-Cai.-Le hablaron a la encapuchada que miraba embobada su pulsera.
-Ah?...-Preguntó ella volviendo a la realidad.-Lo siento.
La encapuchada caminó rápidamente hacia el frente del GC y se quitó la capa revelando a una joven con el pelo liso y rubio con varios mechones castaños, ojos negros como la noche, piel blanca, alta y delgada. Vestía pantalones blancos rasgados, un top azul, zapatillas negras, un cinturón plateado, un collar alrededor de su delgado cuello, la pulsera negra con blanco y un anillo en forma de corazón.
Los rasgos de la joven se le hicieron conocidos a varias persona pero ninguno supo decir con seguridad de quien era hija. Sin embargo, una Gryffindor miró atónita a su mejor amiga ya que el cabello de la chica se parecía mucho al de ella.
-Buenos días a todos.-Saludó la joven con una leve sonrisa.-Es un placer conocerlos a todos tan jóvenes.
Su comentario causo risas en los presentes sobre todo en los chicos de la tercera generación.
-Y es un placer conocerlo profesor.-Dijo refiriéndose a Dumbledore.
El profesor le sonrió.
-¿No lo conocías?-Le preguntó Hermione mirando a la rubia-castaña.
La chica negó.-Murió antes de que yo naciera.
-¡¿Qué?!-Se escuchó el gritó general de todos excepto por los chicos del futuro y el mismo Dumbledore.
-El profesor murió por ser muy viejito.-Explicó la rubia-castaña.
Todos comenzaron a murmurar ante las palabras de la chica, a algunos más que a otros les había afectado directamente la noticia.-Es normal.-Dijo Dumbledore calmando a todos.-En algún momento tengo que morir.-Harry bufó enojado, no quería que el profesor muriera.-Siga señorita...
-Gracias, profesor.-La joven le sonrió.-Bien... mi nombre es Caitlin Parvati McLaggen.
Todas las miradas se dirigieron a Cormac que veía a su supuesta hija con cara de pocos amigos.
-¿Cómo se yo que eres mi hija?-Preguntó Cormac estudiándola con la mirada.
Caitlin rodó los ojos y movió su varita mágica realizando el mismo hechizo que Roselyn había hecho el día anterior.
-¿Ahora si lo crees?-Le preguntó Caitlin luego de que el hechizo comprobara que era hija legítima del Gryffindor.
-Lo creo.-Dijo el rubio con una sonrisa recibiendo las felicitaciones de los demás leones.-Pero no te pareces mucho a mi.-Se quejó el chico.
-Eso es porque soy más parecida a mamá.-Respondió Caitlin con una tierna sonrisa.
-Y... ¿Quién es tu madre?-Preguntó Cormac mirando a Hermione disimuladamente.
-Adivina.-Respondió Caitlin simplemente pero como su padre se quedo pensando por varios segundos.-...O que adivine alguno de ustedes.-Dijo dirigiéndose a los presentes.
Lucas y Regulus levantaron la mano.
Caitlin rodó los ojos.-Ustedes no par de idiotas.
Ambos Slytherin se rieron y se quedaron callados.
-¿Son amigos?-Preguntaron Cormac y Cho.
Lucas asintió.
-Si lo somos.-Dijo Caitlin mirando como su padre asesinaba a Lucas y a Regulus con la mirada.-Papá, por si no lo recuerdas Lucas es gay y Regulus tiene novia, la cual no soy yo.
-Tienes razón.-Recordó Cormac.-Lo siento, chicos.
-No se preocupe, Señor.-Le respondió Lucas.
-Volviendo al tema...-Dijo Parvati.-Yo creo que tu madre es Lavender.
-¡¿Qué?!-Gritaron Lavender y Cormac más que sorprendidos mientras todos miraban a Parvati con la boca abierta.-Es mentira, ¿Verdad?-Preguntaron ambos a la joven que los miraba con una sonrisa burlona.
