Capítulo 16
Empieza la cuenta atrás.
Miro con atención todos sus movimientos. Mi respiración se pausa e intento relajarme. Intento relajar mis músculos ante sus anteriores palabras. Estoy dispuesta a escuchar con atención sus palabras con tal de seguir viva.
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Se sienta en la butaca que hay delante mío y apoya su espalda en el respaldo, acomodándose. Su rostro muestra tranquilidad, como si lo que estuviese a punto de decir fuese lo más normal del mundo. Tal vez lo fuese para él, pero no para mí.
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Me siento algo incómoda ante al silencio, me siento incómoda a estar en una casa cuyo dueño desconozco. Y para colmo, la intensa mirada de Harry me incómoda aún más. Sus verdes ojos me observan atentamente, como si me estuviese estudiando, como si intentase descubrir mis sentimientos y sensaciones en este mismo instante. Su mirada asciende hasta encontrarse con mis ojos los cuales mira fijamente. En este instante es como si todo lo que hay a nuestro alrededor desaparece, es como si en vez de estar sentada sobre el sofá lo estuviese sobre una nube. No escucho nada, solo el latido de mi corazón. No siento nada, solo la culpabilidad de haber cogido algo que no es mío. Por un instante pienso en devolverle el libro pero sé que si lo hago una parte de mí se arrepentirá, se arrepentirá de no haberlo usado para obtener más conocimiento.
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Sus ojos verdes empiezan a obtener un color amarillento el cual sigue cambiando para lo que parece ser naranja. Rompo el contacto visual y miro a mi alrededor buscando algo que me pueda ser útil para defenderme en caso de que él mutase.
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- Nunca apartes la mirada, es signo de debilidad.
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Sus palabras me sorprenden por lo que le miro de nuevo, sus ojos vuelven a ser del mismo color verde de siempre. Suspiro inconscientemente y empiezo a sentirme mucho más relajada. Por un momento pensé en lo peor. Si algo pasase, nadie podría venir a ayudarme estando a mitad del bosque.
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Pienso en empezar yo la conversación que tanto ansío escuchar. Quiero que se deje de distracciones y vaya lo que realmente quiere decirme.
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- Harry, ¿podrías ser directo? - le pregunto.
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Me mira durante unos segundos con su mano en su barbilla, como si estuviese pensando y una vez que el período de tiempo finaliza, regresa su mano sobre el sillón.
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- No es el destino lo que nos ha unido Hope.- Sus palabras me desconcentran. ¿Qué quiere decir con eso? - Los arphoniste una vez al año debemos hacernos con una presa para mantenernos con vida doce meces más.
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Abro ampliamente mis ojos al escuchar sus palabras aunque no me sorprenden ya que lo he escuchado antes. Intento mantenerme indiferente pero me es difícil, me es difícil fingir que no estoy planeando miles de formas diferentes de escapar.
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- Y tú, quieres que sea tu presa.- no le pregunto, afirmo.
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- No exactamente.- pausa un instante.- Por alguna razón, eres la elegida, la perditam. Eres la persona por la que decenas de criaturas intentan atrapar. Unas buscan tu collar la cual cosa sería un error si cae en malas manos. Luego está una gran majoría de arphoniste, los cuales quieren matarte, y es ahí donde entro yo, para ayudarte.
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Le miro con horror, procesando todas las palabras anteriormente dichas. Él lo dice haciendo que todo suene fácil y normal pero para mí es difícil aceptar la situación. ¿Cómo debo reaccionar sabiendo que enormes bichos quieren matarme? ¿Cómo se supone que voy a dormir tranquila sabiendo ésto? Intento respirar profundamente para oxigenar mi interior y poder pensar con más claridad.
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- Pero Harry, ¿tú como sabes que soy la persona a la que buscas? - intento hacer que tenga en mente la peuqeña posibilidad de que tal vez no sea yo la persona de la que habla.
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- No estaba seguro hasta que vi tu colgante.
