Cuando, donde y como el amor...

By CMariia22

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María José Garzón mejor conocida como Poché , es una aclamada jugadora de básquet en Londres hasta que es ele... More

Capitulo 1: ¡Cuidado por donde caminas... o corres!
Capitulo 2 : Una objeto Castaño volador SI identificado
Capitulo 3: "Tobillos , hielo y antiinflamatorios"
Capitulo 4: Mi hija. Mis padres
Capítulo 5: Superchica al rescate.
Capitulo 6: De pobre no tengo un pelo.
Capitulo 7: Poche ella es Beth. Poche este es Hipo.
Capitulo 8: "Como conseguir amigos en tres pasos fáciles"
Capitulo 9: Golpes de calor.
Capitulo 10
Capitulo 11: "Eres mi prisionera"
Capitulo 12: ¿Estás loca o borracha o qué?
Capitulo 13: Tu me cuidas, yo te cuido.
Capitulo 14: Voy por ti
Capitulo 15: La última posibilidad
Capitulo 16: Simples espectadoras
Capitulo 17: Yo ya te pertenezco
Capitulo 18: ¡Señor Si señor!
Capitulo 19: Tu ganas y yo pierdo
Capitulo 20: ¿Alguien quiere preguntar algo?
Capitulo 21: El primero pero no el último
Capitulo 22: La despedida
Capitulo 23 : "La Bestia"
Capitulo 24: Marche Presa
Capitulo 25: "El efecto Calle"
Capitulo 26: Esta es la noche
Capitulo 27: Tenemos el control
Capitulo 28: Las dueñas
Capitulo 29: ¡Alguien que la pare!
Capitulo 30: Perdida en ti
Capitulo 31: Entre flores y sujetadores.
Capitulo 32: ¿Una cocinita?
Capitulo 33: La guerra de los postres.
Capitulo 34: Quiero todo
Capitulo 35: Miau Miau
Capitulo 36: "La pequeña casa de mis padres"
Capitulo 37: "El mapa del tesoro"
Capitulo 38: "Un verdadero Zoológico"
Capitulo 39: "la prueba"
Capitulo 40: "La leyenda del lago encantado"
Capitulo 41: "Dentro de ti"
Capitulo 42: "Las veces que tu quieras"
Capitulo 43: "Una verdadera despedida"
Capitulo 44: "La junta extraordinaria"
Capitulo 45: "¡Tilin! ¡Tilin! ¡Tilin!"
Capitulo 46: "Esta y las otras vidas"
Capitulo 47: "Periodo de Concentración"
Capitulo 48: "La resurrección de la bestia"
Capitulo 49: "Tenerlo o no tenerlo, esa es la cuestión"
Capitulo 50: "Te lo advertí"
Capitulo 51: "El partido por la boda"
Capitulo 52: "Paraíso gay"
Capitulo 53: "El ataque de los buitres"
Capitulo 54: "Las declaro..."
Capitulo 55: "Noche de boda anticipada"
Capitulo 56: "Entre nombres y apodos"
Capitulo 57: "La derrota de la bestia"
Capitulo 58: "Una mirada al futuro"
Capitulo 59: "Siete"
Capitulo 60: "Propuesta indecente"
Capitulo 61: "Pechos"
Capitulo 62: "Las listas prohibidas"
Capitulo 63: "Una loba en el armario"
Capitulo 64: "Calentitas y apretadas"
Capitulo 66: "Blancanieves y los siete enanitos"
Capitulo 67: "Es tu turno"
Capitulo 68: "La calma antes de la tormenta"
Capitulo 69: "La historia de las alemanas perdidas"
Capitulo 70: "La tormenta"
Capitulo 71: "Una caja de bombones"
Capitulo 72: "Te falta un no se que"
Capitulo 73: El clan de porristas
Capitulo 74: Antonia hay una sola
Capitulo 75: "Hija de Tigre"
Capitulo 76: "Seis minutos en el cielo familiares"
Capitulo 77: "El cuento de pinocho"
Capitulo 78: ¿Casa o departamento?
Capitulo 79: ¡Voy por ella!
Capitulo 80: "La heredera"
Capitulo 81: "Mujeres de plastilina"
Capitulo 82: ¿Cierto Andy?
Capitulo 83: "Una porrista menos"
Capitulo 84: "Sopla o no soplar, esa es la cuestión"
Capitulo 85: "Las tardes de chusmas"
Capitulo 86: "Invasión de caminantes"
Capitulo 87: "la burbuja de amor"
Capitulo 88
Gracias