-¿Ustedes qué creen?-Preguntó la rubia-castaña mirando a los Gryffindor.
-¡Que no!-Gritaron ambos rápidamente matándose con la mirada.
Caitlin se encogió de hombros y dijo:-Si no lo quieren creer es su problema pero tal vez les sirva el saber que mi madre se llama Lavender McLaggen de soltera Brown.
Ambos Gryffindor se miraron de arriba a abajo aceptando internamente que el otro estaba bastante bueno pero ninguno lo iba a admitir tan fácilmente.
-Yo creo que si eres su madre ya que Caitlin se parece mucho a ti, Brown.-Dijo Katie Bell mirando a la rubia-castaña mayor.
Lavender suspiró profundamente, era cierto la chica se parecía mucho a ella y estaba segura que si hacían la prueba saldría positivo.
-Esta bien, yo lo acepto después de todo eres igual a mi físicamente.-Dijo Lavender mirando a su hija a los ojos.
Caitlin le sonrió y miró a su padre.
-Supongo que si estoy con ella en el futuro es por algo.-El rubio se encogió de hombros y finalmente sonrió.
-Gracias por ponerle mi nombre a tu hija, Lav.-Le agradeció Parvati abrazando a su mejor amiga.
-De nada.
Caitlin miraba muy enternecida la escena que ocurría frente a sus ojos.
-Sigue, Cai.-Le susurró una encapuchada.
-Cierto.-Caitlin llamó la atención de todos para seguir presentándose.-Soy su hija mayor...
-¿Te-Tenemos más hijos?-Preguntó Lavender muy sonrojada y nerviosa, por su parte Cormac solo realizo una mueca de disgusto, el mayor de sus hijos debía ser varón.
-Sep.-Respondió la joven simplemente.-Pero eso no es importantes por el momento.
-¡Oye!-Se quejaron dos encapuchadas.
Caitlin volteo y les lanzo un beso mientras sus padres miraban curiosos la escena.
-Tengo 17 años.-Siguió la joven.-Nací el 09 de Junio del 2005. Estoy en mi ultimo año en Hogwarts y pertenezco a la casa de Hufflepuff.
La mayoría de los presentes la miraron extrañados.
-Pero tus padres son Gryffindor.-Dijo un Hufflepuff extrañado.
-Así es pero el hecho de que ellos sean leones no significa que yo también lo seré.-Explicó ella mirando al joven.-¿Diran algo?-Le preguntó a sus padres.
Lavender negó con una leve sonrisa.
-No me convence del todo pero tengo que aceptarlo.-Cormac suspiró dramáticamente mientras su hija rodaba los ojos, su padre no había cambiado a pesar de los años.
-Mis padrinos son Parvati Patil y Dean Thomas.-Caitlin le sonrió a ambos jóvenes.
-Ya van dos.-Celebró Parvati feliz.
-Gracias chicos.-Dean les sonrió.
-Me encanta jugar al Quidditch.-Siguió la rubia-castaña con sus ojos brillando intensamente.-Soy cazadora.
-Al menos juega.-Comentó Cormac encogiéndose de hombros, él esperaba que fuera buscadora.
-Como ya se pudieron dar cuenta, yo no soy la hija favorita de mi papá.-Comentó Caitlin mirando a su padre sin expresión en su rostro.
Cormac solo la miró sin decir palabra alguna.
-No digas eso, hija.-Dijo Lavender golpeando al que sería su futuro esposo.
Caitlin se encogió de hombros.
-A estas alturas ya no importa mucho.-Comentó despreocupada dejando preocupadas a su mamá y madrina.-Continuo... Lo que más me gusta es leer, viajar y pasar tiempo con mis amigas ademas de mis hermanas.
-¿Hermanas?-Preguntó Cormac desilusionado, él quería tener un hijo, no solo hijas.
