VAS A QUEDARTE || CACHÉ

By AntoniaGuci

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Segunda parte de Sí, si es contigo. Con un océano entre ellas Calle y Poché comienzan a darse cuenta de que s... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
¿Nuevo fic?
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Epílogo

Capítulo 23

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By AntoniaGuci

Daniela había planeado todo para poder tener tiempo de calidad con su novia. Le había dicho a Alba que armara un bolso con algunas cosas de Poché y que lo dejara en el hotel donde había reservado habitación para solo llegar y no tener que ir a buscar nada al departamento.

- No supero que tuvieras todo listo - Poché le dio un beso en la mejilla antes de entrar al baño a lavarse los dientes.

- Lo que menos quiero es perder tiempo en estupideces como ir a buscar ropa - Calle confesó con una sonrisa - Oye, ¿Tienes hambre? Estaba pensando en pedir una pizza al cuarto.

- ¿En serio? - María José se asomó y le señaló el cepillo en su boca.

- Oh ... - Dani se carcajeó.

- Pero pídela, da igual - le guiñó un ojo - si me besas lo suficiente se me quita el sabor a menta antes de que la traigan.

- ¡Hush! - Calle giró los ojos - Está bien, ahora la pido.

Cuando escucharon tres golpes en la puerta la mayoría de su ropa estaba esparcida por el piso de la habitación.

- ¡Voy! - Poché se levantó rápido, se puso la camisa de Calle y se arregló el pelo antes de abrir.

- Hola, ¿Pizza de cuatro quesos?

- Sí, gracias - la peliazulada tomó la caja, esbozó una sonrisa y cerró la puerta.

Caminó hacia la cama y puso la pizza en el buró.

- ¿Abriste así? - Daniela la miró de pies a cabeza.

- ¿Así cómo? - Poché miró hacia a abajo y notó que no tenía nada puesto además de su ropa interior.

- Te mato - Calle soltó una carcajada - mejor trae la pizza y así después seguimos con lo que dejamos pendiente.

- Esta versión mandona de ti me va a terminar matando - María José le apretó la nariz y se sentó a su lado con la caja entre las piernas.

Se comieron la mitad de la pizza y acordaron comerse el resto en la mañana, las dos amaban la pizza fría al desayuno.

- Me voy a lavar las manos - Poché se puso de pie y se dirigió al baño.

La chica estaba muy cansada y llevaba gran parte de la noche intentando ocultarlo porque, por la mirada de Daniela, sabía que tenía planes que se iban a extender por bastante tiempo.

Juntó un poco de agua en las manos y se mojó la cara para ver si despertaba un poco. En ese momento sintió las manos de la morena envolverle la cintura.

- Hola - Calle le susurró en el oído.

- Hola - la peliazulada se quitó el agua de los ojos y la miró en el espejo - ¿Qué haces?

Daniela la soltó y empezó a quitarse el pijama sin dejar de verla.

- Podríamos tomar un baño - sonrió con dulzura - fue un día muy largo.

Poché se dio media vuelta y miró a su novia de forma coqueta.

- ¿Estás insinuando lo que creo que estás insinuando? - alzó una ceja mientras Calle daba el agua.

- Ven conmigo y averígualo - la morena encogió los hombros y se metió en la ducha.

María José se desvistió rápido y siguió a su novia. Daniela tenía la cabeza abajo del agua y Poché aprovechó que tenía los ojos cerrados para observarla por un instante. No sabía qué tan cómoda se sentía la chica con ella mirándola, así que prefería hacerlo cuando no estaba al tanto de que lo estaba haciendo.

- ¿Sí te das cuenta de que puedo sentir tu mirada? - Calle sonrió, dio un paso hacia adelante y abrió los ojos.

- Perdón - Poché bajó la vista.

- ¿Me estoy quejando? - Daniela frunció el ceño.

La chica de pelo azul guardó silencio un momento.

- No quiero incomodarte - dijo con honestidad - no quiero hacer nada que no te haga sentir cómoda.

- Gorda, cuando algo me incomode te lo voy a decir - le tomó el rostro con cariño - prefiero tener que decirte a que tú estés evitando hacer cosas por miedo a que yo me sienta mal.

- Está bien - Poché sonrió - ¿Entonces puedo mirarte?

- El tiempo que quieras - Dani se puso de puntitas y dio una vuelta.

- Eres tan hermosa - la peliazulada la abrazó por la cintura y le dio un beso.

