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- ¿Daniela Calle acceptas por esposa María José Garzón ? – preguntó el oficial
- Acepto – dijo la castaña sin titubear y esa simple palabra nunca había sonado tan perfecta en sus oídos
- ¿María José Garzón acepta por esposa a la señorita Daniela Calle? – fue la siguiente pregunta
- Es lo que más deseo... Acepto – contestó con una sonrisa enorme
- Bien... Por el poder que me confiere el estado de New York, yo las declaro....
- ¡Un momentto! – alguien interrumpía la boda.
Todo el mundo miró al fondo del lugar para identificar el origen de la voz.
- ¡Esto tiene que ser una broma! – Dijo Poché cuando vio a Sara
- Esta boda no puede continuar – Sara seguía gritando
Poché respiró hondo – Ya vengo – le dijo a su todavía novia.
- No cariño... espera – Calle la trató de agarrar pero Poché se le resbaló. La castaña buscó la ayuda de las damas de honor inmediatamente.
De hecho Beth había sido mucho más rápida que el resto y con un salto digno de un cangurín se colgó de la espalda de su madre. Obviamente esto no frenó a la peliazul que seguía avanzando, ahora, con Beth colgada de su espalda, con Juli tironeando de un brazo y con Valeria colgada de la cintura.
Mafe y Juliana se le ponían en frente mientras el resto de los invitados armaba una barrera protectora entre ella y Sara.
- Poché, querida – Mafe trataba de razonar con ella – deja que nosotros nos encarguemos de ella – los ojos endemoniados de la deportista asustaban a más de uno. Poché peleaba con todas las personas que le impedían el paso.
- Mami... mami... piensa en algo lindo... - Beth trataba de hacerla entrar en razón pero la morena no le hacía caso ni a su hija.
- Calle – Natalia no sólo había decidido quedarse inactiva por su condición de embarazada, sino también porque quería que la peliazul le diera su merecido a la modelo – yo creo que ya es hora ¿no te parece? – la castaña sabía a lo que se refería su amiga
- ¡Dejenla! – ordenó la castaña como si hablara de liberar algún tipo de animal. Aunque por la rabia que traía Poché animal era poco.
- Pero Calle... Mira como está, la va a matar - su hermana trató de razonar con ella.
- No me importa. Sara me tiene cansada, dejen que Poché lo arregle – las mujeres se desprendieron de la deportista y Beth se bajó de su madre dudosamente. La barrera también se desarmó dejando ver a una temerosa Sara. Literalmente la modelo estaba temblando
- Te advierto que varias personas saben que estoy acá y si no aparezco tienen la orden de llamar a la policía – Si pensó que con eso la deportista se iba a frenar, estaba equivocada... Poché estaba endemoniada.
- ¡Alto ahí! – gritó la ex modelo de Victoria Secret, pero antes de que pudiera salir corriendo la deportista ya la tenía cargada a su hombro y se la llevaba pataleando afuera de lugar.
- Increíble – Calle escucho a Natalia susurrar
- ¿Qué es lo increíble Natalia ? – la castaña estaba frustrada
- Increíble que ayer ninguna de las casi cincuenta ex compañeras sexuales del bomboncito hayan hecho problemas y, en cambio, la única que tú tienes interrumpa tu boda. ¿No te hace sentir un poco culpable? – Natalia recibió una mirada fatal y optó por alejarse de Calle.
- Apúrate amor – dijo en voz baja la fotógrafa
Afuera del salón
- Dame una razón... sólo una buena razón para que no te ahorque ahora mismo Sara – Poché había sentado a la modelo en un banco que había afuera y se paseaba de un lado otro en forma nerviosa. Lo que menos quería ahora era tener que lidiar con esa mujer.
- Tengo el 911 listo para marcar – le mostró su celular.
Poché giró los ojos y le sacó el aparato de las manos a la mujer – Habla... me estás robando tiempo de mi vida para disfrutarla junto a la mujer que amo – le dijo lo más paciente que pudo.
- Quiero hablar con Calle – insistió
- Este es un día especial para ella y tú no vas a arruinárselo. De ahora en más lo problemas de ella son mis problemas, todo lo que pueda resolver yo lo voy a hacer – le dijo co firmeza – y mi paciencia se está acabando – Le dijo mientras se sacaba el vestido.
