||Diabolik Lovers|| † New Blo...

By NATAShytap13

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Se sabe que la vida Yui Komori es solitaria y triste al ser la unica mujer humana entre seis sadicos vampiros... More

Diabolik Lovers
I n t r o d u c c i ó n
|| Capítulo I ||
|| Capítulo II ||
|| Capítulo III ||
|| Capítulo V ||

|| Capítulo IV ||

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By NATAShytap13

Capítulo IV: || Malentendidos ||


El joven dejó escapar un silbido de admiración al observar lo que, a partir de ese día, sería su habitación. Cabía como tres veces su antigua habitación en ese lugar.

«Realmente una mansión de ricachones...» pensó asintiendo para sí mismo.

El cuarto era iluminado por la pequeña araña colgada en el techo. Las paredes estaban pintadas en un tono morado pálido y hacían juego con las pesadas cortinas azules que tapaban el ventanal. La cama era de dos plazas, con varias almohadas blancas bien acomodas y unas sábanas celestes, las cuales sobresalían debajo del cobertor negro, a su lado se encontraba un pequeño mueble de madera.
En la habitación también se situaba un pequeño escritorio de madera pintada en tonos beige y un armario de aspecto antiguo pero bien conservado, a un costado del mueble se encontraban sus maletas. Quién y cómo hizo para llevarlas tan rápido allí era un misterio que jamás obtendría respuesta para el castaño, porque sinceramente poco le importaba.
Notó que había otra puerta de un color crema claro; teniendo ya una idea de lo que sería, se acercó y la abrió.

Desplazó su mirada por todo el cuarto de baño, y como todo baño tenía lo más básico: un retrete. Elevó ambas cejas, algo asombrado de lo reluciente y ordenado que estaba ese lugar también; realmente estaba en la mansión de un par de ricachones. Observó los brillantes azulejos, la bañera, el lavamanos y arriba colgaba el espejo de pared.

Se puso en cunclillas e inspeccionó el gabinete del lavamanos encontrándose con varios productos de limpieza, toallas, cestas, entre otras cosas. Se levantó y fue el turno del botiquín del espejo, en donde no halló muchas cosas además de productos para el cabello, pasta de dientes y otras cosas de primeros auxilios como gasas, banditas, alcohol, etc

— Bueno, debería ponerme en marcha —se dijo, saliendo del baño para buscar su maleta y desempacar.

  
(...)

Una vez desempacado y guardado todo en sus respectivos lugares, el castaño se dejó caer de espaldas de una manera exagerada en su nueva cama, rodó sobre si mismo hasta quedar boca abajo; estiró su brazo para agarrar una almohada y esconder su cara en ella.

— Joder... Que cansancio —se lamentó.

‹Ni que fuera tanto esfuerzo› reprochó su conciencia.

Misaki se quedó en silencio, pensante. Realmente le incomodaba estar en un lugar desconocido y más con gente igual de desconocida, siendo los únicos mayores dos de las siete personas que vivía ahí.

¿En serio sus padres lo mandaron a ese lugar? No había un adulto responsable real en esa mansión, todos parecían ir a un instituto. Así que ¿de verdad su madre, aquella mujer que si se atrevía a llegar siquiera veinte minutos tarde a casa ya estaba a punto de llamar a la policía, había aceptado dejarlo hospedarse allí tan lejos de su casa? Siendo tan preocupada, era ilógico que aprobara eso; además del hecho de que sus padres no conocían a ninguna de las personas salvó el dueño de ese lugar, debido a que era un viejo amigo de su padre y que sin embargo no había señal de él en la casa desde que llegó.

Frunció el ceño, desconcertado por no poder entender la situación en la que se encontraba.

‹Tal vez se cansaron de tu insoportable presencia y te abanonaron› se burló su conciencia.

«¡Callate! No eres más que una molestia» chasqueó la lengua, irritado.

‹Alguien está de malas› canturreó provocando que el joven rodara los ojos y recayeran en el ventanal.

