "El efecto Calle"
Capitulo 26: Esta es la noche
Capitulo 27: Tenemos el control
Capitulo 28: Las dueñas
Capitulo 29: ¡Alguien que la pare!
Capitulo 30: Perdida en ti
Capitulo 31: Entre flores y sujetadores.
Capitulo 32: ¿Una cocinita?
Capitulo 33: La guerra de los postres.
Capitulo 34: Quiero todo
Capitulo 35: Miau Miau
Capitulo 36: "La pequeña casa de mis padres"
Capitulo 37: "El mapa del tesoro"
Capitulo 38: "Un verdadero Zoológico"
Capitulo 39: "la prueba"
Capitulo 40: "La leyenda del lago encantado"
Capitulo 41: "Dentro de ti"
Capitulo 42: "Las veces que tu quieras"
Capitulo 43: "Una verdadera despedida"
Capitulo 44: "La junta extraordinaria"
Capitulo 45: "¡Tilin! ¡Tilin! ¡Tilin!"
Capitulo 46: "Esta y las otras vidas"
Capitulo 47: "Periodo de Concentración"
Capitulo 48: "La resurrección de la bestia"
Capitulo 49: "Tenerlo o no tenerlo, esa es la cuestión"
Capitulo 50: "Te lo advertí"
Capitulo 51: "El partido por la boda"
Capitulo 52: "Paraíso gay"
Capitulo 53: "El ataque de los buitres"
Capitulo 54: "Las declaro..."
Capitulo 55: "Noche de boda anticipada"
Capitulo 56: "Entre nombres y apodos"
Capitulo 57: "La derrota de la bestia"
Capitulo 58: "Una mirada al futuro"
Capitulo 59: "Siete"
Capitulo 60: "Propuesta indecente"
Capitulo 61: "Pechos"
Capitulo 62: "Las listas prohibidas"
Capitulo 63: "Una loba en el armario"
Capitulo 64: "Calentitas y apretadas"
Capitulo 65: "Las mujeres de mi vida"
Capitulo 67: "Es tu turno"
Capitulo 68: "La calma antes de la tormenta"
Capitulo 69: "La historia de las alemanas perdidas"
Capitulo 70: "La tormenta"
Capitulo 71: "Una caja de bombones"
Capitulo 72: "Te falta un no se que"
Capitulo 73: El clan de porristas
Capitulo 74: Antonia hay una sola
Capitulo 75: "Hija de Tigre"
Capitulo 76: "Seis minutos en el cielo familiares"
Capitulo 77: "El cuento de pinocho"
Capitulo 78: ¿Casa o departamento?
Capitulo 79: ¡Voy por ella!
Capitulo 80: "La heredera"
Capitulo 81: "Mujeres de plastilina"
Capitulo 82: ¿Cierto Andy?
Capitulo 83: "Una porrista menos"
Capitulo 84: "Sopla o no soplar, esa es la cuestión"
Capitulo 85: "Las tardes de chusmas"
Capitulo 86: "Invasión de caminantes"
Capitulo 87: "la burbuja de amor"
Capitulo 88
Gracias

Capitulo 66: "Blancanieves y los siete enanitos"

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By CMariia22

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Un año y tres meses después – Hallowen en Casa Calle Garzón

- ¡Listo! – Calle había terminado de ayudar a sus mellizas con sus respectivos disfraces – No puedo creer lo que están viendo mis ojos – les dijo mirando orgullosa a sus dos hijas disfrazadas de enanitos. Tenías puestos calzas de colores y una chaqueta con un cinturón de otro color, para que contrastara con la parte inferior.

En los pies tenían zapatitos negros y en la cabeza un gorrito en punta. Por supuesto la cereza del postre, o en este caso del disfraz, la otorgaba la barba blanca de juguete que se tenían que poner.

Las mellizas se miraron - ¡Nos vemos geniales! – Festejó Salome - ¡Venga los cinco Em! – pidió a su hermana el choque de manos que Emma concedió con pocas ganas.

- ¿Nos vemos bonitas mamá? – le preguntó Emma dudosa de su apariencia

- Por supuesto cariño – les aseguró – Muy bonitas – agregó

- ¿Tan bonitas como estás tú cuando mami pone cara de boba al verte? – Para las pequeñas la cara de boba de Poché al mirar a Calle era buena señal.

- No... Más bonitas. Están tan hermosas, que su madre va a poner la misma cara de babosa que pone cuando las mira a ustedes – les dijo. Para Calle no había mejor momento que agarrar a su esposa mirando atontada a sus hijas.

- Me pica mamá – Emma se quejaba de la barba

- Te la sacas y te la pones antes de irnos Em – la convenció su madre mientras las llevaba a la sala donde Beth y Antonia veían por milésima vez buscando a Nemo – Ya tenemos listo dos enanitos – anunció – Tu turno Anto – Estiró su mano a la pequeña – Hora de ir a bañarte – anunció.