Capitulo 65: "Las mujeres de mi vida"

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By CMariia22

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Domingo en la mañana – Casa Calle Garzón

- ¿Seguro que no quieren quedarse a desayunar? – Poché le preguntaba a sus amigas en voz baja. Natalia y Valeria estaban paradas enfrente de la puerta y cada una sostenía una niña dormida en sus brazos.

- Gracias Pochas pero Natt y yo tenemos mucho que hablar aun y está gruñona no ha podido dormir mucho por lo que veo – Natalia estaba a puro bostezo.

- No sé cómo haces para dormir en ese condenado sillón lleno de niñas por todas partes – Las tres mayores miraron el sofá cama en el que ahora estaba Beth estirada como si fuera la dueña del mueble.

Emma estaba a un lado de ella y le atravesaba una pierna por encima de su estómago mientras usaba uno de los pechos de su hermana como almohada. Antonia ocupaba todo el otro costado y se había acaparado solo para ella las dos almohadas, una la usaba para su cabeza y a la otra la tenía abrazada como si tuviera miedo de que se le escapara.

No crean que Salome estaba incomoda, la otra melliza había obligado a sus hermanas a dormir con las piernas encogidas ya que se había hecho ama y señora de la parte baja de la cama.

- Después de tantas noches en el sillón te acostumbras – se justificó la deportista

- Pero si me desperté porque la ratita menor me sacó la almohada no muy sutilmente – se quejó la abogada

- Anto siempre hace eso, no puede dormir sino tiene dos almohadas o al menos algo para abrazar – explicó – Agradece que al pececito no se le dio por recitar la poesía del otoño – dijo.

- ¿La poesía del otoño? – Era algo que a Vale le podía interesar

Antes de que la peliazul pudiera contarles, Salome se había parado en la cama y con los ojos cerrados empezó a recitar...

"El otoño es un enano, con un tarro y un pincel,

Pinta todo de amarillo pues no tiene otro color,

Va trayendo viento frío

Y llevándose el calor"

Hizo una reverencia y se volvió a acostar como si nada hubiera pasado.

- Bueno imagínate eso a la mitad de la noche – les dijo orgullosa de su hija

- ¡Por Dios Garzón! Una de tus hijas roba almohadas y la otra es una poeta sonámbula. Le dije a Calle que tanto sexo durante los embarazos iba a tener repercusiones – se quejó la latina dando paso a un nuevo bostezo.

- ¿Te vas a correr? – le preguntó Vale a la deportista mientras caminaban hacia el taxi.

- Sip – le aseguró – Total tengo varias horas más hasta que mis mujeres se despierten – no era día de "madrugones" para todas las castañas de la casa.

- Mañana nos avisan lo que salga de la ecología...

- Ecografía Vale – Dos hijas y todavía no se lo aprendía

- Eso...

- Por supuesto Vale, apenas sepa el sexo de mi bebe las llamo – les dijo

Valeria le dio un beso y dejo que Poché se despidiera del dormido patito que tenía en sus brazos para después subirse al taxi.

- Oye bomboncito – la latina entraba en modo nervioso – Gracias por lo de anoche...

- Si es porque dormimos apretaditas y calentitas, ya sabes que no fui yo la que te hizo cucharita – Poché acarició a la cucharita llamada Gabriela que tenía cargada su amiga.

- Tu sabes porque lo digo – Era más que evidente

- Lo se Natt. Lo se. Yo no puedo concebir la idea de ustedes dos separadas y mucho menos si esa idea destroza a mi mujer – confesó – Hazla feliz Natt. Si Vale es feliz, tu lo serás – Poché se sentía identificada.

