Estrella diurna

By VictoriaRCurras

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Arya siempre ha sido alguien que se encontraba fuera de lugar hasta que fue rescatada por la Academia. Ahora... More

Notas de la Autora
Capítulo 1: La prueba (Reescrito)
Capítulo 3: los chupitos (Reescrito)
Capítulo 4: Preparativos (Reescrito)
Capítulo 5: ¿Respuestas? (Reescrito)
Capítulo 6: un paso atrás (Reescrito)
Capítulo 7: Es hora de volver (Reescrito)
Capítulo 8: Heridas (Reescrito)
Capítulo 9: Poniéndose al día (Reescrito)
Capítulo 10: malas intenciones (NUEVO)
Capítulo 11: No juegues conmigo
Capítulo 12: toma de contacto

Capítulo 2: la cena (Reescrito)

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By VictoriaRCurras

(La de la imagen es Karla)


No he estado tan nerviosa en mi vida, creo que no puedo esperar. Tengo que reconocer que pensé que me lo dirían ya, pero bueno solo una hora y sabré si por fin puedo salir de estas paredes, ir a cenar y de compras. Sin tener que esperar a que alguien pueda venir conmigo. Es una de las reglas que más me fastidia de la academia, los que están estudiando no pueden salir solos nunca, por motivos de seguridad.

Al llegar a los vestuarios Loren me abraza más fuerte de lo que esperaba.

- Cuando oímos el primer disparo nos llegó la orden de no intervenir, de hecho no le dejaron a Karla ni preguntar si había sido tuyo. Nos obligaron a mantener la posición.

Me suelta y ahora me abraza Leo.

- Pensamos que te habían disparado a ti, pero luego hablaste y pediste ayuda para bajarlos, eres una campeona. Aunque hayas necesitado mis músculos para bajarlos.- se aparta riendo y revolviéndome el pelo como si fuera una niña pequeña.

- ¡Eres idiota! Aunque reconozco que me puse un poco nerviosa cuando me placo. Pero creo que lo he hecho bien.

- Lo has hecho perfecto, bueno casi, lo del brazo te quitara puntos.-comenta Karla un poco más seria.- Sin duda estas aprobada aunque tengo que confesar que te echaremos de menos.

Me los quedo mirando a todos, uno por uno, y creo que es el momento de decirles parte de la verdad. Por lo menos confesar que no me voy.

- Sentaros por favor.- todos se sientan y me miran como si fuera a partirles el corazon y lo estuvieran esperando- No quiero mentiros, pensé en irme pero no puedo hacerlo. Me quedo aquí con vosotros.- les impido que me interrumpan con la alegría que veo en sus caras- Pero si me voy a tomar el mes libre a mi manera. No os voy a decir ni para que ni dónde voy a ir. Porque sé que os vendríais y esto quiero hacerlo yo, lo necesito.

Todos se levantan y tiran de mí para dar un abrazo de esos en grupo que nos damos cuando ellos se iban a misiones y teníamos que despedirnos. En momentos así recuerdo cuando llegue sola y muerta de miedo a la Academia hace 4 años. Cuando era una macarrilla que se dedicaba a escaparse y meterse en líos para probar hasta donde llegaba mi fuerza y mi resistencia. Al entrar por la puerta después de que me presentaran a todos, Karla se ofreció a ser mi cuidadora. Y gracias a ella y a su equipo descubrí que era la familia. Estuve un año estudiando y luego los otros 3 entrenando. Por fin parecía que tenía mi sitio, pero resulto que mi especie era diferente y aun no estaba catalogada.

El primero en hablar es Jamie.

- Menos mal que no me dejas solo, no iba a poder aguantar a esta panda llorando por las esquinas porque la enana se había ido.

- Querrás decir que tú no dejarías de llorar por la niña de tus ojos. –le dice Karla para fastidiarlo.

- Si claro... porque iba a ser yo solo. –todos se ríen.

Cuando Karla iba a replicarle oímos como llaman a la puerta. Un escalofrió me recorre entera y se queda replicando en mi nuca, hoy llevo todo el día con esa sensación y está empezando a incomodarme.

Nos separamos y Leo dice que pasen con esa voz de lobo que le sale a veces, esas en las que intenta mantener su pose de chico malo.