- Quiero que mami me haga la danza del baño – Por supuesto que Anto iba a querer bañarse con la danza del baño.

- ¡No se vale! Nosotras no hicimos la danza – se quejó Salo

- Es verdad – Emma apoyó la queja

- Anto, no tenemos tiempo para la danza del baño – negó la petición de su hija

- Entonces no me baño – caprichosa, Antonia se cruzaba de brazos.

- Esta bien... Pero la haces conmigo – Calle no tenía intenciones de molestar a su esposa después del día que había tenido Poché. La peliazulse había enterado que el equipo quería transferir a Juli a otra ciudad y había estado toda la tarde peleando a capa y espada con la entrenadora y el presidente del club.

- Pero tú no te la sabes – la acusó

- Anto llevo años escuchándola, me la sé de memoria – se defendió

- Pero tienes que hacer los gestos y todo – le advirtió la pequeña

- La voy a ser a mi manera – Era imposible igualar a Poché en la danza del baño

- Pero mamá... – Salome, más bien el enanito Salo, volvía a protestar.

- Salo... te prometo que la próxima vez la hacemos ¿Si? – La mirada no dejó lugar a protesta

Las dos mellizas se sentaron al lado de su hermana mayor de brazos cruzados.

Beth se rió y por eso le tocó golpe en su cabeza - ¡Auch! – Beth se acarició la cabeza - ¿Y eso? – le preguntó a su madre por la causa del golpe.

- Por inventar la daza del baño – le respondió.

- ¡Yo no lo inventé! – se defendió – Fue mami – dijo

- Bueno, entonces fue por incentivar a tu madre a que la inventara, si no te hubieras escapado cada vez que te íbamos a bañar, no hubiera existido la estúpida danza del baño – el stress de Hallowen estaba llegando y le hacía decir cosas "horrendas" a la castaña. Se arrepintió de usar la palabra "estúpida" apenas vio la cara de sus tres hijas.

- La danza del baño no es estúpida mamá – la corrigió una seria Emma

- La danza del baño es algo muy, muy serio mamá – Comentó el pececito en forma de reto – la inventó el tataratataratata ra... ¿Cuántos tátara son? – Preguntó – Bueno eso no importa... La inventó el tátara abuelo de mami, el indio Nube Negra – contó, sus hermanas asintieron.

- Si alguien le falta el respeto a la danza del baño le puede caer una maldición arriba – agregó Anto.

- Es verdad madre – Beth aguantaba como podía la risa – Y si tú no quieres que te caiga la maldición del abuelo Nube Negra, vas a tener que hacer la danza del baño con much respeto... ¡Auch! – golpe

Calle giró los ojos y soltó la mano de Anto para dirigirse a la nevera, donde colgaba la página ciento cinco de la "lista del sillón" – Por inventar la estúpida danza del baño – Escribió – Un cemento... - De repente la imagen de ella y su esposa disfrazada se le vino a la cabeza. La castaña suspiró y agarró la lapicera nuevamente, al lado de lo que había escrito agarró – "Posponer hasta nuevo aviso" – ¡Vamos Anto! – Tratando de disimular sus pensamiento cachondos por su esposa.

- ¡Siii! ¡Lecuchin hace danza de baño! ¡Huahaha¡Huahaha! – La castaña rezaba poder estar a la altura de las expectativas de su hija. Por las dudas, no quería ninguna maldición sobre ella.

Una vez dentro del baño, Calle abrió el agua y Antonia se metió en tina, paradita se quedó mirando a su mamá. La fotógrafa miró a su hija y giró los ojos, suspiró y decidió comenzar cuanto antes con esto – Bien – respiró y se paró enfrente de su hija - ¿Estamos listas? – preguntó sin ánimos.

- ¡Ya empezaste mal mamá! – La retó – Esto es una danza guerrera, luchamos contra poderosísimos Dioses de la suciedad – la leyenda continuaba – No puedes hacerlo sin ganas – Justo a Anto le venía a hablar de entusiasmo – Nos van a derrotar – ¡Dios! Calle iba a matar a su esposa.

- Sólo estaba calentando la voz – disimuló - ¿Estamos listas? – un grito de aliento inundaba el baño.

La cara de la pequeña se iluminó ante el cambio de actitud de su mamá - ¡Siii! – respondió doblando un poco sus rodillas.

- ¡No escuche! – Negó la fotógrafa – Pregunte si... ¿Estamos listas? – nuevamente aparecía el grito inicial.

- ¡Siii! – la pequeña se esforzó - ¡Lechucin esta lista! – agregó esperando el inicio de la danza.