Natalia miro a Poché por unos instantes – Gracias – repitió – Por esto y solo por esto, voy a dejar pasar la mano en el trasero que me metiste en la noche – dijo

- ¡Beth me estaba empujando! – Se defendió la peliazul

- Lo que te sirva para convencerte bomboncito, lo que te sirva – acercó la cabeza de su hija para que la deportista de despidiera con su habitual beso en la cabeza de su hija – Nos vemos... No te olvides de avisarnos – fue lo último que Poché escuchó antes de ponerse sus auriculares y empezar su trote matutino.

....

Cuando la deportista volvió todo seguía casi igual, el casi era porque ahora la que estaba arriba de Beth ahora, era Antonia y no Emma, la cual al verse desplazada por su hermana y sus almohadas, se había hecho un ovillo en uno de los costados de la cama.

Salome ya no era solo ama y señora de los pies del mueble, ahora también lo era de las sábanas. Mientra sus hermanas se tenían que dar calor entre ellas, el pececito era el único que estaba tapado. Poché giró los ojos y subió las escaleras hasta su cuarto.

Apenas entró a la habitación, no pudo evitar girar los ojos de nuevo. Al igual que Beth, Calle estaba estirada por toda la cama boca arriba. Al igual que Antonia, se había adueñado de las dos almohadas. Y copiando a Salome, la castaña, había logrado que toda la ropa de cama estuviera encima de ella.

Poché pensó en irse directo a la ducha, pero como tener a Daniela Calle semi desnuda en una cama y no aprovecharse de la situación. La peliazul caminó casi en puntas de pie hacia la cama - Maldito pijama que tapa a Squishy y Spong – Susurró la peliazul. Claro la fotógrafa había compartido cama con Valeria, por ende, no estaba Poché para obligarla a dormir sin ropa – Bue... habrá que poner las cosas en su lugar – Muy despacito tomó el borde de la parte de arriba de la ropa de dormir y la empezó a deslizar hacia arriba.

- Mmmm – Calle se removió en su lugar impidiendo que la basquetbolista siguiera con su cometido. Por el contrario, se lo dificultó aun más cruzando un brazo por su estómago

- Demonios – se quejó Poché – No me puedo ir a bañar sin antes mirar mis maravillas – se dijo a sí misma.

La deportista se agachó a la altura del estómago de su mujer – Psss – le habló – Psss lobito – intentó – ¡Lobito! – no lo gritó pero lo susurro más fuerte – la intención era despertar a su bebe para que iniciara una cadena que termine en su mamá despierta y desnuda y si es posible con Poché encima de ella, pero no estaba dando resultado – Dios mío, otro "madrugador" - iban a ser cinco durmiendo a la par de su esposa – Piensa María José, piensa – se forzaba a idear algo que la ayudar a desnudar a su mujer.

La deportista se quedó mirando el cuerpo desparramado de Calle. "Plim" Lamparita, la idea había llegado. Poché se acercó a la cabeza de su esposa

- Tienes calor cariño, mucho pero mucho calor. Un calor sofocante – La deportista acudía a la hipnosis

- MMnoo... frio... - Calle no se dejaba convencer tan fácilmente.

- No cariño... no tienes frio... tienes mucho calor, muchísimo calor – agregó – Estás transpirando de tanto calor que tienes – presionó

Calle volvió a moverse varias veces – Noo, calor no... frio mucho frio – nada fácil era la castaña, agarró la colcha que cubría solo sus piernas y se tapó enterita con ella.

- ¿Pero en que estoy pensando? – Poché sabía que algo estaba haciendo mal – Si siempre me lleva la contra en todo, solo para hacerme rabiar – razonó – Bien... ¿Quieres jugar gordi? Vamos a jugar – le dijo y se acomodó en su lugar.

- Tienes frío Calle, mucho frio – le dijo – Tienes tanto frió que no puedes evitar que tu cuerpo tiemble... tanto frío que parece que estuvieras en el polo ártico – especificó.

- Mmmm No... Frio no... calor – la casta{a agarró la colcha y se la sacó de encima como si pesara cien toneladas. La sonrisa se empezaba a dibujar en la cara de la deportista.

- No cariño, no. Estás temblando de frio, necesitas taparte más, mucho más...

- No, no... - la castaña se oponía moviéndose en la cama – Calor... mucho calor... - siguió

- ¿Quieres que te tape? ¿O que te ponga el pijama? – le preguntó malignamente Poché

- Calor... mucho calor – se quejaba la fotógrafa tocándose el cuerpo.

