Esperanza 2da parte.
¡Espero que lo disfruten!
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El camino de regreso al cuartel general fue mucho más ameno de regreso sabiendo que estaríamos fuera de peligro todos dentro de la legión por una temporada de tiempo.
Eso claro hasta que los nobles quisieran entrometerse nuevamente.
Mientras tanto, los soldados por fin dejarían de sentirse con el derecho de ir a buscarme a mi cuarto para hablarme de sus dudas respecto a que Hange fuera la portavoz de la Legión.
Era extraño que los soldados me hablaran en los entrenamientos, pero se convirtió en algo aún peor cuando de la nada se comenzaran a presentar en mi habitación con la excusa de que querían saber quien sería la voz de nuestra organización.
Muy dentro mío sabía que todo esto era obra de Erwin, el bastardo estaba demasiado ocupado jugando con sus enormes cejas en su oficina que no tenía intensiones de lidiar con todos aquellos que no confiaban en su decisión y por esa misma razón a aquellos inconformes los envió a mi para que yo fuera quien despejara esas dudas.
Llevaba 6 días sin poder dormir, cada ruido que escuchaba creía que era la puerta de mi habitación siendo golpeada por algún recluta que exigía saber la situación en la que nos encontrábamos.
Me estaba volviendo paranoico, estaba a nada de enloquecer cuando el día de la junta llegó.
Demonios, esos tipos si que eran estupidos, ¿como puede alguien desconfiar de Hange...?metafóricamente hablando, claro.
Ya que vaya que todos desconfiábamos de ella cuando entraba en aquel modo científico que asustaba bastante, a todos... incluso a mi me desconcertaba un poco el encontrarla vagando a mitad de la noche por los pasillos tratando de recrear un experimento a base de palabras, con la mirada perdida y con claros signos de ser ya sea sonámbula o demente.
Eso desconcertaría a cualquiera y le quitaría el sueño a más de uno.
Varias veces tuve que llevarla hasta su habitación con la excusa de que iríamos a buscar más información en alguno de los libros que tenía guardado en ese sucio lugar.
En fin el punto de todo esto era que ya no podía soportar ningún tipo de acercamiento de parte de nadie.
Mientras esperábamos los resultados de aquella junta Erwin al parecer se había percatado de ese pequeño detalle, por lo cual me dio luz verde para desaparecer de las zonas concurridas de vuelta en el cuartel general, lo cual agradecí inmensamente con un asentimiento de cabeza.
Al entrar a los terrenos designados como parte de la legión de Reconocimiento me dispuse a adoptar la peor expresión facial con la que contaba haciéndole saber a todos que no me encontraba de humor para ningún tipo de charla.
Erwin, Mike y la loca se dedicaron a reunir a todos los reclutas y les dieron los pormenores de cómo había resultado la junta, debido a que les concernía a todos aquellos que lo que había sucedido en aquel sitio.
Me dirigí dentro de las instalaciones directo a mi habitación, aprovechando que todos se dirigían a escuchar lo que Erwin tenía que contarles.
Algunas personas me miraban ocasionalmente pero después perdieron todo el interés en mi para depositarlo en nuestro líder.
Mejor así, pensé.
En cuanto abrí la puerta de mi habitación la imagen de mi cama me pareció una imagen demasiado seductora a comparación de aquella silla en mi escritorio.
¿Debería aprovechar el día para limpiar este lugar?
¿Debería dormir y recuperarme físicamente?
¿Debería hacer ambas?
En el tiempo que me tome a establecer aquellas preguntas mi cuerpo había decidido por mi, y ya me encontraba sentado en mi cama desabrochando mis botas y tratando de ponerme lo más cómodo posible para poder dormir.
Supongo que la segunda opción era la mejor, así que debería tomarla.
Después de todo no siempre me podía dar el lujo de tomarme un descanso y después de aquellos infernales últimos días que Erwin me había hecho pasar el tener un momento de soledad era una bendición.
