When Duty and Desire Meet. (E...

By TraduciresDivertido

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Traducción al español del fanfic ilustrado "When Duty and Desire Meet", colaboración entre MidnightStarlightW... More

1. Club de Juegos, Parte Uno.
2. Club de Juegos, Parte Dos.
4. Día de San Valentín, Parte Dos.
5. Evillustrator, Parte Uno.
6. Evillustrator, Parte Dos.
7. Evillustrator, Parte Tres.
8. Momentos robados.
9. Orígenes, Prólogo.
10. Orígenes, Parte Uno.
11. Orígenes, Parte Dos.
12. El Corazón más Oscuro, Cupido Negro.
13. Bonus, Cupido Negro: Cómo Alya y Nino rompieron su acuerdo.
14. El Guardaespaldas, Parte Uno.
15. El Guardaespaldas, Parte Dos.
16. El Guardaespaldas, Parte Tres.
17. El Guardaespaldas, Parte Cuatro.
18. Lazos, Parte Uno.

3. Día de San Valentín, Parte Uno.

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By TraduciresDivertido

SE DESMAYA EN ESPAÑOL.

Día de San Valentín

El día del amor, los amantes y las confesiones, el único día del año en el cual las calles eran decoradas con corazones, el olor a flores y chocolate barato flotando en los pasillos de la Universidad hasta que te hacerte sentir que podrías ahogarte en ellos. Alrededor del campus los vendedores preparan sus puestos para el día, vendiendo a un precio bastante alto mercancías de la festividad, esperando encontrar algún pobre olvidadizo que necesitara una compra rápida de último minuto para su pareja. Adrien Agreste era consciente de que aquel día era el día en que la gente estaba más activa sexualmente, básicamente el día en que la gente estaba más... ocupada en actividades amorosas. En secreto, siempre había querido estar entre toda esta gente. Después de todo, ser un hombre de 24 años quien nunca tuvo una novia (ni siquiera una cita) en el día de San Valentín era bastante patético. No importaba cuanto se esforzara Nino en convencerlo de lo contrario, y aunque en el fondo supiera que no era tan importante, el romántico en él deseaba disfrutar el día junto a alguien especial para él. De todos modos, estaba totalmente jodido. Y No, no en el buen sentido, ya que estaba enamorado. Total e incomprensiblemente enamorado. ¿El problema? Su interés amoroso no tenía ni idea. Y ella no le correspondía. Adrien suspiró, con la cara entre las manos, mientras se sentaba entre pilas de libros y notas en el fondo de la biblioteca. Marinette acababa de pasar para ofrecerle una sonrisa junto a un café antes de que empezara su clase sobre historia de la moda. Su gesto, llenándolo de calidez fue recibido con felicidad y tristeza. Él había esperado poder evitarla la mayor parte del día. Cuatro meses. Cuatro meses desde aquel día fatal que se había unido al Club de Juegos de Marinette. Cuatro meses desde que habían bailado en equipo y alcanzado el puntaje más alto jamás visto. Cuatro meses. Adrien no pudo evitar pensar que Cupido había comenzado su trabajo antes de lo habitual, porque había sido amor a primera vista. Una vez por semana desde aquella noche (dejando de lado algunas veces que Adrien tuvo que faltar por exámenes y por las vacaciones Navideñas), Adrien se dirigía a la sala 03B, divirtiéndose más de lo que lo había hecho en años, jugando al juego que fuera más votado.
No importaba que jugaran, lo más importante era el hecho de que Marinette estaba a su lado todo el tiempo. Realmente hacían un buen equipo. De hecho, eran prácticamente imparables cuando estaban codo a codo. Como resultado, obtuvieron la reputación de ser un dúo invencible listo para enfrentar a quienquiera que pensara desafiar ese título. Muchos lo hicieron, y muchos fallaron. Pero todo era de buen grado, como una competencia amistosa. Marinette era muy diplomática. Por primera vez en su vida, Adrien sintió que había encontrado un lugar en el mundo que parecía estar destinado a él, al menos en su personalidad civil. Antes de poder darse cuenta, tanto Marinette como Nino se habían convertido en las personas más presentes en su vida, como si siempre hubieran estado allí. Nino, con su optimismo inacabable, lo guió a través de los momentos en los que parecía que su trabajo nunca terminaría, y, a menudo, lo alejaba de dicho trabajo para obtener los tan necesarios recreos. Marinette también ayudó, pero de un modo diferente. Su método de animarlo era mucho más sutil; una rápida visita a su oficina después de sus horas de asistencia técnica, con dulces de la panadería de sus padres, enviándole memes graciosos, cosas como una bufanda que le había hecho para Navidad, pequeños detalles que hacían que su día fuera mucho más brillante.Esperaba sus reuniones tanto como la libertad de las patrullas que realizaba junto a LadyBug. Ese descubrimiento en particular lo había sacudido hasta la médula. No le había llevado mucho tiempo darse cuenta de que estaba enamorado. Plagg, de hecho, fue el que hizo que lo notara en primer lugar. Hizo muchos chistes acerca de que Marinette era su novia y, después de la millonésima vez que Adrien lo había corregido, algo finalmente hizo clic en su cerebro.

