Junto a Ti

By MelyWolf

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El amor es la cosa más complicada que existe. Sin embargo: es el sentimiento más sincero que hay, cuando se e... More

Epílogo
Primer beso
Lucky Item
Reunion.
Reunion part.2
Primer amor.
El enemigo: Miyaji.
Tsundere
Celos
Perdedor
Takao Family
Un conejo y su dije.
Two Words
Una triste noticia
Un suceso inesperado
7 días...
Más de 30 días...
Epílogo: My Happy Wedding
Epílogo: My Happy Wedding part.2
Epílogo 02: Mis días junto a ti.

Confusiones.

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By MelyWolf

Holaaaap! Como están hermosas bellezas Fujoshi's!?

Espero que muy bien!

No las hago esperar más…

nos leemos al final ;)

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~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Capitulo 6 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Estaba molesto, ayer se fue sin decirle nada.

Lo había dejado botado en la reunión a la que se suponía estarían juntos hasta que terminara.

Cuando regreso a la fiesta. Busco con la mirada al moreno, pero no lo encontraba por ningún lado. Le espero sentado más de 20 minutos intuyendo que podría estar en el baño. Pero no fue hasta que Kuroko lo vio, acercándose, para comentarle que Takao había hablado con Aomine y se había ido.

De Daiki tampoco obtuvo una respuesta, el azabache solo se limito a decirle que le había surgido algo, tomando sus cosas y marchándose.

Se quedo preocupado. Sabía que sus padres ese día habían salido de viaje. ¿Les habría pasado algo? ¿Un accidente? ¿O a su hermana?

Cuando intento llamarle esa noche, su celular estaba apagado. Marco una y otra vez, solo obteniendo como respuesta la voz de la operadora.

Y lo peor, es que esa respuesta también la obtuvo todo el domingo. No sabía de que manera comunicarse con él, no tenía el numero de su hermana o de sus padres. Y visitarle a su casa le fue algo imposible, pues su padre lo mantuvo ocupado con esas típicas obligaciones de joven con apellido importante.

Se sentía frustrado.

¿A que venía toda esa actitud extraña de Takao? Suspiro pesadamente aun lado de su cama dispuesto a dormir, aunque sabía que esa noche tampoco podría hacerlo tranquilamente hasta que supiera algo de él. Y eso sería hasta mañana.

...

Takao observo la escena.

Silenciosamente, volvió a cerrar la puerta, ya que no quería interrumpir a la "parejita".

Metió las manos en su chamarra agachando la cabeza, recostándose en la pared. Soltó un suspiro. No quería pensar en nada. El pecho le dolía y sinceramente, ya no tenia ganas de estar en ese lugar, porque seguramente dentro de poco esos dos saldrían y anunciarían que se habían vuelto novios o algo por el estilo.

Emprendió camino por el pasillo, se detuvo nuevamente en la línea donde quedaba dividida la luz de la sala y la oscuridad donde se encontraba, soltó otro suspiro y finjo su mejor sonrisa.

Cuando se encontró nuevamente en la sala, se acerco a Aomine. Sabía que él no le preguntaría nada, que se limitaría a asentir cuando le menciono el motivo de su partida.

Salió con rapidez del lugar, corriendo, le habían entrado unas inmensas ganas de hacer ejercicio. Pensaba que con eso, le oxigenaría mejor el cerebro, pero no contaba con que sus pensamientos serian más fuertes que su voluntad por contenerlos.

¿Por qué lo había abrazado? Era una prueba clara ¿no? Le quería. Porque sabía de antemano, que Shintaro no era nadie expresivo, mucho menos cariñoso. Y el abrazar a alguien es una prueba clara de que se tiene sentimientos hacía esa persona. En este caso, hacía Akashi.

Entonces ¿Por qué le había besado? ¿Qué ganaba con profanar sus labios, no solo una vez, si no varias veces? ¿Acaso era su premio de consolación? ¿Acaso se sentía tan culpable que por eso le compro el pastel y lo invito a la reunión?

-Soy un idiota… - se dijo para si mismo apretando los dientes y corriendo con más fuerza. Necesitaba alejarse de esos pensamientos. Necesitaba alejarse de ese dolor que sentía en su pecho. Necesitaba alejarse de todo.

