Enfermos Mentales: Edificio d...

By OneHistoryMore12

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Ellos creyeron que ya había acabado, pero Elizabeth se había ganado enemigos. Estuvo 4 meses rodeada de demen... More

Prólogo+ Book Tráiler.
Personajes.
☆Capítulo 1: De vuelta a la acción.
☆Capítulo 2: ¿De qué me he perdido?
☆Capítulo 3: Todo se fue a la mierda...otra vez. Part. 1
☆Capítulo 4: Todo se fue a la mierda... otra vez. Part. 2 (TW)
☆Capitulo 5: Nace un nuevo problema. (TW)
☆Capítulo 06: Déjà Vu.
☆Capitulo 07: Rewind
☆Capitulo 8: Equipo.
☆Capitulo 9: Equipo. (TW)
☆Capitulo 10: Renacer (TW)
☆Capitulo 11: No soy una asesina.
☆Capitulo 12: Happy Halloween.
☆Capítulo 13: La dama de rojo carmesí. (TW)
☆Capítulo 14: Cazando al monstruo. (TW)
☆Capítulo 15: Momento de la verdad. (TW)
☆Capítulo 16: Locuras por un CD. (TW)
☆Capítulo 18: Jugar a ser Dios
☆Capítulo 19: Ángel de la muerte
☆Capítulo 20: Secuestro. (TW)
☆Capítulo 21: Culpable.
☆Capítulo 22: La chica de la foto.
☆Capítulo 23: Entre nosotros.
☆Capitulo 24: El secreto de Kiara.
☆Capítulo 25: Pasillos secretos.
☆Capítulo 26: El Gas. part 1. (TW)
Capítulo 27: El Gas. Part 2. (TW)
☆Capítulo 28: Separados.
☆Capítulo 29: El regreso de aquella torpe chica. (TW)
☆Capítulo 30: Personalidades.
☆Capítulo 31: Dulce cena navideña.
☆Capítulo 32: Las cosas no son como uno las planea.
☆Capítulo 33: Fin del juego. Part 1.
☆Capítulo 34: Fin del juego. Part 2. (TW)
☆Capítulo 35: Fin del juego. Part 3.
☆Epílogo.
Enfermos Mentales: Un pueblo en llamas.

☆Capítulo 17: Se busca un cadáver. (TW)

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Enfermos Mentales. Capitulo 17: Se busca un cadáver.

(Advertencia de contenido sensible)


—¿Los hiciste tú? —preguntó Kiara tomando uno de los dibujos colgados en la esquina de la habitación de Eli. Más específicamente, el de una chica siendo controlada con hilos por unas grandes manos manchadas de sangre, como un titiritero y su marioneta.

—Sí, suelta eso —susurró Eli entre dientes arrebatándole el dibujo y colgándolo en su lugar—. Kiara ¿Qué haces aquí? ¿Cómo pasaste los guardias?

—Cualquiera que no esté lo suficientemente drogado en ese edificio escaparía cuando quisiera, los guardias están casi de adorno. Lo difícil es escapar de día, una vez casi me pillan…

—Espera, ¿Te has escapado antes? —interrumpió Eli incrédula.

—Cada vez que me harto de estar ahí, unas 2 veces por semana, sí —confesó Kiara despreocupada.

—¡¿Pero tú eres estúpida?! Podrían haberte atrapado —gritó en voz baja.

—Pero no lo hicieron. Además, ¿A ti que te hubiese importado? Me dejaste ahí dentro sola y viniste con tus amiguitos a fingir vivir vidas normales. ¿Es más interesante que aceptar que te falta un tornillo, verdad? —acusó Kiara alzando un poco la voz

—Lo dices como si no salieras cada vez que quieres de ahí. ¿Por qué no me enseñaste como hacerlo cuando yo estaba contigo?  Baja la voz por cierto —le encaró Eli, mirando a Sheyla y Sara durmiendo profundamente a su lado.

—Touché —se limitó a decir.

No pudo evitar pensar en la noche de Halloween, cuando la vio en la fiesta, minutos antes de encontrar el cuerpo de Peter.

—Ari... ¿Dónde estabas cuando encontraron el cadáver en la fiesta?