No, ella no era su novia. Pero él deseaba que lo fuera. Lo que lo llevó a su dilema actual: cómo superar el día sin confesarse accidentalmente y arruinar lo mejor que le había sucedido desde la derrota de Hawkmoth dos años antes. Pero aun así, pensó Adrien mientras se recostaba en su silla y miraba el techo con paneles, quería hacer algo. Tuvo una sesión de recuperación con su supervisor y luego tuvo que hacer un poco de socialización para la sesión de fotos de San Valentín en la que había estado modelando. Además de la aparentemente interminable pila de lectura, también tuvo que idear un plan para hacer algo especial para la ocasión sin que pareciera algo romántico. ¿Por qué soy un gato tan cobarde? Sentándose, tomó un sorbo de su excelente café con los dientes apretados, intentando encontrar la respuesta. Un regalo sería demasiado obvio, un saludo amistoso no alcanzaría, correr a través del campus como en una comedia romántica seria épico, pero le garantizaba un puñetazo. Él había visto la furia de Marinette y no tenía intención de ser el receptor, incluso si su ira era usualmente en nombre de la desgracia de otra persona (una de las razones por las que la amaba, si era honesto). En cualquier caso, él no era el tipo de chico que besaba a una chica a menos que estuviera absolutamente seguro de que ella también lo quería, y Marinette no lo hacía. Solo eran amigos y ella lo trataba como tal. Intentó ignorar el doloroso tirón de su corazón ante la idea. ¡Dios! ¿Por qué era tan difícil? ¡Todo lo que quería hacer era algo bueno para la chica que amaba en el día de San Valentín! Quería que supiera que era querida. Quería verla sonreír. Quería que fuera feliz sin importar si estaba o no con él o... Un momento. Adrien se lanzó hacia delante, casi derramando su café. Apenas se dio cuenta, ya que una idea comenzaba a tomar forma en su mente... Sin detenerse a preguntarse si era o no una decisión acertada, Adrien sacó su teléfono y rápidamente escribió un mensaje de texto a Nino. Adrien: ¡Hola compa, espero que Alya y tú estén pasando un buen San Valentín! Tema aparte, sin ninguna relación, ¿conoces la dirección de Marinette?

