Para Yoongi, Hoseok era un ángel en su máximo esplendor.
Jamás nadie, sobretodo si era un desconocido le había ayudado de esa forma en la que lo había hecho él. Allí, en medio de ese putrefacto callejón, Jung Hoseok, su vecino; le ayudaba a curar las heridas que habían causado Han Jisung y su pandilla de idiotas.
Los hematomas que recién se formaban en su pálida piel, iban a tomar tiempo en desaparecer. Los rasguños no eran muy profundos, pero aún así ardían, ardían mucho más cuando Hoseok con delicadeza colocaba el alcohol.
Quiso decirle “gracias”, quiso agradecerle desde lo más profundo de su corazón, sonreírle. Pero el dolor se lo impedía, le impedía poder regalarle auquesea una leve sonrisa a su ángel.
—¿No quieres ir a un hospital? —preguntó Hoseok—. Allí podrían tratarte mejor las heridas —intentó convencer, pero Yoongi negó con la cabeza de manera lenta, adolorida.
Intentó hablar, pero de su boca solo salían cosas inentendibles. Cierto, Hoseok lo había olvidado por un momento. Era tartamudo; el susto, los nervios y el montón de emociones que quizás el pálido sentía en ese momento, empeoraban su condición.
—¿Quieres que te lleve a tu casa?
Yoongi lo miró, con ojos suplicantes y el contrario tomó eso como un sí —a pesar de que quizás era un no—, pero no importaba.
Como pudo, tomó la mochila del pelinegro y pasó uno de sus brazos por su hombro y luego lo levantó. El viaje iba a ser algo largo, iban a tener que parar en algunos lugares para que Yoongi descansara puesto que no podía poner mucho esfuerzo sobre su cuerpo magullado.
Pero a Hoseok no le importaba, iba a cuidarlo hasta llevarlo a su casa. No sabía de donde había salido ese repentino sentimiento de protección hacía el más bajo, pero iba a hacerlo, sin importar qué.

Me había prometido a mi misma actualizar cada dos días, pero con este capítulo no me salían las ideas y no podía expresarlo bien :( pero no importa, ¡ya está aquí!
Espero y les haya gustado ❤️ hasta el próximo capítulo.