-Ya basta McLaggen.-Lavender lo miró enojada.-No importa si tenemos solo hijas o solo hijos lo que más importa es que seamos felices en el futuro.
Cormac solo se calló mientras muchos presentes concordaban con la opinión de Lavender.
-¿No pasas tiempo con nosotros?-Preguntó la Gryffindor a su primogénita.
-Pues... Como ya te habrás dado cuenta mi relación con papá no es la mejor, nunca hemos sido muy unidos ademas de que nuestras opiniones son muy distintas y la mayoría de las veces en que hablamos terminamos peleando así que he decidido mantener una relación cordial con él y mantenerme alejada.-Explicó la rubia-castaña mirando a su padre.-Y contigo si paso más tiempo, vamos de compras o a pasear pero eso es solo cuando tu no tienes trabajo.
Lavender asintió conforme aunque bastante preocupada por la relación entre su hija y su futuro esposo.-¿Trabajo mucho?-Preguntó.
-Ser diseñadora no es muy fácil que digamos.-Respondió su hija.
Lavender grito muy emocionada, eso significaba que cumpliría su sueño.
Caitlin se rió feliz, su madre era feliz y eso era todo lo que importaba.-¿Puedo seguir?-Lavender asintió y se sentó.-Con respecto a mi personalidad soy tímida, orgullosa, floja, leal, y simpática, o al menos eso dicen las personas que me conocen.
-No pareces muy Hufflepuff.-Comentó una chica riéndose.
-Yo también lo creo, a veces creo que el sombrero me puso ahí porque no encajaba en ninguna otra casa.-Caitlin se rió un poco y siguió.-Mis mejores amigas son Enid, Alana, Celine y Diana y mi mejor amigo es Lorcan.
Neville, Oliver y Rolf le sonrieron a Caitlin recordando que ellos son los padres de Alana, Celine y Lorcan, respectivamente.
La joven les devolvió la sonrisa.-Con respecto a la escuela mis notas son normales, no tengo materia favorita ya que todas tienen algo malo y algo bueno. No soy prefecta ni premio anual, no cumplo con los requisitos y la verdad no me gusta tener tantas responsabilidades.
La mayoría concordó con ella, o al menos los que si podían llegar a calificar para ser prefecto o premio anual.
-No soy princesa y por lo tanto tampoco reina, estuve a punto de serlo pero al final me retire.-Caitlin sonrió un poco triste al decir eso.
-¿Puedo preguntar por qué?-Lavender no iba a dejar pasar ninguna oportunidad de saber todo lo pudiera sobre su hija.
-Porque me di cuenta de que no era lo que yo realmente quería, solo acepte competir para llamar la atención de papa.-Explico Caitlin, esta vez Cormac la miró pensando en había sido un pésimo padre con su hija.-Ademas la persona que ganó se lo merecía mas que yo.
-Te amo.-Le grito una encapuchada lanzandole un beso y haciendo reír a la joven.
-Aun no se que estudiar pero tengo tiempo para pensarlo aun.-Lavender asintió acuerdo.
-Estoy seguro que te ira bien en cualquier cosa que decidas estudiar.-Comentó Cormac sorprendiendo a su hija.
Caitlin lo miró con la boca abierta.-Gra-Gracias.-La joven sonrió emocionada y con un pequeño calor en su pecho, era la primera vez que su padre le hacia un cumplido.-No soy animaga y mi patronus es una abeja.
-¿Una abeja?-Preguntó un Slytherin extrañado.
-Sip, es que una de mis comidas favoritas es la miel.-Explicó la joven una leve sonrisa.
-Es deliciosa.-Comentaron varios apoyándola.
-Y por ultimo tengo novio.
-¿Qué?-Preguntó Cormac sintiendo celos.
-Eso, tengo novio.
-¿Lo acepte?
-La verdad es que en el futuro no lo sabes, no lo creí necesario.-Cormac iba a hablar pero Caitlin se le adelanto.-Eso es todo sobre mi.-Sonrió y camino hacia su mamá dando por terminada su presentación. Abrazo a su madre y a sus padrinos y saludo a su padre después tomo su varita y presento su recuerdo.