Calle no pudo dejar de sonreír cuando vio que su hija había asumido la "posición guerrera" - ¿Donde esta el jabón? – preguntó poniéndose la mano en su frente para imitar la mímica que Poché usaba cuando buscaba el jabón

- ¡Aquí esta! – Antonia lo tenía en sus manos y se lo mostraba orgullosa a su madre - ¡Aquí esta! ¡Aquí esta! ¡Huhaha! – repetía poniéndole ritmo a sus palabras. La mezcla de Nemo con indios que había inventado la morena no tenía precio.

La castaña se preparó, ahora venía la parte importante, tenía que lucirse – Uno... - Antonia apretó el jabón – Dos... - Calle flexionó sus piernas y respiró - ¡tres! – ¡Allí están los Dioses la suciedad! ¡Allí están! ¡Allí están! – Cantó señalando al horizonte, que en este caso era la puerta del baño - ¡No podemos dejarlos ganar! –Ahora la mano de la fotógrafa formaba un puño - ¡Hay que atacar... atacar! – siguió el canto.

- ¡O no! – Manos en la cabeza para el lechucín - ¿Qué vamos a hacer? ¡Hay que luchar! ¡Hay que luchar! – Anto apretaba el puño como su madre

- ¡Por las piernas vamos a empezar! – Al mismo tiempo que Calle se agachaba para refregarse imaginariamente las piernas, la pequeña se enjabonaba las suya – Por la panza vamos seguir... – castaña y castañiecita enjabonaban su estómago, nada más que la mayor lo hacía de mentira – Y en los brazos vamos a terminar – SI tenía que admitirlo, Calle se estaba divirtiendo. Era muy gracioso ver a su hija toda enjabonada copiando sus movimientos.

- ¡Todavia puedo verlos ! – Grito la pequeña señalando un lugar del baño

- Entonces...el Shampoo hay que agarrar – le contestó con ritmo su madre acordándose la cara de desesperada que ponía su esposa en esta parte de la danza. La pequeña Calle tomó la botella de shampoo y se puso un poco en su cabello – No perdamos tiempo – cantó Calle llevando sus propias manos en la cabeza – Empecemos a agitar... ¡Hay que agitar! – ambas revolvieron sus cabellos con ganas.

- ¡Aun estan cerca! – avisó la pequeña con sus ojos cerrados.

La castaña se agarró la cabeza exageradamente - ¿Qué lugar nos faltara? – Preguntó a propósito, ahora venía el momento preferido de su hija, Calle la vio sonreír.

- ¡Ya lo se! Ya lo se! – aun con los ojos cerrados levantaba la mano – Falta mipe...

Calle sonrió, nunca se iba a olvidar la primera vez que encontró a su esposa y a Beth muertas de la risa por la modificación que Beth le había hecho a la danza del baño, modificación que habían adoptado todas sus otras hijas - ¿Que mipe...? – preguntó la mayor

- ¡Falta mipe... mi pequeño trasero! – Gritó riéndose finalmente la niña, para después enjabonarse esa parte. Por un momento Calle se vio imitando el movimiento de su hija

- ¡Se estan yendo! – Anunció la fotógrafa - ¡Vamos a ganar! ¡Vamos a ganar! – Ahora venía la parte es que movía sus brazos festejando – Solo falta...

- ¡Enguajar! ¡Enguajar! ¡Huhaha! ¡Huaha! – Antonia giraba debajo de la ducha mientras Calle giraba en su lugar. ¡En tu cara María José Garzón! Daniela Calle aniquiló en la danza del baño.

....

- Mama – Antonia la llamaba mientras dejaba que Calle la secara en su habitación

- Dime cariño – la danza la había agotado

- Lo hiciste muy bien, el abuelo Nube Negra estaría orgulloso de ti – le dijo

Calle sonrío ante la aprobación de su hija – Gracias mini bomboncito – Diría Natalia. La castaña besó a su hija – Ahora... vamos a convertirte en enanito como tus hermanas...

- Mamá... - Beth entraba al cuarto de su hermana con un monitor de bebe en la mano – Isabel |se acaba de despertar – Por el aparato se podían escuchar los balbuceo de la bebe

de seis meses.

- ¿ Tu mamá salió del gimnasio? – le preguntó.

- Nop, las cosas con Juli no deben haber salido muy bien – Mucho gimnasio para la peliazul era sinónimo de stress.

Beth pudo ver la cara de preocupada de su castaña madre - ¿Quieres que yo ayude a Anto con su disfraz? – ofreció ayuda

- ¡Siiii! ¡Bethi! ¡Bethi! – la pequeña entusiasta estaba de acuerdo

- Gracias – le susurró Calle a su hija mayor saliendo en busca de su esposa con monitor en mano.

Créanme que la castaña tenía todas, pero todas las intenciones de hablar con Poché, levantarle el ánimo y porque no, darle un que otro beso, pero quien iba a adivinar que cuando la fotógrafa entrara al gimnasio, Poché iba a estar colgada por sus pies de una barra, usando solo un top que cubría sus pechos y un diminuto short que no hacía ninguna alusión a la palabra "vestirse". Calle se quedó petrificada en la puerta mirando como el cuerpo de la peliazul subía y bajaba trabajando sus abdominales.