No supo en que momento había llegado a la esquina de la calle donde se encontraba la estación de autobús que lo llevaría de vuelta a casa. Bajo poco a poco el ritmo de su velocidad, hasta quedarse quieto bajo el techo de la estación. Jadeaba, muy fuerte, intentando tomar grandes bocanadas de aire para recuperar el ritmo de su respiración ante la mirada extrañada de algunos presentes.

Sus piernas le punzaban, debido al ejercicio excesivo que emprendió sin previo calentamiento. Esa sensación dolorosa le gustaba, ya que era ligeramente mas fuerte que la que sentía en su pecho.

Sacó su celular del bolsillo de la chamarra y observo la hora. Se dio cuenta de que ya habían pasado 15 minutos desde que salió del lugar.

15 minutos en los que obviamente Midorima ya había reparado en su ausencia.

15 minutos que le decían, que no le importaba al peliverde en lo mas mínimo, que él ya no estuviera en la reunión.

Sonrió nuevamente, intentaba mantenerse enfocado en el dolor de sus piernas y en el final de la calle para observar en cuanto llegara su autobús.

Apago su celular.

No quería hablar con nadie en ese momento, ni con sus padres, ni con su hermana. Ya luego se ocuparía en decirles que la batería de su móvil se había quedado sin batería y que lo disculparan. Solo si le marcaban.

Cuando llegó el autobús, subió a este, sentándose en el ultimo asiento al lado de la ventana. Contemplo el cielo, la noche era preciosa y el aire que entraba por la ventana del asiento de enfrente era fresco, bastante agradable al cuerpo. Recostó su cabeza en el vidrio y cerró los ojos. Quería dormir y no despertar hasta 40 minutos después que duraba el trayecto.

Su domingo, lo mantuvo ocupado.

Se levanto muy temprano para limpiar el baño y hacer el desayuno. Luego se dedico a buscar recetas en internet y llevarlas a la practica a la hora de la comida. Su hermana solo se limitaba a mirarlo con la boca abierta.

Para cuando sus padres regresaron del viaje, él los había recibido con un gran banquete. A lo cual, ambos lo contemplaron extrañados. Kazunari, no era nunca así con ellos, a menos que fuera una fecha importante. Pero su mamá se preocupo en serio cuanto lo vio limpiar su habitación y peor aun, hacer sus tareas, sin quejarse.

Esa no era más que una clara señal de que algo realmente le preocupaba a su hijo.

Aunque prefirió no preguntarle. Y no porque no le importara, si no porque sabía de antemano la respuesta que obtendría de todo típico hijo adolescente: "no tengo nada mamá, no te preocupes, son solo cosas de la escuela". Ya se enteraría después, cuando él quisiera hablarlo.

Takao también decidió acostarse temprano esa noche. Se tumbo boca abajo en la cama, cansado, observando su celular en la mesita de noche, donde lo había dejado apagado todo el día. Por un momento, estiro su mano para alcanzarlo, pero frunció el ceño y se dio la media vuelta abrazando su almohada con fuerza. ¿Para que quería prender el celular? ¿Solo para observar el mensaje que siempre le mandaba Midorima en la noche pidiéndole que no llegara tarde a la mañana siguiente?¿Qué ganaba con leerlo?

Además, ese lunes no pasaría por él a su casa. Tal vez recordaría que se habían robado la infernal carreta, por lo que esa noche, no recibiría su mensaje.

Y poco a poco, se irían alejando… porque su tiempo ahora estaría dedicado a Akashi.

Abrazo la almohada con mas fuerza ocultando su rostro en ella. Necesitaba alejar todos esos pensamientos. Necesitaba dormirse ¡ya!

000000000000000

El peliverde salió temprano de su casa y espero.

5 minutos…

10 minutos…

y no había señal de Takao.

Miro su reloj en la muñeca derecha. Ya era algo tarde si implicaba irse caminando hasta el instituto.

Quería esperarlo, tal vez aparecería en 5 minutos más. Pero tal vez tampoco lo haría, porque podría ser que el motivo de su ausencia lo mantuviera ocupado y no asistiera a clases.

Tomo su celular e hizo un ultimo intento.

Nada. No tenia otra opción.

Emprendió camino. Se estaba quebrando la cabeza. Si algo había sucedido, ya se enteraría en la escuela por medio de su profesor.