- Déjame que te ponga el pijama cariño, se que tienes mucho frio – insistió una sonriente Poché.

- ¡Noo! ¡Mucho Calor! – casi asustando a la deportista, Calle se sentó en la cama sin abrir los ojos y se llevó las manos al borde de la sudadera de Poché que aun usaba para dormir tiró de ella brutalmente quedándose como Dios la trajo al mundo, al menos en su parte superior. Luego se volvió a dormir.

- ¡Siii! – Festejó la peliazul - ¡Mis bebes! – Squishy y Spongi estaban a su disposición

- Buen día – las saludó – Mami no se quería ir a bañar sin saludarlas – les habló de cerca – Están preciosas, como siempre. Y las tengo que aprovechar ahora porque dentro de unos meses, este lobito de aquí – tocó la panza de su mujer – se las va a querer devorar y... - movimientos del lobito interrumpieron las palabras alusivas de Poché - Ups – Sabiendo lo que se venía Rachel huyó al baño, basta de posponer la ducha.

...

Un rato después, el tiempo que demoró el baño de la deportista, Poché salía del baño y se encontraba con su esposa sentada con su espalada apoyada en la cabecera de la cama, brazos cruzados, la sudadera puesta y un rostro lleno de pucheros – Buen día cariño – La peliazul actuaba lo más disimulada posible - ¿Algún problema? – le preguntó mientras se cambiaba

- Se despertó temprano – dijo tocándose su panza

- ¿En serio? ¡Qué raro! ¿Por qué será? – Antes muerta que confesar y volver al sillón.

- No se – Calle se encogía de hombros sin olvidarse de exagerar su cara de enfado – Gorda... - la llamó

- Dime amor de mi vida – Poché se subía a la cama ya cambiada

- Creo que Vale me desnudó – le dijo – Me desperté desnuda y tu sudadera estaba tirada en la otra punta – Calle sabía de que Valeria era capaz de eso y mucho más

- No creo amor – tampoco era para ensuciar el nombre de sus amigas – Seguro te dio calor – plantó la duda

- No lo recuerdo... es decir, recuerdo haber tenido mucho frió primero... Pero después – Calle trataba de pensar – Si... puede ser que me haya dado calor – concluyó para que la peliazul pudiera volver a respirar tranquila – Pero... - A aguantar la respiración de nuevo – También recuerdo otra cosa... - Miro a Poché en forma sospechosa

- ¡Toc! ¡Toc! – Alguien golpeaba la puerta de la habitación - ¿Podemos pasar? – sintieron la voz de Beth preguntar. Era domingo, tocaba desayuno familiar.

- Pasen, pasen – las alentó la jugadora con toda la intención de que Calle se olvidara de la conversación.

Las dos madres giraron los ojos casi al mismo tiempo cuando vieron entrar a sus hijas haciendo un trencito. A Antonia, que venía primero, le estaba tapando los ojos Salome, Salome se los tapaba Beth y a su vez, Emma, que venía dormida en los brazos del cangurin, le tapaba los ojos a su hermana mayor como podía.

- Tú y tus reglas amor – le dijo Calle rememorando la norma inventada por su esposa.

- Oye agradece que el lobito te despertó antes, porque si no te encontraban desnuda por culpa de Vale – no quedaba otra que hundir a la bailarina

- ¿Les falta mucho para terminar de hacer las cosas de bultos? – preguntó Antonia

- De adultos Anto– la corrigió Beth

- Eso. Es que tengo Hambre – se quejó

- Yo también – la apoyó el pececito

- Yomsmsaen – Suponemos que el perezocito se unía a la protesta de sus hermanas.

- ¡Aliméntenos madres! – Beth incrementaba el pedido

Poché sacudió su cabeza pensando en qué había estado fumando o tomando cuando pensó en tener siete hijos. Calle debió haber estado pensando lo mismo porque agarró a la peliazul por su remera y la tiró hacia ella – Sale lobito, cierra zoológico ¿De acuerdo? – murmuró

- Completamente de acuerdo amor – Besó a su esposa y rumbeó hacia la puerta para ir a preparar el desayuno.