***

La manta que envolvía los hombros de Marinette no ayudó mucho a protegerla del aire amargo que rodeaba su balcón, pero a ella no le importaba demasiado. Acunando con sus manos una taza de té de manzanilla, resopló, reclinándose en su silla, y observó el oscuro cielo. Su aliento empañó el aire y una nube melancólica se asentó en su corazón. Hizo todo lo posible por protegerse de la lluvia que amenazaba con caer allí, pero ningún paraguas podía protegerla de este tipo en particular de aguacero. Otro día de San Valentín, otro día de cobardía, otro día en que sus verdaderos sentimientos por Chat Noir se callaron. Pero ¿él debería saberlo? Seguramente, ya se habría dado cuenta de cuánto lo amaba. Era tan obvio, al menos para ella de todos modos. A lo largo de los años, había ganado mucha confianza, pero ¡wow!, ese primer año había sido difícil. Balbuceando sobre sus palabras, atándose la lengua, engañándose por completo en casi todas las patrullas, estas fueron las cosas que conformaron el libro de LadyBug sobre "Cómo fallar al seducir a su compañero superhéroe y amor de su vida". El hecho de que ella tenía dieciséis años y él veinte no ayudaba realmente. Ella siempre había sabido que nunca iría por alguien cuatro años más joven. Era como estar enamorado de alguien en el último año de la escuela, cuando eres un humilde alumno de primer año, nunca va a suceder. Habían recorrido un largo camino desde que se conocieron y hubo momentos, especialmente después de su reunión, en los que ella pensó que él la estaba mirando de otra manera. Ahora eran adultos, ambos, y en algún lugar en el fondo ella deseaba que eso fuera suficiente para que él finalmente la viera como alguien a quien le podría dar su corazón. Se había estado dando falsas esperanzas. "¿Seguro que no prefieres entrar a la casa?"

Mirando el ceño fruncido de Tikki, Marinette hizo todo lo posible para lanzarle una sonrisa suave, sin querer preocuparse por su compañero nocturno. "Bajaré en seguida, Tikki", prometió, acariciando su mejilla contra la de Tikki con comodidad, "Tan pronto como termine mi té. ¿Por qué no duermes un poco? Estaré bien por mí misma."La verdad es que todo lo que Marinette quería hacer era quedarse hasta la medianoche, solo para poder ver el final de aquel desgraciado día. Por un momento, Tikki no se movió, y Marinette pudo decir que estaba en guerra con sus instintos de hermana. Finalmente, sin embargo, accedió, dejando sola a Marinette sin nada más que sus pensamientos oscuros y el aire congelado que le azotaba las extremidades. O eso creía ella. Marinette se sobresaltó cuando oyó un ruido de crujido bajo la barandilla de su balcón. Colocando su taza en el suelo se tensó, casi sin atreverse a respirar mientras el ruido continuaba. Su primer pensamiento fue llamar a Tikki, sin embargo, si era un intruso, ella necesitaba proteger su identidad... pero, ¿cómo podría ser un intruso? Ningún ladrón se molestaría en escalar su edificio cuando simplemente podrían romper las cerraduras de las puertas, ¿verdad? Negando con la cabeza, Marinette respiró hondo para calmar sus nervios. Probablemente era un animal, un pájaro o algo así. No había necesidad de reaccionar exageradamente. Entonces apareció una mano enfundada en un guante negro sostuvo las barras de hierro de la barandilla de su balcón. Sintió el corazón subiendo a su garganta. No lo pensó dos veces antes de ingresar a modo ataque. Tomando la escoba que descansaba contra la pared detrás de ella, Marinette se apresuró hacia adelante, apenas distinguiendo la alta silueta del intruso que trepaba por el barandal, antes de girar el mango directamente hacia su cabeza. El extremo erizado golpeó fuertemente la cara del intruso y saltó hacia atrás con un grito.

Marinette soltó la escoba, cayó al piso con un ruido bajo que a duras penas registró. Su boca quedo abierta, su mente chillando hasta detenerse.

Ella podría reconocer ese chillido agudo en cualquier lugar.

"¡¿C-Chat Noir?!" Lloriqueó, y por un salvaje momento, pensó que él había descubierto su identidad. "¡¿Qué haces aquí?!"

Chat Noir parpadeó, agitando la cabeza unas cuantas veces.

Fue entonces cuando Marinette fue extremadamente consciente de que acababa de golpear al hombre que había amado desde hace cuatro años con una escoba.

A pesar de que sabía que no dolió, no puedo evitar chirriar unas cuantas disculpas horrorizadas. En medio del pánico, una parte de ella se preguntó si simplemente no se había dejado llevar por la presión de la universidad , siendo LadyBug, y desde luego, participando en su propia historia de amor no correspondido. Después de todo, no había forma de que él realmente pudiera estar allí- ella debía estar imaginando cosas, ¿cierto? Era mucho más probable que estuviera volviéndose loca.

