"Entonces, ¿Qué será?"
Luego de ver un par de rondas de DDR desde un lado, Marinette finalmente los presentó voluntarios para la próxima partida. Mientras tanto se aseguró de presentarlo a un grupo de sus compañeros, quienes le saludaron animadamente.
Marinette mantuvo un ojo en él, asegurándose de que estaba pasándolo bien, y se sintió aliviada cando el pareció relajarse. Él incluso hizo unas cuantas bromas, a pesar de que no pudo oírlas en su lugar tras la consola. Jugando el hecho de que encontraba graciosa la camiseta de Nino que decía "Los Parisinos comen Dolor para Desayunar," adivinó que tenía el mismo humor ridículo como todos los hombres en su vida.
Los chicos eran extraños. Pero no podía culparlos. Después de todo, ella también era amante de los malos juegos de palabras.
Adrien era... dulce. Siendo honesta, era completamente distinto a como esperaba que fuera el hijo de su ídolo. Dejando a un lado su excesiva buena apariencia, no hubieras podido percatarte de que había sido un adolescente rompecorazones. Era incluso demasiado humilde, y si se atrevía a pensarlo, tímido. Parecía no salir demasiado, lo que llevaba sentido dado su estado de posgrado.
A pesar de eso, Marinette estaba determinada que pasara un buen rato. Después de todo, había sido miembro del Club de Juegos desde su primer año y estaba orgullosa de su desarrollo desde entonces. Había tomado mucho trabajo duro de su parte, junto con el esfuerzo de sus amigos. Habían trabajado como un equipo para terminar juntos en un club en el que cada tipo de jugador era bienvenido y celebrado. Era esa la razón por la que una semana podían tener una competencia de DDR, la siguiente una partida de juegos de mesa y la próxima un torneo de mesa.
"¿Tierra a Mari?"
Marinette parpadeó, aturdid, saliendo de su estupor cuando Nino agitó una mano frete a su cara.
"¿Está bien si elegimos la canción?" Preguntó, sosteniendo un control. En respuesta, Marinette se golpeó la frete con la palma, sus ojos deslizándose hacia Adrien. Él estaba al otro lado de la habitación, de espaldas, mientras hablaba con un chico de aspecto hosco, bajo con cabello negro y largo. Marinette lo reconoció como un estudiante de segundo año que también se había unido recientemente al club.
"¡Demonios, olvidé preguntarle!" Maldijo, "¿esperas por un segundo Nino?"
"¡Sin problemas, jefa!" Nino saludó, casi tirando el control en el proceso. Girando, Marinette soltó una risita en voz baja mientras camino penosamente entre la multitud en dirección a Adrien y el chico de cabello negro (¿Cuál era su nombre? ¿Tom? ¿Toby? ¿Ted? Estaba segura de que empezaba con una T.)
Fue cuando estuvo a un metro del par, apretujada incómodamente entre dos chicas que mantenían una conversación, que pudo captar lo que el de segundo año estaba diciendo, y porqué su cara le recordaba u poco a una toalla de papel mojada.
"Entonces, ¿qué te hace creer que tendrás tiempo para esto?" Habló con los brazos cruzados frente al pecho.
Adrien cambió de un pie a otro, y a pesar de que Marinette no pudo ver su cara, sabía que estaba incómodo. Llámalo instinto.
"Bueno, he separado el tiempo en mi horario," Adrien respondió, su voz demasiado culpable para el gusto de Marinette. "Desde luego que habrán algunas semanas en las que no podré asistir a causa de fechas límite y esas cosas, pero antes tomé la decisión de que no puedo pasar todo mi tiempo trabajando o me consumiré."
"Uh-huh," el tono del pelinegro (¿Terrance? ¿Tony? Enserio, ¿cuál era su nombre?) era tan plano que podía haber sido usado como tabla para planchar. Rodó los ojos. "Seguro, niño rico. Todos son iguales."
Marinette sintió el principio de la ira surgir en su pecho, como una docena de pequeñas ascuas listas para converger en una llama en cualquier momento. Se aproximó, su sonrisa helada como contradicción y advertencia.
"¿Hay algún problema?" Preguntó, parándose al lado de Adrien. El parecía sorprendido por su repentina aparición, pero no dijo nada. Quizá estaba intentando prevenir una escena, sin percatarse de que Marinette tenía una idea de lo que estaba ocurriendo.
"Ninguno, sólo estábamos teniendo una conversación," pelinegro soltó con un encogimiento de hombros. "Sólo me desconcierta, como gilipollas ricos como este-" gesticuló con el pulgar en dirección de Adrien- " pueden salirse con la suya holgazaneando con algo como el doctorado de filosofía, supongo que es fácil tomarse todo a la ligera cuando tienes todo el dinero del mundo, ¿cierto?"