- Mami – Desde Beth Emma le estiró los brazos a Poché quien no dudo en recibirla. Las dos salieron de la habitación mientras las demás escalaban en la enorme cama de sus madres.

En la cocina

Poché preparaba todo con su hija en brazos – Latte para mi amor – colocaba en la bandeja – Leche chocolatada con galletas para Beth y Emma...

- Con muchas galletas – apuntó la pequeña

- Con muchas galletas – repitió Poché poniéndolas en su lugar – cereales de colores para Salo – una cosa más en la bandeja – Y por último...

- Jugo para Anto – la ayudó su hija

- El jugo de naranja con sus galletitas de animales para Anto – Desayuno listo – Perezocin cambia a posición koala – pidió la peliazul a su pequeña. Emma se trasladó ágilmente la espalda de su madre y se aferró a su cuello.

- Listo – anunció la pequeña. Poché agarró la bandeja y con su hija acuesta manubrio para llegar a la habitación.

En la habitación

- ¿Yo puedo besar a Timy? - Antonia indagaba a su mamá

- Tu no puedes besar a nadie – Poché entraba justo para la pregunta. Emma se descolgaba de ella y trepaba en la cama para acomodarse en las piernas de Calle.

- Pero Beth besó a Diego – se justificó la pequeña y sin querer logró que Beth recibiera la mirada de la deportista

- Gorda... - Calle salía al rescate – tu eres muy pequeña aun, Beth puede besar a su novio porque ya son adultos – la explicación iba más dirigida a su esposa que a su hija.

- ¿Y cuando uno es bulto? – preguntó la más pequeña

- Adulto – la corrigió Beth que evitaba a toda costa el contacto visual con la deportista.

- Eres bulto a los treinta y ocho años más o menos – Poché volvía a la conversación, ya había perdido una, no iba a perder a las otras. Calle giró los ojos.

- ¿A qué edad fue tu primer beso? – Les dije que cuando Emma hablaba siempre acertaba. Menos mal que Calle salió a contestar primero

- A los trece – confesó la fotógrafa tomando de su latte – Con un compañerito del colegio – explicito.

- ¿Y tu mami? – Estas mellizas no dejaban pasar una

- A los treinta y ocho – dijo sin titubear. Calle y Beth se partieron de la risa. Beth casi escupe toda su chocolatada. – Además eso no importa – se apresuró a cortar las risas – No puedes besar a Timy y punto – finalizó

- ¿Por qué no? – Calle tomaba su jugo

- Porque no puedes besar a alguien que se llama Timoteo y... y... y... - Dios, sus hijas iban a ser la muerte de Poché, tenía cinco pares de ojos esperando a ver que iba a decir. Un suspiro y volver a comenzar – Y que siempre que sea con amor, cuidado y respeto pueden besar a quien quieran – La peliazul se dio por vencida, en fin y en cuenta eso era lo que la habían enseñado sus propios padres. La peliazul se dejo caer en la cama.

- Niñas creo que su mami necesita cariño – les dijo Calle

- Aaaaaa – Beth fue la primera en tirarse encima de su madre – Te queremos mami – le dijo

- Yo también te quiero mami – Salome aumentó la montaña que iniciaba Beth

- Y yo – Emma era la que seguía

- Yo también, aunque seas un bulto – Anto terminaba la pirámide

- Falta el lobito – Dijo Calle y con cuidado se apoyo en sus hijas

- ¡No le digas así! – fue el reproche generalizado.

Al día siguiente en la clínica

- ¿Dónde está mami? – nerviosa la deportista no había podido quedarse quieta esperando que las llamaran. Antonia le había perdido pisada y ahora la requería.

- ¿Te acuerdas cuando nos íbamos a enterar del sexo de Anto? – le preguntó Beth a su madre

- ¿Qué pasó

- La noche antes de que supiéramos que tu ibas a ser una niña – Calle agarro a Anto y la sentó en sus piernas – tu mami Poché quería tirar al aro, y como aun vivíamos en el anterior departamento tuvimos que irnos al estadio de las Liberty – contó.

- Nuestro primer campamento – Agregó Salome. Literalmente las niñas y Calle habían acampado en el estadio.