- Hola equipo siento interrumpiros pero traigo noticias. – dijo mientras me entregaba el sobre el hombre con la sonrisa de ángel y la cara de demonio más guapo que he visto nunca.- Tengo que confesar que eres de las más difíciles de evaluar que nos hemos topado, eres rápida y lista pero tu condición nos ha hecho dudar. Pero hemos tomado la decisión más rápido de lo que esperaba. –Solo oír esa voz me acaba de poner el pelo de punta, es profunda y densa, como si se metiera debajo de la piel.

No sé qué me está pasando pero me he ido acercando a el poco a poco con cada palabra y ni siquiera me había dado cuenta. Él no me ha quitado la vista de encima en ningún momento y tampoco se ha movido, pero me mira de una manera tan intensa que la sensación que lleva todo el día en mi nuca da un calambrazo.

- De todas formas te deseo suerte. Os dejo para que podáis leerlo.- sigo mirándolo entre embobada e hipnotizada. Que me pasa, despierta estúpida, me falta babear.

- Muchas gracias.- y ya esta no soy capaz de decir nada más, que triste soy, cuando me da la vuelta se van a reír y lo sé, maldita sea hasta yo lo haría. Él simplemente me guiña el ojo y se va cerrando la puerta.

- ¿Creéis que respira?- pregunta Loren mientras intenta no reírse.

- Creo que no, ¿la pellizcamos?- dice Karla mientras se acerca sigilosamente.

- Estate quieta arpía.- le digo mientras me giro para evitar el pellizco.- ¿Lo habéis sentido? ¿Os habéis fijado en cómo me mira? ¿He babeado? Decirme que no, por favor, no entiendo nada.

- Te mira como si fueras comida- suelta Jamie mientras se ríe descaradamente con Leo.

- No uses Crepúsculo en mi contra capullo.- le digo mientras hago el aman de pegarle.

- Dejar de meteros con ella, que no se ha desmayado por poco. Ahora abre eso o lo hago yo.- me dice Leo cuando intenta quitarme el sobre.

Estoy abriendo el sobre cuando me doy cuenta de que estoy conteniendo el aliento, y levanto la vista pera ver que ellos cuatro se han cogido de la mano. Esto es la prueba de su esfuerzo. Si me admiten es una victoria personal para ellos y ya podría salir a sus misiones. Si suspendo me tocara estar otros tres meses a entrenamiento intensivo encerrada aquí. Suelto el aire y saco la hoja. Esta casi en blanco menos por una frase escrita a mano en medio del folio.

'' Eres la Agente 01992V a la espera de elegir o confirmar equipo. Enhorabuena. ''

Esa simple frase acababa de cambiarme la vida y nadie sabe hasta qué punto. No sé si la he leído en alto o para mí, levanto la vista y los veo expectantes. Les repito lo que acabo de leer en alto y empiezan a aplaudir y abrazarse. Vuelvo a leer la frase una y otra vez, no me lo creo, lo he conseguido a la primera. Todos esperaban en el fondo que quizás me tocara repetirlo pero no ha sido así. Se me escapa una lágrima cuando todos vienen y me abrazan.

- ¡Yo pago los chupitos!- dice Karla.

- Vale. Pues yo la cena –dice Loren.–Ahora a cambiaros, hoy toca celebrarlo y os quiero guapos.

- Ya sé a dónde vamos a ir. – Dice Leo con una enorme sonrisa, que no me gusta nada. Y se queda mirando a Jamie.

- ¡Oh sí! Ya sé adónde vamos ir. – y no sé porque pero se miran los 4 y salen riéndose de una manera un tanto sospechosa.

Y así me quedo, sola durante unos minutos sin moverme saboreando mi triunfo, mis años de esfuerzo y trabajo, tantas horas de estudio y tantas cosas aprendidas y sufridas. Es mi momento y sin saber porque sonrio.

Mientras me dirijo a mi cuarto voy dándole vueltas a que me voy a poner, mi mente se pasea por los vestidos que tengo aun sin estrenar, esos que Loren me ha ido comprando a lo largo de los años, pero creo que me voy a poner mi favorito, ese en el que pienso cada vez que abro el armario y que aún no he podido lucir fuera de mi habitación.