Después de recostarme en cuestión de segundos me quede profundamente dormido.
Entre aquel silencio de mi habitación y del edificio en general escuché el sonido de una puerta al abrirse, es la mía pensé...
No me podía importar menos, ¿les parecía una maldita broma el que yo tratara de descansar mientras seguían tratando de conseguir respuestas?
El asunto había terminado, punto.
Creí que alguien había sido lo suficientemente valiente como para entrar a mi habitación sin mi consentimiento pero luego cambié de opinión cuando escuché que esa misma persona tomó asiento en la única silla disponible dentro del lugar.
Es Hange.
Deje que los minutos pasaran hasta que estuve seguro de que ella continuaba en la habitación y luego me anime a hablar.
-¿Qué haces ahí sentada?-pregunté con los ojos cerrados y la respiración controlada.
-Creí que dormías - respondió aquella loca científica.
-Lo hacía hasta hace algunos momentos...te escuché entrar- respondí.
-Escuché de Erwin que muchos reclutas estuvieron haciéndote preguntas respecto a la junta y a que yo fuera la persona que había sido elegida para representar a la legión de reconocimiento- dijo con naturalidad.
-¿Y tú pregunta es?- conteste.
-No quiero preguntarte nada, quiero agradecerte el que hayas confiado en mi- respondió ella, estaba sonriendo eso se notaba por su forma de hablarme.
-Nosotros deberíamos agradecerte a ti, ¿no te parece?- pregunté.
-El que tu hayas confiado en mi como para asegurarte que los reclutas confiaran en la decisión de haber sido elegida, significa mucho más para mi- contestó ella desde la silla.
Un silencio agradable se instaló en la habitación, y después de algunos momentos le dije.
-Se que tampoco has dormido-
-Si lo hice, aunque no mucho en realidad- me contestó ahogando un bostezo.
Sin decir una palabra, di dos palmadas al costado izquierdo de mi colchón, a un lado mío.
La señal era obvia, era una clara invitación para que durmiera por algunas horas.
Seguramente a Erwin no le importaría que la persona que siempre quería hacer volar algo dentro de las instalaciones y aquel que atemorizaba a los reclutas desaparecieran por lo que restaba del día.
El crujir de la silla me indicó que ella se había puesto de pie, el rechinar de la madera bajo sus botas me indicó que se acercó hasta quedar a un costado de la cama, seguramente se encontraba pensando que tan buena opción sería cuando volví a preguntar.
-¿Qué estás esperando? ¿Una invitación por escrito?-
La escuché ahogar una risa.
-¿Tan rápido empiezas con las órdenes?- respondió.
-Cállate y hazlo- respondí mientras giraba mi cuerpo haciéndolo quedar en dirección a la puerta de mi habitación.
Le estaba dando la espalda, así que probablemente eso le daría más confianza a simplemente acostarse y dormir.
Ella también merecía descansar, sabía lo que era que te dieran una tarea como la que le había sido encomendada a ella... no debió haber sido sencillo el investigar todo lo que mencionó en la junta.
Ella más que nadie merecía descansar.
Detrás mío el colchón cedió debido a su peso, lo cual me indicó que ya se había recostado.
En un par de minutos probablemente terminaría poniéndome de pie, no me sentía del todo repuesto pero estaba dispuesto a dejarle mi cama para ella sola si era necesario para que pudiera descansar del todo.
Los siguientes días podría reponerme de las horas de sueño que no había conseguido tener hoy.
A través de la tela de mi camisa pude sentir como las yemas de los dedos de mi compañera trazaban líneas aleatorias en mi espalda de manera delicada.
Después de que pasaron unos cuantos minutos decidí incorporarme.
-No te levantes, no puedes haber recuperado toda tu energía en solo una hora de descanso-mientras decía aquello me tomó por la cintura obligándome a permanecer recostado.
