LIAM
Salgo de clases cerca de la una. Mi estómago ruge de hambre, hace mucho que no tengo una clase de tres horas. Había olvidado lo agotadoras que son. Camino por el campus a pesar de la leve llovizna que solo embarra el césped y te deja el cuerpo cubierto por una fina capa de agua. Quedé para almorzar con Aggie, hace mucho que no hablo con ella. Hice la cuenta mientras la profesora se tomaba su tiempo para cargar un vídeo sobre alteración genética, no sé nada de ella desde hace cuatro días. Después de lo que pasó con Tyler, quise hablar con ella para saber su lado de la historia pero no tuve tiempo. Y siendo honesto, la situación me tiene cansado.
Así que la invité a almorzar esta mañana luego de hacer el cálculo de los días y ella aceptó. Tenía miedo de que no lo haga, se supone que tendría que haber estado para ella también.
Llego al restaurante en el que quedamos. Está infestado de universitarios pero no me cuesta encontrarla en una cabina al fondo. Es una de las mejores mesas y no me sorprende que la haya conseguido. Me quito la chaqueta empapada y me acerco a ella.
—Hola —me saluda sin muchos ánimos.
Intento no actuar extraño pero como acto reflejo me doy cuenta. Noto que no lleva maquillaje, cosa extraña en ella ya que suele usar un poco todo los días. Sus ojeras se notan mucho más y tiene los ojos rojos. Cualquiera pensaría que es una adicta. No tiene su cabello atado como siempre, sino que este cae despreocupadamente sobre sus hombros. Se ha cortado el cabello.
—Hola.
Me deslizo al frente de ella y dejo mis libros a un costado.
—¿Ya has ordenado?
Niega y alza su brazo para hacerle una seña a uno de los trabajores. A los pocos segundos, un chico vistiendo un delantal negro se acerca a nosotros y nos entrega los menús. Aggie no lo piensa mucho y pide la hamburguesa más grande que tienen con las papas del mismo tamaño y un refresco gigante con mucha azúcar. Yo pido pasta y agua, sin prestarle mucha atención al mesero porque mi cabeza se ha puesto en alerta. Aggie come esas cantidades cada vez que esta muy deprimida. Sucedió en las primeras dos semanas luego de que Nick terminara con ella y cuando se mudó a Dartmouth. Y ahora de nuevo.
—¿Qué tal tú clase? —me pregunta una vez que estamos solos—. Yo tuve Comunicación hace unas horas. Muy aburrido.
—¿Podemos terminar con el circo? —inquiero. Aggie es mi amiga y la quiero por sobre mil millones de cosas pero detesto cuando quiere pretender como si nada estuviese pasando.
—No. El circo nunca va a terminar —resopla molesta y se cruza de brazos—. ¿Cómo demonios puede ser? ¡Margot me caía bien!
Su ceño fruncido y sus dientes apretados acompañan a la perfección a su expresión furiosa. Esto es lo que buscaba.
—Aggie —aclaro mi garganta—. Voy a serte sincero. Es mi opinión, mi consejo. Tú decides si lo tomas o no. Margot luce como una buena chica. Puede ser tu mejor amiga y puede ser la novia de Tyler. No vas a meterte en la misma situación con Nick de la que acabas de salir. No lo harás, confía en ti misma y en ella. Esto es diferente. Deberías aclarar las cosas con Margot y no dejar que esto te afecte.
Aggie me observa con incredulidad por unos momentos hasta que rompe el silencio cuando estalla a carcajadas. Junto mis cejas, ¿qué se supone que hace?
—No puedo creer que todavía no lo veas —suelta Aggie comenzando a reírse—. Esto no tiene que ver con Nick. Tiene que ver con que ya hemos tropezado con esta piedra antes. Yo fui mejor amiga de una novia de Tyler, ¿me recuerdas cómo terminó todo eso?
Tiene que estar jodiéndome.
—Paso hace siglos, es momento que comiences a olvidarlo.
—Lo siento pero son cosas que no puedo olvidar. Las puedo superar. Perdoné a Quinn, hice las pases con ella. Es una chica que tiene mucho camino por andar, solo que ya no soy parte de su camino. Eramos intimas amigas, pero fue pasajero. A veces la extraño, ¿sabes? Extraño su humor y tenerla cerca pero es una persona tóxica aunque nadie quiera verlo. Tengo un buen sentimiento de que va a mejorar, va a aprender de sus errores así como yo estoy aprendiendo de los míos y mis errores implican no volver a meterme en esa jodida ecuación.
—Quinn cambió mucho y lo sigue haciendo —respondo sin mostrar emociones cuando en realidad, por dentro, Aggie me ha dado una jodida paliza. Ha pasado un año pero el fantasma de Quinn sigue acechando a mis amigos, cambiando sus opiniones y sus formas de pensar.
—Lo que digas, tú debes conocerla como nadie más lo hace. Tyler era su novio y yo su mejor amiga pero tú eras el que mejor la conocía —resopla divertida y niega con la cabeza—. Mi punto es que si Tyler quiere tener una relación con Margot, que lo haga pero que ninguno de los dos vuelva a hablarme. Pensé que podría solucionar las cosas con Tyler pero sigue siendo un necio. Se enojó conmigo por no poder aceptar su relación. Después de todo lo que pasamos, decide enojarse y echar a perder nuestra amistad por una chica que acaba de conocer. Su decisión, ya me cansé de pelear. Ahora sí no tengo ningún amigo excepto tú. Qué ironía.