- ¿Qué haces? – le preguntó Sara a la hora semi desnuda Poché
- No quiero macharme con tu sangre – le dijo muy calmada
- Me echaron de la marca– explicó asustada y un poco excitada por el cuerpo de la peliazul.
- ¿Qué? – Poché necesitaba que lo repitiera
- Me echaron de Victoria Secret y ahora necesito a Calle para mejorar mi imagen, como lo hizo conmigo antes – explicó mientras sollozaba
- ¿Es en serio?... ¿No me vas a decir que la amas y que si no es tuya no es de nadie, para luego retarme a un duelo de armas? – la mente de la peliazul se había quedado en una mezcla de novelas románticas con las películas del lejano oeste. ¿O tal vez que estás embarazada? ¿O que tienes una enfermedad terminal o algo así? ¿Ni siquiera que eres la gemela perdida por la cual tu malvada se hizo pasar y que tu si estás realmente enamorada de Calle?... Esas son excusas válidas para detener una boda... ¿Quiero decir no ves televisión? ¿No lees fanfictions? – Esto era una pérdida de tiempo.
- ¿Amarla? No me hagas reír – Sara estaba bordeando el peligro – Para lo único que quiero a Calle es para que hable con los de la marca y los obligue a contratarme de nuevo
Sé que ella los puede convencer. Además ella me dejó muy en claro cuando intenté besarla en la sesión de fotos que está perdidamente enamorada de ti... – cuando la modelo levantó la cabeza y vio la mirada de Poché supo que estaba en problemas.
- ¡Dejame ver si entiendo!– la interrumpió - ¡Te atreves a interrupir mi casamiento, te atrever a decirme que intentaste besar a mi futura esposa... y todo por un condenado contrato de modelaje... ¿Te das cuenta que la unica salida que me queda es romperte la cara, no? – Sara empezaba a temblar.
- Será mejor que lo hable luego con ella entonces – se paró del banco con todas las intenciones de escapar de la peliazul – Felicitaciones por la bo... - Para todas las que pensaban que Poché solo las deja inconscientes con sexo, bueno Sara es la excepción, la deportista ganó por KO.
Minutos después, en el salón
Calle caminaba de un lado al otro mientras todas las damas de honor, su hija, su madre y su hermana la seguían con la vista – No tendría que haberla dejado ir tras ella - repetía constantemente
- Dani tranquilízate – le insistía su madre – Si te sigues moviendo así vas a arrugar tu vestido – le dijo
- Esto es culpa mía...
- Amén hermana – Agregó Laura
- Les juro que siempre pensé que si pasaba algo así iba a ser porque alguna de las locas con las que se acostó Poché iba a aparecer con un revolver o algo así – Juli metía su bocadillo
- ¿Te acuerdas de la que apareció en el bar con una ballesta? – recordó Jess ante la mirada de todas
- Como olvidarlo – la suplente suspiró – Nunca vi a Poché correr tan rápido en mi vida – agregó
- ¿Y que pasó? – Preguntó Natalia atraída por la historia
Juli y Jess rieron a la par – Pues déjenme decirles que la loca tenía puntería – explicó la dueña del bar – La flecha, o como se llame la cosa esa, fue a parar directo al trasero de Pochas – todas rieron.
- Hasta el médico que le puso los puntos no podía parar de reírse – contó Juli - ¿Acaso no han visto la cicatriz que tiene en el trasero? Es pequeña pero... - como siempre hablando de más
- ¿Cómo sabes de esa cicatriz? – la frenó Calle
- Oye... te recuerdo que compartimos vestuario – explicó a la defensiva – Además el trasero de tu novia es muy popular, es como una manzana jugos... - de nuevo.
Cuando Calle vio que todas asentían ante el comentario - ¡Mama! – Calle pescó a su madre moviendo la cabeza en forma afirmativa
- Las cosas como son hija – se apresuró a decir Mafe
- Vamos a tener que decirle a Poché que nos muestre la cicatriz Natti – le susurró Valeria a la latina.
- ¡Mami! – Beth la vio entrar primero.