Pero entonces Chat se paró de un lado a otro, el brillo de las mini lámparas en su balcón iluminando sus bellas facciones y ella olvidó como respirar, como pensar, como hacer nada excepto quedar parada y observar. Sus disculpas estuvieron perdidas, como polvo en el viento, y quedó en silencio.

Silencio que se prolongó por una casi dolorosa cantidad de tiempo, antes de que Chat recordara que estaba allí por una razón.

"Está bien," la tranquilizó, percatándose de su expresión. Ella lucía... ¿aterrorizada? ¿nerviosa? ¿inquieta? No pudo calcular su expresión pero no parecía una buena. Oh, Dios, esto era un error. Era todo un error. Pero el creyó que ara este punto estaría dormida, y en el pasado, ella había mencionado su balcón como un lugar de relajación, así que estaba seguro que sería el primer lugar que ella revisaría por la mañana, donde encontraría su regalo para ella. No había esperado encontrarla despierta al momento de su llegada. "Al menos no me golpeaste con la aspiradora. Eso realmente hubiera apestado."

Si había quedado alguna duda sobre si se encontraba soñando, la mala broma la borró completamente. Todo en uno, lo absurdo de la situación se vino abajo sobre ella.

Chat estaba a mitad de camino para volver a saltar a través del balcón cuando Marinette dejó escapar una risa corta.

Él sonrió, sus hombros relajándose mientras se percataba de su apariencia.

Una mullida manta descansaba en el 'piso a unos pasos tras ella, la había tirado cuando lo golpeó con la escoba. Llevaba leggins gruesos, mullidas medias para dormir, y un deliberadamente grande jersey rosa- que caía bajo exponiendo sus hombros.

Ella también estaba mirándolo con una curiosa y aturdida mirada.

Le dio la espalda, intentando recobrar algo parecido a control sobre sus emociones. Era difícil, diciendo poco. ¿Porqué, porqué es tan adorable? ¡Ugh! Incluso en ropa cómoda, sólo me hace querer arroparme con ella.

Chat no podía recordar la última vez que se había abrazado a alguien. Sus brazos se sintieron pesados a los costados, como si incluso sus extremidades lloraran por abrazarla- un abrazo que no podía tener.

Mientras estaba de espaldas, perdió completamente la vista de Marinette arreglando su cabello frenéticamente, el rápido re-ajuste del sujetador, y la forma en que se relamió los labios a falta de brillo.

Él miró al obsequio para ella entre sus manos. ¡¿Cómo podría dárselo ahora?! No tendría ningún sentido. Por lo que ella sabía, ellos nuca se habían encontrado antes de esta noche.

Maldijo su mala suerte.

"¿Hay algo mal?"

Todo su ser se sintió como fuegos artificiales cuando la mano de Marinette se posó en su hombro, giró sobre sus talones para enfrentarla, completamente olvidando que sostenía el obsequio en sus manos.

Se percató, demasiado tarde, que estaba condenado.

Marinette no dijo nada, pero sus ojos se deslizaron hacia la mano que sostenía la única y hermosa rosa roja. Inmediatamente, un millón de pensamientos e imágenes llenaron su mente sobre para quien podría ser. En ninguno era para ella.

¿O quizá alguien se la había obsequiado?

No sabía que opción era la peor.

Chat Noir siempre había sido popular entre las damas, probablemente a causa de su confianza, ingenio y físico de super héroe. Marinette intentó razonar con ella misma que probablemente había recibido una tonelada de obsequios de San Valentín de otras chicas. Por otra parte, jamás lo había visto coquetear con civiles, ¿ojalá la hubiera tomado sólo por ser educado?

No importaba. No debería importar. Se reprendió internamente. Después de todo, Chat no le pertenecía, nunca estaría con ella. Era libre de dar ( o recibir) rosas a quienquiera que él quisiera y ¡no era de su incumbencia! No importaba. No. Importaba.

¿Entonces por qué la vista de esa rosa hacía que pareciera como si hubiera tragado cada una de sus espinas, cada una alojándose dolorosamente en su garganta?