—Probablemente cogiendo con una pareja de lesbianas con las que bailaba antes de que el alcohol me hiciera efecto.

—¿Por qué te asustaste cuando te encontré?

—Emm, ¿Por qué andaba de incognito quizás? Nadie sabía que no pertenecía a esa fiesta, y nadie debía saberlo. Contigo de testigo y preguntando, corría peligro... No le dijiste a nadie ¿cierto? —preguntó con discreción, a lo que Eli respondió negando—. Bien. Además, la que debería estar preguntando soy yo —dijo haciendo a Eli erizarse—. ¿A quién perseguías?

—A una mala persona.

—¿Por qué?

—Porque fue quien llevó ese cadáver a la fiesta.

—¿Cómo lo sabes?

—Yo... lo vi.

—¿Y por qué no lo atrapaste cuando lo viste?

—Es-escapo.

—¿Por qué no confiesas lo que realmente pasó? —le acusó acercándose cada vez más—… ¿Por qué no me confiesas que lo mataste?

Eli la miró con los ojos bien abiertos por la sorpresa. Quedando impactada ante la acusación de la chica.

—... ¿Cómo sabes eso? —preguntó  volviendo su semblante serio y tomando una postura de autoridad. No quería que Kiara supiera que tenía miedo.

—Tú me lo acabas de decir —explicó victoriosa cruzando los brazos. Eli apartó la mirada maldiciéndose a sí misma—. Dios, los rumores eran ciertos...

—¿Rumores? ¿Q-qué...?

—Hay rumores. Nadie cree que sea casualidad que tú, una esquizofrénica que estuvo en el nivel intensivo y sus amigos hayan encontrado ese cadáver. Todo el mundo piensa que tienen algo que ver en esto... y al parecer tienen razón —Eli escuchaba moviendo los ojos de un lado a otro, nerviosa.

—Mierda...

—Tenía que venir a confirmar si era cierto. ¿Qué sabe la policía? Digo, ya pasó una semana y... ¿Por qué aún no están en prisión? —preguntó directa.

—La policía pospuso la investigación por un homicidio en masa en...

—¡Dios! ¿En serio se creyeron esa mierda? —preguntó Kiara mientras reía—. La policía no se encarga de eso, lo hacen los investigadores y médicos forenses. Si aún no lo identifican es por otra razón. ¿Es que ninguno ha visto series policiacas? ¿Quién les dijo eso?

—El decano.

—Era de esperarse —rio apartando la mirada y pensando.

—¿Eso qué rayos significa?

—Olvídalo, ahora por favor responde ¿Lo tocaste?

—Lo tiré por un barranco.

—¿Borraron tus huellas? —preguntó nada asombrada, como si fuera completamente normal. Eli tragó saliva recordando—. ¿Borraron el rastro del vehículo? —Eli quedó en silencio otra vez. Kiara bufó—. ¿Los vio alguien? ¿Tienen coartadas? ¿Inventaron una historia para el chico? La necesitarán por si tienen suerte y los médicos no logran identificar el cuerpo…

—¡No! ¡No hicimos nada de...! —se detuvo al darse cuenta que casi despertaba a Sheyla y Sara. Bajó la voz—… no hicimos nada de eso.

—Pues lo que sea que le haya pasado al cadáver, agradézcanlo. Dejaron tantos cabos sueltos que en cuanto la policía comience a investigar, será su fin —finalizó comenzando a caminar y pasando por al lado de Eli. Esta la tomó del antebrazo haciéndola detenerse.

—Espera, ¿A dónde vas?

—Tomaré mis cosas y me iré de aquí, será mejor que vayas haciendo lo mismo.

—¿No quisiste que escapara cuando estaba en tratamiento intensivo pero sí ahora? —preguntó, no entendía nada.

—Porque aún eras muy nueva. Tus pastillas eran muy fuertes y pasabas todo el día alucinando y drogada —explicó. Eli la miró perpleja, pestañado repetidas veces.

—Y-yo no lo recuerdo, Ari... no recuerdo mucho.

—Exacto, porque estabas drogada. De todas formas, hay cosas que es mejor que no recuerdes.