- ¡Dios! ¿Por qué tiene esa manía de andar desnuda? – La peliazul entraba en ropa interior con sus zapatos en una mano y con su vestido en la otra
- ¿Alguien me puede ayudar? – pidió Poché cuando llegó cerca de las mujeres que previamente estaban hablando
- ¡Yooo! – Saltaron varias
- ¡Quietas! – Las frenó Calle – vuelvan a sus lugares y que alguna vaya a llamar al juez – ordenó – Yo me encargo de MI mujer... - Miró a Valeria que estaba agachada mirando el trasero de la peliazul - ¡Valeria! Deja de mirarla – le advirtió
- No te gastes morena – le dijo Juli a la bailarina – Solo se ve cuando está totalmente desnuda – explicó
- Recuérdame hablar con Sue para que te de tu propio vestuario – Le dijo Calle quitándole el vestido a su novia y ayudándole a ponérselo – Brazos arriba corazón – le pidió suavemente. Poché obedeció con una sonrisa - ¿Qué hiciste con Sara? – indagó
- La maté y la enterré. Por eso me saqué la ropa, para no mancharla – le dijo
- Espero que hayas cavado profundo – dijo la castaña – No vaya a ser que pasé como en Kill Bill y logre salir de debajo de la tierra – referenció.
- No te preocupes cariño. Está bien a lo profundo – contó riendo hasta que vio la cara de preocupada de su novia – Hice lo que hacía mucho tenía ganas de hacer – explicó
- ¿Tengo que empezar a hornear pasteles con limas adentro para cuando vaya a visitarte a la cárcel? – le preguntó
- No va a ser necesario. Pero si espero tus visitas conyugales – guiñó el ojo y se dio vuelta para que la castaña le subiera el cierre
- Poché...- terminó de subirle el cierre
- Ella se lo buscó amor, además me quedé hasta que vino la ambulancia y la despertó. Está en el salón de al lado con hielo en la cara, nada más – ahora si le decía la verdad.
- ¿Con hielo en la cara? – preguntó la artista al mismo tiempo que levantaba su ceja.
- Si – afirmó Poché – Es lo menos que se merecía... Y tu – la acusó – deberías haberme dicho que intentó besarte – le reprochó – Por fin haces algo para que yo ponga en la lista del sillón – festejó
- Antes muerta que dormir en el sillón – le dijo
- ¡Oye! Eso es trampa – Calle mala perdedora.
- No. En todo caso te descuento una de las tuyas – hecha la ley, hecha la trampa
- Oooo, entonces tú nunca vas a dormir en el sillón – chilló Poché mientras la fotógrafa reia a expensas de ella.
- A ver esos pucheritos – encima la cargaba.
- ¡Le digo que ya están aquí! – Natalia aparecía arrastrando al juez
- ¡Hombre! – Se quejó Poché – Por fin aparece, llevamos horas esperando – le dijo bromeando
- Terminemos con esto de una vez por todas... ya me advirtió la modista de este grupo de locas – esto último lo dijo para si mismo.
- ¿Por donde íbamos? A si, cierto... ¿Daniela Calle acceptas por esposa María José Garzón? – preguntó impaciente
- Acepto – dijo la castaña rápidamente
- ¿María José Garzón acepta por esposa a la señorita Daniela Calle? – no se porque pero la voz del juez se notaba un poco tediosa
- Todas las veces que sea necesario decirlo... Acepto – afirmó
- Por el poder que me confiere el Estado de Ney York... Yo las declaro...
- ¡Un cemento! – Valeria interrumpía nuevamente la ceremonia
- Un momento cariño – la corrigió Natalia sin importarle las intenciones de su novia
- ¿Y ahora que? – preguntó el juez
- Solo quiero decir que si este matrimonio no dura, Natti y yo reclmamos derecho sobre ese cuerpo – Señaló a Poché y Calle giró los ojos
- Continúe por favor – le pidió la Calle al hombre.
- ¿Se aceptan como esposas? – el hombre ya ni se gastaba en preguntar
- Aceptamos – afirmaron las dos
- Por el bla bla bla y todo lo que la ley diga, yo la declaro...
- ¡Otro cemento! – Ahora era Beth la que interrumpía pero nadi e la corregía.