- ¿Y porque anoche no acampamos? – El lechucín consideraba que la habían estafado - ¡Yo tambien quiero ir de campamento – Antonia se cruzaba de brazos.

- Anoche tu madre se sacó los nervios de otra forma – Eso no debió haber salido en voz alta.

- Lo sabemos mamá... Las paredes de la casa nueva no son a prueba de sonido – dijo la mayor

- Aun cariño, aun no lo son – le aclaró. Esa misma tarde habían contratado una empresa que se iba a encargar de arreglar ese pequeño problema.

- ¡Beth! – Ninguna vio de donde apareció la peliazul – Necesito que vengas conmigo urgente – miró su reloj – Aun tenemos media hora ¿Cierto cariño? – Miró a Calle y agarró la mano de su hija

La castaña asintió - ¿Qué van a hacer? – le pregunto luego de recibir el usual beso de su mujer

- Luego te cuento... No hay tiempo – Beso a sus otras hijas y se llevó a Beth prácticamente arrastrándola a toda velocidad.

- ¿Qué hacemos aquí? – le preguntó Beth cuando su madre golpeaba en uno de los consultorios de la clínica

- Bueno estaba caminando por aquí cuando me crucé con una simpática ginecóloga – la puerta se abrió mostrando a una bonita mujer con un guardapolvo blanco.

- Adelante señorita Garzón, imagino que esta es su hija Beth de la que me habló – la mujer las dejaba pasar a su consultorio

- Si, si ella es – le aseguró

- Hola Beth, soy la Doctora Payton – le dio la mano a la joven – Tu mamá me dijo que te acabas de poner de novia y que estás pensando en tener relaciones – soltó como si nad

- ¿Queee? – Beth estaba escandalizada, su verdadera mirada asesina salía a la luz e iba directamente dirigida a su madre.

- Cangurín escucha – Poché pedía calma – Solo quiero que hables con la Doctora, que te saques todas tus dudas – explicó – Por más que tu madre y yo seamos sexualmente activas...

- Demasiado para mi gusto – opinó la chica

- Si viera a mi esposa me entendería – le dijo Poché a la doctora – en fin, como decía, nosotras somos bi y capaz que la doctora sepa cosas que nosotras no y... - la cosa seguía – me gustaría que vieras la posibilidad de consultarle por métodos anticonceptivos – en estos momentos era cuando Poché agradecía la educación que sus padres le habían dado.

La cara tomate de Beth era mejor poesía que la del otoño que recitaba Salome dormida – Eeee... yo... - se aclaró la garganta

- Dime Beth – la doctora la interrumpió – Tu y tu novio aun no tienen relaciones ¿cierto? – recibió una afirmación por parte de la doctora y un suspiro de la peliazul

- Perdón – pidió Poché - Me estoy acostumbrando – la deportista estaba dispuesta a aprender

- ¿Piensan en tenerlas? – preguntó la profesional

- Esteee – Beth se agarraba el cuello

- ¿Quieres que te espere afuera? – le preguntó su madre

- No no no – se apresuró a decir – Quédate – le pidió para después mirar a la doctora – No lo hemos hablado, pero pienso que en un futuro puede ser que pase – le dijo agachando la cara.

- Dios mio ¿Por qué esto es tan difícil? – Poché apoyó la cabeza en el escritorio – Perdón de nuevo – pidió – sigan, por favor, sigan – insistió.

- ¿Tienes alguna duda de la mecánica? – siguió con la indagación

Beth negó – No... - Desde chica la peliazul se había encargado de explicarle todo mientras Calle seguía con las cigüeñas – Pero me gustaría... ver la posibilidad de cuidarme con anticonceptivos, cuando llegue el momento – se apresuró a decir.

- Perfecto – la doctora agarró una de sus tarjetas – Cuando te sientas segura, aquí está mi tarjeta. Llamas, pides una cita y te explico lo que hay que hacer, lo que hay que comprar, etc. ¿De acuerdo? – la adolescente asintió – Y esta tarjeta es para usted – se la entregó a Poché

- Disculpe doctora pero no creo que yo necesite anticonceptivos – rió la peliazul

- Es por las dudas algún día deje de ser Señora y vuelve a ser señorita – Mira que descarada la doctora, coqueteando enfrente de Beth

Beth giró los ojos y esperó la reacción de su madre – Mínimo, después de tener el descaro de coquetearme delante de mi hija, mínimo nos merecemos paletas de fresa gratis...