Me voy a duchar, me meto en el baño y pongo un poco de música de fondo, no sé porque pero me apetece Ed Sheeran. Subo el volumen mientras suena Give Me Love y me meto debajo del agua. Aprovecho el agua caliente para que se lleve mis tensiones y miedos del día. Ahora que huelo a vainilla y cerezas me veo capaz de enfrentarme a todo. Seco mi melena castaña con mis californianas, aunque confieso que parezco más rubia que castaña. Me rizo las puntas, me pongo mi bonita ropa interior negra y me decido a sacar ese vestido del armario. Me lo pongo y me veo en el espejo, es un vestido negro y dorado con tirantes finos, el corpiño tiene el sujetador negro con incrustaciones de piedras y el fragmento de debajo del pecho tiene el color dorado más bonito del mundo con filigranas en color negro. Luego en la cadera tiene la misma tela negra que el sujetador y con la que acaba el vestido lo que convierte la falda en un mar de dorado y negro. Además el vestido se adhiere a mi cuerpo como un guante. Creo que es demasiado elegante para esta noche pero no puedo evitar sentirme increíble.

Sé que Loren no me dejara tirada e ira con uno de sus impresionantes vestidos, Karla da igual lo que se ponga, esa mujer es sexy hasta con un saco de patatas y bueno mis chicos siempre van impresionantes en traje.

Sigo mirándome al espejo y me voy maquillando cuando llaman a la puerta. Voy a decir pasen pero Loren ya está atravesándola mirando su muñeca y con la firme intención de decirme que no le gusta lo que me haya puesto. Siempre hace lo mismo, me dice que parezco idiota y sin gusto para la moda y eso que casi todo mi vestuario es cosa suya.

Ella lleva un precioso vestido corto de color mostaza, con una especie de capita que solo le cubre los hombros y la espalda. Lleva los brazos al aire y unos tacones de aguja con tiras que parece que se van a desmontar en cualquier momento. Lleva un recogido sutil con media melena suelta que ha rizado en las puntas. Es impresionante se ponga lo que se ponga.

Por fin abrocha la pulsera que con la que se lleva peleando un rato y me mira.

- ¡Gracias a los dioses! Pensé que jamás sacarías a esa preciosidad del armario.- dice mientras da saltitos y palmaditas como una niña pequeña. Es parte de su encanto.- Solo te falta un collar y es justo lo que te traigo.

No sé de donde la ha sacado pero me entregara una pequeña caja azul con un bonito lazo blanco. Antes le protestaba por todo lo que me compraba, con los años he visto que era inútil porque siempre hace lo que quiere.

Al abrirla me encuentro con una preciosa A por la que trepa una enredadera con flores en color burdeos. Es simplemente preciosa y un toque muy especial para mi bienvenida. Sabe que me encanta y veo como sonríe. Se acerca y me la quita de la mano para ponérmela.

- La tengo desde hace más de un año, la compre en el momento exacto en que supe que serias una más porque yo sabía que estabas lista.-dice mientras me hace girar para ver cómo queda.- Estas preciosa y hoy les vas a encantar.

- ¿Les voy a encantar? No entiendo ¿a quién? Ni que fueras a venderme.

- Al equipo tonta...-dice mientras busca algo que hacer con las manos- Bien, vamos a ver si están listos.

- ¡Eh! Tú a mí no me lías. Ven aquí y dime que pasa.

Pero antes de que pueda seguir preguntando aparece Karla. Lleva recogida su bonita melena rubia y rosa. Esta maquillada en tonos verdes que hacen juego con su espectacular vestido verde oliva. Le hace un bonito pecho ya que justo en medio y por debajo lleva pedrería. Y el resto del vestido le cae suave por sus caderas. La verdad es que parece la visión de un ángel.

- Vamos tardonas. Si no os vamos a dejar aquí. Los chicos ya están listos y esperando en el coche.

- ¿Serán coches? En uno no cogemos.- digo mientras cogemos los bolsos y nos dirigimos a la salida.

- No novata, lo he dicho bien. Coche, hemos pedido uno muy especial y viendo el vestido que llevas está claro que hemos acertado.

Una vez en la puerta veo que los chicos están apoyados... en una limusina. En una ¡¡Limusina blanca!!