—Margot no es Quinn —respondo y me muerdo la lengua antes de decirle lo siguiente porque sé que no es lo correcto—. Quinn llegó a Miami destruida y causo más daño del que le hicieron. Se convirtió en una persona mala, sin sentimientos y eso hizo que pasara lo que pasó. Margot no es así, te das cuenta de ello en su mirada, en el tono que tiene para decir las cosas, en lo culpable que se siente por toda esta situación. Ella y tú pasaron mucho tiempo juntas, tú misma lo sabes pero no quieres aceptarlo porque tienes miedo.
Aggie rueda sus ojos.
—Cuando Quinn Meyer haya cambiado, dejaré que Margot sea mi amiga y novia de Tyler —suelta sarcástica.
De repente, se enciende un foco en mi cabeza y recuerdo la conversación que tuve con Quinn ayer.
—Trato. Ven conmigo a Miami este viernes y te mostraré que cambió.
La rubia suelta una enorme carcajada.
—¿Por qué haría eso?
—Porque acabas de decir que cuando veas que Quinn cambió, dejarás de ser tan caprichosa con esta situación.
—No soy caprichosa, tengo miedo de pasar por más dolor —responde y humedece sus labios—. Quizás tengas razón y pueda tener la mejor amistad de todos los tiempos con Margot, y luego Tyler se casará con ella, yo seré dama de honor y madrina de su primer jodido hijo. O también, ella puede dejarme de lado por estar con Tyler, hacerle daño, hacerme daño, aprovecharse de su posición, cualquier cosa que puedas imaginarte. No me gustan los juegos al azar.
—Tengo que ir a Miami este viernes, ven conmigo. Te hará bien despegarte de este ambiente —vuelvo a insistir.
Lo que Aggie necesita es distanciarse de esta universidad por un rato, reírse un poco, relajarse y pasarla bien sin tener que estar pensando constantemente en sus problemas. Eso solo la arruinaría más.
—¿Y jugar de sujeta velas mientras Quinn y tú andan en lo que sea que anden en estos tiempos? —bufa y niega.
—Para que estés conmigo, veas a tu familia, te reencuentres con algunos amigos, tal vez —me encojo de hombros—. Tomes el consejo de una vieja amiga. Tú decides cuál es el propósito.
¿Mencionar que ahora tiene un perro con cáncer sería demasiado?
Aggie entrecierra sus ojos indecisa.
—¿Sin Tyler?
—Sin Tyler.
Cierra sus ojos, infla su aire de pecho y deja su orgullo atrás por unos segundos, en los que asiente con la cabeza.
—Está bien. Adelante, pasemos un fin de semana innecesario en Miami.
Sonrío triunfante.
—Verás que no va a ser en vano. Nos vamos a divertir.
Rueda sus ojos molesta, sin querer admitir que la idea la emociona un poco. Cambiamos rápidamente de tema de conversación porque aparentemente, a ninguno de los dos nos fascina hablar sobre Margot y Tyler. A los pocos minutos, llega la comida. Aggie devora cada miga y no deja abolsutamente nada. Incluso pide un postre para dos en el que tengo poca participación porque la rubia lo termina rapidisimo.
A eso de la una y media, estamos saliendo del restaurante. Por suerte, la lluvia ha parado. Nos dirigimos a nuestro edificio ya que las proximas clases que tenemos son dentro de varias horas.
—Mañana tengo un examen de sociología —se queja Aggie mientras arrastra sus pies.
—¿Sigues tomando sociología con Emma?—le pregunto intentando evitar el nombre de Margot. Emma y ella son amigas. O al menos lo eran.
—Debería, pero no. Hace una semana que no la veo. Tal vez no estoy prestando mucha atención pero no recuerdo haberla visto en mis últimas dos clases. Es raro, nunca falta. Está repitiendo la asignatura, no le conviene.
Pongo una mueca, es como si lo mio con Emma hubiese sucedió hace una eternidad, cuando en realidad, se terminó hace pocos meses.
Las relaciones medianamente estables porque no me arriesgo a llamarlas "serias" en mi vida no abundan. Primero estuvo Winter, quien si bien es guapa y el sexo era bueno, nunca me gustó. Me fascinan las chicas con las que puedo hablar sobre millones de temas por horas. Con Winter no podía ni decir "mu" porque siempre quería una foto más para su Instagram y contarme sobre los chismes de su grupo de "amigas". Después está Quinn. Nunca sé por donde empezar a relatar sobre ella. Si sobre el primer día que la conocí, leyendo "Cumbres Borrascosas" con un ojo morado o la primera vez que la besé. O la primera vez que me reí con ella y supe que no es sería una chica más en mi vida. Y por último Emma. Mi enamoramiento fugaz y el más fácil de todos. Me pregunto en cómo hubiese terminado todo si Quinn y yo no "volvíamos". Aunque siendo franco, no quiero averiguarlo ahora mismos, solo seguir adelante con mi rubia.
Nota:
Cortito porque nos volvemos a ver dentro de poco:)
El final esta super cerca, mantenganse atentos que voy a subir muy seguido🤪❤️
Las y los quiero♥️
gracias por todo
love, cande