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Bajo mi mirada hasta él. El colgante no brilla como la primera vez que lo hizo al estar con Harry quiero creer que es porqué no corro peligro con él pero aún es demasiado pronto para tener plena confianza en él.
- La noche que fui a cenar a tu casa te comenté algo sobre la Luna llena de este mes.
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Hay poca cosa que recuerde de esa noche pero intento hacer un esfuerzo en pensar. Entrecierro mis ojos sin darme cuenta. Me es algo difícil recordar en concreto sus palabras pero lo acabo logrando.
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"- Falta poco para luna llena- dijo con la vista en la luna."
"- Es a final de mes y a penas lo empezamos."
"- Vale la pena esperar, esta vez será especial."
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La imagen de su frío rostro en ese instante aparece en mi mente. Asiento lentamente tras recordar el instante.
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- Esta luna llena es cuando se producirá el suceso que tan esperado por parte nuestra.- dice con su mirada aún presta en mí- Si sobrevives a eso, sobrevives a todo.
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- ¿Y como se supone que me vas a ayudar?
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- Hace tiempo leí un libro en el que se explicaba como un arphoniste podía dejar de serlo tras conseguir que la perditam le ayudase.
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Al mencionar libro pienso en el que cogí minutos atrás. Miro mi bolso, ahora que sé que me quiere ayudar tal vez no deba cogerlo sin que lo sepa. Tal vez deba decirle.
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- Sé que lo tienes tú.
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Le miro para asegurarme de que su voz tranquila no miente, le miró para asegurarme de que no se encuentra enfadado. Y al igual que su voz, se encuentra tranquilo.
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- Descubre qué debes hacer para ayudarme y yo te protegeré.
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Asiento como modo de acuerdo. Me siento algo avergonzada pero intento que él no se percate.
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- Y después de que tú consigues lo que quieres, ¿qué pasará conmigo?
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Si le ayudo el podría dejar de ser un arphoniste y empezar a vivir como una persona totalmente normal, sin sufrir transformaciones ni vivir en un mundo tan confuso como en el que permanece ahora. Pero al pregunta es, ¿qué gano yo con eso? Tras ayudarle yo seguiré con el colgante lo que supone que seguiré siendo seguida porque si hay algo que tengo que tener presente es que soy la perditam, y eso será siempre así. No puedo librarme del destino que me ha tocado, del destino que tengo asignado desde mi primer minuto de vida. Él saldrá de toda esta mierda y podrá irse lejos, a empezar a vivir una vida normal, pero en cuanto a mí... No sé que me pasará a mí.
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- Ya no tendrás que preocuparte por nada.
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Me gustaría creer eso, pero por alguna razón sé que no es del todo cierto. Ésta es la vida que me ha tocado vivir y aunque no la quiera, debo aceptarla.
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- Queda un poco más de una semana sin contar ésta. El día se acerca cada vez más y tú aún no estas lista, por lo que te entrenaré para que puedas sacarle más partido al colgante, para que puedas defenderte tú sola de cualquier animal porqué ésta Luna llena será imposible no luchar.
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El hecho de luchar contra animales fantásticos produce una rara sensación en mí, seguida de un esscalofrío. Habré causado heridas y luchado con arphonistes anteriormente, pero en esos casos solo había uno. A saber la gran cantidad de bestias que habrán sueltas esa noche en las calles, escondidos entre la oscuridad, vigilando a sus víctimas desde la lejanía, preparados para atacar en el momento indicado. Siento pena por las víctimas, pero la siento aún más por mí ya que soy yo la que tiene a más de un vigilante detrás. Las ganas que parecen tener de atraparme me hace ver lo horrible que es ser un arphoniste, humano a veces, monstruo otras.
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- Harry, no soy capaz de luchar, no sé ni cómo matar a una mosca.
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Su risa llena todos los rincones del lugar, cambiando el silencio por ese hermoso sonido. Juraría que es la primera vez que lo escucho reír por el hecho de que se hace muy raro para mí. Sonrío inconscientemente, es como si escucharlo reír, me hiciese algo más feliz.