"¡Ah!" Él exclamó, su voz penetrando en el frío aire de la noche. "¡Esto! Es la razón por la que estoy aquí. T-tú verás-" piensa en una excusa, Agreste. Cualquier cosa- "Bueno, estaba- estaba pasando por el puesto de la florista. ¡Claro! Y la anciana que trabaja allí me dio esto. Me dijo que se la diera a la joven más hermosa que viera esta noche, antes de que San Valentín terminara. Entonces ummm- bueno- aquí-"

Hizo una reverencia baja, sosteniendo la flor en dirección a Marinette, intentando actuar como usualmente Chat haría, pero era difícil cuando la luz hacía que sus ojos brillaran de esa forma.

¿Acaso estaba maldito a actuar siempre como un idiota frente a esta chica?

Tomó casi veinte segundos completos para que Marinette respondiera. En ese momento, observó la flor frente a ella, tan roja y llena, un pequeño listón rojo atado en el tallo, sintió el corazón abandonar su pecho y flotar alto sobre las nubes.

"¿Es... para mí?" Preguntó, alzando la mano tímidamente para alcanzar la rosa. Sus dedos rozaron, y podría haber jurado oírlo jadear, pero era muy probable que fueran ilusiones suyas.

"Sí," respondió, su voz entrecortada.

Ella no pudo mirarlo, si lo hacía, toda su resolución se desmoronaría y probablemente estallaría en lágrimas o lo besaría hasta dejarlo sin sentido. Ninguna de ambas era una buena primera impresión, considerando que era la primer vez que se conocían ( por lo que él sabía, al menos.)

Hablando de eso-

"Oh, umm, a propósito, soy Marinette," sonrió, de alguna forma encontrando fuerza en su propio nombre, como si la castigara de regreso a la realidad. "Gracias- ¿por pensar que soy la chica más hermosa que has visto? Supongo."

"Bueno," se encogió de hombros, ofreciendo una pequeña sonrisa e irguiéndose nuevamente (¿porque hice la reverencia por tanto tiempo? ¿Por qué soy semejante idiota?) "no es como si hubiera visto demasiadas chicas para comparar."

A mitad de la oración, se dio cuenta de lo que acababa de decir implicaba, y su sangre podía haber establecido un tiempo récord por la velocidad en la que se drenó de su cara.

"Me refiero- ¡no es que no seas hermosa! ¡No me refería a que no eres hermosa!" Se apresuró a corregirse, inclinándose hacia ella, agitando los brazos frenéticamente. Marinette simplemente lo miró. "Sólo me refiero a que, bueno- no veo a muchas chicas- pero reconozco a una chica hermosa cuando la veo aún si no voy persiguiéndolas. Tengo una cola, no persigo mi cola- Yo, prometo que no lo hago-"

Chat dejó de divagar cuando Marinette se encogió, envolviendo los brazos alrededor de sus costados, estalló en risas.

Nunca la había oído reír de esa forma antes.

Estoy desahuciado.

"Bueno, " jadeó, finalmente calmándose, y totalmente indiferente sobre la forma en que Chat había estado observándola, "¡Definitivamente lo creo. A que no persigues tu cola, me refiero- si esta es la forma como normalmente hablas con chicas!" Le dio una cálida sonrisa. "Por cierto, no te preocupes. No pensé que estuvieras insultándome, y realmente agradezco lo de la rosa. Es realmente hermosa."

"Entonces es perfecta para ti," Chat respondió instantáneamente, sin pensar que no debía mirarla de la forma en que lo estaba haciendo, sin pensarlo por completo.

Ese era su problema, no podía pensar alrededor de ella.

Marinette, demasiado perdida en el momento, no pensó dos veces en ello. Todo lo que sabía era que era San Valentín, y de todas las personas, Chat Noir se había presentado ante ella con una rosa. Una muy, muy adorable rosa. Roja. Completamente diferente a la que le había dado como LadyBug.

Probablemente moriría de vergüenza si supiera que era LadyBug- Si el incidente con Dark Cupid unos años atrás hubiera sido algo por lo que pasar.

Quizá este día no era tan malo después de todo.

"Bueno, probablemente debería irme, tengo una larga noche para perseguir a los malos y no mi cola, ¿sabes?" El rió, sin tener idea de por qué, y rasco su nuca incómodamente. Sus orejas de gato se sacudieron en respuesta.