Se levantó de la cama y se acercó para apartar las cortinas que tapaban la vista al exterior; descubriendo el balcón. Encogiéndose de hombros, abrió el ventanal y se quedó en el umbral para observar la oscura noche, sintiendo la frescura del viento chocar contra su cara. La lluvía se había transformado en una ligera llovizna casi imperceptible.
Se quedó así por unos minutos, dejando divagar su mente hasta que su estómago rugió exigiendo alimentos. Soltando una pequeña risa, se adentró de nuevo a la habitación y buscó su telefono para ver la hora.

21:40 pm. No era tan tarde.

Mordió el interior de su mejilla, indeciso en si salir o quedarse encerrado en su cuarto para no entrar en contacto con esas personas un tanto extrañas, y a pesar que la segunda opción le tentaba, tuvo que declinar por la primera a sabiendas que tenía varias dudas respecto a cuánto duraría su estadía, cómo se manejaba el lugar, si tenía reglas o no; cuándo llegaría el señor Sakamaki para dar sus saludos y agradecimientos, y mientras estaba en eso preguntarle indirectas sobre cómo conocía a sus padres, si tenía noticias de ellos, entre otras más preguntas.

«Quizás ella pueda ayudarme» pensó al recordar a la joven rubia, pues se veía como una persona más accesible para hablar que los peculiares hermanos, y por suerte era la única persona de quien sabía dónde estaba su habitación.

Salió de su habitación para dirigirse a la de Yui Komori, notó que la puerta estaba entreabierta pero prefirió anunciarse primero, así que golpeó suavemente pero no obtuvó respuesta.
Decidió arriesgarse y abrió despacio la puerta para ingresar.

— Disculpa Komori, soy Misaki Momozon-

Su presentación quedó atascada en su garganta cuando presenció una escena que no debería. La muchacha que estaba buscando se encontraba en los brazos de uno de los hermanos que había conocido en su llegada. No pudo distinguir cuál de todos era porque le estaba dando la espalda y parecía tener su cabeza apoyada en el hombro de la rubia.

Sintiendo sus orejas arder, Momozono desvió la mirada: — L-lo siento... Pe-perdón por interrumpir.

A pesar de que se disculpó torpemente, fue ignorado a lo que su nerviosismo y vergüenza por interrumpir ese momento de ellos dos aumentó. Tratando de salir lo más rápido posible, se enredó con sus propios pies al dar media vuelta y se chocó con la puerta entreabierta.

— Por una mierda, ¿no puedes largarte de una maldita vez? —exclamó harto el muchacho separándose un poco de Komori.

— P-p-perdón, ya-ya me iba —tartamudeó algo adolorido por el golpe en su cabeza, dirgió su mirada hacia ellos, quedó desconcertado y algo impactado.

El cuello de la blusa blanca de la muchacha estaba teñida en lo que parecía ser sangre.

— ¿Eh? ¿Qué le estas haciendo...? —preguntó algo alarmado y cuando Yui captó lo que lo había impactado, colocó su mano en en su cuello por inercia.

— Qué mierda te importa, niñato —dijo el pelirrojo que Misaki identificó como Ayato, quien avanzó unos pasos adelante tapando a la joven de la vista del castaño.

— Me importa por el estado en el que se encuentra —respondió intentando acercarse a la muchacha, pero en su camino se interpuso el pelirrojo tomándolo por el brazo.

— ¿Qué crees que haces? —inquirió.

Misaki intercambió miradas entre Ayato y la mano que sujetaba bastante fuerte su brazo, hasta que finalmente recayó en la mano en donde captó unas pequeñas manchas de sangre.
Frunció el ceño e intentó soltarse pero no tuvo éxito, logrando que solo aumentara más presión en el agarre. Reprimió un quejido y se dignó a mirar al muchacho:

— No, ¿tú qué crees que haces? Sueltame.