Sin darse cuenta sus pies se iban moviendo con el objetivo de acercarse a su esposa. En una de las subidas, Poché alcanzó a ver a su castaña parada a poca distancia de ella, frente los ejercicios inmediatamente y quedó colgada de cabeza apreciando la intensidad con que su esposa la mira.

La peliazul podía ver el deseo de su esposa en sus ojos, deseo que empezó a manifestarse cuando la boca de Calle empezó a recorrer el estómago marcado de su mujer, la lengua de Calle estaba por todos lados. Cuando sus piernas empezaro a ceder y ya había demasiada sangre en su cabeza, la deportista, con un ágil movimiento logró caer enfrente de su esposa, para después empujarla sobre las colchonetas que habían en el gimnasio.

- ¿Sabes que tuve que hacer recién? – preguntó Calle como pudo mientras Poché se encargaba de besar su cuello

- Mmm – fue la contestación que recibió

- La danza del baño... Anto.... ¡Dios! ¡Amo tus manos! – De más está decir donde estaban las manos de la peliazul – Anto... pidió que la hiciera – terminó de contar

- Ahora toca otra danza... una más divertida y apta para bultos – debería existir un diccionario Calle Garzón

- ¿Qué tengo que...? ¡Poché!... ¿Qué tengo que hacer? – preguntó

- Primero tenemos que usar la vestimenta adecuada – adiós ropa – Segundo tenemos que ponernos en posición – La peliazul abrió despacito las piernas de su chica para colocarse entre ellas y juntar sus centros, el ritmo lo iban a marcar los gritos y gemidos de ambas chicas – Ahora solo tenemos que luchar.... – definitivamente iba a ser una lucha cuerpo a cuerpo

- ¡Mormonales! – fue el grito que salió desde el monitor que la castaña había dejado en una de las maquinas del gimnasio - ¡Una viene a ver a su hermana y tiene que escuchar a sus madres inventar una nueva danza – Beth se quejaba por el intercomunicador

Poché salió de su lugar quejándose y se tiró en la colchoneta al lado de su mujer que al mismo tiempo se agarraba la cabeza

- ¡Ya no queda habitacion de esta casa que ustedes no hayan estrenado – las siguió retando. Calle no sabía que era más vergonzoso, su hija escuchándolas o ella riéndose porque el gimnasio ya había sido estrenado de esa forma, de hecho Poché no lo quiso empezar a usar hasta que no le hizo el amor a Calle en cada lugar que creyó conveniente – Ya no es taparse los ojos nada mas , ahora tambien los oidos – Beth seguía reprochándoles - Deberian tener alguna especie de señal "Cuidado mormonales sueltas" – el chiste seguía

Pochè ya había escuchado demasiado, agarró el monitor.

- Cangurín, si quieres que me siga haciendo la tonta cuando tu y Lucas están haciendo la danza del amor en tu habitación, será mejor que comiences a medir tus palabras... cambio y fuera- No es una radio Marìa Josè

La repuesta demoró en llegar, el cangurin estaba evaluando sus posibilidades - ¡Las quiero!... cambio y fuera – Eligió bien – A propósito – la voz de Beth volvió a sonar – La tía Natt llamó y dice que en una hora están acá, estemos listas o no ¡Las quiero! – agregó la muy chupa media

Calle y Pochè se miraron – No se cómo voy a hacer para tenerte toda la noche cerca y no poder tocarte – le dijo la peliazul

- No se cómo voy a hacer para levantarme de esta colchoneta sin hacerte el amor – dijo la castaña.

Menos mal que esta vez las balbuceadas de Isa las interrumpieron antes de empezar, porque si no, creo yo que no paraban.

- ¿Te bañas con ella? – Le preguntó Calle sabiendo como disfrutaba su esposa de esos con su hija.

- Solo si tú te bañas con nosotras – contra ofertó Pochè

- Como resistirse a esa propuesta – Inevitablemente la pareja rumbeaba al baño.

....

Calle y Pochè estaban sentadas enfrentadas en la bañera, la peliazul tenía a Isabela en su pecho.

- Si la sigues mirando así me voy a poner celosa – bromeó la castaña

- ¿La viste amor? – Con cuidado Pochè la giró de manera que la bebe quedó sentada en ella, pero mirando a su mujer - ¿Viste sus ojos? ¿Viste sus pestañas? Es hermosa... - La sonrisa que se le dibujaba a Calle cuando veía a su esposa hablar de sus hijas era indescriptible.