Al llegar al salón, su asiento estaba vacío. Eso realmente ya lo tenia angustiado, aunque era evidente que no lo reflejaría. Tomo su lugar y espero a que iniciara la clase.

Cuando el profesor entro, pudo escuchar claramente a alguien correr por el pasillo. Era Takao, pasando a todo lo largo de las ventanas a gran velocidad, hasta quedar parado frente a la puerta.

-Buenos días... profesor…- decía sofocado. -¿Puedo pasar?

-Adelante…- le hizo una seña con la mano indicándole que entrara. –Llegaste a tiempo por poco. Que no se vuelva a repetir. –le reprendió levemente.

-Si profesor…- el pelinegro entro al salón, se acerco a su lugar y vio a Midorima, que no le quitaba la vista de encima. Esbozo una sonrisa, sin decirle nada y tomo su lugar.

Kazunari estaba realmente extraño, durante todas las clases, no le había hablado, ¡ni una sola vez! Ni siquiera volteaba a verlo como de costumbre bajo cualquiera excusa: "Shin chan~ olvide mi lápiz, préstame el tuyo".

Aunque intentara prestarle atención al maestro, no podía. Su vista no se apartaba del moreno, de cada uno de sus movimientos preguntándose que le habría pasado para que estuviera así.

Cuando llegaron las horas libres, el azabache se las ingenio para no toparse, ni quedarse a solas con Midorima, no quería hablar con él, ni quería que le preguntara nada, mucho menos quería saber de su nueva relación con Akashi.

Ya llevaba así, toda la mañana, incluyendo la hora del almuerzo, pero una clase antes de que comenzaran las practicas del club, su vejiga le imploro ir corriendo al baño, donde su plan fallo.

Takao se lavaba las manos, cuando lo vio entrar por el espejo del baño.

Mierda! – se seco velozmente las manos, dispuesto a irse lo más rápido posible.

-Takao…-

-Lo siento Shin… -paso por su lado.- tengo que irme… hablaremos l-lu…- sintió el tirón en su muñeca derecha, cerro los ojos instintivamente, dio media vuelta escuchando un golpe seco que reboto en todo el lugar, cuando los abrió, se dio cuenta que estaba atrapado, entre la puerta del baño y Midorima.

-O podríamos hablar ahora.- bromeo con cierto nerviosismo.

-Podrías decirme… ¿¡Por qué diablos no me avisaste que te irías de la reunión!?- estaba realmente molesto. No apartaba sus manos que se encontraban cada una al lado del moreno evitando que escapara.

-¿P-porque? Bueno… porque… -intentaba voltear a otro lado. Pero podía sentir claramente la mirada interrogatoria del mayor.

-Takao.- dijo serio.

-Bueno, porque… simplemente no quería darte molestias y que te regresaras conmigo. Ya sabes… -bajo la mirada hacia el piso.- Te la estabas pasando muy bien. –pensó.

-¿Por qué te fuiste? – no le quitaba la vista de encima.

-P-porque ¿recibí una llamada de los Avengers solicitando mi ayuda para salvar el mundo? –se rasco la mejilla izquierda-

-¡Con una mierda Takao! ¡déjate de estupideces y dime la verdad! –

El moreno trago saliva, necesitaba pensar en una respuesta realista y rápido. –Es… solo que…- volteo a ver al peliverde, que seguía sin quitarle la vista de encima haciendo sus ojos más pequeños, frunciendo ligeramente el ceño esperando una respuesta. Ante esa acción, nuevamente trago saliva. –Es solo que mi hermana había salido, y olvido sus llaves dentro de la casa, así que necesitaba irme para abrirle… ya sabes, las noches son peligrosas para las chicas.

-¿Qué le paso a tu celular?

-Se quedo sin batería.

-¿TODO el domingo?

-Si…- esa pregunta le cayo de sorpresa, no tenia ni idea de que Shintaro le habría estado marcando. – No me di cuenta… hasta hoy en la mañana… -soltó como si nada.

El peliverde dio un fuerte puñetazo a la puerta, a la altura del rostro del azabache, pero alejado de él. Dejando, por un momento, sin respiración al moreno ante semejante acción.