¿Solamente había dormido durante una hora? Eso si que me pareció impresionante, pude haber jurado que esa hora habían sido tres.
-Quédate aquí...- su voz apenas y era audible, parecía una niña la que se encontraba a mis espaldas.
Aún con su brazo rodeando mi cintura decidí que tenía razón y me acomodé lo mejor posible en aquella cama que estaba hecha solo para una persona.
-Me quedare, ahora duérmete- dije dando por terminada la conversación.
Su agarre se volvió más firme y luego la sentí recargarse contra mi espalda.
-Gracias Levi- dijo.
Mientras su voz recorrió levemente mi cuerpo, seguramente había recargado su rostro en mi espalda y por ende pude sentir aquella vibración cuando hablo.
Comencé a acariciar con mi dedo índice levemente el brazo con el que ella me había mantenido recostado.
-Gracias a ti ahora mismo podemos estar aquí, haciendo esto- respondí sin en realidad tener intención de hacerlo.
Las palabras simplemente abandonaron mis labios, eso me pasaba frecuentemente cuando estaba con ella.
Ella soltó un suspiro con el rostro aún pegado a mi espalda, el cual me provocó un ligero temblor en el cuerpo.
Había sido inesperado.
De alguna manera después de aquello ambos nos quedamos profundamente dormidos.
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Algunas horas más tarde, cuando la luna ya se encontraba iluminando el cielo y a través de la ventana de mi habitación se colaba un característico color azul fue que comencé a recuperar la conciencia.
Sentía que algo no me dejaba respirar con normalidad, eso y un peso extra en mi estomago me hicieron despertar.
La posición en la que me había quedado dormido había cambiado, ahora me encontraba con la espalda pegada al conchon, no sabía si se debía a que yo había decidió dormir de esa manera o Hange me había obligado a adoptar esa posición.
Al abrir los ojos y mirar hacia mi estomago me encontré con Hange mirándome.
Tenía su rostro recargado en mis costillas y me estaba abrazado por la cintura.
-¿Sabias que te vez mucho más joven cuando estás relajado?- pregunto.
Como respuesta a ese comentario entrecerré los ojos.
-No tenía idea que encontrarás divertido el verme dormir mientras me asfixiabas lentamente con tu propio peso- comente.
Ella comenzó a reír y giró su rostro de manera que ahora su oído izquierdo se encontraba pegado a mi abdomen y ella miraba hacia la puerta.
Parecía uno de esos niños que quería escuchar los latidos del corazón de alguien más, excepto que ella ni siquiera se encontraba acostada a la altura de mi corazón como para escucharlo.
Levante ambos brazos sin afán de que se apartara de la posición en que se encontraba para luego llevar mis manos hasta mi rostro para poder esconder un bostezo entre ellas.
Termine de bostezar y talle momentáneamente mis ojos para eliminar el rastro de cansancio que hubiera en ellos.
-¿Cuánto tiempo llevas acosándome?- pregunté en voz baja.
Baje nuevamente mis brazos y luego coloqué mis manos sobre su desordenado cabello.
-No mucho- respondió.
Ella hundió su rostro momentáneamente a mi cuerpo cuando comencé a tomar algunos mechones de cabello y los pasaba delicadamente entre mis dedos.
-¿Qué eres un gato?-pregunté cuando la sentí oprimir mi estomago.
-No, pero podría intentar ronronear- dijo riéndose.
Su risa reverberó a través de mi torso.
Se sentía bien el estar compartiendo lo que sea que fuera esta situación.
Me sentía físicamente repuesto de la mayoría de las horas de sueño de las que me habían privado los pasados seis días.
Siempre que ella terminaba compartiendo habitación conmigo me sentía mucho mejor, no sabía a qué se debía pero eso era un hecho.
Claro que ella nunca lo sabría, yo no le diría tal cosa.
Se sentiría con mucho más poder del que ya contaba sobre mi, y no le daría la satisfacción de verme con esa sonrisa de autosuficiencia cada vez que nos encontráramos por los pasillos o en los entrenamientos.