- ¡Oh madre mía! Estáis locos. Es preciosa. – les digo mientras soy yo la que da saltitos esta vez.

- De nada preciosa- dice Leo mientras nos abre la puerta. Lleva un bonito esmoquin con camisa blanca pero sin corbata.

- Venga mujercitas, subid a esta preciosidad. – Nos ordena Jamie ya impaciente por irse, él también está muy guapo con la chaqueta en la mano a juego con sus chinos marrones y su camisa blanca. También sin corbata. Lo de vestirse bien les encanta pero lo de sentirse atrapado por la pajarita o corbata no pueden superarlo.

Sabes esa sensación que tienes cuando todos tus amigos te miran y sonríen. Y por si fuera poco cuchichean. Creo que me ocultan algo y empiezo a tener miedo.

Cuando llegamos al restaurante me fijo en que es uno de eso restaurantes elegantes en los que tienes que reservar con no sé cuantos meses de adelanto. Nunca me habían traído aquí, sé que hay sitios que tienen ''reservados'' para los miembros del ejército y creo que este podría ser uno.

La limusina aparca en la puerta y un chico muy mono con una sonrisa encantadora nos abre la puerta y nos da la bienvenida.

-Buenas noches, Sean bienvenidos al Sol de Medianoche. Su reserva esta lista por favor entren.

Cuando nos dirigimos hacia la puerta me giro hacia Loren.

- ¿Tenemos reserva o nos vamos a colar?

- Nosotros siempre tenemos reserva aquí, es una de las nuevas ventajas que descubrirás, bueno esas y las nuevas compañías. –Dicho eso se adelanta y se va riendo.

Esta noche empieza a no gustarme nada, me van a hacer algo, lo noto. Quizás una novatada eso no sería tan malo pero me huele a una emboscada y a traición. Me giro para ver a los demás y estos también me sonríen y se adelantan para entrar. Mi cuerpo me dice que huya, rápido y lejos.

Soy la última en entrar, no me fijo en nada en particular pero voy viendo las bonitas mesas y las luces. Y la cantidad de nocturnos que hay. Y de repente esa sensación la misma que en la prueba. Un escalofrió que me recorre la espalda y se instala en mi nuca.

Vuelvo a pasar la vista por todo el local pero no veo nada. Todo el mundo está entretenido en sus conversaciones. Pero sigo con esa sensación, alguien me mira y todo mi cuerpo estás en alerta pero no doy con nadie.

- Arya ¿estás buscando algo?- me pregunta Loren cuando llegamos a nuestra mesa y nos vamos sentando.

- Creí haber sentido... algo.- Les digo sin mucha convicción mientras vuelvo a intentar centrarme en ellos y la cena.

- ¿A algo o alguien? – Me pregunta Karla mientras noto como me voy poniendo roja.

- Dejarlo ya, tampoco es para tanto. –Todos empiezan a reírse mientras fingen ver la carta.

Cuando Leo me da un pequeño codazo y me dice muy suave.

- Cuando te de un codazo solo di "Hola Dunkan" –lo miro fijamente con cara de que se está volviendo loco– Luego te lo explico tu solo hazme caso.- En ese momento la sensación de mi nuca se vuelve casi palpable, podría decir que hasta me duele. A los diez segundo llega el codazo.

- Hola Dunkan. – noto que lo digo más a medio preguntar que como una afirmación, por lo menos no me sale con un agudo. Sigo sin entender nada cuando escucho una voz a mi espalda y se me pone la piel de gallina.

- Hola Arya. Y hola chicos. Solo me acercaba para darte la bienvenida. – no me he girado pero ya sé quién es, esa voz. Es la misma persona que me entrego el sobre.

Me giro lo más sutil que puedo y me pongo lo más seria que mis nervios me dejan. Concentrándome en que no me pase lo mismo que por la mañana.

- Muchas gracias, no tenías por qué molestarte.

- No es una molestia, de hecho es una visita muy agradable. Enhorabuena equipo, tenéis una pieza extraordinaria - me coge la mano me da un beso en ella, levanta la vista y me mira, de esa manera tan intensa, malditos ojos verdes. Me sonríe de medio lado y me guiña un ojo, y tal como llego se va.