— ¿Eres estúpido o qué? Te dije que te largues —ordenó de forma amenazante.

Momozono miró de reojo a la joven, quien también lo observaba. Al verse descubierta, ésta desvió rápidamente su mirada hacia un costado.

— Está herida —mencionó, esperando alguna señal que justifique que no era lo que pensaba que era.

— ¿Y? No es necesario que te metas —cortó rodando los ojos, como si hablarle le aburriera y consternando a Misaki, quien ya se estaba creando una película en su cabeza— Ahora, largate.

Sin poder evitarlo, el castaño soltó una risa llena de ironía y miró incrédulo a quien tenía en frente.

Dios... De verdad no tienes vergüenza ¿eh? —exclamó manteniendo una sonrisa incrédula por lo que estaba sucediendo— Pero mira que caradura que eres, realmente un completo psicópata.

— ¿Qué? —esta vez fuer el turno del pelirrojo de soltar una risa, incapaz de soportar un minuto más al menor y las boberías que estaba soltando— Tú si que eres una jodida molestia. ¿Te atreves a insultarme? ¿A mí?

El aludido tragó saliva, no sabía con quién estaba tratando así que armándose de valor pateó la pierna del mayor con bastane fuerza como para que soltase el agarre. Aprovechando que su brazo estaba liberado, se acercó a la muchacha.

— Oye, ¿estás bien? —preguntó y se maldijo mentalmente por tal estúpida pregunta, era claro que si estaba sangrando no estaba bien.

Yui solo se mostró confusa ante el joven, sin saber muy bien que hacer, después de todo él no estaba enterado de la verdadera naturaleza de los Sakamaki.
Cuando Misaki iba a intentar preguntarle de nuevo fue interrumpido al ser sujetado por su hombro y tirado hacia atrás con tal fuerza que provocó que cayera al suelo, chocando sin querer con el escritorio que se encontraba en la habitación, causando un estruendo cuando las cosas que se hallaban encima del escritorio se cayeron. Yui emitió un grito cuando vio al joven golpearse.

‹Efecto mariposa› comentó su conciencia.

Soltando una maldición, el muchacho observó a su atacante que se notaba a legüas el odio que le tenía.

— Agradece que he sido benevolente al no romperte la cara —dijo harto de aquel niñato que se atrevía a insultarlo y hasta golpearlo.

Misaki ya se estaba preparando metalmente para hacerle frente cuando de pronto una nueva voz se hizo presente:

— ¿Se puede saber que es todo este caos? —preguntó con sequedad Reiji.

— ¡¿Pero qu- ?! —exclamó casi sin voz, no lo había visto ni escuchado entrar y se encontraba del lado contrario de la puerta asi que tendría que haberlo visto llegar.

— Nada que te importe. Ocupate de tus asuntos —contestó Ayato rodando los ojos provocando que el de lentes frunciera el ceño.

— Me incumbe si están haciendo un alboroto que se escucha en todo lugar —respondió y miró sin interés alguno al muchacho que aún se hallaba en el suelo— No tolero el escándalo y menos a estas horas. A penas llegas y ya estas causando problemas, ¿sabes si quiera lo que es educación?

— ¿Eh? Pero yo no empecé nada —se excusó Misaki sin poder creer lo que escuchaba y señaló a Ayato— Además él... él estaba-

— No te atrevas a señalarme, maldito niñato —dijo el Sakamaki conteniendo su enojo.

— ¡Pero tú la estabas lastimando! —exclamó el chico y miró a Reiji en busca de apoyo— Ella está sangrando, creo que él estaba lastimandola.

— Mira que tienes agallas para decir eso —habló entredientes el pelirrojo pero el muchacho veía a Reiji, con la esperanza de que este actuara.

Sin embargo, lejos de sus expectativas, el mayor ni se inmutó ante lo dicho por Momozono, como si no le importase. Le dedicó una mirada indiferente a la rubia para luego regresarla a su hermano.