Recuerdo:
Una joven rubia estaba sentada al final de la mesa de Hufflepuff, se podía observar que estaba un poco triste y decaída ya que había rastro de lágrimas en sus blancas mejillas que estaban teñidas de rosado gracias al calor que había dentro del Gran Comedor.
La rubia suspiró y comenzó a jugar con uno de sus tantos mechones castaños que se mezclaban con sus demás mechones rubios.
-¡Hola!-Se escuchó el saludo de una voz chillona, la rubia levantó la mirada encontrándose con una niña de su misma edad, su cabello rubio amarrado en dos trenzas y sus ojos brillantes por la emoción.-Soy Alana.-Se presentó estirando su mano derecha para saludar a la rubia-castaña.-¿Cómo te llamas?
-Caitlin.-Respondió la niña mostrando un leve sonrisa en sus delgados labios y saludando a la rubia.
-Que lindo nombre.-Le dijo Alana sonriendo amistosamente.-¿Por qué estás tan sólita?
Caitlin sólo suspiro.-No se.-Respondió encogiéndose de hombros mientras miraba a los demás tejones y dándose cuenta de que todos estaban en grupos incluso los que habían sido seleccionados pocos minutos atrás.
-Si quieres puedes venir conmigo.-Le propuso Alana.
Caitlin hizo una mueca.-Muchas gracias pero prefiero quedarme aquí.-Le respondió la rubia-castaña.
-Entonces me quedaré contigo.-Dijo Alana sentándose al lado de Caitlin.
-¿Qué? No!!-Exclamó Caitlin.
-Lo siento pero no te voy a dejar sola.-Alana tomó un tenedor y comenzó a comerse la cena de la rubia-castaña.
-Esta bien.-Accedió Caitlin comiendo un poco ya que su estómago no dejaba de gruñir.
Comieron en silencio cada una sumida en sus pensamientos, Alana estaba muriéndose de curiosidad por saber que le pasaba a la chica sentada a su lado.
Caitlin suspiró.-¿Quieres preguntar algo?-Le preguntó a la rubia dejándola sorprendida y anonadada.-Desde que llegaste me miras con curiosidad, así que pregunta lo que quieras.
Alana sonrió y preguntó.-¿Por qué estás triste?
La rubia-castaña suspiró por enésima vez.-Estoy triste porque mis papás se van a decepcionar de mi.-Alana la miró extrañada no entendiendo la razón.-Mis papás son Gryffindor y pues yo al ser la hija mayor debería haber quedado ahí pero al parecer no tengo las cualidades de una leona.-Explicó Caitlin mirando sus manos.
Alana la miró comprensiva mente.-Te entiendo mi papá igual es un Gryffindor pero mi mamá es una Hufflepuff.-Alana se dio cuenta de que los ojos de Caitlin se habían cristalizado por las lágrimas y lo único que pudo hacer fue abrazarla fuertemente.
Caitlin se lo agradeció internamente y le correspondió el abrazo.
-Ellos van a tener que entender que tu eres diferente y que no por ser su hija ibas a ser una leona además los tejones son muy divertidos y mirándole el lado positivo no vas a estar en constante guerra con los Slytherin.-Le dijo Alana.
Caitlin rió suavemente y una sonrisa adorno sus labios.-Tienes razón, Lana.
La rubia le sonrió contenta.-Me gusta el apodo.-Le dijo sonriendo.
Ambas jóvenes siguieron comiendo con una sonrisa en los labios, conociéndose más y contando anécdotas.
-¡Alana!-Gritó una niña pelinegra que caminaba hacia ellas con otra chica rubia que miraba con curiosidad a Caitlin.
-Hola, chicas.-Saludó Alana a sus amigas.-¿Qué sucede?