Sé que están aguantando la risa todo lo que pueden. Sé que me la querían liar y los voy a matar cuando deje de estar tan roja y deje de notar esos malditos ojos verdes clavados en mí. Me siento bien a la mesa pero sigo mirando el plato mientras respiro y digo:

- Sois los peores amigos del mundo. Vale que me esperaba una novatada pero esto llega al nivel de traición.

- No exageres pero teníamos que hacer algo. Te trajo la carta, cuando realmente tenían que dejarla en la mesa que está cerca de las sillas e ir a buscarla nosotros cuando nos comunicaran que ya había consenso. – dice Karla.

- Eso es cierto. Además te mira mucho más de lo debido como si intentara adivinar o ganar algo. También tienes que admitir que él es digno de ver con esos pantalones y esa camisa azul. Es impresionante.- Dice Loren mientras se gira sutilmente hacia donde está su mesa.- Y va perdiendo, sigue mirando hacia nosotros.

- Creo que busca una respuesta que yo no puedo darle. No sé, creo que me mira con demasiada intensidad.- les digo mientras bebo el vino blanco que nos acaba de poner el camarero. Gracias a mi metabolismo el alcohol no me afecta, asique aunque quiera no me emborracho... a veces puedo llegar a sentir el puntillo pero nada más por mucho que lo intente.

- Puede que sea así. Es el capital del equipo Oro y casi nadie tiene mucha información sobre el.- nos dice Jamie mientras le tira a Karla un trozo de pan para que deje de mirar a la mesa de Dunkan. Se miran y se ríen.

- Sois un asco de amigos, por si no os lo había dicho. Un verdadero asco.- les digo mientras empezamos a pedir.

Para los más curiosos, casi todos los nocturnos comen normal. Ósea comida humana. Solo que por ejemplo los vampiros como Karla tienen que completar su alimentación con sangre. Que por ejemplo, ahora bebe sutilmente en su copa de vino. La verdad es que a día de hoy se puede conseguir la sangre a través de donantes sin necesidad de atacar al huésped las cosas van mejor. Además hay sitios donde la gente va y dejan que les muerdan, no se la gente siempre ha tenido sus gustos. Pero a Karla esos sitios no le gustan, ella tiene su reserva. Bueno y Leo después de transformarse y volver a su forma humana tiene un súper apatito y puede vaciarte la despensa en menos de 15 minutos.

Ahora que llevamos un rato cenando y nos hemos relajado un poco, vuelven nuestras bromas y confesiones normales. Aunque siguen mirando todos de vez en cuando hacia Dunkan, creo que también nota que lo están observando. Además su mesa empieza a mirarnos a nosotros. Creo que todos empezamos a sentirnos un poco raros.

Cuando estamos con el postre toca decidir que hacemos después.

- Pues yo diría que ir a tomar esos chupitos.- dice Jamie mientras mete otro trozo de tiramisú en la boca- Aunque no podemos ir a nuestro garito de siempre, vamos demasiado elegantes.

- Si eso estaba pensando, quizás le podamos preguntar a alguien.-todos vemos la sonrisa de maldad en la cara Karla.

- ¡Oh eso sería genial! -y antes de que me dé tiempo siquiera a pensar veo como Loren se acerca a la mesa de Dunkan. –Perdón por la interrupción, pero quería preguntaros si conocéis algún lugar donde ir a tomar algo.-veo la sonrisa que pone incluso desde aquí, maldita traidora.

- ¡Claro! Dice una chica de pelo negro y largo, podéis ir justo al final de la calle es un local moderno donde podréis pasar un buen rato.-veo como ella también sonríe y esa sonrisa también se parece a la de Karla. Ella también ha notado las miradas de Dunkan y mi equipo. ¡Maldito equipo Oro!

Loren se acerca también con esa enorme sonrisa en la cara, son una panda de arpías manipuladoras.

- Lara nos recomiendo un bar aquí cerca, así que cuando acabemos nos vamos.

- Seguro que ellos también se pasan luego- dice Leo mientras devora su flan y sonrie.-Tengo esa pequeña intuición.

- Sois una panda de manipuladores, ¿lo sabéis verdad?- todos me miran y se echan a reír una de esas que se contagian, los quiero y los adoro pero en momentos así juro que los mataría uno por uno.

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