Eli de inmediato pensó en lo que mostraban las grabaciones que les dio OX.

—Ari, ¿Tú sabes lo que pasa en las noches ahí? 

—Sí, por eso escapo —confesó confundida frunciendo el ceño—. ¿Cómo... cómo sabes es...?

—No importa. Tú solo dime, ¿Qué hay detrás de esa puerta roja? —preguntó desesperada.

Kiara forcejeaba para zafarse pero Elizabeth mantenía el agarre fuerte, muy fuerte. Por error se distrajo al ver como Sheyla se movía extrañamente en la cama.
Kiara aprovechó y se zafó del agarre, corriendo tan rápido que Sheyla no pudo alcanzar a verla cuando se enderezó sentándose en la cama. Solo pudo ver una sombra saliendo rápidamente de la habitación y corriendo por el pasillo.

—¿Qué ha sido eso? —preguntó Sheyla en voz alta girando la cabeza en dirección a Eli, haciendo despertar a Sara. Estuvo apunto de decirlo todos, no podía ocultarle eso a sus amigas. Hasta que recordó “Nadie sabe que no pertenezco aquí. Y nadie debía saberlo”

—... No lo sé

••••••••••••••••••••

—Ya, y yo vivo en Londres siendo una chica completamente normal y sin problemas alimenticios, cuéntame otro chiste —reaccionó Shey al escuchar las excusas de Eli.

Caminaban las tres juntas hasta la sala de charlas en la escuela, entrando y tomando asiento las ultimas sillas. Sara miró a Sheyla asombrada

—Estoy siendo sarcástica —aclaró, a lo que Sara reaccionó haciendo un puchero entristecida.

—Shey, eso es lo que pasó —prosiguió Eli evitando mirarla a los ojos mientras mentía.

—Bien, supongamos que es cierto que una chica enviada por OX entró a mitad de la noche y te atacó. ¿Por qué?

—No lo sé, ninguno sabe por qué OX hace las cosas —trató de convencerla. Shey la miró entrecerrando los ojos, tratando de hacerla decir la verdad.

—Liza...

—¡Ay, ¿Podrían callarse?! Gracias —interrumpió una voz ajena a la conversación.

Ambas miraron al frente, encontrando a Lorena, Liliana y Lilah, las antiguas amigas de Jennifer, tomando asiento frente a ellas. Lili y Lilah sonreían cómplices tras el comentario de la primera, pero Lola dirigió la mirada nerviosa directamente hacia Sara. Las chicas notaron eso.

—¿Podrían dejar de meterse en todo? Gracias —contraatacó Sheyla, mirando a Lola con el ceño fruncido.

Eli volteó a mirar Sheyla que observaba a Lola, quien aún miraba a Sara nerviosa, mientras Sara miraba fascinada alguna alucinación en el medio del salón. Lola al darse cuenta, apartó la mirada enderezándose en la silla y mirando al frente. Quitandose del rostro un mechón de su oscuro cabello y cruzando los brazos.

—No es mi culpa que tú voz me fastidie —respondió Lilah, que irónicamente tenía voz de pito, mientras la voz de Shey era bastante más grave.

—No es mi culpa que Jennifer las haya abandonado y ahora traten de ser igual a ella —respondió Sheyla con una sonrisa hipócrita mientras Sara soltaba un “Uhhh” para calentar la situación.

Lilah y Lili abrieron la boca sorprendidas y ofendidas, pero Eli vio como Lola se estremecía levemente. Le había dolido mucho más, ya que ella había sido la mejor amiga de Jennifer.

Lili se levantó para responder molesta, pero Lola tiró de su brazo sentándola, sin apartar la mirada del frente. Las tres se sentaron derechas al ver que el psicólogo llegaba a dar la charla sobre que “Todos importamos” y las chicas no volvieron a mirar hacia atrás hasta que acabó la charla.

Al finalizar la charla, Eli y las chicas salieron de la sala caminando por el pasillo.

Sara escuchó a las chicas hablar sobre que Lola la miraba y se comenzó a preguntar por qué. Hasta que recordó lo ocurrido en la cafetería de Portland cuando estaba cumpliendo el reto con Alex. Su encuentro con Lola. ¿Qué hacía en esa cafetería?