"¡Oh, claro, desde luego!" Marinette asintió, esperando sonar animada a pesar de que no quería que se fuera. Aún así, o podía ser codiciosa, tenía pruebas de que él la encontraba hermosa- HERMOSA, EL BÁSICAMNETE DIJO QUE SOY HERMOSA- y era más que suficiente por ahora.

Era un comienzo.

Aun así, pensó mientras le observaba trepar lentamente sobre la baranda, quería hacer algo a cambio. Para él. ¿Pero qué?

Una idea la golpeó. En el mejor en los casos- era algo tonto, en el peor, horrendamente temerario, pero Marinette estaba sintiéndose bastante atrevida a causa del aumento de ego que le había proporcionado su regalo, y con ese atrevimiento llegó la impulsividad.

Marinette pensaba demasiado por naturaleza. Pensó, pensó y pensó. En ocasiones simplemente quería que su cerebro se callara por unos cuantos segundos y le permitiera a sus emociones tomar el mando.

Esta era una de esas ocasiones.

Se inclinó hacia adelante, frunció los labios, mientras apuntaba contra su mejilla. Era un simple beso en la mejilla, no tenía por qué significar nada. Las personas besaban las mejillas de los demás todo el tiempo, era franceses por el amor de Dios. ¡Había hecho mucho más con Alya!

Con lo que no contó, sin embargo, era que Chat girara la cabeza en el último segundo, sus ojos se agrandaron cuando se percató de lo cerca que estaba ella. Pero Marinette ya había cerrado los ojos. Era demasiado tarde.

Sin ningún aviso por parte del otro, sus labios se encontraron.

Marinette se congeló, su lado racional escapando de la jaula en la que brevemente la había encerrado para gritar ¡¿QUE DEMONIOS ESTAS HACIENDO?! ¡DETENTE! ¡RETROCEDE!

Y a pesar de que su mente estaba gritándole, Marinette no podía moverse, cada músculo en su cuerpo se sintió agarrotado. Su corazón vibrando salvajemente en el pecho.

¡No se suponía que esto pasara! ¡Retrocede! ¡Discúlpate! ¡EN ESTE INSTANTE!

Luego de breves segundos avistando pánico, Marinette abrió los ojos, justo a tiempo para observar a Chat cerrando los suyos mientras presionaba sus labios contra los de ella.

Casi muere.

¿E-estaba é-él besándola de regreso?

Chat inclinó la cabeza para poder profundizar el beso, y justo de esa forma, la resolución de Marinette de derrumbó. Cerrando los ojos, ella también dio un paso en su dirección, atreviéndose a levantar las manos y colocarlas en su cintura, gentilmente, tímidamente... estaba bien hacerlo, ¿verdad? Después de todo, él estaba besándola tanto como ella a él. Esto estaba bien, ¿cierto?

Su mente quedó en blanco, incluso sus pensamientos racionales se silenciaron bajo el peso de su anhelo. Porque había querido besarlo desde el momento en que descubrió que lo amaba, y ahora él estaba allí, estaba besándola, y se sentía más viva de lo que había hecho en años.

Era un beso lleno de ternura, y con demasiado sentimiento para que tuviera sentido. Ambos estaban seguros de que imaginaban cosas, que sus almas estaban buscando significado donde no lo había.

A pesar de eso, ninguno pudo alejarse. De hecho, se acercaron mucho más.

Chat estaba atrapado entre el cielo y el infierno, sabiendo que el beso era por accidente pero incapaz de evitar besarla de regreso, incluso si hubiera sido una situación de vida o muerte. Cada fibra de su cuerpo despertando con su toque, como si estuviera regresando aire a los pulmones de un hombre moribundo.

Honestamente, era lo que estaba haciendo.

Una de sus manos soltó el barandal, levantándose para acariciar su mejilla. Era un sueño, ¿cierto? Había caído dormido antes de abandonar su casa y nunca había llegado hacia su balcón a entregar la rosa.

Aún si fuera un sueño o no, Chat sabía que era tiempo prestado. El momento no iba a durar, iba a comprometer cada sensación en su memoria. Su sabor, su toque, su esencia, los soniditos que estaba haciendo, todo ello.