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- Yo seré tu entrenador- dice mostrando una sonrisa a la vez que cruza sus brazos sobre su pecho. - Entrenaremos aquí. Después de ésto deberemos mantenernos alejados o por lo menos en público. No podemos dejar que más arphoniste nos vean juntos, sería demasiado arriesgado.
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Asiento de nuevo, estoy de acuerdo con lo que dice. La idea de que él vaya a ser mi entrenador me emociona por alguna razón desconocida. Harry se levanta del sillón e imito su gesto. Caminamos por el pasillo hasta la puerta principal. Ahora entiendo porqué me trajo aquí, tal éste sea un lugar seguro para que podamos encontrarnos, me alegro de ello, de poder estar tranquila en un lugar del mundo.
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(...)
Harry aparca el coche delante de mi casa, de todos los lugares éste es el que menos me gusta por las personas que hay en ésta pero no tengo más sitios donde ir. Miro las ventanas de mi casa iluminadas a causa de la luz del interior por la ventanilla del coche y seguido de ésto miro a Harry de nuevo a la vez que me quito el cinturón de seguridad y abro la puerta del copiloto. Estoy apunto de salir cuando Harry agarra mi muñeca.
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- Te enviaré un mensaje para reunirnos. Hasta entonces, no nos conocemos.
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- Vale.- es lo único que se me ocurre responder.
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Me inclino hacia delante y depósito un beso en su mejilla. Por la expresión de su rostro deduzco que está sorprendido, yo también lo estoy por mi atrevimiento.
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- Gracias Harry.- susurro antes de salir del vehículo y cerrar la puerta de éste.
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Escucho como el motor se enciende de nuevo. Camino hasta la puerta principal y antes de tocar el timbre me detengo. Mi madre y Dakota no tendrían que saber que he salido por lo que me dirijo hasta la parte trasera de la casa, justo donde se encuentra mi habitación.
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La ventana sigue como la dejé, entreabierta, cosa que agradezco. Apoyo mis manos en el marco de la ventana y doy un salto para impulsarme y así poder entrar al interior de mi cuarto. El impulso es demasiado fuerte y me desequilibro cayendo estruendosamente al suelo. Si no quería hacer ruido no he hecho lo correcto. Mi bolso se encuentra a unos metros y los objetos de su interior esparcidos por el suelo, incluyendo el libro. Escucho pasos acercándose a mi habitación por lo que gateo rápidamente hacia el libro. Puede que sea mi madre o mi hermana pero por muy cercana sea la persona a mí no está en mis planes permitir que vean el libro.
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Cojo el libro rápidamente y lo oculto debajo de mi camisa a la vez que se abre la puerta. Susan me mira algo confusa, sin entender qué está pasando. Cruzo mis brazos sobre mi vientre, para disimular la notable forma rectangular que se marca debajo de mi camisa.
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- ¿Qué haces?- pregunta.
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- Me caí al suelo. Ya te puedes ir.- contesto fríamente.
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- La cena está lista.- seguido de esto cierra la puerta lentamente, más lento de lo normal.
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Me levanto abrazando aún el libro y me dirijo a mi armario. Decido ocultarlo bajo la ropa, no es un sitio muy seguro, solo es temporal. Me dirijo hasta la puerta, no quiero estar con ellas, pero tengo hambre y debo actuar normal. Debo actuar como si estuviese enfadada con ellas y me hubiese quedado en mi habitación, no pueden saber que he salido, no pueden sospechar si quiero que todo salga bien.
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Recuerdo las palabras de Harry. Todo lo que decía lo hacía de tal forma que parecía fácil de comprender pero desde luego, no lo es.
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A partir de este mismo instante empieza la cuenta atrás para el día decisivo, empieza la cuenta atrás para que se dispute una de las batallas más esperadas.
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Capítulo largo, tal y como les dije.
Preguntas:
- ¿Cómo actuarían ante esta situación si fuesen Hope?
- ¿Seguiríais confiando en Susan?
- ¿Qué piensan de la Luna llena que se avecina?
Espero que les guste el capítlo.
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Actualizo el domingo xx (si puedo, antes).