❝My God, I need a hope I can't deny❞
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Todo. Todo lo que podía salir mal, salió mal.
Chase se sentía horrible. Era el último día sin Ryder y ya no sabía que hacer. Todo fue horrible.
En primer lugar, siguieron con la misión sin Marshall ni Skye, lo cual les impidió terminar rápido al estar menos dos miembros. Por suerte no hubo ningún accidente más, pero era imposible encontrar a todos los animales con solo dos buscadores. Además, Rocky tuvo que tomarse un largo tiempo para arreglar sus vehículos, y eso que no terminó. Rubble se gastó la mayoría del día haciendo los arreglos con los corrales. Los granjeros, quienes Chase ya había encontrado, se encargaron de darles de comer.
Por otro lado, Zuma y Chase no tenían mucha suerte para localizar a los animales restantes. La mayoría de las ovejas y cerdos estaban perdidos y ya se iba a hacer de noche. Buscaron por todos los lugares posibles; en la ciudad, el bosque, la playa, los alrededores de la granja, hasta buscaron en la montaña, pero solo encontraron algunos. Derrotados por la hora, y el cansancio, ambos cachorros se dirigieron a la granja con la mala noticia de no haber encontrado a todos. Era la primera vez que fallaron.
Y al día siguiente todo empeoró, empezando por el hecho que Skye y Marshall seguían en descanso por los accidentes y sus vehículos seguían en reparación. Asimismo, hubieron tres misiones en un día, aunque eran pequeñas fueron difícil de hacer pues necesitaban a ambos cachorros.
La primera misión fue rescatar a Cali del árbol, pero sin la escalera de Marshall ni Skye para volar tuvieron que hacerlo a lo difícil, consiguiendo una escalera clásica y colocándola cuidadosamente en el tronco. Aunque sí salvaron a la gata, hubo un pequeño problema de que Chase casi tumba la escalera por un estúpido error cuando Rubble estaba subiendo, pero nada grave.
La segunda misión fue encontrar a Gallileta, algo que habían hecho más de lo que era necesario. Sin embargo, sin la ayuda de Skye, solo estaba Chase disponible para buscar a la gallina. Lo peor fue que Chase era alérgico a las plumas, interviniendo más de lo que debía en la misión. Al final se tomaron toda la mañana buscando a esa ave.
Le tercera misión no era una misión, solo fue ayudar a la alcaldesa con sus tulipanes que la vaca había comido el día anterior. No fue difícil, pero preferían tener un día libre que ser jardineros. Cuando llegaron al mirador la mayoría estaban exhaustos, pero tenían que seguir atentos. Chase se fue al cuartel a esperar alguna llamada, mientras los cachorros se quedaron abajo sentados o echados.
─Oigan... ─empezó Skye, llamando la atención de los canes ─. Necesitamos hablar de Chase ─. Su cara mostró una preocupación enorme, transmitiéndola a los demás.
─Sí se dieron cuenta cómo estaba actuando, ¿no? ─habló Marshall. El dálmata era el más afectado, siendo el pastor alemán su mejor amigo. ─ Se echaba la culpa por todos los accidentes y el ni siquiera estuvo ahí
─Y se disculpaba por eso ─añadió Rubble. ─¿Qué creen que le pasa? ─. Todos se pusieron a pensar en las razones de la actitud de su amigo, desde la más real hasta la más ficticia, como la que pensó Marshall.
─¿Y si él no es Chase? ─preguntó. Los demás voltearon sus cabezas y lo miraron con cara de confundidos. Él noto eso y explicó─Quiero decir, Chase no es así. Tal vez es un impostor o un robot.
─Marshall, Chase no es un impostor o robot ─respondió Rocky poniendo los ojos en blanco. ─Aunque sí es cierto que él no es así de nervioso o inseguro ─terminó mientras los demás estuvieron de acuerdo.
─Tal vez no está seguro que es un buen líder ─pensó Rubble en voz alta, lo demás lo escucharon y comenzaron a pensar sobre ello.
─Pero Chase ya es un buen lídew ─señaló Zuma, sabiendo que había otra razón aparte de eso.
─Tal vez no lo sabe ─sugirió Rubble
─Entonces por qué no nos preguntó a nosotros ─. Skye puso un cara herida, el hecho de que posiblemente su amigo no confíe en ellos la ponía un poco molesta.
─Tal vez no quiere que lo veamos ser débil
─O simplemente está siendo Chase ─dijo Rocky, sorprendiendo a los demás.
─¿Qué? ─respondieron los demás cachorros confusos.
─El siempre es así, obstinado y se guarda todo para sí mismo ─explicó Rocky luego de analizar todo.
─Si siempre es así, por qué empezó a actuar extraño cuando Ryder se fue ─argumentó Marshall. Él sabía que Chase siempre era así, pero el estar nervioso, inseguro y todo lo demás no era normal para él.
─Por que ahora él es líder, y está ambiguo por eso.
—¿Ok? —respondió Rubble ladeando la cabeza por la confusión de lo que dijo Rocky. El sabía que Rocky era inteligente, analizador, y siempre pensaba bien las cosas, con palabras muy avanzadas para los demás; por eso que si no se explicaba claramente era casi imposible que los demás lo entiendan.