Su intención no era que el beso escalara tan rápido, pero en pocos minutos su espalda ya estaba contra la pared y la boca de Calle estaba pegada a su cuello mientras sus manos jugaban en lugares peligrosos.

La respiración de Poché era errática y la temperatura de la pared no ayudaba a la situación.

- ¿Podemos ir a la cama? - le dijo a Daniela con la voz entrecortada - La pared está muy fría.

Calle rio con ternura, cerró la llave del agua y le entregó una toalla a la chica. Se secaron rápido y volvieron al cuarto.

Poché iba a decir algo, pero los labios de Dani impactaron con los suyos antes de que pudiera pronunciar una sola sílaba.

Calle se puso encima de ella con una pierna a cada lado de su cuerpo y continuó con lo que estaba haciendo en la ducha.

- No jodas - María José inhaló con fuerza y clavó sus uñas en la espalda de la morena.

- ¿Te gusta eso? - Daniela le susurró en el oído.

Poché ni siquiera pudo responder porque un millón de sensaciones distintas le recorrían el cuerpo. La nueva faceta de Calle era demasiado.

La peliazulada sintió la boca de la morena recorrerle el abdomen y, por más que lo estuviera disfrutando, le pidió que se detuviera.

- ¿Qué pasa? - Dani la observó confundida.

- Ven - Poché dijo agitada.

Calle se acostó a su lado y la miró preocupada.

- Necesitamos hablar - María José entrelazó sus dedos con los de su novia.

- ¿Hice algo mal? ¿Algo no te gustó? - Daniela estaba realmente angustiada.

- No. No - Poché la tranquilizó - es solo ... es algo que siento desde que llegaste y necesito decírtelo ... pero no sé bien cómo hacerlo sin que te sientas mal.

- Ok, eso sí me asusta.

- Mira ... no quiero que te lo tomes mal ni nada así - María José intentó expresarse lo mejor que pudo - sabes que te amo, ¿Verdad?

- Solo dime - Calle esbozó una sonrisa.

- No es que no ame estar contigo ... así - señaló sus cuerpos desnudos - pero siento que estás intentando compensarme por el hecho de que todavía no estás lista para involucrarte tanto ... en la cama. ¿Se entiende?

Dani comprendió de inmediato lo que su novia quería decir, así que no dijo nada para que la peliazulada siguiera hablando.

- No quiero que sientas que tienes que hacer cosas de más ... o sea, sí, el sexo es genial y nadie puede decir lo contrario, pero no lo es todo - le acarició la mejilla - yo estoy contigo porque te amo, lo demás son agregados ... además lo hermoso de estar contigo pues es eso, estar contigo.

Calle rio con ternura y le dio un besito en la nariz.

- No estoy diciendo que no esté disfrutando todas las cositas que me haces - se sonrojó un poco - pero nada se compara a sentir que de verdad estás ahí conmigo. Ya te dije que si tengo que esperarte la vida entera lo voy a hacer, y necesito que te lo creas.

- Solo quiero que seas feliz - Daniela suspiró - no quiero perderte por algo que es mi culpa.

- No es tu culpa - Poché frunció el ceño - nada de esto es tu culpa, amor. Además ya te dije que yo soy la que escoge qué quiero y qué no quiero para mi vida ... y, duh, es obvio que a ti te quiero para siempre.

- Ya sé que quieres meterte en mis pantalones, pero no es necesario que te esfuerces tanto - Calle la molestó.

- ¿Qué te parece si mejor dormimos? - la peliazulada bostezó - Podemos subir la temperatura del cuarto y dormimos así.

- ¿Así? 

- Así - María José asintió - desnudas. 

- Suena bien - Daniela sonrió y se paró para ajustar el termostato.

Cuando volvió a la cama se acomodó para que Poché la abrazara y le dio un último beso antes de apagar la luz.

La chica de pelo azul se durmió de inmediato pero el sueño parecía no llegar nunca para Calle. No dejaba de pensar en lo afortunada que era, en lo mucho que le agradecía a la vida haberle puesto a Poché en el camino. Le había dado un poco de vergüenza confesar que no estaba muy cómoda con cómo estaba actuando a la hora de la intimidad, así que agradecía que María José hubiera intervenido. La peliazulada la conocía tan bien que claro que sabía que Daniela estaba actuando así para compensar por lo que ella no le estaba entregando ... y eso era lo que la morena amaba tanto, que no hacían falta palabras para que Poché supiera qué era lo que estaba pasando.

- Gracias por tanto - Dani susurró y le apretó la mano con cariño antes de cerrar los ojos.

En algún punto de la madrugada, el sueño llegó.

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