—Chicas, creo que hay algo que deben saber… —soltó Sara, pero fue interrumpida.

—Shhh, espera —la siseó Sheyla al escuchar voces detrás de la puerta de la oficina de la secretaria del decano.

—Pero es importante…

—Nos dices luego, ahora ven escucha esto —dijo Eli pegando la oreja de la puerta. Sara bufó e hizo lo mismo. No había nadie en los pasillos ya que todos estaban en clases y charlas, por lo que nadie las vería.

—...la prensa está como loca, quieren respuestas ya, y no son tan tontos como los internados para creer que pospusieron el caso —el decano discutía con un hombre vestido de policía.

—Aún no encontramos el cuerpo.

Sheyla, Sara y Eli se miraron entre ellas con los ojos completamente abiertos.

—¡¿Cómo dejaron perder un maldito cadáver?!

—Cuando le iban a hacer la autopsia sonó la alarma de incendios y los médicos forenses tuvieron que salir rápido. Era una falsa alarma, pero al volver, el cadáver ya no estaba.

—¡Oh claro, desapareció por arte de magia! —dijo el decano enojado, nunca lo habían visto así—. Es obvio que alguien lo robó. Revisen las cámaras, busquen huellas, no lo sé…

—Ya lo hicimos señor, nada. Las cámaras apagaron justo en el momento que sonó la alarma de incendios. Revisamos toda la estación en busca de huellas y no encontramos nada...

—Pues háganlo de nuevo. Si la prensa se entera que la policía perdió un cadáver que encontraron en mi internado, será mi fin. —Se acercó amenazadoramente al oficial y susurró casi inaudible para las chicas tras la puerta—. Y mi fin…será tú fin.

Elizabeth no creía lo que oía. No es que creyera que el decano fuera un ángel, pero le sorprendía que el hombre simpático que había conocido hace meses y salía a escondidas con su madre, también tuviera un lado estricto y duro, muy duro. Y al parecer no era lo único que escondía.

—Emm, ¿Chicas? —preguntó una voz tras Elizabeth.

Las tres gritaron asustadas, apartándose de la puerta y mirando a la Sra. Griffin, la psicóloga, observándolas con el ceño fruncido.

—¿Qué hacen ahí? ¿No deberían estar en clase?

—Ehhh… nosotras...

La puerta de la oficina se abrió, dejando ver al decano Goldman con una sonrisa falsa, mientras el oficial de policía salía cabizbajo sin decir una palabra.

—¡Chicas! Creo que ya vieron a la Sra. Griffin. Ella volverá a formar parte de nuestras instalaciones junto a su marido, el guardia Conahan —anunció el decano con un increíble entusiasmo fingido.

—¡Genial! —dijo Eli fingiendo estar alegre y que no sabía la noticia.

—Por cierto, Sra. Griffin...

—Agradeceria que me llamara Nancy —interrumpió la psicóloga con una sonrisa falsa.

—Claro, Sra. Nancy, ¿Dónde está el Sr. Conahan? —preguntó el decano amigablemente.

—Ya viene, estaba dejando algunas cosas en el auto para llevarlas a nuestra habitación.

—¡Qué bien! Bueno, esperémoslo adentro —animó. Por un momento, Elizabeth deseó que la Sra. Griffin no perteneciera a todo este circo en el que aparentemente el Sr. Goldman era líder—. Chicas, ¿Ustedes no tienen clase de psicoeducación ahora? —preguntó él.

—Ah sí, ya nos vamos —respondió Eli.

El decano asintió, entrando a la oficina detrás de él. La Sra. Griffin le siguió los pasos, pero se detuvo para girar la cabeza, viendo como Eli le hacía una señal con el dedo en su boca para que no dijera nada. La Sra Griffin hizo la misma señal como confirmación de que guardaria su secreto. Eli le sonrió sin separar los labios mientras ella entraba cerrando la puerta tras de sí.

••••••••••••••••••••

—¿Y por qué no estamos celebrando? —preguntó Jennifer con una gran sonrisa.