Suficiente teníamos con todos los chismes que ya contaban de nosotros como para agregarle que Hange me sonriera y mirara de manera extraña cada vez que nos encontráramos en algún lugar.
No es como si nos importasen los chismes que contaran acerca de nosotros, pero era incómodo el tener que lidiar con sus miradas sugerentes todos los días solo por que alguien la había visto salir de mi habitación muy temprano por la mañana o muy tarde por la noche.
Ella era así, y yo no quería ni pretendía cambiar su forma de ser... si disfrutaba pasar tiempo conmigo o si a mi me agradaba pasar tiempo con ella a los demás reclutas no tenían porque interesarles el tipo de relación que llevábamos.
Claro que nuestra relación solo era amistosa, pero aún así muchos a veces lo malinterpretan... tan mala reputación tenía nuestra amistad que a mis oídos habían llegado rumores de reclutas que recién llegaban y creían que nos odiamos porque nos habian visto pelear más de 6 veces en el comedor por cosas estupidas (higiene más que nada).
Si supieran que esas peleas entre nosotros son algo realmente cotidiano se sorprenderían.
-¿En que piensas?- pregunto la persona que seguía restringiendo mi respiración.
-En que si no te quitas de encima mío voy a terminar asfixiado- respondí.
-Bien, bien... aunque tú pesas más que yo- dijo mientras se incorporaba.
-¿Y eso que tiene que ver?- pregunté.
-No tiene nada que ver, solamente quería que lo supieras- comentó desinteresadamente para luego estirar de manera exagerada sus brazos y bostezar de manera igualmente exagerada.
Ahogue una risa al verla realizar aquella acción, ella también se veía considerablemente más joven cuando estaba relajada, lo cual no era muy a menudo.
Me senté en el borde de la cama, apoyando mis pies en el frío suelo de madera.
-Si eres un gato, eso que hiciste lo demuestra- dije mirando de reojo como se estiraba.
Estaba por ponerme las botas cuando sentí como me araño la espalda con ambas manos, no fue especialmente doloroso a pesar de que lo hizo con suficiente fuerza como para dejar un ligero rastro, fue más bien sorpresivo lo cual me tomó desprevenido.
Me gire rápidamente gritándole.
-Hange,¿Qué demonios te pasa?-
Ella solamente comenzó a reír de manera escandalosa y respondió.
-Tu dijiste que yo era un gato, simplemente afirmé tu teoría- dijo con voz más calmada, mientras su cuerpo aún temblaba levemente a causa de su risa y se encogía de hombros.
Mi espalda comenzó a escocer levemente por los lugares donde ella había clavado sus uñas, pero lejos de molestarme escucharla reír abiertamente después de haberla visto tan estresada me dio un sentimiento de tranquilidad.
-Vamos por comida- dije terminando de abrochar mis botas y acomodando mi camisa en el proceso.
-Creí que nunca harías esa sugerencia y terminaría siendo yo la que lo hiciera- dijo con un aire dramático y luego suspiro aparentando molestia.
-Si, si... lo que digas- respondí.
Ella se movió rápidamente hasta llegar a la puerta y abrirla, después hizo una reverencia y extendió su mano hacia el pasillo.
-Por aquí, Capitán- dijo en un acento parecido al de Eren.
Antes de atravesar la puerta dije.
-Ja Ja muy graciosa, ahora mueve tu trasero Hange- respondí sarcástico.
Ella rio nuevamente antes de cerrar la puerta de mi habitación y seguirme a través del pasillo rumbo a la cocina.
Todo había salido bien después de todo.
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Espero que les haya gustado.
Quiero que me cuenten que opinaron de este one shot doble jaja y que me den una sugerencia de lo que les gustaría leer en los próximos one shots...
Como siempre...
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Nos leemos en los comentarios 👋🏻