— Sí. Bueno, mi nombre es Georgia Zabini, pero me dicen Georgie— dijo y se quitó la capucha, dejando ver a una chica pelirroja de ojos marrones—. Por eso cuando llaman a George II Georgie me enojo. Porque pienso que me hablan a mí.
Vestía un vestido celeste y unas sandalias blancas.
— Eres idéntica a Ginny— dijo Hermione sonriendo.
— Gracia, tía Hermione— agradeció Georgie, con una sonrisa—. A diferencia de muchos, a mí me gusta que me comparen con mi mamá, quien es mi heroína.
— ¡Momento empalagoso!— exclamaron Blaine y Blaise, causando muchas risa.
— Antes de presentarme; Janie, la próxima vez que te comas mi pedazo de pastel, te arrancaré los ojos— amenazó Georgie, realmente molesta.
— Te hice un favor, no querrías tener unos kilos de más siendo fea de por sí— dijo Janie, poniendo los ojos en blanco.
— Controla a tu hija, Nott— le espetó Blaise a su mejor amigo.
— ¿Cómo quieres que controle a alguien que llama a su padre por el nombre?— cuestionó Theo, intimidado por su futura hija.
— Theodore, Blaise, silencio— pidió Janie, mirando sus uñas. Theo señaló a su hija con la cabeza y articuló los labios diciendo "¿Ves?", y Blaise puso los ojos en blanco.
— Bueno, me presentaré— juntó las palmas y tomó aire—. Mi nombre es Georgie, tengo 16 años y soy de Gryffindor— la mesa de los leones aplaudió.
— Paguen, señores y señora— dijo McGonagall poniendo su mano delante de Snape, Sprout y Flitwick, quienes dejaron 10 galeones cada uno de mala gana.
— Mis padrinos son tío Draco y tía Luna, y los de mi hermano son tío Neville y tía Pansy— siguió. Draco, Pansy, Luna y Neville agradecieron—. Mis materias favoritas son Estudios Muggles e, increíblemente para muchos, Historia de la Magia; me resulta interesante. Odio Pociones, incluso si pusieran un profesor agradable seguiría odiando la materia. Al igual que Aria, tengo poderes telepáticos. ¿Culpable? Tío George.
— ¿Y yo qué hice?— preguntó George, confundido.
— Aria y yo nacimos con algunos meses de diferencia, algo raro pero no viene al caso. Durante el embarazo de mamá y de tía Hermione, tú les diste un producto de Sortilegios Weasley que "ayudaba al embarazo"— explicó la pelirroja. Ginny, Hermione, Blaise y Draco lo fulminaron con la mirada—. Afortunadamente sólo lo usaron mamá y la tía.
— ¿Por qué afortunadamente?— preguntó Fred.
— Imagínate cuando éramos pequeñas y no podíamos controlar los poderes— dijo Aria. Draco se echó a reír al imaginar aquella situación.
— Ahora se ríe, pero recuerdo que cuando descubrieron los poderes de las dos, él y tío Blaise estaban suspendidos en el aire, como si nada, gritándole a tío George— dijo Teddy riendo.
— Lo mejor fue cuando tío George hizo una broma— recordó Delphini, también riendo—. Tío Draco lo quería matar. Por suerte, intervino tío Blaise, sino Roxanne no nacía.
Todos rieron mientras Draco y Blaise fulminaba con la mirada a George, quien hacía lo mismo con ellos.
— Y hablando de tío Blaise, les contaré cuando él y mamá dieron la noticia de que eran novios— dijo Georgie, divertida—. Por lo que me contaron, fue en La Madriguera. Mamá y papá entraron de la mano y mamá dijo que eran novios. Tío Ron no estaba con todos, sino que fue por detrás de ambos y le pego con una lámpara de pie a papá en la cabeza.
Todos estallaron en carcajadas, incluso Ron, mientras éste estaba siendo fulminado con la mirada por Blaise y Ginny.
— Bueno— siguió Georgie—, no tengo novio, pero me gusta alguien. Con eso terminamos las presentaciones.
Todos los que se presentaron fueron junto a Georgie.
— Ya descubrieron la forma de que volvamos a nuestro tiempo, por lo que debemos irnos— anunció Teddy.
— Nos vemos en el futuro— dijo Alice con un dejo de tristeza en su voz.
Pero algo sucedió.
Algo inesperado.
— ¡James Sirius Potter!— gritó una voz desde el otro lado del Gran Comedor. James palideció al reconocer aquella voz, y todos los del futuro se sorprendieron.
— ¡Aria Hazel Malfoy!— gritó otra voz casi al instante. Aria agarró la mano de James con fuerza.
— ¡AMBOS ESTÁN EN GRAVES PROBLEMAS!— gritaron las dos voces al mismo tiempo y las puertas del Gran Comedor se abrieron, dejando pasar a doce adultos.
— A nosotros dos nos conviene correr— susurró Aria al oído de James y él asintió.