- ¿Ahora queee? – El Juez ya no tenía paciencia
- No se atreva a gritarle a mi hija ¿me oyó? – le advirtió la deportista
- Mami– miró a Poché – Solo quiero decir que apartir de ahora te accepto como mi mami oficial– anunció la niña provocando una ola de "Aaaaaaa" por parte de los invitados.
Poché se agachó al nivel de su hija – Gracias osito Pooh – la abrazó y le dio un beso.
- Prosiga – le indicó Calle – Y no se detenga por nada – ordenó.
- Y si nos aceptamos – le dijo Poché
El hombre tomó aire y miró al cielo rezando – Por el poder que me confiere el estado de New York, Las declaro – Miró a todos lados – Las declaró unidas en matrimonio – Al fin pueden besarse, no es que ya no lo hayan hecho pero bueno, de todos modos tengo que decirlo – Y el lugar estalló en gritos y aplausos cuando llegó el beso tan esperado.
Poché no pudo ir por un simple beso, en realidad nunca puede darle simplemente un roce, c uando de Calle se trata ella siempre necesita darle más que un pico, asi qué con esto dicho, la peliazul apretó más a su castaña e intensificó el beso.
- ¡Peligro! ¡Peligro! – Anunció Valeria – Atentas al plan de emergencia – les dijo a el resto de las damas de honor
Calle y Poché no se separaban y cuando las manos de la peliazul pasaron del rostro de Calle a su cintura el plan se tenía que poner en acción - ¡Ahora! – gritó Valeria
- ¡Auxilio! ¡Socorro! – Beth gritaba
- ¡Beth cuidado! – gritó Juli
- ¿Que paso? ¿Donde esta mi hija? – Se separaron
- Aquí estoy – la pequeña saludó cerca de ellas.
- Idiotas – les dijo agarrando la mano de su novia - ¿Estás bien? – le preguntó la fotógrafa a Poché. La peliazul negó - ¿Qué pasa? – le preguntó mirando a sus hojas
- Estoy perfecta – le dijo – Te amo. Me has hecho la mujer más feliz del mundo – la música de salida se hacía presente.
- Estas equivocada – la corrigió con una sonrisa – La mujer más feliz del mundo soy yo – sonrió – Y es gracias a ti María José Garzón Calle – finalizó
- ¡Muévanse Mormonales! – presionó Natalia siguiendo de cerca el camino que las ya esposas hacían rumbo a la recepción de la boda.
En la fiesta
- ¡Recibimos para su primer baile como esposas a María José y Daniela Calle Garzón ! – Una voz anunciaba la entrada de las mujeres, que luego de la presentación aparecían de la mano y se dirigían al centro de la pista de baile.
La música iniciaba y la pareja se movía - ¿Te gustó mi vestido? – Le preguntó la rubia a Poché. La peliazul aprovechó y la hizo dar una vuelta.
- Estás... estás... increíble, y creo que increíble es poco – contestó.
- ¿De verdad? – preguntó de nuevo insegura. Cada vez que cambiaba el modelo de la prensa era porque pensaba que a la peliazul no le iba a gusta algo o porque Poché iba a preferir otra cosa.
- Me gustó tanto, que lo voy a declarar mi segunda prenda preferida – confesó
- ¿Segunda? – la verdad es que los pies se movían solos porque las chicas no le prestaban ni media atención al baile, estaban demasiado ocupadas disfrutándose tan cerca - ¿Y cual es la primera? – Calle trató de pensar en alguna prenda que volviera loca a su chica pero un montó de cosas se le vinieron a la cabeza.
- La primera es – Poché se pegó aun más a su mujer y llevó su boca a el oido de la castaña – es y será siempre, tu solamente usando tu piel – Y una corriente eléctrica empezó e los dedos del pie de Calle y siguió por su espalda para luego terminar es su cabello.
- No puedes decirme esas cosas ahora amor, justo ahora que nos está viendo todo el mundo – le dijo sonrojada
- Demasiado con que tuve que eliminar la segunda parte de mis votos porque según Jess eran muy "fuertes" – sacó un segundo las manos de su chica para hacer las comillas imaginarias
- ¿En serio? ¿Tus votos tenían segunda parte? – Pensó que la peliazul bromeaba, pero su chica asintió – Quiero escucharlos entonces – exigió apoyando su cabeza en el hombro de Poché.