¿¡Qué acaso no se daba cuenta de las horas tan angustiantes que le hizo pasar a lo idiota!? ¿¡De todas esas películas trágicas que se invento mentalmente!? Midorima estaba realmente furioso.

-¡Hey! ¿Que pasa ahí adentro? ¿Porque no puedo abrir? –

Cuando el mayor escucho esa voz detrás de la puerta, se quito de enfrente de Takao, posando su mano en el picaporte. El pelinegro, aun sin emitir palabra alguna, se movió mecánicamente para dar paso a los estudiantes que querían entrar.

Shintaro abrió la puerta y salió sin decirle nada mas.

Takao, volvió a respirar, una gota de sudor se deslizo desde su cabeza hasta la mejilla. Se había quedado totalmente en blanco.

...

Llegó el entrenamiento, y para nadie paso desapercibido que aquellos dos, les había sucedido algo.

En toda la practica, Takao ni se inmuto en molestar a Midorima, como era de costumbre. Una clara señal de que, tal vez, se habían peleado.

Y el final del entrenamiento, fue quien se los confirmo. Cuando Kazunari fue el primero en tomar sus cosas para dirigirse a los vestidores junto con los demás miembros del club. Sería la primera vez, que por voluntad propia, no se quería a hacerle compañía al peliverde.

Una vez terminado de vestirse, el azabache fue el primero en irse, despidiéndose de todos los miembros con una gran sonrisa.

-Vaya, ahora que les habrá sucedido a ellos dos…- Kimura se rascaba la cabeza observando la escenita.

-Ya saben como es Takao, seguramente le hizo una broma a Midorima y este no la aguanto.- decía Otsubo mientras sacaba de su casillero la camisa del instituto. – No me preocuparía por ellos.

Miyaji se recostó en la banca poniendo sus dos manos como almohada. –Aunque Takao se veía realmente triste, lo note hoy que pasamos casi todo el día juntos.

-¿¡Eh!? Así que por esa razón no te encontré en casi todo el día, estabas con él. – lo veía un sorprendido Kimura. – Me asombra que haya ido a buscarte.

-De hecho… yo fui quien lo encontró. Estaba detrás del edificio tomando su desayuno a solas. Aunque no me dijo nada y tampoco quise preguntarle. – se levanto de la banca sentándose en ella, levantando una pierna a la altura de su hombro para recostar su brazo en la rodilla.

-Como sea, mientras no repercuta en los partidos, esos dos pueden pelearse y reconciliarse cuantas veces quieran.- Otsubo cerro su casillero, tomando su mochila, colocándola en su hombro y haciéndoles una señal con la cabeza para salir del lugar.

Kimura y Miyaji se levantaron de las bancas, tomando sus cosas, siguiendo al capitán.

-Como sea, solo espero que no se reconcilien tan rápido.- Kimura observo a Miyaji ante tal comentario.

-¿Por qué?- le cuestiono.

-Porque así podre pasar, aunque sea un poco de tiempo, a solas con Takao.

Kimura río. –Eso suena a que te gusta.-

-En realidad… -se paró un momento, obligando a que los otros dos también se detuvieran y voltearan a verlo.-…Si estoy interesado en Takao.- Kimura agrando los ojos mirándolo con la boca totalmente abierta, aunque para Otsubo no había ninguna sorpresa ante tal confesión.

-Pero es lógico que él no tiene interés por mi… -solo un pequeño suspiro, emprendiendo nuevamente camino.- Aunque…-

-¿Qué estas planeando Miyaji? – lo observo Otsubo.

-Digamos… que ese par necesita un empujoncito. Sobre todo Midorima. – sonrió a todo lo ancho que dio su boca, con cierta picardía.- Es hora de que nuestro "Ace-sama" empiece a escuchar "pasos en la azotea…"

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¿Qué? ¿qué?

¡Que se me rompió el bongo!

¿Qué? ¿qué?

¡Que se me rompió el bongo!

Ok divago…una disculpa!

Me pregunto… ¿que estará planeando Miyaji? ni siquiera yo lo se xD y eso que habita en mi mente!

Dejare que hablen mis musas, aunque a veces se ponen rebeldes para esto de la redacción u_u

Y espero hayan disfrutado del capitulo, como yo de escribirlo!

Se despide, con Abrazos y mordidas…

Mely Wolf :3

pd: ¿Comentarios?

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