-Nos aburrimos de comer así que vinimos a buscarte.-Le contestó la rubia.-Por cierto mi nombre es Celine.-Se presentó mirando a Caitlin.
-Y yo Enid.-Dijo la pelinegra con una sonrisa.
-Caitlin.-Se presentó la rubia-castaña sonriendo levemente.
-Ellas también son tejones.-Le dijo Alana.
-Lo se.
Enid y Celine se miraron extrañadas pero no le dieron importancia así que sólo se sentaron frente a ellas y siguieron conversando y presentándose, las cuatro tenían muchas cosas en común.
El resto de la cena pasó rápidamente y en un momento dado la directora llamó la atención de todos.
-Bueno alumnos espero que disfrutarán mucho la cena pero ya es tarde así que todos deben irse a dormir, mañana en el desayuno se les entregará sus horarios, que pasen linda noche.-Concluyó McGonagall enviándolos a todos a sus habitaciones.
-Los de primero vengan conmigo.-Los llamó un chico de quinto año que tenía la insignia de prefecto.
Los nuevos Hufflepuff se acercaron al joven y caminaron detrás de él hasta llegar a la sala común que, según le dijo Alana, estaban cerca de las cocinas del castillo.
-Siempre leal.-Dijo el prefecto para abrir la puerta de la sala común, los chicos de primero entraron y vieron maravillados su sala, era una estancia grande y agradable con una gran cantidad de mullidos sillones de terciopelo negro además de que la decoración del lugar era muy bonita y moderna, los colores predominantes eran el amarillo y el negro. Cerca de la chimenea habían dos pasillos bastante largos, Caitlin pensó que esos daban a las habitaciones.-Bueno está es nuestra sala común, la cual será su casa por los siguientes siete años, espero ganen muchos puntos y no se metan en problemas.-El joven los miró detenidamente por unos segundos.-El pasillo de la derecha es de las chicas y el de la izquierda es de los chicos, que tengan linda noche y suerte para mañana que es su primer día.-El joven les sonrió y caminó hacia un grupo de chicos cerca de la chimenea.
-¿Vienen?-Les preguntó Enid mirando a Celine, Alana y Caitlin, las tres jovencitas asintieron y caminaron hacia el pasillo de la derecha encontrándose con muchas puertas.
-¿Cómo sabremos cuál es de cada una?-Pregunto Alana mirando cada puerta.
-Aquí está el nombre y el curso.-Comunicó Caitlin apuntando a una pequeña placa en la cual estaba escrito dos nombres y el curso.
-¿Quién es Carrie Boot?-Preguntó Enid leyendo la primera placa de primer año.
Sus tres amigas se encogieron de hombros.-¿Por qué preguntas?-Le preguntó la rubia-castaña.
-Porque ella es tu compañera de cuarto.-Le respondió la pelinegra a Caitlin.
Caitlin se acercó a la puerta y leyó la placa que decía, "Carrie Boot y Caitlin McLaggen, Primer año".
-Yo pensé que compartiría habitación con alguna de ustedes.-Les dijo a sus nuevas amigas un poco triste.
-Estaremos cerca.-Le dijo Celine abrazándola.
-Esto no es justo.-Se quejó Enid mirando la puerta vecina a la habitación de Caitlin.
-¿Qué pasó?-Preguntó Alana acercándose a la pelinegra.
-Yo voy a estar sola.-Le respondió señalando la placa que decía, "Enid Lynch, Primer año".
-Eso significa que nosotras compartimos habitación.-Le dijo Celine a Alana, está última asintió mirando la puerta que estaba frente a la de Caitlin, la cual tenía escrito el nombre de ambas.
Caitlin bostezo llamando la atención de sus amigas.-Mejor me voy a dormir, que tengan linda noche.-Se despidió la rubia-castaña moviendo su mano.
-Descansa, Cai.-Se despidieron Alana, Celine y Enid.