— Creo haberte dicho que tuvieras cuidado a partir de ahora por él, pero supongo que debió haberte dado igual —comentó tratando de ocultar su irritación.

— Como si realmente me interesase lo que digas y lo que haga este estúpido —respondió señalando a lo último a Momozomo, quien estaba en pleno shock.

¿Acaso sus oídos escucharon bien? ¿Estarían defectuosos? Sino no encontraba alguna explicación a lo que acababan de escuchar.

— ¿Es un chiste verdad? —musitó en voz baja, observando con desconcierto al pelinegro quien hizo caso omiso a su pregunta.

— Les dije a todos claramente que tengan cuidado con lo que hacían —le recordó a Ayato— Deberías al menos, haber sido un poco precavido para evitar caer en esta situación.

— ¿Crees que es divertido para mí esto? —replicó con sorna— Como si estuviera encantado de que este imbécil apareciera en el momento en que estaba alimentandome de la sangre de Chichinashi.

— ¿Eh? —exclamó el castaño.

— Sin embargo eso no es excusa. Siendo intencional o no, complicaste las cosas. Por eso les advertí q-

— ¡Que ya lo sé, joder! —bramó Ayato cortando a Reiji, quien se mantuvo calmando a comparación de él, aumentando su enojo. Le sacaba de las casillas que ese cuatro ojos se las diera de listillo— ¡No dejas de repetirlo una y otra vez! ¡Pero no fue mi culpa! ¡¿O crees que me gusta estar en esta situación?!

— No es necesario el gritar —apuntó, crispando aún más los nervios al menor de los trillizos.

— Cuanto escándalo hay en esta habitación —opinó Raito mientras se acercaba Yui, provocando que ésta se incomodara y confundiendo más de lo que ya estaba a Misaki.

¿Cuándo había entrado al cuarto?

— Metete en tus asuntos —respondió de mala gana el pelirrojo.

— Parece que Ayato-kun no está de humor —habló divertido y se dedicó a mirar la situación, no le fue muy dificil deducir lo que pasó. Se dirigió a Ayato con fingida lástima— Parece que la cagaste, ¿eh? Y eso que ni siquiera terminó el día.

— ¡Cierra la boca! —exclamó mirándolo con ganas de matarlo y causando que el del sombrero riera.

— Vaya, estamos sensibles hoy. Hay que decirle a los demás —avisó y elevando la voz anunció— ¡Chicos, Ayato fue el que la cagó!

— ¡Maldito seas! ¡Solo callate!

— Creo que los demás no tardarán en venir por todo el escándalo que hace Ayato, asi como yo vine para ver que sucedía —comentó con una pequeña sonrisa, causando que el nombrado se enfureciera y replicara.

— Ayato, Raito, guarden silencio —ordenó Reiji y fijó sus ojos en Yui— Y tú ve a tratarte.

La muchacha tragó saliva nerviosa, entendiendo a lo que se refería y asintió con la cabeza antes de dirigirse al baño, no sin antes mirar de reojo al castaño que parecía estar procesando muchas cosas a la vez.

Los hermanos restantes no tardaron en llegar y pusieron su atención en el pelirrojo.

— No me sorprende que fueras tú —comentó Subaru negando con la cabeza.

— De verdad es estúpido para estropearla a la primera, ¿no Teddy? —habló Kanato a su oso.

Shuu solo se dedicó a supirar.

Ayato apretó la quijada y reprimió un insulto para todos esos imbéciles que tenía como hermanos. ¿Cómo osaban insultarlo? Pero el único a quien más ganas de golpear tenía era al maldito mocoso que se encontraba sentado en el suelo con cara de estupido.

Misaki, en cambio, solo estaba pensando en como salir de ahí sin ser visto por ese grupo de lúnaticos.

———————————————

Original: 8/10/14
Editado: 15/9/19

Fin del capitulo 4. Espero les haya gustado n.n
Si hay algún error o no se entienden por favor avisar.

Gracias por leer...

Natasha

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