....

- ¿Están ricas no? – Poché lengüeteaba su paleta

- Le sacaste siete paletas mami – le dijo Beth chupeteando la suya.

- Y tres tiras de aspirinas – la peliazul estaba orgullosa

- Y espera a que le contemos a mamá, seguro hace que la tia Natt la demande por mala praxis – comentó.

Ambas se frenaron – Gracias – le dijo Beth – Se que es difícil para ti, asique gracias por acompañarme – le dijo Hija a madre.

- Quiero que hables conmigo o con tu mamá cualquier cosa cangurin. No te guardes nada – Beth la miró.

- Bueno si... guárdate los detalles mejor... Pero el punto es, que nosotras vamos a estar siempre, para lo que necesites ¿Lo sabes no? – momentazo

- Lo se mami, lo se – la ya no pequeña Beth se abrazó a su mamá como lo hacía en aquella época

- ¡Mami! ¡Bethi! – Apple llegaba a buscarlas – Es el turno de mamá – les dijo. De Poché solo quedó el humito que dejó cuando salió corriendo.

....

¿Cómo estas cariño? – la peliazul apareció al lado de la camilla donde su esposa estaba recostada - ¿Te sientes bien? Respira hondo... todo va a estar bien... todo va a estar bien...

- ¡Poché! – Calle la despabiló – No estoy teniendo al bebe, es sólo una ecografía – la calmó.

- Cierto... cierto – la deportista respiraba hondo – Perdona, son las hormonas – explicó

La castaña la miró extrañada – ¿Tengo que recordarte que yo soy la embarazada? – preguntó sin disimular la risa

- No son esas hormonas – le aclaró

- ¿Y entonces? – insistió la castaña.

- Tengo muchas gansa de hacerte el amor – no es momento María José, no es momento.

- ¡Gorda! – Calle no sabía si retarla, reír o qué hacer

- Perdón cariño, es que fuimos a la ginecóloga con Beth y escuche muchas veces la palabra sexo y tu sabes que para mi sexo es igual a ti explicó

- ¿A una ginecóloga? – Era lo que le había quedado - ¿Cómo te fue? – preguntó

- Uno de los peores momentos de mi vida – exageró – De solo pensar que lo tengo que hacer tres veces más me dan escalofríos – siguió exagerando – A propósito, la doctora quiso intentar algo conmigo ¿Empezamos doctor? – Se lo tenía que decir como si nada

- Espere doctor ¿Qué dijiste? – le preguntó

- Qué la doctora quiso algo conmigo – repitió

- ¡Beth! Pásame mi celular – Sus hijas estaban esperando saber el sexo de su hermano o hermana

- No vas a llamar a Natalia amor – Poché no quería ninguna demanda

- Pero...

- Pero nada cariño... veamos el sexo de nuestro bebe y después te comes una paleta – le cambió la idea – Estamos listas doctor – anunció mientras agarró más fuerte la mano de su esposa. Beth se acercó con Antonia en sus brazos y las dos mellizas a su lado.

- Ya sabes que esto va a estar un poco frió – le avisó el doctor antes de ponerle un líquido en su estómago.

La mano libre de Poché agarró una manita chiquita que no pudo identificar bien de quien era. Se había formado una cadena familiar.

- A ver... a ver – El doctor hacía lo suyo – Bueno.... Se deja ver perfectamente – informó - ¡Felicitaciones! – Dijo – Señoras Calle Garzón... Van a tener otra nena – Silencio rotundo.

- Poché... bebe... amor... - la peliazul no reaccionaba – Vamos a tener otra nena... tu lobita – le dijo

Poché no dijo nada, se movió para agarrar una por una a sus hijas y subirlas en la camilla. Quedaron todas apretadas.

- Gorda... - Calle quería comprobar que la su esposa estaba bien.

Poché las miró a todas – Las amo ¿Me oyen? Amo a todas mis mujeres – Como pudo la peliazul las envolvió en un abrazo - Me van a volver loca, pero las amo – agregó

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