Caitlin entró a la habitación y cerró la puerta, sus negros ojos recorrieron el lugar encontrando dos grandes camas en los extremos de la habitación, dos grandes roperos, dos escritorios, una gran alfombra en medio de la habitación y muchas cosas más. Caitlin se dio cuenta de que sus cosas ya estaban ahí pero no había ninguna otra persona en el lugar así que encogiéndose de hombros caminó hacia su escritorio para enviarle una carta a sus padres antes de dormir.
"Queridos mamá y papá:
Cómo están? Yo estoy muy bien, el castillo es muy hermoso e increíble, me gustó mucho. Les quería decir que soy una Hufflepuff y estoy orgullosa de serlo, tal vez estén decepcionados de mi pero yo no nací para ser una leona y perdón si los decepcione, sobre todo a ti papá. Dejando eso de lado tengo nuevas amigas que son Alana, Celine y Enid, son super geniales y las quiero mucho aunque las conocí hoy. Eso es todo, los quiero mucho, saludos a mis hermanitas y mis abuelos.
Pd: No me odien por favor.
Caitlin Parvati McLaggen".
Caitlin releyó la carta y se decidió por enviarla pero ahora tenía otro problema, cómo iba a enviar la carta si la sala común de Hufflepuff estaba en el sótano del castillo, la joven maldijo por lo bajo y salió de su habitación, por suerte no había nadie en el pasillo de las habitaciones de las chicas, caminó un poco hasta llegar a la sala principal en la cual no encontró a nadie así que sólo salió de la sala común para dirigirse a los corredores. Caitlin comenzó a caminar de vuelta al vestíbulo del castillo con la carta dentro del bolsillo de su capa. La rubia-castaña llegó a su destino después de unos minutos pero ahora tenía otro problema, no tenía ni la menor idea de donde estaba la lechuceria.
"Debería haberle pedido ayuda a Alana o haber esperado hasta mañana", pensaba la chica pero unos murmullos la sacaron de sus pensamientos, Caitlin miró horrorizada la escalinata que llevaba al primer piso, ya se podían ver las sombras de las personas acercándose. "Genial, la primera noche y ya te metiste en problemas, Caitlin", se reprendió a si misma la chica buscando con la mirada un lugar para esconderse sin embargo ya era muy tarde las voces se escuchaban cada vez más cerca y ya no tenía tiempo para esconderse. "Bueno, fue lindo conocer el castillo al menos", pensó la joven antes de que dos profesores aparecieran por las escaleras pero en ese momento sintió que la tomaban por la cintura y le ponían ponían una mano en la boca para que no gritara, la persona que la había tomado la arrastro silenciosamente hacia el armario de escobas que estaba cerca.
Por alguna extraña razón Caitlin no tenía miedo pero si curiosidad por saber quién la había salvado de que los profesores la descubrieran fuera de su habitación a esas horas de la noche.
Las voces de los profesores se fueron alejando hasta convertirse en susurros lejanos y poco a poco la persona fue soltando el agarre de su cintura y finalmente sacó la mano de su boca.
-¿Estas bien?-Le preguntó, en un susurro, la voz de un joven.
-S-si...-Tartamudeó Caitlin.
El chico abrió la puerta y ambos salieron del armario, Caitlin lo miró de arriba abajo encontrándose con un joven de su misma edad, rubio y de ojos azules brillantes.
-Lamento si te asuste.-Se disculpó el rubio sonriendo tímidamente.-Pero si no hacía algo la profesora O'Connor o el profesor O'Neill te iban a atrapar.
-No te preocupes... es sólo que me asustaste un poco.-Le dijo Caitlin sonriendo.
-Bueno ahora que no corres peligro de que te atrapen, me voy.-Le dijo el rubio mirándola una última vez y volteándose para dirigirse a su sala común.
-Espera.-Lo detuvo Caitlin tomándolo del brazo, el rubio se volteó quedando al frente de la rubia-castaña.