El lado trágico era que la había hecho amarla más.

Caer en la cuenta de que estaba enamorado de ella había sido como una mezcla confusa de varias composiciones de piano que una vez tuvo que aprender; notas sueltas reproducidas una tras otra, sin coros, aislada, aun así hermosa y llena de esperanza. Esto era diferente. Aquí, las notas alineadas, coros situados juntos en perfecta armonía y todo sintiéndose tan correcto que era francamente desgarrador, silenciando su canción de amor antes de que si quiera pudiera comenzar.

Pero silenciarla era una necesidad.

Eventualmente tuvieron que alejarse para tomar aire. Sus narices rozándose mientras abrieron los ojos, mirando al otro.

Con eso ,se rompió el hechizo.

"¡Oh, oh Dios mío! ¡Lo siento!, Yo-" Marinette tartamudeó, trastabillando lejos de él, "Yo sólo iba a besarte en la mejilla- Yo no quería.-"

"No, está bien, no te preocupes," Chat respondió, retrocediendo, así estaba asomándose en dirección a la calle, la mano que había estado en la mejilla de Marinette flexionándose, extrañándola. La regresó al barandal, sabiendo que si no lo hacía probablemente caería por el borde- tenía la cabeza lo suficiente ligera para hacer algo tan catastróficamente poco sofisticado. "Yo- yo-No me importo."

¿QUE NO TE IMPORTÓ? Se gritó así mismo encogiéndose mientras Marinette escondía la cara sonrosada entre sus manos con un quejido. ¿Cuál es tu problema? ¡¿Acabas de besar a la chica de tus sueños y la primer cosa que dices es que no te importa?! ¡Morirás solo!

"Bueno, debería marcharme," dijo, no queriendo seguir avergonzándose.

Marinette, demasiado atrapada por el hecho de que acababan de besarse, asintió en respuesta. Sin embargo, no se dio cuenta que Chat saltó sobre el balcón hasta que sintió algo cálido cubrir sus hombros.

Descubriéndose los ojos, Marinette miró hacia arriba curiosa, casi consiguiendo un ataque al corazón cuando lo vio prado justo frente a ella. Él había recogido su manta, y se encontraba en el proceso de envolverla alrededor de ella. Sus dedos recorrieron su piel somo fantasmas, provocando que olvidara completamente el frío, ella se percató de que sus manos temblaban.

O quizá lo percibió así porque ella misma no podía dejar de hacerlo- de una forma que nada tenía que ver con el frío.

Chat tragó con fuerza, contemplando sus ojos imposiblemente azules. Casi perdiéndose en ellos. No podía, no miraría, sus labios. Si lo hacía, volvería a besarla, sólo que en esta ocasión no habrían excusas.

De alguna forma, a través de la neblina, fue capaz de hablar.

"Asegúrate de mantenerte cálida, Princesa," susurró, dejando accidentalmente escapar el sobrenombre que secretamente le había puesto. "No quiero que atrapes un resfriado."

La tensión flotando entre ellos agrietándose ligeramente, y Marinette sonrió, sosteniendo herméticamente la manta con su mano libre cuando Chat la soltó.
Que Dios lo ayudara, no pudo evitar correr su manos sobre uno de los mechones de su cabello una vez más.

"Lo haré," respondió ella, su voz contrastando con la suavidad de la suya, el apodo aún sin registrarse completamente en su mente. "Lo prometo."

Chat asintió, incapaz de decir otra palabra. Antes de arruinar aún más el momento, le hizo un guiño y girando su cola desapareció en la noche.

Cuando ya no estuvo, Marinette colapsó en la silla, los ojos completamente abiertos mientras volvía a observar el cielo nocturno. Con el corazón latiendo salvajemente, y la sangre rugiendo en sus orejas, quedó preguntándose.

¿Eso acaba de ocurrir?

...

¿ACABA DE OCURRIR?!
OH DIOSES!

Este capítulo me ha matado, enserio, mañana me desenterraré para publicar el siguiente. :v

Enviando amor,
<0+3

Si hay algún error en la escritura o algo, coméntenlo, por favor. Wattpad es una perra y no se si ha hecho algún cambio. :v



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