- Ven aquí – le ordenó a Pochè mientras ella se inclinaba hacia la castaña. Un beso fue el resultado de su encuentro – Te amo – esa declaración fue lo que le siguió al beso – Y amo como amas a nuestra hijas – confesó – Pero... si no salimos de la bañera, Natalia va a entrar a sacarnos – le dijo levantándose para salir – Y lo más probable es que cuando nos vea quiera meterse a bañarse con nosotras – Dijo algo muy cierto mientras salía ya dispuesta a secarse - ¿Quieres dejar de mirarme el trasero y apurarte? – la castaña sintió los ojos clavados de su mujer

- Por haber heredado ese trasero lobita – le habló a su hija que ahora jugueteaba con el agua – Vas a tener a tus chicos o chicas como quieras – le dijo mientras su esposa ya con su salida de baño puesta esperaba con una toalla que Pochè le pasa a su hija – Sólo tienes que aprender a moverlo como tu madre y el amor de tu vida va a arrastrarse hacia ti aconsejó levantando a su hija del agua y pasándosela a su esposa que no tardó en envolverla

- No te preocupes cariño – La castaña le hablaba a Isa - El movimiento de trasero es algo que también viene de sangre – contó – Sólo tienes que encontrar a una peliazulada boba que quede hipnotizada mirándolo – agregó riéndose de las caras de su esposa

- ¿Te encargas tu de ella mientras yo me pongo mi disfraz? – pidió la fotògrafa entregándole la niña seca a Pochè para luego irse caminando hacia el vestidor. La caminata incluyó unas fuerte vaivén de caderas por parte de la castaña.

- Por supuesto amor – respondió Pochè sin quitarle los ojos de encima a su chica– La deportista miró a su hija que a su vez la miraba a ella - El día que encuentres a una peliazulada boba la vas a hacer feliz cada vez que hagas eso – le dijo a su niña.

- Bal rissspussss bla rarp paff prrr – opinó Isabela

- Tienes razón lobita, yo soy la peliazul boba de tu mamá y de ustedes cinco – le dijo - ¿Lista para disfrazarte? – le preguntó

....

- ¡Listo! – festejó la la deportista - Pero que enanito más adorable – la más pequeña de las Calle Garzòn estaba vestida igual que sus hermanas pero con otros colores - ¡Gorda! – Llamó a su mujer que llevaba bastante tiempo desaparecida. Pochè alzó a su pequeño enanito y fue en busca de su esposa – ¡Amor! Cuando veas a Isa te vas la vas a querer comer... con su pequeño gorrito y su barbita... ¡Dios Santo! – Pochè se paralizó, todos sus sentidos se enfocaron es su hermosa mujer, sus músculos no respondían, lo único que la peliazul podía sentir era como la bestia iba creciendo en su interior.

Todas las barrearas que había puesto para calmarla después del episodio del gimnasio no estaban sirviendo de nada ante la imagen de su mujer vestida de Blancanieves. No solo era el efecto de la peluca de color negro que tenía su, ahora no castaña puesta, que la estaba volviendo loca también ayudaba el color rojo de sus labios que contrarrestaba a su hermosa piel blanca y no se podía olvidar, del vestido ajustado y no tan largo como la original princesa que vestía Calle que resaltaba los mayores atributos, por no decir todos, de su mujer.

- ¡Isa! – Exclamó Calle riendo por la cara de su esposa - ¡Mírate de enanito! – Agarró a su hija – ¡Estás hermosa! ¿Cierto gorda? – La castaña preguntaba a propósito, sabia el efecto que estaba teniendo en su mujer

- ¿Mhhm? – Aun no recuperaba la capacidad de escucha.

- ¿Cierto que Isa es un enanito hermoso? – repitió

- Siclsro – se aclaró la garganta – Si...si...claro – en realidad asintió algo que aun no entendía

- Vamos a buscar a los otros enanitos mientras tu madre se prepara... ¡Pochè! – la llamó

- ¿Mhmm? – cero reacción

- Nada de momentos a solas... no tenemos mucho tiempo – Calle se frenó en la puerta para mirar a su mujer que aun no se movía de su lugar.

- Blaruu fafffdp prrr – Isa quería decir algo

- Si cariño... creo que la mate – coincidió – hay que darle un tiempito – era lo mejor.

Pochè se quedó sola en la habitación, aun sin moverse, había que darle tiempo.

....

¡Mamá! ¡Pido que se revalúe el sorteo de los disfraces! – Beth entraba a la sala para unirse a Calle y a sus hermanas – Estoy segura de que mami y tu hicieron trampa – Cruzada de brazos y protestando se sentó

- Bethi es el enanito gruñón – señaló Anto – Yo soy el enanito Feliz – No se podía olvidar de ella.