Las ascuas en el pecho de Marinette rugieron cobrando vida y sus manos se enroscaron en puños. Su reacción instintiva habría sido patear el trasero de este tipo hacia el bordillo, y si hubiera sido un poco más joven e imprudente, hubiera sido el curso que habría tomado.
Pero ahora era mayor. No era una tonta chica de dieciséis años acostumbrándose a tener superpoderes. No. Era una joven con responsabilidades, y una reputación que estaba intentando construir aparte de su alter ego como LadyBug.
Así que lo intentó por otro ángulo. Un silencioso, furioso tipo de ira.
"Escucha, Tim-" empezó, su voz derramando veneno.
Justo como predijo el no detectó el filo en su tono.
"Mi nombre es Lloyd," corrigió frunciendo el ceño.
"Escucha, Todd-" contrarresto, poniendo claro que no le importaba un comino cuál era su nombre, "si quieres ser parte de este club, será mejor que empieces a tratar a tus compañeros con el respeto que merecen. Me refiero a, ¿Quién crees que eres para juzgar a Adrien sólo porque tiene más dinero que tú? Nada te da derecho a hacer comentarios sarcásticos y, para ser honesta, no quiero ese tipo de actitud en el club del que soy presidenta. Así que anímate o retírate."
El ceño de Lloyd se profundizó, sus labios se curvaron mientras vio entre el rostro sorprendido de Adrien y bla expresión enfadad de Marinette.
Hubo un tenso momento de silencio antes de que ninguno hablara. Y los que estaban alrededor se habían girado para observar la escena.
"Bien, lo que sea, no quiero ser parte de un club dirigido por una chica gamer falsa y tonta que permite la entrada a gilipollas ricos de todas formas," Lloyd gruñó, girando sobre sus talones maldiciendo mientras se alejaba.
Marinette casi vio rojo. Casi. Admitiéndolo, el comentario sobre gamer falsa golpeó contra su ego y lo hizo con fuerza. No quería nada más que arrastrar a Lloyd de regreso al cuarto y arrancar toda su furia hasta él al estilo LadyBug. Pero su enojo fue vencido por una necesidad mayor, así que cerró los ojos, y tomó una respiración profunda para calmarse.
"¿Estás bien?" Adrien preguntó.
Los ojos de Marinette se abrieron y sus cejas se alzaron.
"¡¿Que si estoy bien?!" Farfulló, agitando la cabeza incrédula, "¡¿Qué hay de ti?! Ese tipo- él sólo- Me refiero a él totalmente- ¡UGH!"
"Sí, lo sé," Adrien se rascó la nuca con un una risita, de alguna forma entendiendo su oración sin sentido. "Recibo eso más comúnmente de lo que piensas. No es genial pero... lo manejo, sabes? Sólo debes levantarte por encima de eso. Además, estas personas no conocen al verdadero yo- así que sí."
Bajó la mano, y miró a Marinette con una cálida sonrisa, la misma sonrisa que le dio cuando se encontraron más temprano.
"Gracias de todas formas- por defenderme. Fue... agradable."
Marinette sintió a su corazón acelerarse y una parte de ella, sólo una pequeña parte, pensó que en lugar de eso, sería mucho más agradable- llegar a conocer mejor a Adrien.
La imagen de un super héroe vestido de negro llenó su mente, una encantadora sonrisa, el guiño descarado, la mirada parecida a la de un gatito recordándole quien tenía su corazón- quien lo había tenido por cuatro años completos. Aún si nunca la amaría de regreso.
Sus latidos volvieron a tranquilizarse y le dio un toquecito en el hombro. Amigable. Seguro. Fácil. Era mejor de esa forma. Además, Adrien podría tener a cualquiera en el campus. El chico tenía prácticamente un club de fans, y ella nunca había oído hablar de él siquiera mirando a alguna chica, aun pudiendo haber elegido a cualquiera. ¿Qué oportunidad tenía incluso si hubiera querido intentar algo?
Era un punto de no arranque. Ella no podía enamorarse de otra persona absolutamente fuera de su alcance. Sin importar cuan adorable o dulce era.
"¡DE ACUERDO!" la voz de Nino llamó por sobre el estruendo, interrumpiendo el monólogo interno de Marinette por segunda vez en esa noche. Ella miró en dirección de Adrien, quien le regresó una mirada extraña, antes de percatarse de que su mano aún se encontraba sobre su brazo. Retirándola rápidamente, le dio la espalda con la cara completamente roja. Que forma de ser tan rarita Mari. "¿ESTÁN TODOS LISTOS PARA EL BAILE FINAL DE LA NOCHE?"