Calle esperó que la deportista empezara a hablar, pero cuando sintió un suspiro en su oído que le provocó la misma, o mayor, reacción que lo que le dijo de su piel, se replanteó el pedido. Estaba en serios problemas.
- Decía algo así como... - Poché le puso suspenso – Con este anillo, prometo no dejar pasar un día sin que mis ojos hagan el amor con los tuyos – era necesario que Poché agregara un suave soplido después de decir esto - Prometo dejar que mis manos sean libres cuando de tocar tu cuerpo se trate. Prometo – los votos secretos seguían – Disfruta cada segundo cuando hacemos el amor, porque después de estar a tu lado, estar adentro tuyo es mi segundo lugar preferido del mundo – Era tan fuerte lo que estaba sintiendo la castaña con esas palabras que por un momento pensó que Poché podía hacerle el amor con sus palabras – Y con este anillo prometo – El baile se frenó y la morena buscó los ojos de su mujer – Que mi boca va a ser la primera parte de mi cuerpo que sientas en la mañana cuando te bese para darte los buenos día y la última parte de mi cuerpo que sientas a la noche cuando te bese al final del día – La peliazul cerró sus votos y el baile con un intenso beso que terminó de dejar paralizada a la fotógrafa.
- ¿Puedo robarle a su esposa? – German llegaba para bailar con su hija mientras Poché seguía el baile con Mafe.
Francamente la castaña no escuchó ni una sola palabra de lo que le dijo su padre mientras bailaban, tampoco su tío, tampoco sus amigos, las palabras de Poché seguían rebotando en sus oídos, y no solamente en sus oídos.
- Si la sigues mirando así vas a despertar a la bestia – le advirtió su amiga latina que bailaba a ella. Poché bailaba con Beth ahora, exagerando las vueltas y haciendo pasos totalmente ridículos.
- Natt quiero necesito que me cubras – le dijo sin pensar
- ¿Qué te cubra? ¿Para que? - Natalia leyó la mirada de su amiga perfectamente – Ni se te ocurra Calle, esta es tu boda... ¿Te piensa que yo no quería abandonar la mía junto Valeria e irme a la condenada luna de miel para tener sexo con ella? – le preguntó
- Y eso hiciste. No atendieron el teléfono ni una sola vez – le reprochó la castaña
- Para eso son las lunas de miel... para pagar ir a un lugar bonito que nunca llegas a conocer porque te la pasas encerrada en la habitación del hotel teniendo sexo desenfrenado con tu esposa – explico – Pero tu quieres que yo te cubra para dejar encerrada al bomboncito durante no se cuanto tiempo en el baño – Para que Natalia pensara que esto fue una locura era porque ya era demasiado.
- Natalia por favor te lo pido... dame diez minutos – Natalia la miró – Esta bien quince – de vuelta recibió una mirada – No me mires así... por favor... hazlo por mi, por tu amiga del alma – suplicó
- No la vas a poder controlar Calle – le advirtió
- SI no vuelvo a los quince minutos manda a alguien – le dijo
Natalia miró como Poché bailaba con Valeria para después mirar de vuelta a Calle – Quince minutos o mando a tu propio padre Daniela ¿Me oyes? – La latina agarró la mano de su chica dejando a Poché desconcertada y ambas se dirigieron al escenario mientras Calle sigilosamente tomó la mano de su esposa.
- ¿Pasó algo? – le preguntó
- Tú solo sígueme – Y la castaña la guió
- ¡Hola todos! – Natalia desde el escenario atraía la atención de los invitados – Soy Natalia y ella es Valeria , mi esposa – Valeria saludó con su mano – Como regalo para mis queridas amigas Valeria le va a explicar por que le gustan tanto los patos – La bailarina aplaudió ante la sorpresa que le dio Natalia y entusiasmada agarró el micrófono
- Lo que más me gusta de los patos es... - y eso fue lo último que escuchó Rachel antes de que Quinn la metiera en el baño y trabara la puerta con una silla que había en el luga
- Quinn me estás asustan... - No pudo terminar de expresar su preocupación porque Calle ya tenía su boca encima de la peliazul.