- ¿Por qué tengo que ser enanito? – le preguntó a su madre

- Porque así salió en el sorteo perfectamente legal que hicimos – se defendió Calle

- Es imposible que justo todas tus hijas hayan salido enanitos mientras tu eres Blancanieves.. ¡Que casualidad! – ironizó

- No se de que te quejas, si te ves genial – apuntó su madre justo cuando el timbre de la puerta sonaba.

- ¡Yo voy! – grito Salome y salió corriendo a la puerta

- ¡Quiero que se rehaga el sorteo! - Calle giró los ojos al escuchar la voz de Natalia

- ¡Estoy totalmente de acuerdo ! – Una de las raras veces que Beth y Natalia concordaban

- A mí me gusta mi disfraz Natti - Valeria llegaba a la sala agarrando de la mano otro enanito que parecía ser Andrea. Los enanitos Gabriela y Salome venían detrás.

- Te ves genial Vale – Calle se acercó a saludar a su amiga que estaba toda pintaba de color plateado suave y tenía un marco redondo alrededor de ella – Déjame intentarlo – pidió la fotógrafa parándose enfrente de la bailarina – Espejito... espejito... dime quien es la más bonita de este reino – le habló al disfraz de espejo

- Eso es fácil – contestó Vale – La más hermosa es... ¡Pochè!– dijo de repente

- Aun se está cambiando Vale - contestó la castaña

- Pochas te ves genial – Calle siguiò la línea de visión de su amiga y se dio cuenta que había alguien detrás de ella, inmediatamente giró su cabeza y se arrepintió, entramos en el segundo momento parálisis de la noche.

- ¡Esto no es justo! – Natalia vestida de bruja entraba a la escena. El papel de la latina se veía muy creíble con su capa negra, con una extensión en su nariz con grandes arrugas y pelo blanco falso que le caía por su cabeza. Infaltable la canasta con manzanas envenenadas -¿Por qué Garzòn tiene que ser el caliente leñador mientras yo soy la malvada bruja? – Se quejó – Exijo que hagamos de nuevo el sorteo – insistió.

- ¡Totalmente de acuerdo! – Beth apoyaba a su tía

- El sorteo ya se hizo – se excusó la peliazul sin ignorar el estado de su esposa ¿Quién se ríe ahora? – Y ustedes estaban presentes. Si a mí me hubiera tocado bruja, lo hubiera aceptado. Asique dejen de quejarse – dijo cerrando la conversación.

- Gorda – Calle recuperaba la voz - ¿Podemos hablar un segundo? – le señaló la cocina a su chica.

- ¡En cinco minutos partimos! – advirtió Natalia por las dudas

- ¿Algún problema amor? – preguntó disimuladamente la peliazul

- Si, tengo un problema. Ese no es el disfraz que te alquilé – sentenció

- Si es – se defendió Pochè – Pero le hice unas modificaciones – En vez de usar el pantalón ancho que venía, me puse el negro ajustado que me compre la semana pasada – señaló su vestimenta inferior – Hice un nudo en la camisa, porque me quedaba muy larga – La camisa larga, a propósito elegida por Calle, a cuadros roja y negra se levantaba en un nudo dejando expuesto parte del abdomen de la deportista – Y me doblé los puños como los leñadores del Discovery Channel – ambas mangas estaban subidas hasta donde el bíceps de la deportista lo permitía. El discreto disfraz se complementaba con unos borcegos negros y el hacha de juguete que tenía que cargar la peliazul en una de sus manos - ¿No te gusta así? – Pochè giró en sí misma – A mi me parece mejor – opinó

El problema no era si a Calle le gustara o no, el problema era que a la vecina de al lado, que últimamente estaba persiguiendo a su esposa, le iba a gustar seguro – Me encanta pero...

- Entonces vamos mi Blancanieves – le agarró la mano – Es hora de dulce o travesura – dijo

- Pero yo lo único que quiero es travesura – chilló la castaña mientras se dejaba llevar por su esposa

- ¿Estamos listos? – Preguntó Pochè llegando a la sala - ¿Están listo los siete enanitos? – preguntó

- ¡Siii! – Respondió Anto - ¿Cierto Andy? – otra vez empezamos. El enanito Andy asentía. Pochè acomodó a Isabela en el asiento portátil que ella iba a cargar en sus hombros.

- No escuche a todos los enanitos – la peliazul se acercó a su hija mayor

- El próximo año yo voy a sacar los papelitos del sorteo – Beth seguía sospechando de su madre

- ¿El espejo? – obvio la acusación de su hija

- ¡Lista! – festejó Vale

- ¿La horrible bruja malvada? – rió de Natalia

- ¡Oye! – La latina la frenó – Puede que sea bruja y malvada, pero aun así sigo estando caliente – Pochè se rió de nuevo – No hay manzanas envenenadas para ti estúpido leñador – le advirtió saliendo de la casa. El espejo y los enanitos siguieron a la bruja.