—Quiero decir —empieza Rocky notando el desconcierto en sus compañeros —, es la primera vez que es el líder por más de una misión, y no sabe que hacer
—Ohh —dijeron todos los cachorros en conjunto, entendiendo lo que el cachorro mixto quería decir. Sabiendo que debían hacer algo, Skye se levantó y miró a los cachorros.
—Debemos hacerle saber que no está solo —anunció, señalando a cada can en la habitación—, que si no puede hacer algo necesita el apoyo y ayuda de sus amigos —continuó, brindando sonrisas en sus caras y levantando los ánimos del momentos.
—Pewo, ¿Y si tiene otwa wazón?—propuso Zuma. A diferencia de Rocky, los demás lo entendieron perfectamente y comenzaron a pensar alguna otra explicación, sin encontrar alguna.
—En ese caso, creo que debería hablar con él —Marshall se dio como voluntario, parándose completamente mientras mira a sus amigos —. Después de todo soy su mejor amigo
—¿Y si no te dice nada?—preguntó Rubble, la actitud de Chase en estos últimos días repitiéndose en su cabeza.
—Por lo menos conseguiré algunas pistas—dijo el dálmata viendo por última vez a sus compañeros antes de desaparecer por las puertas del ascensor.
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—¿Chase?—llamó Marshall, observando el cuartel. Todo parecía normal, demasiado. No había ninguna pista del pastor alemán. Hasta que vio a un costado y se encontró a su amigo echado en posición de dormir. «Sí que está cansado», pensó al verlo descansar. Aunque era de tarde, el cachorro policía-espía estaba cansado por las tres "misiones" que tuvieron ese día y la derrota del día anterior.
Lentamente, el dálmata se acercó a su compañero y puso un pata en su hombro. Suavemente lo sacudió, tratando de despertarlo. No quería interrumpirlo de su sueño, pero de verdad tenía que hablar con él. Poco a poco, Chase comenzó a abrir los ojos, y lo primero que vio fue a Marshall al frente de su cara.
—¡Ah! —dio un pequeño grito, alejándose del dálmata. Miró alrededor y se dio cuenta que seguía en el cuartel. —¿Estaba dormido?—preguntó, en su cabeza lamentándose por descansar cuando pudo haber una emergencia.
Marshall asintió y vio el reloj. —Solo unos cuantos minutos—mencionó, preguntándose si fue buena idea o no despertarlo. Luego sacudió su cabeza para concentrarse en la verdadera razón por la que vino. —De todos modos, vine a hablar contigo —dijo firmemente.
—¿Sobre qué? —respondió Chase, el sueño que tenía lentamente reduciéndose. Antes de que el otro cachorro pudiera responder, escuchó el sonido de la televisión abajo. Acordándose que los demás estaban presentes en el mirador, tomó la decisión de hablar en un lugar más privado con su mejor amigo.
—Creo que deberíamos hablar en un lugar más privado —sugirió en casi un susurro. El pastor alemán asintió y lo miro, esperando a que continúe o diga el lugar. El cachorro bombero-paramédico notó esto y siguió —. Tal vez en la colina de siempre
—Ok —aceptó Chase, sabiendo que lugar era. La colina de la que hablaban se encontraba cerca del bosque. Era su lugar favorito, donde se conocieron por primera vez e iban ahí casi siempre a jugar. A veces lo usaban para platicar sobre problemas, como este. Ambos bajaron por el tobogán y se subieron a sus vehículos, sin avisar a los demás. Condujeron hasta la parte baja de la colina, estacionando sus camiones y saliendo de ellos. Los dos sabían lo que seguía, subir hasta la cima. Aunque Chase seguía agotado, logró ascender junto con Marshall. Se sentaron al lado del otro, admirando la vista. Se podía ver el bosque y al sol esconderse, se iba a ser de noche.
—¿Sobre qué querías hablar? —preguntó el pastor alemán luego de un gran periodo de silencio. Volteó su cabeza hacia el dálmata, quien ya se había acordado la razón completa de por qué vinieron.
—Quiero saber cómo estás —ordenó ligeramente. Al ser el mejor amigo de Chase, sabía que si no mostraba firmeza, era poco frecuente que responda con la verdad.
—Estoy bien —respondió Chase actuando casualmente. Parecía casi real, pero Marshall lo conocía y sabía cuando no estaba bien.
—No, no estás bien —dijo Marshall, la dureza ligera que había demostrado antes incrementando. Puso una pata en el hombro de su mejor amigo y lo miró a los ojos. —Sé cuando no estás bien. En este momento no estás bien, y quiero saber por qué —exigió.
—Estoy bien, Marshall —volvió a decir Chase. Harto de su compañero empujó la pata de su compañero y empezó a bajar hasta que el dálmata habló de nuevo
—Es porque eres líder, ¿verdad? —. Marshall se paró y se puso al frente de su amigo, evitándole el paso. Por otro lado, Chase comenzó a sentirse nervioso. Trató de pasar pero el dálmata le prohibió el camino y colocó ambas patas en sus hombros. —Responde —ordenó
—¡He dicho que estoy bien! —gritó el pastor alemán molesto para luego intentar su último escape, ahora con éxito. Corrió por un costado de Marshall y al ser más rápido que él se dirigió directamente al cuartel, dejando al dálmata en la colina parado y sin palabras.
«Tenemos que hablar de esto con Ryder cuando venga mañana», pensó antes de ir al mirador y contarle a los demás.