—¿Qué? —dijo Alex confundido, recostado de la puerta de la habitación de Eli.

—Digo, el cadáver desapareció, ya no hay peligro. ¿Por qué no ordenamos un par de bebidas al mesero de la fiesta de Halloween? Ese idiota me lo debe, caí muy bajo al acostarme con él esa noche.

—¿No te das cuenta de nada? —preguntó Eli con seriedad, Jennifer frunció el ceño—. OX hizo esto.

—… ¿Y?

—¿Por qué OX le daría el cuerpo a la policía para después quitárselo?

—No lo sé, no me importa, ¿Pido alcohol o no? —siguió Jennifer indiferente.

Sheyla, Alex y Eli pusieron los ojos en blanco mientras James y Ben bufaron. Sheyla no podía creer que esa chica fuera la misma que la había tomado de la mano para darle fuerzas la noche del sábado.

—Es porque juega a ser Dios —respondió James a Eli ignorando a Jennifer—. Aprieta pero ahorca. Nos asusta para que nos quede claro que él o ella tiene el control —pensó en voz alta formulando teorías en su cabeza.

—O simplemente es un hijo de puta que disfruta haciéndonos sufrir y ama ponernos a pensar sobre por qué hace las cosas —dijo Erick, ganándose la mirada de todos—. Solo digo —se encogió de hombros.

—Pueden ser ambas.

—El punto aquí es que el cadáver está desaparecido otra vez. Posiblemente OX nos ponga a buscarlo o una de sus atrocidades así. Cualquier cosa, debemos estar prep….

El discurso de Eli fue interrumpido por el sonido de la televisión, la cual se encontraba encendida. Todos miraron en dirección a la pared, asustados. En la pantalla se comenzó a reproducir un vídeo. Era una habitación con paredes y piso de madera. En el centro, una mesa blanca sostenía un ataúd de caoba.

—Benjamín, ¿Qué es esto? —preguntó Elizabeth tratando de mantenerse firme, pero por dentro estaba aterrada.

—Ha-han hackeado el televisor y-y han interferido la señal —informó Ben desde la ventana, analizando la situación.

Quien grababa en el vídeo comenzó a acercarse al ataúd lentamente. La caja de madera de tamaño humano tenía un cuadro de cristal en la parte superior, por donde se podía ver el rostro de quien estaba dentro. Cuando la cámara se acercó lo suficiente, todos pudieron ver lo que había en el interior. Era el cadáver de Peter, la mitad de su rostro putrefacto se veía claramente en el vídeo.

—Oh cielos —musitó Elizabeth girando para dejar de mirar.

Jennifer llevó las manos a su rostro con los ojos empapados mientras Erick trataba de apartar a Sara que miraba horrorizada. James corrió hacia Sheyla, que jadeó con miedo. Quien grababa exhaló en el vidrio del ataúd, escribiendo sobre este OX antes de finalizar la grabación.

La pantalla se apagó, todos se quedaron conmocionados durante varios segundos, hasta que Elizabeth reaccionó. Todo esto era su culpa, por su culpa estaban ahí. Si ella no se hacía cargo de la situación, ¿Quién lo haría?

—Bien, chicos, mantengan la calma —dijo ella girando a mirar a sus amigos temblando. Principalmente James, el chico serio y firme que en ese momento pareciese que estaba apunto de entrar en un ataque de ansiedad—. Benjamín, revisa quien interfirió la señal y reprodujo ese vídeo —Ben obedeció corriendo hasta su laptop en la mochila—. Erick y Sheyla, son de estómago duro. Vean el vídeo cuantas veces sea necesario para identificar donde está. Cualquier pista ayudaría. Los demás, mantengan la calma, no hablen con nadie y no confíen en nadie. Cualquier persona con una actitud extraña síganla de cerca, debemos tener más cuidado que nunca —finalizó—. A trabajar.

Erick descargó el vídeo en su celular desde la laptop de Benjamín, que había guardado el vídeo antes de que OX lo borrara. Eli caminó hacia hacía James para ver qué le pasaba, pero una mano en su muñeca la detuvo.