- ¡Un cemento! – Frenó a los enanitos – Me parece que lo enanitos se están olvidando de algo – dijo

- ¡Cierto! – Para Anto era inconcebible - ¡Todos en fila! – se acomodaron – Y un, dos, tres – contó – ¡Hay ho! ¡Hay ho! ¡Hay ho! ¡A trabajar! – cantaron cinco de los siete enanitos

- ¡No te escucho cantar enano gruñon cangurin! – Beth las iba a pagar por su interrupción.

Pochè escuchó a su hija murmurar algo así como "Ya verás el próximo sorteo" y se partió de la risa hasta que sintió el susurró cercano de Calle en su oído.

- Estoy tan agradecida de que tu padre te haya enseñado a hacer trampa en los sorteos – Le susurró Blanca Calle a su mujer apoyando sus pechos en la espalda del leñador durante unos segundos para después pasar por al lado de ella rozando todo lo que podía con su mano.

Pochè le prestó excesiva atención a como ese vestido resaltaba el escote de su mujer - Yo también hermosa, yo también – Miró al cielo – Gracias papá, donde quiera que estés gracias... - exclamó para después mirar a su enanito menor que colgaba de ella en su pequeño arnés y que ahora se estaba comiendo su propia barba - ¿Cómo dice lobito? ¡Hay ho! ¡Hay ho! ¡Esperanos bella princesa! – le grito a su esposa.

En la calle

El vecindario de las Calle Garzòn estaba poblado de niños acompañados de adultos, disfrazados por doquier. Definitivamente el espíritu de Hallowen se había instalado en el lugar.

Calle analizó la situación – Bien – dijo – Vamos a tener que dividirnos...

- ¡Yo voy con mami! ¡La leñadora! – Anto se avivó y cantó primero. Las demás pequeñas protestaron y las mayores giraron los ojos.

- ¡Perdón! – Calle miró a pequeña hija ofendida, al parecer la pequeña se había olvidado quien le hizo la danza del baño - ¿Y por qué se supone que eliges al leñador? - ya estaban todo en personajes

- Porque mami siempre hace que las damiselas nos den más dulces y golosinas ¿Cierto enanito? – le preguntó a su prima obteniendo una respuesta positiva.

- Eso no es cierto – Calle no iba a permitir que alguien calumniara su capacidad para conseguir dulces.

- Si es cierto mamá – Emma siempre con la verdad – El año pasado a mi me tocó con ella y juntamos el doble de dulce que ustedes – explicó con hechos fácticos.

La sonrisa agrandada de Pochè era enorme – ¿Qué quieres que haga? Son irresistibles – le dijo

- Bien – Calle aceptó el desafío – Ya veremos quién gana esta vez – dijo enojada

- Uyyy bomboncito, vas a tener un rival difícil – opinó Natalia – porque con Calle exhibiendo sus gemelas en ese vestido - señaló los pechos de la artista – yo dejó toda la fábrica de chocolates en ellos – Pochè no recibió nada bien ese comentario, nadie tiene derecho a mirar a Squishy y Spongi.

- Anto y Andy con Pochè – ordenó Calle – Salo y Gabi vienen con Valeria y conmigo – repartió – Emma y Beth les toca con Natt – dijo

- ¡Claro! ¡Mandenos con la horrenda bruja malvada! – No era el mejor momento del cangurin – Total Emma y yo no quieremos dulces – ironizó

- ¡Que no soy horrenda! – Era lo único que le importaba – Y para que sepas, así como me ves, voy a patearles el trasero a tus madres.

- Prepárate para morir de hambre Em – Le susurró a su hermanita

- Ánimos cangurin – la consoló Pochè - ¡Tu puedes! No en vano te enseñé ciento ocho lecciones – le recordó – Solo que no tienes que dejar que Natalia sea la que hable – le indicó señalando a la latina que peleaba con un par de niños que huían de ella.

- Pochè – Calle se acercaba a ella en plan de guerra

- Calle – La peliazul la enfrentaba

- Tienes prohibido golpear la puerta en lo de la vecina loca que te persigue – empezaron las reglas

- No sabía que tu eras la que ponía las reglas – apuntó venenosamente la peliazul – Nosotras podemos ir a donde se nos de la gana ¿Cierto Anto? – buscó el apoyo de su hija

- ¡Cierto! – afirmó el lechucín - ¿Cierto Andy? – por las dudas preguntaba y patito asentía.

Calle juntó sus labios – De acuerdo – aceptó – entonces puede que yo toque la puerta del señor de los gatos – la deportisita abrió los ojos bien grandes

- ¡No lo haras! – le advirtió – Lo tienes prohibido, ese hombre está obsesionado contigo - apuntó

- No sabía que tu ponías las reglas – se burló la castaña

- Con que esas tienes Daniela.... Con que quieres jugar sucio – se acerco a su novia – Pochè le pasó a Isa a su esposa y desató el nudo de su camisa para volvérselo a hacer más arriba aun, casi todos sus abdominales estaban a la vista.