- Calle... - trataba de zafarse Poché– la boda – logró decir entre beso y beso
- Puede esperar – le dijo la castaña, pero cuando intentó besarla de vuelta Poché la detuvo.
- ¿Qué pasa bebe? ¿No quieres hacerme el amor? – le preguntó seduciéndola mientras se apoyaba en el lavado
- Quiero hacerte el amor desde el segundo que te vi pisar la alfombra roja pero...
- ¿Pero que? – La provocó la castaña - ¿No quieres tocarme? ¿No quieres que todas las personas que están allá afuera me escuchen gritar tu nombre? – La fotografa se iba levantando poco a poco la falda del vestido - ¿O será que por primera vez en su vida María José Garzón Calle no tiene ganas? – Terminó de levantarse el vestido dejando ver un seductor portaligas blanco que terminaba en una más sexy aun prenda interior.
Poché tragó saliva – No sabes con que estás jugando Calle – le advirtió
- ¿No quieres? – se incorporó para caminar hasta la puerta – Esta bien... ya veré con que entretenerme – le dijo mientas movía exageradamente sus caderas.
- Tu de aquí no te mueves – Poché la agarró de un brazo y la llevó con fuerzas hasta el lavado. Colocó a Calle frente al espejo y cuando esta quiso darse vuelta, la aferró por la nuca y la frenó. Bajó el cierre de su vestido para liberarle los pechos, la inclinó hacia delante de manera que sus pechos se mojaron con los restos del agua que humedecían el mármol del lavatorio.
- Quédate así. Quiero hacértelo desde atrás – le dijo Poché
Calle rió victoriosa, Poché nunca puede con sus encantos. Después de todo, la peliazul había empezado con el juego de la tentación. La castaña estaba excitada y eso la estaba volviendo loca. Poché acabó con la poca cordura que le quedaba cuando levantó su vestido y deslizó una de sus manos dentro de la ropa interior de Calle para acabar en su centro.
Poché soltó un suspiró como su hubiese metido su mano quemada en agua fría y apoyó la frente en el hombro de la castaña, cargando el peso de su cuerpo sobre el de ella, que percibió el filo del mármol en su estómago. El aliento de Poché le quemó la curva del cuello.
- ¡Dios como me pones! – Poché descansó unos segundos sobre su ahora esposa, inconciente de que, la abrumaba, de que la lastimaba oprimiéndole su parte más intima con tanta rudeza. El corazón de la deportista se agitó al encontrar los ojos de Calle en el espejo, brillantes de deseo, su labio inferior resaltaba como consecuencias de los besos y sus pezones exigían un trato inmediatamente.
Esto último fue lo que necesitó Poché para perder totalmente la razón. Sin lugar a duda, algo feroz y sin escrúpulos se había despertado en ella. Tuvo miedo por la castaña, porque, a ese punto, Poché sabía que era capaz de cualquier cosa. Pero Calle desbarató el intento por someter a la bestia cuando, con una voz segura, la llamó por su nombre...
- María José.... Por favor....
A Poché la maravillaba y a su vez la sorprendía que Calle contara con ese poder sobre ella. Ese poder para ponerla como quería con tan solo pronunciar su nombre. Dominada por sus impulsos tomó con su mano libre uno de los pechos de su esposa – Dios mío – susurró Poché cuando detectó en el espejo el cuadro que componían el color rojo intenso de los pezones de Calle en contraste con la blancura de sus pechos. Su tamaño la aturdió.
La castaña se inclinó aun más sobre el lavatorio y se sujetó a los grifos cuando Poché empezó a estimular sus pezones con su dedo índice una y otra vez.
- Míranos en el espejo – le ordenó la peliazul, y su esposa la complació. La enloqueció ver la imagen que se proyectaba frente a ellas. Ahora ambas manos de Poché sostenían sus pechos que colgaban y casi rozaban el mármol, mientras sus dedos le apretaban los pezones, y Calle gemía y se retorcía, y se esforzaba por mantener los ojos abiertos para no perder un instante de la imagen más erótica que había contemplado.