El resto del Club de Juegos animó y Marinette estuvo aliviada por la distracción. Le hizo señas a Adrien para que la siguiera y el par hizo su camino a través de la multitud en dirección a la pareja oponente.
"Me aburrí de esperarte, así que he elegido la canción por ti, ¡espero que esté bien!" Nino sonrió disparando pistolas con los dedos en dirección de ambos. Rodando los ojos, Marinette tomó el lado derecho en la colchoneta de baile, el lado que estaba más cercano a la mesa tras la que Nino estaba escondido mientras Adrien tomó el lugar a su lado. "El hecho de que están intentando tomar nuestro puntaje más alto no tiene nada que ver. Totalmente no seleccione una de las canciones más difíciles."
"Suenas amenazado por nosotros, amigo"
Nino abrió la boca y cuando Marinette echó un vistazo supo el por qué. Todo rastro de timidez en Adrien había desaparecido. En lugar de eso, la sonrisa en sus labios era un poco arrogante. Sus ojos centellaron. La vista envió un adormecimiento agradable a través de su espalda y le sonrió a Nino de regreso.
"No te preocupes, ¿era eso, Nino?" Adrien continuó con un movimiento descuidado de su muñeca, "no es como si tuviera una máquina de DDR en mi habitación desde los trece o nada por el estilo- o que estuviera obsesionado con el juego por años. Nada de eso."
Regresó la vista a Marinette e hizo un guiño. Unos cuantos segundos después pareció percatarse de lo que acababa de hacer. El Adrien tímido estaba de regreso mirando hacia sus pies, el rostro en llamas.
Marinette le sacó la lengua a Nino, indicándole que comenzara la partida.
Esto iba a ser divertido.
Mientras la música empezó, Marinette luchó con fuerza para no burlarse de la pura ironía en la elección de Nino. Aun así se mantuvo en silencio, concentrándose en el juego. Después de todo, sería difícil de explicar porque encontraba su elección en la canción (Butterfly por Smile) tan divertida, porque érase una vez, las mariposas eran parte de su vida diaria en forma de akumas.
Las primeras indicaciones con los pasos aparecieron en la pantalla. Arriba, arriba, abajo, abajo, izquierda, derecha, izquierda. Era fácil, un ritmo lento, Marinette y Adrien fueron capaces de mantenerse al ritmo. Pero Marinette sabía que cuando el ritmo cayera, se desataría el infierno.
Esperó, siguiendo los pasos lentos, su compañero copiándola en perfecta sincronía. Tras ellos, se oyeron gritos animándolos. Marinette bloqueó todo a su alrededor.
Sólo estaba la música, la colchoneta, y el compañero a su lado.
El ritmo cayó.
Fue como una explosión de energía. Las pisadas de Marinette y Adrien fueron duplicadas para seguir con el insano número de combos, su puntaje amentando con cada paso 'PERFECTO' o 'GENIAL'. La sangre corrió hacia sus orejas, bombeando a través de ella mientras la parte intensa de la canción terminaba y el verso volvía a empezar, un poco más lento, dándole un momento para recomponerse.
Adrien estaba riendo, sin respiración. La tomó con la guardia baja, aun así no perdió un solo paso. No obstante, la risa era contagiosa, y pronto se encontró soltando risitas también. Inclinó el torso en su dirección, sacudiendo su cabello mientras hacia un combo con doble flecha, él copio su movimiento de cabello con el siguiente combo- actuando un poco dramático y con la postura que ella suponía se esperaba de un modelo.
Lágrimas de risa se acumularon en sus ojos.
Mientras la canción llegaba al final, y las flechas volvieron a desacelerar una vez más una idea salvaje apareció en la mente de Marinette. Era arriesgado, pero demonios y les daría mucho por lo que alardear si lograban realizarlo. Sólo necesitaba que Adrien estuviera en la misma onda.
La próxima vez en el que la flecha de un solo pie pareció en la pantalla, Marinette se agachó, usando su agilidad para medio oscilando en el lado de Adrien, completando simultáneamente su movimiento y el de él.
En la mitad de segundo que le tomó volver a su lado, pudo sentir el calor irradiando de pecho de Adrien, y fue consumida por una sensación de absoluta exactitud- de perfecta sincronía. De alguna forma, supo que Adrien se sintió de la misma forma, porque cuando se atrevió a alejar los ojos de la pantalla por un momento (durante un combo con paso doble que mantuvieron durante un par de tonos), él estaba sonriéndole.