- ¡Hola señor durito! – Vale saludaba a su cuadradito personal

Calle apretó a un más fuerte su mandíbula y se acercó aun más a su esposa, las miradas eran de guerra – ¿Quieres guerra? La vas a tener – Le devolvió la bebe a la peliazul, quien se la colgó en su pecho devuelta. Con mucha habilidad Calle se sacó el sostén que traía puesto en frente de todos. Pochè sacudía su cabeza, sus amados tesoros estaba libres a la imaginación de cualquiera.

- Estoy empezando a pensar que no estamos en buenas manos – comentó Beth al ver como su madre se sacaba la prenda

- Yo estoy empezando a pensar donde puedo meter las manos – dijo la latina mirando los pechos de Calle

- ¡Tìa Natt! – la retó - ¿Podemos empezar? – pidió desesperada

Calle y Pochè no se sacaban las miradas de encima – Listos... en sus marcas ... ¡Ya! – empezaba la cosecha.

Un par de horas después – Casa Calle Garzòn

- ¡Esto es grandioso! – Salome y el leoncín prácticamente estaban nadando en golosinas, chocolates entre otros.

Vale y Calle las miraban orgullosa – Estuviste excelente con tu acto de "tú eres la más hermosa" Britt – la felicitó Calle, al parecer la bailarina había ganado levantando el autoestima de la gente que les abría la puerta

- Eso no fue nada – habló Valeria relajándose en el sillón – La mejor parte era cuando nos abrían hombres y tu dejabas caer uno de los dulces para recogerlos ¿Viste la cara del señor de los gatos? Estoy segura que lo vaciaste Dani – le dijo

Orgullosa Calle reía, moría por ver la cara de Pochè cuando viera sus cinco bolsones llenos de dulce.

Cuando escucharon la puerta abrirse, Calle se preparó para cantar victoria enfrente de su mujer, el tema era que no fue su esposa la que entró

- ¡Odio Hallowen! – Beth entraba con una bolsita pequeña con apenas unos caramelos

- ¡Yo también! – Natalia no tenía nada y Emma venía con un chupetín en la boca

- No se preocupen – las calmó la fotògrafa – el año que viene le va a tocar conmigo – el ego de Calle estaba por los cielos – Tal vez rompamos el record de los cinco bolsones llenos de este año – orgullosa señaló su cosecha.

Natalia y Beth se miraron y empezaron a reírse - ¿No te cruzaste con el bomboncito cierto? – le preguntó la latina riendo

- No... Estaba muy ocupada ganando la... – la entrada de un par de enanitos con dos bolsas cada una la interrumpió

- ¡Hay ho! ¡Hay ho! ¡Hay ho! ¡A trabajar! – Antonia y Andy cantaban - ¡Amamos Halloween! ¿Cierto Andy? – Una Antonia normal ya es fuerte, imagínense una Antonia llena de dulces

- Cuatro bolsas – contó Calle – aun seguimos ganando... - otra vez la interrumpieron

- ¿Dónde las pongo Pochè? – La vecina de al lado vestida de jugadora de básquet, lo que Calle pensó que fue demasiado obvio, entró con dos bolsas más

- Déjalos en la mesa Mandy y muchas gracias por tu ayuda – la peliazul entraba con su hija menor dormida en un brazo y con dos bolsas más en su otro brazo.

- No hay problema Pochè , cuando necesites mi ayuda avísame – demasiado obvio

- Si... si... muchas gracias de nuevo. Nos vemos – le cerró la puerta

La cara de Calle era impagable, Natalia y Beth seguían riéndose – Ocho bolsas Daniela, parece que te ganaron – le dijo la latina

- No te preocupes mamá, el año que viene puedes ser con nosotras – seguían cargándola

- ¿Cómo hiciste? – Calle encaró a su esposa

- Tuve que sacar las armas grandes – Pochè señaló sus propias piernas, que ya no vestían un pantalón ajustado negro, ahora solo tenían un pequeño short.

Calle apretó la mandíbula y con aires de diva se fue a la habitación

La peliazul giró los ojos – Ahora vuelvo – les dijo a las demás.

Una vez que puso a Isabela a dormir, la peliazul se dirigió a su habitación. Golpeo varias veces pero como no recibió respuestas entró – Gorda...

- Dulce o travesura – le susurró la castaña desde atrás

- Travesura... sin lugar a duda – afirmó la leñadora dándose vuelta a enfrentar a su esposa – O Blancanieves... que grandes pechos tienes... - Pochè se confundió de cuento

- Amor esa es la caperucita roja – la corrigió Calle

- Al carajo Calle, al carajo.... Yo contigo soy todas las historias infantiles que yo quiera ¿me oyes? – Y como no oírla, lo que siguió no se podía contar en esas historias

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