—Elizabeth espera —Eli se giró mirando con frialdad a Alex—. Quiero ser útil —pidió ya que no le habían asignado un trabajo importante.

—No estorbar es lo más útil que puedes hacer ahora mismo —ordenó Eli zafándose del agarre y caminando hacia James.

••••••••••••••••••••

Erick observaba concentrado el vídeo de su celular que se reproducía en la pantalla de su habitación. La puerta se abrió, esperaba ver a Sheyla que fue a comprar unas malteadas a la cafetería, pero en su lugar vio como Sara entraba en la habitación.

—Sara, ¿Qué haces aquí? —preguntó pausando el vídeo rápidamente, no quería que ella viera eso otra vez.

—Quiero ayudar —dijo cerrando la puerta y corriendo hacia la cama, sentándose al lado de Erick.

—Pero…

—Esta mañana intenté ayudar a Eli y Sheyla pero simplemente me ignoraron…siempre me ignoran —dijo con la mirada pérdida. Agitó la cabeza para borrar malos recuerdos y miró a Erick con una sonrisa de labios cerrados—. No me ignores tú también por favor —pidió haciendo puchero, Erick bufó conmovido.

Erick quitó pausa al vídeo, justo en el momento en el que la cámara se acercaba al vidrio del ataúd, dejando ver el rostro putrefacto del cadáver.

—¿Sabes qué? No —dijo ella apunto de vomitar, arrebatándole el control para quitar el vídeo.

—¡Sara, dame el control! —ordenó tratando de quitárselo.

Por accidente ambos apretaron varios botones, seleccionando por error la opción de “Cable” y reproduciendo varios canales.

—¡Dámelo ya! —se lo arrebató esta vez sin nada de esfuerzo. Estaba apunto de reprocharla, hasta que se dio cuenta por que se lo había quitado tan fácil.

En la televisión se reproducía un comercial de pañales. La mujer con una gran sonrisa cargaba a su bebé que reía con diversión. Erick miró a su lado. Las lágrimas habían comenzado a correr por las mejillas de Sara que miraba la televisión sin moverse.

—Oh, ven aquí —dijo Erick rodeando la cabeza de Sara y recostándola de su pecho, donde ella comenzó a llorar.

—¡¿Por qué lo hice, Erick?! ¡Maté a mi hijo antes de que naciera! —gritó con pesar.

—Oye, oye, mírame —pidió apartado la cabeza de Sara de su pecho y colocándole las manos en sus mejillas—. Lo que hiciste estuvo bien, ¿Vale? Fue lo correcto. No estabas lista para ser madre y Alex no hubiera sido el mejor padre. Con todo lo que nos está pasando, habría sido demasiado para ti. ¡Dios! Hay un loco acosándonos y seguirá haciéndolo quien sabe por cuanto tiempo más. Eso hubiera sido peligroso para tú… —se retractó—… para todos —limpió las mejillas de Sara con sus pulgares cual parabrisas y le sonrió con ternura—. No tienes culpa de nada.

Sara lo miró, con sus ojos llenos de lágrimas, lo miró a sus ojos rojos y pequeños con bolsas y dándole una sonrisa de labios cerrados. Bajó la mirada a sus labios.

—Tú sí hubieras sido un buen padre para mi hijo —susurró ella acercando su cabeza a él.

—Bah, por favor, quemé una casa por celos e ira. Soy literalmente una bomba de tiempo y cualquier cosa me hace explotar. No soy un buen ejemplo para nada —contradijo con gracia burlándose de él mismo.

—Yo no tengo que decir lo que soy, demuestro la poca cordura que tengo día a día —bromeó Sara, Erick río sobre sus labios, estaban bastante cerca. Sara no pudo evitarlo, juntó sus labios en un rápido movimiento, acortando cada centímetro entre ellos. Tras unos segundos de un lento y tierno beso, se separaron para respirar. Erick la miró a los ojos con lujuria—.  Y eso...¿De qué forma te hace explotar? —preguntó pícara. Erick esta vez fue quien unió sus labio, esta vez colocando una mano en el cerro de Sara y otro en su cintura, impulsándose hacia adelante quedando ella acostada con él encima.

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