Ella meneó la cabeza en una pregunta silenciosa y sus ojos centellando fueron la respuesta. Si Marinette no hubiera estado tan envuelta por el juego, se hubiera cuestionado como dos personas que acababan de conocerse podían funcionar tan armoniosamente- como si conocieran al otro durante toda sus vidas.
El combo final del juego apareció y sin siquiera detenerse a pensarlo, Marinette y Adrien tomaron la mano del otro, el agarre fuerte y tirante.
Usando el momentum, el par dio saltos a juego, cambiando de lado sólo para aterrizar con el movimiento final preciso, girando hasta que estuvieron espalda contra espalda en una perfecta pose final.
Y con eso, el Club de Juegos explotó.
Las personas empezaron a gritar, golpeando con los pies, los brazos levantados animando y aclamando los nombres de Adrien y Marinette por igual.
Cuando el puntaje cargó, indicando que en efecto habían vencido al puntaje más alto, Marinette brincó e el aire, los brazos sobre su cabeza.
"¡Lo logramos!" Habló jadeando por encima del estruendo.
Adrien volvía a estar radiante, una sonrisa de oreja a oreja. Su pecho subía y bajaba pesadamente y sus mejillas estaban peligrosamente enrojecidas, pero lucía tan feliz como Marinette se sentía.
"¡Sí! ¡Lo hicimos!" Gorjeó mientras los vítores fueron apagándose y las personas empezaron a caminar en su dirección para felicitarlos antes de regresar a sus casas.
"¡Amigos! ¡No estoy ni siquiera molesto, fue la cosa más loca que jamás he visto!" Nino chilló, apresurándose hacia ellos cuando la mayoría de las personas ya se había ido, levanto una palma hacia Adrien. "¡Ustedes son increíbles!"
"Sí, hacemos un muy buen equipo," Adrien respondió, golpeando su palma contra la de Nino mientras volvía a mirar a Marinette. Tenía la misma expresión, esa que ella no podía ubicar, como si estuviera considerando algo que ella nunca podrí comprender. En respuesta, Marinette sonrió tímidamente.
No. Mal. No tímidamente. No seas tímida. Tímida significa que te gusta y absolutamente no puede gustarte.
"¡Entonces!" Marinette carcajeó demasiado fuerte para que sonara genuino, estirando sus repentinamente doloridas extremidades, "¡Nino! Será mejor que empecemos a guardar estas cosas ahora o estaremos aquí toda la noche."
Alejándose de la colchoneta del lado de Adrien y se apresuró en dirección a la computadora- donde la consola estaba conectada. Desafortunadamente, no estaba realmente viendo hacia donde iba, y sus piernas se enredaron en el revoltijo de cables. Y antes de poder detenerse, cayó al piso con un chillido profano, aterrizando en una maraña de miembros y cables.
Adrien corrió hacia ella.
"¡Oh Dios mío!, ¡¿estás bien?!"
Le ofreció una mano y ella la tomó, frunciéndole el ceño a Nino- quien aullaba en risas.
"Sí, estoy bien, sólo torpe cuando estoy fuera de la colchoneta de DDR," refunfuñó alzando una ceja hacia Nino. "¿Terminaste?"
"Era divertido cuando éramos niños, es divertido ahora," Nino contestó limpiando las lágrimas de sus ojos.
Marinette hizo un puchero.
Ignorando su fastidio, se enfrentó a Adrien, "De todas formas, te veremos por aquí la próxima semana, ¿verdad?"
Por alguna extraña razón, la pregunta puso nerviosa a Marinette. Jugando con los listones un su cabello, intentó (y falló) proyectar un aire de indiferencia. Su estómago se contrajo, esperando que Adrien hubiera tenido lo hubiera pasado lo suficiente bien para borrar el encuentro con Lloyd de su mente. Ligera atracción o no, él era genial, y le hubiera gustado verlo de nuevo.
Sus ojos regresaron a ella- el rubor en sus mejillas aún no había desaparecido, algunos mechones de su cabello echado para atrás húmedos con sudor, Marinette tragó, los ojos agrandados y llena de esperanza. El juego con los listones vaciló, deteniéndose completamente cuando Adrien regresó la vista a Nino para dar su respuesta.
"Definitivamente," respondió.
...
Para todas las personas que como yo, han vivido bajo una piedra todos estos años y no tenían idea de que esta canción es la canción, arriba el vídeo (súper extravagante? :v) de la canción (sí, canción muchas veces) que Adrien y Marinette bailan juntos en DDR.
Enviando amor,
<0+3