-¿Qué sucede?-Le preguntó él.
-¿Tu sabes dónde está la lechuceria?-Le preguntó tímidamente.
El joven se rió suavemente y asintió mirándola a los ojos.
-¿Quieres que te acompañe?-Le preguntó él.
-Por favor.-Le pidió ella, el rubio volvió a asentir.-Por cierto mi nombre es Caitlin y gracias por salvarme de un buen castigo.
-No te preocupes.-Dijo él restandole importancia.-Mi nombre es Lorcan.
Caitlin le sonrió y ambos comenzaron a caminar en dirección a la torre oeste en donde se encontraba la lechuceria. En el camino hablaron de muchas cosas y se conocieron mejor.
Después de un rato llegaron a la lechuceria, Caitlin llamó a su lechuza, "Lei", amarró la carta a su pata y dejó que se fuera volando hacia la casa de sus padres.
Luego ambos caminaron de vuelta hacia el vestíbulo, al llegar a este Caitlin y Lorcan se detuvieron.
-Gracias, Lorcan.-Le agradeció Caitlin al rubio.
-De nada, Cai.-Le dijo Lorcan sonriendo.
-Bueno será mejor irme a dormir. Buenas noches.-Se despidió la rubia-castaña sonriendo y caminando hacia su sala común.
-Adiós.-Le dijo él.
Caitlin caminó rápidamente hacia su sala común, se estaba muriendo de sueño pero el lado bueno era que ahora tenía un nuevo amigo además de que era bastante guapo.
La joven llegó a su habitación, se puso su pijama y se acostó a dormir quedándose dormida al instante.
Fin del recuerdo.
-Pues mi hija es muy diferente a mi.-Comentó Neville riéndose.
-Eso es mas que seguro.-Lo apoyó Dean riendo al igual que la mayoría de los Gryffindor.
Neville recordaba bastante bien lo que Alana había dicho en ese recuerdo, la madre de su hija es una Hufflepuff pero quién.
-Ese es mi recuerdo.-Dijo Caitlin.-¿Alguna pregunta?
-¿Lorcan es tu novio?-Le preguntó Rolf con curiosidad, no le molestaría que la chica fuera su nuera.
Al escuchar la pregunta un encapuchado gruño atrayendo la atención de todos.
-Nop, Lorcan no es mi novio.-Respondió la rubia-castaña riendo por la actitud de su novio.
-Aunque pude serlo.-Comentó un encapuchado despreocupado.
-Una más y te mueres, Scamander.-Gruñó un encapuchado enojado ocasionando la risa de todos.
-Ya basta los dos.-Los detuvo Caitlin provocando que ambos se callaran.-¿Alguna otra pregunta?
-¿Qué sucedió cuando supe que eras una tejón?-Preguntó Cormac sintiéndose un poco mal.
-Pusiste el grito en el cielo, dijiste que no era posible que yo estuviera ahí y que si yo hubiera sido hombre hubiera quedado en Gryffindor.-Todos miraron al rubio sorprendidos y Lavender lo volvió a golpear, no era la solución pero era lo único que podía hacer por el momento.
-Lo siento.-Se disculpo el Gryffinfor.
-Si lo sientes de verdad entonces trata de cambiar eso en el futuro.-Dijo Cailtin cortante.-¿Alguien más?-Nadie contesto.
-Bueno, que pase el siguiente.-Dumbledore movió su mano para que otro encapuchado avanzara.-Y debo comentar que se ve bastante bien en el papel de directora, Minerva.
-Gracias, Dumbledore.-Agradeció la mujer bastante sonrojada recibiendo las burlas y felicitaciones de sus alumnos.
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Hola, siento no haber publicado antes pero no tenia tiempo pero aqui esta el capitulo espero les guste muchas gracias por todo el apoyo que el han dado a esta historia, mil gracias de verdad, los amo...
Lina ♥️
------Ropa de Caitlin------