- Poché... - suplicó llena de deseo
- No digas nada – le dijo – voy a hacer lo que yo quiera – afirmó la peliazul. Calle abandonó todo intento de persuadirla, se inclinó aun más sobre el lavatorio y agarró los grifo como a la espera de que un huracán la arrollase, cuando levantó la cara tuvo que ahogar un grito de excitación. Jamás había visto a Poché de esa manera, tan poco dueña de si misma, tan lujuriosa.
- Mi amor ¿Estas bien? – Preguntó – la boca se le secó repentinamente y los ojos se le calentaron cuando Poché le acarició el trasero. Calle no entendía como la podía excitar tanto la combinación de esa caricia suave y lenta con la mirada encendida de su mujer. Mientras la izquierda siguió dibujando el contorno de sus nalgas, la mano derecha se ocupó de disfrutar de sus pechos y apretarle los pezones.
Calle intentó deslizar una de sus manos hacía su clítoris buscando cualquier tipo de fricción que le diera placer. Pero la peliazul le dio a entender que renunciara cualquier tipo de intento de auto complacerse cuando la apretó aun más al mármol.
- Solo yo puedo tocarte – le dijo seriamente
- ¿Qué estás esperando entonces? – la provocó
- Espero el tiempo que yo quiera – contestó
- ¡Por favor! – suplicó y gimió de gozo cuando Poché introdujo dos dedos dentro de ella
La deportista le habló en el espejo – Me vuelves loca Calle, loca. No se como lo haces pero te deseo cada condenado segundo - Calle la contemplo desde esa posición, sostenida por sus puntas de pies y por el cuerpo de Poché, sus músculos estaban tensos y su mente totalmente en blanco.
La artista no se puso nerviosa y solamente dejó que las palabras de Poché la hechizaran como en la pista de baile – Te amo – le dijo – Sos el amor de mi vida, la única que me provoca todo esto.
Ambas sintieron como alguien forcejeaba en la puerta y la peliazul rompió rápidamente el contacto con Calle
- Poché... te necesito ahora... no doy más – se dio vuelta para enfrentarla y suspiró aliviada, cuando la peliazul la alzo y la puso en el mármol frió que alivió el calor de sus nalgas
– Bésame – le pidió y la deportista complació sin lucha alguna. Afuera seguían forcejeando con la puerta
- Te quiero ahora dentro mío – le dijo Calle
- Pídelo – le dijo
- Hazme el amor María José... ya mismo por favor. Te deseo – suplicó
Y sin demorar más Poché separó las piernas de su mujer y entró en ella nuevamente apurando el ritmo a medida que sentía las voces desde afuera. Calle abrió los grifos para que el ruido del agua camuflara los sonidos.
La puerta se movía, las voces se escuchaban cada vez más agitadas mientras Poché seguía empujando en ella, las iban a descubrir. Los pechos de Calle estaban volviendo loca a la peliazul , de manera que obligó a la artista a recostarse un poco para que ella pudiera torturarlos con su boca. La castaña estaba llegando, puso su boca contra el brazo de Poché para tratar de ahogar los gritos, para tratar de apaciguar su desahogo.
La deportista en cambio no se privaba de nada y apenas vio el rostro del orgasmo en su esposa se apresuró en salir de ella y empezó a acomodarle la ropa. La bajó del lavado con sumo cuidado y juntas se terminaron de acomodar.
- No creo que pueda caminar – le dijo y Poché la sujetó por la cintura.
A juzgar por las voces se había acumulado una pequeña multitud tras la puerta y cuando la peliazul retiró la silla para abrir la puerta el silencio se apoderó del grupo
- ¡María José! – reclamó German
- Lo siento German– se disculpó – Calle se mareó un poco – inventó
- ¡Ohh! – Exclamó el hombre – Dani ¿Estás bien? – preguntaba Mafe desde atrás
- ¿Necesitan que llame una ambulancia? - preguntó el padre de Calle
- No está bien papá, ya me encuentro mejor, fue la emoción simplemente – explicó la castaña toda colorada.
- Pues que siga la fiesta entonces – Juli dirigió todo el grupo hacia el salón
- Así que al orgasmo se le llama mareó ahora – le susurró Natalia a su mejor amiga cuando esta pasaba por su lado.
- ¡Y que pedazo de mareo! – le dijo la castaña